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Introducción............................................................................................................... 7
El hilo económico
25
Auge, consolidación y estancamiento en la construcción del espacio urbano
de Mérida: 1800-1975.............................................................................................27
José Fuentes Gómez y Magnolia Rosado Lugo
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576 C i u dad es pos c o lo n i al es e n m é xi c o
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476 C i udad e s p o s c o lo n iale s e n m é xic o
tipos de actores: una élite más o menos homogénea, los sectores populares y
los intelectuales o voces críticas.
Lejos de una historia lineal, las múltiples historias aquí contadas proponen
un ejercicio de reinterpretación de la historia de la ciudad de Aguascalientes
en dos siglos, esto desde enfoques variados y a veces contradictorios, en re-
corridos de ida y vuelta, buscando orden en el caos y proponiendo una entre
mil maneras de aprehender su presente y sus dos siglos pasados.
Ubicada a 1,880 msn, en un valle del altiplano central mexicano, con pocas
elevaciones visibles a su alrededor, la villa de Aguascalientes comenzó a po-
blarse a fines del siglo xvi con el propósito de pacificar la zona de guerra
chichimeca y constituirse en presidio, en lugar de paso y resguardo para las
conductas que iban a las minas de Zacatecas. En 1575 sus habitantes ob-
tuvieron una cédula de la audiencia de la Nueva Galicia que confirmaba su
fundación, y por varias décadas, como en tantos otros casos, la villa perma-
neció casi despoblada y no sin peligro de desaparecer.1 La exitosa producción
de plata zacatecana (sobre todo entre 1615-1635 y 1670-1690, los grandes
ciclos de auge)2 aseguró su existencia y le otorgó cierta estabilidad a lo largo
del siglo xvii; aunque el lugar no dejaba de ser “tan sólo un punto en un am-
plio esquema de compra y distribución de mercancías que incluía la feria de
Jalapa, los grandes almacenes de la ciudad de México y el poderoso imán de
las minas del Norte”.3
Su estatus cambió en el siglo siguiente. En el xviii la constante y crecien-
te demanda de productos de las minas, la importancia concedida a la villa
en la reorganización militar que se emprendió en el Virreinato hacia 1780
y un crecimiento demográfico generalizado, la volvieron no sólo el centro
organizador de la producción agropecuaria regional, sino el asiento de ricos
comerciantes, sobre todo peninsulares.4
1
Gómez y Delgado, Aguascalientes, 2010, pp. 18-25.
2
Bakewell, Minería, 1976.
3
Gómez, Españoles, 2003.
4
Gómez, Españoles, 2003.
I m a g i na r i o s y p roy e c t o s u r b a n o s 477
Desde el ocaso del siglo xviii y hasta los albores del siglo xxi, la de Aguas-
calientes ha sido una urbe de medianas proporciones, con un crecimiento
demográfico casi permanente (a veces lento, a veces veloz, pero sostenido),
y con una diversificación económica constante en la que ha destacado el co-
mercio. Dueña de una centralidad en su contexto estatal, se hizo definitiva
muy pronto en el siglo xx y nunca ha sido puesta en entredicho (ni por los
centros mineros de Tepezalá y Asientos en sus mejores momentos, ni por la
medianamente rica e independiente Calvillo), su historia se entrelaza con la
del Estado y a veces se confunde, pero dista de ser la misma.
El temprano exterminio de la de por sí poca población indígena de la re-
gión se delata aún hoy en los rostros de su gente, de tez menos morena, en el
centro y el sur del país. En el mapa prehispánico, su zona aparece en el límite
entre Mesoamérica y Aridoamérica; en el turístico es modesta por su patri-
monio arquitectónico y pasado colonial, pero su historia y ubicación (a medio
camino entre la minera, rica y después turística Zacatecas, y la siempre recto-
ra Guadalajara) la colocan sin discusión entre las ciudades novohispanas fun-
dadas en el siglo xvi que marcharon paralelas en muchos sentidos, integrada
aunque en un eslabón siempre secundario, a diferencia de las apartadas zonas
del norte e incluso del alejado sur, que siguieron caminos y encontraron vín-
culos diferentes.
