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EL AGUA NOS DA VIDA

Estando sanos o enfermos, el agua pura es para nosotros una de las más
exquisitas bendiciones del cielo. Su empleo conveniente favorece la salud. Es la
bebida que Dios proveyó para apagar la sed de los animales y del hombre.
Ingerida en cantidades suficientes, el agua suple las necesidades del organismo, y
ayuda a la naturaleza a resistir la enfermedad. Consejos sobre salud. PAG 257.

El agua, gran providencia del Creador, es el elemento más importante como


componente de nuestro organismo; aproximadamente el 65-70 % del mismo está
compuesto por agua. Por ende, esta tiene relevancia en la mayor parte de las
funciones orgánicas: la circulación se ve favorecida, la respiración, la función
renal, la flexibilidad muscular, la digestión, y hasta las funciones intelectuales
son influenciadas por la presencia de un correcto aporte de agua. Por el
contrario, la piel sufre con la deshidratación y envejece cuando su suministro es
insuficiente.

El agua es un constituyente indispensable de nuestros tejidos corporales y resulta


esencial en todos los procesos fisiológicos de la digestión y absorción y
eliminación de desechos metabólicos no digeribles, así como para un buen
funcionamiento del aparato circulatorio.

El agua es el medio de transporte de los nutrientes y de todas las sustancias


corporales, y tiene acción directa en la conservación de la temperatura corporal.

El agua puede usarse de muchas maneras para aliviar el sufrimiento. El tomar


sorbos de agua clara y caliente antes de comer medio litro, más o menos, no hará
ningún daño, sino que más bien resultará beneficioso. Consejos sobre salud. PAG
257.

Hemos de tomar dos vasos de agua a temperatura ambiente, por la mañana al


levantarnos, para estimular el sistema digestivo y combatir el estreñimiento.

Debemos tomar de ocho a diez vasos de agua cada día.

Dios nos invita: “Y el Espíritu y la Esposa dicen: “¡Ven!” Y el que oiga, diga:”
¡Ven!” Y el que tenga sed, venga; y el que quiera, tome gratuitamente del agua
de la vida” (Apoc. 22:17).

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