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Tomado del libro "El Inmortal Nick Arrington" por Glen Todd

Traducción exclusiva de Jack Williams para Gallos Latino Americanos

LA CARTA CON SELLO PRESIDENCIAL

El verano de 1851 fue caliente. Parecía que las ramas de los cedros raramente se movían aunque proveían buena sombra sobre la
casa y el suelo.

Era casi hora de que Fred retornara de Hilliardston, de donde algunas veces traía noticias, o una carta de amigos o familiares. Nadie
le tenia que decir a Fred que fuera a Hilliardston cuando el coche del correo llegaba. Una de las responsabilidades de este negro joven
era irse por mula a Hilliardston a recoger el correo. La oficina de correos estaba en una esquina de la tienda mercantil, y cualquier
correo que era para "Los Cedros" se lo daban rápidamente a Fred, ya que era bien conocido por el dueño de la tienda. Fred se iba a
Hilliardston por los caminos menos transitados.

Cuando regreso amarro la mula y camino apresuradamente al lado de la casa que lo llevaría a la puerta del frente. "Correo para usted
amo Nick", dijo Fred, mirando a la extraña carta. Nick no abrió la carta de inmediato, pero estudio su sello rojo de cera, decorado con
tres lazos cortos en el sobre. El sobre extraño tenia todas las características de provenir de realeza, pensó Nick.

A primera vista pensó que el sello rojo de cera era un escudo de armas, pero al inspeccionarlo con mas cuidado pudo ver que era el
sello del Presidente de México. Después de su derrota por parte de Sam Houston, nadie espero volver a oír de Antonio López de Santa
Anna, a quien Andy permitió que regresara a México a retirarse en su magnifica hacienda Manga de Clavo en Veracruz en 1837. El
General se redimió cuando consecuentemente derroto a los Franceses y fue electo como Presidente de México por un quinto termino.

Las peleas de gallos eran uno de los pasatiempos favoritos del Presidente, quien supuestamente peleo sus gallos la noche anterior al
ataque al Álamo. Nick abrió la carta con sello cuidadosamente, la escritura era excelente y la mayor parte de la carta estaba escrita
en ingles en papel grueso pero fino. Decía -

Señor Arrington

He oído mucho sobre usted y sus gallos.


En ocasiones se habla de usted como El Gallero Viajero.
Se ha dicho que usted viaja adonde sea a pelear sus gallos,
si la bolsa es lo suficientemente grande para interesarle. Yo
tengo muchos gallos de pelea Señor Arrington, y creo que
mis Cenizos Españoles son superiores a cualquiera de los
que usted tiene.

Si usted trae sus gallos a México, yo haré que las apuestas


valgan la pena para usted. Jugare por cualquier suma que desee
y usare gaffs Americanas. De un gallero a otro, le mostrare la
mejor hospitalidad que le pueda ofrecer mientras este en México.

Antonio López de Santa Anna


Presidente de México
Ciudad de México, México

Nuevamente, al final de la carta el sello del Presidente había sido aplicado a la cera roja derretida mientras estaba caliente y suave.

Nick termino de fumarse su puro mientras pensaba sobre el contenido de la carta. Así es que el Pequeño Napoleón del Oeste, el
saqueador del Álamo lo ha retado a un compromiso. El pequeño arrogante General poseía mucho coraje y proeza militar y
nuevamente tenia a todo México en su poder. En realidad, Santa Anna ahora era dictador absoluto. Tenia riquezas ilimitadas a su
disposición. Los cofres de México eran suyos, para usarlos a como quisiera. Los otros hombres que llegaron al poder antes de Santa
Anna siempre habían sido dictadores absolutos y la mayoría de ellos habían usado su poder egoisticamente. El pueblo Mexicano
esperaba lo mismo de Santa Anna quien tomo las riendas por quinta vez aun después de haber sido capturado por los americanos,
pensó Nick.

Pelear gallos era la pasión mas grande de Santa Anna y una fabulosa fortuna esperaba al hombre que pudiera derrotarlo en un
compromiso grande. Nick pensó sobre todas las veces que le hubiese gustado que los compromisos que jugaba hubieran sido por mas
dinero. En muy pocas ocasiones los partidos que jugaron en contra de el le apostaban sumas grandes como a el le gustaba, pero el
Dictador de México jugaría por cualquier suma sin parpadear. La cara de Nick mostró una sonrisa confidente al decidir encontrarse
con Santa Anna en su propio suelo. "Ve a buscar a Mr. Garrison y dile que lo quiero ver," le ordeno a Ned, quien usualmente se
quedaba cerca de su amo a menos que le asignaran a algún huésped. Mr. Garrison, el capataz, apareció como una hora después, ya
que a Ned le tomo algo de tiempo encontrarlo.

Cuando el capataz estaba a corta distancia, Nick le pregunto, "Mr. Garrison, podemos estar sin nueve de nuestros vagones mas
grandes por varios meses, o quizás por un año?" "Creo que si, Mr. Arrington, si se nos hace necesario, podemos traer tres o cuatro
vagones de la mina de oro. Ellos no usan todos los vagones que tienen allí," contesto el capataz.