Ciudad media por diversas razones, como su tamaño, su crecimiento cons-
tante —promedio—, su lugar entre el conjunto nacional, su importancia
económica o su atractivo turístico, la de Aguascalientes ha tenido sus rit-
mos propios, sus apuestas, sus momentos, sus dinámicas de adaptación, de
promoción de proyectos, de tendencias y de las visiones que sobre ella han
tenido sus habitantes.
A veces ha sido precoz, como en su grado de concentración respecto a la
población de su Estado y la región, a veces radicalmente tardía, como en la
construcción de edificaciones verticales. En algunas etapas fue significati-
vamente exitosa frente a los contextos nacionales e incluso mundiales de
crisis económica; en otras, dependiente de modelos únicos y anquilosados. A
principios del siglo xx fue germen de artistas con papeles protagónicos en
la vanguardia del arte nacionalista,5 pero también ha sido un rincón notorio
de conservadurismo moral, como una extensión del Bajío. El peso agobiante
5
Sheridan, Corazón, 1989, especialmente pp. 86, 124, 151 y 178.
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6
Capel, “Redes”, 2003, pp. 211-248.
7
De 55,038 vehículos en 1980 se pasó a 105,893 en 1990; 198,046 en 2000 y 397,205 en 2008. http://
www.inegi.org.mx/lib/olap/General_ver4/MDXQueryDatos.asp
8
Véase por ejemplo: Gómez, et al., Historia, 2007, pp. 415.
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A pesar de las condiciones cambiantes que, como en todas las ciudades occi-
dentales, fue sufriendo por sus dinámicas de incorporación plena al capitalis-
mo entre el siglo xix y el xxi, Aguascalientes ha sido una ciudad diversificada
en su economía, con predominio del comercio y los servicios. Su región cir-
cundante conservó por mucho tiempo su original vocación de productora
agrícola y ganadera —que cambió apenas en años recientes—, pero el núcleo
urbano central ha mantenido notable constancia en los rangos de ocupación
de los diferentes sectores; algunos indicadores permiten seguir este hilo: 30%
de población casi siempre ha trabajado en actividades de manufactura, 10%
en tareas agropecuarias y más de 50% en el comercio y los servicios.
En 1837, un informe oficial lamentaba el abandono del gran taller de teji-
dos de seda, lana y algodón que, conducido por el peninsular Jacinto López
Pimentel, había llegado a ocupar, se decía, 1,500 operarios. Se celebraba, a
pesar de todo, que de éste se habían desprendido 150 pequeños talleres de
9
En 1950 en el municipio de Aguascalientes se producían apenas 288 toneladas y 450 más en el de
Rincón de Romos. Tercer Censo Agrícola, ganadero y ejidal, Aguascalientes, 1950. Los datos de 1980
y 1992 provienen de Salmerón, Intermediarios, 1998, cuadro 29, s/p.
10
Salmerón, Intermediarios, 1998, pp. 104-105.
11
Martínez, “Pasado”, 2009, pp. 19-33.
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12
“Noticias”, 1837, tomado de Rodríguez, Aguascalientes, t. iv, vol. i, pp. 110-111.
13
Gómez y Delgado, Aguascalientes, 2010, pp. 57-64 y 114-115.
14
Véase por ejemplo Lira, “Efectos”, 2000, pp. 247-294.
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15
Archivo Municipal de Aguascalientes (ama), Caja 221, expediente 21.
16
Martínez, Aguascalientes, 2009, pp. 153-154 y 157-159.
17
Wallerstein, Capitalismo, 2010 (1983), p. 26.
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18
Primer Informe de Gobierno de Rodolfo Landeros, véase: Salmerón, Intermediarios, 1998, p. 126.
