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STEVE JOBS. DISCURSO EN LA UNIVERSIDAD DE STANFORD (ESPAÑOL).

Tengo el honor de estar hoy aquí presente en la ceremonia de graduación de una de las más prestigiosas
universidades en el mundo. A decir verdad, esto es lo más cerca que estuve jamás de una graduación universitaria.
Hoy deseo contarles tres relatos acerca de mi vida. Eso es todo. Nada del otro mundo. Simplemente tres relatos.

EL PRIMER RELATO ES ACERCA DE UNIR LOS DISTINTOS PUNTOS.

Abandoné los estudios en Reed College después de los primeros 6 meses, pero luego permanecí como oyente por
otros 18 meses aproximadamente antes de dejarlos completamente. Así que, ¿por qué abandoné?

Todo comenzó antes de que yo naciera. Mi madre biológica era una joven soltera, graduada universitaria, que
decidió colocarme en adopción. Creía enérgicamente que debía ser adoptado por universitarios graduados, de
modo tal que todo se organizó para que fuese adoptado al nacer por un abogado y su esposa. Excepto que cuando
emergí ellos decidieron a último momento que deseaban una niña. Así que mis padres, que estaban en una lista
de espera, recibieron una llamada en el medio de la noche que decía: “Tenemos un varoncito inesperado, ¿lo
quieren?” Dijeron: “Por supuesto.” Mi madre biológica averiguó más tarde que mi madre adoptiva nunca se había
graduado de la universidad y que mi padre nunca había terminado el colegio secundario. Se rehusó a firmar los
papeles definitivos de adopción. Solo se avino a hacerlo unos meses después, cuando mis padres le prometieron
que algún día yo iría a la universidad.

Y 17 años más tarde fui a la universidad. Pero ingenuamente elegí una universidad que era casi tan cara como
Stanford, y todos los ahorros de mis padres de clase trabajadora se estaban destinando a mis aranceles
universitarios. Luego de seis meses, no le encontraba sentido a esto. No tenía idea de lo que quería hacer con mi
vida y tampoco de qué manera la universidad me ayudaría a resolverlo. Y aquí me encontraba desperdiciando
todo el dinero que mis padres habían ahorrado durante toda su vida. Así que decidí abandonar los estudios y
confiar que todo se arreglaría eventualmente. Era una decisión bastante temerosa en ese momento, pero a la
distancia fue una de las mejores decisiones que pude haber tomado. En el momento en que abandonara la
universidad podía dejar de asistir a las clases que no me interesaban, y sí participar como oyente de aquellas que
parecían interesantes.

No todo fue romántico. No tenía un dormitorio, así que dormía en el piso en las habitaciones de amigos, devolvía
las botellas de gaseosa para obtener los 5 centavos de depósito para comprar comida, y caminaba las 7 millas a
través de la ciudad cada domingo por la noche para recibir una buena comida una vez por semana en el templo
Hare Krishna. Me encantaba. Y mucho con lo que tropecé más adelante como consecuencia de hacerle caso a mi
curiosidad e intuición resultó no tener precio después.
Déjenme darles un ejemplo: Reed College en ese momento ofrecía quizás el mejor aprendizaje de caligrafía del
país. En toda la ciudad universitaria cada cartel, cada etiqueta en cada cajón, era caligrafiado a mano de una
manera bellísima. Dado que había abandonado los estudios y no tenía que asistir a las clases normales, decidí
tomar un curso de caligrafía para aprender cómo se hace eso. Aprendí acerca de los tipos de letra con trazos de
pie, cómo variar la cantidad de espacio entre diferentes combinaciones de letras, todo aquello que hace que la
admirable tipografía sea grandiosa. Era hermoso, histórico, artísticamente sutil de un modo que la ciencia no
puede captar, y yo lo consideraba fascinante.

Nada de esto albergaba siquiera la mínima esperanza de alguna aplicación práctica en mi vida. Pero diez años
más tarde, cuando estábamos diseñando la primera computadora Macintosh, todo volvió a mi mente. Y lo
volcamos todo en la Mac. Era la primera computadora con bellísima tipografía. De no haber asistido a ese único
curso universitario, la Mac no hubiera tenido nunca tipos de letras múltiples o fuentes espaciadas
proporcionalmente. Y dado que Windows simplemente copió a Mac, es posible que ninguna computadora
personal las hubiera tenido. De haber proseguido mis estudios universitarios, no hubiera asistido a ese curso de
caligrafía, y las computadoras personales no tendrían la maravillosa tipografía que tienen. Por supuesto que era
imposible haber unido los diferentes puntos mirando hacia el futuro cuando estaba en la universidad. Pero fue
muy, muy claro al mirar para atrás diez años más tarde.

Nuevamente, no se pueden unir los distintos puntos mirando para adelante; se pueden unir únicamente mirando
hacia atrás. Así que deben confiar que de alguna manera los puntos se unirán en el futuro. Deben confiar en algo
sus agallas, el destino, la vida, el karma, lo que sea. Este enfoque no me ha traicionado nunca, e hizo toda la
diferencia en mi vida.

MI SEGUNDO RELATO ES ACERCA DEL AMOR Y LA PÉRDIDA.

Yo tuve suerte – descubrí lo que realmente quería hacer temprano en mi vida. Woz y yo comenzamos con Apple
en el garaje de mis padres cuando tenía 20 años. Trabajamos duro, y en 10 años Apple creció de ser una empresa
compuesta por nosotros dos en un garaje a una empresa de $2 mil millones con más de 4000 empleados. Habíamos
lanzado nuestra creación más refinada – Macintosh – un año antes, y yo acababa de cumplir 30. Y después me
despidieron. ¿Cómo se puede ser despedido de la empresa que uno inició? Pues, a medida que Apple crecía
contratamos a alguien que yo pensaba que era sumamente talentoso para dirigir la empresa conmigo, y durante el
primer año o más las cosas anduvieron bien. Pero luego nuestras visiones acerca del futuro comenzaron a diferir
y eventualmente tuvimos una disputa. Al tenerla, nuestro Directorio lo apoyó a él. Así que a los 30 estuve afuera.
Y bien afuera. Aquello en lo que me había concentrado durante toda mi vida adulta había desaparecido, y fue
devastador.

Realmente no supe qué hacer durante unos pocos meses. Sentía que había decepcionado a la anterior generación
de emprendedores – que había soltado la batuta mientras que me la estaban pasando. Me reuní con David Packard
y Bob Noyce y traté de disculparme por haber echado a perder las cosas de tal manera. Yo representaba un fracaso
público muy importante, y hasta pensé en retirarme del valle. Pero poco a poco empecé a darme cuenta que
todavía amaba lo que estaba haciendo. El curso de los acontecimientos en Apple no había cambiado eso para nada.
Había sido rechazado, pero aún amaba lo mío. Así que decidí empezar de nuevo.

