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De pronto en las últimas horas la Biblioteca Nacional del Perú (BNP) se volvió importante y
la indignación de algunos ciudadanos se subió al tope, porque a la Jefa Institucional,
funcionaria pública en cargo de confianza se le pidió su renuncia. Cuando lo que
naturalmente corresponde es poner el cargo a disposición ante la autoridad política
entrante, esperando ser ratificado (a) o las gracias por los servicios prestados.
No recuerdo tanta indignación cuando hace años se denunció el saqueo del patrimonio
cultural bibliográfico-documental, no recuerdo que se hayan indignado tanto cuando el
sistema judicial archivó todas las denuncias contra los funcionarios responsables por años
de la custodia de tan valioso material.
No recuerdo tanta indignación cuando la Sra. María Emma Mannarelli antes de tener una
semana en el cargo se subió el sueldo y también les incrementó a sus funcionarios de
confianza de S/ 9,000 a S/ 13,500 soles mensuales, mientras a los servidores civiles se
nos despojaba de condiciones de trabajo obtenidas por pactos colectivos suscritos en los
años 2015 y 2017. Nadie se ha indignado que dicho incremento se haya hecho con
presupuesto del bienestar social de los trabajadores, ni por los sueldos de hambre que
apenas nos alcanza para sobrevivir una semana y que sigan congelados por casi 30 años
prohibiéndose además su incremento por negociación colectiva y por Ley de Presupuesto
Público. Incumpliendo los mandatos del TC.
Ninguno de los que hoy se indignan por el retiro de confianza a la Sra. Mannarelli, ha
levantado su voz para que el Poder Ejecutivo o el Poder Legislativo cumplan con el
mandato del TC para que a los trabajadores estatales se nos trate con igualdad y sin
discriminación para que tengamos el derecho a mejorar nuestras condiciones económicas
a través de la negociación colectiva, derechos fundamentales consagrados por nuestra
Constitución Política y los tratados internacionales 87, 98 y 151 OIT que nos ampara.
Y dudo que los indignados se sobresalten al enterarse que las paredes y techos de los
repositorios del nuevo edificio (sede principal de San Borja) están poblados por colonias
de hongos por la humedad y la falta de un sistema adecuado de ventilación. Hace
meses que la BNP suspendió la contratación de un biólogo que venía realizando análisis
de las bacterias y hongos que proliferan por los ductos de ventilación y también por los
pulmones de los trabajadores que prestan servicio a jornada completa en su interior.
Tampoco les afectará que ninguna Cláusula de Género acordada en convenio colectivo
haya sido implementada por la Gestión Mannarelli, por tanto, que un trabajador de la BNP
denunciado por acoso sexual probablemente quede sin castigo porque el proceso
disciplinario aparentemente habría quedado en nada. Y mucho menos les podrá preocupar
que una especialista en Adquisiciones del Estado, se afilie al sindicato y casi al momento
se le notifique la no renovación de contrato CAS, desairando otra vez el tiempo de
servicios a la entidad. Y quizá les parezca correcto que la BNP tenga personal contratado
con sentencia penal con prisión suspendida.
A nadie le indigna que los resultados de los EMO (examen médico ocupacional) se hayan
conocido después de un año por presión de la presidencia del Comité de Seguridad y
Salud en el Trabajo, conociéndose que el test del perfil psicológico arroja resultados
altamente preocupantes (Acta N° 13-2019 del Comité de SST publicada en Intranet). LOS
INDIGNADOS DR. DE LA JARA, SOMOS NOSOTROS QUIENES SOPORTAMOS TAL
NIVEL DE VIOLENCIA Y ESTRÉS EN EL TRABAJO.
¿Por qué durante su gestión, siendo asunto de interés público y parte de la campaña
gubernamental de lucha contra la violencia hacia las mujeres, la BNP no continuó con las
¿Por qué la BNP no declaró Patrimonio Cultural a la Biblioteca personal del historiador
Jorge Basadre Grohmann?
¿Cómo puede explicar que la propuesta de Manual del Perfil de Puestos y el Cuadro de
Puestos de la entidad para el tránsito al Régimen Laboral Servir, favorezca con 17
puestos de especialistas para los órganos de apoyo y asesoramiento, a una diminuta
cantidad de 6 puestos de especialistas para los órganos de línea que son el tronco y
corazón de la Biblioteca Nacional?
¿Cómo puede explicar que dicho cuadro no esté debidamente abastecido en cuanto a los
puestos de analistas y asistentes para los servicios varios, o es que se pretende la
tercerización de los servicios?
Lamento que usted concluya su comentario expresando que nuestra Biblioteca Nacional
ha perdido una persona de lujo. Siempre adjetivamos “un presidente de lujo”, “un
gabinete de lujo” y ahora una “persona de lujo”. Le pido hacer docencia cambiando este
lenguaje colonialista y pomposo que nos aparta de la realidad y la justicia.