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Conceptualización y política de la atención educativa


integral del Deficiente Auditiva

AREA: Deficiencias Auditivas

Caracas, Abril 1997

Autores:
Lic. Beatriz Núñez de Baez
Directora de Educación Especial

Lic. Nora Chávez de Quintero


Jefe de la División de Asuntos Técnicos

Lic. Francy Fernández


Jefe de la División de los servicios Administrativos

LIC. AURA HERMOSO DE ALVAREZ y LIC. INES BRAVO DE BETANCOURT


RESPONSABLES DEL AREA DE DEFICIENCIAS AUDITIVAS

Asesoras: Prof. Amalia S. de Torrealva


Prof. Iguaraya de Hernández

Fuente: Dirección de Educación Especial


Ministerio de Educación
República Bolivariana de Venezuela

Nota: Cortesía de Nelson Silva

INTRODUCCION

La reorientación pedagógica del área de Deficiencias auditivas se sustenta en la revisión de


la bibliografía especializada, análisis de los documentos y otros materiales de la Propuesta
de Atención Integral al Niño Sordo en el Marco del Modelo Bilingüe y en los resultados
obtenidos en el diagnóstico del área iniciado desde el mes de Abril de 1995.

La conceptualización y política de la Atención Educativa del Deficiente Auditivo se plantea


en el marco de la Educación Especial y en el entendido de que la comunicación y el
lenguaje son los pilares y guía de la práctica pedagógica del educando deficiente auditivo, a
fin de lograr objetivos lingüísticos y comunicativos desde el inicio de su intervención, así
como el desarrollo de las habilidades necesarias para incorporarse de forma activa y
autónoma a los niveles que estructuran el sistema educativo venezolano, al mundo del
trabajo y a la sociedad.

Organizar el curriculum para el educando deficiente auditivo es una tarea que exige la
participación del equipo técnico-docente por cuanto, mas allá de los contenidos académicos
de una programación, se trata de una formación integral que aborde todas las áreas del
desarrollo y permita la secuencia académica que coincida con los intereses, necesidades y
capacidades de dicho educando.

El propósito de este documento es presentar la Conceptualización y Política de la Atención


Educativa del Deficiente Auditivo, partiendo de una visión retrospectiva de la evolución de
la Educación del Sordo en Venezuela y el mundo. Presenta además una síntesis de la
situación actual, producto del diagnóstico realizado con la participación del equipo técnico-
docente de las Unidades Educativas del área. Estos elementos permitieron caracterizar el
Modelo de Atención Educativa Integral para el Deficiente Auditivo y definir las líneas de
acción estratégica articulada con los lineamientos que orientarán su administración.
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La revisión bibliográfica conduce a precisar, a nivel mundial, dos grandes momentos en la


educación de las personas sordas. Cada uno de ellos está determinado por la aceptación o
no de una lengua propia de los sordos diferente de las lenguas habladas en las regiones
donde habitan y como consecuencia involucran concepciones y posiciones distintas en
relación a las personas sordas, su educación y el contexto escolar en la cual debe realizarse
su escolaridad.

El primer momento comprende a su vez dos etapas; la primera abarca desde antes del siglo
XV hasta 1880. En esta etapa la educación del sordo se desarrolló en un lento proceso que
va desde una concepción de invalidez e incapacidad, que al generar rechazo o lástima
condujo al aislamiento y al confinamiento en el propio hogar o en hospicios; pasa por una
educación privada exclusiva para alumnos sordos provenientes de familias de la nobleza y
finalmente se consolidan las primeras instituciones educativas bajo el auspicio de la caridad
pública, en una práctica que combinaba la enseñanza de la lengua hablada, escrita y el
alfabeto manual.

Fray Pedro Ponce de León (1520-1584), Juan Pablo Bonet (1579-1633), El Abad de L'pee,
entre otros, son señalados como pioneros en la educación del sordo.

En general, en esta primera etapa prevalece la idea de anormalidad, la no educabilidad y un


enfoque clínico-terapéutico. El término sordo- mudo se empleó para denominar a las
personas con problemas de audición y por tanto la desmutización se constituyó en el
objetivo central de un proceso rehabilitador, aún cuando se permitía el uso de otras formas
de comunicación, sólo como apoyo para comprender y expresarse oralmente.

La segunda etapa abarca desde 1880 con las disposiciones acordadas en el Congreso de
Milán, hasta mediados del siglo XX. En este congreso se decide la primacía de la lengua
oral y la erradicación de los gestos, señas o cualquier otra forma comunicativa diferente a la
hablada o escrita. La enseñanza de la lengua oral se coloca como primer objetivo de la
educación del sordo y como condición necesaria para que el educando logre alcanzar los
contenidos escolares.

Esta tendencia, conocida como oralismo agrupa diferentes métodos que, a su vez, conducen
a posiciones polémicas y contradictorias entre quienes conjugaron habla con signos y
gestos (utilizados por los sordos o creados en cada situación) tales como comunicación
total, palabra complementada y quienes abogaron por un oralismo puro y el perjuicio de las
señas para el acceso a la lengua oral, éste último es conocido corno método oral.

La fundamentación lingüística que subyace en la tendencia oralista se corresponde con las


teorías fonocéntricas vigentes en esos momentos, la cual no sólo la justificaba sino que
dictó las pautas para su aplicación en el campo pedagógico.

En la práctica escolar la enseñanza de la lengua oral se sistematizó en un arduo y laborioso


programa para enseñar lenguaje, en un proceso muy rígido, mecánico y repetitivo que, por
la influencia de posiciones conductistasestructuralistas dominantes en el campo de la
psicología y la lingüística, se aplicaban en la práctica pedagógica. Se estimaba entonces
que, una vez que el sordo alcanzara los contenidos de lenguaje de dicha programación,
estaría apto para proseguir estudios en la escuela regular.

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Es precisamente bajo esta tendencia oralista que se inicia en forma sistemática la educación
del sordo en Venezuela, aún cuando la legislación contemplaba la educación como un
derecho a partir del Decreto de Instrucción Pública gratuita y obligatoria promulgada por
Antonio Guzmán Blanco el 27 de Junio de 1870. Específicamente en el Código de
Instrucción Pública de 19712 se hace referencia a la educación de los ciegos sordomudos y
anormales (subrayado nuestro), sin embargo no es sino hasta 1935 cuando se crean las
primeras instituciones por iniciativa del sector privado y como respuesta a motivaciones
personales de un grupo de padres y amigos de personas con problemas de audición y visión,
surge así la Asociación Venezolana de Ciegos (1935) y el Instituto Venezolano de Ciegos y
Sordomudos (1936).

La participación oficial se hace presente cuando el Consejo Venezolano del Niño, en 1950
contrata un grupo de religiosas españolas, especialistas en la educación de sordos, para
dirigir la escuela taller para sordos, la cual nació tras la decisión de separar del Instituto
Venezolano de Ciegos y Sordomudos a los alumnos sordos. Posteriormente en 1959 se crea
la Escuela Oral del Instituto Venezolano de Fonoaudiología adscrito al Ministerio de
Sanidad y Asistencia Social.

Es a partir de 1960 cuando el Ministerio de Educación sienta las bases para la educación
especial incorporando a la Dirección de Primaria y Normal la oficina de Preescolar y
Excepcional, inicia la formación de docentes, contratando para ello personal extranjero y
crea en Caracas la primera escuela para sordos, la cual se denominó "Escuela Especial para
Sordos N0 1". Desde ese momento se consolida la educación especial oficial, se crean las
dependencias administrativas en el Ministerio de Educación para efectos de la supervisión
escolar y se fundan escuelas especiales en casi todos los estados.
La concepción de la educación y del educando sordo, así como la estructura administrativa
rectora de la educación se transforman en la medida en que se hace más complejo el
proceso y se evoluciona del modelo médicorehabilitador hacia un modelo educativo. Es así
como de la educación para las personas excepcionales, entendida como una rama de la
educación general (1960), se progresa hacia la concepción de área de la educación para los
educandos con necesidades especiales (1975) y el organismo rector pasa de Servicio de
Educación Especial a un nivel organizacional de mayor rango como es el de Dirección de
Educación Especial. Finalmente en la Ley Orgánica de Educación (1980) se conceptualiza
la Educación Especial como una modalidad educativa. García de R, 1(1971), Molina,
Hermoso y otros (1977), ME.DEE (1975), L.O.E. (1980), ME.DEE. (1993).

Esta educación bajo una tendencia exclusivamente oralista se sustentó en las posibilidades
de los sordos para aprender a hablar y lo negativo de las señas y gestos para el éxito de ese
objetivo. Para ello debían cubrirse los "Programas de Lenguaje" diseñados bajo la asesoría
de la Dirección de Planeamiento del Ministerio de Educación (1961). Estos programas se
desarrollaban, en situación óptima, en cinco grados: Preescolar A, B y C y Preparatorio A y
B. Paralelamente se preparaba al educando para lograr el "dominio instrumental de los
medios de cultura como tales y otros elementos que lo capaciten para cursar la primaria"
M.E. D.PyP.(1971), es decir que la apertura de la educación básica (en ese entonces
primaria) no es un planteamiento nuevo sino que en todo momento ha estado presente en la
filosofía de la educación de las personas sordas.

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La educación de los sordos en Venezuela se fortalece a la luz de las concepciones que ya en
otras latitudes eran objeto de revisiones y cambios profundos. Es así como, desde los años
sesenta en muchos países desarrollados confluyen movimientos, teorías y experiencias que
propusieron la revisión y renovación de la educación del sordo, dando lugar al segundo
momento de este complejo proceso. Suecia, Estados Unidos, España e Inglaterra liderizan
la transformación que se extiende progresiva y lentamente al resto del mundo.

En este contexto se impone la concepción socio-antropológica de la sordera, producto de


los aportes de la antropología, sociolingüística, psicolinguística etc., que sirve para explicar
la influencia que ha desempeñado la lengua de señas propia de los sordos, en el
ordenamiento social de los mismos. Massone (1993); Sidear y otros (1995).

Tales conocimientos han permitido comprender y aceptar que los sordos constituyen una
comunidad lingüística minoritaria y el lenguaje de signos es su lengua natural que, al reunir
las características y cumplir las funciones propias de cualquier otra lengua, debe ser
valorada y utilizada como instrumento válido para su educación Malmberg (1979), Kyle y
Woll citados por Valmaseda (1993), Volterra (1981).

Bajo esta óptica debe admitirse que los sordos se integran en la comunidad de sordos; pero
a su vez están inmersos en contextos sociales mayores donde predominan en forma total y
absoluta lenguas que se basan en la audición para su adquisición y desarrollo y que además
de ser el instrumento básico de socialización son el vehículo para la apropiación de los
contenidos escolares. Se conjuga entonces la necesidad de la lengua de señas para que el
niño sordo pueda poner en práctica la facultad del lenguaje y pueda apropiarse de la lengua
hablada específica de la comunidad mayoritaria en la que también se desarrolla y así pueda
integrarse, en forma eficiente y efectiva a ambas comunidades. Se plantea así el
bilingüismo el cual reconoce la importancia de ambas lenguas y la función que cada una
cumple para satisfacer las necesidades de identidad como persona sorda socialmente
integrado a las dos comunidades.

El bilingüismo determina una educación para los sordos que promueva el desarrollo y uso
de la lengua de signos. Esto precisa adecuados modelos lingüísticos en señas a través del
contacto con adultos y otros niños sordos, a fin de lograr relaciones sociales y de
comunicación que, de acuerdo con Vigotski, apoye la dinámica desarrollo cognitivo
desarrollo comunicativo lingüístico y haga posible el aprendizaje de la lengua mayoritaria
hablada en su comunidad, como una segunda lenguaje.

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Es así como el niño sordo hijo de padres sordos encuentra en su núcleo familiar el ambiente
comunicativo positivo que le permite no sólo "poner en funcionamiento sus capacidades
linguisticas-comunicativas sino que vaya formando la identidad social propia de su
cultura..." Sidear y otros (1995), ocurre, sin embargo que más del 90% de los sordos tienen
padres oyentes Marchesí (1987), Sklear (1995); éstos utilizan, en su gran mayoría, la lengua
hablada como única forma de comunicación y en consecuencia no se produce una dinámica
comunicativa de calidad que potencie el desarrollo cognitivo, lingüístico, afectivo y social
del niño, esta situación genera una condición bicultural del sordo por su interacción tanto
en la cultura de familiares y otros miembros de la comunidad oyente y de la cultura de la
comunidad de sordos.

La educación bilingüe y bicultural derivadas de la concepción socio-antropológica de la


sordera y de la persona sorda han venido planteando, a nivel mundial, en mayor o menor
escala, un conjunto de acciones que conducen a valorar en toda su amplitud la necesidad de
las dos lenguas: la lengua de signos y la lengua hablada y escrita por la comunidad oyente
de tal manera que se tenga verdadera igualdad de oportunidades para interactuar tanto con
sus iguales sordos como con otros miembros de la comunidad mayoritaria tal posición es
reafirmada en la conferencia Internacional Bilingüe para la educación de los Sordos
celebrada en Estocolmo, Suecia en 1993.

Hasta mediados de los años 80, la educación de los sordos en Venezuela respondió a las
mismas concepciones generalizadas a nivel mundial, por tanto evolucionó de un modelo
médico terapéutico a un modelo psicopedagógico, que pautó la elaboración, aplicación y
evaluación de planes educativos a partir de perfiles psicoeducativos que destaquen las
capacidades del sujeto y no sus limitaciones. DEE, (1976).

En ese contexto son aplicables las mismas críticas hechas al oralismo mundial cuando se
cuestiona la práctica pedagógica centrada en la enseñanza del habla, la prohibición de las
señas, programaciones poco flexibles, reiterativas, poco pertinentes y en general,
conducentes a resultados poco alentadores en el logro de las habilidades básicas por parte
de los educandos, pese al despliegue de esfuerzos y recursos por parte de los padres,
alumnos y personal de las organizaciones escolares.

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Esta propuesta incorpora tanto en su "funcionamiento como en su operatividad" los aportes


de diferentes disciplinas, ubica la problemática del sordo en su desarrollo lingüístico,
posible únicamente a través de su lengua natural y retoma la importancia de la interacción
del sujeto con su entorno para la construcción del mundo y de los conocimientos
académicos.

La necesidad de un cambio, a la luz de tales conocimientos, es reforzada por un conjunto de


apreciaciones, entre las cuales se mencionaron: a) las dificultades de los alumnos sordos en
la comunicación oral tanto en la inteligibilidad del habla como en los aspectos sintácticos y
semánticos; b) el retraso pedagógico de la gran mayoría de los sordos y c) los pobres
resultados en comprensión lectora y producción escrita alcanzados a lo largo de una
escolaridad prolongada. Todo esto brindo a una práctica oralista, aplicada por los maestros
con una formación unidireccional hacia el oralismo.

En todo este proceso cuyos resultados fueron analizados sólo como producto es válido
reconocer que la práctica pedagógica responde a la fundamentación epistemologica y
teleológica de la educación del sordo presentes tanto en la formación de los docentes como
en las orientaciones de las instancias técnico-administrativas, responsables de la orientación
y conducción del proceso educativo y por otra parte, no se consideraron otros factores que
globalmente afectan a la sociedad y en ésta, a la escuela como una de sus organizaciones
sociales.

Estas omisiones incidieron en la implementación e implantación de la propuesta al no


considerar el aporte de docentes y técnicos en la transformación pedagógica y su capacidad
para valorizar la pertinencia de un cambio, identificarse con él y asumir el compromiso con
los cambios propuestos.

"La Propuesta de Atención Integral al Niño Sordo. Un Modelo Bilingüe" (PAINS)


contempla cinco aspectos fundamentales, estos son Entorno Lingüístico Gestual,
Intervención Temprana, Lengua Escrita. Curriculum Escolar y Lengua Oral. En la
evolución de la propuesta estos elementos se fueron modificando, determinando a su vez,
variaciones conceptuales y posiciones diferentes en su aplicación. A continuación se
analizan brevemente cada uno de ellos y se trata de ubicar el momento de cambios
significativos, difícil de precisar por cuanto muchos documentos no tienen fecha y son
repetitivos en su contenido.

Inicio

Conceptualización y política de la atención educativa


integral del Deficiente Auditiva

AREA: Deficiencias Auditivas

Caracas, Abril 1997

Autores:
Lic. Beatriz Núñez de Baez
Directora de Educación Especial

Lic. Nora Chávez de Quintero


Jefe de la División de Asuntos Técnicos

Lic. Francy Fernández


Jefe de la División de los servicios Administrativos

LIC. AURA HERMOSO DE ALVAREZ y LIC. INES BRAVO DE BETANCOURT


RESPONSABLES DEL AREA DE DEFICIENCIAS AUDITIVAS

Asesoras: Prof. Amalia S. de Torrealva


Prof. Iguaraya de Hernández

Fuente: Dirección de Educación Especial


Ministerio de Educación
República Bolivariana de Venezuela

Nota: Cortesía de Nelson Silva

INTRODUCCION

La reorientación pedagógica del área de Deficiencias auditivas se sustenta en la revisión de


la bibliografía especializada, análisis de los documentos y otros materiales de la Propuesta
de Atención Integral al Niño Sordo en el Marco del Modelo Bilingüe y en los resultados
obtenidos en el diagnóstico del área iniciado desde el mes de Abril de 1995.

La conceptualización y política de la Atención Educativa del Deficiente Auditivo se plantea


en el marco de la Educación Especial y en el entendido de que la comunicación y el
lenguaje son los pilares y guía de la práctica pedagógica del educando deficiente auditivo, a
fin de lograr objetivos lingüísticos y comunicativos desde el inicio de su intervención, así
como el desarrollo de las habilidades necesarias para incorporarse de forma activa y
autónoma a los niveles que estructuran el sistema educativo venezolano, al mundo del
trabajo y a la sociedad.

Organizar el curriculum para el educando deficiente auditivo es una tarea que exige la
participación del equipo técnico-docente por cuanto, mas allá de los contenidos académicos
de una programación, se trata de una formación integral que aborde todas las áreas del
desarrollo y permita la secuencia académica que coincida con los intereses, necesidades y
capacidades de dicho educando.

El propósito de este documento es presentar la Conceptualización y Política de la Atención


Educativa del Deficiente Auditivo, partiendo de una visión retrospectiva de la evolución de
la Educación del Sordo en Venezuela y el mundo. Presenta además una síntesis de la
situación actual, producto del diagnóstico realizado con la participación del equipo técnico-
docente de las Unidades Educativas del área. Estos elementos permitieron caracterizar el
Modelo de Atención Educativa Integral para el Deficiente Auditivo y definir las líneas de
acción estratégica articulada con los lineamientos que orientarán su administración.
{mospagebreak}

La revisión bibliográfica conduce a precisar, a nivel mundial, dos grandes momentos en la


educación de las personas sordas. Cada uno de ellos está determinado por la aceptación o
no de una lengua propia de los sordos diferente de las lenguas habladas en las regiones
donde habitan y como consecuencia involucran concepciones y posiciones distintas en
relación a las personas sordas, su educación y el contexto escolar en la cual debe realizarse
su escolaridad.

El primer momento comprende a su vez dos etapas; la primera abarca desde antes del siglo
XV hasta 1880. En esta etapa la educación del sordo se desarrolló en un lento proceso que
va desde una concepción de invalidez e incapacidad, que al generar rechazo o lástima
condujo al aislamiento y al confinamiento en el propio hogar o en hospicios; pasa por una
educación privada exclusiva para alumnos sordos provenientes de familias de la nobleza y
finalmente se consolidan las primeras instituciones educativas bajo el auspicio de la caridad
pública, en una práctica que combinaba la enseñanza de la lengua hablada, escrita y el
alfabeto manual.

Fray Pedro Ponce de León (1520-1584), Juan Pablo Bonet (1579-1633), El Abad de L'pee,
entre otros, son señalados como pioneros en la educación del sordo.

En general, en esta primera etapa prevalece la idea de anormalidad, la no educabilidad y un


enfoque clínico-terapéutico. El término sordo- mudo se empleó para denominar a las
personas con problemas de audición y por tanto la desmutización se constituyó en el
objetivo central de un proceso rehabilitador, aún cuando se permitía el uso de otras formas
de comunicación, sólo como apoyo para comprender y expresarse oralmente.

La segunda etapa abarca desde 1880 con las disposiciones acordadas en el Congreso de
Milán, hasta mediados del siglo XX. En este congreso se decide la primacía de la lengua
oral y la erradicación de los gestos, señas o cualquier otra forma comunicativa diferente a la
hablada o escrita. La enseñanza de la lengua oral se coloca como primer objetivo de la
educación del sordo y como condición necesaria para que el educando logre alcanzar los
contenidos escolares.

Esta tendencia, conocida como oralismo agrupa diferentes métodos que, a su vez, conducen
a posiciones polémicas y contradictorias entre quienes conjugaron habla con signos y
gestos (utilizados por los sordos o creados en cada situación) tales como comunicación
total, palabra complementada y quienes abogaron por un oralismo puro y el perjuicio de las
señas para el acceso a la lengua oral, éste último es conocido corno método oral.

La fundamentación lingüística que subyace en la tendencia oralista se corresponde con las


teorías fonocéntricas vigentes en esos momentos, la cual no sólo la justificaba sino que
dictó las pautas para su aplicación en el campo pedagógico.

En la práctica escolar la enseñanza de la lengua oral se sistematizó en un arduo y laborioso


programa para enseñar lenguaje, en un proceso muy rígido, mecánico y repetitivo que, por
la influencia de posiciones conductistasestructuralistas dominantes en el campo de la
psicología y la lingüística, se aplicaban en la práctica pedagógica. Se estimaba entonces
que, una vez que el sordo alcanzara los contenidos de lenguaje de dicha programación,
estaría apto para proseguir estudios en la escuela regular.

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Es precisamente bajo esta tendencia oralista que se inicia en forma sistemática la educación
del sordo en Venezuela, aún cuando la legislación contemplaba la educación como un
derecho a partir del Decreto de Instrucción Pública gratuita y obligatoria promulgada por
Antonio Guzmán Blanco el 27 de Junio de 1870. Específicamente en el Código de
Instrucción Pública de 19712 se hace referencia a la educación de los ciegos sordomudos y
anormales (subrayado nuestro), sin embargo no es sino hasta 1935 cuando se crean las
primeras instituciones por iniciativa del sector privado y como respuesta a motivaciones
personales de un grupo de padres y amigos de personas con problemas de audición y visión,
surge así la Asociación Venezolana de Ciegos (1935) y el Instituto Venezolano de Ciegos y
Sordomudos (1936).

La participación oficial se hace presente cuando el Consejo Venezolano del Niño, en 1950
contrata un grupo de religiosas españolas, especialistas en la educación de sordos, para
dirigir la escuela taller para sordos, la cual nació tras la decisión de separar del Instituto
Venezolano de Ciegos y Sordomudos a los alumnos sordos. Posteriormente en 1959 se crea
la Escuela Oral del Instituto Venezolano de Fonoaudiología adscrito al Ministerio de
Sanidad y Asistencia Social.
Es a partir de 1960 cuando el Ministerio de Educación sienta las bases para la educación
especial incorporando a la Dirección de Primaria y Normal la oficina de Preescolar y
Excepcional, inicia la formación de docentes, contratando para ello personal extranjero y
crea en Caracas la primera escuela para sordos, la cual se denominó "Escuela Especial para
Sordos N0 1". Desde ese momento se consolida la educación especial oficial, se crean las
dependencias administrativas en el Ministerio de Educación para efectos de la supervisión
escolar y se fundan escuelas especiales en casi todos los estados.

La concepción de la educación y del educando sordo, así como la estructura administrativa


rectora de la educación se transforman en la medida en que se hace más complejo el
proceso y se evoluciona del modelo médicorehabilitador hacia un modelo educativo. Es así
como de la educación para las personas excepcionales, entendida como una rama de la
educación general (1960), se progresa hacia la concepción de área de la educación para los
educandos con necesidades especiales (1975) y el organismo rector pasa de Servicio de
Educación Especial a un nivel organizacional de mayor rango como es el de Dirección de
Educación Especial. Finalmente en la Ley Orgánica de Educación (1980) se conceptualiza
la Educación Especial como una modalidad educativa. García de R, 1(1971), Molina,
Hermoso y otros (1977), ME.DEE (1975), L.O.E. (1980), ME.DEE. (1993).

Esta educación bajo una tendencia exclusivamente oralista se sustentó en las posibilidades
de los sordos para aprender a hablar y lo negativo de las señas y gestos para el éxito de ese
objetivo. Para ello debían cubrirse los "Programas de Lenguaje" diseñados bajo la asesoría
de la Dirección de Planeamiento del Ministerio de Educación (1961). Estos programas se
desarrollaban, en situación óptima, en cinco grados: Preescolar A, B y C y Preparatorio A y
B. Paralelamente se preparaba al educando para lograr el "dominio instrumental de los
medios de cultura como tales y otros elementos que lo capaciten para cursar la primaria"
M.E. D.PyP.(1971), es decir que la apertura de la educación básica (en ese entonces
primaria) no es un planteamiento nuevo sino que en todo momento ha estado presente en la
filosofía de la educación de las personas sordas.

