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El tráfico de órganos es una práctica que consiste en la extracción

de órganos humanos con fines comerciales, usualmente para


realizar trasplantes. Se trata de una actividad que se considera ilegal en gran
parte del mundo y de la cual no circula demasiada información real en
comparación con supuestos, por lo que a menudo resultan temáticas
de leyendas urbanas. En las últimas décadas defensores de los derechos
humanos han denunciado casos de presunto tráfico de órganos mayormente
en países usualmente inestables políticamente, con regímenes autoritarios o
con poca seguridad jurídica como China, India, Mozambique o los países
de Europa oriental que antiguamente formaban parte de Yugoslavia y la Unión
Soviética.

el tráfico de órganos ocurre cuando los órganos son removidos del cuerpo bajo
el propósito de realizar transacciones comerciales y ha establecido que "el
pago por órganos supone tomar una ventaja injusta sobre los grupos
más pobres y vulnerables, socavando la donación altruista y conduciendo a
la especulación y la trata de personas". A pesar de las ordenanzas contra el
comercio de órganos, se ha estimado que en el año 2005 el 5% de todos los
receptores de órganos habían participado en trasplantes de órganos
comercializados. Las investigaciones indican que el comercio ilegal de órganos
va en aumento, con un informe reciente de Global Financial Integrity que
estima que el comercio ilegal de órganos genera ganancias entre $ 600
millones y $ 1.2 mil millones de dólares por año, con un lapso en muchos
países.

Irán era el único país que permitía la compra-venta legal de órganos. Sin
embargo, impone restricciones en su comercialización con el fin de limitar el
turismo de trasplantes, razón por la que dicha práctica está permitida y
orientada exclusivamente al mercado interno; ciudadanos extranjeros no tienen
permitido comercializar con ciudadanos iraníes y la compra-venta de órganos
solo puede efectuarse entre personas de una misma nacionalidad. El sistema
se basa principalmente en la caridad y el voluntariado, y aquellos a quienes se
les asignan donantes y pacientes coincidentes no son remunerados por su
trabajo.

Todas las demás naciones tienen alguna forma de legislación destinada a


prevenir el comercio ilegal de órganos, ya sea mediante una prohibición total o
mediante una legislación que limita cómo y quién puede hacer las donaciones.
Muchos países, incluidos Bélgica y Francia, utilizan un sistema de
consentimiento presunto para aumentar la cantidad de órganos legales
disponibles para trasplante.

En los Estados Unidos, la ley federal prohíbe la venta de órganos; sin embargo,
el gobierno ha creado iniciativas para alentar la donación de órganos y para
compensar a quienes donan libremente sus órganos. En 2004, el estado de
Wisconsin comenzó a proporcionar deducciones fiscales a los donantes vivos.
En todo el mundo, la tendencia en la actualidad es hacia una mayor regulación
del comercio de órganos.

Origen
Todas las demás naciones tienen alguna forma de legislación destinada a
prevenir el comercio ilegal de órganos, ya sea mediante una prohibición total o
mediante una legislación que limita cómo y quién puede hacer las donaciones.
Muchos países, incluidos Bélgica y Francia, utilizan un sistema de
consentimiento presunto para aumentar la cantidad de órganos legales
disponibles para trasplante.

En los Estados Unidos, la ley federal prohíbe la venta de órganos; sin embargo,
el gobierno ha creado iniciativas para alentar la donación de órganos y para
compensar a quienes donan libremente sus órganos. En 2004, el estado de
Wisconsin comenzó a proporcionar deducciones fiscales a los donantes vivos.
En todo el mundo, la tendencia en la actualidad es hacia una mayor regulación
del comercio de órganos.

1. El presunto bajo riesgo debido a la donación de riñón, al igual que algunas


cirugías estéticas como la liposucción.

2. La presunción de que, en promedio, los donantes de riñón vivos


seleccionados viven más tiempo que las personas con dos riñones.

3. La presunción de que en mercados de órganos legalizados, tanto el donante


como el receptor tendrían más protecciones que las que tendrían en el
mercado negro.

