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Pbro. Esteban Díaz. Telf.: (5) 3034772; 310- 2087384.- Calle 99 Nro. 47-38. Apto. 3-B. Edificio Loorissa. Barrio Villa San-
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PRIMERA ANTÍFONA:
-Aclamen a Dios con alegría, toda la tierra. Canten la gloria de Su nombre. Den gloria a Su alabanza.
Estribillo: Por las intercesiones...
-La voz de Tu trueno estaba en el torbellino. Tus relámpagos alumbraron el mundo. Se estremeció y
tembló la tierra. Estribillo: Por las intercesiones...
-De gloria y magnificencia Te has vestido, envolviéndote en luz como en un manto.
Estribillo: Por las intercesiones…
-Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén
Estribillo: Por las intercesiones…
SEGUNDA ANTÍFONA:
El monte de Sion a los lados del norte, la ciudad del gran Rey.
Sálvanos Oh Hijo de Dios, transfigurado en el monte Tabor, te cantamos Aleluya.
Y los entró al monte de Su santuario, * este monte que conquistó Su diestra
Sálvanos Oh Hijo de Dios, transfigurado en el monte Tabor, te cantamos Aleluya.
Ven en nuestra ayuda Hijo de Dios, transfigurado en el monte Tabor.
Sálvanos Oh Hijo de Dios, transfigurado en el monte Tabor, te cantamos Aleluya.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén
Oh Hijo Unigénito…
TERCERA ANTÍFONA
Lector: Los que confían en el Señor son como el monte de Sion, que no se moverá.
Coro: (Tropario, Tono 7):
Te transfiguraste en el monte, oh Cristo Dios, * y mostraste Tu gloria a Tus discípulos hasta donde pudieron
soportarlo. * Brilla Tu Luz eterna también * sobre nosotros, los pecadores, * por las intercesiones de la
Teotocos, * oh Dador de Luz, gloria a Ti.
Lector: Los montes la rodean y el Señor rodea a Su pueblo desde ahora y por siempre. Coro: REPITE TROPARIO
Lector: Señor, ¿quién habitará en Tu tabernáculo? ¿Quién morará en Tu monte santo? Coro: REPITE TROPARIO
Lector: ¿Quién subirá al monte del Señor? ¿Y quién estará en Su lugar santo (Sal. 23:3)? Coro: REPITE TROPARIO
VERSÍCULO DE LA ENTRADA:
Oh Señor, envía Tu luz y Tu verdad. Ellas me guiaron y condujeron a Tu monte santo (Sal. 42:3).
Y de una vez, el coro canta el Tropario y el Contaquio de la fiesta: SE REPITE EL TROPARIO
Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo, Ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Contaquio Tono VII: En el monte Te transfiguraste, * y Tus discípulos contemplaron Tu Gloria como
admitieron, oh Cristo Dios, * para que al verte crucificado * entenderían que Tu pasión fue voluntaria * y
predicarían al mundo * que Tú eres verdaderamente el resplandor del Padre.
Coro: Todo en sabiduría has hecho. En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y
Lector: Lectura de la Segunda Epístola del Santo Apóstol a su hermano Juan, y los llevó aparte a un monte alto. Y se
Pedro: (II Pedro 1:10-19) transfiguró delante de ellos. Su rostro resplandeció como el sol y sus
Hermanos: Pongan el mayor empeño en afianzar su
vestidos se volvieron blancos como la luz. En esto, se les aparecieron
vocación y su elección. Obrando así, nunca caerán. Pues así Moisés y Elías que conversaban con Él. Tomando Pedro la palabra,
se les dará amplia entrada en el Reino eterno de nuestro dijo a Jesús: «Señor, bueno es estarnos aquí. Si quieres, haré aquí tres
Señor y Salvador Jesucristo. Por esto, no dejaré de tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.» Todavía
recordarles siempre estas cosas, aunque ya las sepan y estén estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su
firmes en la verdad que poseen. Me parece justo, mientras sombra, y de la nube salía una voz que decía: «Éste es mi Hijo amado,
me encuentro en esta tienda, estimularlos con el recuerdo, en Quien me complazco: escúchenle.» Al oír esto, los discípulos
sabiendo que pronto tendré que dejar mi tienda, según me cayeron rostro en tierra llenos de miedo. Mas Jesús, acercándose a
lo ha manifestado nuestro Señor Jesucristo. Y pondré ellos, los tocó y dijo: «Levántense, no tengan miedo.» Ellos alzaron sus
empeño en que, aun después de mi partida, recuerden estas ojos y ya no vieron a nadie más que
cosas en todo momento. Les hemos dado a conocer el
a Jesús solo. Y cuando bajaban del
poder y la Venida de nuestro Señor Jesucristo, no siguiendo
monte, Jesús les ordenó: «No
fábulas ingeniosas, sino después de haber visto con nuestros
cuenten a nadie lo que han visto,
propios ojos su majestad. Porque recibió de Dios Padre honor
hasta que el Hijo del hombre haya
y gloria, cuando la sublime Gloria le dirigió esta voz: «Éste es
mi Hijo amado en quien me complazco.» Nosotros mismos
resucitado de entre los muertos.»
escuchamos esta voz, venida del cielo, estando con Él en el Gloria a tí Señor, Gloria a ti…
monte santo. Y así se nos hace más firme la palabra de los
profetas, a la cual hacen bien en prestar atención, como a
lámpara que luce en lugar oscuro, hasta que amanezca el
día y se levante en sus corazones el lucero de la mañana.