19
Muchas veces se anunció la determinación de sacar los establos del perímetro urbano. En mayo de
1952 se propuso mover al menos 97. El Sol del Centro, 20 de marzo de 1952.
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Cuadro 2. pea en la ciudad: 1940, 1950, 1960, 1970, 1980, 1990 y 1995
Población total pea/po pea primario pea secundario pea terciario
Ciudad 82,234 21,113 9.13% 29.27% 61.6%
1940
Ciudad 93,363 27,143 9.43% 36.41% 54.16%
1950
Ciudad 126,617 37,619 6.81% 41.49% 51.7%
1960
Ciudad 181,277 48,168 9.9% 31.72% 58.38%
1970
Ciudad 293,152 94,157 (2,745) (25 030) (38,098)
1980
Ciudad 440,425 142,937/ 2.2% 36% 61.7%
1990 137,786 (3,032) (49,728) (85,026)
Ciudad 196,501 14.61% 28.88% 56.31%
1995 (27,807) (54,968) (107,175)
Fuente: para las décadas de 1940 a1970, Salmerón, Intermediarios, 1996, cuadro 24. Para
1980 y 1990, Ortiz, “Metropolización”, 2001, p. 282: en estos dos años se distingue de la
Población Económicamente Activa la Población Ocupada y la desagregación y porcentajes
corresponden a esta última. Para 1995, implan, Programa, 2001, pp. 96-98: en la desagrega-
ción de resultados no se incluyen 381 habitantes, que representan el 0.20% de la pea, dedica-
dos a una actividad “no especificada”.
20
Martínez, Cambio, 2009, pp. 339-341.
484 C i udad e s p o s c o lo n iale s e n m é xic o
21
A propósito del anuncio de una nueva armadora que se instalará en la ciudad en 2012. Otto Gra-
nados ha recordado que la negociación para la primera planta, inaugurada en 1992, fue decidida por
el presidente mundial de nissan, y comunicada sucesivamente a Jaime Serra Puche, Secretario de Co-
mercio, al presidente de la República, Carlos Salinas de Gortari y, al final, al gobernador Miguel Ángel
Barberena. Granados, “Cómo”, Líder, septiembre 2011, pp. 38-39.
22
Conolly, Contratista, pp. 104-105; Brambila, “Concentración”, 1984, pp. 78-79.
23
Bassols, “Marca”, 2012, pp. 29-35 y 44-46.
24
Martínez, “Funcionamiento”, 2007, pp. 34-46.
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25
Las perspectivas dominantes confieren el cambio urbano del siglo xx de forma prácticamente ex-
clusiva al comportamiento económico. Por ejemplo Garza, “Evolución”, 2002, pp. 7-16.
486 C i udad e s p o s c o lo n iale s e n m é xic o
que, en el mejor de los casos, empataban con las igualmente altas tasas de
natalidad. La transición, que inició en diferentes momentos en el mundo a
partir del siglo xviii, fue posible por la reducción de la mortalidad (atribuible
a la higiene y al avance de la medicina, entre otras razones) y por una prime-
ra etapa en la que las tasas de natalidad se mantuvieron altas y dispararon
las cifras de habitantes.26
26
Vera y Pimienta, Transición, 1998.
27
inegi, Estadísticas, tomo i, 2009, pp. 47-63.
I m a g i na r i o s y p roy e c t o s u r b a n o s 487
28
Herrera, Aguascalientes, 1996, pp. 126-127.
29
Id.
30
González, Estadísticas, 1956, pp. 34-35; Secretaría, Censo, 1940; Padilla, “Japón”, en Investigación,
2008, pp. 22-27.
488 C i udad e s p o s c o lo n iale s e n m é xic o
Fuente: elaboración propia con información de inegi y software arc Viwe 3.2.
490 C i udad e s p o s c o lo n iale s e n m é xic o
El espacio y el mapa
36
Salmerón, Intermediarios, 1998, pp. 200-204.
37
Herrera, Aguascalientes, 1996, pp. 126-127.