"Yo quiero los vagones cubiertos, Mr. Garrison. Empiece a construir los marcos sobre los vagones para cubrirlos con lona. Va a
necesitar a algunos de los negros artesanos también, porque quiero que construyan bastantes casillas. Avíseme cuanta lona va a
necesitar para los vagones grandes para así mandar por ella a Nashville. También quiero nuestras mejores mulas para este viaje Mr.
Garrison." "Tenemos muchas mulas de donde seleccionar Mr. Arrington, no debe preocuparse por buenas bestias para su viaje. Voy a
empezar de inmediato con los marcos para las cubiertas de lonas," contesto Mr. Garrison.

Lo fresco del atardecer trajo algo de alivio al calor y la humedad. Antes de irse a dormir, Nick redacto la respuesta al desafío de Santa
Anna. El nunca había estado en México pero había oído sobre el paso al Norte llamado "Paso del Norte" por los Mexicanos. La frontera
entre la Republica de Texas y México estaba dividida por el Río Grande con El Paso al lado de Texas y Paso del Norte al lado de
México. La frontera entre estos dos poblados era causa de disputa ardiente por muchos años después de la Revolución de Texas. Nick
titulo la carta y escribió —

Antonio López de Santa Anna


Presidente de México
Ciudad de México, México

Estimado Señor:

Lo veré en México, en el Paso del Norte con 300 gallos.


No puedo decir exactamente en que fecha llegare en la primavera,
pero emprenderé el viaje en mis vagones el 21 de Noviembre. Yo no
crió muchos gallos livianos. Debe seleccionar sus gallos mas pesados para
casarlos contra los míos, cuando los pesemos, no se dará diferencia de mas de dos onzas.

Las gaffs serán de cualquier longitud, de acero redondas y solo con filo en la punta. No se
usaran navajas españolas ni gaffs cortantes.

Sinceramente suyo,

Nicholas W. Arrington

La mañana siguiente Nick atendió personalmente el envío de su respuesta a Santa Anna.

PREPARÁNDOSE PARA EL VIAJE

Nick sabia que tenia que trabajar rápido para tener los vagones listos para el 21 de Noviembre. Iba a necesitar compañeros para
hacer esta larga travesía, hombres o jóvenes que supieran como trabajar y preparar gallos para el combate y conducir vagones con
equipos de 4 a 6 mulas. Se puso en contacto con varios galleros y los mas audaces rápidamente le hicieron saber que lo
acompañarían en ese viaje aventurero, para el cual el iba a sufragar todos los gastos. Otros se rehusaron a acompañarlo diciendo que
el viaje iba a ser muy largo y peligroso. Uno de sus mejores amigos, el Capitán Robert Drake gustosamente se sumo a la aventura y
proporciono uno de sus vagones mas grandes con un equipo de 6 mulas para jalarlo. Thomas Collins acompaño a Nick en este viaje y
condujo su propio vagón con su equipo de mulas. Estos dos vagones grandes mas los nueve de Nick hicieron un total de once
vagones para hacer el largo viaje sobre el territorio salvaje desconocido para ellos.

Mr. Garrison puso a sus trabajadores a cortar madera para hacer los marcos que iban a cubrir con lona. Una vez puestas las lonas los
artesanos buenos a la carpintería empezaron a construir las casillas para los gallos que iban a ir dentro de los vagones.

"Mr. Garrison, las casillas no tienen que ser muy grandes porque cada gallo será sacado y trabajado en la mesa acolchonada
diariamente," Nick le dijo a su capataz, "Quiero 36 casillas en cada uno de nuestros nueve vagones. La mesa acolchonada para
trabajar los gallos debe ir en la parte delantera del vagón, detrás del asiento del conductor, esto dejara bastante espacio en medio del
interior del vagón entre las dos filas de casillas."

Mientras las casillas estaban siendo construidas, Nick y Cripple Tony (su esclavo negro) estaban ocupados recogiendo los gallos
macizos del campo. El Capitán Drake y Thomas Collins también ayudaron A Nick a levantar sus gallos preferidos de los diferentes
campos de cría.

Nick trabajo tan duro como los demás durante la preparación de los vagones para el largo viaje. El sabia que la seguridad y bienestar
de todos los que lo acompañarían era su responsabilidad. El proveyó todas las provisiones que tendrían que ser reabastecidas durante
la ruta de ida y vuelta a México. Se acostaba tarde cada noche pensando en su lista de provisiones, cerciorándose de que no se le
olvidara nada. Irían dos personas por vagón, un total de veinte y dos personas. Su lista de provisiones incluía comida y grano para las
mulas y los gallos, puros, tabaco, whisky, brandy, harina de maíz y trigo recién trillada en el molino de Collins, frijoles, sal, jamón,
tocino, papas, manzanas, cebollas, camotes, molasas, azúcar, café, jabón, grasa para los ejes de los vagones, un pequeño baúl con
medicinas comunes, cinco cajas de caramelos surtidos de canela, menta, limón y sasafrás. Cada tarde añadía algo nuevo a su lista de
provisiones y se cercioraba de que fuera cargado en el vagón el dia siguiente.