No me di cuenta entonces, pero resultó que el hecho de haber sido despedido de Apple fue lo mejor que me pudo
haber pasado. El peso del éxito fue reemplazado por la facilidad de convertirme en un principiante una vez más,
con menor certidumbre acerca de todo. Me dio rienda suelta para ingresar en uno de los períodos más creativos
de mi vida.

Durante los próximos cinco años, inicié una empresa llamada NeXT, otra empresa llamada Pixar y, me enamoré
de una maravillosa mujer que se convertiría en mi esposa. Pixar llegó a crear el primer largometraje animado por
computadora en el mundo, Toy Story, y en la actualidad es el estudio de animación más exitoso a nivel mundial.
En un giro destacado de acontecimientos, Apple adquirió NeXT, volví a Apple, y la tecnología que desarrollamos
en NeXT está en lo más recóndito del renacimiento actual de Apple. Y tenemos, Laurene y yo, una maravillosa
familia juntos.
Estoy seguro de que nada de esto hubiera pasado de no haber sido despedido de Apple. Fue un trago amargo, pero
creo que el paciente lo necesitaba. A veces la vida golpea en la cabeza con un ladrillo. No pierdan la fe. Estoy
convencido de que lo único que me mantenía en curso era que amaba lo que hacía. Deben encontrar lo que
realmente les apasiona. Y esto es tan cierto respecto del trabajo como lo es respecto del amor. El trabajo les llenará
una parte importante de sus vidas, y la única manera de sentirse realmente satisfecho es realizar lo que consideran
un gran trabajo. Y el único modo de realizar un gran trabajo es amar lo que uno hace. Si no lo han encontrado
aún, sigan buscando. No se conformen. Así como sucede con todos los asuntos del corazón, sabrán cuando lo
hayan encontrado. Y, así como sucede en cualquier gran relación, mejora más y más a medida que transcurren
los años. Así que sigan buscando hasta que lo encuentren. No se conformen.

MI TERCER RELATO ES ACERCA DE LA MUERTE.

Cuando tenía 17, leí una cita que decía más o menos lo siguiente: “Si vives cada día como si fuera el último, algún
día seguramente tendrás razón.” Me impresionó, y desde entonces, por los últimos 33 años, he mirado en el espejo
cada mañana y me he preguntado: “¿Si hoy fuese el último día de mi vida, querría hacer lo que estoy por hacer
hoy?” Y cada vez que la respuesta ha sido “No” durante demasiados días seguidos, sé que debo cambiar algo.

El recordar que estaré muerto pronto es la herramienta más importante que he encontrado para ayudarme a tomar
las grandes decisiones en la vida. Porque casi todo – todas las expectativas externas, todo el orgullo, todo temor
a la vergüenza o al fracaso – todas estas cosas simplemente desaparecen al enfrentar la muerte, dejando sólo lo
que es verdaderamente importante. Recordar que uno va a morir es la mejor manera que conozco para evitar la
trampa de pensar que hay algo por perder. Ya se está indefenso. No hay razón alguna para no seguir los consejos
del corazón.

Me diagnosticaron un cáncer hace un año aproximadamente. Me practicaron una tomografía computada a las 7:30
de la mañana, y claramente mostraba un tumor en mi páncreas. Yo ni sabía lo que era el páncreas. Los médicos
me dijeron que éste era seguramente un tipo de cáncer incurable, y que no llegaría a vivir más de tres a seis meses.
Mi médico me aconsejó ir a casa y arreglar mis asuntos, que es el código médico para prepararse para morir.
Quiere decir que hay que tratar de explicarles a los hijos todo aquello que pensaba que iba a tener diez años para
contarles, en pocos meses. Significa asegurarse de tener todo puntualmente arreglado de modo que sea lo más
fácil posible para la familia. Significa empezar a decir adiós.

Pasé el día entero con ese diagnóstico. Luego por la tarde me realizaron una biopsia, en la que introdujeron un
endoscopio por la garganta, a través del estómago y hasta los intestinos, pusieron una aguja en mi páncreas y
retiraron algunas pocas células del tumor. Estaba sedado, pero mi esposa, que estaba allí, me dijo que cuando
vieron las células bajo el microscopio los médicos comenzaron a gritar porque resultó que era una forma muy
rara de cáncer pancreático que se cura mediante cirugía. Me realizaron la cirugía y estoy bien ahora.

Fue lo más cerca que me encontré de la muerte, y espero que sea lo más cerca que me encuentre por varias décadas.
Habiendo pasado esto, les puedo decir lo siguiente con un poco más de seguridad que cuando la muerte era un
concepto útil pero puramente intelectual: Nadie quiere morir. Aún la gente que quiere ir al cielo no quiere morir
para llegar allí. Y sin embargo la muerte es el destino que todos compartimos. Nadie ha logrado escapar. Y así es
como debiera ser, porque la muerte es muy probablemente la única mejor invención de la vida. Es el agente de
cambio de la Vida. Retira del camino lo viejo para dar paso a lo nuevo. En este momento lo nuevo son ustedes,
pero algún día no demasiado lejano, gradualmente se convertirán en lo viejo y se los sacará del camino. Lamento
ser tan dramático, pero es realmente cierto.
Su tiempo es limitado, así que no lo malgasten viviendo la vida de otro. No se dejen atrapar por el dogma – que
implica vivir con los resultados de las creencias de otros. No permitan que el ruido de otras opiniones ahogue
vuestra voz interior. Y lo que es más importante, tengan el coraje de seguir a sus corazones e intuición. De algún
modo ellos ya saben lo que ustedes realmente quieren llegar a ser.Todo lo demás es secundario.

Cuando era joven, existía una publicación maravillosa llamada The Whole Earth Catalog, que era una de las
biblias de mi generación. La había creado un sujeto llamado Steward Brand no demasiado lejos de aquí en Menlo
Park, y le transmitió su toque poético. Esto sucedía en los últimos años de la década de 1960, con anterioridad a
la publicación mediante computadoras personales y de escritorio, así que todo se llevaba a cabo con máquinas de
escribir, tijeras, y cámaras polaroid. Era una clase de Google en edición rústica, 35 años antes de la aparición de
Google: era idealista, y desbordante de herramientas prolijas e ideas importantes.

Stewart y su equipo publicaron varias ediciones de The Whole Earth Catalog, y luego cuando había cumplido su
ciclo, publicaron una edición final. Esto sucedía a mediados de la década de 1970, y yo tenía la edad de ustedes.
En la tapa de la edición final había una fotografía de un camino rural a primeras horas de la mañana, del tipo de
ruta que ustedes caminarían si fueran tan aventureros. Debajo de la foto aparecían las siguientes palabras: “Si no
se tiene avidez por el conocimiento, no se conocerá el éxito”. Era su mensaje de despedida al anunciar el fin de
la publicación. Stay Hungry (sigue hambriento). Stay Foolish (sigue inquieto). Y siempre he deseado eso para mí.
Y ahora, que ustedes se gradúan para empezar de cero, deseo eso para ustedes

Stay Hungry (sigue hambriento). Stay Foolish (sigue inquieto).