I m a g i na r i o s y p roy e c t o s u r b a n o s 491
Fuente: elaboración propia con base en Epstein, Isidoro, “Plano de las huertas de
Aguascalientes”, 1855, amea, Mapoteca.
38
Martínez, Cambio, 2009, pp. 248-272.
492 C i udad e s p o s c o lo n iale s e n m é xic o
Fuente: elaboración propia con base en Schöndube & Neugebauer, “Plano de la ciu-
dad de Aguascalientes. Abastecimiento de agua para la ciudad de Aguascalientes.
Tubería de distribución en la ciudad. Proyecto presentado por la Empresa de Aguas
de Aguascalientes, 1908”.
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39
Martínez, “Ciudad”, 2012.
40
El Heraldo de Aguascalientes, 5 de octubre de 1955.
41
La lucha inició en 1941, cuando vecinos de la zona comenzaron a pedir su desecación y la Liga de
Horticultores encabezó su defensa, Delgado, pp. 84 y ss. El fraccionamiento inició en 1946. “Fraccio-
narán la zona del estanque de La Cruz”, El Sol del Centro, 7 de agosto de 1946. “Céntrica zona residen-
cial inaugura en breve sus dos primeras calles”, El Sol del Centro, 3 de diciembre de 1948.
42
Véase por ejemplo Salmerón, Intermediarios, 1998, pp. 82-84; Bassols, Política, 1997, p. 159.
494 C i udad e s p o s c o lo n iale s e n m é xic o
estos procesos habían empezado mucho antes (al menos con la industria y
la vivienda), y el anillo fue por mucho tiempo un referente más simbólico
que real. Había sido propuesto por Carlos Contreras en 1948 como una con-
tención natural al crecimiento urbano;43 se anunció el inicio formal de su
construcción hasta 1956, con otras ideas, en la administración gubernamen-
tal de Luis Ortega Douglas, su mayor promotor, pero entre 1962 y 1968 el
proyecto estuvo prácticamente olvidado por el gobierno de Enrique Olivares
Santana, y sólo en 1971 fue concluido y pavimentado en su totalidad.44
Así, antes de que el anillo estuviera terminado, se descentralizó el trans-
porte, al que se le construyó una Central de Autobuses foráneos al sur po-
niente, en 1964, sobre la línea apenas dibujada de la vía.45 En materia de
salud, un año después se inauguró el primer edificio propio del imss, también
sobre la línea pero al interior del primer periférico.46 En la misma década se
dieron pasos en la descentralización de las instalaciones educativas (Instituto
Tecnológico de Aguascalientes, 1967) y en la construcción de un panteón
más allá de los límites urbanos (Jardines Eternos, 1969).47
A la industria, que mucho tiempo atrás había sido la primera en romper
la integridad de actividades en el espacio, se le señaló una nueva ubicación
en 1974, al promoverse el Parque Industrial, al sur, dentro de las políticas
nacionales que formarían poco después un corredor a lo largo de la carre-
tera Panamericana, que cruza la ciudad y el Estado de sur norte48 (plano 4,
p. 497). Con oposición y polémica, en 1977 una parte del abasto de mayoreo
dejó por primera vez su secular punto de comercio a inmediaciones del Mer-
cado Terán (localizado a una cuadra del Parián y tres de la Plaza Principal)
para trasladarse al sur, a la Central de Abastos.49
43
Contreras, Plano Regulador de Aguascalientes, 1948.
44
“El anillo de circunvalación es de vital importancia para la ciudad”, El Heraldo, 9 de diciembre de
1956; “Olvidados anillo de circunvalación y la Oriente-Poniente”, El Sol del Centro, 19 de agosto de
1962; El Sol del Centro, 29 de diciembre de 1970.
45
La descentralización del transporte se había planteado por lo menos desde 1952, cuando se propuso
un terreno cercano al campo de aviación, El Sol del Centro, 2 de mayo de 1952; Acosta, Centro, 2007,
p. 297.
46
Acosta, Centro, 2007, p. 297.