COMIENZA EL VIAJE

Fue hasta el 19 de Noviembre antes de que los últimos gallos fueron traídos de los campos de crianza. El gran vagón del Capitán
Drake fue cargado con las provisiones y fue usado como cocina. El vagón del joven Tommy Collins fue cargado con barriles de agua.
Sabían que iban a recorrer largos trechos de pradera escasos de agua en este viaje. Debajo de cada vagón también amarraron varios
barriles pequeños de agua. Un total de 324 gallos Cripple Tony de Nick fueron acomodados en 9 vagones. Costales de avena y otros
granos fueron acomodados entre medio de las filas de casillas de tal manera que no obstruyeran el acceso para atender a los gallos.

En la mañana del 21 de Noviembre, once vagones cubiertos se veían como un paisaje pintoresco emprendiendo el viaje de casi 2000
millas para uno de los mas grandes compromisos gallísticos efectuados. Nick estudiaba la ruta para su tren de vagones. Los llevaría al
Oeste a través de Carolina del Norte por las peligrosas montanas Blue Ridge sobre el paso de Buncombe. De ahí a Tennessee, y a
través de Arkansas, luego ligeramente hacia el Suroeste por lo mas salvaje y peligroso de Oklahoma y el territorio de Texas. Nick
esperaba que con suerte el viaje les tomaría cuatro meses, seis talvez, era difícil de predecir. Cada hombre en este viaje iba bien
armado, y por buena razón. La mayoría del territorio que viajarían estaba lleno de bandidos e indios que no siempre eran amigables y
existía la posibilidad de que algunos se enteraran de la enorme cantidad de dinero que transportaba el tren de vagones.

Dos de los hombres que tenían algo de conocimiento de cocina rápidamente fueron nominados para ese trabajo. Galleros con
experiencia conducían los nueve vagones en que iban los gallos. Cada uno de ellos cuidaba 18 gallos mientras iban en transito. Nick
les había dado instrucciones que debían de sacar los gallos todos los días y trabajarlos en la mesa acolchonada, y el muchas veces les
ayudaba a trabajarlos. Santa Ana no le iba a ganar fácilmente, pensó el. Que seria mejor para el Dictador que pelear contra 300
gallos entumidos y mal viajados? Diariamente, antes de darles de comer y beber a los gallos, a cada gallo le daban unos minutos de
trabajo y un masaje. Los preparadores trabajaban los gallos en las mesas acolchonadas mientras los vagones rodaban lentamente
sobre los caminos que en ocasiones no estaban demarcados por mas que unas pequeñas zanjas.

La primera parte del viaje fue hecha considerablemente fácil por haberse finalizado la construcción de la Buncombe Turnpike en 1827.
El camino estaba entablado desde Asheville sobre las formidables montañas Blue Ridge hasta Greenville, Tennessee. El problema en
esa época del año era tener que compartir el camino con la casi continua fila de puercos y otros animales que arreaban al mercado. El
viejo Zack Candler se enorgulleció cuando pasaron por su local en Sandy Bottoms diciéndoles que había vendido 2,000 costales de
maíz a los arreadores de animales. Era difícil recorrer mas de ocho millas diarias entre la cantidad de puercos y otros animales que
transitaban el camino.

A medida que comenzaron a ascender sintieron que el clima se enfrió y el aire se puso ralo. "Ojala que no veamos nada de nieve,"
dijo el joven Tommy Collins. "Seria un desastre quedarnos atrapados aquí en una tormenta de nieve. “ Nick le respondió, "reza que el
clima se mantenga como esta y por la noche nos hospedemos en la taberna de Vance."

Dave Vance tenia una taberna agradable y hospitalaria en Lapland, que estaba situada en una orilla del río French Broad entre
Asheville y Tennesee. El local tenia 150 pies de largo y estaba entre el camino para los coches y las montañas. Habían por lo menos
unas 1000 cabezas de ganado en los corrales, y una docena de arrieros sentados alrededor de la chimenea grande que estaba en el
centro del salón principal de la taberna. La gente en el contingente del sr. Arrington se sentaron a comer comida casera, bien recibida
por ellos, que costaba 25 centavos el plato. Vance agradeció el pago en efectivo ya que normalmente los arrieros pagaban en canje
los platos de comida.

Los arrieros tomaban bastante y hablaban sobre política. No paso mucho tiempo y empezaron a hablar sobre los gallos que habían
llegado en los vagones. "Yo nunca he visto tantos vagones acarreando gallos!" dijo un arriero. "Debe ser una gran jugada a la que se
están dirigiendo" dijo otro. Nick comenzó a incomodarse con las preguntas que estaban haciendo y le paso la voz a sus conductores
que durmieran con un ojo abierto y estuvieran listos a emprender el viaje temprano en la mañana. Necesitaban poner distancia entre
ellos y los arrieros.

Pronto la conversación fue interrumpida por el chillido agudo del violín. Algunos siguieron conversando, otros comenzaron a cantar la
balada de las montañas.

Yo soy un hombre de honor que viene de Virginia,


Yo enamore a una dama bonita llamada Polly.
Yo me gane su afección y se notaba plenamente;
Pero su engreído hermano no me la cedió.