Muchas gracias a todos.

Steve Jobs.

Tomado de: Facebook.com


BIOGRAFÍA DE SIDDHARTA GAUTAMA (BUDA)
A lo largo de los siglos, se ha representado la imagen de Buda tantas veces que incluso en Occidente su efigie
resulta tan familiar como cualquier otro objeto artístico. Solemos verle sentado sobre sus piernas en actitud
meditativa, con una protuberancia más o menos saliente en la cúspide del cráneo y un lunar piloso entre las cejas,
cubierto por un vaporoso manto sacerdotal y aureolado su rostro por una serenidad y una dulzura entrañables.
Hay algo, sin embargo, que sorprende a veces: para ser un asceta que ha renunciado a los placeres del mundo y
que conoce a fondo las miserias humanas, en ciertas representaciones parece excesivamente bien alimentado y
demasiado satisfecho.

Es creencia común considerar que los santos llevaban una vida eremítica de lucha y sacrificio en busca de la paz
interior, y así era, efectivamente, en la India que Buda conoció, unos quinientos años antes de Jesucristo. La idea
de la purificación a través del sufrimiento era usual entre hombres ya maduros o ancianos, horrorizados y confusos
ante la perversidad de sus contemporáneos. Con frecuencia, abandonaban a sus familias y se refugiaban en las
montañas, cubiertos de harapos y con un cuenco de madera como única posesión, que usaban para mendigar
comida. Antes de convertirse en Buda, que significa "el Iluminado", Siddharta Gautama también practicó estas
disciplinas corporales abnegadamente, pero no tardó en comprobar que eran inútiles.
Una vida de príncipe

Siddharta Gautama nació probablemente en el año 558 antes de Cristo en Kapilavastu, ciudad amurallada del
reino de Sakya situada en la región meridional del Himalaya, en la India. Conocido también con el nombre de
Sakyamuni ("el sabio de Sakya"), Siddharta era hijo de Suddhodana, rey de Sakya, y de la reina Maya, que
procedía de una poderosa familia del reino.

Según la tradición, Siddharta nació en los jardines de Lumbini, cuando su madre se dirigía a visitar a su propia
familia. La reina Maya murió a los siete días de haber dado a luz y el recién nacido fue criado por su tía materna
Mahaprajapati. Siddharta creció rodeado de lujo: tenía tres palacios, uno de invierno, otro de verano y un tercero
para la estación de las lluvias. En ellos disfrutaba de la presencia de numerosas doncellas, bailarinas y músicos;
vestía ropa interior de seda y un criado le acompañaba con un parasol. Se le describe como un muchacho de
constitución esbelta, muy delicado y con una esmerada educación.

De sus años de estudio, posiblemente dirigidos por dos brahamanes, sólo se sabe que asombró a sus maestros por
sus rápidos progresos, tanto en letras como en matemáticas. Mucho se ha hablado del carácter sensible de Buda;
pero siendo hijo de un rey y aspirante al trono, debió de ser educado también en las artes marciales y en todas
aquellas disciplinas necesarias para un monarca. Con todo, el reino de Sakya apenas si era un principado del reino
de Kosala, del que dependía.

Siddharta se casó con su prima Yasodhara cuando tenía alrededor de dieciséis años, según algunas fuentes, o
diecinueve o acaso más, según otras. En algunas leyendas se dice que la conquistó en una prueba de armas
luchando contra varios rivales. Nada se sabe de este matrimonio, excepto que tuvo un hijo llamado Rahula que se
convertiría muchos años después en uno de sus principales discípulos. El hecho de tener un hijo varón como
continuador de la dinastía le habría facilitado la renuncia a sus derechos y su consagración a la vida religiosa.

La vida de Siddharta transcurría la mayor parte del tiempo en el palacio real, bajo la protección paterna. Según la
tradición, durante sus salidas furtivas a la ciudad, en que era acompañado por un cochero, se produjeron los
llamados «cuatro encuentros». En cierta ocasión que salía por la puerta oriental del palacio, se encontró con un
anciano; en otra ocasión que salió por la puerta meridional, vio a un enfermo; cuando lo hizo por la puerta
occidental, vio un cadáver, y otro día, al cruzar la puerta septentrional, se encontró con un religioso mendicante.
La vejez, la enfermedad y la muerte indicaban el sufrimiento inherente a la vida humana; el religioso, la necesidad
de hallarle un sentido. Ello le llevaría a dejar atrás los muros del palacio en el que se había desarrollado la mayor
parte de su vida.

A los veintinueve años, Siddharta abandonó a su familia. Lo hizo de noche, montado en su corcel Kanthaka y en
compañía de su criado Chantaka. Su meta era Magadha, estado floreciente del sur, donde se estaban produciendo
cambios culturales y filosóficos. Es posible que también eligiera ese reino, a unos diez días de camino desde
Kapilavastu, para evitar la posibilidad de que su padre exigiera que fuese repatriado. Una vez recorrido parte del
camino, se cortó los cabellos, se despojó de sus joyas y aderezos y los entregó a su criado para que, de vuelta a
casa, los devolviera a su familia, con el mensaje de que no regresaría hasta haber alcanzado la iluminación. El
resto del camino lo hizo como mendicante, práctica, por otra parte, muy bien considerada en la India de la época.
También era habitual que hombres ya maduros y con inclinaciones filosóficas se adentraran en el bosque para
buscar la verdad. Lo singular fue que él lo hiciera a edad tan temprana.

En busca del sentido

Una vez en Rajagaha, capital de Magadha, el joven mendicante llamó la atención del poderoso rey Bimbisara. El
rey, acompañado por su séquito, fue a visitarle al monte Pandava, donde practicaba la meditación y el ascetismo.
Según cuenta la tradición, el monarca le ofreció cuantas riquezas deseara a cambio de que aceptara ponerse al
mando de sus batallones de elefantes y de sus tropas de élite. Siddharta informó al rey de su origen noble y del
propósito de su estancia en Rajagaha. El rey Bimbisara no reiteró la propuesta; le rogó únicamente ser el primero
de conocer la verdad alcanzada si llegaba a la iluminación.

Siddharta siguió las enseñanzas de dos maestros de yoga, Alara Kalama y Uddaka Ramaputa. El primero, al que
seguían trescientos discípulos, había alcanzado la fase «en que nada existe»; se cree que su ermita estaba en Vaishi.
Siddharta alcanzó muy pronto ese mismo estadio y se persuadió de la insuficiencia de estas enseñanzas para
liberar a la humanidad de sus sufrimientos. Uddaka Ramaputa tenía seiscientos discípulos y vivía cerca de
Rajagaha. Sus enseñanzas tampoco colmaron los afanes de Siddharta.