47
Id.
48
Bassols, Política, 1997, p. 185.
49
Salmerón, Intermediarios, 1998, pp. 140-143.
I m a g i na r i o s y p roy e c t o s u r b a n o s 495
54
Serna, “Periodo”, 1998, pp. 183-189; Bassols, Política, 1997, pp. 100-119.
I m a g i na r i o s y p roy e c t o s u r b a n o s 499
55
Plan Estatal de Desarrollo Urbano, 1978, citado en Bassols, Política, 1997, p. 161.
56
El Sol del Centro, 6 de abril de 2012; Hidrocálido, 10 de septiembre de 2012 (Consultado el 24 de
octubre de 2012).
57
Bassols, Política, 1997, pp. 166-169.
58
Serna, “Periodo”, 1998, pp. 159-160.
59
Camacho, “Globalización”, 2010, p. 55.
60
Véase Sánchez, Planeación, 2008, especialmente páginas 141-142 y 259-277.
500 C i udad e s p o s c o lo n iale s e n m é xic o
61
Bassols, Política, 1997, pp. 225-226.
I m a g i na r i o s y p roy e c t o s u r b a n o s 501
El plano señala el desarrollo del área urbanizada entre 1855 y 2001, siendo notorio
el crecimiento después de 1970. Fuente: plano base proporcionado por el Instituto
Municipal de Planeación, Aguascalientes.
I m a g i na r i o s y p roy e c t o s u r b a n o s 503
62
El primer parque urbano de la ciudad fue el Miguel Hidalgo, acondicionado en 1964 sobre 5 hectá-
reas que antes fueron la Huerta Games Orozco. Acosta, Centro, 2007, pp. 118 y 158.
504 C i udad e s p o s c o lo n iale s e n m é xic o
63
Ribera, “Imagen”, p. 205.
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64
Chávez, Plano, 1901; Martínez, Cambio, 2009, pp. 209-214.
65
Contreras, Plano Regulador de Aguascalientes, 1948. Sánchez, Planeación, 2008.
506 C i udad e s p o s c o lo n iale s e n m é xic o
66
Martínez, “Concesión”, 2003, pp. 54-65.
I m a g i na r i o s y p roy e c t o s u r b a n o s 507
67
Martínez, “Crecimiento”, 2001, pp. 41-42.
68
Gutiérrez, Historia, 1999, pp. 220-229.
69
Este rango considera como fecha inicial la de la dedicación del templo de San Marcos, y como final
la del inicio de la construcción del Camarín de San Diego, aunque en realidad San Marcos se empezó
a construir alrededor de 1750 y el Camarín se concluyó en 1797. Cfr. Martínez, “Crecimiento”, 2001,
pp. 41-42. Gutiérrez, Historia, 1999; Sifuentes, et al., Camarín, 1998.
70
Rojas, Instituciones, 1998, pp. 161-162; Gómez, Españoles, 2003, p. 190.
508 C i udad e s p o s c o lo n iale s e n m é xic o
71
Gómez, Creación, 1994, pp. 40-43.
72
Gómez, Mercaderes, 1985, pp. 30-31.
I m a g i na r i o s y p roy e c t o s u r b a n o s 509
73
Ribera, “Imagen”, p. 208.
74
Véase por ejemplo Romero, Latinoamérica, 1999, p. 330.
510 C i udad e s p o s c o lo n iale s e n m é xic o
75
Díaz de León, “Apuntes”, 1892, p. 189.
76
El Observador, 16 de febrero de 1907, núm. 23, 2ª época.
77
Correa, Viaje, 1992, pp. 182-183.
78
Díaz de León, “Apuntes”, 1892, p. 221.
I m a g i na r i o s y p roy e c t o s u r b a n o s 511
79
Véase Martínez, Cambio, 2009.
80
ahea, sg, documentos varios, 1905-1911.