La música hizo reflexionar a Tommy Collins. Este era su primer viaje a las montañas y era mucha la diferencia de las largas praderas
con pequeños cerros que habían en la plantación de su padre cerca de Ridgeway. La plantación era conocida como Pleasant Hill y era
muy productiva. El sabia que probablemente iba a pasar el resto de su vida ahí, pero había algo en estas montanas y su gente que le
llamaba la atención. Le gusto especialmente el bello valle adonde acamparon la noche anterior. Sandy Mush, pensó, que nombre tan
raro para un local tan fértil. El no sabia ni como ni porque pero sentía que si alguna vez tuviera que comenzar a hacer su vida de
nuevo, aquí seria adonde lo haría.

El tren de vagones salió calladamente antes del amanecer. Estaba frío y Nick ordeno una ración de carne ahumada y jamón para
todos. Nadie se quejo porque no tomaron desayuno caliente. Nadie quería una confrontación con los arrieros sobre inquisitivos. Pronto
las montañas estaban a sus espaldas y los vagones rodaban despaciosamente sobre los cerros de Tennessee hacia los planos de
Oklahoma y Texas.

Los hombres ya no pensaron en el peligro que podrían encontrar en esta aventura, pero parecían disfrutar cada minuto el continuo
cambio de escenario de esta inhóspita pero preciosa área. Algunos hablaban del Pequeño Napoleón del Oeste y trataban de
imaginarse como seria en persona. Nick decidió que no habrían mas estadías en tabernas ni hospedajes. Pasarían las noches cerca de
la fogata del campamento si el clima lo permitía, de lo contrario, en caso lloviera, dormirían dentro de los vagones entre las casillas
de los gallos con cama de paja fragante debajo de sus cobijas.

Cinco de los hombres trajeron sus instrumentos musicales en el viaje. Tres tenían banjos y dos de ellos tenían guitarras. Algunas
noches después de la cena Nick abría una botella y la compartían entre todos mientras estaban sentados alrededor de la fogata.
Después que la botella daba dos vueltas entre ellos, los que querían cantar proveían el entretenimiento para los demás.
VIAJANDO POR OKLAHOMA Y TEXAS

El tren de vagones había pasado por las toscas montañas y numerosas millas de los finos bosques en Tennesse y Arkansas, pero al
cruzar el ancho río Mississippi, el escenario era uno que nunca habían visto; en lugar de montañas, bosques y ríos habían millas de
pradera y llanos sin árboles cubiertos de pasto grueso. La mayor parte de Oklahoma y Texas era así.

Normalmente se pasaban un día entero en los pueblos adonde Nick ordenaba que se detuvieran para reabastecerse de provisiones.
Estas pausas les daba un buen descanso de su laborioso trabajo a las mulas.

En algunos lugares en la ruta vieron tumbas cubiertas con piedras y un marcador de madera pudriéndose identificando el lugar donde
estaban enterrados muertos. Cerca de las tumbas también habían esqueletos blanqueados de ganado, mulas o caballos, ruedas viejas
y partes de vagones pudriéndose, un recuerdo sombrío de algún desafortunado viajero. La causa de estas muertes podría haber sido
una de muchas tales como hambre, enfermedad, sed, bandidos o indios.

El tren de vagones paso por el corto y difícil paso de Guadalupe. Los hombres estaban sorprendidos por el paisaje con el cerro del
Capitán a su lado derecho por varios días. La caravana paso por el Valle de Pecos y comenzaron a viajar a las orillas del Río Grande.
Los hombres se mantuvieron alertas sin hacer fogatas por las noches. Este era territorio Apache y se rumoraba que los cueros
cabelludos de muchos blancos estaban colgados en muchas de sus chozas. Para añadirles mas a sus precauciones, a veces notaban
grandes contingentes de tropas Mexicanas al lado del sur del río. Este era territorio disputado y habían habido mas de un encuentro
entre las tropas del del General Zachary Taylor y los Mexicanos.

LA CRUZADA A MÉXICO

Nick sabia que el largo viaje acabaría pronto al acercarse los vagones al pequeño pueblo de Oro Vista, donde tenia planeado comprar
provisiones frescas. Después de haber comprado las provisiones necesarias, Nick fue a la cantina adonde sabia que se encontrarían la
mayoría de sus hombres. Nick había aprendido que los cantineros eran las personas mejores informadas en estos pueblitos. Varios de
sus hombres ya estaban tomando Tequila cuando Nick llego. Este trago era algo nuevo para todos los vagoneros de Carolina. Nick
probo un pequeño vaso del feroz y potente licor Mexicano después de la insistencia de uno de sus amigos.

"Que tan lejos a Paso del Norte?" le pregunto Nick al cantinero.

"Como a 130 millas al Sur de aquí," le contesto el cantinero.