Partió entonces para Sena, una aldea junto al río Nairanjana, lugar de encuentro de ascetas. Estas prácticas estaban
perfectamente reglamentadas: incluían el control de la mente, la suspensión de la respiración, el ayuno total y una
dieta muy severa, disciplinas todas ellas penosas y dolorosas. Por los relatos se sabe que Siddharta no se arredró
ante su dureza y que, en alguna ocasión, quienes le rodeaban creían que había muerto. En aquellos tiempos los
alumnos avanzados practicaban ayunos de hasta dos meses, y se sabe que nueve discípulos de Nigantha Nataputta,
fundador del jainismo, se dejaron morir de hambre para alcanzar la liberación final.

Tras años de austeridades y mortificaciones que no le procuraron la iluminación, Siddharta resolvió abandonar el
ascetismo, recibiendo, por el paso dado, las críticas de sus cinco compañeros. Para empezar, se bañó en el río
Nairanjana para librarse de la suciedad que había acumulado en el curso del largo proceso seguido. Al parecer, se
hallaba tan débil que apenas pudo salir del agua. Recobró las fuerzas gracias a la comida que le ofreció una
muchacha llamada Sajata. Según diversas leyendas, esta joven era hija del jefe de la aldea de Sena; el alimento
que le dio al asceta era una sopa de arroz hervido en leche. Poco tiempo después, ya restablecido, Siddharta
alcanzaría la iluminación.

La iluminación
Según todos los indicios, esto habría ocurrido en la ciudad de Gaya, cerca de Sena. Más tarde se llamaría a esta
ciudad BodhGaya, y en ella se levantaría un templo en honor de Buda. Siddharta pasaba largas horas de
meditación a la sombra de una higuera sagrada que más tarde sería bautizada con el nombre de Bodhi o «Árbol
de la Iluminación». Según las leyendas, Gautama se sentó un día bajo la higuera y dijo: "No me moveré de aquí
hasta que sepa." El malvado dios Mara, comprendiendo la gravedad y el peligro que encerraba tal desafío, le
envió una cascada de tentaciones, la más importante en forma de un trío de libidinosas odaliscas que agitaron
histéricamente sus vientres ante la cabeza inclinada de Siddharta; cuando éste levantó sus ojos hacia ellas, el
fulgor de su mirada las convirtió en torpes ancianas de repugnante apariencia.

Al caer la noche entró en trance, y la luz acudió en su auxilio, permitiéndole ver con radiante claridad toda la
intrincada cadena de las causas y los efectos que regulan la vida, y el camino para alcanzar la salvación y la gloria.
En la llamada primera vigilia de la noche le fue otorgado el conocimiento de sus existencias anteriores. En la
segunda fue provisto del tercer ojo o visión divina. Al despuntar el alba penetró en el saber omnisciente y el entero
sistema de los diez mil mundos quedó iluminado. Despertó embriagado de saber.

Siddharta había comprendido que los sufrimientos humanos están íntimamente ligados a la naturaleza de la
existencia, al hecho de nacer, y que para escapar a la rueda de las reencarnaciones era necesario superar la
ignorancia y prescindir de pasiones y deseos. La caridad era una forma de desear la salvación de todos los hombres
y la de uno mismo.

En los primeros momentos tuvo sus dudas acerca de si debía predicar la verdad que había alcanzado. Su primer
sermón tuvo lugar al cabo de un mes en Sarnath, cerca de Benarés, donde residían sus cinco antiguos compañeros.
Al parecer, éstos le recibieron muy fríamente, y Siddharta les reprendió por las maneras que tenían de dirigirse a
un iluminado. Finalmente, los cinco formaron el núcleo inicial de una secta que, dada la sencillez del nuevo
mensaje, creció con rapidez. El discípulo número seis fue Yasa, hijo de un rico comerciante de Benarés;
insatisfecho con su vida sensual y de lujos, su vida presentaba cierto paralelismo con la del propio Siddharta. A
través de Yasa se convirtió toda su familia.

Cuando consideró que sus discípulos estaban convenientemente preparados, los mandó a predicar la nueva verdad
por toda la India. Debían ir solos, y Siddharta regresó a Uruvela. Entre sus seguidores más importantes e
influyentes se encontraba el rey Bimbisara, que donó a Buda y a sus seguidores una parcela de tierra (el «Bosque
de Bambúes») para que les sirviera de refugio. Sin embargo, los discípulos pasaban la mayor parte del tiempo
mendigando y predicando, y sólo regresaban a la finca durante la estación lluviosa.

Buda continuó predicando durante cuarenta y cinco años. Visitó varias veces su ciudad natal y recorrió el valle
del Ganges, levantándose cada día al amanecer y recorriendo entre veinticinco y treinta kilómetros por jornada,
enseñando generosamente a todos los hombres sin esperar recompensa ni distinción alguna. No era un agitador y
jamás fue molestado ni por los brahmanes, a los que se oponía, ni por gobernante alguno. Las gentes, atraídas por
su fama y persuadidas de su santidad, salían a recibirle, se agolpaban a su paso y sembraban su camino de flores.

Una de las conversiones que más fama le procuró fue la de su primo Devadatta, hombre ambicioso que le detestaba
tanto como para urdir un plan que acabara con su vida. Confabulado con unos cuantos secuaces, y sabiendo que
Buda atravesaría un desfiladero, se apostó en lo alto del mismo junto a un peñasco medio desprendido; en el
momento preciso en que Buda transitaba por debajo, la gran piedra fue movida y cayó con estrépito; se oyeron
gritos y se temió por la vida del maestro, pero Buda emergió indemne de la polvareda, con su sonrisa beatífica en
los labios.
En los últimos años de su vida, Siddharta sufrió duros reveses. El rey Bimbisara fue destronado por su propio hijo
y el trono de los sakyas fue usurpado por Vidudabha, hijo del rey Pasenadi, protector también del budismo. Parece
que intentaba retornar a su ciudad natal cuando le sobrevino la muerte. Tenía ochenta y un años de edad y se
encontraba muy débil, pero siguió predicando su doctrina hasta los últimos momentos. Por las descripciones
hechas de la enfermedad infecciosa que contrajo, se cree que la causa última de su muerte, acaecida en la ciudad
de Kusinagara, pudo ser una disentería. Su cuerpo fue incinerado a los siete días de haber fallecido y sus cenizas
repartidas entre sus seguidores.

El ascetismo de Buda provenía de las antiguas religiones, pero es evidente que su propósito no era tranquilizar a
sus semejantes presentándoles una nueva deidad o renovando ritos anteriores, sino hacer a cada uno consciente
de su radical soledad y enseñarle a luchar contra los males de la existencia. Al sustituir las liturgias y sacrificios
por la contemplación del mundo, Buda otorgó una importancia suprema a algo muy parecido a la oración
individual y privada, valorando por encima de todo la meditación, ensalzando el recogimiento y situando el
corazón del hombre en el centro del Universo.