81
“Aguascalientes: Estado que se arruina”, en Temis, agosto de 1910 a enero de 1911, reportaje en 18
partes. “Entrevista con Enrique Sandoval”; El Clarín, 2 de marzo de 1912, núm. 186.
512 C i udad e s p o s c o lo n iale s e n m é xic o
fin del servicio de tranvías, cuya ruta a la metalúrgica era una de sus princi-
pales fuentes de ingreso), hicieron que objetiva y subjetivamente la ciudad
de 1930 se pareciera más a la de 1880 que a la de 1910, que apareciera en un
estado de postración que casi hacía olvidar los cambios que unos años antes
se habían sucedido. El protagonista de la novela El precio de la dicha, Federico
Méndez, encontró una imagen de “estancamiento deplorable” al llegar a ella
en 1929, después de más de 20 años de haber vivido fuera: “… todo casi igual.
Casi un cuarto de siglo corrido inútil, estérilmente…”.82
Aunque en los años 20 y 30 del siglo xx ocurrieron muchos hechos y pro-
cesos que podrían haberla desmentido, la imagen de estancamiento era más
o menos compartida por propios y extraños, especialmente por los artistas
y profesionistas que, como el autor de la novela citada, guardaban nostal-
gia de la ciudad de su infancia y habían enriquecido sus imágenes urbanas
con viajes y nuevas experiencias. Algunos censuraban, lamentaban o sim-
plemente ironizaban con la percepción que tenían de la ciudad. El escritor
Enrique Fernández Ledesma, por ejemplo, celebraba “el arraigo comarcano”,
“el genio de la provincia” que se defendía de “civilizaciones yanquizantes y
quintaesencias snobistas”, pero también se burlaba del candor provinciano
que hacía llamar boulevard a la avenida Madero, con sus “palacetes, fuentes,
camellones, candelabros” y comercios.83
Los recuerdos de Antonio Acevedo Escobedo sobre la urbe de 1920, la de
su adolescencia, eran de una ciudad discreta, humilde en sus casas y edifi-
cios, en la que sus jóvenes “no tuvimos otro punto de referencia respecto del
progreso de nuestra ciudad sino el muy chabacano de (…) aquel parpadeo
nocturno de algo así como quince anuncios luminosos en la calle de Juá-
rez”, que les permitían pensar que “en Aguascalientes ya se podrían filmar
películas”.84
De la imagen inocente, del franco desencanto por el atraso, por la ciudad
“larga, larga, recoleta y achaparrada”, o de la nostalgia por los tiempos idos
en que se promovían obras y el progreso era la divisa, los años cuarenta y
cincuenta trajeron aires de renovación, pero principalmente, proyectos reci-
clados; ciertas iniciativas de sustitución de la imagen urbana, planes ambi-
82
Correa, Precio, 1929, t. i, p. 115.
83
Fernández, “Aguascalientes”, en Acevedo, Letras, 1981, pp. 231-232.
84
Acevedo, “Calles”, en Letras, 1981, pp. 39-41.
I m a g i na r i o s y p roy e c t o s u r b a n o s 513
85
El Sol del Centro, 24 de febrero de 1946.
86
El Sol del Centro, 8 de enero de 1946; El Sol del Centro, 21 de febrero de 1946; El Sol del Centro, 24 de
febrero de 1946; El Sol del Centro, 9 de noviembre de 1946; El Sol del Centro, 21 de mayo de 1946.
87
El Sol del Centro, 11 de septiembre de1947; El Sol del Centro, 3 de octubre de 1948.
514 C i udad e s p o s c o lo n iale s e n m é xic o
88
“Hoy será la inauguración del Club Campestre local”, El Heraldo, 8 de abril de 1956. “Inauguraron
la primera meta del campo de golf…”, El Heraldo, 25 de junio de 1956.
89
Rodríguez, “Urbanización”, 2007, pp. 107-120.
90
El Heraldo, 26 y 27 de mayo de 1958; “La piqueta no debe demoler más casas”, El Heraldo, 4 de
junio de 1958.
