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Cómo reducir la agresividad en los niños

1. Comprende cómo la televisión y otros aspectos


relacionados pueden influir negativamente en el
comportamiento y vuelven a los niños agresivos. La
violencia televisiva es común incluso en espectáculos
infantiles. Los estudios científicos sugieren que tanto la televisión,
como los videojuegos pueden potenciar la agresividad, ya que a
menudo utilizan la violencia como un medio de resolución de
conflictos. Además, estas formas de entretenimiento pueden
desensibilizar a los niños con respecto a la agresividad. Se
acostumbran a presenciarla de tal manera que ya no son
afectados por ella.

2. Hay que reconocer que los niños suelen modelar (imitar) el


comportamiento de los padres. Si los padres son agresivos en
ciertas situaciones, entonces es probable que sus hijos copien
estas actitudes. Por lo tanto, hay que abstenerse de recurrir a un
comportamiento agresivo, o de fuerza bruta, en respuesta a
circunstancias difíciles o negativas. En su lugar, conviene optar por
un enfoque firme y controlado que sea preferible como modelo
para los niños.

3. No enseñes a tu hijo a usar la violencia como una forma de


lidiar con el conflicto. Si sabes que tu hijo está teniendo
problemas en la escuela o con un compañero, no le sugieras una
pelea como una forma de enfrentarse a eso. Considera la
posibilidad de enviar a tu hijo a clases de artes marciales. Un arte
marcial enseñará al niño cómo defenderse contra la violencia. Este
deporte también enseña a los niños la disciplina y el respeto; estos
aspectos ayudan a desarrollar un carácter más controlado y sin
agresividad.

4. Educa a tu hijo en formas más productivas con las que


pueda hacer frente a emociones negativas como la ira y la
frustración. Para ello, no respondas a la mala conducta. No
satisfagas las necesidades de un niño grosero y agresivo. En
cambio, trata de disciplinar al niño y de explicarle por qué no debe
responder a este comportamiento. Sugiere al niño usar palabras
para expresar sus emociones, en lugar de usar acciones para ello.

5. Ten en cuenta las emociones de tu hijo para detener su


comportamiento agresivo. Reconoce cuando tu hijo está
molesto, y ocúpate de calmarlo antes de que la emoción se
desborde. Sugiere a tu hijo que te cuente el problema para
promover la comunicación verbal. Si tu niño no puede expresar
esas preocupaciones, proponle un cierto tiempo para que consiga
calmarse. Aconseja que se tome un tiempo a solas. Si lo haces así,
le demuestras a tu hijo que hay más formas de calmarse para
hacer frente a las emociones negativas.

6. No te centres en las acciones agresivas de tu niño. Si tu


pequeño es violento con otros niños, pon tu atención en el niño
agredido, y no en el agresor. De esa manera le das al niño
agredido la atención que el agresor busca. Una vez que hayas
consolado al niño herido, gírate hacia la agresor y realiza una
acción disciplinaria. Limita la interacción, pero tómate tiempo para
explicar por qué la acción negativa es una conducta no deseada.

7. Usa una agresión accidental como un momento para


enseñar. Si tu niño accidentalmente hiere a otro niño, puedes
usar este incidente para mostrar a tu hijo cómo una conducta
agresiva causa dolor. Haz que tu hijo se disculpe sinceramente por
el accidente.

Claudia Valdivia Rivera


Psicóloga Centro educacional Adonay

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