Otra de las causas de su éxito fue, sin duda, su asombrosa tolerancia. No existe ningún dogma budista y, por lo
tanto, ningún budista es perseguido por hereje. Al volver la vista atrás, entre siglos preñados de violencia y
fanatismo, lo que más sorprende de Buda es el sereno llamamiento que hace a la razón y a la experiencia de cada
hombre: "No creas en cualquier cosa porque te enseñen el testimonio escrito de un viejo sabio. No creas en
cualquier cosa porque provenga de la autoridad de maestros y sacerdotes. Cualquier cosa que esté de acuerdo con
tus propias experiencias y que después de una ardua investigación se manifieste de acuerdo con tu razón, y
conduzca a tu propio bien y al de todas las cosas vivientes, acéptala como la verdad y vive de acuerdo a ello."

TOMADO DE: https://www.biografiasyvidas.com


BIOGRAFÍA DE SIDDHARTA GAUTAMA (BUDA)
CONCEPCIÓN Y NACIMIENTO
La mayoría de los estudiosos consideran a Kapilavastu, en el actual Nepal, como el lugar de nacimiento del Buda
Gautama. Otras posibilidades son Lumbini, en el actual Nepal.j También pudo ser en Kapilesvara, Orissak y
Piprahva, Uttar Pradesh, en la India actual.
En la India se cree que el Sakiamuni debió haber nacido en un día de luna llena en el mes de Vaisaka (entre abril
y mayo), como un chatria; era hijo de Sudodana, el elegido jefe de la nación Sakia, cuya capital era Kapilavastu,
la cual, durante la vida del Buda Gautama, fue anexada posteriormente al creciente reino de Kosala. Gautama era
el apellido (el linaje del mítico sabio Gótama) de Sidarta. Su madre, la reina Mayadeví esposa de Sudodana, era
una princesa Koli. La leyenda cuenta que en la noche en la que Sidarta fue concebido, la reina Maya soñó que un
elefante blanco con seis blancos colmillos entraba por su costado derecho, diez meses lunares más tarde nació
Sidarta. De acuerdo a la tradición sakia, la reina Maya debía dar a luz en el reino de su padre, así que cuando se
acercaba el día de la concepción dejó Kapilavastu. Sin embargo estaba dicho que su hijo nacería en un jardín en
el camino entre Kapilavastu y Lumbini, bajo un árbol sala.
El día del nacimiento del Buda es ampliamente celebrado en los países de tradición teravada, a dicha celebración
se le conoce como Vesak. El aniversario del Buda Gautama es llamado «Buddha Purnima». Diversas fuentes
sostienen que la madre del Buda Gautama murió al momento de su nacimiento, otras dicen que fue unos cuantos
días más tarde y otras sostienen que fue luego de siete días. El niño recibió el nombre de Sidarta, que significa
«el que logra su propósito». Durante las celebraciones del nacimiento, el ermitaño vidente Ásita descendió desde
su residencia en la montaña y anunció que el niño se convertirá en un gran rey (chakravarti) o en un gran monje
asceta (sadu). Según los relatos tradicionales, esta profecía fue pronunciada después de que Sidarta puso sus pies
en el cabello de Ásita y este último examinó sus marcas de nacimiento. Al quinto día después del nacimiento de
Sidarta, Sudodana celebró una ceremonia de imposición de nombre e invitó a ocho eruditos brahmanes para que
predijesen el futuro de su hijo. Todos dieron una doble predicción: o que el bebé se convertiría en un gran rey o
bien llegaría a ser un gran hombre santo. Kaundinya, el más joven brahmín (que más tarde llegaría a ser el primer
arjat, diferente a Sidarta Gautama), logró hacerse a la fama de ser el único que predijo inequívocamente, que
Sidarta se convertiría en un Buda.
Si bien la tradición y la leyenda posteriores caracterizan a Sudodana como un monarca heredero, descendiente de
la dinastía solar de Iksuakú, muchos estudiosos piensan que Sudodana era el jefe electo de una confederación
tribal.
Los textos tardíos indican que Gautama no estaba familiarizado con las enseñanzas religiosas dominantes de su
tiempo hasta que se fue en su búsqueda religiosa, la cual, se dice, pudo haber sido motivada por la preocupación
existencialista de la condición humana. En esa época existían en India muchas ciudades-estado, llamadas
majayanapadas. Eran comunes en esa época las repúblicas y señoríos con poder político difuso y estratificación
social limitada, las cuales son conocidas como gana-sanghas. No parece que esta comunidad hubiese tenido un
sistema de castas. No era una monarquía y parece que estaba estructurada ya sea como una oligarquía, o como un
tipo de república. La estructura gubernamental gana-sangha era una alternativa política más igualitaria que las
altamente jerarquizadas estructuras de otros reinos, estas últimas parecen haber influido en el desarrollo de las
jerarquías tipo Sramana, o las tipo jain y la sangha budista que tendieron a una estructuración monárquica tipo
védica

PRIMEROS AÑOS DE VIDA Y MATRIMONIO


Sidarta fue criado por su tía materna más joven Mahapajapati Gotami. La tradición dice que él estaba destinado
desde su nacimiento a ser un príncipe y que había construido tres palacios (para ser ocupados por temporadas),
aunque la más reciente opinión erudita pone en duda tal hecho. El rey Sudodana, su padre, deseaba que su hijo se
convirtiese en un gran rey y lo protegió de las enseñanzas religiosas, del conocimiento de la existencia del
sufrimiento (Duka).

Cuando llegó a la edad de 16 años, según se narra, su padre arregló su matrimonio con una prima de su misma
edad llamada Yasodharā. Según los relatos tradicionales, ella dio a luz al unigénito de llamado Rahula. Se dice
que durante 29 años Sidarta vivió como príncipe en Kapilavastu hasta el incidente de los «cuatro encuentros».
Aunque el padre de Sidarta se aseguró en proveerle todo lo que podía necesitar o desear, las escrituras budistas
cuentan que el futuro Buda sintió que la riqueza material no era el objetivo final de la vida.

