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CULTURA ANDINA.

Cuando visualizamos la cultura andina lo asociamos armónicamente a la naturaleza, como


la adaptación progresiva y sostenible del hombre a su entorno, entonces, resulta ser el
modelo de soluciones que el hombre andino da al enfrentarse con la naturaleza y su
dominio progresivo sobre ella.

En la domesticación de plantas su importancia es muy alta, por la gran variedad de


especies cultivadas, en la domesticación de animales su importancia es primordial como
base de insumos textiles, de carga, de transporte, de alimentación y de comercio.

No solamente domesticaron especies vegetales y animales, también cambiaron las


condiciones del agua y suelo mediante la elaboración de complejos sistemas de irrigación,
la construcción de andenes y la rotación de cultivos, en fin, humanizaron su medio
ambiente de manera racional y coherente, mediante una cooperación entre familia y
naturaleza, en un contexto social que les permitió desarrollar el liderazgo, la cooperación
y la especialización.

En función de la cooperación, surgió su alto ordenamiento social necesario y específico,


y un grado de ritualización de la naturaleza, por ello las fiestas y rituales de los andes
estabiliza y reafirma las agrupaciones sociales, sus formas de interacción funcionales, y
su organización en el aprovechamiento de la naturaleza.

La cultura andina no es estática, a está sujeta a cambios, a adaptaciones en el tiempo. En


ese sentido, las culturas andinas ubicadas en una sociedad contemporánea, están en
continuos procesos de cambios muy rápidos. Por el contrario, es difícil pensar en reductos
culturales estáticos, no articulados a la transformación regional y nacional.

La concepción del hombre andino sobre el espacio, el tiempo, la naturaleza y la sociedad,


expresada en mitos, ritos, fábulas y otros, representa su modo de vivir, distinto a lo que
pregona la globalización, por lo que al aceptarlo no se lo debe aceptar de manera
imperativa, no mientras sus formas de desarrollo moderno no respeten las culturas locales.

En muchas sociedades andinas actuales, su cultura es la puerta de entrada a los elementos


de la tecnología moderna, la cual no es rechazada, al contrario, facilitan su ingreso, pero
antes la experimentan para adecuarla a la realidad local.

En las ciudades andinas, o en la costa, los emigrantes llevan su cultura y la usan como
medio de despliegue y adaptación a la nueva sociedad, poseen una memoria colectiva de
la cultura popular ancestral, de su cosmovisión y pensamiento mítico, y se difunde en lo
colectivo a través de métodos y técnicas educativas que tienen un impacto, una noción
vivida, un poder de fijación y movilización mucho más fuerte que las técnicas de la
pedagogía moderna.

Esos métodos y técnicas andinas son: el mensaje de las leyendas, fábulas, ritos, etc. Lo
cuales bullen en su conciencia social y que se dan paralelamente en las mismas
actividades productivas, junto con las fiestas, ceremonias o defensa de la comunidad.

Debido a la competencia, la globalización es homogeneizadora, excluyente y dominante,


no respeta ni valora las diferencias de las culturas locales, por eso no siempre toma en
cuenta la necesidad de la sostenibilidad del medio ambiente.

Nuestra cultura andina está inmersa en un proceso de movilidad social y económica


producto de los cambios tecnológicos de la era digital.

Los hombres andinos en las grandes urbes tienen que adaptarse, por lo que se cambian y
varían su identidad cultural, dando como resultado la desadaptación social con falta de
identificación y seguridad, buscando nuevas identificaciones en la vida entre lo nuevo y
su origen, destruyendo logros y conocimientos alcanzados en miles de años de
enfrentamiento del hombre con la naturaleza en los Andes.

Correcto es aceptar que la globalización de la cultura andina permite que las expresiones
de tradición, gastronomía, naturaleza y cultura se internacionalicé, con los beneficios que
ello acarreé.

Si las culturas tienen que cambiar necesariamente, deben darle sentido a las acciones
humanas, asegurar su eficacia y control social asimilando las enseñanzas de otras culturas,
y sobre todo evitando la destrucción de la naturaleza.

La cultura andina es un gran potencial para el desarrollo humano, ya que no se desvincula


con la modernidad, porque su tecnología y la economía empieza con el territorio, la
relación con el medio ambiente y abarca otras áreas como la producción, la vivienda, la
alimentación y la salud, las relaciones y redes sociales, la organización familiar y la
organización del trabajo hasta la comunidad, las organizaciones intercomunales y la
política, la lengua, el arte, la religión, el sistema de valores y la cosmovisión tradicional.

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