A medida que el tren de vagones salía de Oro Vista, algunos de los Mexicanos que se habían beneficiado de ellos los despidieron
alegremente diciéndoles "Adiós Amigos." Algunos de los dueños de los abastecimientos les cobraron precios exorbitantes por las
provisiones. Nick comprendía la escasez de provisiones en el área y no se sorprendió por lo que le cobraron. En el campamento esa
noche Nick les dijo a los hombres que Santa Anna probablemente los estaría contactando muy pronto. Temprano en la mañana
siguiente el tren de vagones se enrumbo hacia el Sur nuevamente. A eso del mediodía notaron tres jinetes cabalgando hacia ellos.
Cuando se acercaron mas a ellos, con los binoculares Nick podía ver que vestían uniforme militar. Nick detuvo los vagones.

"Yo creo que pueden ser scouts de Santa Anna enviados a contactarnos," le dijo Nick a sus vagoneros.

Los jinetes vestidos en el uniforme de caballería mexicana se detuvieron al frente del tren de vagones donde estaba Nick. "Es usted
es el Señor Arrington a quien esta esperando el Presidente?" "Si, soy yo" le respondió Nick afirmando con un movimiento de cabeza
mientras hablaba.

"Entonces nosotros los guiaremos a su campamento si nos siguen. No queda lejos Señor Arrington." El jinete hablaba buen ingles,
pensó Nick.

"Muy bien, los seguiremos," le respondió Nick. Los jinetes los guiaron por varias millas de terreno ondulado cubierto de un pasto de
pradera verde. Nick y sus amigos estaban complacidos con el sitio que Santa Anna había seleccionado para este encuentro. Habían
grupos de árboles creciendo cerca que les darían leña para las fogatas, y había suficiente agua para todos incluyendo las bestias.

ENCUENTRO CON SANTA ANNA

Se dieron cuenta que a Santa Anna le quedaba bien la descripción general que tan frecuentemente le daban. Era pequeño y bajo de
estatura, muy nítido y preciso, y se vestía de una forma inmaculada. Demandaba disciplina estricta de los oficiales y soldados que
estaban con el. Nick podía comprender fácilmente el porque había tenido éxito como General y Presidente. Tenia coraje, una
personalidad hipnótica y le gustaba dar ordenes. Tenia una mente brillante y conduciva a estrategias militares.

A Nick le cayo bien el Pequeño Dictador arrogante, el cual le hacia recordar a un gallito enano.

Santa Anna le mostró a Nick y sus amigos toda la hospitalidad posible que se les podía dar ahí en los llanos del Norte de México. La
caballería Mexicana había traído ganado que fue destasado y preparado por los cocineros del ejercito. A los americanos les gustaron
estas comidas, aunque algunos pensaron que los cocineros Mexicanos usaban demasiado condimento.
LA JUGADA DEL COMPROMISO

Nick y sus amigos cortaron postes de los árboles que crecían cerca del campamento y los colocaron en un circulo perfecto para hacer
el redondel. Alrededor de los postes estiraron una lona gruesa que proporciono Santa Anna de entre sus implementos militares.
Dejaron una apertura pequeña para que el juez y los soltadores pudieran entrar al redondel. A pesar de que no habían asientos para
el publico, el redondel improvisado quedo muy bueno. La lona que encerraba el circulo tenia mas o menos un metro de alto y el
publico podía estar de pie detrás de ella y ver bien las peleas sobre el muro de lona.

Nick y Santa Anna estaban satisfechos con el tamaño del redondel y su piso de pradera suave y acolchonada. Removieron todo el
pasto dentro del circulo y colocaron los postes con un pequeño ángulo de tal manera que el publico pudiera tener una mejor vista
todo el tiempo de los gallos peleando.

Nick y Santa Ana redactaron el contrato para el compromiso y los dos lo firmaron delante de varios testigos. Santa Ana podía hablar y
leer el ingles fluidamente. Lo había aprendido cuando negociaba con Stephen Austin quien lo había apoyado en un comienzo y
después fue como una espina en la piel de Santa Ana. Su verdadera habilidad con el ingles vino durante su exilio a América después
de que Sam Houston lo capturara en San Jacinto.

Hubo algo de desacuerdo sobre el uso de las gaffs americanas, pero Santa Anna concedió a usarlas como las describió Nick en su
carta. De cualquier longitud, de acero redondas y solo con filo en la punta. La carta también especificaba que no se darían ni
recibirían mas de dos onzas de diferencia en el peso de los gallos.

Entre el Pequeño Dictador y Nick tenían mas de 600 gallos, y este fue uno de los compromisos mas grandes que se hayan jugado en
el hemisferio oeste y probablemente en cualquiera de los hemisferios. Las sumas de dinero mas altas de que se haigan oído hablar
fueron apostadas en este compromiso. La cantidad exacta de dinero por el que jugaron nunca se revelo, para prevenir que los
bandidos lo supieran e intentaran asaltarlos.

Algo en que todos los historiadores están de acuerdo es que la cantidad de dinero que apostaron en este compromiso el Presidente de
México y el muy rico Nicholas Arrington de Carolina del Norte hubiera dejado boquiabierto a cualquier potentado del medio oriente al
haberlo visto. Algunos historiadores dicen que la bolsa del premio fueron dos baúles grandes llenos de dinero y las cantidades de las
apuestas hechas por fuera en cada pelea hubieran hecho arrugar a cualquier hombre.