LA «GRAN RENUNCIA», LOS «CUATRO ENCUENTROS» Y VIDA ASCÉTICA


Las biografías continúan narrando que pese a los esfuerzos de su padre para ocultarle a los enfermos, los ancianos
y el sufrimiento; el Sakiamuni dejó el palacio para reunirse con sus súbditos y, estando en ello, durante su
recorrido vio a un hombre viejo. Cuando su cochero Chana le explicó que todas las personas envejecían, el
príncipe continuó los siguientes trayectos fuera del palacio. Estando en ello, encontró a un hombre enfermo, un
cadáver en descomposición y un asceta. Estos «cuatro encuentros» deprimieron a Sidarta Gautama, por eso se
esforzó en vencer al envejecimiento, la enfermedad y la muerte llevando la vida de un asceta.
Acompañado por Chana y montando su caballo Kantaka, Gautama renunció a su palacio y se dedicó a llevar una
vida mendicante. Se dice que, «el sonido de los cascos del caballo fue apagado por los dioses»41 para evitar que
los guardias notasen su partida.
Inicialmente, Gautama fue a Rajagaha (actual Rajgir, en el estado indio de Bihar) e inició su vida ascética pidiendo
limosna en las calles. A este incidente se le conoce como la «gran renuncia». Después, los hombres de Bimbisara,
rey del gran reino de Magadja, reconocen a Sidarta y lo llevan ante él y es así como se entera de su búsqueda.
Bimbisara ofrece el trono a Sidarta, pero este rechaza la oferta, mas promete regresar una vez haya alcanzado la
iluminación.

Deja Rajagaha y practica la meditación yoga bajo la tutela de dos maestros anacoretas. Después de que llega a
dominar las enseñanzas impartidas por el maestro Arada Kalama, los kalamas le invitan a suceder al maestro. Sin
embargo, Gautama se siente insatisfecho por este logro en la práctica del yoga y se desplaza hasta donde está el
maestro Udaka Ramaputta, convirtiéndose en su alumno. Con él aprendió diferentes técnicas de meditación y
logró altos estados de conciencia. En esencia, las distintas ideas que examinó Sidarta intentaban redefinir la unión
del individuo (Atman) con un absoluto (Brahmā)n para así lograr la liberación. Y una vez más se le preguntó que
si quería tomar el lugar de su maestro, y otra vez se sintió insatisfecho, y partió de nuevo.
Sidarta y cinco de sus compañeros se disponen a endurecer aún más la austeridad que practicaban. Intentaron
lograr la iluminación mediante la privación del uso de todo bien material, incluidos los alimentos, y la práctica
de la mortificación. Llegó a estar esquelético a causa de no ingerir prácticamente ningún alimento, con excepción
de una hoja o una nuez por día. Es por esto que le faltaron las fuerzas un día en que fue a bañarse y por poco
muere ahogado. Este incidente lo lleva a reconsiderar su sendero hacia la iluminación. Estando en ello, le llega
un recuerdo de su infancia donde ve a su padre arando el campo y logra un estado concentrado y atento que era
dichoso y refrescante: el dhyana.
Aprendió dos cosas de suma importancia: primero, que el ascetismo extremo no conducía a la liberación total,
sino que era preciso algo más; y segundo, que, alcanzado cierto punto, ningún maestro era capaz de enseñar nada
más. Partió decidido a no seguir buscando fuentes externas de sabiduría, sino a encontrarlas dentro de sí mismo.
Otra versión mítica de esta etapa de su vida nos dice que Sidarta, en sus extremas prácticas de ascetismo, después
de algunos días sin comer ni beber agua y pocos minutos antes de su muerte, escuchó a un maestro que estaba
enseñándole a una niña a tocar el sitar (instrumento musical). Dicho maestro le dijo que si la cuerda estaba muy
floja no sonaría, pero si la cuerda se encontraba muy tensa se rompería: la cuerda debía estar en su justa tensión
para que pudiera dar música y armonía. Es en ese momento que Sidarta comprendió el «camino medio»: tanto el
ascetismo extremo como la vida de placeres del palacio eran dos extremos, y la verdad se hallaría en la justa
medida entre el placer exacerbado y el ascetismo extremo.

EL DESPERTAR Y EL NIRVANA
De acuerdo con los primeros textos budistas, después de darse cuenta que la abstracción meditativa (dhyana) era
el camino correcto hacia el despertar, y ya que el ascetismo extremo no funcionó, Gautama descubrió lo que en
el budismo se conoce como camino medio:una senda de moderación, lejos de los extremos del hedonismo y la
mortificación, esto lo llevó a descubrir el Noble camino óctuple, así llamado y descrito por el Buda Gautama en
su primer discurso el Dhammacakkappavattana Sutra. En un célebre incidente, estando casi muerto de hambre y
debilitado, acepta un tazón de arroz con leche y miel que una joven aldeana llamada Sujata le ofreció pues por su
aspecto tan delgado creyó que era un espíritu que le había concedido un deseo.
Continúa el relato diciéndonos que en una noche de luna llena, Gautama se sentó bajo la famosa «higuera arbórea
sagrada» —la más famosa fue la bodhi,o en Bodh Gaya—, jurando que sólo se levantaría al encontrar la verdad.
Kaundinya y los otros cuatro compañeros, le abandonaron pues creyeron que se había tornado indisciplinado y
que por eso abandonó su búsqueda. Pasó varias semanas debajo de este árbol. Como empezó una tormenta, desde
abajo de sus raíces surgió Mucalinda —rey de los nagas serpiente—, se enroscó alrededor de Gautama y lo cubrió
con su caperuza. Tras 49 días de meditación continua y contando con 35 años de edad, logra entrar en el estado
bodi (despertar, completo discernimiento), tomó conciencia de que ya se había liberado definitivamente. Según
algunas tradiciones, este hecho ocurrió aproximadamente en el quinto mes del calendario lunar, mientras que
según otras, fue en el duodécimo mes. A partir de entonces, Gautama sería conocido por sus seguidores como «el
Buda» o «el Despierto» («Buda» es traducido, en algunas ocasiones, como «el Iluminado»).
Conforme al budismo, en el momento de su «despertar», Sidarta llevó a cabo una comprensión completa sobre la
causa del sufrimiento y sobre cómo eliminarlo. A esta comprensión se le conoce como las Cuatro nobles verdades,
que son los pilares sobre los que se apoyan las enseñanzas budistas. Comprendió que ya no pesaba sobre él la
ilusión del falso yo (Anatman): su verdadero ser estaba más allá de las dualidades del aferramiento y la repulsión;
había trascendido el espacio y el tiempo; la vida y la muerte, que había detenido el eterno girar de la rueda del
Samsara. Es a través del dominio total de estas verdades que alcanzar el supremo estado de liberación o el nirvana
es completamente posible para cualquier ser humano. El Buda describió al nirvana como la perfecta paz de una
psique que está libre de todo tipo de: ignorancia, avidez, odio y otros estados doloros o «insalubres» para la psique
(Klesa). El nirvana también es considerado como «el desvanecimiento del mundo» en el que todo resto de
personalidad o juicio se evaporan. En tal estado se adquieren las diez características que todo buda posee.
Según un relato del Ayacana Sutra (Samyutta Nikaya VI.1) —una escritura sagrada del Pali y otros cánones—
inmediatamente después de su despertar, el Buda reflexionó si debía o no enseñar el darma a los demás. Le
preocupaba que los seres humanos, al estar tan dominados por la ignorancia, la avidez y el odio, nunca podrían
reconocer un camino que es tan sutil y profundo como difícil de entender. Sin embargo, según el relato Brahma
Sahampati, se convenció de que al menos uno lo entendería. El Buda se enterneció y aceptó enseñar.