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La educación de los sordos en Venezuela se fortalece a la luz de las concepciones que ya en
otras latitudes eran objeto de revisiones y cambios profundos. Es así como, desde los años
sesenta en muchos países desarrollados confluyen movimientos, teorías y experiencias que
propusieron la revisión y renovación de la educación del sordo, dando lugar al segundo
momento de este complejo proceso. Suecia, Estados Unidos, España e Inglaterra liderizan
la transformación que se extiende progresiva y lentamente al resto del mundo.

En este contexto se impone la concepción socio-antropológica de la sordera, producto de


los aportes de la antropología, sociolingüística, psicolinguística etc., que sirve para explicar
la influencia que ha desempeñado la lengua de señas propia de los sordos, en el
ordenamiento social de los mismos. Massone (1993); Sidear y otros (1995).

Tales conocimientos han permitido comprender y aceptar que los sordos constituyen una
comunidad lingüística minoritaria y el lenguaje de signos es su lengua natural que, al reunir
las características y cumplir las funciones propias de cualquier otra lengua, debe ser
valorada y utilizada como instrumento válido para su educación Malmberg (1979), Kyle y
Woll citados por Valmaseda (1993), Volterra (1981).

Bajo esta óptica debe admitirse que los sordos se integran en la comunidad de sordos; pero
a su vez están inmersos en contextos sociales mayores donde predominan en forma total y
absoluta lenguas que se basan en la audición para su adquisición y desarrollo y que además
de ser el instrumento básico de socialización son el vehículo para la apropiación de los
contenidos escolares. Se conjuga entonces la necesidad de la lengua de señas para que el
niño sordo pueda poner en práctica la facultad del lenguaje y pueda apropiarse de la lengua
hablada específica de la comunidad mayoritaria en la que también se desarrolla y así pueda
integrarse, en forma eficiente y efectiva a ambas comunidades. Se plantea así el
bilingüismo el cual reconoce la importancia de ambas lenguas y la función que cada una
cumple para satisfacer las necesidades de identidad como persona sorda socialmente
integrado a las dos comunidades.

El bilingüismo determina una educación para los sordos que promueva el desarrollo y uso
de la lengua de signos. Esto precisa adecuados modelos lingüísticos en señas a través del
contacto con adultos y otros niños sordos, a fin de lograr relaciones sociales y de
comunicación que, de acuerdo con Vigotski, apoye la dinámica desarrollo cognitivo
desarrollo comunicativo lingüístico y haga posible el aprendizaje de la lengua mayoritaria
hablada en su comunidad, como una segunda lenguaje.

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Es así como el niño sordo hijo de padres sordos encuentra en su núcleo familiar el ambiente
comunicativo positivo que le permite no sólo "poner en funcionamiento sus capacidades
linguisticas-comunicativas sino que vaya formando la identidad social propia de su
cultura..." Sidear y otros (1995), ocurre, sin embargo que más del 90% de los sordos tienen
padres oyentes Marchesí (1987), Sklear (1995); éstos utilizan, en su gran mayoría, la lengua
hablada como única forma de comunicación y en consecuencia no se produce una dinámica
comunicativa de calidad que potencie el desarrollo cognitivo, lingüístico, afectivo y social
del niño, esta situación genera una condición bicultural del sordo por su interacción tanto
en la cultura de familiares y otros miembros de la comunidad oyente y de la cultura de la
comunidad de sordos.

La educación bilingüe y bicultural derivadas de la concepción socio-antropológica de la


sordera y de la persona sorda han venido planteando, a nivel mundial, en mayor o menor
escala, un conjunto de acciones que conducen a valorar en toda su amplitud la necesidad de
las dos lenguas: la lengua de signos y la lengua hablada y escrita por la comunidad oyente
de tal manera que se tenga verdadera igualdad de oportunidades para interactuar tanto con
sus iguales sordos como con otros miembros de la comunidad mayoritaria tal posición es
reafirmada en la conferencia Internacional Bilingüe para la educación de los Sordos
celebrada en Estocolmo, Suecia en 1993.

Hasta mediados de los años 80, la educación de los sordos en Venezuela respondió a las
mismas concepciones generalizadas a nivel mundial, por tanto evolucionó de un modelo
médico terapéutico a un modelo psicopedagógico, que pautó la elaboración, aplicación y
evaluación de planes educativos a partir de perfiles psicoeducativos que destaquen las
capacidades del sujeto y no sus limitaciones. DEE, (1976).

En ese contexto son aplicables las mismas críticas hechas al oralismo mundial cuando se
cuestiona la práctica pedagógica centrada en la enseñanza del habla, la prohibición de las
señas, programaciones poco flexibles, reiterativas, poco pertinentes y en general,
conducentes a resultados poco alentadores en el logro de las habilidades básicas por parte
de los educandos, pese al despliegue de esfuerzos y recursos por parte de los padres,
alumnos y personal de las organizaciones escolares.

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Esta propuesta incorpora tanto en su "funcionamiento como en su operatividad" los aportes


de diferentes disciplinas, ubica la problemática del sordo en su desarrollo lingüístico,
posible únicamente a través de su lengua natural y retoma la importancia de la interacción
del sujeto con su entorno para la construcción del mundo y de los conocimientos
académicos.

La necesidad de un cambio, a la luz de tales conocimientos, es reforzada por un conjunto de


apreciaciones, entre las cuales se mencionaron: a) las dificultades de los alumnos sordos en
la comunicación oral tanto en la inteligibilidad del habla como en los aspectos sintácticos y
semánticos; b) el retraso pedagógico de la gran mayoría de los sordos y c) los pobres
resultados en comprensión lectora y producción escrita alcanzados a lo largo de una
escolaridad prolongada. Todo esto brindo a una práctica oralista, aplicada por los maestros
con una formación unidireccional hacia el oralismo.

En todo este proceso cuyos resultados fueron analizados sólo como producto es válido
reconocer que la práctica pedagógica responde a la fundamentación epistemologica y
teleológica de la educación del sordo presentes tanto en la formación de los docentes como
en las orientaciones de las instancias técnico-administrativas, responsables de la orientación
y conducción del proceso educativo y por otra parte, no se consideraron otros factores que
globalmente afectan a la sociedad y en ésta, a la escuela como una de sus organizaciones
sociales.

Estas omisiones incidieron en la implementación e implantación de la propuesta al no


considerar el aporte de docentes y técnicos en la transformación pedagógica y su capacidad
para valorizar la pertinencia de un cambio, identificarse con él y asumir el compromiso con
los cambios propuestos.

"La Propuesta de Atención Integral al Niño Sordo. Un Modelo Bilingüe" (PAINS)


contempla cinco aspectos fundamentales, estos son Entorno Lingüístico Gestual,
Intervención Temprana, Lengua Escrita. Curriculum Escolar y Lengua Oral. En la
evolución de la propuesta estos elementos se fueron modificando, determinando a su vez,
variaciones conceptuales y posiciones diferentes en su aplicación. A continuación se
analizan brevemente cada uno de ellos y se trata de ubicar el momento de cambios
significativos, difícil de precisar por cuanto muchos documentos no tienen fecha y son
repetitivos en su contenido.

ENTORNO LINGUISTICO - GESTUAL. (1985-87) O ENTORNO


LINGUISTICO DE SEÑAS (1988 en adelante).-

El entorno lingüístico es concebido como el ambiente de comunicación que debe rodear al


niño sordo para favorecer un contacto espontáneo y permanente con hablantes fluidos de su
lengua natural, a través de interacciones con adultos y otros niños sordos. La escuela se
constituyó en el lugar apropiado para crear ese entorno, se incorporaron personas sordas y
los padres y el personal de los planteles iniciaron la tarea de aprender la lengua gestual.

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INTERVENCION TEMPRANA

La PAINS asigna gran importancia a la intervención temprana y fija como objetivo


"garantizar el desarrollo normal del lenguaje" y la necesidad de un medio en el que se hable
la lengua de seña normalmente y en el cual el bebé sordo pueda interactuar con diferentes
interlocutores, usuarios de la lengua de señas venezolana. La educación temprana así
definida se vincula al principio de normalización en su propósito de "normalizar el
desarrollo del lenguaje del niño sordo y en la creación de condiciones similares a las que
requiere cualquier lengua para su desarrollo." Los Centros de Desarrollo Infantil y las
escuelas para sordos se consideraron circunstancialmente los espacios apropiados para el
logro de ese objetivo. Sin embargo se encuentra un vacío muy importante en el cómo se
habría de conducir el proceso; de tal manera que sólo algunos CDI recibieron bebes sordos
(como es el caso del CDI N02, en Caracas) y ante la falta de lineamientos se actuó muy
responsablemente pero a la libre interpretación y aplicación del programa de acuerdo a los
recursos disponibles: predominó en todo caso un intercambio de un docente o terapista
como hablante de la lengua de señas y un grupo reducido de bebes ante la mirada
observadora de los padres, en un intento de apropiarse de la lengua de señas, de tal manera
que el entorno se constituyó en artificial, forzado y carente de la riqueza comunicacional
que se buscaba y alejado del objetivo central.

La mejor aproximación al planteamiento teórico lo constituyó el caso de algunas escuelas


que recibieron bebes sordos en sus aulas de Preescolar y en sesiones cortas estimulaban al
bebé para participar en actividades creadas por los sordos preescolares y el auxiliar sordo.
No obstante las condiciones físicas de los locales restringieron el acceso a mayor numero
de bebes con sus representantes.

LECTOESCRITURA (1985-86) LENGUA ESCRITA (1989-90).-

Este aspecto, junto con el entorno lingüístico, han sido los más tratados en el plano teórico
y de la investigación. En la documentación se analizan y toman los progresos que sobre el
proceso de construcción de la lengua escrita se producen el los últimos años Goodman
(1985), Smith (1983), Terreiro, Teberosky y a nivel nacional el Programa de Lectura de la
Dirección de Educación Especial. A la vez que se plantean las dificultades del sordo para
acceder a la lengua escrita; en este sentido se propone como objetivo: facilitar el proceso de
adquisición de la lengua escrita por parte de los niños y adultos sordos y su utilización
colectiva en la comunidad". DEE,(1989).

La conceptualización de este proceso derivó a una modificación sustantiva en la globalidad


de la propuesta, la restricción de la lengua oral como segunda lengua es cada vez mas
evidente y cambia por completo el concepto de bilingüismo; ya no se trata de lengua de
señas y lengua oral y escrita y por tanto las posibilidades del sordo de acceder al castellano
como segunda lengua se limita al castellano escrito, el cual puede ser alcanzado
espontáneamente y sin mediación de la lengua oral. Aún cuando se desconocen los
resultados de la investigación cuyo titulo es, precisamente: La Adquisición de la lengua
escrita sin mediación de la lengua oral" auspiciada por la Dirección de Educación Especial
y la OEA, tanto los planteamientos de espontaneidad como mediación son objetos de
revisión y se plantea en que momento la intervención pedagógica es necesaria y si se
requieren "situaciones didácticas en que el niño sordo participe activamente... y al menos
permitan que se apropie de los aspectos sintácticos, gramaticales y alfabéticos de la lengua
escrita. Pérez, Y (1996).

CURRICULO ESCOLAR.-
Es el cuarto elemento señalado en la propuesta y es precisamente el lugar en importancia
que se le atribuye en la escolaridad del educando sordo, lo cual condujo a proponer cambios
de tal naturaleza que modifica totalmente la concepción escolar en el marco de la
modalidad educativa.

El currículo es entendido en el sentido restringido de programación escolar y mas aún como


guías curriculares, al margen de los otros elementos del currículo; bajo esta concepción
encontramos dos momentos diferentes y en cada uno de ellos el currículo (programa) se
asume también en forma distinta.

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El cambio de comunicación total a lengua de señas generó a su vez, cambio en el currículo
(programas), de tal forma que permitiera la configuración del entorno lingüístico y optar a
la "Escuela Nueva", utilizando el término propuesto por Decroly (1923) y en la cual
subyacen ideas de la escuela activa y el trabajo en equipo propuesto por Freinet.

La escuela nueva incorpora las áreas de actividades para sustituir "totalmente los programas
de la escuela tradicional..." (Puede entenderse que se está calificando a la escuela básica
regular por cuanto se desconoció el uso de los programas en las escuelas para sordos)

A lo largo de los documentos se repiten numerosas referencias a las áreas de actividades,


justificando su inserción, indicando sus propósitos, sugiriendo las áreas y programas,
estructura y responsables, pero presenta omisiones importantes en relación a:

* Conceptualización de las áreas de actividades. - Al no definirse se crean confusiones


importantes entre áreas y estrategias aplicables en cualquier actividad dentro y fuera del
aula, como es el caso de juegos por ejemplo.

* Estrategias didácticas para el desarrollo de los programas de las áreas para orientar a los
comités y equipos responsables de los programas de áreas.

Estas omisiones que a simple vista parecieran intranscendentes cobran significado cuando
se promueve un cambio de un programa centrado en contenido y objetivos a otro con
énfasis en las estrategias didácticas (metodología, técnicas y recursos para el aprendizaje) y
ante circunstancias en las que reiteradamente se ha cuestionado la preparación del equipo
técnico-docente.

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La lengua oral está presente en los primeros planteamientos de la propuesta, se interpretó


como una necesidad de aprendizaje por parte del sordo para interactuar eficazmente con las
personas oyentes, puede decirse que se le confirió tanta importancia como a la lengua de
señas. Es así como el desarrollo de la lengua de señas contribuiría decididamente al
aprendizaje de todo tipo de conocimiento y por tanto del castellano oral como se le
denominó.

En un segundo momento de la propuesta, estimada en 1989-90, se enfoca la segunda lengua


hacia la forma escrita y lo oral se descarta de tal manera que se niega su mediación para
acceder a la lectoescritura. En la práctica educativa la única forma de comunicación
aceptada es la lengua de señas y todos los esfuerzos se encaminan hacia la construcción del
entorno lingüístico.

Puede entenderse a través de este breve análisis la evolución de los cinco elementos de la
propuesta.

Mundialmente se continúa la revisión y búsqueda de respuestas a muchas interrogantes.


Entre ellas pueden señalarse:
¿Cuál es el sistema comunicativo más adecuado para cada educando deficiente auditivo?

¿Cuál es el proceso para la construcción de la lectoescritura por parte de los educandos


sordos?

¿Cuándo comenzar y como sistematizar la enseñanza de la lengua hablada en los sordos?

¿Como garantizar cual es la respuesta educativa mas adecuada y que favorezca la plena
integración social de los sordos?

¿Cuál es la factibilidad de incorporar intérpretes, suficientemente preparados, a las


instituciones de Educación Regular?

II) SITUACION ACTUAL DE LA EDUCACION DEL DEFICIENTE AUDITIVO EN


VENEZUELA

El diagnóstico del Area de Deficiencias Auditivas se inició a partir de Abril de 1995, en un


proceso de investigación evaluativa planificado y ejecutado de acuerdo al proyecto
presentado en Junio del mismo año.

El análisis y los resultados de la información obtenida a través de los instrumentos de


recolección de datos elaborados para tal fin, fueron presentado en el documento
"Diagnóstico del Area Deficiencias Auditivas" (1996).

Los aspectos mas resaltantes de dicho diagnóstico, con la inclusión de otros datos mas
actuales, se sintetizan a continuación:

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La atención educativa se cumple en 55 servicios educativos, distribuidos en todo el país.


Estos servicios son de tres tipos de acuerdo a su estructura y organización.

El primero corresponde a Unidades Educativas que exclusivamente a educandos sordos,


éstos son 42 en todo el país. Estos servicios son tres tipos de acuerdo a su estructura y
organización.

El segundo tipo de servicio se refiere a Planteles de otra área de Educación Especial que
incorpora en su estructura aulas para recibir alumnos deficientes auditivos. Se cuentan con
10 aulas en 8 Dependencias Federales.

Finalmente se tienen 3 aulas incorporadas a Grupos Escolares; se trata de aulas que ocupan
un espacio físico en algunos Planteles de Educación Básica regular.

2.- MATRICULA ESCOLAR.

El movimiento de alumnos sordos atendidos en los 55 servicios educativos, durante los


últimos cuatro años ha sido el siguiente: para el periodo escolar 1992-93 se registraron
4089 alumnos; para 1993-94, 3143 alumnos; para 1994-95, 3187 alumnos y para el año
escolar 1995-96, 3097 alumnos.

La matrícula escolar del año 1993-94 registró un descenso de 946 alumnos, para el año
1994-95 aumenta en 44 y nuevamente desciende en 90 alumnos para el año escolar 1995-
96. Sería importante un estudio detallado que permitiera conocer cuál es la tendencia que se
mantiene en relación al movimiento matricular en el área y el número de alumnos que
ingresan y egresan, así cómo en que momento de la prosecución escolar se producen esos
egresos.

La matrícula escolar, a nivel nacional, se distribuye en los niveles de Educación Preescolar


y Educación Básica. Se observó, para el año escolar 1995-96, mayor concentración de la
población en las secciones de Preescolar (62 secciones) y en la primera etapa de Educación
Básica (124 secciones entre primero y tercer grado); disminuyendo en los grados superiores
de la segunda etapa (70 secciones: 30 secciones de cuarto grado, 21 de quinto y 19 de sexto
grado). La información obtenida determinó la existencia de 17 secciones denominadas
"aulas especiales", que agrupan alumnos que no cumplen los requisitos para cursar el grado
acorde con su edad cronológica y escolaridad, lo cual plantea la necesidad de vincular la
programación para estos alumnos con los programas de otras modalidades e instituciones
que ofrezcan alternativas mas apropiadas a los intereses y necesidades educativas de esta
población.

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La administración de la educación de la población escolar que asiste a los servicios


educativos del área, es ejercida por un equipo de profesionales. Entre éstos; docentes
especialistas, Psicólogos, Trabajadores Sociales, Terapistas del Lenguaje, etc.

Los datos obtenidos reflejan que para el año escolar 1994-95 se tenía un total de 962
funcionarios en el Area de Deficiencias Auditivas. El análisis determinó lo siguiente:

* El personal Directivo representa el 7.8%, con la particularidad de que no todos son los
titulares, presentándose el caso de subdirectores encargados de la Dirección o maestros con
funciones directivas, hasta tanto se realicen los respectivos concursos.

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* En relación al personal técnico se tienen 20 médicos y 2 terapistas ocupacionales. Su
permanencia en éstos planteles limita su campo de acción a una población muy restringida;
por tanto algunos Centros de Desarrollo Infantil se beneficiarían con el servicio de estos
profesionales.

Si se considera que se tienen 42 Unidades Educativas, además de los otros tipos de


servicios señalados se advierte que sólo 22 de ellos cuenta con terapistas de Lenguaje; de
gran importancia en el trabajo de equipo para evaluar, planificar y ejecutar planes
educativos dirigidos al desarrollo lingüístico del alumnado y cuya participación y
compromiso deben rescatarse.

Se cuenta igualmente con 36 Psicólogos y 46 Trabajadores Sociales.

* Se tienen 286 Auxiliares de Terapia Ocupacional, personal heterogéneo en cuanto a


formación y a las funciones que se les ha asignado de acuerdo al momento de su
incorporación:

- En primer lugar se tiene un grupo de Auxiliares oyentes que venían trabajando con el
maestro, ayudando en las actividades del aula y,

- Un segundo grupo de personas sordas que fueron incorporadas a partir del año 1985 para
servir de modelo de señas en el entorno lingüístico de la propuesta. La falta de un perfil
profesional, lineamientos para instrumentar ese entorno y de directrices para el trabajo de
estas personas determinan un grupo muy complejo en sus necesidades, intereses, actitudes y
expectativas sobre su actuación profesional. Situación que requiere estudiarse y tomar
decisiones para fines de capacitación y desempeño profesional de los Auxiliares.

4. - PROGRAMACION EDUCATIVA.

La programación educativa del área ha venido adecuándose a la Propuesta de Atención


Integral al Niño Sordo, incorporando progresivamente algunos de los elementos
contemplados en ella, aplicándose de acuerdo a las interpretaciones propias de cada grupo y
persona en virtud de la falta de lineamientos claros y precisos, los vacíos de tipo
pedagógico y la ausencia de asesoría permanente por parte del equipo de supervisión.

En términos generales, la situación encontrada es la siguiente:

* La lengua de señas se ha constituido en el primer y más importante medio de


comunicación en el desarrollo de las actividades escolares. Los equipos técnico-docente de
las instituciones valoran su uso para un intercambio comunicativo eficaz con los alumnos
sordos y la consideran fundamental para la adquisición de los conocimientos académicos.
No obstante la gran mayoría considera que no ha logrado un dominio suficiente y ser
competentes en lengua de señas y por tanto requieren de actividades que favorezcan ese
proceso tales como; cursos, intercambios para analizar debilidades y fortalezas, plantear
soluciones, etc.

* La práctica pedagógica se centró en el entorno lingüístico, en detrimento de los otros


cuatro elementos incluidos en la propuesta y aun así, las dificultades para apropiarse de la
lengua de señas por parte del personal y la limitada orientación no ha permitido su
consolidación y un mejor aprovechamiento para la comunidad educativa.

* En la mayoría de los planteles se han retomado los programas de Educación Preescolar y


Básica como guías para la planificación educativa. Aquellos que continúan aplicando las
áreas de actividades han introducido modificaciones e incorporan, cada vez, más aspectos
de las guías curriculares.

* El progreso del alumnado en las habilidades básicas es limitado e igualmente se mantiene


la situación de repitencia, edades de los alumnos muy por encima de las que corresponden
al grado que cursan, inasistencias frecuentes y deserción escolar; por tanto deben
instrumentarse acciones y estrategias que permitan mejorar este panorama.

* El personal docente plantea la necesidad de organizar los alumnos en el nivel y grado que
les corresponde basados en la evaluación y decisión del equipo técnico-docente bien
constituido y responsable de la ubicación, determinación de las adecuaciones curriculares y
planes específicos que respondan a las necesidades educativas, así como del proceso de
evaluación de proceso y sumativa.

El alumnado no puede considerarse poseedor de las mismas capacidades y portador de las


mismas necesidades; algunos requieren mayor apoyo en lengua de señas, otros en español
oral y escrito, en su orientación familiar o social. Es por tanto, respetar el derecho a la
individualidad.

* En general no se cumple la función de supervisión por tanto, no se recibe orientación,


estimulo y contribución para mejorar la programación escolar. Tampoco se han realizado,
en los tres últimos años actividades de actualización y capacitación que favorezcan el
intercambio, la discusión y el crecimiento personal y profesional.

* La administración de la propuesta requirió de personas sordas adultas que ingresaron a las


instituciones con el cargo de Auxiliares de Terapia Ocupacional. Su participación para
favorecer el entorno lingüístico, como modelo de lengua de señas, se desvirtuó por las
siguientes razones:

- Ausencia de lineamientos claros y precisos sobre el rol y funciones de este personal en las
unidades educativas.

- Divergencia de opiniones en las señas que utilizaban los sordos y falta de información
para validar un proceso lingüístico aceptado.

- Cumplimiento de funciones como: sustituir al maestro en su ausencia o en determinadas


actividades como interprete de lengua de señas. La frecuencia de tales atribuciones y la
interpretación de planteamientos teóricos expresados en algunos documentos de la "Escuela
nueva" permitió crear falsas expectativas que ha generado reclamos, roces y en general un
progresivo descontento en el personal.

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El proceso de evaluación en el área se ha desarrollado bajo concepciones particulares de
cada institución y aún de cada docente, de allí que exista una heterogeneidad de criterios
para determinar el ingreso del educando, su ubicación escolar y la aprobación o no de un
grado determinado.

Por esta razón es necesario establecer lineamientos claros y precisos en relación a:

* La participación del equipo técnico-docente en el proceso de


evaluación diagnóstica, formativa y sumativa de los educandos.

* El ingreso, ubicación y determinación de la programación educativa más adecuadas a sus


necesidades individuales.

* La prosecución y promoción de los alumnos en el marco de la normativa legal.

6. - SUPERVISION.

La supervisión educativa es y será importante y su trascendencia es mayor cuando se


introducen cambios relevantes en un nivel o modalidad educativa, ya que implica, no sólo
dar a conocer fundamentos, líneas de acción y otras orientaciones sino compartir y asumir
la responsabilidad por los logros alcanzados.

En este sentido una de las grandes debilidades en la conducción del proceso educativo del
área, ha sido la falta de asesoría y seguimiento por parte de directivos y supervisores.

Se impone entonces, por unanimidad, la aspiración y la exigencia de reorientar la acción del


supervisor para que estimulen, dirijan y supervisen efectivamente la actividad educativa.

Para ello se precisa la búsqueda de diferentes vías para conocer y orientar la actividad del
docente, a través de intercambios, reuniones, cursos, círculos de estudios, etc.

La escasa participación del supervisor y la ausencia de elementos rectores para promover la


constante revisión y adecuación de la PAINS determinó que cada institución (y en ella cada
docente) interpretara, aplicara e introdujera cambios sin enmarcarlos en un proceso
sistemático de evaluación que reflejara aciertos, limitaciones y los ajustes correspondientes.

Es indispensable la necesidad de fortalecer la acción supervisora, promoviendo la


capacitación del supervisor, elaborando los instrumentos que rijan su funcionamiento en la
modalidad de Educación Especial y promoviendo diferentes actividades que propicien la
discusión y el intercambio entre los profesionales del área.