4. La idea de expandir el riñón restante del donante para llenar el espacio


dejado por el riñón donado basados en que un segundo riñón casi no tiene
beneficios, ya que los riñones generalmente fallan simultáneamente.

5. Que un riñón recibido de un donante vivo generalmente dura más que un


riñón recibido de un donante muerto.

6. En el mercado negro, los donantes pueden no obtener suficiente atención


postoperatoria.
Precios
En los mercados legales de Irán, el precio de un riñón oscila entre $ 2,000 y $
4,000. En el mercado negro, sin embargo, el precio puede estar por encima de
$ 160,000, la mayoría de los cuales es tomado por intermediarios, Además,
cuando se realiza a través de proveedores médicos afiliados al mercado negro,
la operación de trasplante resulta peligrosa tanto para el donante como para el
receptor, este último pudiendo contraer enfermedades como hepatitis o VIH. El
precio típico pagado a los donantes en el mercado negro se estima en
alrededor de $ 5,000, pero algunos donantes reciben tan solo $ 1,000.

India
la India tenía un extenso mercado legal de comercialización de órganos dado
que esta práctica no estaba regulada por la ley y por ende no se encontraba
prohibida. Los bajos costos y la alta disponibilidad generaron negocios en todo
el mundo y convirtieron a India en uno de los centros de trasplante de riñón
más grandes del mundo. Sin embargo, varios problemas comenzaron a surgir.
En algunos casos, los pacientes no sabían que un trasplante de riñón se llevó a
cabo. En otros casos, a los pacientes se les prometieron pagos mucho más
altos de lo que realmente recibieron. Estas y otras cuestiones éticas empujaron
al gobierno indio a aprobar una legislación que prohíbe la venta de órganos.
Sin embargo, las leyes actuales todavía contienen vacíos legales.

Bangladesh

Si bien Bangladesh es un país islámico y en el Islam existen severas


prohibiciones y tabúes en relación a la mutilación corporal y los trasplantes de
órganos, en el país proliferan los negocios con intermediarios al igual que en la
vecina India y, de hecho, existe un prolífico mercado ilegal de órganos entre
ambas naciones.
En Bangladesh, el tráfico de órganos es ilegal, pero Moniruzzaman encuentra
que sucede casi públicamente. Todos los anuncios clasificados implican
intercambios de efectivo, pero nunca exclamándolo de forma explícita.
Para atrapar a los posibles vendedores, los intermediarios de órganos les dicen
que tienen dos riñones, pero uno de ellos está "durmiendo" en el cuerpo.
Durante la operación, los médicos "despiertan" este riñón inactivo y retiran el
anterior para la donación. En esta visión, el segundo riñón es solo equipaje,
una reserva de efectivo enterrada en la espalda baja. Además, a los
vendedores se les dice que su segundo riñón no les sirve si falla el primero, lo
que tranquiliza los pensamientos de "¿y si necesito ese segundo riñón en el
futuro?" También se les dice que la cirugía es completamente segura.
Después de que acepten donar, los vendedores son sometidos a una prueba
de tejido y si hay una coincidencia, el corredor ofrecerá al vendedor una suma
alrededor de $ 1.150 donde en la mayoría de los casos, los vendedores reciben
sumas más bajas. Los intermediarios de órganos suman tarifas adicionales
para viajes y otra logística, y los vendedores a veces solo hacen la mitad del
monto inicial, e incluso entonces solo después de que se completa la cirugía.