FORMACIÓN DE LA SANGA
Según el Vinaya pitaka, ocho semanas luego de su despertar el Buda encontró a dos mercaderes llamados Tapussa
y Bhallika, que se convirtieron en sus primeros discípulos. Aparentemente cada uno de ellos dio cabellos de sus
cabezas al estupa del complejo religioso Shwedagon en Rangún, Birmania que ha solicitado sean elevados a
reliquias (Sarira). El buda se destina a visitar a Ásita y a sus antiguos maestros Arada Kalama y Udaka Ramaputra
para hablarles y explicarles sus hallazgos pero estos estaban muertos.
Entonces viajó a la ciudad Sarnath cerca de Benarés en el norte de la India. En el parque de los ciervos ofrece su
primer discurso a aquellos cinco compañeros con quienes había buscado la iluminación. Fue entonces cuando se
puso en movimiento lo que en el budismo se conoce como la Rueda del darma o Rueda de la Ley. Juntos forman
la primera sanga: la comunidad budista.
Sus cinco compañeros se convierten en arjat y cinco meses después con la conversión de Yasa y 50 de sus amigos
y otros más, el número de arhat llega a 60. Luego vino la conversión de tres hermanos llamados Kassapa. Junto a
la reputación también se incrementó el número de discípulos a 200, 300 y 500 sucesivamente, con lo que la sangha
alcanzó a tener más de 1 000 discípulos.

VIAJES Y ENSEÑANZAS
Durante los siguientes 45 años de vida, el Buda viajó a la llanura del Ganges, lo que actualmente es Uttar Pradesh,
Bihar y al sur de Nepal, y le enseñó a una amplia variedad de personas: desde nobles hasta barrenderos, a asesinos
como Angulimala y a caníbales como Alavaka. Aunque el idioma materno del Buda sigue siendo un misterio; lo
más probable es que haya enseñado en una o más de las variedades de los dialectos de las lenguas indoarias. El
pali puede ser una normalización de estas.
La sanga viajó a través del subcontinente exponiendo el darma, excepto durante los tres meses del retiro vasana
que tiene lugar durante las lluvias que hacen que el viaje sea difícil y hasta peligroso. Otra razón fue que era muy
difícil viajar sin causar daño a algún animal. En esta época del año, la sanga se retiraría a los monasterios, parques
o bosques y la gente podría encontrarles allí, evitando de esta manera que los monjes mataran accidentalmente a
algún animal.
El primer vasana tuvo lugar en Benarés. Luego de esto, el Buda mantuvo su promesa de regresar a Rajagaha,
capital de Magadha y visitar al rey Bimbisara. Durante esta visita, Shariputra y Maudgalyayana fueron
convertidos por Assaji, uno de los primeros discípulos, llegando a ser los más destacados seguidores del Buda.
Pasó el Buda las siguientes tres temporadas en el monasterio de Veluvana en Rajagaha.
El rey Sudodana, al enterarse del «despertar» de su hijo, envió un total de diez delegaciones para pedirle que
volviese a Kapilavastu. Los delegados de las primeras nueve en vez de entregar el mensaje se unieron a la sanga
y se convirtieron en arjat. La décima delegación, encabezada por Kaludayi, un amigo de la infancia de Gautama,
entregó el mensaje y se convirtió en un arjat.
Transcurridos dos años desde su «despertar», Buda accede a regresar a Kapilavastu y emprende un viaje de dos
meses a pie, enseñando el darma a su paso. Al llegar, en el palacio real se preparaban para servir el almuerzo,
entre tanto la sanga hacía una ronda de petición de limosnas. Al enterarse de esto, el rey Sudodana dijo:
«El nuestro es el linaje guerrero de Mahamassata. Ni uno solo de sus guerreros ha pedido limosna.»

A lo que el Buda replicó:


«Aquella no es la costumbre de tu linaje real. Pero es la costumbre de mi linaje de Buda. Varios miles de Budas
han pasado sus vidas pidiendo limosnas.»

Los textos budistas narran que Sudodana invitó a la sanga al palacio para comer, convite que fue seguido de una
charla sobre el darma. Se dice que luego de esto Sudodana se convirtió en un sotapana. Durante la visita de la
sanga muchos de los miembros de la familia real se unieron a ella. Ananda y Anuruddha, primos del Buda,
llegaron a ser dos de sus discípulos principales. Su hijo Rajula, que para ese momento tenía siete años de edad,
también se unió y se convirtió en otro de los diez discípulos principales. Su medio hermano Nanda también se
unió y se convirtió en un arjat.
Se cree que de entre los discípulos del Buda, Shariputra, Maudgalyayana, Mahakashyapa, Ananda y Anuruddha
fueron los más cercanos. Los otros cinco notables discípulos que completan la decena fueron Upali, Subhoti,
Rajula, Mahākaccāna y Punna.
Durante el quinto vasana, el Buda estaba quedándose en Hahavana, cerca de Vesali, cuando recibió la noticia de
la inminente muerte de su padre. Fue a visitarlo y le enseñó el darma, luego de esto su padre se convirtió en un
arjat.
La muerte y cremación del rey sirvió de inspiración para la creación de una orden de monjas. Los textos budistas
registran que el Buda era reacio a ordenar mujeres. Su madre putativa Mahapajapati Gotami, por ejemplo, se
acercó a él y le pidió que la dejase unirse a la sanga, pero el Buda se negó a permitírselo. No obstante,
Mahapajapati estaba tan dedicada al camino del despertar que reunió a un grupo de damas reales de los clanes
Sakia y Koli que siguieron a la sanga en un largo viaje a Rajagaha. Con el correr del tiempo Ananda defiende su
causa y pide al Buda que reconsidere su decisión; cinco años más tarde de la formación de la sanga, este accede
a la ordenación de monjas. Razonó que las mujeres y los hombres tienen la misma capacidad para despertar. No
obstante les dio a estas unas normas adicionales a seguir (Vinaya).