III) PROSPECTIVAS

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Legalmente la educación de las personas deficientes auditivas responde a los principios,


concepciones y resoluciones que se derivan del derecho a la educación, de la participación
en igualdad de condiciones y del beneficio de las mismas oportunidades para el logro
personal, laboral y social que tiene cualquier persona, sin mas limitaciones que aquellas que
procedan de las aptitudes y potencialidades. Constitución Nacional: Art. 78 y 80 (1.961),
Ley Orgánica de Educación: Art. 2 al 9 (1.980).
La Ley Orgánica de Educación (Capitulo VI) y el Reglamento General de la misma
(Capitulo IV) (l .986) consolidan la Educación Especial como variante escolar, fortalecen
las bases para la atención educativa de la población con necesidades educativas especiales,
y en ella, los educandos deficientes auditivos; así mismo instrumentan procedimientos para
su conducción en un proceso que involucra ". . detección, intervención temprana,
escolaridad y preparación e incorporación activa a la sociedad y al trabajo productivo", tal
como lo expresa el Art. 33 del referido Reglamento.

La educación de los deficientes auditivos, independientemente de las consecuencias que el


grado y tipo de pérdida auditiva generen, es un derecho reconocido e irrenunciable y debe
desarrollarse en el ambiente escolar que mejores condiciones ofrezcan para lograr su
formación integral a lo largo de la vida. En este sentido los principios de prevención e
intervención temprana, normalización e integración expresados en el Documento de
Conceptualización y Política de Educación Especial (1.976), mantienen plena vigencia y
total pertinencia con los cambios, que a nivel mundial y nacional, se han producido en la
concepción y educación de las personas deficientes auditivas, en las últimas decadas.

La prevención de las pérdidas auditivas y la intervención temprana en los casos de


diagnóstico o riesgos de problemas de tipo auditivo, continúan siendo pilares para controlar
las causas que originan dichas pérdidas, erradicar o minimizar los efectos que puedan
producir en el desarrollo normal del niño y emprender las acciones encaminadas para
atender, lo antes posible, las necesidades educativas que se deriven.

La intervención temprana para los bebés deficientes auditivos plantea entonces: detección,
evaluación de todas las áreas de desarrollo y definición de las acciones a realizar para
orientar a la familia y brindar la atención sistemática que cada uno requiera, bien sea a
través de las alternativas convencionales y no convencionales que ofrece el nivel de
Educación Preescolar o en la propia modalidad.

La normalización y la integración fortalecen los postulados constitucionales de igualdad


para las personas deficientes auditivas en los ámbitos familiar, escolar, laboral y social;
enfatiza su aceptación y valoración como personas con capacidades y aptitudes, y el respeto
a su derecho a apropiarse de la lengua y los valores propios de su comunidad, para alcanzar
el desarrollo intelectual, emocional y social que les permita compartir plenamente en la
comunidad a que pertenecen. Tales disposiciones normativas se reafirman en la Resolución
2005 de fecha 2 de Diciembre de 1996, la cual establece las normas para la integración
escolar de la población con necesidades educativas especiales, medida legislativa paralela y
complementaria de las disposiciones legales sustentadas en la Constitución y otras leyes
nacionales, y en la concordancia con los postulados y directrices internacionales recogidos
en documentos de ONU, UNESCO y Declaración de Salamanca, entre otros.
Sustentado en ese derecho a recibir educación en la forma y condiciones escolares que
mejor se adapte a sus necesidades, se concibe la educación para los niños, jóvenes y adultos
deficientes auditivos como un proceso integral, continuo y permanente que persigue iguales
fines y objetivos que la educación general y que se apoya en la comunicación como el
instrumento que va a permitir la interacción y el aprovechamiento efectivo de aprendizajes
con significación.

La atención educativa integral de las personas deficientes auditivas se centra en el


educando como sujeto-objeto de la práctica educativa, con potencialidades, necesidades e
intereses que constituyen el punto de partida para orientar el proceso pedagógico y en éste,
la actividad del sujeto para la "construcción social del conocimiento en aproximaciones
sucesivas". Hernández, 1996.

Se asume entonces al educando deficiente auditivo, como una integridad biopsicosocial con
capacidades y diferencias individuales que los convierten en individuos únicos y distintos
entre ellos, y como tal exigen alternativa educativas propias que conduzcan a la
autorrealización, lo cual puede lograr en el seno de las instituciones regulares de los niveles
y otras modalidades, o en las específicas de la modalidad de Educación Especial. (Anexo 1)

Bajo esa perspectiva se consolida el rol de los equipos de profesionales, con carácter
interdisciplinario, quienes serán los encargados de diseñar y ejecutar programas de
evaluación y de intervención integral a la familia y al educando deficiente auditivo que
realiza su prosecución escolar, en forma parcial o total, en las instituciones propias del Area
de Deficiencias Auditivas o para apoyar la educación integral de otros deficientes auditivos
que cursan en los planteles de los diferentes niveles y otras modalidades del sistema
escolar.

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El modelo se sustenta en los fines, objetivos y principios de la Educación en general y en
los principios de Normalización e Integración Social que rigen la Educación Especial.

La Normalización e Integración significan para las personas deficientes auditivos el


derecho de participar de todos los beneficios directos e indirectos que ofrece la comunidad
a todos sus integrantes y a incorporarse al ambiente educativo que reúna las mejores
condiciones para el logro de los objetivos educacionales. La prevención y la normalización
adquieren relevancia cuando se asume la diversidad de la población escolar y las
instituciones y sus profesionales propician estrategias de participación, situaciones,
experiencias y actividades accesibles a todos los niños y sus familiares y además cuando se
concentran los esfuerzos hacia la prevención de situaciones de riesgos antes del nacimiento
y durante los primeros seis años de vida; etapa en que los programas preventivos y de
detección temprana de las deficiencias auditivas son esenciales para identificar causas, tipos
y frecuencias de las pérdidas auditivas, difundir y aplicar medidas profilácticas, adoptar
disposiciones y procedimientos que mejoren el ambiente familiar y comunitario y enfrentar
las necesidades educativas lo antes posible.

Es un Modelo de Atención Educativa que se centra en la pedagogía y orienta al proceso que


cumple el individuo con una visión educativa.

Es Integral porque aborda la educación del deficiente auditivo con una concepción
interdisciplinaria que concibe al educando como una integridad biopsicosocial, en un
proceso de educación permanente, continuo, sistemático y de apoyo al grupo familiar,
brindándole las oportunidades y condiciones que hagan posible su integración social.

La población de alumnos con deficiencias auditivas es muy heterogénea y presenta


necesidades educativas distintas que pueden ser satisfechas en diferentes ambientes
educativos que tienen en común sus fines, objetivos y planes de estudios para brindar la
formación integral de los educandos. La educación para las personas deficientes auditivas
responde a los objetivos, principios y lineamientos formulamos para la educación general.

Las diferencias son establecidas por las estrategias, recursos y las adaptaciones curriculares
que sean necesarias, compatibles con los lineamientos que se deriven de las propuestas
pedagógicas de los niveles y modalidades.

En términos generales, el Modelo de Atención Educativa Integral del Deficiente Auditivo:

*Acepta la diversidad de la población deficiente auditiva, portadora por tanto, de


diferentes necesidades educativas que requieren de diversas estrategias y condiciones
educativas en el contexto de los niveles y otras modalidades, en la modalidad de Educación
Especial o en otras instituciones de carácter cultural, laboral y social.

*Brinda apoyo a los alumnos integrados a los niveles y otras modalidades, a través de:
orientaciones psicopedagógicas por parte del equipo técnico-docente a los maestros
regulares, aplicación de programas complementarios a los alumnos, y asesoramiento al
grupo familiar cuando asilo requiera.

*Valora la comunicación y el lenguaje como instrumentos que potencien el desarrollo


lingüístico, cognitivo, emocional y social de los educandos deficientes auditivos y como
medio para lograr su integración en el contexto familiar, escolar, laboral y social.

*Incorpora los progresos de los conocimientos de diferentes disciplinas, particularmente


de la lingüística, psicolinguística, neurolingüística y sociolingüística, antropología, etc. En
consecuencia, reconoce el valor de la lengua de señas para los alumnos deficientes
auditivos severos y profundos, y la necesidad de crear las condiciones para que se la
apropien en forma natural, a la vez que se sistematiza el aprendizaje del español en sus
formas oral y escrita en el continuo escolar.

*Persigue los fines y objetivos establecidos para cada uno de los niveles del sistema
escolar y adapta los planes y programas de estudio, tomando en cuenta las necesidades
educativas individuales y grupales, y la pertinencia de los aprendizajes para el desarrollo
autónomo, intelectual, emocional y ético de los educandos.

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*Implementa medidas y acciones que conduzcan al logro de los objetivos de la


Educación Básica y fundamentalmente, de los objetivos de la educación y trabajo de la
población deficiente auditiva, que por diversas razones se incorpora tardíamente o ha
interrumpido su prosecución en el sistema escolar.

*Incorpora diversas estrategias que brinden oportunidades para que la población de


deficientes auditivos pueda desarrollarse integralmente a través de las actividades
extraescolares que se realizan en la comunidad, conjuntamente con la institución escolar y
con Inicio

Conceptualización y política de la atención educativa


integral del Deficiente Auditiva

AREA: Deficiencias Auditivas

Caracas, Abril 1997

Autores:
Lic. Beatriz Núñez de Baez
Directora de Educación Especial

Lic. Nora Chávez de Quintero


Jefe de la División de Asuntos Técnicos

Lic. Francy Fernández


Jefe de la División de los servicios Administrativos

LIC. AURA HERMOSO DE ALVAREZ y LIC. INES BRAVO DE BETANCOURT


RESPONSABLES DEL AREA DE DEFICIENCIAS AUDITIVAS
Asesoras: Prof. Amalia S. de Torrealva
Prof. Iguaraya de Hernández

Fuente: Dirección de Educación Especial


Ministerio de Educación
República Bolivariana de Venezuela

Nota: Cortesía de Nelson Silva

INTRODUCCION

La reorientación pedagógica del área de Deficiencias auditivas se sustenta en la revisión de


la bibliografía especializada, análisis de los documentos y otros materiales de la Propuesta
de Atención Integral al Niño Sordo en el Marco del Modelo Bilingüe y en los resultados
obtenidos en el diagnóstico del área iniciado desde el mes de Abril de 1995.

La conceptualización y política de la Atención Educativa del Deficiente Auditivo se plantea


en el marco de la Educación Especial y en el entendido de que la comunicación y el
lenguaje son los pilares y guía de la práctica pedagógica del educando deficiente auditivo, a
fin de lograr objetivos lingüísticos y comunicativos desde el inicio de su intervención, así
como el desarrollo de las habilidades necesarias para incorporarse de forma activa y
autónoma a los niveles que estructuran el sistema educativo venezolano, al mundo del
trabajo y a la sociedad.

Organizar el curriculum para el educando deficiente auditivo es una tarea que exige la
participación del equipo técnico-docente por cuanto, mas allá de los contenidos académicos
de una programación, se trata de una formación integral que aborde todas las áreas del
desarrollo y permita la secuencia académica que coincida con los intereses, necesidades y
capacidades de dicho educando.

El propósito de este documento es presentar la Conceptualización y Política de la Atención


Educativa del Deficiente Auditivo, partiendo de una visión retrospectiva de la evolución de
la Educación del Sordo en Venezuela y el mundo. Presenta además una síntesis de la
situación actual, producto del diagnóstico realizado con la participación del equipo técnico-
docente de las Unidades Educativas del área. Estos elementos permitieron caracterizar el
Modelo de Atención Educativa Integral para el Deficiente Auditivo y definir las líneas de
acción estratégica articulada con los lineamientos que orientarán su administración.
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La revisión bibliográfica conduce a precisar, a nivel mundial, dos grandes momentos en la


educación de las personas sordas. Cada uno de ellos está determinado por la aceptación o
no de una lengua propia de los sordos diferente de las lenguas habladas en las regiones
donde habitan y como consecuencia involucran concepciones y posiciones distintas en
relación a las personas sordas, su educación y el contexto escolar en la cual debe realizarse
su escolaridad.
El primer momento comprende a su vez dos etapas; la primera abarca desde antes del siglo
XV hasta 1880. En esta etapa la educación del sordo se desarrolló en un lento proceso que
va desde una concepción de invalidez e incapacidad, que al generar rechazo o lástima
condujo al aislamiento y al confinamiento en el propio hogar o en hospicios; pasa por una
educación privada exclusiva para alumnos sordos provenientes de familias de la nobleza y
finalmente se consolidan las primeras instituciones educativas bajo el auspicio de la caridad
pública, en una práctica que combinaba la enseñanza de la lengua hablada, escrita y el
alfabeto manual.

Fray Pedro Ponce de León (1520-1584), Juan Pablo Bonet (1579-1633), El Abad de L'pee,
entre otros, son señalados como pioneros en la educación del sordo.

En general, en esta primera etapa prevalece la idea de anormalidad, la no educabilidad y un


enfoque clínico-terapéutico. El término sordo- mudo se empleó para denominar a las
personas con problemas de audición y por tanto la desmutización se constituyó en el
objetivo central de un proceso rehabilitador, aún cuando se permitía el uso de otras formas
de comunicación, sólo como apoyo para comprender y expresarse oralmente.

La segunda etapa abarca desde 1880 con las disposiciones acordadas en el Congreso de
Milán, hasta mediados del siglo XX. En este congreso se decide la primacía de la lengua
oral y la erradicación de los gestos, señas o cualquier otra forma comunicativa diferente a la
hablada o escrita. La enseñanza de la lengua oral se coloca como primer objetivo de la
educación del sordo y como condición necesaria para que el educando logre alcanzar los
contenidos escolares.

Esta tendencia, conocida como oralismo agrupa diferentes métodos que, a su vez, conducen
a posiciones polémicas y contradictorias entre quienes conjugaron habla con signos y
gestos (utilizados por los sordos o creados en cada situación) tales como comunicación
total, palabra complementada y quienes abogaron por un oralismo puro y el perjuicio de las
señas para el acceso a la lengua oral, éste último es conocido corno método oral.

La fundamentación lingüística que subyace en la tendencia oralista se corresponde con las


teorías fonocéntricas vigentes en esos momentos, la cual no sólo la justificaba sino que
dictó las pautas para su aplicación en el campo pedagógico.

En la práctica escolar la enseñanza de la lengua oral se sistematizó en un arduo y laborioso


programa para enseñar lenguaje, en un proceso muy rígido, mecánico y repetitivo que, por
la influencia de posiciones conductistasestructuralistas dominantes en el campo de la
psicología y la lingüística, se aplicaban en la práctica pedagógica. Se estimaba entonces
que, una vez que el sordo alcanzara los contenidos de lenguaje de dicha programación,
estaría apto para proseguir estudios en la escuela regular.

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Es precisamente bajo esta tendencia oralista que se inicia en forma sistemática la educación
del sordo en Venezuela, aún cuando la legislación contemplaba la educación como un
derecho a partir del Decreto de Instrucción Pública gratuita y obligatoria promulgada por
Antonio Guzmán Blanco el 27 de Junio de 1870. Específicamente en el Código de
Instrucción Pública de 19712 se hace referencia a la educación de los ciegos sordomudos y
anormales (subrayado nuestro), sin embargo no es sino hasta 1935 cuando se crean las
primeras instituciones por iniciativa del sector privado y como respuesta a motivaciones
personales de un grupo de padres y amigos de personas con problemas de audición y visión,
surge así la Asociación Venezolana de Ciegos (1935) y el Instituto Venezolano de Ciegos y
Sordomudos (1936).

La participación oficial se hace presente cuando el Consejo Venezolano del Niño, en 1950
contrata un grupo de religiosas españolas, especialistas en la educación de sordos, para
dirigir la escuela taller para sordos, la cual nació tras la decisión de separar del Instituto
Venezolano de Ciegos y Sordomudos a los alumnos sordos. Posteriormente en 1959 se crea
la Escuela Oral del Instituto Venezolano de Fonoaudiología adscrito al Ministerio de
Sanidad y Asistencia Social.

Es a partir de 1960 cuando el Ministerio de Educación sienta las bases para la educación
especial incorporando a la Dirección de Primaria y Normal la oficina de Preescolar y
Excepcional, inicia la formación de docentes, contratando para ello personal extranjero y
crea en Caracas la primera escuela para sordos, la cual se denominó "Escuela Especial para
Sordos N0 1". Desde ese momento se consolida la educación especial oficial, se crean las
dependencias administrativas en el Ministerio de Educación para efectos de la supervisión
escolar y se fundan escuelas especiales en casi todos los estados.

La concepción de la educación y del educando sordo, así como la estructura administrativa


rectora de la educación se transforman en la medida en que se hace más complejo el
proceso y se evoluciona del modelo médicorehabilitador hacia un modelo educativo. Es así
como de la educación para las personas excepcionales, entendida como una rama de la
educación general (1960), se progresa hacia la concepción de área de la educación para los
educandos con necesidades especiales (1975) y el organismo rector pasa de Servicio de
Educación Especial a un nivel organizacional de mayor rango como es el de Dirección de
Educación Especial. Finalmente en la Ley Orgánica de Educación (1980) se conceptualiza
la Educación Especial como una modalidad educativa. García de R, 1(1971), Molina,
Hermoso y otros (1977), ME.DEE (1975), L.O.E. (1980), ME.DEE. (1993).

Esta educación bajo una tendencia exclusivamente oralista se sustentó en las posibilidades
de los sordos para aprender a hablar y lo negativo de las señas y gestos para el éxito de ese
objetivo. Para ello debían cubrirse los "Programas de Lenguaje" diseñados bajo la asesoría
de la Dirección de Planeamiento del Ministerio de Educación (1961). Estos programas se
desarrollaban, en situación óptima, en cinco grados: Preescolar A, B y C y Preparatorio A y
B. Paralelamente se preparaba al educando para lograr el "dominio instrumental de los
medios de cultura como tales y otros elementos que lo capaciten para cursar la primaria"
M.E. D.PyP.(1971), es decir que la apertura de la educación básica (en ese entonces
primaria) no es un planteamiento nuevo sino que en todo momento ha estado presente en la
filosofía de la educación de las personas sordas.

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La educación de los sordos en Venezuela se fortalece a la luz de las concepciones que ya en
otras latitudes eran objeto de revisiones y cambios profundos. Es así como, desde los años
sesenta en muchos países desarrollados confluyen movimientos, teorías y experiencias que
propusieron la revisión y renovación de la educación del sordo, dando lugar al segundo
momento de este complejo proceso. Suecia, Estados Unidos, España e Inglaterra liderizan
la transformación que se extiende progresiva y lentamente al resto del mundo.

En este contexto se impone la concepción socio-antropológica de la sordera, producto de


los aportes de la antropología, sociolingüística, psicolinguística etc., que sirve para explicar
la influencia que ha desempeñado la lengua de señas propia de los sordos, en el
ordenamiento social de los mismos. Massone (1993); Sidear y otros (1995).

Tales conocimientos han permitido comprender y aceptar que los sordos constituyen una
comunidad lingüística minoritaria y el lenguaje de signos es su lengua natural que, al reunir
las características y cumplir las funciones propias de cualquier otra lengua, debe ser
valorada y utilizada como instrumento válido para su educación Malmberg (1979), Kyle y
Woll citados por Valmaseda (1993), Volterra (1981).

Bajo esta óptica debe admitirse que los sordos se integran en la comunidad de sordos; pero
a su vez están inmersos en contextos sociales mayores donde predominan en forma total y
absoluta lenguas que se basan en la audición para su adquisición y desarrollo y que además
de ser el instrumento básico de socialización son el vehículo para la apropiación de los
contenidos escolares. Se conjuga entonces la necesidad de la lengua de señas para que el
niño sordo pueda poner en práctica la facultad del lenguaje y pueda apropiarse de la lengua
hablada específica de la comunidad mayoritaria en la que también se desarrolla y así pueda
integrarse, en forma eficiente y efectiva a ambas comunidades. Se plantea así el
bilingüismo el cual reconoce la importancia de ambas lenguas y la función que cada una
cumple para satisfacer las necesidades de identidad como persona sorda socialmente
integrado a las dos comunidades.

El bilingüismo determina una educación para los sordos que promueva el desarrollo y uso
de la lengua de signos. Esto precisa adecuados modelos lingüísticos en señas a través del
contacto con adultos y otros niños sordos, a fin de lograr relaciones sociales y de
comunicación que, de acuerdo con Vigotski, apoye la dinámica desarrollo cognitivo
desarrollo comunicativo lingüístico y haga posible el aprendizaje de la lengua mayoritaria
hablada en su comunidad, como una segunda lenguaje.

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Es así como el niño sordo hijo de padres sordos encuentra en su núcleo familiar el ambiente
comunicativo positivo que le permite no sólo "poner en funcionamiento sus capacidades
linguisticas-comunicativas sino que vaya formando la identidad social propia de su
cultura..." Sidear y otros (1995), ocurre, sin embargo que más del 90% de los sordos tienen
padres oyentes Marchesí (1987), Sklear (1995); éstos utilizan, en su gran mayoría, la lengua
hablada como única forma de comunicación y en consecuencia no se produce una dinámica
comunicativa de calidad que potencie el desarrollo cognitivo, lingüístico, afectivo y social
del niño, esta situación genera una condición bicultural del sordo por su interacción tanto
en la cultura de familiares y otros miembros de la comunidad oyente y de la cultura de la
comunidad de sordos.

La educación bilingüe y bicultural derivadas de la concepción socio-antropológica de la


sordera y de la persona sorda han venido planteando, a nivel mundial, en mayor o menor
escala, un conjunto de acciones que conducen a valorar en toda su amplitud la necesidad de
las dos lenguas: la lengua de signos y la lengua hablada y escrita por la comunidad oyente
de tal manera que se tenga verdadera igualdad de oportunidades para interactuar tanto con
sus iguales sordos como con otros miembros de la comunidad mayoritaria tal posición es
reafirmada en la conferencia Internacional Bilingüe para la educación de los Sordos
celebrada en Estocolmo, Suecia en 1993.

Hasta mediados de los años 80, la educación de los sordos en Venezuela respondió a las
mismas concepciones generalizadas a nivel mundial, por tanto evolucionó de un modelo
médico terapéutico a un modelo psicopedagógico, que pautó la elaboración, aplicación y
evaluación de planes educativos a partir de perfiles psicoeducativos que destaquen las
capacidades del sujeto y no sus limitaciones. DEE, (1976).

En ese contexto son aplicables las mismas críticas hechas al oralismo mundial cuando se
cuestiona la práctica pedagógica centrada en la enseñanza del habla, la prohibición de las
señas, programaciones poco flexibles, reiterativas, poco pertinentes y en general,
conducentes a resultados poco alentadores en el logro de las habilidades básicas por parte
de los educandos, pese al despliegue de esfuerzos y recursos por parte de los padres,
alumnos y personal de las organizaciones escolares.

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Esta propuesta incorpora tanto en su "funcionamiento como en su operatividad" los aportes


de diferentes disciplinas, ubica la problemática del sordo en su desarrollo lingüístico,
posible únicamente a través de su lengua natural y retoma la importancia de la interacción
del sujeto con su entorno para la construcción del mundo y de los conocimientos
académicos.

La necesidad de un cambio, a la luz de tales conocimientos, es reforzada por un conjunto de


apreciaciones, entre las cuales se mencionaron: a) las dificultades de los alumnos sordos en
la comunicación oral tanto en la inteligibilidad del habla como en los aspectos sintácticos y
semánticos; b) el retraso pedagógico de la gran mayoría de los sordos y c) los pobres
resultados en comprensión lectora y producción escrita alcanzados a lo largo de una
escolaridad prolongada. Todo esto brindo a una práctica oralista, aplicada por los maestros
con una formación unidireccional hacia el oralismo.

En todo este proceso cuyos resultados fueron analizados sólo como producto es válido
reconocer que la práctica pedagógica responde a la fundamentación epistemologica y
teleológica de la educación del sordo presentes tanto en la formación de los docentes como
en las orientaciones de las instancias técnico-administrativas, responsables de la orientación
y conducción del proceso educativo y por otra parte, no se consideraron otros factores que
globalmente afectan a la sociedad y en ésta, a la escuela como una de sus organizaciones
sociales.
Estas omisiones incidieron en la implementación e implantación de la propuesta al no
considerar el aporte de docentes y técnicos en la transformación pedagógica y su capacidad
para valorizar la pertinencia de un cambio, identificarse con él y asumir el compromiso con
los cambios propuestos.

"La Propuesta de Atención Integral al Niño Sordo. Un Modelo Bilingüe" (PAINS)


contempla cinco aspectos fundamentales, estos son Entorno Lingüístico Gestual,
Intervención Temprana, Lengua Escrita. Curriculum Escolar y Lengua Oral. En la
evolución de la propuesta estos elementos se fueron modificando, determinando a su vez,
variaciones conceptuales y posiciones diferentes en su aplicación. A continuación se
analizan brevemente cada uno de ellos y se trata de ubicar el momento de cambios
significativos, difícil de precisar por cuanto muchos documentos no tienen fecha y son
repetitivos en su contenido.