A Nick casi siempre se le hacia difícil que sus apuestas grandes fueran cubiertas, pero Santa Anna nunca objeto sobre la cantidad
depositada para el compromiso ni las apuestas que hacia por fuera en cada pelea, siempre contento cubriendo cualquier cantidad de
dinero que Nick quisiera apostar.

Algunos de los amigos mexicanos de Santa Ana y oficiales de su ejercito aparentemente traían dinero y apostaban fuertes sumas en
los gallos Españoles Cenizos del Dictador. Esas apuestas eran rápidamente aceptadas por los galleros y vagoneros de Nick. Mucho del
dinero que cambiaba manos era en monedas de oro, lo cual no le importaba a ninguno de los presentes ya que todos conocían el
valor de canje del dólar americano y del peso mexicano. Muchos de los comerciantes en el territorio aceptaban dinero Mexicano, y el
dólar americano era bueno en cualquier lado.

Nick y sus amigos aprendieron mucho sobre el estilo de vida mexicano mientras eran los huéspedes de Santa Ana. Para la gente
Mexicana la pelea de gallos es un ritual hecho de una manera ceremoniosa la cual añade dignidad y formalidad al deporte. Los
Mexicanos no se apuran y no pelean un par de gallos detrás de otro como hacen los americanos. El tiempo es la ultima de las
preocupaciones de un Mexicano cuando esta en una pelea de gallos. No hay diferencia para ellos entre pelear seis gallos o cien gallos,
nunca se apresuran. Algo que les gusta a los Mexicanos es la música entre cada pelea. Santa Anna ordeno que un vagón abierto fuera
colocado cerca del redondel para que se sentaran siete de sus músicos durante las peleas. Las sillas plegables que colocaron el en
vagón no solo proveyeron de un lugar para que los músicos se sentaran sino que también les dieron una excelente vista de las peleas.
Inmediatamente después de terminar cada pelea los músicos empezaban a tocar y lo hacían como por cinco minutos.

Santa Anna amarro y soltó sus propios gallos igual que Nick. Santa Anna y sus asistentes eran muy lentos en amarrar y traer los
gallos al redondel, cuando aparecía, pesaba su gallo nuevamente en la balanza a la entrada del redondel, luego entraba al redondel y
desfilaba muy lentamente dentro de su interior hablando con el publico y llevando el gallo de tal manera que todos lo pudiesen ver.
Gustosamente contestaba todas las preguntas en español o ingles sobre su peso, condición, o como fue criado, mientras gentilmente
sobaba al gallo desde el cuello hasta las plumas largas de la cola.

Después de caminar despacio tres veces dentro del redondel se volteaba hacia adonde estaba Nick y le preguntaba, "Esta listo, Señor
Arrington?" Nick ya sin paciencia le contestaba de inmediato, "Si, General." Siempre trato al Presidente de México como "General",
algo que aparentemente Santa Anna no objetaba. Desde el primer dia en que se conocieron, a Nick le recordaba mas a un líder militar
que a un político, y cuando primeramente había oído sobre Santa Anna, fue como el General que condujo a su ejercito en la masacre
del Álamo.

"Sabe usted, Señor Arrington, los hombres son como los gallos de pelea. Dentro de cada uno hay un asesino. Solo se le tiene que
calentar la sangre." Santa Anna puso la cresta del gallo dentro de su boca, aspirando fuerte para que la sangre del gallo le subiera y
se la pusiera de un color rojo brillante. Picaron los gallos, los mostraron frente a frente y luego Nick oyó el grito del juez diciéndoles
"Suéltenlos!", y los dos soltaron sus gallos. Una sinfonía de bulla salía de la polvareda, plumas y sangre. Santa Anna miraba
ensueñado pensando que no había nada mas relajante e inspirante que una pelea de gallos.

La furiosa pelea continuo por casi dos minutos. De repente, con un chillido agudo, el gallo de Arrington le dio un golpe fatal por
encima al Cenizo Español. El juez anuncio, "los triunfos del gringo!" Santa Anna se agacho y recogió el cuerpo sangriento de su gallo y
camino hacia donde estaban unas mujeres cocinando. El Pequeño Dictador aventó el gallo sobre el montón de gallos muertos y dijo,
"Aquí tienen otro héroe para el caldo."

A pesar de que Nick gano la primera pelea habían muchas mas por venir. Cada dia las peleas comenzaban despuecito de salir el sol y
duraban hasta el mediodía. En cuanto los Mexicanos se llenaban la barriga de su comida caliente picante encontraban un lugar para
relajarse; muchos debajo de los vagones o de los árboles. Santa Anna se retiraba a su tienda de campaña e invitaba a Nick a que lo
acompañara. "Gracias General, pero preferiría que siguiéramos con las peleas," dijo Nick. "Yo entiendo," contestaba el Presidente.
"Mientras viví en América me cayo en gracia saber que ustedes los americanos no disfrutan de unas siesta por las tardes," y agrego,
"Es hora de nuestra siesta Señor Arrington. Habrá suficiente tiempo para continuar con las peleas mas tarde y estará mas fresco
también." Nadie se movía durante la siesta y el campamento estaba muy callado hasta como a las tres de la tarde cuando volvía a
tener vida y todos se juntaban alrededor del redondel hasta el anochecer.