PARANIRVANA
De acuerdo con el Mahaparinibbana Sutra del canon Pali, contando el Buda Gautama con 80 años de edad,
anunció que pronto llegaría al paranirvana o el final de la sin mortalidad y abandonaría su cuerpo terrenal. Después
de esto, comió sus últimos alimentos que había recibido como una ofrenda de un herrero llamado Cunda. Cayendo
terriblemente enfermo, el Buda dio instrucciones a su ayudante Ananda para que convenciese a Cunda de que la
comida recibida en su casa nada tenía que ver con su muerte y que se había hecho a gran mérito por ser quien le
ofreció su última comida. Los doctores el biku Mettanando y Von Hinüber argumentan que el Buda pudo haber
muerto de un infarto al mesenterio (Síndrome de la arteria mesentérica superior) una afección propia de la vejez,
en lugar de una intoxicación alimenticia.
Debido al número de variantes de las escrituras y a la ambigüedad en la traducción de ciertos términos importantes,
el contenido exacto de la última comida del Buda no es totalmente claro. La tradición teravada, en general,
sostiene que al Buda se le ofreció algún tipo de carne de cerdo, mientras que la tradición majayana cree que el
Buda consumió alguna suerte de trufas o setas. Esto podría reflejar los dos puntos de vista de ambas tradiciones
sobre el vegetarianismo budista y los preceptos para monjas y monjes.
Ananda protestó ante la decisión del Buda Gautama de entrar en el paranirvana en las solitarias selvas de
Kushinagar —actual Kushinagar, India— del reino Malla. Sin embargo el Buda le recuerda a Ananda que
Kushinara fue una vez gobernada por un rey virtuoso que fluyó en armonía con los giros de la rueda del darma.
Ananda cantó de alegría:
«44. Kusavati, Ananda, cantaba sin cesar de día y de noche con diez sonidos —el trompeteo de los elefantes, el
relinche de los caballos, el traqueteo de los carros, el batir de tambores y tamboriles, música y canto, aclamaciones,
aplausos y gritaba: ¡Come, bebe y sé feliz!»
Entonces, el Buda les preguntó a todos los ayudantes de los biku que si tenían algún interrogante o duda a ser
aclarados. Ninguno las tenía. Según las escrituras budistas, es entonces que él entra finalmente al paranirvana. Se
dice que sus últimas palabras fueron:
«Todas aquellas cosas que son producto de la voluntad (Sankara) son pasajeras. Luchemos con diligencia para
liberarnos de ellas.»
—Pali: «vayadhammā saṅkhārā appamādena sampādethā»

TRAS SU MUERTE
Su cuerpo fue cremado y las reliquias fueron resguardadas en monumentos o estupas; se cree que algunas de
dichas reliquias han sobrevivido hasta el presente. Un ejemplo de ello puede ser el Templo del diente del Buda o
Sri Dalada Maligawa en Sri Lanka es el lugar en el que se emplaza la Reliquia del diente del Buda y que existe
en la actualidad.

Según las crónicas históricas del Pali de Sri Lanka, el Dipavansa y el Majavansa, la coronación del emperador
Asoka ocurrió 218 años después de la muerte del Buda Gautama. Según dos textos documentales en chino: Los
18 discursos (十八部論) y La doctrina de los discursos (部執異論), la coronación fue 116 años después de la
muerte del Buda. En consecuencia, el momento de la muerte del Buda fue o en el 486 a. C., según el registro
teravada o en el 383 a. C. según el registro majayana. Sin embargo, la fecha tradicionalmente aceptada como el
momento real de la muerte del Buda en los países de tradición teravada fue en el 544 a. C. o 545 a. C., porque el
reinado del emperador Asoka fue calculado tradicionalmente unos 60 años antes que las actuales estimaciones.
En la tradición budista de Birmania, la fecha de la muerte del Buda es el 13 de mayo de 544 a. C., mientras que
en la tradición tailandesa es el 11 de marzo de 545 a. C.
El emperador Asoka (273-232 a. C.) se convirtió al budismo después de su sangrienta conquista del territorio
Kalinga (actual Orissa) en el este de la India, durante la guerra de Kalinga. Lamentando los horrores y miserias
provocados por el conflicto, el rey decidió, magnánimamente, renunciar a la violencia y resarcir los daños
ocasionados apoyándose, para ello, en el respeto y la dignidad para toda la humanidad. Él propagó la fe budista
mediante la construcción de estupas y pilares (los pilares de Asoka) en los que insta, entre otras cosas, al respeto
de toda vida animal y ordena a la gente a seguir el darma. Tal vez el mejor ejemplo de esto sea el Gran estupa de
Sanchi, cerca de Bhopal (India) que fue construido en el siglo III a. C. y ampliado posteriormente.
El Buda es famosamente recordado por haber dicho a sus discípulos, antes de morir, que no siguiesen a líder
alguno. Tras su muerte, Majakasyapa fue designado por la sanga para presidir el primer concilio budista, junto a
los otros dos principales discípulos Maudgalyayana y Sariputra.
En vida, al Buda se le conoció por los títulos honoríficos de: Sakiamuni, Sakyasimha, Bhante y Bho; luego de su
paranirvana, se le honró con los títulos de: Arijant, Bhagava o Bhagavat o también Bhaguan; Majavira, Jina o
Jinendra; Sastr, Sugata; y más comúnmente en las escrituras refiriéndose a sí mismo como Tatágata.
El declive del budismo en su natal India, se produjo por una variedad de razones y eventos aun cuando continuó
prosperando más allá de sus fronteras.
El budismo había visto un crecimiento constante desde sus inicios en el siglo VI a. C. hasta su aprobación como
la fe oficial del Imperio Maurya por Asoka en el siglo III a. C. Siguió con su florecimiento durante los primeros
siglos de la era cristiana y se extendió incluso más allá del subcontinente indio al Asia central a través de la Ruta
de la seda y más allá de China. Sin embargo, una disminución constante y gradual de sus seguidores en la India
tuvo lugar durante la era gupta. Los monjes chinos que viajaron por la región entre los siglos VIII a. C. y V d. C.,
tales como Fa Xian, Xuanzang, Yi Ching, Song Yun y la monja Huisheng; dan reportes de un declive de las
sangas budistas, especialmente a raíz de la invasión de los Hunos blancos. El declive continuó después de la caída
de la dinastía pala en el siglo XII d. C. y durante la gradual conquista musulmana del subcontinente indio. Para
ese entonces, el budismo se convirtió especialmente vulnerable a los gobernantes hostiles porque se encontraba
débilmente afianzado en la sociedad ya que la mayoría de sus seguidores eran comunidades de monjes ascetas.
Aparte de una pequeña comunidad al este de Bengala, en la que había sobrevivido desde la antigüedad, y de Nepal,
el budismo estaba prácticamente extinto en la India hacia finales del siglo XIX d. C. En los últimos años, ha visto
un resurgimiento en la India debido a la influencia de Anagarika Dharmapala, Kripasaran Mahasthavir, B . R.
Ambedkar y al 14° Dalái Lama Tenzin Gyatso.

RELIQUIAS
Luego de la cremación del cuerpo del Buda Gautama, las reliquias fueron repartidas entre ocho familias reales y
sus discípulos, las que, siglos más tarde, serían consagradas por el rey Asoka en 84.000 estupas. Son muchos los
relatos de índole sobrenatural que rodean a la historia de las presuntas reliquias, tales como que ampararon la
difusión del budismo y que dieron legitimidad a los gobernantes.
TOMADO DE: es.wikipedia.org

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