China

En la República Popular de China el gobierno nacional lleva a cabo desde la


década de 1960 uno de los programas más amplios de trasplantes en el
mundo, no obstante se ha probado que no cumple con los requisitos de la OMS
de transparencia y trazabilidad sobre el origen y la obtención de los órganos. El
programa gubernamental de trasplantes atrajo la atención de medios
internacionales en los años 1980 y sobre todo los años 1990 debido a
preocupaciones éticas sobre las acusaciones de extracción de órganos de
cadáveres de criminales ejecutados para ser utilizados en trasplantes. Se ha
denunciado y probado que habitualmente se extraen órganos de reos
condenados a muerte con o sin su consentimiento e incluso sin su
conocimiento mediante el uso de poderosos anestésicos, lo cual supone un
problema legal y jurídico para el poder ejecutivo chino siendo que la ley china
encuentra como ilegal la donación involuntaria de órganos.
En 2007, China emitió leyes que prohibían el tráfico de órganos, mientras que
la Asociación Médica China acordó que los órganos de los prisioneros no
debían ser usados para trasplantes, excepto para miembros de su familia
inmediata. En 2008, se estableció en Shanghái un sistema de registro de
trasplantes hepáticos, junto con una propuesta a nivel nacional para incorporar
información en los permisos de conducir para aquellos que desearan donar sus
órganos. A pesar de estas iniciativas, China Daily informó en agosto de 2009
que aproximadamente 65% de los órganos trasplantados todavía provenía de
prisioneros ejecutados. Los presos condenados habían sido descrito como
«una fuente no apropiada para trasplantes de órganos» por el viceministro de
salud Huang Jiefu y, en marzo de 2010, anunció la prueba del primer esquema
de donación de órganos póstumo, gestionado en conjunto por la Sociedad de la
Cruz Roja y el Ministerio de Salud de China, en diez regiones piloto.

 Entre 1987 y 1989, aparecieron en la prensa latinoamericana numerosos


artículos que denunciaban el robo de niños para extraerles órganos
(como ojos y riñones) que eran enviados al extranjero para
implantárselos a niños de familias acomodadas. El primer país en que se
produjo la denuncia fue Honduras (1987). Posteriormente, el rumor se
extendió a Costa Rica, México, Haití y Venezuela. La antropóloga
Véronique Campion-Vicent, que estudió estas denuncias, considera que
forman parte de una campaña orquestada por la izquierda contra los
Estados Unidos, que aparecen generalmente como beneficiario de los
órganos supuestamente robados. Según esta antropóloga, el tratamiento
periodístico de estas acusaciones sigue un patrón: se recogen las
acusaciones, pero no el desmentido que suele seguirlas. Nunca se
presentan pruebas tangibles, porque de hecho no las hay.

 En 1992, la policía mexicana inició una investigación sobre una presunta


red de tráfico de órganos extraídos a niños, con destino a pacientes
estadounidenses.71 Posteriormente, se ha especulado con la posibilidad
de que detrás de los crímenes contra mujeres de Ciudad Juárez pudiera
haber una mafia de tráfico de órganos.72 Sin embargo, en 2003 la
Procuraduría General de la República, tras investigar catorce casos,
concluyó que las denuncias no tenían fundamento y que no había
ninguna prueba de la existencia de una organización de este tipo.
 La organización feminista RAWA ha denunciado que desde 1992,
cuando la república socialista afgana fue destruida, los fundamentalistas
religiosos, conocidos como muyahidines, se enriquecieron con el tráfico
de órganos de pobres locales.
 En 2005, una comisión de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de
Europa (PACE) certificó que se habían producido en Ucrania casos de
secuestro de niños recién nacidos, presuntamente para utilizar sus
órganos en trasplantes y como fuente de células madre.
 En 2007, unas monjas españolas afirmaron tener pruebas de este tipo
de tráfico en Mozambique, aunque no pudieron precisar si los órganos
se destinaban a trasplantes o a rituales de magia negra.

Cada año se realizan 70 mil trasplantes de riñón en el mundo y cerca de cuatro


mil de estos provienen del comercio de órganos. Muchos lo hacen por
necesidad otros hacen parte del negocio.

Aseguran que no le están haciendo daño a nadie. De hecho, dicen que van a
ayudar a alguien. Explican que lo que están poniendo a la venta les pertenece,
pues es parte de su cuerpo.

Pero en la mayoría de los países del mundo, lo que están haciendo es ilegal. Y
peligroso, no sólo para ellos.

Cada año se hacen alrededor de 70.000 trasplantes de riñones en el mundo y


se estima que entre 3.000 y 4.000 de esos órganos provienen del comercio de
órganos, según cifras avaladas por la Organización Mundial de la Salud.

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