Algunas de las peleas largas duraban mas de una hora, pero muchas terminaban en treinta minutos o menos. Cuando el compromiso
estaba por terminar el Oficial de Turno llevo varios de los vagones a Oro Vista, el pueblo mas cercano, a comprar provisiones.

Nick gano el gran compromiso y el y el Dictador pelearon el resto de los gallos frescos en peleas individuales. Algunos de los gallos
que usaron en el compromiso también volvieron a pelear en las peleas individuales. Varios de estos gallos que pelearon en el
compromiso ganaron rápido y salieron limpios. Santa Anna recupero una pequeña porción de sus perdidas durante estas peleas, pero
Nick gano mas de $100,000 en ellas.

Los hombres de Carolina pasaron mas de dos semanas en el campamento del Presidente Mexicano como sus huéspedes. Talvez este
gran compromiso hubiera terminado en menor tiempo si lo hubieran jugado en los USA sin música entre peleas, sin ceremonias ni
formalidades, y sin Siestas, pero los Mexicanos le habían añadido algo bello y dignificado a las peleas con sus modalidades
despaciosas y formales.

SU PESO EN ORO

El ardiente Pequeño Napoleón del Oeste tomo sus pérdidas como todo buen deportista y se dio un apretón de manos con el Señor
Arrington después que pelearon los dos últimos gallos. Virtualmente una fortuna había cambiado de manos en este compromiso, pero
lo que mas le dolió a Santa Anna fue la derrota de sus Cenizos Españoles. El Presidente podía absorber la enorme cantidad de dinero
que el Señor Arrington le había ganado honestamente con sus espléndidos gallos. Le caía bien el Señor Arrington y lo admiraba a el y
a los gallos finos que el criaba.

Algunas de las casillas fueron sacadas de los vagones y colocadas cerca del redondel durante el compromiso. Después de felicitar a
Nick por su buen carácter deportivo y sus gallos finos, Santa Anna camino hacia una de ellas deteniéndose enfrente de ella. "Señor
Arrington, usted tiene un gallo que yo quiero, y le pagare lo que me pida por el. Este gallo es mi gallo ideal, lo que yo llamo un gallo
perfecto."

"No esta a la venta General, a ningún precio," dijo Nick. "Mato dos gallos buenos antes de que yo lo conociera a usted, y le mato a
sus dos mejores gallos sin salir herido. Lo voy a dejar para semental." Santa Anna le dio una orden en español a dos de sus
asistentes oficiales. Ambos caminaron rápidamente hacia los soldados que estaban cerca de la tienda de campaña de Santa Anna. El
Presidente abrió la casilla y saco el gallo que le gustaba. "Cuanto pesa, Señor Arrington?" pregunto Santa Anna, cargando el gallo
hacia la balanza que estaba a unos cuantos pies de distancia. "Creo que como seis libras y tres onzas, General, no se acuerda usted
del peso?" pregunto Nick.

Los dos asistentes oficiales regresaron con una pequeña caja fuerte. Santa Anna les ordeno que la colocaran cerca de la balanza.
Después saco una llave del bolsillo de su gabán y se la dio a uno de los oficiales, ordenándole que abriera la caja fuerte.

Santa Anna acaricio al gallo gentilmente y lo coloco sobre la balanza. "Pásame algunas monedas de oro," dijo en Español.

"Mas," le ordeno al asistente oficial.

Nick miraba de cerca a Santa Anna, y se percato de lo que estaba haciendo mientras el Presidente continuaba añadiéndole monedas
de oro a la balanza. Cuando se balanceo la balanza, Santa Anna se volteo hacia Nick y le dijo, "Ahora puedo tener a este magnifico
Señor Arrington?" Una persona con mucha determinación pensó Nick, mientras miraba las torres de monedas de oro. Nick había oído
de Majarayas en la India que compraron los famosos gallos de pelea Sonatawal por su peso en oro, pero aquí frente a sus ojos estaba
el Presidente de México ofreciéndole el peso de un gallo en monedas de oro.

"Pronto tendrá gallos tan buenos como los míos si lo consigue, General," dijo Nick, sabiendo que Santa Anna quería usar el gallo para
semental.

"No, no, Señor Arrington, solo parte de su cría ya que no trajo gallinas," dijo Santa Anna.

Nick recordó que este fue el mismo argumento que el hizo para comprar el Giro Halifax. "Nunca he vendido ninguna de mis aves, pero
se lo voy a dejar, General," dijo Nick, ojeando una vez mas el oro en la balanza.