I m a g i na r i o s y p roy e c t o s u r b a n o s 515
91
La fábrica fue inaugurada en septiembre de 1937 y hacia 1947 ocupaba 5000 metros cuadrados. En
1988 Marco Sifuentes calculó la extensión en 85,000 m2, 13.5% del total de la superficie del barrio del
Encino, aunque Alejandro Acosta ha contabilizado 26,568 m2 en tres manzanas. El Sol del Centro, 26 de
julio de 1947; Sifuentes, “Meditación sobre ruinas. Uso y abuso del barrio de Triana”, Aguascalientes,
1994, pp. 97-103; Acosta, Centro, 2007, p. 74-75.
92
Luévano, Prensa, 2011, p. 265.
93
El Sol del Centro, 18 de julio de 1950.
94
El Heraldo, 12 de junio de 1955; De Garay, Mario, 2000, pp. 71-107.
516 C i udad e s p o s c o lo n iale s e n m é xic o
95
Delgado, “Evolución”, 2005, pp. 89-99.
96
Bassols, Política, 1997, pp. 160-184.
97
Amador, “Industrialización”, en El Unicornio. Suplemento cultural del diario El Sol del Centro, núm. 15,
26 de febrero de 1984. Sifuentes, “Asalto”, en El Unicornio, núm. 113, 12 de enero de 1986.
I m a g i na r i o s y p roy e c t o s u r b a n o s 517
por su control y canalización, prevenían contra la ilusión “de que todo creci-
miento es bueno; con orgullo vemos nuestra ciudad expandirse, duplicarse,
hincharse”,98 contra la segregación social y contra la especulación de unos
cuantos terratenientes que valorizando sus terrenos aumentaban los precios
también de las rentas, disminuían la densidad de habitantes e incrementaban
las distancias y tiempos de traslado. Reflexionaban en torno al momento de
cambio que vivía la ciudad y a la búsqueda anunciada de “modernización”,99
contrastándola con los indicadores económicos de inflación —por arriba de
sus pares regionales— y relacionándola con lo que, decían algunos, eran
pasos drásticamente hacia atrás en la modernización política (por ejemplo, en
una elección reciente se habían abultado las urnas hasta con 50 mil votos).100
Apoyados en la investigación histórica, mostraron efectos negativos de
procesos similares vividos en la ciudad a raíz de la salida 60 años antes de la
Fundición Central;101 y atentos a las noticias diarias, identificaron las graves
contradicciones entre el discurso y los resultados; los excedentes producidos
por la industria no se reinvertían, como se decía, sino que salían del país. El
crecimiento urbano no se controlaba ni se dirigía como contemplaba el Plan
de Desarrollo Urbano, más bien lo contrario, se autorizaban fraccionamien-
tos, se trazaba un tercer anillo de circunvalación, se desalentaban las comu-
nicaciones hacia el oriente de la ciudad (que en el papel debía ser el área de
crecimiento), mientras se alentaba la expansión hacia zonas reservadas por
su calidad agrícola.102 Como era previsible, el proceso continuó, y el paso de
los años confirmó en buena medida los temores.
Paralelamente, con mucha menos oposición, pero contraviniendo igual-
mente los documentos de planeación, alrededor de 1989 propietarios de
terrenos y autoridades decidieron la conurbación. “¿Se entenderá que la mo-
dernización de las ciudades consiste en contar con un área conurbada?”, se
preguntaba un investigador solitario.103 La metropolización, que no es un
98
Meyer, “Inconvenientes”, en El Unicornio, núm. 156, 9 de noviembre de 1986.
99
Zalpa, “Industrialización”, en El Unicornio, núm. 30, 10 de junio de 1984. Camacho, “¿Dónde?”, en
El Unicornio, núm. 99, 6 de octubre de 1985. Padilla, “Modernización”, en El Unicornio, núm. 15, 26
de febrero de 1984.
100
González, “Brindis”, en El Unicornio, núm. 99, 6 de octubre de 1985.