ENTORNO LINGUISTICO - GESTUAL. (1985-87) O ENTORNO


LINGUISTICO DE SEÑAS (1988 en adelante).-

El entorno lingüístico es concebido como el ambiente de comunicación que debe rodear al


niño sordo para favorecer un contacto espontáneo y permanente con hablantes fluidos de su
lengua natural, a través de interacciones con adultos y otros niños sordos. La escuela se
constituyó en el lugar apropiado para crear ese entorno, se incorporaron personas sordas y
los padres y el personal de los planteles iniciaron la tarea de aprender la lengua gestual.

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INTERVENCION TEMPRANA

La PAINS asigna gran importancia a la intervención temprana y fija como objetivo


"garantizar el desarrollo normal del lenguaje" y la necesidad de un medio en el que se hable
la lengua de seña normalmente y en el cual el bebé sordo pueda interactuar con diferentes
interlocutores, usuarios de la lengua de señas venezolana. La educación temprana así
definida se vincula al principio de normalización en su propósito de "normalizar el
desarrollo del lenguaje del niño sordo y en la creación de condiciones similares a las que
requiere cualquier lengua para su desarrollo." Los Centros de Desarrollo Infantil y las
escuelas para sordos se consideraron circunstancialmente los espacios apropiados para el
logro de ese objetivo. Sin embargo se encuentra un vacío muy importante en el cómo se
habría de conducir el proceso; de tal manera que sólo algunos CDI recibieron bebes sordos
(como es el caso del CDI N02, en Caracas) y ante la falta de lineamientos se actuó muy
responsablemente pero a la libre interpretación y aplicación del programa de acuerdo a los
recursos disponibles: predominó en todo caso un intercambio de un docente o terapista
como hablante de la lengua de señas y un grupo reducido de bebes ante la mirada
observadora de los padres, en un intento de apropiarse de la lengua de señas, de tal manera
que el entorno se constituyó en artificial, forzado y carente de la riqueza comunicacional
que se buscaba y alejado del objetivo central.

La mejor aproximación al planteamiento teórico lo constituyó el caso de algunas escuelas


que recibieron bebes sordos en sus aulas de Preescolar y en sesiones cortas estimulaban al
bebé para participar en actividades creadas por los sordos preescolares y el auxiliar sordo.
No obstante las condiciones físicas de los locales restringieron el acceso a mayor numero
de bebes con sus representantes.

LECTOESCRITURA (1985-86) LENGUA ESCRITA (1989-90).-

Este aspecto, junto con el entorno lingüístico, han sido los más tratados en el plano teórico
y de la investigación. En la documentación se analizan y toman los progresos que sobre el
proceso de construcción de la lengua escrita se producen el los últimos años Goodman
(1985), Smith (1983), Terreiro, Teberosky y a nivel nacional el Programa de Lectura de la
Dirección de Educación Especial. A la vez que se plantean las dificultades del sordo para
acceder a la lengua escrita; en este sentido se propone como objetivo: facilitar el proceso de
adquisición de la lengua escrita por parte de los niños y adultos sordos y su utilización
colectiva en la comunidad". DEE,(1989).

La conceptualización de este proceso derivó a una modificación sustantiva en la globalidad


de la propuesta, la restricción de la lengua oral como segunda lengua es cada vez mas
evidente y cambia por completo el concepto de bilingüismo; ya no se trata de lengua de
señas y lengua oral y escrita y por tanto las posibilidades del sordo de acceder al castellano
como segunda lengua se limita al castellano escrito, el cual puede ser alcanzado
espontáneamente y sin mediación de la lengua oral. Aún cuando se desconocen los
resultados de la investigación cuyo titulo es, precisamente: La Adquisición de la lengua
escrita sin mediación de la lengua oral" auspiciada por la Dirección de Educación Especial
y la OEA, tanto los planteamientos de espontaneidad como mediación son objetos de
revisión y se plantea en que momento la intervención pedagógica es necesaria y si se
requieren "situaciones didácticas en que el niño sordo participe activamente... y al menos
permitan que se apropie de los aspectos sintácticos, gramaticales y alfabéticos de la lengua
escrita. Pérez, Y (1996).

CURRICULO ESCOLAR.-

Es el cuarto elemento señalado en la propuesta y es precisamente el lugar en importancia


que se le atribuye en la escolaridad del educando sordo, lo cual condujo a proponer cambios
de tal naturaleza que modifica totalmente la concepción escolar en el marco de la
modalidad educativa.

El currículo es entendido en el sentido restringido de programación escolar y mas aún como


guías curriculares, al margen de los otros elementos del currículo; bajo esta concepción
encontramos dos momentos diferentes y en cada uno de ellos el currículo (programa) se
asume también en forma distinta.

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El cambio de comunicación total a lengua de señas generó a su vez, cambio en el currículo
(programas), de tal forma que permitiera la configuración del entorno lingüístico y optar a
la "Escuela Nueva", utilizando el término propuesto por Decroly (1923) y en la cual
subyacen ideas de la escuela activa y el trabajo en equipo propuesto por Freinet.
La escuela nueva incorpora las áreas de actividades para sustituir "totalmente los programas
de la escuela tradicional..." (Puede entenderse que se está calificando a la escuela básica
regular por cuanto se desconoció el uso de los programas en las escuelas para sordos)

A lo largo de los documentos se repiten numerosas referencias a las áreas de actividades,


justificando su inserción, indicando sus propósitos, sugiriendo las áreas y programas,
estructura y responsables, pero presenta omisiones importantes en relación a:

* Conceptualización de las áreas de actividades. - Al no definirse se crean confusiones


importantes entre áreas y estrategias aplicables en cualquier actividad dentro y fuera del
aula, como es el caso de juegos por ejemplo.

* Estrategias didácticas para el desarrollo de los programas de las áreas para orientar a los
comités y equipos responsables de los programas de áreas.

Estas omisiones que a simple vista parecieran intranscendentes cobran significado cuando
se promueve un cambio de un programa centrado en contenido y objetivos a otro con
énfasis en las estrategias didácticas (metodología, técnicas y recursos para el aprendizaje) y
ante circunstancias en las que reiteradamente se ha cuestionado la preparación del equipo
técnico-docente.

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La lengua oral está presente en los primeros planteamientos de la propuesta, se interpretó


como una necesidad de aprendizaje por parte del sordo para interactuar eficazmente con las
personas oyentes, puede decirse que se le confirió tanta importancia como a la lengua de
señas. Es así como el desarrollo de la lengua de señas contribuiría decididamente al
aprendizaje de todo tipo de conocimiento y por tanto del castellano oral como se le
denominó.

En un segundo momento de la propuesta, estimada en 1989-90, se enfoca la segunda lengua


hacia la forma escrita y lo oral se descarta de tal manera que se niega su mediación para
acceder a la lectoescritura. En la práctica educativa la única forma de comunicación
aceptada es la lengua de señas y todos los esfuerzos se encaminan hacia la construcción del
entorno lingüístico.

Puede entenderse a través de este breve análisis la evolución de los cinco elementos de la
propuesta.

Mundialmente se continúa la revisión y búsqueda de respuestas a muchas interrogantes.


Entre ellas pueden señalarse:
¿Cuál es el sistema comunicativo más adecuado para cada educando deficiente auditivo?

¿Cuál es el proceso para la construcción de la lectoescritura por parte de los educandos


sordos?
¿Cuándo comenzar y como sistematizar la enseñanza de la lengua hablada en los sordos?

¿Como garantizar cual es la respuesta educativa mas adecuada y que favorezca la plena
integración social de los sordos?

¿Cuál es la factibilidad de incorporar intérpretes, suficientemente preparados, a las


instituciones de Educación Regular?

II) SITUACION ACTUAL DE LA EDUCACION DEL DEFICIENTE AUDITIVO EN


VENEZUELA

El diagnóstico del Area de Deficiencias Auditivas se inició a partir de Abril de 1995, en un


proceso de investigación evaluativa planificado y ejecutado de acuerdo al proyecto
presentado en Junio del mismo año.

El análisis y los resultados de la información obtenida a través de los instrumentos de


recolección de datos elaborados para tal fin, fueron presentado en el documento
"Diagnóstico del Area Deficiencias Auditivas" (1996).

Los aspectos mas resaltantes de dicho diagnóstico, con la inclusión de otros datos mas
actuales, se sintetizan a continuación:

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La atención educativa se cumple en 55 servicios educativos, distribuidos en todo el país.


Estos servicios son de tres tipos de acuerdo a su estructura y organización.

El primero corresponde a Unidades Educativas que exclusivamente a educandos sordos,


éstos son 42 en todo el país. Estos servicios son tres tipos de acuerdo a su estructura y
organización.

El segundo tipo de servicio se refiere a Planteles de otra área de Educación Especial que
incorpora en su estructura aulas para recibir alumnos deficientes auditivos. Se cuentan con
10 aulas en 8 Dependencias Federales.

Finalmente se tienen 3 aulas incorporadas a Grupos Escolares; se trata de aulas que ocupan
un espacio físico en algunos Planteles de Educación Básica regular.

2.- MATRICULA ESCOLAR.

El movimiento de alumnos sordos atendidos en los 55 servicios educativos, durante los


últimos cuatro años ha sido el siguiente: para el periodo escolar 1992-93 se registraron
4089 alumnos; para 1993-94, 3143 alumnos; para 1994-95, 3187 alumnos y para el año
escolar 1995-96, 3097 alumnos.

La matrícula escolar del año 1993-94 registró un descenso de 946 alumnos, para el año
1994-95 aumenta en 44 y nuevamente desciende en 90 alumnos para el año escolar 1995-
96. Sería importante un estudio detallado que permitiera conocer cuál es la tendencia que se
mantiene en relación al movimiento matricular en el área y el número de alumnos que
ingresan y egresan, así cómo en que momento de la prosecución escolar se producen esos
egresos.

La matrícula escolar, a nivel nacional, se distribuye en los niveles de Educación Preescolar


y Educación Básica. Se observó, para el año escolar 1995-96, mayor concentración de la
población en las secciones de Preescolar (62 secciones) y en la primera etapa de Educación
Básica (124 secciones entre primero y tercer grado); disminuyendo en los grados superiores
de la segunda etapa (70 secciones: 30 secciones de cuarto grado, 21 de quinto y 19 de sexto
grado). La información obtenida determinó la existencia de 17 secciones denominadas
"aulas especiales", que agrupan alumnos que no cumplen los requisitos para cursar el grado
acorde con su edad cronológica y escolaridad, lo cual plantea la necesidad de vincular la
programación para estos alumnos con los programas de otras modalidades e instituciones
que ofrezcan alternativas mas apropiadas a los intereses y necesidades educativas de esta
población.

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La administración de la educación de la población escolar que asiste a los servicios


educativos del área, es ejercida por un equipo de profesionales. Entre éstos; docentes
especialistas, Psicólogos, Trabajadores Sociales, Terapistas del Lenguaje, etc.

Los datos obtenidos reflejan que para el año escolar 1994-95 se tenía un total de 962
funcionarios en el Area de Deficiencias Auditivas. El análisis determinó lo siguiente:

* El personal Directivo representa el 7.8%, con la particularidad de que no todos son los
titulares, presentándose el caso de subdirectores encargados de la Dirección o maestros con
funciones directivas, hasta tanto se realicen los respectivos concursos.

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* En relación al personal técnico se tienen 20 médicos y 2 terapistas ocupacionales. Su
permanencia en éstos planteles limita su campo de acción a una población muy restringida;
por tanto algunos Centros de Desarrollo Infantil se beneficiarían con el servicio de estos
profesionales.

Si se considera que se tienen 42 Unidades Educativas, además de los otros tipos de


servicios señalados se advierte que sólo 22 de ellos cuenta con terapistas de Lenguaje; de
gran importancia en el trabajo de equipo para evaluar, planificar y ejecutar planes
educativos dirigidos al desarrollo lingüístico del alumnado y cuya participación y
compromiso deben rescatarse.

Se cuenta igualmente con 36 Psicólogos y 46 Trabajadores Sociales.

* Se tienen 286 Auxiliares de Terapia Ocupacional, personal heterogéneo en cuanto a


formación y a las funciones que se les ha asignado de acuerdo al momento de su
incorporación:
- En primer lugar se tiene un grupo de Auxiliares oyentes que venían trabajando con el
maestro, ayudando en las actividades del aula y,

- Un segundo grupo de personas sordas que fueron incorporadas a partir del año 1985 para
servir de modelo de señas en el entorno lingüístico de la propuesta. La falta de un perfil
profesional, lineamientos para instrumentar ese entorno y de directrices para el trabajo de
estas personas determinan un grupo muy complejo en sus necesidades, intereses, actitudes y
expectativas sobre su actuación profesional. Situación que requiere estudiarse y tomar
decisiones para fines de capacitación y desempeño profesional de los Auxiliares.

4. - PROGRAMACION EDUCATIVA.

La programación educativa del área ha venido adecuándose a la Propuesta de Atención


Integral al Niño Sordo, incorporando progresivamente algunos de los elementos
contemplados en ella, aplicándose de acuerdo a las interpretaciones propias de cada grupo y
persona en virtud de la falta de lineamientos claros y precisos, los vacíos de tipo
pedagógico y la ausencia de asesoría permanente por parte del equipo de supervisión.

En términos generales, la situación encontrada es la siguiente:

* La lengua de señas se ha constituido en el primer y más importante medio de


comunicación en el desarrollo de las actividades escolares. Los equipos técnico-docente de
las instituciones valoran su uso para un intercambio comunicativo eficaz con los alumnos
sordos y la consideran fundamental para la adquisición de los conocimientos académicos.
No obstante la gran mayoría considera que no ha logrado un dominio suficiente y ser
competentes en lengua de señas y por tanto requieren de actividades que favorezcan ese
proceso tales como; cursos, intercambios para analizar debilidades y fortalezas, plantear
soluciones, etc.

* La práctica pedagógica se centró en el entorno lingüístico, en detrimento de los otros


cuatro elementos incluidos en la propuesta y aun así, las dificultades para apropiarse de la
lengua de señas por parte del personal y la limitada orientación no ha permitido su
consolidación y un mejor aprovechamiento para la comunidad educativa.

* En la mayoría de los planteles se han retomado los programas de Educación Preescolar y


Básica como guías para la planificación educativa. Aquellos que continúan aplicando las
áreas de actividades han introducido modificaciones e incorporan, cada vez, más aspectos
de las guías curriculares.

* El progreso del alumnado en las habilidades básicas es limitado e igualmente se mantiene


la situación de repitencia, edades de los alumnos muy por encima de las que corresponden
al grado que cursan, inasistencias frecuentes y deserción escolar; por tanto deben
instrumentarse acciones y estrategias que permitan mejorar este panorama.

* El personal docente plantea la necesidad de organizar los alumnos en el nivel y grado que
les corresponde basados en la evaluación y decisión del equipo técnico-docente bien
constituido y responsable de la ubicación, determinación de las adecuaciones curriculares y
planes específicos que respondan a las necesidades educativas, así como del proceso de
evaluación de proceso y sumativa.

El alumnado no puede considerarse poseedor de las mismas capacidades y portador de las


mismas necesidades; algunos requieren mayor apoyo en lengua de señas, otros en español
oral y escrito, en su orientación familiar o social. Es por tanto, respetar el derecho a la
individualidad.

* En general no se cumple la función de supervisión por tanto, no se recibe orientación,


estimulo y contribución para mejorar la programación escolar. Tampoco se han realizado,
en los tres últimos años actividades de actualización y capacitación que favorezcan el
intercambio, la discusión y el crecimiento personal y profesional.

* La administración de la propuesta requirió de personas sordas adultas que ingresaron a las


instituciones con el cargo de Auxiliares de Terapia Ocupacional. Su participación para
favorecer el entorno lingüístico, como modelo de lengua de señas, se desvirtuó por las
siguientes razones:

- Ausencia de lineamientos claros y precisos sobre el rol y funciones de este personal en las
unidades educativas.

- Divergencia de opiniones en las señas que utilizaban los sordos y falta de información
para validar un proceso lingüístico aceptado.

- Cumplimiento de funciones como: sustituir al maestro en su ausencia o en determinadas


actividades como interprete de lengua de señas. La frecuencia de tales atribuciones y la
interpretación de planteamientos teóricos expresados en algunos documentos de la "Escuela
nueva" permitió crear falsas expectativas que ha generado reclamos, roces y en general un
progresivo descontento en el personal.

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El proceso de evaluación en el área se ha desarrollado bajo concepciones particulares de
cada institución y aún de cada docente, de allí que exista una heterogeneidad de criterios
para determinar el ingreso del educando, su ubicación escolar y la aprobación o no de un
grado determinado.

Por esta razón es necesario establecer lineamientos claros y precisos en relación a:

* La participación del equipo técnico-docente en el proceso de


evaluación diagnóstica, formativa y sumativa de los educandos.

* El ingreso, ubicación y determinación de la programación educativa más adecuadas a sus


necesidades individuales.

* La prosecución y promoción de los alumnos en el marco de la normativa legal.


6. - SUPERVISION.

La supervisión educativa es y será importante y su trascendencia es mayor cuando se


introducen cambios relevantes en un nivel o modalidad educativa, ya que implica, no sólo
dar a conocer fundamentos, líneas de acción y otras orientaciones sino compartir y asumir
la responsabilidad por los logros alcanzados.

En este sentido una de las grandes debilidades en la conducción del proceso educativo del
área, ha sido la falta de asesoría y seguimiento por parte de directivos y supervisores.

Se impone entonces, por unanimidad, la aspiración y la exigencia de reorientar la acción del


supervisor para que estimulen, dirijan y supervisen efectivamente la actividad educativa.

Para ello se precisa la búsqueda de diferentes vías para conocer y orientar la actividad del
docente, a través de intercambios, reuniones, cursos, círculos de estudios, etc.

La escasa participación del supervisor y la ausencia de elementos rectores para promover la


constante revisión y adecuación de la PAINS determinó que cada institución (y en ella cada
docente) interpretara, aplicara e introdujera cambios sin enmarcarlos en un proceso
sistemático de evaluación que reflejara aciertos, limitaciones y los ajustes correspondientes.

Es indispensable la necesidad de fortalecer la acción supervisora, promoviendo la


capacitación del supervisor, elaborando los instrumentos que rijan su funcionamiento en la
modalidad de Educación Especial y promoviendo diferentes actividades que propicien la
discusión y el intercambio entre los profesionales del área.

III) PROSPECTIVAS

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Legalmente la educación de las personas deficientes auditivas responde a los principios,


concepciones y resoluciones que se derivan del derecho a la educación, de la participación
en igualdad de condiciones y del beneficio de las mismas oportunidades para el logro
personal, laboral y social que tiene cualquier persona, sin mas limitaciones que aquellas que
procedan de las aptitudes y potencialidades. Constitución Nacional: Art. 78 y 80 (1.961),
Ley Orgánica de Educación: Art. 2 al 9 (1.980).

La Ley Orgánica de Educación (Capitulo VI) y el Reglamento General de la misma


(Capitulo IV) (l .986) consolidan la Educación Especial como variante escolar, fortalecen
las bases para la atención educativa de la población con necesidades educativas especiales,
y en ella, los educandos deficientes auditivos; así mismo instrumentan procedimientos para
su conducción en un proceso que involucra ". . detección, intervención temprana,
escolaridad y preparación e incorporación activa a la sociedad y al trabajo productivo", tal
como lo expresa el Art. 33 del referido Reglamento.

La educación de los deficientes auditivos, independientemente de las consecuencias que el


grado y tipo de pérdida auditiva generen, es un derecho reconocido e irrenunciable y debe
desarrollarse en el ambiente escolar que mejores condiciones ofrezcan para lograr su
formación integral a lo largo de la vida. En este sentido los principios de prevención e
intervención temprana, normalización e integración expresados en el Documento de
Conceptualización y Política de Educación Especial (1.976), mantienen plena vigencia y
total pertinencia con los cambios, que a nivel mundial y nacional, se han producido en la
concepción y educación de las personas deficientes auditivas, en las últimas decadas.

La prevención de las pérdidas auditivas y la intervención temprana en los casos de


diagnóstico o riesgos de problemas de tipo auditivo, continúan siendo pilares para controlar
las causas que originan dichas pérdidas, erradicar o minimizar los efectos que puedan
producir en el desarrollo normal del niño y emprender las acciones encaminadas para
atender, lo antes posible, las necesidades educativas que se deriven.

La intervención temprana para los bebés deficientes auditivos plantea entonces: detección,
evaluación de todas las áreas de desarrollo y definición de las acciones a realizar para
orientar a la familia y brindar la atención sistemática que cada uno requiera, bien sea a
través de las alternativas convencionales y no convencionales que ofrece el nivel de
Educación Preescolar o en la propia modalidad.

La normalización y la integración fortalecen los postulados constitucionales de igualdad


para las personas deficientes auditivas en los ámbitos familiar, escolar, laboral y social;
enfatiza su aceptación y valoración como personas con capacidades y aptitudes, y el respeto
a su derecho a apropiarse de la lengua y los valores propios de su comunidad, para alcanzar
el desarrollo intelectual, emocional y social que les permita compartir plenamente en la
comunidad a que pertenecen. Tales disposiciones normativas se reafirman en la Resolución
2005 de fecha 2 de Diciembre de 1996, la cual establece las normas para la integración
escolar de la población con necesidades educativas especiales, medida legislativa paralela y
complementaria de las disposiciones legales sustentadas en la Constitución y otras leyes
nacionales, y en la concordancia con los postulados y directrices internacionales recogidos
en documentos de ONU, UNESCO y Declaración de Salamanca, entre otros.

Sustentado en ese derecho a recibir educación en la forma y condiciones escolares que


mejor se adapte a sus necesidades, se concibe la educación para los niños, jóvenes y adultos
deficientes auditivos como un proceso integral, continuo y permanente que persigue iguales
fines y objetivos que la educación general y que se apoya en la comunicación como el
instrumento que va a permitir la interacción y el aprovechamiento efectivo de aprendizajes
con significación.

La atención educativa integral de las personas deficientes auditivas se centra en el


educando como sujeto-objeto de la práctica educativa, con potencialidades, necesidades e
intereses que constituyen el punto de partida para orientar el proceso pedagógico y en éste,
la actividad del sujeto para la "construcción social del conocimiento en aproximaciones
sucesivas". Hernández, 1996.

Se asume entonces al educando deficiente auditivo, como una integridad biopsicosocial con
capacidades y diferencias individuales que los convierten en individuos únicos y distintos
entre ellos, y como tal exigen alternativa educativas propias que conduzcan a la
autorrealización, lo cual puede lograr en el seno de las instituciones regulares de los niveles
y otras modalidades, o en las específicas de la modalidad de Educación Especial. (Anexo 1)

Bajo esa perspectiva se consolida el rol de los equipos de profesionales, con carácter
interdisciplinario, quienes serán los encargados de diseñar y ejecutar programas de
evaluación y de intervención integral a la familia y al educando deficiente auditivo que
realiza su prosecución escolar, en forma parcial o total, en las instituciones propias del Area
de Deficiencias Auditivas o para apoyar la educación integral de otros deficientes auditivos
que cursan en los planteles de los diferentes niveles y otras modalidades del sistema
escolar.

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El modelo se sustenta en los fines, objetivos y principios de la Educación en general y en
los principios de Normalización e Integración Social que rigen la Educación Especial.

La Normalización e Integración significan para las personas deficientes auditivos el


derecho de participar de todos los beneficios directos e indirectos que ofrece la comunidad
a todos sus integrantes y a incorporarse al ambiente educativo que reúna las mejores
condiciones para el logro de los objetivos educacionales. La prevención y la normalización
adquieren relevancia cuando se asume la diversidad de la población escolar y las
instituciones y sus profesionales propician estrategias de participación, situaciones,
experiencias y actividades accesibles a todos los niños y sus familiares y además cuando se
concentran los esfuerzos hacia la prevención de situaciones de riesgos antes del nacimiento
y durante los primeros seis años de vida; etapa en que los programas preventivos y de
detección temprana de las deficiencias auditivas son esenciales para identificar causas, tipos
y frecuencias de las pérdidas auditivas, difundir y aplicar medidas profilácticas, adoptar
disposiciones y procedimientos que mejoren el ambiente familiar y comunitario y enfrentar
las necesidades educativas lo antes posible.

Es un Modelo de Atención Educativa que se centra en la pedagogía y orienta al proceso que


cumple el individuo con una visión educativa.

Es Integral porque aborda la educación del deficiente auditivo con una concepción
interdisciplinaria que concibe al educando como una integridad biopsicosocial, en un
proceso de educación permanente, continuo, sistemático y de apoyo al grupo familiar,
brindándole las oportunidades y condiciones que hagan posible su integración social.

La población de alumnos con deficiencias auditivas es muy heterogénea y presenta


necesidades educativas distintas que pueden ser satisfechas en diferentes ambientes
educativos que tienen en común sus fines, objetivos y planes de estudios para brindar la
formación integral de los educandos. La educación para las personas deficientes auditivas
responde a los objetivos, principios y lineamientos formulamos para la educación general.