Santa Anna dejo las torres de monedas de oro en la balanza, enllavó la caja fuerte y le ordeno a los dos oficiales que la devolvieran a
la tienda de campaña. Luego se dirigió hacia donde estaban encerrados los gallos que le quedaban, acariciando gentilmente su nuevo
gallo mientras caminaba. La mayoría de sus casillas ahora estaban vacías.
LOS DESILUSIONADOS TEJANOS

Nick y sus amigos de Carolina comenzaron los preparativos para el largo viaje de regreso y les dijeron adiós a Santa Anna y a sus
soldados. El Presidente Santa Anna no podía dejar el campamento hasta que sus vagones regresaran de Oro Vista con las
provisiones; después encaminaría rumbo al sur hacia la ciudad de México a resumir su trabajo de gobierno. Antes de que estuviera
listo para regresar Nick le obsequio dos gallos finos mas, pero no se podían comparar con el magnifico gallo que Santa Anna le había
comprado.

Los vagones de abastecimiento de Santa Anna estaban a la vista cuando los hombres de Nick se sentaron en los suyos esperando la
orden de Nick para emprender el viaje. Con sus binoculares, el oficial de turno que volvía con los vagones de provisiones podía ver
que el tren de vagones de Nick estaba listo para salir del campamento. Despacho un jinete hacia el campamento con noticias de lo
que habían oído en el pueblo. Al llegar al campamento el jinete cabalgo directamente adonde Santa Anna, desmonto, lo saludo y
empezó a hablar rápidamente en español. En cuanto acabo, Santa Anna se dirigió hacia donde estaba Nick. En ingles muy fluido,
Santa Anna dijo, "Señor Arrington, hay unos ladrones en Oro Vista que saben que esta cargando una gran cantidad de dinero y
planean emboscarlo. Tres de mis hombres los oyeron planeando en el cuarto de atrás de la cantina del pueblo."

"Bandidos?" pregunto Nick con precaución. "No Señor," contesto Santa Anna. "Estos son ciudadanos de Texas; gringos locos!" dijo
con obvio disgusto. Durante la jugada no se había hecho mención de la creciente disputa fronteriza entre Santa Anna y el Presidente
Polk. Nick ingeniosamente había evitado tratar temas políticos. "No se preocupe Señor Arrington que esta área esta bajo mi
protección al igual que usted," dijo el General. No era ningún secreto que el Presidente Polk estaba tratando de anexar todo desde
Texas hasta Oregon. La presencia de caballería norteamericana en el área era prueba de que el nuevo Presidente americano tenia
intenciones de quitarle el territorio a los Mexicanos. Nick sabia que el pequeño pueblo de Oro Vista estaba en el lado Americano de la
frontera y la mayoría de sus ciudadanos eran Tejanos y Americanos, pero Nick no dijo nada al respecto.

Ciertamente que los que esperaban a Nick escondidos en el terreno rocoso eran americanos que tratarían de asaltarlo. Ellos sabían
que los vagones de Nick tendrían que pasar a lo largo de la ruta alineada por enormes rocas en ambos lados. El paso de Guadalupe
era la única manera de cruzar la formidable cordillera montañosa. Los Tejanos esperaron pacientemente, anticipando el dinero que le
iban a quitar a Nick Arrington y los otros de Carolina. Mientras esperaban, hablaban de como podían gastar el dinero.

Claro que los hombres de Nick estaban bien armados y podían pelear una buena batalla, pero tenían una desventaja en números,
pensó el líder de los Tejanos. La primera vista de los vagones de Nick estaba muy lejos para la mayoría de los Tejanos, pero uno de
ellos tenia binoculares y estudiaba a los vagones a medida que se acercaban. Parecía que los vagones estaban flanqueados con
soldados montados, al igual que la vanguardia y la retaguardia.

Pasaron los binoculares entre el grupo de Tejanos y uno de ellos, después de percatarse que el tren de vagones traía escolta militar
exclamo, "Maldito Santa Anna!" Los Tejanos no habían contando con Santa Anna protegiendo a ningún americano, mucho menos a
uno que le había ganado tanto dinero. Estos avaros inescrupulosos no podían comprender el honor que había sido compartido entre
los dos competidores.

Los Tejanos permanecieron escondidos detrás de grandes rocas mientras los vagones y los miembros de la orgullosa caballería de
México pasaron al lado de ellos. Seria suicidio tratar de asaltarlos ahora. Habían suficientes soldados escoltando el tren de vagones
como para rodear totalmente a los Tejanos que odiaban a Santa Anna, el villano de la historia de Texas. Recordaban amargamente la
derrota que sufrieron en el Álamo y la masacre en Goliad. Ahora, después de esto lo odiaban mas que nunca.

Santa Anna le había ordenado al oficial en cargo que escoltara el tren de vagones hasta donde el Señor Arrington quisiera. Nick
compro provisiones y whisky en Pecos y antes de salir del territorio disputado, acampo y le dio una fiesta de despedida a la escolta
Mexicana que tuvo por dos días. Algunos de los soldados tocaron las guitarras que los hombres de Carolina habían traído y cantaban
en español. Destasaron y cocinaron varias cabezas de ganado y todos pasaron muy contentos antes de decir adiós.

Los hombres de Carolina hicieron el largo viaje de retorno a casa sin ningún incidente. La vida continuo siendo prospera y feliz para
Nick, con buenas cosechas y ganando mas compromisos. Tommy Collins volvió a Pleasant Hill y maravillo a la gente de Ridgeway con
las historias de las aventuras que había vivido en el lejano oeste con el Gallero Viajero.

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