Está en la página 1de 1

No me gusta que crezcas sin mí, ni pensar que compartimos otro clima, otro ritmo.

Mientras
vos dormís yo estudio, mientras yo estoy tirada vos ensayás. Quizás cuando vos te estás
despertando yo me estoy acostando.
Quizás la soledad sea tu falta también, y al mismo tiempo no te gusta volver y quedarte mucho
y también lo entiendo.
Vos sos libre allá, acá no. Yo allá no estoy y vos acá no estás.
La distancia era un destino prescrito. Pero me acuerdo que queríamos vivir juntas y a veces me
dan ganas de estar allá.
La rutina no me deja viajar, cierta dependencia al tratamiento me limita bastante. Yo quería
que me deriven a Buenos Aires, pero bueno, sigo en el acá en el que vos no estás. Y la vida es
muy aburrida sin hermanos. Me descoloca un poco este cambio. Porque cada vez que
reconvivimos temporalmente, es como que no tenemos nada en común más que familia.
Para mí es raro.
Yo se que nos une la sangre y un útero. Un disparo blanquecino. Pero no tenemos nada en
común, y cuando visualizamos una la vida de la otra nos damos cuenta que necesitamos
rescate. Que las dos estamos torcidas por caernos en polos opuestos. Yo en extremos castos,
vos no tanto.

También podría gustarte