Las diferencias son establecidas por las estrategias, recursos y las adaptaciones curriculares
que sean necesarias, compatibles con los lineamientos que se deriven de las propuestas
pedagógicas de los niveles y modalidades.
En términos generales, el Modelo de Atención Educativa Integral del Deficiente Auditivo:

*Acepta la diversidad de la población deficiente auditiva, portadora por tanto, de


diferentes necesidades educativas que requieren de diversas estrategias y condiciones
educativas en el contexto de los niveles y otras modalidades, en la modalidad de Educación
Especial o en otras instituciones de carácter cultural, laboral y social.

*Brinda apoyo a los alumnos integrados a los niveles y otras modalidades, a través de:
orientaciones psicopedagógicas por parte del equipo técnico-docente a los maestros
regulares, aplicación de programas complementarios a los alumnos, y asesoramiento al
grupo familiar cuando asilo requiera.

*Valora la comunicación y el lenguaje como instrumentos que potencien el desarrollo


lingüístico, cognitivo, emocional y social de los educandos deficientes auditivos y como
medio para lograr su integración en el contexto familiar, escolar, laboral y social.

*Incorpora los progresos de los conocimientos de diferentes disciplinas, particularmente


de la lingüística, psicolinguística, neurolingüística y sociolingüística, antropología, etc. En
consecuencia, reconoce el valor de la lengua de señas para los alumnos deficientes
auditivos severos y profundos, y la necesidad de crear las condiciones para que se la
apropien en forma natural, a la vez que se sistematiza el aprendizaje del español en sus
formas oral y escrita en el continuo escolar.

*Persigue los fines y objetivos establecidos para cada uno de los niveles del sistema
escolar y adapta los planes y programas de estudio, tomando en cuenta las necesidades
educativas individuales y grupales, y la pertinencia de los aprendizajes para el desarrollo
autónomo, intelectual, emocional y ético de los educandos.

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*Implementa medidas y acciones que conduzcan al logro de los objetivos de la


Educación Básica y fundamentalmente, de los objetivos de la educación y trabajo de la
población deficiente auditiva, que por diversas razones se incorpora tardíamente o ha
interrumpido su prosecución en el sistema escolar.

*Incorpora diversas estrategias que brinden oportunidades para que la población de


deficientes auditivos pueda desarrollarse integralmente a través de las actividades
extraescolares que se realizan en la comunidad, conjuntamente con la institución escolar y
con otras organizaciones.

3.2.- CARACTERIZACION DEL EDUCANDO DEFICIENTE AUDITIVO

El concepto de educando ha sido desarrollado por la pedagogía como el término


irremplazable del sujeto de la educación: el hombre como individuo y ser social. A él está
dirigida la educación, por él es realizada y concebida.

Este término explica el dinamismo del hecho educativo y la visión de los procesos que se
cumplen en el individuo que se esta formando. Esta educabilidad es, por consiguiente, el
punto inicial de la acción pedagógica. Negar su existencia es negar la posibilidad y eficacia
de la acción educativa.

El educando deficiente auditivo es concebido como el centro del proceso pedagógico y.


como una unidad biopsicosocial. Es el sujeto de la práctica educativa con capacidades,
actitudes, intereses y otras peculiaridades que lleva a conocerlo como a una persona con
dignidad que requiere la satisfacción de sus necesidades educativas.

Las necesidades educativas establecen grandes diferencias modeladas por el grado de


pérdida auditiva, edad de inicio de la pérdida, actitud de los padres e intervención
temprana. Por ello es necesario analizar los factores que influyen en ellas y determinar las
diferencias significativas que afectan la comunicación, el aprendizaje y el desempeño
escolar y social.

Las deficiencias auditivas se conceptualizan como la disminución o pérdida en la capacidad


para oír, la cual puede variar desde una pérdida leve hasta la pérdida profunda de la
audición. Estas no constituyen una categoría homogénea porque los diferentes grados de
pérdidas auditivas originan diferentes tipos de sordera que generan mayor o menor
compromiso en otras funciones, que van desde una ligera dificultad para identificar un
sonido especifico hasta no producir ni interpretar respuestas auditivas originando
dificultades comunicativas que alteran el desarrollo de la lengua oral porque no puede ser
adquirida en forma espontánea y natural

Los factores que se deben considerar son los siguientes:

Grado de pérdida auditiva:

Existen diferentes clasificaciones de las pérdidas auditivas, entre éstas se encuentran las
definidas por el grado de pérdida auditiva en cada uno de los oídos y en función de las
diversas frecuencias de sonido, graves o agudas. A esta taxonomía pertenecen las pérdidas
auditivas leves, moderadas, severas y profundas cuya importancia en el plano pedagógico
se explica por la repercusión que el grado de pérdida tiene sobre sus habilidades lingüísticas
(Godinan y Chacin,1976; O.M.S.,1980; Viroli, 1991; Marchesi, 1993).

Deficiencia auditiva leve: Cuantitativamente significa pérdida de la audición entre 40 y 55


decibeles. La persona con ésta pérdida auditiva comprende y expresa el lenguaje hablado
con ligeras dificultades, porque algunos índices fonéticos de débil intensidad no son
percibidos, por ello requieren de auxiliares auditivos e intervención educativa especializada
para mejorar el uso, forma y contenido de su lengua oral. Su escolaridad debe llevarse a
cabo en la escuela regular, con apoyo especializado.

Deficiencia auditiva moderada: Esta categoría incluye las personas con pérdidas de
audición entre 56 y 65 decibeles. Las dificultades de audición son significativas, requieren
usar permanentemente auxiliar auditivo para mejorar el desarrollo del lenguaje y recibir su
educación en escuelas regulares, con seguimiento y apoyo especializado.
Deficiencia auditiva severa: Corresponde a pérdidas de la audición entre 66 y 86 decibeles.
La incidencia de la pérdida auditiva se evidencia tanto en la recepción como en la
producción de la lengua oral, obstaculizándose el desarrollo espontáneo de la misma.
Requieren atención en Unidades Educativas Especializadas.
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Es importante enfatizar que de acuerdo al grado de pérdida auditiva se reagrupan dos


categorías de personas con deficiencias auditivas, el primero agrupa los deficientes
auditivos leves y moderados que pueden adquirir la lengua oral por vía auditiva y el
segundo agrupa los deficientes auditivos severos y profundos cuyo grado de pérdida
auditiva no le permite la adquisición de la lengua oral y requieren de la visión como
principal canal de comunicación. Estos últimos para efectos educativos y sociales son
considerados SORDOS. Bajo esta óptica se reconoce que los sordos, como comunidad
lingüística minoritaria, interactuan en el seno de la sociedad en la que prevalecen lenguas
que requieren de la audición para acceder a ellas en forma natural. Se trata de dos
realidades desunidas por un vinculo comunicativo pero en la que es necesario y posible
encontrar la comunión del grupo, planteándose entre otras alternativas, un modelo de
educación integral sustentado en el bilingüismo y en éste, cada lengua desempeña una
función útil que satisface las necesidades como personas sordas y como seres sociales
plenamente integrados a la sociedad.

Etiología:

La etiología hace alusión a la causa que ha originado la deficiencia auditiva. Estas causas se
agrupan en dos tipos: Hereditarias y Adquiridas. La primera es el resultado de transmisión
genética de padres a hijos y la segunda puede ocurrir antes, durante o después del
nacimiento por incompatibilidad sanguínea, traumas del nacimiento, anoxias, meningitis,
otitis, entre otras causas. Estadísticamente se ha comprobado que existe una menor
probabilidad de problemas agregados a la deficiencia auditiva cuando esta es de origen
hereditario, mientras que las adquiridas se asocian con mayor frecuencia a problemas que
interfieren en los aprendizajes escolares (Riviere, A. 1983).

Edad de adquisición:
Este aspecto se refiere a la edad en que fue adquirida la pérdida auditiva, estimándose que
las consecuencias en el desarrollo normal serán mas considerables mientras menor sea la
edad de adquisición de la sordera.

En esta relación cronología-causa se denomina deficiencia auditiva pre-lingúistica cuando


la lesión se produce antes de los tres años, período en el cual el niño tiene una experiencia
lingüística limitada, competencia lingüística muy frágil y no se ha producido suficiente
organización de la función neurológica (Conrad, 1979).

La deficiencia auditiva post-lingúistica, como su nombre lo indica, se produce cuando el


niño ha alcanzado mayor competencia lingüística; en consecuencia se trata de conservar los
logros obtenidos y estimular el progreso lingüístico.

Actitud de los padres:


Existe consenso en aceptar que la actitud de los padres es un factor importante en el
desempeño de los niños sordos. La comprensión o no de las consecuencias de una perdida
auditiva conlleva a asumir posiciones y actitudes para favorecer un ambiente positivo o
desfavorable para el desarrollo del niño.

Generalmente ocurre que las personas sordas, padres de niños sordos, comprenden mejor la
situación de su hijo y puede establecer un sistema de comunicación a través de la lengua de
señas, conformándose intercambios lingüísticos efectivos desde muy temprana edad.
Cuando el padre es oyente, sus expectativas son las de utilizar la lengua oral y lograr que el
niño igualmente pueda adquirirlo.

Comprender y aceptar las diferencias que marca la sordera puede tomar tiempo, crear un
ambiente poco estimulante y limitar el intercambio afectivo y lingüístico en los primeros
años; lo que indudablemente repercute en el desarrollo afectivo, emocional y cognoscitivo
del niño.

Intervención temprana.-

El factor intervención temprana abarca dos aspectos importantes:

· El momento en que se inicia la intervención.

· La calidad de dicha intervención.

El primer factor permite establecer una relación directa entre el momento en que se inicia la
intervención y las posibilidades de progreso del niño; mientras más tempranamente se
inicia la atención integral del niño, tendrá mayores oportunidades para alcanzar niveles de
desarrollo deseables.

Esta premisa confirma el valor de la prevención e intervención temprana en la atención del


niño deficiente auditivo.

En este sentido estos programas se proponen estimular las potencialidades del niño y evitar
o atenuar las consecuencias que la alteración pueda acarrear. De igual manera, debe
orientar hacia la opción escolar más conveniente para el niño y la familia.

La calidad de la intervención se valora en la medida en que ésta ha contribuido a favorecer


el desarrollo personal del niño, fortaleciendo las habilidades comunicativas y lingüísticas
que le permitan incorporarse en forma activa y autónoma a la vida familiar y escolar.

Una conclusión importante es el valor que la información de los factores anteriores, aporta
a la evaluación, diagnóstico y toma de decisiones para la intervención educativa del niño.
Esta contribución permite, no sólo comprender su desempeño actual, sino favorecer la
ubicación escolar que reúna el máximo de condiciones para su aprendizaje, tomando en
cuenta las diferencias y diversidades de las deficiencias auditivas.

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El segundo grupo lo constituyen, los deficientes auditivos severos y profundos, llamados
comúnmente sordos, que asisten a las unidades educativas especializadas y quienes
presentan una dificultad (y en muchos casos una imposibilidad de utilizar el español en sus
formas oral y escrita) para comunicarse con los oyentes, esto supone la utilización de otros
códigos de comunicación diferentes a las de los oyentes, por ello utiliza entre otros, el canal
visual para el intercambio de información.

El primero y mas importante de estos códigos es la lengua de señas, que tiene un estatus
reconocido lingüísticamente como una lengua basada en el uso de las manos, brazos, ojos,
cara y cuerpo, y es considerado como el primer lenguaje de las personas sordas
(Conferencia Internacional sobre la Educación Bilingüe del Sordo, Suecia, 1993),
permitiendo el acceso al conocimiento y a la información como un sistema visual de
comunicación. Pero también es necesario que las personas sordas interactúen
permanentemente con personas oyentes y requieren igualmente el código comunicativo que
prevalece en la comunidad mayoritaria, en nuestro caso, el español en sus dos formas, oral
y escrita. De lo anterior se desprende la importancia del bilingüismo en el desarrollo del
curriculum para el educando sordo, reconocido mundialmente por diversos autores y
ratificado en XII Congreso Mundial de la Federación de Sordos, Viena 1995.

Conocer las características del educando deficiente auditivo nos permiten valorar la
información que los aspectos mencionados aportan a la evaluación, diagnóstico y toma de
decisiones para la intervención educativa.

otras organizaciones.

Inicio

Conceptualización y política de la atención educativa


integral del Deficiente Auditiva

AREA: Deficiencias Auditivas

Caracas, Abril 1997

Autores:
Lic. Beatriz Núñez de Baez
Directora de Educación Especial

Lic. Nora Chávez de Quintero


Jefe de la División de Asuntos Técnicos

Lic. Francy Fernández


Jefe de la División de los servicios Administrativos

LIC. AURA HERMOSO DE ALVAREZ y LIC. INES BRAVO DE BETANCOURT


RESPONSABLES DEL AREA DE DEFICIENCIAS AUDITIVAS

Asesoras: Prof. Amalia S. de Torrealva


Prof. Iguaraya de Hernández

Fuente: Dirección de Educación Especial


Ministerio de Educación
República Bolivariana de Venezuela

Nota: Cortesía de Nelson Silva

INTRODUCCION

La reorientación pedagógica del área de Deficiencias auditivas se sustenta en la revisión de


la bibliografía especializada, análisis de los documentos y otros materiales de la Propuesta
de Atención Integral al Niño Sordo en el Marco del Modelo Bilingüe y en los resultados
obtenidos en el diagnóstico del área iniciado desde el mes de Abril de 1995.

La conceptualización y política de la Atención Educativa del Deficiente Auditivo se plantea


en el marco de la Educación Especial y en el entendido de que la comunicación y el
lenguaje son los pilares y guía de la práctica pedagógica del educando deficiente auditivo, a
fin de lograr objetivos lingüísticos y comunicativos desde el inicio de su intervención, así
como el desarrollo de las habilidades necesarias para incorporarse de forma activa y
autónoma a los niveles que estructuran el sistema educativo venezolano, al mundo del
trabajo y a la sociedad.

Organizar el curriculum para el educando deficiente auditivo es una tarea que exige la
participación del equipo técnico-docente por cuanto, mas allá de los contenidos académicos
de una programación, se trata de una formación integral que aborde todas las áreas del
desarrollo y permita la secuencia académica que coincida con los intereses, necesidades y
capacidades de dicho educando.

El propósito de este documento es presentar la Conceptualización y Política de la Atención


Educativa del Deficiente Auditivo, partiendo de una visión retrospectiva de la evolución de
la Educación del Sordo en Venezuela y el mundo. Presenta además una síntesis de la
situación actual, producto del diagnóstico realizado con la participación del equipo técnico-
docente de las Unidades Educativas del área. Estos elementos permitieron caracterizar el
Modelo de Atención Educativa Integral para el Deficiente Auditivo y definir las líneas de
acción estratégica articulada con los lineamientos que orientarán su administración.
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La revisión bibliográfica conduce a precisar, a nivel mundial, dos grandes momentos en la


educación de las personas sordas. Cada uno de ellos está determinado por la aceptación o
no de una lengua propia de los sordos diferente de las lenguas habladas en las regiones
donde habitan y como consecuencia involucran concepciones y posiciones distintas en
relación a las personas sordas, su educación y el contexto escolar en la cual debe realizarse
su escolaridad.

El primer momento comprende a su vez dos etapas; la primera abarca desde antes del siglo
XV hasta 1880. En esta etapa la educación del sordo se desarrolló en un lento proceso que
va desde una concepción de invalidez e incapacidad, que al generar rechazo o lástima
condujo al aislamiento y al confinamiento en el propio hogar o en hospicios; pasa por una
educación privada exclusiva para alumnos sordos provenientes de familias de la nobleza y
finalmente se consolidan las primeras instituciones educativas bajo el auspicio de la caridad
pública, en una práctica que combinaba la enseñanza de la lengua hablada, escrita y el
alfabeto manual.

Fray Pedro Ponce de León (1520-1584), Juan Pablo Bonet (1579-1633), El Abad de L'pee,
entre otros, son señalados como pioneros en la educación del sordo.

En general, en esta primera etapa prevalece la idea de anormalidad, la no educabilidad y un


enfoque clínico-terapéutico. El término sordo- mudo se empleó para denominar a las
personas con problemas de audición y por tanto la desmutización se constituyó en el
objetivo central de un proceso rehabilitador, aún cuando se permitía el uso de otras formas
de comunicación, sólo como apoyo para comprender y expresarse oralmente.

La segunda etapa abarca desde 1880 con las disposiciones acordadas en el Congreso de
Milán, hasta mediados del siglo XX. En este congreso se decide la primacía de la lengua
oral y la erradicación de los gestos, señas o cualquier otra forma comunicativa diferente a la
hablada o escrita. La enseñanza de la lengua oral se coloca como primer objetivo de la
educación del sordo y como condición necesaria para que el educando logre alcanzar los
contenidos escolares.

Esta tendencia, conocida como oralismo agrupa diferentes métodos que, a su vez, conducen
a posiciones polémicas y contradictorias entre quienes conjugaron habla con signos y
gestos (utilizados por los sordos o creados en cada situación) tales como comunicación
total, palabra complementada y quienes abogaron por un oralismo puro y el perjuicio de las
señas para el acceso a la lengua oral, éste último es conocido corno método oral.

La fundamentación lingüística que subyace en la tendencia oralista se corresponde con las


teorías fonocéntricas vigentes en esos momentos, la cual no sólo la justificaba sino que
dictó las pautas para su aplicación en el campo pedagógico.

En la práctica escolar la enseñanza de la lengua oral se sistematizó en un arduo y laborioso


programa para enseñar lenguaje, en un proceso muy rígido, mecánico y repetitivo que, por
la influencia de posiciones conductistasestructuralistas dominantes en el campo de la
psicología y la lingüística, se aplicaban en la práctica pedagógica. Se estimaba entonces
que, una vez que el sordo alcanzara los contenidos de lenguaje de dicha programación,
estaría apto para proseguir estudios en la escuela regular.
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Es precisamente bajo esta tendencia oralista que se inicia en forma sistemática la educación
del sordo en Venezuela, aún cuando la legislación contemplaba la educación como un
derecho a partir del Decreto de Instrucción Pública gratuita y obligatoria promulgada por
Antonio Guzmán Blanco el 27 de Junio de 1870. Específicamente en el Código de
Instrucción Pública de 19712 se hace referencia a la educación de los ciegos sordomudos y
anormales (subrayado nuestro), sin embargo no es sino hasta 1935 cuando se crean las
primeras instituciones por iniciativa del sector privado y como respuesta a motivaciones
personales de un grupo de padres y amigos de personas con problemas de audición y visión,
surge así la Asociación Venezolana de Ciegos (1935) y el Instituto Venezolano de Ciegos y
Sordomudos (1936).

La participación oficial se hace presente cuando el Consejo Venezolano del Niño, en 1950
contrata un grupo de religiosas españolas, especialistas en la educación de sordos, para
dirigir la escuela taller para sordos, la cual nació tras la decisión de separar del Instituto
Venezolano de Ciegos y Sordomudos a los alumnos sordos. Posteriormente en 1959 se crea
la Escuela Oral del Instituto Venezolano de Fonoaudiología adscrito al Ministerio de
Sanidad y Asistencia Social.

Es a partir de 1960 cuando el Ministerio de Educación sienta las bases para la educación
especial incorporando a la Dirección de Primaria y Normal la oficina de Preescolar y
Excepcional, inicia la formación de docentes, contratando para ello personal extranjero y
crea en Caracas la primera escuela para sordos, la cual se denominó "Escuela Especial para
Sordos N0 1". Desde ese momento se consolida la educación especial oficial, se crean las
dependencias administrativas en el Ministerio de Educación para efectos de la supervisión
escolar y se fundan escuelas especiales en casi todos los estados.

La concepción de la educación y del educando sordo, así como la estructura administrativa


rectora de la educación se transforman en la medida en que se hace más complejo el
proceso y se evoluciona del modelo médicorehabilitador hacia un modelo educativo. Es así
como de la educación para las personas excepcionales, entendida como una rama de la
educación general (1960), se progresa hacia la concepción de área de la educación para los
educandos con necesidades especiales (1975) y el organismo rector pasa de Servicio de
Educación Especial a un nivel organizacional de mayor rango como es el de Dirección de
Educación Especial. Finalmente en la Ley Orgánica de Educación (1980) se conceptualiza
la Educación Especial como una modalidad educativa. García de R, 1(1971), Molina,
Hermoso y otros (1977), ME.DEE (1975), L.O.E. (1980), ME.DEE. (1993).

Esta educación bajo una tendencia exclusivamente oralista se sustentó en las posibilidades
de los sordos para aprender a hablar y lo negativo de las señas y gestos para el éxito de ese
objetivo. Para ello debían cubrirse los "Programas de Lenguaje" diseñados bajo la asesoría
de la Dirección de Planeamiento del Ministerio de Educación (1961). Estos programas se
desarrollaban, en situación óptima, en cinco grados: Preescolar A, B y C y Preparatorio A y
B. Paralelamente se preparaba al educando para lograr el "dominio instrumental de los
medios de cultura como tales y otros elementos que lo capaciten para cursar la primaria"
M.E. D.PyP.(1971), es decir que la apertura de la educación básica (en ese entonces
primaria) no es un planteamiento nuevo sino que en todo momento ha estado presente en la
filosofía de la educación de las personas sordas.

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La educación de los sordos en Venezuela se fortalece a la luz de las concepciones que ya en
otras latitudes eran objeto de revisiones y cambios profundos. Es así como, desde los años
sesenta en muchos países desarrollados confluyen movimientos, teorías y experiencias que
propusieron la revisión y renovación de la educación del sordo, dando lugar al segundo
momento de este complejo proceso. Suecia, Estados Unidos, España e Inglaterra liderizan
la transformación que se extiende progresiva y lentamente al resto del mundo.

En este contexto se impone la concepción socio-antropológica de la sordera, producto de


los aportes de la antropología, sociolingüística, psicolinguística etc., que sirve para explicar
la influencia que ha desempeñado la lengua de señas propia de los sordos, en el
ordenamiento social de los mismos. Massone (1993); Sidear y otros (1995).

Tales conocimientos han permitido comprender y aceptar que los sordos constituyen una
comunidad lingüística minoritaria y el lenguaje de signos es su lengua natural que, al reunir
las características y cumplir las funciones propias de cualquier otra lengua, debe ser
valorada y utilizada como instrumento válido para su educación Malmberg (1979), Kyle y
Woll citados por Valmaseda (1993), Volterra (1981).

Bajo esta óptica debe admitirse que los sordos se integran en la comunidad de sordos; pero
a su vez están inmersos en contextos sociales mayores donde predominan en forma total y
absoluta lenguas que se basan en la audición para su adquisición y desarrollo y que además
de ser el instrumento básico de socialización son el vehículo para la apropiación de los
contenidos escolares. Se conjuga entonces la necesidad de la lengua de señas para que el
niño sordo pueda poner en práctica la facultad del lenguaje y pueda apropiarse de la lengua
hablada específica de la comunidad mayoritaria en la que también se desarrolla y así pueda
integrarse, en forma eficiente y efectiva a ambas comunidades. Se plantea así el
bilingüismo el cual reconoce la importancia de ambas lenguas y la función que cada una
cumple para satisfacer las necesidades de identidad como persona sorda socialmente
integrado a las dos comunidades.

El bilingüismo determina una educación para los sordos que promueva el desarrollo y uso
de la lengua de signos. Esto precisa adecuados modelos lingüísticos en señas a través del
contacto con adultos y otros niños sordos, a fin de lograr relaciones sociales y de
comunicación que, de acuerdo con Vigotski, apoye la dinámica desarrollo cognitivo
desarrollo comunicativo lingüístico y haga posible el aprendizaje de la lengua mayoritaria
hablada en su comunidad, como una segunda lenguaje.

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Es así como el niño sordo hijo de padres sordos encuentra en su núcleo familiar el ambiente
comunicativo positivo que le permite no sólo "poner en funcionamiento sus capacidades
linguisticas-comunicativas sino que vaya formando la identidad social propia de su
cultura..." Sidear y otros (1995), ocurre, sin embargo que más del 90% de los sordos tienen
padres oyentes Marchesí (1987), Sklear (1995); éstos utilizan, en su gran mayoría, la lengua
hablada como única forma de comunicación y en consecuencia no se produce una dinámica
comunicativa de calidad que potencie el desarrollo cognitivo, lingüístico, afectivo y social
del niño, esta situación genera una condición bicultural del sordo por su interacción tanto
en la cultura de familiares y otros miembros de la comunidad oyente y de la cultura de la
comunidad de sordos.

La educación bilingüe y bicultural derivadas de la concepción socio-antropológica de la


sordera y de la persona sorda han venido planteando, a nivel mundial, en mayor o menor
escala, un conjunto de acciones que conducen a valorar en toda su amplitud la necesidad de
las dos lenguas: la lengua de signos y la lengua hablada y escrita por la comunidad oyente
de tal manera que se tenga verdadera igualdad de oportunidades para interactuar tanto con
sus iguales sordos como con otros miembros de la comunidad mayoritaria tal posición es
reafirmada en la conferencia Internacional Bilingüe para la educación de los Sordos
celebrada en Estocolmo, Suecia en 1993.

Hasta mediados de los años 80, la educación de los sordos en Venezuela respondió a las
mismas concepciones generalizadas a nivel mundial, por tanto evolucionó de un modelo
médico terapéutico a un modelo psicopedagógico, que pautó la elaboración, aplicación y
evaluación de planes educativos a partir de perfiles psicoeducativos que destaquen las
capacidades del sujeto y no sus limitaciones. DEE, (1976).

