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Para instalar una red de área local se necesitan una serie de elementos que
permitan la conexión entre los equipos.
Cuando instalamos una tarjeta de red en una ranura PCI en equipos con
sistema operativo Windows, automáticamente se ejecuta un asistente para la
instalación de los drivers. En la mayoría de los casos Windows reconoce y
configura el adaptador de red automáticamente. En el caso de que Windows no
disponga de este controlador de red, solicitará el CD o disquete al usuario para
instalar los controladores. En ambos casos el proceso no requiere apenas
intervención del usuario.
Una vez instalado el driver debemos reiniciar el equipo. Una vez reiniciado
el equipo, tendremos configurada la tarjeta de red.
Por otra parte, son necesarios los cables RJ45 en el caso de las redes
conectadas y un switch con un número de bocas superior al de ordenadores que
se quieren conectar en red.
Para crear una red de área local con cables trenzados, se recomienda que
adopte la estructura en estrella. Los equipos se conectan al switch mediante el
cable RJ45.
Para ello los cables que salen del switch acabarán en las rosetas RJ-45
siguiendo el estándar de conexión 568A o 568B.
Respecto al estándar de conexión, los pines en un conector RJ-45 modular
están numerados del 1 al 8, siendo el pin 1 el del extremo izquierdo del conector
mirando hacia nosotros y la pestaña hacia abajo, y el pin 8 el del extremo derecho.
Los pines del conector hembra se numeran de la misma manera para que
coincidan con esta numeración, siendo el pin 1 el del extremo derecho y el pin 8 el
del extremo izquierdo.
Haciendo doble "clic" con el botón izquierdo del ratón sobre "Protocolo de
Internet TCP/IP" aparecerá su ventana de propiedades. En estas propiedades
definiremos una dirección IP para cada máquina, una máscara y en su caso puerta
de enlace y servidores DNS. Estos valores son definidos por el administrador de la
red.
Dentro de los parámetros del protocolo TCP/IP debemos dar una dirección
IP a nuestro equipo. Esta dirección debe ser única dentro de la red y no repetirse
en otro equipo. Las direcciones dependen del tipo de red en el que nos
encontramos. Por ejemplo supongamos que tenemos una red LAN de 100
ordenadores y debemos asignar una IP a cada puesto. En este caso, si es una red
interna de un centro de trabajo o una pequeña red doméstica nos encontramos
ante una red de clase C. Podríamos identificar a cada equipo con una IP de la
forma 192.168.1.X variando X desde 1 hasta 100 (en el caso de 100 ordenadores
en la red).
En el caso de que nuestra red forme parte de una red más general que
agrupe a muchas subredes, es posible que tengamos que consultar el rango de
direcciones IP al administrador de la red global. Es posible también asignar al
protocolo la posibilidad de que solicite una IP automática a un servidor DHCP.
Estos servidores generan automáticamente las direcciones IP para aquellos
ordenadores que se las solicitan (opción obtener una dirección automáticamente).
La dirección que se le asigna a un ordenador que utilice este método será una de
entre aquellas que se encuentren libres (no asignadas) en cada momento. Esto es
más cómodo para la administración pero se tiene un menor control sobre los
equipos y servicios.
En nuestro caso vamos a suponer que solo tenemos una red local tipo C y
no deseamos crear subredes dentro de nuestro rango de direccionamiento IP, por
lo que el máscara 255.255.255.0 será válida para nuestra red. En caso de que
nuestra red sea una subred de una mayor, deberemos consultar las máscaras
adecuadas al administrador de la red general.