La realización de este trabajo me hizo reflexionar sobre la importancia del sentimiento
de pertenencia, de sentirse parte, de estar “incluido” en el sistema y la relevancia de la existencia de los centros educativos terapéuticos que “alojan” a aquellos niños que por sus dificultades no pueden permanecer en un sistema educativo sistemático ya que implica la implementación de estrategias específicas de intervención que resultan incompatibles con las condiciones del dispositivo escolar. A la vez, me permitió replantearme sobre el futuro de aquellos jóvenes que egresan de estos centros y la necesidad de promover espacios que posibiliten una inclusión verdadera en el colectivo social que les permita ubicarse más allá de la discapacidad.