En ese contexto son aplicables las mismas críticas hechas al oralismo mundial cuando se
cuestiona la práctica pedagógica centrada en la enseñanza del habla, la prohibición de las
señas, programaciones poco flexibles, reiterativas, poco pertinentes y en general,
conducentes a resultados poco alentadores en el logro de las habilidades básicas por parte
de los educandos, pese al despliegue de esfuerzos y recursos por parte de los padres,
alumnos y personal de las organizaciones escolares.

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Esta propuesta incorpora tanto en su "funcionamiento como en su operatividad" los aportes


de diferentes disciplinas, ubica la problemática del sordo en su desarrollo lingüístico,
posible únicamente a través de su lengua natural y retoma la importancia de la interacción
del sujeto con su entorno para la construcción del mundo y de los conocimientos
académicos.

La necesidad de un cambio, a la luz de tales conocimientos, es reforzada por un conjunto de


apreciaciones, entre las cuales se mencionaron: a) las dificultades de los alumnos sordos en
la comunicación oral tanto en la inteligibilidad del habla como en los aspectos sintácticos y
semánticos; b) el retraso pedagógico de la gran mayoría de los sordos y c) los pobres
resultados en comprensión lectora y producción escrita alcanzados a lo largo de una
escolaridad prolongada. Todo esto brindo a una práctica oralista, aplicada por los maestros
con una formación unidireccional hacia el oralismo.

En todo este proceso cuyos resultados fueron analizados sólo como producto es válido
reconocer que la práctica pedagógica responde a la fundamentación epistemologica y
teleológica de la educación del sordo presentes tanto en la formación de los docentes como
en las orientaciones de las instancias técnico-administrativas, responsables de la orientación
y conducción del proceso educativo y por otra parte, no se consideraron otros factores que
globalmente afectan a la sociedad y en ésta, a la escuela como una de sus organizaciones
sociales.

Estas omisiones incidieron en la implementación e implantación de la propuesta al no


considerar el aporte de docentes y técnicos en la transformación pedagógica y su capacidad
para valorizar la pertinencia de un cambio, identificarse con él y asumir el compromiso con
los cambios propuestos.

"La Propuesta de Atención Integral al Niño Sordo. Un Modelo Bilingüe" (PAINS)


contempla cinco aspectos fundamentales, estos son Entorno Lingüístico Gestual,
Intervención Temprana, Lengua Escrita. Curriculum Escolar y Lengua Oral. En la
evolución de la propuesta estos elementos se fueron modificando, determinando a su vez,
variaciones conceptuales y posiciones diferentes en su aplicación. A continuación se
analizan brevemente cada uno de ellos y se trata de ubicar el momento de cambios
significativos, difícil de precisar por cuanto muchos documentos no tienen fecha y son
repetitivos en su contenido.

ENTORNO LINGUISTICO - GESTUAL. (1985-87) O ENTORNO


LINGUISTICO DE SEÑAS (1988 en adelante).-

El entorno lingüístico es concebido como el ambiente de comunicación que debe rodear al


niño sordo para favorecer un contacto espontáneo y permanente con hablantes fluidos de su
lengua natural, a través de interacciones con adultos y otros niños sordos. La escuela se
constituyó en el lugar apropiado para crear ese entorno, se incorporaron personas sordas y
los padres y el personal de los planteles iniciaron la tarea de aprender la lengua gestual.

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INTERVENCION TEMPRANA

La PAINS asigna gran importancia a la intervención temprana y fija como objetivo


"garantizar el desarrollo normal del lenguaje" y la necesidad de un medio en el que se hable
la lengua de seña normalmente y en el cual el bebé sordo pueda interactuar con diferentes
interlocutores, usuarios de la lengua de señas venezolana. La educación temprana así
definida se vincula al principio de normalización en su propósito de "normalizar el
desarrollo del lenguaje del niño sordo y en la creación de condiciones similares a las que
requiere cualquier lengua para su desarrollo." Los Centros de Desarrollo Infantil y las
escuelas para sordos se consideraron circunstancialmente los espacios apropiados para el
logro de ese objetivo. Sin embargo se encuentra un vacío muy importante en el cómo se
habría de conducir el proceso; de tal manera que sólo algunos CDI recibieron bebes sordos
(como es el caso del CDI N02, en Caracas) y ante la falta de lineamientos se actuó muy
responsablemente pero a la libre interpretación y aplicación del programa de acuerdo a los
recursos disponibles: predominó en todo caso un intercambio de un docente o terapista
como hablante de la lengua de señas y un grupo reducido de bebes ante la mirada
observadora de los padres, en un intento de apropiarse de la lengua de señas, de tal manera
que el entorno se constituyó en artificial, forzado y carente de la riqueza comunicacional
que se buscaba y alejado del objetivo central.

La mejor aproximación al planteamiento teórico lo constituyó el caso de algunas escuelas


que recibieron bebes sordos en sus aulas de Preescolar y en sesiones cortas estimulaban al
bebé para participar en actividades creadas por los sordos preescolares y el auxiliar sordo.
No obstante las condiciones físicas de los locales restringieron el acceso a mayor numero
de bebes con sus representantes.

LECTOESCRITURA (1985-86) LENGUA ESCRITA (1989-90).-

Este aspecto, junto con el entorno lingüístico, han sido los más tratados en el plano teórico
y de la investigación. En la documentación se analizan y toman los progresos que sobre el
proceso de construcción de la lengua escrita se producen el los últimos años Goodman
(1985), Smith (1983), Terreiro, Teberosky y a nivel nacional el Programa de Lectura de la
Dirección de Educación Especial. A la vez que se plantean las dificultades del sordo para
acceder a la lengua escrita; en este sentido se propone como objetivo: facilitar el proceso de
adquisición de la lengua escrita por parte de los niños y adultos sordos y su utilización
colectiva en la comunidad". DEE,(1989).

La conceptualización de este proceso derivó a una modificación sustantiva en la globalidad


de la propuesta, la restricción de la lengua oral como segunda lengua es cada vez mas
evidente y cambia por completo el concepto de bilingüismo; ya no se trata de lengua de
señas y lengua oral y escrita y por tanto las posibilidades del sordo de acceder al castellano
como segunda lengua se limita al castellano escrito, el cual puede ser alcanzado
espontáneamente y sin mediación de la lengua oral. Aún cuando se desconocen los
resultados de la investigación cuyo titulo es, precisamente: La Adquisición de la lengua
escrita sin mediación de la lengua oral" auspiciada por la Dirección de Educación Especial
y la OEA, tanto los planteamientos de espontaneidad como mediación son objetos de
revisión y se plantea en que momento la intervención pedagógica es necesaria y si se
requieren "situaciones didácticas en que el niño sordo participe activamente... y al menos
permitan que se apropie de los aspectos sintácticos, gramaticales y alfabéticos de la lengua
escrita. Pérez, Y (1996).

CURRICULO ESCOLAR.-

Es el cuarto elemento señalado en la propuesta y es precisamente el lugar en importancia


que se le atribuye en la escolaridad del educando sordo, lo cual condujo a proponer cambios
de tal naturaleza que modifica totalmente la concepción escolar en el marco de la
modalidad educativa.

El currículo es entendido en el sentido restringido de programación escolar y mas aún como


guías curriculares, al margen de los otros elementos del currículo; bajo esta concepción
encontramos dos momentos diferentes y en cada uno de ellos el currículo (programa) se
asume también en forma distinta.

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El cambio de comunicación total a lengua de señas generó a su vez, cambio en el currículo
(programas), de tal forma que permitiera la configuración del entorno lingüístico y optar a
la "Escuela Nueva", utilizando el término propuesto por Decroly (1923) y en la cual
subyacen ideas de la escuela activa y el trabajo en equipo propuesto por Freinet.

La escuela nueva incorpora las áreas de actividades para sustituir "totalmente los programas
de la escuela tradicional..." (Puede entenderse que se está calificando a la escuela básica
regular por cuanto se desconoció el uso de los programas en las escuelas para sordos)

A lo largo de los documentos se repiten numerosas referencias a las áreas de actividades,


justificando su inserción, indicando sus propósitos, sugiriendo las áreas y programas,
estructura y responsables, pero presenta omisiones importantes en relación a:

* Conceptualización de las áreas de actividades. - Al no definirse se crean confusiones


importantes entre áreas y estrategias aplicables en cualquier actividad dentro y fuera del
aula, como es el caso de juegos por ejemplo.

* Estrategias didácticas para el desarrollo de los programas de las áreas para orientar a los
comités y equipos responsables de los programas de áreas.

Estas omisiones que a simple vista parecieran intranscendentes cobran significado cuando
se promueve un cambio de un programa centrado en contenido y objetivos a otro con
énfasis en las estrategias didácticas (metodología, técnicas y recursos para el aprendizaje) y
ante circunstancias en las que reiteradamente se ha cuestionado la preparación del equipo
técnico-docente.

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La lengua oral está presente en los primeros planteamientos de la propuesta, se interpretó


como una necesidad de aprendizaje por parte del sordo para interactuar eficazmente con las
personas oyentes, puede decirse que se le confirió tanta importancia como a la lengua de
señas. Es así como el desarrollo de la lengua de señas contribuiría decididamente al
aprendizaje de todo tipo de conocimiento y por tanto del castellano oral como se le
denominó.

En un segundo momento de la propuesta, estimada en 1989-90, se enfoca la segunda lengua


hacia la forma escrita y lo oral se descarta de tal manera que se niega su mediación para
acceder a la lectoescritura. En la práctica educativa la única forma de comunicación
aceptada es la lengua de señas y todos los esfuerzos se encaminan hacia la construcción del
entorno lingüístico.

Puede entenderse a través de este breve análisis la evolución de los cinco elementos de la
propuesta.

Mundialmente se continúa la revisión y búsqueda de respuestas a muchas interrogantes.


Entre ellas pueden señalarse:
¿Cuál es el sistema comunicativo más adecuado para cada educando deficiente auditivo?
¿Cuál es el proceso para la construcción de la lectoescritura por parte de los educandos
sordos?

¿Cuándo comenzar y como sistematizar la enseñanza de la lengua hablada en los sordos?

¿Como garantizar cual es la respuesta educativa mas adecuada y que favorezca la plena
integración social de los sordos?

¿Cuál es la factibilidad de incorporar intérpretes, suficientemente preparados, a las


instituciones de Educación Regular?

II) SITUACION ACTUAL DE LA EDUCACION DEL DEFICIENTE AUDITIVO EN


VENEZUELA

El diagnóstico del Area de Deficiencias Auditivas se inició a partir de Abril de 1995, en un


proceso de investigación evaluativa planificado y ejecutado de acuerdo al proyecto
presentado en Junio del mismo año.

El análisis y los resultados de la información obtenida a través de los instrumentos de


recolección de datos elaborados para tal fin, fueron presentado en el documento
"Diagnóstico del Area Deficiencias Auditivas" (1996).

Los aspectos mas resaltantes de dicho diagnóstico, con la inclusión de otros datos mas
actuales, se sintetizan a continuación:

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La atención educativa se cumple en 55 servicios educativos, distribuidos en todo el país.


Estos servicios son de tres tipos de acuerdo a su estructura y organización.

El primero corresponde a Unidades Educativas que exclusivamente a educandos sordos,


éstos son 42 en todo el país. Estos servicios son tres tipos de acuerdo a su estructura y
organización.

El segundo tipo de servicio se refiere a Planteles de otra área de Educación Especial que
incorpora en su estructura aulas para recibir alumnos deficientes auditivos. Se cuentan con
10 aulas en 8 Dependencias Federales.

Finalmente se tienen 3 aulas incorporadas a Grupos Escolares; se trata de aulas que ocupan
un espacio físico en algunos Planteles de Educación Básica regular.

2.- MATRICULA ESCOLAR.

El movimiento de alumnos sordos atendidos en los 55 servicios educativos, durante los


últimos cuatro años ha sido el siguiente: para el periodo escolar 1992-93 se registraron
4089 alumnos; para 1993-94, 3143 alumnos; para 1994-95, 3187 alumnos y para el año
escolar 1995-96, 3097 alumnos.

La matrícula escolar del año 1993-94 registró un descenso de 946 alumnos, para el año
1994-95 aumenta en 44 y nuevamente desciende en 90 alumnos para el año escolar 1995-
96. Sería importante un estudio detallado que permitiera conocer cuál es la tendencia que se
mantiene en relación al movimiento matricular en el área y el número de alumnos que
ingresan y egresan, así cómo en que momento de la prosecución escolar se producen esos
egresos.

La matrícula escolar, a nivel nacional, se distribuye en los niveles de Educación Preescolar


y Educación Básica. Se observó, para el año escolar 1995-96, mayor concentración de la
población en las secciones de Preescolar (62 secciones) y en la primera etapa de Educación
Básica (124 secciones entre primero y tercer grado); disminuyendo en los grados superiores
de la segunda etapa (70 secciones: 30 secciones de cuarto grado, 21 de quinto y 19 de sexto
grado). La información obtenida determinó la existencia de 17 secciones denominadas
"aulas especiales", que agrupan alumnos que no cumplen los requisitos para cursar el grado
acorde con su edad cronológica y escolaridad, lo cual plantea la necesidad de vincular la
programación para estos alumnos con los programas de otras modalidades e instituciones
que ofrezcan alternativas mas apropiadas a los intereses y necesidades educativas de esta
población.

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La administración de la educación de la población escolar que asiste a los servicios


educativos del área, es ejercida por un equipo de profesionales. Entre éstos; docentes
especialistas, Psicólogos, Trabajadores Sociales, Terapistas del Lenguaje, etc.

Los datos obtenidos reflejan que para el año escolar 1994-95 se tenía un total de 962
funcionarios en el Area de Deficiencias Auditivas. El análisis determinó lo siguiente:

* El personal Directivo representa el 7.8%, con la particularidad de que no todos son los
titulares, presentándose el caso de subdirectores encargados de la Dirección o maestros con
funciones directivas, hasta tanto se realicen los respectivos concursos.

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* En relación al personal técnico se tienen 20 médicos y 2 terapistas ocupacionales. Su
permanencia en éstos planteles limita su campo de acción a una población muy restringida;
por tanto algunos Centros de Desarrollo Infantil se beneficiarían con el servicio de estos
profesionales.

Si se considera que se tienen 42 Unidades Educativas, además de los otros tipos de


servicios señalados se advierte que sólo 22 de ellos cuenta con terapistas de Lenguaje; de
gran importancia en el trabajo de equipo para evaluar, planificar y ejecutar planes
educativos dirigidos al desarrollo lingüístico del alumnado y cuya participación y
compromiso deben rescatarse.

Se cuenta igualmente con 36 Psicólogos y 46 Trabajadores Sociales.


* Se tienen 286 Auxiliares de Terapia Ocupacional, personal heterogéneo en cuanto a
formación y a las funciones que se les ha asignado de acuerdo al momento de su
incorporación:

- En primer lugar se tiene un grupo de Auxiliares oyentes que venían trabajando con el
maestro, ayudando en las actividades del aula y,

- Un segundo grupo de personas sordas que fueron incorporadas a partir del año 1985 para
servir de modelo de señas en el entorno lingüístico de la propuesta. La falta de un perfil
profesional, lineamientos para instrumentar ese entorno y de directrices para el trabajo de
estas personas determinan un grupo muy complejo en sus necesidades, intereses, actitudes y
expectativas sobre su actuación profesional. Situación que requiere estudiarse y tomar
decisiones para fines de capacitación y desempeño profesional de los Auxiliares.

4. - PROGRAMACION EDUCATIVA.

La programación educativa del área ha venido adecuándose a la Propuesta de Atención


Integral al Niño Sordo, incorporando progresivamente algunos de los elementos
contemplados en ella, aplicándose de acuerdo a las interpretaciones propias de cada grupo y
persona en virtud de la falta de lineamientos claros y precisos, los vacíos de tipo
pedagógico y la ausencia de asesoría permanente por parte del equipo de supervisión.

En términos generales, la situación encontrada es la siguiente:

* La lengua de señas se ha constituido en el primer y más importante medio de


comunicación en el desarrollo de las actividades escolares. Los equipos técnico-docente de
las instituciones valoran su uso para un intercambio comunicativo eficaz con los alumnos
sordos y la consideran fundamental para la adquisición de los conocimientos académicos.
No obstante la gran mayoría considera que no ha logrado un dominio suficiente y ser
competentes en lengua de señas y por tanto requieren de actividades que favorezcan ese
proceso tales como; cursos, intercambios para analizar debilidades y fortalezas, plantear
soluciones, etc.

* La práctica pedagógica se centró en el entorno lingüístico, en detrimento de los otros


cuatro elementos incluidos en la propuesta y aun así, las dificultades para apropiarse de la
lengua de señas por parte del personal y la limitada orientación no ha permitido su
consolidación y un mejor aprovechamiento para la comunidad educativa.

* En la mayoría de los planteles se han retomado los programas de Educación Preescolar y


Básica como guías para la planificación educativa. Aquellos que continúan aplicando las
áreas de actividades han introducido modificaciones e incorporan, cada vez, más aspectos
de las guías curriculares.

* El progreso del alumnado en las habilidades básicas es limitado e igualmente se mantiene


la situación de repitencia, edades de los alumnos muy por encima de las que corresponden
al grado que cursan, inasistencias frecuentes y deserción escolar; por tanto deben
instrumentarse acciones y estrategias que permitan mejorar este panorama.

* El personal docente plantea la necesidad de organizar los alumnos en el nivel y grado que
les corresponde basados en la evaluación y decisión del equipo técnico-docente bien
constituido y responsable de la ubicación, determinación de las adecuaciones curriculares y
planes específicos que respondan a las necesidades educativas, así como del proceso de
evaluación de proceso y sumativa.

El alumnado no puede considerarse poseedor de las mismas capacidades y portador de las


mismas necesidades; algunos requieren mayor apoyo en lengua de señas, otros en español
oral y escrito, en su orientación familiar o social. Es por tanto, respetar el derecho a la
individualidad.

* En general no se cumple la función de supervisión por tanto, no se recibe orientación,


estimulo y contribución para mejorar la programación escolar. Tampoco se han realizado,
en los tres últimos años actividades de actualización y capacitación que favorezcan el
intercambio, la discusión y el crecimiento personal y profesional.

* La administración de la propuesta requirió de personas sordas adultas que ingresaron a las


instituciones con el cargo de Auxiliares de Terapia Ocupacional. Su participación para
favorecer el entorno lingüístico, como modelo de lengua de señas, se desvirtuó por las
siguientes razones:

- Ausencia de lineamientos claros y precisos sobre el rol y funciones de este personal en las
unidades educativas.

- Divergencia de opiniones en las señas que utilizaban los sordos y falta de información
para validar un proceso lingüístico aceptado.

- Cumplimiento de funciones como: sustituir al maestro en su ausencia o en determinadas


actividades como interprete de lengua de señas. La frecuencia de tales atribuciones y la
interpretación de planteamientos teóricos expresados en algunos documentos de la "Escuela
nueva" permitió crear falsas expectativas que ha generado reclamos, roces y en general un
progresivo descontento en el personal.

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El proceso de evaluación en el área se ha desarrollado bajo concepciones particulares de
cada institución y aún de cada docente, de allí que exista una heterogeneidad de criterios
para determinar el ingreso del educando, su ubicación escolar y la aprobación o no de un
grado determinado.

Por esta razón es necesario establecer lineamientos claros y precisos en relación a:

* La participación del equipo técnico-docente en el proceso de


evaluación diagnóstica, formativa y sumativa de los educandos.

* El ingreso, ubicación y determinación de la programación educativa más adecuadas a sus


necesidades individuales.

* La prosecución y promoción de los alumnos en el marco de la normativa legal.

6. - SUPERVISION.

La supervisión educativa es y será importante y su trascendencia es mayor cuando se


introducen cambios relevantes en un nivel o modalidad educativa, ya que implica, no sólo
dar a conocer fundamentos, líneas de acción y otras orientaciones sino compartir y asumir
la responsabilidad por los logros alcanzados.

En este sentido una de las grandes debilidades en la conducción del proceso educativo del
área, ha sido la falta de asesoría y seguimiento por parte de directivos y supervisores.

Se impone entonces, por unanimidad, la aspiración y la exigencia de reorientar la acción del


supervisor para que estimulen, dirijan y supervisen efectivamente la actividad educativa.

Para ello se precisa la búsqueda de diferentes vías para conocer y orientar la actividad del
docente, a través de intercambios, reuniones, cursos, círculos de estudios, etc.

La escasa participación del supervisor y la ausencia de elementos rectores para promover la


constante revisión y adecuación de la PAINS determinó que cada institución (y en ella cada
docente) interpretara, aplicara e introdujera cambios sin enmarcarlos en un proceso
sistemático de evaluación que reflejara aciertos, limitaciones y los ajustes correspondientes.

Es indispensable la necesidad de fortalecer la acción supervisora, promoviendo la


capacitación del supervisor, elaborando los instrumentos que rijan su funcionamiento en la
modalidad de Educación Especial y promoviendo diferentes actividades que propicien la
discusión y el intercambio entre los profesionales del área.

III) PROSPECTIVAS

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Legalmente la educación de las personas deficientes auditivas responde a los principios,


concepciones y resoluciones que se derivan del derecho a la educación, de la participación
en igualdad de condiciones y del beneficio de las mismas oportunidades para el logro
personal, laboral y social que tiene cualquier persona, sin mas limitaciones que aquellas que
procedan de las aptitudes y potencialidades. Constitución Nacional: Art. 78 y 80 (1.961),
Ley Orgánica de Educación: Art. 2 al 9 (1.980).

La Ley Orgánica de Educación (Capitulo VI) y el Reglamento General de la misma


(Capitulo IV) (l .986) consolidan la Educación Especial como variante escolar, fortalecen
las bases para la atención educativa de la población con necesidades educativas especiales,
y en ella, los educandos deficientes auditivos; así mismo instrumentan procedimientos para
su conducción en un proceso que involucra ". . detección, intervención temprana,
escolaridad y preparación e incorporación activa a la sociedad y al trabajo productivo", tal
como lo expresa el Art. 33 del referido Reglamento.

La educación de los deficientes auditivos, independientemente de las consecuencias que el


grado y tipo de pérdida auditiva generen, es un derecho reconocido e irrenunciable y debe
desarrollarse en el ambiente escolar que mejores condiciones ofrezcan para lograr su
formación integral a lo largo de la vida. En este sentido los principios de prevención e
intervención temprana, normalización e integración expresados en el Documento de
Conceptualización y Política de Educación Especial (1.976), mantienen plena vigencia y
total pertinencia con los cambios, que a nivel mundial y nacional, se han producido en la
concepción y educación de las personas deficientes auditivas, en las últimas decadas.

La prevención de las pérdidas auditivas y la intervención temprana en los casos de


diagnóstico o riesgos de problemas de tipo auditivo, continúan siendo pilares para controlar
las causas que originan dichas pérdidas, erradicar o minimizar los efectos que puedan
producir en el desarrollo normal del niño y emprender las acciones encaminadas para
atender, lo antes posible, las necesidades educativas que se deriven.

La intervención temprana para los bebés deficientes auditivos plantea entonces: detección,
evaluación de todas las áreas de desarrollo y definición de las acciones a realizar para
orientar a la familia y brindar la atención sistemática que cada uno requiera, bien sea a
través de las alternativas convencionales y no convencionales que ofrece el nivel de
Educación Preescolar o en la propia modalidad.

La normalización y la integración fortalecen los postulados constitucionales de igualdad


para las personas deficientes auditivas en los ámbitos familiar, escolar, laboral y social;
enfatiza su aceptación y valoración como personas con capacidades y aptitudes, y el respeto
a su derecho a apropiarse de la lengua y los valores propios de su comunidad, para alcanzar
el desarrollo intelectual, emocional y social que les permita compartir plenamente en la
comunidad a que pertenecen. Tales disposiciones normativas se reafirman en la Resolución
2005 de fecha 2 de Diciembre de 1996, la cual establece las normas para la integración
escolar de la población con necesidades educativas especiales, medida legislativa paralela y
complementaria de las disposiciones legales sustentadas en la Constitución y otras leyes
nacionales, y en la concordancia con los postulados y directrices internacionales recogidos
en documentos de ONU, UNESCO y Declaración de Salamanca, entre otros.

Sustentado en ese derecho a recibir educación en la forma y condiciones escolares que


mejor se adapte a sus necesidades, se concibe la educación para los niños, jóvenes y adultos
deficientes auditivos como un proceso integral, continuo y permanente que persigue iguales
fines y objetivos que la educación general y que se apoya en la comunicación como el
instrumento que va a permitir la interacción y el aprovechamiento efectivo de aprendizajes
con significación.