101
Gómez, “¿Vuelven?”, en El Unicornio, núm. 104, 10 de noviembre de 1985.
102
Narváez, “Planeación”, en El Unicornio, núm. 297, 9 de julio de 1989.
103
Idem.
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Plano 7. Ciudad de Aguascalientes, año 2000, en relación con las otras ciudades del
estado y el área de conurbación
104
Acosta, Centro, 2007, pp. 190-201.
105
Aguascalientes, 1991, 222 pp.
520 C i udad e s p o s c o lo n iale s e n m é xic o
demolición de casas (algunas del siglo xviii y por tanto con valor histórico,
una más del siglo xx, de valor artístico) en dos calles del centro histórico.106
La clausura de los talleres del ferrocarril, que por un siglo funcionaron al
oriente de la ciudad, supuso un reto de preservación de patrimonio industrial
que, cuando fue enfrentado, se hizo con pocos elementos.
La de los últimos años se ha convertido en una ciudad en la que conviven
más visiones, más ideas y discusión. Siguen predominando, de una parte, los
íconos asociados a la idea de progreso y a las viejas vanidades de crecimiento
urbano como signo de cambio y modernidad. Tan sólo en 2010, con la pre-
tensión anunciada de actualizar la infraestructura vial, adaptarla a los tiem-
pos y darle a la ciudad una imagen acorde, el gobierno municipal construyó
6 pasos a desnivel, a los que se sumaron otros con aportaciones del gobierno
federal, con los que se cuentan casi tres decenas de puentes y pasos subterrá-
neos en la urbe en 2012.107 De tiempo atrás, se dijo con candor que la ciudad
contaría con el cuarto centro comercial más grande de América Latina y el
segundo en México.108 Un Distrito Financiero fue promovido también —bo-
rrando de la memoria el primer “central business district” planeado en los
años 70 sobre la avenida Las Américas— y a la fecha quedó limitado a una
ridícula caricatura del proyecto original.109
En la apuesta por la ciudad turística, dominaron en la primera década del
siglo xxi dos proyectos: de una parte, el “Proyecto Estratégico Sur” (pes),
formulado a finales de 2007 para hacer del viejo casco de la hacienda de Pe-
ñuelas (veinte kilómetros al sur de la ciudad, a inmediaciones del aeropuerto)
el centro de un nuevo polo de desarrollo turístico, comercial, de entreteni-
miento, industrial y de vivienda sobre 21,500 hectáreas (algo así como el
doble del área urbanizada actual). Las desavenencias políticas entre el go-
bernador del Estado y el presidente municipal (ambos del Partido Acción
Nacional) llevaron al secretario de vivienda a declarar que el Estado mate-
106
Molatore, Rodríguez, Reyes, Esparza y Martínez, en Dossier: “El patrimonio histórico-arquitectó-
nico de Aguascalientes a debate”, Conciencia, agosto 2001, pp. 41-60.
107
“Rebasa Aguas a León”, A.M., León, 15 de febrero de 2010. http://www.am.com. mx/Nota.
aspx?ID=383889
108
“Hipercentro comercial al norte de la ciudad”, Hidrocálido, 19 de octubre de 2005. Martínez, “Íco-
nos urbanos. Un centro comercial de primer mundo para una ciudad del tercero”, en Página 24, 28 de
noviembre de 2007, p. 3.
109
Véase por ejemplo “Capital City, elefante blanco”, en Aguas, 23 de marzo de 2012.
I m a g i na r i o s y p roy e c t o s u r b a n o s 521
110
Martínez, “¿Qué se oculta en Peñuelas?”, en Página 24, 16 y 17 de julio de 2008, pp. 26-27.
522 C i udad e s p o s c o lo n iale s e n m é xic o
111
Birrichaga, “Empresas”, 1998, pp. 223-225.
112
Luis Armando Reynoso Femat, Presidente Municipal de Aguascalientes (1999-2001), “Presenta-
ción”, en Programa, 2001, p. 9.
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