La atención educativa integral de las personas deficientes auditivas se centra en el


educando como sujeto-objeto de la práctica educativa, con potencialidades, necesidades e
intereses que constituyen el punto de partida para orientar el proceso pedagógico y en éste,
la actividad del sujeto para la "construcción social del conocimiento en aproximaciones
sucesivas". Hernández, 1996.
Se asume entonces al educando deficiente auditivo, como una integridad biopsicosocial con
capacidades y diferencias individuales que los convierten en individuos únicos y distintos
entre ellos, y como tal exigen alternativa educativas propias que conduzcan a la
autorrealización, lo cual puede lograr en el seno de las instituciones regulares de los niveles
y otras modalidades, o en las específicas de la modalidad de Educación Especial. (Anexo 1)

Bajo esa perspectiva se consolida el rol de los equipos de profesionales, con carácter
interdisciplinario, quienes serán los encargados de diseñar y ejecutar programas de
evaluación y de intervención integral a la familia y al educando deficiente auditivo que
realiza su prosecución escolar, en forma parcial o total, en las instituciones propias del Area
de Deficiencias Auditivas o para apoyar la educación integral de otros deficientes auditivos
que cursan en los planteles de los diferentes niveles y otras modalidades del sistema
escolar.

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El modelo se sustenta en los fines, objetivos y principios de la Educación en general y en
los principios de Normalización e Integración Social que rigen la Educación Especial.

La Normalización e Integración significan para las personas deficientes auditivos el


derecho de participar de todos los beneficios directos e indirectos que ofrece la comunidad
a todos sus integrantes y a incorporarse al ambiente educativo que reúna las mejores
condiciones para el logro de los objetivos educacionales. La prevención y la normalización
adquieren relevancia cuando se asume la diversidad de la población escolar y las
instituciones y sus profesionales propician estrategias de participación, situaciones,
experiencias y actividades accesibles a todos los niños y sus familiares y además cuando se
concentran los esfuerzos hacia la prevención de situaciones de riesgos antes del nacimiento
y durante los primeros seis años de vida; etapa en que los programas preventivos y de
detección temprana de las deficiencias auditivas son esenciales para identificar causas, tipos
y frecuencias de las pérdidas auditivas, difundir y aplicar medidas profilácticas, adoptar
disposiciones y procedimientos que mejoren el ambiente familiar y comunitario y enfrentar
las necesidades educativas lo antes posible.

Es un Modelo de Atención Educativa que se centra en la pedagogía y orienta al proceso que


cumple el individuo con una visión educativa.

Es Integral porque aborda la educación del deficiente auditivo con una concepción
interdisciplinaria que concibe al educando como una integridad biopsicosocial, en un
proceso de educación permanente, continuo, sistemático y de apoyo al grupo familiar,
brindándole las oportunidades y condiciones que hagan posible su integración social.

La población de alumnos con deficiencias auditivas es muy heterogénea y presenta


necesidades educativas distintas que pueden ser satisfechas en diferentes ambientes
educativos que tienen en común sus fines, objetivos y planes de estudios para brindar la
formación integral de los educandos. La educación para las personas deficientes auditivas
responde a los objetivos, principios y lineamientos formulamos para la educación general.
Las diferencias son establecidas por las estrategias, recursos y las adaptaciones curriculares
que sean necesarias, compatibles con los lineamientos que se deriven de las propuestas
pedagógicas de los niveles y modalidades.

En términos generales, el Modelo de Atención Educativa Integral del Deficiente Auditivo:

*Acepta la diversidad de la población deficiente auditiva, portadora por tanto, de


diferentes necesidades educativas que requieren de diversas estrategias y condiciones
educativas en el contexto de los niveles y otras modalidades, en la modalidad de Educación
Especial o en otras instituciones de carácter cultural, laboral y social.

*Brinda apoyo a los alumnos integrados a los niveles y otras modalidades, a través de:
orientaciones psicopedagógicas por parte del equipo técnico-docente a los maestros
regulares, aplicación de programas complementarios a los alumnos, y asesoramiento al
grupo familiar cuando asilo requiera.

*Valora la comunicación y el lenguaje como instrumentos que potencien el desarrollo


lingüístico, cognitivo, emocional y social de los educandos deficientes auditivos y como
medio para lograr su integración en el contexto familiar, escolar, laboral y social.

*Incorpora los progresos de los conocimientos de diferentes disciplinas, particularmente


de la lingüística, psicolinguística, neurolingüística y sociolingüística, antropología, etc. En
consecuencia, reconoce el valor de la lengua de señas para los alumnos deficientes
auditivos severos y profundos, y la necesidad de crear las condiciones para que se la
apropien en forma natural, a la vez que se sistematiza el aprendizaje del español en sus
formas oral y escrita en el continuo escolar.

*Persigue los fines y objetivos establecidos para cada uno de los niveles del sistema
escolar y adapta los planes y programas de estudio, tomando en cuenta las necesidades
educativas individuales y grupales, y la pertinencia de los aprendizajes para el desarrollo
autónomo, intelectual, emocional y ético de los educandos.

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*Implementa medidas y acciones que conduzcan al logro de los objetivos de la


Educación Básica y fundamentalmente, de los objetivos de la educación y trabajo de la
población deficiente auditiva, que por diversas razones se incorpora tardíamente o ha
interrumpido su prosecución en el sistema escolar.

*Incorpora diversas estrategias que brinden oportunidades para que la población de


deficientes auditivos pueda desarrollarse integralmente a través de las actividades
extraescolares que se realizan en la comunidad, conjuntamente con la institución escolar y
con otras organizaciones.

3.2.- CARACTERIZACION DEL EDUCANDO DEFICIENTE AUDITIVO

El concepto de educando ha sido desarrollado por la pedagogía como el término


irremplazable del sujeto de la educación: el hombre como individuo y ser social. A él está
dirigida la educación, por él es realizada y concebida.

Este término explica el dinamismo del hecho educativo y la visión de los procesos que se
cumplen en el individuo que se esta formando. Esta educabilidad es, por consiguiente, el
punto inicial de la acción pedagógica. Negar su existencia es negar la posibilidad y eficacia
de la acción educativa.

El educando deficiente auditivo es concebido como el centro del proceso pedagógico y.


como una unidad biopsicosocial. Es el sujeto de la práctica educativa con capacidades,
actitudes, intereses y otras peculiaridades que lleva a conocerlo como a una persona con
dignidad que requiere la satisfacción de sus necesidades educativas.

Las necesidades educativas establecen grandes diferencias modeladas por el grado de


pérdida auditiva, edad de inicio de la pérdida, actitud de los padres e intervención
temprana. Por ello es necesario analizar los factores que influyen en ellas y determinar las
diferencias significativas que afectan la comunicación, el aprendizaje y el desempeño
escolar y social.

Las deficiencias auditivas se conceptualizan como la disminución o pérdida en la capacidad


para oír, la cual puede variar desde una pérdida leve hasta la pérdida profunda de la
audición. Estas no constituyen una categoría homogénea porque los diferentes grados de
pérdidas auditivas originan diferentes tipos de sordera que generan mayor o menor
compromiso en otras funciones, que van desde una ligera dificultad para identificar un
sonido especifico hasta no producir ni interpretar respuestas auditivas originando
dificultades comunicativas que alteran el desarrollo de la lengua oral porque no puede ser
adquirida en forma espontánea y natural

Los factores que se deben considerar son los siguientes:

Grado de pérdida auditiva:

Existen diferentes clasificaciones de las pérdidas auditivas, entre éstas se encuentran las
definidas por el grado de pérdida auditiva en cada uno de los oídos y en función de las
diversas frecuencias de sonido, graves o agudas. A esta taxonomía pertenecen las pérdidas
auditivas leves, moderadas, severas y profundas cuya importancia en el plano pedagógico
se explica por la repercusión que el grado de pérdida tiene sobre sus habilidades lingüísticas
(Godinan y Chacin,1976; O.M.S.,1980; Viroli, 1991; Marchesi, 1993).

Deficiencia auditiva leve: Cuantitativamente significa pérdida de la audición entre 40 y 55


decibeles. La persona con ésta pérdida auditiva comprende y expresa el lenguaje hablado
con ligeras dificultades, porque algunos índices fonéticos de débil intensidad no son
percibidos, por ello requieren de auxiliares auditivos e intervención educativa especializada
para mejorar el uso, forma y contenido de su lengua oral. Su escolaridad debe llevarse a
cabo en la escuela regular, con apoyo especializado.

Deficiencia auditiva moderada: Esta categoría incluye las personas con pérdidas de
audición entre 56 y 65 decibeles. Las dificultades de audición son significativas, requieren
usar permanentemente auxiliar auditivo para mejorar el desarrollo del lenguaje y recibir su
educación en escuelas regulares, con seguimiento y apoyo especializado.

Deficiencia auditiva severa: Corresponde a pérdidas de la audición entre 66 y 86 decibeles.


La incidencia de la pérdida auditiva se evidencia tanto en la recepción como en la
producción de la lengua oral, obstaculizándose el desarrollo espontáneo de la misma.
Requieren atención en Unidades Educativas Especializadas.
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Es importante enfatizar que de acuerdo al grado de pérdida auditiva se reagrupan dos


categorías de personas con deficiencias auditivas, el primero agrupa los deficientes
auditivos leves y moderados que pueden adquirir la lengua oral por vía auditiva y el
segundo agrupa los deficientes auditivos severos y profundos cuyo grado de pérdida
auditiva no le permite la adquisición de la lengua oral y requieren de la visión como
principal canal de comunicación. Estos últimos para efectos educativos y sociales son
considerados SORDOS. Bajo esta óptica se reconoce que los sordos, como comunidad
lingüística minoritaria, interactuan en el seno de la sociedad en la que prevalecen lenguas
que requieren de la audición para acceder a ellas en forma natural. Se trata de dos
realidades desunidas por un vinculo comunicativo pero en la que es necesario y posible
encontrar la comunión del grupo, planteándose entre otras alternativas, un modelo de
educación integral sustentado en el bilingüismo y en éste, cada lengua desempeña una
función útil que satisface las necesidades como personas sordas y como seres sociales
plenamente integrados a la sociedad.

Etiología:

La etiología hace alusión a la causa que ha originado la deficiencia auditiva. Estas causas se
agrupan en dos tipos: Hereditarias y Adquiridas. La primera es el resultado de transmisión
genética de padres a hijos y la segunda puede ocurrir antes, durante o después del
nacimiento por incompatibilidad sanguínea, traumas del nacimiento, anoxias, meningitis,
otitis, entre otras causas. Estadísticamente se ha comprobado que existe una menor
probabilidad de problemas agregados a la deficiencia auditiva cuando esta es de origen
hereditario, mientras que las adquiridas se asocian con mayor frecuencia a problemas que
interfieren en los aprendizajes escolares (Riviere, A. 1983).

Edad de adquisición:
Este aspecto se refiere a la edad en que fue adquirida la pérdida auditiva, estimándose que
las consecuencias en el desarrollo normal serán mas considerables mientras menor sea la
edad de adquisición de la sordera.

En esta relación cronología-causa se denomina deficiencia auditiva pre-lingúistica cuando


la lesión se produce antes de los tres años, período en el cual el niño tiene una experiencia
lingüística limitada, competencia lingüística muy frágil y no se ha producido suficiente
organización de la función neurológica (Conrad, 1979).

La deficiencia auditiva post-lingúistica, como su nombre lo indica, se produce cuando el


niño ha alcanzado mayor competencia lingüística; en consecuencia se trata de conservar los
logros obtenidos y estimular el progreso lingüístico.

Actitud de los padres:


Existe consenso en aceptar que la actitud de los padres es un factor importante en el
desempeño de los niños sordos. La comprensión o no de las consecuencias de una perdida
auditiva conlleva a asumir posiciones y actitudes para favorecer un ambiente positivo o
desfavorable para el desarrollo del niño.

Generalmente ocurre que las personas sordas, padres de niños sordos, comprenden mejor la
situación de su hijo y puede establecer un sistema de comunicación a través de la lengua de
señas, conformándose intercambios lingüísticos efectivos desde muy temprana edad.
Cuando el padre es oyente, sus expectativas son las de utilizar la lengua oral y lograr que el
niño igualmente pueda adquirirlo.

Comprender y aceptar las diferencias que marca la sordera puede tomar tiempo, crear un
ambiente poco estimulante y limitar el intercambio afectivo y lingüístico en los primeros
años; lo que indudablemente repercute en el desarrollo afectivo, emocional y cognoscitivo
del niño.

Intervención temprana.-

El factor intervención temprana abarca dos aspectos importantes:

· El momento en que se inicia la intervención.

· La calidad de dicha intervención.

El primer factor permite establecer una relación directa entre el momento en que se inicia la
intervención y las posibilidades de progreso del niño; mientras más tempranamente se
inicia la atención integral del niño, tendrá mayores oportunidades para alcanzar niveles de
desarrollo deseables.

Esta premisa confirma el valor de la prevención e intervención temprana en la atención del


niño deficiente auditivo.

En este sentido estos programas se proponen estimular las potencialidades del niño y evitar
o atenuar las consecuencias que la alteración pueda acarrear. De igual manera, debe
orientar hacia la opción escolar más conveniente para el niño y la familia.

La calidad de la intervención se valora en la medida en que ésta ha contribuido a favorecer


el desarrollo personal del niño, fortaleciendo las habilidades comunicativas y lingüísticas
que le permitan incorporarse en forma activa y autónoma a la vida familiar y escolar.

Una conclusión importante es el valor que la información de los factores anteriores, aporta
a la evaluación, diagnóstico y toma de decisiones para la intervención educativa del niño.
Esta contribución permite, no sólo comprender su desempeño actual, sino favorecer la
ubicación escolar que reúna el máximo de condiciones para su aprendizaje, tomando en
cuenta las diferencias y diversidades de las deficiencias auditivas.

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El segundo grupo lo constituyen, los deficientes auditivos severos y profundos, llamados


comúnmente sordos, que asisten a las unidades educativas especializadas y quienes
presentan una dificultad (y en muchos casos una imposibilidad de utilizar el español en sus
formas oral y escrita) para comunicarse con los oyentes, esto supone la utilización de otros
códigos de comunicación diferentes a las de los oyentes, por ello utiliza entre otros, el canal
visual para el intercambio de información.

El primero y mas importante de estos códigos es la lengua de señas, que tiene un estatus
reconocido lingüísticamente como una lengua basada en el uso de las manos, brazos, ojos,
cara y cuerpo, y es considerado como el primer lenguaje de las personas sordas
(Conferencia Internacional sobre la Educación Bilingüe del Sordo, Suecia, 1993),
permitiendo el acceso al conocimiento y a la información como un sistema visual de
comunicación. Pero también es necesario que las personas sordas interactúen
permanentemente con personas oyentes y requieren igualmente el código comunicativo que
prevalece en la comunidad mayoritaria, en nuestro caso, el español en sus dos formas, oral
y escrita. De lo anterior se desprende la importancia del bilingüismo en el desarrollo del
curriculum para el educando sordo, reconocido mundialmente por diversos autores y
ratificado en XII Congreso Mundial de la Federación de Sordos, Viena 1995.

Conocer las características del educando deficiente auditivo nos permiten valorar la
información que los aspectos mencionados aportan a la evaluación, diagnóstico y toma de
decisiones para la intervención educativa.

ADMINISTRACION DEL MODELO DE ATENCION EDUCATIVA INTEGRAL


DEL EDUCANDO DEFICIENTE AUDITIVO

4.1.- LINEAS DE ACCION ESTRATEGICA

El análisis precedente en relación a los progresos, limitaciones y perspectivas de la


educación del deficiente auditivo en vinculación con los postulados de la Constitución
Nacional, las Leyes y los principios de democratización y modernización que norman
la modalidad Educación Especial, permitieron establecer un conjunto de líneas de
acción estratégica que constituirán lineamientos orientadores para mejorar la calidad
del proceso educativo y así satisfacer las necesidades educativas individuales y sociales
de los alumnos deficientes auditivos.

Estas líneas se definen en acciones de variada naturaleza y alcance e implican la


articulación entre los diversos programas de los distintos niveles y modalidades del
sistema escolar, el fortalecimiento de la descentralización de los servicios
administrativos y la eficacia de la estructura general en la búsqueda de mayor
participación, responsabilidad y compromiso en la gestión.
Estas líneas de acción se agrupan en cuatro categorías, cada una de ellas se concreta
en estrategias y acciones que se desarrollarán en los niveles administrativos macro,
meso y micro del sistema.

4.1.1.- RELACION COORDINACION E INTEGRACION.

El programa de Deficiencias Auditivas impulsará su integración a las programaciones


de los diferentes organismos nacionales, regionales, estatales y municipales, así como
internacionales para realizar acciones coordinadas y conjugar esfuerzos que mejoren
la calidad de la educación de los niños, jóvenes y adultos deficientes auditivo.

Para el logro de ésta línea se desarrollarán las siguientes estrategias y acciones:

*
Fortalecer la articulación con los niveles y otras modalidades del sistema escolar,
para acordar acciones y medidas que permitan la escolarización de las personas
deficientes auditivos en el medio escolar que mejor responda a sus necesidades
educativas.

*
Estimular la participación de los medios de comunicación social en la realización
de programas de difusión y orientación a la familia y a la comunidad sobre
prevención, detección temprana y las posibilidades de integración efectiva en los
planos escolar, familiar y social de las personas deficientes auditivos.

*
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*
Organizar circuitos educativos que integren las Unidades Educativas (Centro de
Desarrollo Infantil, Planteles, Centro de Rehabilitación del Lenguaje), y servicios de
apoyo a la escuela regular (Equipos de Integración, Aulas Integradas y Unidades
Psicoeducativas) de Educación Especial a las Redes Educativas propuestas por los
Niveles de Educación Preescolar y Básica, de tal manera que la población escolar
tanto de los niveles como de las modalidades de un sector geográfico, se beneficien
mutuamente de los recursos y experiencias que puedan ofrecer cada uno de ellos.

*
Promover, participar y apoyar, programas intersectoriales que permitan atender
los problemas socioeconómicos de la población deficiente auditiva y contribuyan a
disminuir los índices de repitencia y deserción, y en consecuencia, aumentar los
índices de retención y prosecución escolar.

4.1.2.- ATENCION EDUCATIVA INTEGRAL DEL DEFICIENTE AUDITIVO

El programa Deficiencias Auditivas formulará las pautas para consolidar el Modelo


de Atención Educativa Integral, enmarcándolo en la descentralización educativa y
orientándolo en un proceso de evaluación continua que permita incluir adaptaciones
pertinentes en base a las necesidades del educando como centro de la acción
educativa. Para lograr ésta línea se llevarán a cabo las siguientes estrategias y
acciones:

*
Promover encuentros regionales, estatales y locales que posibiliten el análisis y
discusión del Modelo de Atención Educativa Integral y la definición de acciones para
su aplicación, seguimiento y evaluación, en las diferentes alternativas educativas para
los educandos deficientes auditivos.

*
Instrumentar los mecanismos para la integración de los deficientes auditivos leves
y moderados a las redes de Educación Preescolar y Básica y garantizar el apoyo de la
modalidad de Educación especial al alumno, a la familia y a los miembros de la
comunidades escolar.

*
Instrumentar los mecanismos para incorporar a los alumnos sordos (Deficientes
Auditivos Severos y Profundos) a las Unidades Educativas del área, proporcionándole
sistemas visuales de comunicación, para el desarrollo de la lengua de señas y para el
aprendizaje del español en sus formas oral y escrita, y acceder a la programación
educativa de los niveles del sistema escolar o ubicarlo directamente en las instituciones
de las Redes de Preescolar y Básica ofreciéndoles el apoyo especializado de acuerdo a
sus necesidades educativas.
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*
Establecer mecanismos que permitan la reconversión de los planteles educativos
en un solo turno de jornada completa; especialmente en aquellos estado o localidades
donde las condiciones socioeconómicas y sociales lo aconsejan y lo permita la
infraestructura física, la incorporación de recursos humanos y dotación de materiales
a fin de cubrir de una manera mas amplia las necesidades educativas, sociales,
recreativas, de salud y de formación para el trabajo, incorporando programas y
actividades extraescolares o participando en otros promovidos por la comunidad y
que beneficien a la población deficiente auditivo.

4.1.3. INVESTIGACION

El Programa de Deficiencias Auditivas promoverá actividades de investigación que


permitan actualizar el conocimiento y la práctica educativa de los educandos
deficientes auditivos. Para desarrollar esta línea se plantean las siguientes estrategias
y acciones:

*
Proponer y ejecutar investigaciones a nivel nacional, regional, local e institucional
sobre las condiciones y problemas que inciden en el proceso educativo de las personas
deficientes auditivas para decidir sobre los programas, estrategias y materiales
eficaces en su educación.

*
Impulsar entre las líneas permanentes de investigación del área de Deficiencias
Auditivas, las siguientes:

- Sociolingüística: Caracterización de la Comunidad sorda en Venezuela.


- Pedagógica: Innovaciones Educativas en el área de Deficiencias Auditivas.
- Situación de la integración social en el ámbito escolar, familiar y laboral del
deficiente auditivo.
- Estadística: Cuantificar la población venezolana con Deficiencias Auditivas.

*
Fomentar programas conjuntos de investigación con otras instituciones, sobre
aspectos referidos 81 ejercicio de la profesión de los docentes, técnicos y
administrativos, ubicados en las diferentes instancias involucradas en el proceso
educativo del Deficiente Auditivo.

*
Proponer y ejecutar investigaciones que determinen la necesidad y las
posibilidades de formación de interpretes bilingües para incorporarse a los servicios
de apoyo requeridos para la integración escolar de los sordos.

4.1.4.- DESARROLLO PROFESIONAL

El Programa de Deficiencias Auditivas estimulará el desarrollo profesional del


personal que participa en la atención educativa de la población con Deficiencias
Auditivas, para ello se plantean las siguientes estrategias y acciones:

*
Estimular la planificación y desarrollo de programas para la actualización del
personal docente, técnico y administrativo de las diferentes instancias administrativas,
en base a las necesidades detectadas en el proceso de investigación.

*
Fomentar y apoyar programas de mejoramiento profesional para el personal
técnico-docente del área de Deficiencias Auditivas.

4.2.- LINEAMIENTOS PARA LA ADMINISTRACION DEL MODELO

El Ministerio de Educación, a través del Area de Deficiencias Auditivas (como Unidad


Programática de la Dirección de Educación Especial) administrará el modelo de
Atención Educativa Integral en el marco de la descentralización educativa,
transfiriendo de manera progresiva a las instancias estatales, municipales y/o locales
la ejecución del mismo, e impartiendo los lineamientos que orientarán el proceso
educativo de los educandos deficientes auditivos, en las perspectivas intrasectorial e
intersectorial, contempladas en las líneas estratégicas de acción.

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El Modelo de Atención Educativa Integral se plantea en dos direcciones involucrando


no sólo a la Modalidad de Educación Especial, sino a otros Niveles y Modalidades del
Sistema Educativo.

· La primera de ellas en el marco de la escuela Regular para aquellos alumnos


Deficientes Auditivos integrados a los Planteles de los diferentes niveles y otras
modalidades del Sistema Educativo. En tal sentido el apoyo al educando, a los
docentes y a la comunidad educativa es fundamental, para garantizar su integración
escolar. Por ello es importante fortalecer con docentes especialistas en el Area de
Deficiencias Auditivas, a los Servicios de Apoyo de la Escuela Regular (Equipos de
Integración, Unidades Psicoeducativas, Aulas Integradas y Centros de Rehabilitación
del Lenguaje); lo que permitirá una acción participativa e integrada vinculada a la
programación que ofrecen los Niveles de Preescolar, Básica, Media Diversificada y
Profesional y la Modalidad de Educación de Adultos (Resolución 2005, Diciembre
1996).

Es así como una programación coordinada y articulada permitirá realizar actividades


que garanticen la incorporación, permanencia y seguimiento de estos alumnos,
aspecto de gran importancia para favorecer la prosecución escolar, en el entendido
que la experiencia ha demostrado que muchos deficientes auditivos, han sido
excluidos del Sistema Escolar por deserción o por no incorporación, al desconocerse
las posibilidades educativas de estos educandos. Ello no solo contribuirá con su
permanencia y éxito escolar, sino que garantizará el proceso de integración educativa.

En este sentido, el Programa de Deficiencias Auditivas considera que la vinculación a


los Niveles y otras Modalidades debe realizarse, coordinando acciones que den a
conocer las Necesidades Educativas de los Deficientes Auditivos y las Estrategias para
favorecer su integración social.

· La segunda, en el marco de la Modalidad de Educación Especial, a través de las


Unidades Educativas del área para aquellos educandos Deficientes Auditivos
SEVEROS Y PROFUNDOS cuyas pérdidas auditivas no les permite la adquisición del
lenguaje oral por vía auditiva y requieren de la visión como canal principal de
comunicación y de acceso la información. Razón por la cual la comunicación es el eje
central del proceso enseñanza-aprendizaje y plantea la necesidad de un enfoque
comunicativo a través de la utilización de Sistemas Visuales de Comunicación que
permitan la interacción y con ella el aprendizaje de conocimientos, sean estos sociales,
normas de conducta, contenidos escolares y el aprendizaje del español en sus formas
oral y escrita. Desde esta perspectiva, las Unidades Educativas del área favorecerán la
interacción de personas oyentes y sordas en el contexto escolar.

Desde esta perspectiva, la educación de los niños, jóvenes y adultos deficientes


auditivos tiene como propósito fundamental garantizar no sólo el ingreso, sino la
prosecución y culminación exitosa de los educandos en el sistema escolar y hacer
posible su integración social.

En la formación integral de los deficientes auditivos, el curriculum tiene como función


orientar las actividades y experiencias educativas planificadas y desarrolladas en el
ambiente escolar y extraescolar, para impulsar en el educando deficiente auditivo el
incremento de su fuerza creadora, de sus relaciones, de sus necesidades, capacidades y
formas de comunicación. En este sentido, es preciso definir y organizar los elementos
principales que interactuan e integran la práctica educativa especializada en un todo,
para comprender como se relacionan cada uno de ellos. (Anexo 3).

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Es el elemento globalizador que enmarca no solo las actividades y experiencias


específicas de la programación educativa desarrollada en las instituciones educativas,
sino también en el contexto social que lo rodea, en el cual la comunidad educativa se
integra y consolida los proyectos pedagógicos del plantel, para lograr la formación
integral del educando deficiente auditivo.

El curriculum como un proceso debe responder a una concepción integral del sistema
educativo. El sistema educativo es un conjunto orgánico, integrador de políticas y
servicios que garantizan la unidad del proceso educativo tanto escolar como
extraescolar y su continuidad a lo largo de la vida de la persona mediante un proceso
de educación permanente (Ley Orgánica de Educación, Art. 14). Cada nivel y
modalidad se orienta por los fines de la educación, en este sentido la educación
especial como modalidad se conceptualiza como un proceso integral determinado por
los fines y objetivos establecidos en la normativa legal, lo cual significa la posibilidad
de introducir variaciones en las estrategias didácticas utilizadas en los diferentes
niveles educativos para atender en forma diferenciada y por un docente especialista
apoyado por un equipo técnico-docente, a esta población.

El curriculum responderá a los principios establecidos en la programación de los


niveles de preescolar y básica y los propios de nuestra modalidad: flexibilidad,
innovación, regionalización, participación, ser factibles y responder a las necesidades
y diferencias individuales y a la socialización.

El curriculum para los educandos supone un análisis de la diversidad de las


necesidades educativas y como tal, el curriculum interactúa de manera compleja con
una visión totalizaste que permitirá concebir los elementos que intervienen en la
acción educativa como un proceso permanente, flexible e innovador que propicie la
participación de todas las instituciones educativas.

De forma tal que el curriculum para los deficientes auditivos debe considerar los
siguientes aspectos fundamentales:

1) Aplicar los diseños curriculares de los niveles y otras modalidades del sistema
escolar, con las adaptaciones requeridas en función de las necesidades de los
educandos.

2) Utilizar y aplicar sistemas de comunicación visual , bien sea como complemento a la


lengua oral (Lectura labial, verbotonal, palabra complementada, etc.) o como el uso
de otra lengua, la lengua de señas (Marchesi 1987, Hansen 1990, Akamatsu y Stewart
1992, Svartholm 1993, Mayer y Gordon 1996, Díaz-Estebañez y Valmaseda 1996)
para la enseñanza del español en sus formas oral y escrita.

El Contexto Social.

Está conformado por la Sociedad, la Cultura y las Personas, que agrupadas entre si
integran comunidades. En estas comunidades las personas interactuan y se nutren
para su formación, creación cultural, y conocimiento.

En la acción educativa especializada es preciso considerar a la comunidad de sordos.


La sordera es un fenómeno cultural en el que los modelos y problemas sociales,
lingüísticos e intelectuales están vinculados. La realidad de esta comunidad debe ser
considerada conjuntamente con la de los oyentes, ambos grupos son importantes
porque el deficiente auditivo convive en ellos. Por lo tanto debe vincularse el proceso
educativo a las experiencias del educando integrado a la familia y a la comunidad
como base fundamental para la participación en la toma de decisiones que conllevan a
la gestión autónoma del plantel, con el compromiso de involucrarse en el proceso
educativo como miembros activos de la comunidad educativa.

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La Institución Educativa se concibe como el lugar donde se lleva a cabo el proceso
sistemático de enseñanza-aprendizaje; en ella "...se operacionaliza y controla el hecho
pedagógico (Hernández, 1. 1996) a través del curriculum y las experiencias educativas
que surgen en la escuela y en el contexto social...".

La atención educativa integral de los educandos deficientes auditivos se concreta en


dos tipos de Instituciones Educativas:

· En los planteles educativos oficiales y privados de los diferentes Niveles y


Modalidades del Sistema Educativo, conjuntamente con los servicios de apoyo de la
Modalidad Educación Especial y otros propios de la comunidad,

· En los planteles educativos de la Modalidad Educación Especial, para aquellos


alumnos deficientes auditivos cuyas características determinen que ésta sea la opción
más adecuada a sus necesidades educativas.

Las instituciones educativas en el área de Deficiencias Auditivas deben flexibilizarse


de forma tal que permitan una organización escolar efectiva. Para ello es necesario
enmarcar la praxis educativa en una dimensión técnico-docente, con la activa
participación y consenso de sus integrantes en la toma de decisiones, para dar
respuesta a las necesidades educativas individuales y colectivas del alumnado.
Tales consideraciones explican por qué todas las instituciones no son iguales. Pueden
trabajar con la misma programación, pero la forma de desarrollar el proceso, de
estimular la acción, de interactuar con los alumnos, de interesar a los padres, de salir
de los muros del plantel hacia el medio social y de considerar las necesidades sociales y
educativas señalan diferencias cualitativas entre las instituciones de la misma
modalidad y entre los diferentes niveles; en consecuencia los proyectos pedagógicos se
constituyen en alternativas válidas para dirigir la acción educativa especializada
acorde a las realidades escolares y comunitarias.

Programación educativa.

Este aspecto constituye el componente orientador y guía para favorecer el desarrollo


del curriculum en las instituciones escolares.

Contempla los elementos a seguir con los educandos, equilibrio necesario entre dar
respuestas al grupo y a cada particular.
La Programación escolar incluye:

· Los planes de estudio


· Estrategias didácticas
· La evaluación

Los Planes de Estudio.

El reglamento de la Ley Orgánica de Educación, en sus artículos 6 y 7, considera que


los planes de estudio son los documentos oficiales del Ministerio de Educación,
orientadores de la actividad docente en los diferentes niveles del sistema escolar.

Conceptualizada la modalidad como variante escolar se justifica técnica y


administrativamente que en la praxis educativa del educando deficiente auditivo se
utilicen los planes y programas de estudio para los diferentes niveles y otras
modalidades, incorporando las adaptaciones curriculares sustentadas en la
reorientación pedagógica prevista para dichos niveles, así como las adaptaciones
derivadas de las necesidades individuales y colectivas de la población escolar. En este
sentido, tales adaptaciones, orientadas a la selección o incorporación de aprendizajes
significativos, deben ser producto de una cuidadosa planificación por parte de los
equipos de trabajo ínter e intraescolares comprometidos en los proyectos pedagógicos
de cada plantel.

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El proceso pedagógico se caracteriza por el conjunto de experiencias de aprendizaje


en las cuales se interrelacionan la acción de los docentes y de los educandos. De allí la
importancia que constituyen las estrategias didácticas para guiar la consecución de
aprendizajes significativos contextualizados, donde el educando deficiente auditivo
debe ser el verdadero protagonista de este proceso.
Las estrategias didácticas comprenden:

la selección de los métodos, entendidos como aquellos procedimientos pedagógicos que


dirigen el aprendizaje para el logro de los objetivos propuestos; las técnicas que
representan las formas de conducir y orientar los aprendizajes, y los medios, como el
conjunto de recursos que facilitan y optimizan el aprendizaje del educando. Estas
proporcionan un conjunto de elementos comunicativos que posibilitan la interacción
participativa, recíproca, entre los alumnos, y entre éstos y los docentes, lo que implica
que el educando actúe, reflexione, intercambiando ideas, opiniones y conocimientos;
incrementando así el desarrollo de la comunicación y el lenguaje.

En la educación del deficiente auditivo es importante considerar las estrategias


comunicativas mas adecuadas para favorecer el intercambio comunicativo, tales
como: sistemas de comunicación visual, métodos ortofónicos, entrenamiento auditivo,
desarrollo de la lectura labial, trabajo individual y en grupo, y realizar las
adaptaciones curriculares específicas que contribuyan al progreso lingüístico y
comunicacional del deficiente auditivo.

Las estrategias didácticas son de gran importancia, ya que a través de ellas la


institución educativa alcanza sus objetivos, satisfaciendo sus fines y hace realidad la
individualización del curriculum.

La evaluación.

Concebida como un proceso sistemático integral y permanente para orientar, mejorar


y tomar decisiones que sirvan para alcanzar el desarrollo óptimo de la programación
educativa. La evaluación es una parte intrínseca del proceso del curriculum, la
consideración de cualquiera de los componentes del curriculum tiene implicaciones
para las otras partes, porque el curriculum es esencialmente una unidad. Esto es lo
que permite considerar a la evaluación como un proceso global, cuyo objeto central es
el educando deficiente auditivo y el contexto donde se desarrolla la acción educativa
especializada.

El propósito fundamental de la evaluación es la toma de decisiones que perfeccionan


el proceso educativo y garantizan el mejoramiento de la calidad de vida del individuo.
Desde esta perspectiva los objetivos principales de la evaluación son los siguientes:

- Orientar y replantear el proceso de enseñanza-aprendizaje.


- Entender, valorar los procesos y los resultados de la acción educativa.
- Identificar los factores que favorecen e interfieren el óptimo desarrollo individual de
todos los alumnos.
- Planificar el programa de intervención educativa, a partir de los resultados
obtenidos.

El planteamiento de estos objetivos destaca la importancia de los tipos de evaluación:


Diagnóstica, Formativa y Sumativa en la acción educativa especializada. (Anexo 4,
4.1, 4.2, 4.3).
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En coherencia con lo antes expuesto, se plantea la necesidad de presentar un modelo


con las diferentes alternativas educativas, el cual permite:

Ordenar y representar las acciones pedagógicas.


Explicar las relaciones que conduzcan a una reflexión-acción.
Concretar los propósitos definidos por la modalidad educativa.
Orientar los procesos en cada alternativa.

Este modelo de alternativas educativas para el educando deficiente auditivo (Anexo 5)


exige orientar el curriculum con un enfoque interdisciplinario, participativo,
diferenciado sólo por las adaptaciones necesarias para alcanzar el máximo desarrollo
de estas personas.

La educación de las personas deficientes auditivas responde a los objetivos, principios


y lineamientos establecidos para los diferentes niveles del sistema educativo y para la
Modalidad de Educación Especial.

La Educación Preescolar ha de promover la atención integral de los niños deficientes


auditivos entre 0 y 6 años de edad, a través de las vías convencionales y no
convencionales propuestas por el nivel y por las opciones que ofrece la Modalidad de
Educación Especial.

La Educación Básica, por ser común e igual para todos los venezolanos entre los 6 y
15 años de edad y los que habiendo superado los 15 años hayan sido excluidos del
sistema escolar, deberá procurar a los niños, jóvenes y adultos deficientes auditivos,
diferentes alternativas que garanticen la obligatoriedad de esta educación.

Para responder a las necesidades educativas de la población deficiente auditiva, la


Dirección de Educación Especial en forma unilateral, o en articulación con los niveles
de Preescolar y Básica y con otras modalidades e instituciones de la comunidad, ofrece
las siguientes alternativas:

REDES MATERNO-INFANTILES

Para los bebés que presentan riesgos o altos riesgos de presentar pérdidas auditivas,
con el fin de prevenir las consecuencias que éstas generan en su desarrollo o actuar en
caso de un diagnóstico seguro, iniciando de inmediato las acciones que involucran
asistencia a la familia y al niño, derivándolos al Centro de Desarrollo Infantil o a la
opción de Preescolar que convenga mas a su desarrollo.

CENTROS DE DESARROLLO INFANTIL (C.D.I.)

Para la identificación, evaluación y estimulación de todas las áreas del desarrollo de


los niños con pérdidas auditivas, así como la aplicación de estrategias que potencien el
desarrollo de las capacidades lingüísticas, comunicativas, cognoscitivas y sociales que
permitan vislumbrar una continuidad educativa exitosa en el cauce de la escuela
regular.

Los niños deficientes auditivos severos y profundos (sordos) requieren además,


interactuar con otros niños y adultos sordos apara desarrollar la lengua de señas; por
tanto debe asegurarse su permanencia, desde la más temprana edad, en contextos que
reúnan esa condición, vale decir, las secciones de preescolar de las Unidades
Educativas para Sordos. Se requieren por consiguiente, programas compartidos y
articulados entre los equipos C.D.I. y las Unidades Educativas, a fin de informar,
asesorar a la familia y proporcionar la atención psicopedagógicas a los educandos.

REDES DE ATENCION INTEGRAL DEL NIVEL DE EDUCACION


PREESCOLAR

Para los deficientes auditivos leves y moderados, por las vías de la escolarización en
los Centros de Educación Preescolar y por la vía no convencional en los Hogares de
Cuidado Diario o Guarderías Infantiles; con el apoyo de Educación Especial a través
de los Terapistas de Lenguaje o del Maestro Especialista de los C.D.I., Integración,
Unidades Psicoeducativas comunidad que integre el circuito de Educación Especial
que se propone conformar.

REDES DE ESCUELAS DEL NIVEL DE EDUCACION BASICA

Para incorporar la población de deficientes auditivos leves y moderados, así como


aquellos con pérdidas auditivas severas y profundas que se puedan beneficiar con esta
integración, directamente en las Unidades Educativas del nivel o en los centros
específicos de la Modalidad de Adultos, con la asistencia de los equipos de Educación
Especial, cuando así lo requieran.

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Para brindar Educación Preescolar para menores de 6 años y Educación Básica para
educandos entre 6 y 15 años de edad que demanden sistemas visuales de comunicación
para desarrollar su lengua natural (la lengua de señas) y de estrategias para el español
en sus formas oral y escrita, como segunda lengua (Bilingüismo), así como las
adaptaciones curriculares, estrategias y recursos que conduzcan a la formación
integral y posibilite su integración, en cualquier momento de su escolaridad, al nivel
de educación regular, con asistencia de los equipos técnico-docentes de Educación
Especial, de ser necesario.

EQUIPOS DE INTEGRACION, AULAS INTEGRADAS, UNIDADES


PSICOEDUCATIVAS Y CENTROS DE REHABILITACION DEL LENGUAJE

Para brindar asesoría técnico-docente a los maestros de las instituciones que forman
los circuitos educativos, seguir el progreso y detectar las dificultades de los alumnos
deficientes auditivos integrados al Preescolar o Básica regular y aplicar los programas
complementarios que se precisen para superar las dificultades que vayan
presentándose en el desarrollo evolutivo, en los progresos académicos y en la
adaptación escolar de los alumnos integrados.

UNIDADES EDUCATIVAS DE OTRAS AREAS DE LA MODALIDAD DE


EDUCACION ESPECIAL

Para brindar la educación que necesitan aquellos alumnos sordo-ciegos, sordos con
retardo mental, sordos con autismo, y en general sordos más otra problemática
agregada, cuyas características y condiciones son tan distintas y por tanto presentan
otras necesidades educativas tan complejas, que su escolaridad plantea acciones
coordinadas entre las diferentes unidades programáticas de la Dirección de Educación
Especial y de los equipos interdisciplinarios de los planteles de las áreas responsables
de la atención pedagógica de esta población.

TALLERES DE EDUCACION LABORAL, CENTROS DE FORMACIóN Y


CAPACITACION LABORAL, ORGANIZACIONES NO GUBERNAMENTALES
(ONG), INCE O CUALQUIER OTRA INSTITUCION OFICIAL O PRIVADA, CON
PROGRAMAS EDUCATIVOS PARA LA JUVENTUD DESOCUPADA

Para iniciar o continuar la atención educativa de la población deficiente auditiva


mayor de 14 años, que le proporcione las competencias de educación básica,
orientación y exploración vocacional y capacitación laboral. Los jóvenes deficientes
auditivos encontrarán en alguna de estas opciones la que permita reafirmar sus
potencialidades y validar sus derechos a la integración social.

PLANTELES DE EDUCACION MEDIA, DIVERSIFICADA Y PROFESIONAL

Para continuar el proceso formativo de los alumnos deficientes auditivos


integrándolos de acuerdo a las condiciones, regímenes y lineamientos establecidos por
el respectivo nivel, con la incorporación de intérpretes de lengua de señas (cuando se
tenga este recurso con la formación requerida) o con el apoyo de los equipos de las
Unidades Educativas Especiales que integran los circuitos educativos propuestos.

UNIVERSIDADES, INSTITUTOS Y COLEGIOS UNIVERSITARIOS

Para la formación Profesional y de Postgrado de la población deficiente auditiva que


tenga aptitudes, habilidades, aspiraciones, recursos personales y materiales, cumpla
con los requisitos de ingreso de estas instituciones y encuentre en ellas la oferta
educativa mas conveniente. Se recomienda igualmente el apoyo de intérpretes de
lengua de señas para quienes lo necesiten y de programas complementarios
pedagógicos, económicos y socioculturales que garanticen la prosecución y
culminación en este nivel educativo.

La escogencia de la alternativa educativa que satisfaga más eficientemente las


necesidades educativas de los educandos deficientes auditivos debe ser el producto de
un proceso de evaluación psicoeducativa, con carácter diagnóstico, formativo y
sumativo, realizado por un equipo interdisciplinario que considere, tanto las
características y necesidades individuales, como aspectos familiares, comunitarios y
sociales que rodean a cada educando. En todo caso la evaluación formativa permitirá
introducir cambios, actuar intersectorialmente y plantear la movilidad vertical y
horizontal del alumno en el sistema escolar y en éste, el ambiente educativo más
idóneo para cada caso.

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1) Los alumnos con deficiencias auditivas leves y moderadas cursarán su escolaridad
en los planteles de Educación Preescolar y Básica regular. La modalidad de educación
especial proporcionará el apoyo especializado y orientará adecuadamente la
prosecución escolar.

2) Los alumnos con deficiencias auditivas severas y profundas (SORDOS) cuyas


necesidades educativas requieren desarrollar capacidades comunicativas del español
en sus formas oral y escrita, de la lengua de señas o de ambas lenguas, ingresarán a las
unidades educativas del área ubicándolos en el nivel y grado que le corresponde de
acuerdo a su progreso académico, escolaridad y edad, para iniciar o continuar su
prosecución escolar.

3) La selección y decisión de la mejor alternativa educativa para el deficiente auditivo


debe ser el producto de un proceso de evaluación psicopedagógico integral, riguroso y
cooperativo, que determine el ingreso, ubicación, intervención específica parcial o
temporal, traslado, seguimiento y egreso del educando; determinación que involucra
la intervención del equipo técnico-docente de los servicios y unidades educativas de la
modalidad educación especial, con los equipos profesionales del Nivel o de otra
Modalidad y la opinión del grupo familiar.

4) El proceso de evaluación de los educandos debe ser el resultado de la acción


interdisciplinaria del equipo Técnico-docente. La coordinación y cooperación entre los
diferentes profesionales que integran estos equipos (Psicólogos, trabajadores sociales,
terapistas del lenguaje y otros profesionales) es de gran importancia para el éxito de la
programación educativa, por tanto la planificación y desarrollo de la evaluación
diagnóstica, formativa y sumativa se concibe como un proceso integral que se inicia
cuando el niño ingresa por primera vez en una Institución Educativa y continúa
durante todo el proceso educativo; de allí la relevancia del equipo Técnico-docente en
la prosecución escolar del deficiente auditivo, tanto, en la atención educativa directa al
educando como en la función orientadora a la familia y a la comunidad, a fin de
brindarle posibilidades reales de integración al proceso educativo y favorecer su
integración familiar y social.

5) La evaluación auditiva en la educación de la persona deficiente auditivo es una


fuente importante de información para determinar no sólo la recomendación del uso
de las prótesis auditivas por parte del especialista, sino para planificar y ejecutar
actividades de comunicación que se basen en utilización de todas las posibilidades
sensoriales del educando tales como: entrenamiento auditivo basado en los restos
auditivos, la percepción estructuras rítmicas sentidas a través de su cuerpo y la
expresión corporal.

6) Las unidades educativas del área organizarán a los alumnos en Grados, de acuerdo
a lo establecido en la normativa legal. Cada grado estará a cargo de un Docente
Especialista con el apoyo de los otros integrantes del equipo Técnico-docente del cual
forma parte.

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8) La programación educativa en las unidades del área se desarrollará de acuerdo a
las áreas y asignaturas establecidas en los programas de los Niveles de Preescolar y
Básica. Entre estas áreas, el área de lengua debe incorporar estrategias didácticas que
desarrollen la lengua de señas y el aprendizaje del español en sus formas oral y
escrita, tanto en situaciones de intercambio comunicativo significativos ricos y eficaces
como en correlación con los contenidos y objetivos de las demás áreas académicas;
esto exige la acción conjunta y coordinada del docente del aula y del terapista del
lenguaje, así como la ejecución de estrategias grupales e individuales que tomen en
cuenta las necesidades particulares de los educandos.

9) En el contexto del bilingüismo para la educación del sordo, el español en sus formas
oral y escrita constituirá uno de los objetivos de la programación escolar,
estableciendo tiempo y espacio que permita alcanzar en forma intencional y
sistemática las competencias comunicativas para interactuar con los oyentes y utilizar
la información escrita como herramienta placentera para los aprendizajes académicos
y la recreación. En este sentido es fundamental la capacitación de los docentes para
favorecer actitudes positivas e implementar estrategias y recursos para la enseñanza y
uso de la lengua.

10) El desarrollo de la lengua de señas requiere de la interacción del niño sordo con
sus iguales y del contacto y apoyo del adulto sordo (con capacidad y disposición para
relacionarse) para favorecer actividades y situaciones que brinden todas las
posibilidades de usar la lengua de señas en forma natural cumpliendo con las distintas
funciones propias de cualquier lengua este adulto puede ser el auxiliar sordo, padres o
familiares, o voluntarios de las asociaciones de sordos.
En los casos de los auxiliares sordos incorporados en las unidades educativas del área
se ubicarán preferentemente en las aulas de preescolar y en las de la primera etapa de
educación básica, y servirán de apoyo, bajo la coordinación del docente del aula, a las
actividades escolares y extraescolares previstas en el proyecto educativo de la
institución.

11) La programación que realizan los docentes de Manualidades, Educación Física,


Dibujo, Teatro y otras especialidades, se articulará por un lado a las respectivas áreas
y asignaturas programáticas y por el otro a la planificación de los docentes de los
respectivos grupos de alumnos, de forma tal que respondan a la concepción de
formación integral del educando.
12) La población de niños deficientes auditivos de cero (0) a seis (6) años será evaluada
y atendida en los Centros de Desarrollo Infantil, coordinando la intervención
educativa y el seguimiento a partir de los 3 años con los planteles que conforman las
Redes de Atención Integral del Nivel de Preescolar y/o con los servicios y unidades
educativas propias del área de Deficiencias Auditivas u otras áreas de la modalidad
que mejor convenga, de acuerdo a las necesidades educativas derivadas de la
evaluación psicopedagógicas pertinente.
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14) Los alumnos sordos que cursan sus estudios en las Unidades Educativas del área,
podrán incorporarse a la Escuela Regular en cualquier momento de su escolaridad,
siempre y cuando sus necesidades educativas se los permitan, facilitando de esta
manera su integración escolar.

15) Los alumnos sordos que culminen la segunda etapa de Educación Básica podrán
continuar al séptimo grado de Educación Básica Regular en las Unidades Educativas
del área que ofrezcan la tercera etapa de Educación Básica, en los Centros de
Educación de Adultos o en los planteles de Educación Básica Regular, con apoyo
especializado de los equipos Técnico-Docentes de las Unidades Educativas del área,
garantizándose su integración escolar.

16) Los alumnos sordos que culminen su Educación Básica, se incorporarán a la


Educación Media, Diversificada y Profesional, en cualquiera de las opciones que
ofrece el nivel correspondiente y la Modalidad de Educación de Adultos, con apoyo
especializado del equipo Técnico-Docente de las Unidades Educativas y de los
Servicios de Educación Especial.

17) La población de alumnos deficientes auditivos mayores de quince (15) años que
requiera iniciar o proseguir Educación Básica, será ubicada en los programas
convencionales o no convencionales que permitan la prosecución escolar y la
formación para el trabajo bien sea en los niveles o modalidades del sistema educativo
o en otras organizaciones.

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19) Cada unidad educativa del área incorporará a los padres y representantes para
que conozcan y participen activamente en los proyectos educativos llevados a cabo en
cada institución escolar.
20) La integración real de las personas deficientes auditivos, exige acciones y
estrategias que promuevan actitudes positivas y de reconocimiento a sus capacidades.
En esta misión las unidades educativas del área ejecutarán actividades con la
comunidad para promover la difusión y conocimiento de sus programas a fin de
lograr una efectiva integración social.

PERSPECTIVA INTERSECTORIAL.

En esta perspectiva, la ejecución del modelo requiere concertar acciones los diversos
organismos e instituciones de los diferentes sectores gubernamentales y no
gubernamentales, comunidades, familias y asociaciones de sordos, lo que permitirá
consolidar el Modelo de Atención Educativa Integral del Deficiente Auditivo, a través
de diversas acciones, a fin de garantizarle la integración social.

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