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Año 1 Número: 32

Todavía estaba hablando


cuando una nube
19 de Agosto de 2019 luminosa los cubrió con su Fiesta de la Metamorfosis
sombra, y de la nube salía
una voz que decía: «Éste
Sinaxario:
es mi Hijo amado, en
Fiesta de la
Transfiguración de Quien me complazco:
Nuestro Señor escúchenle.»
Jesús Cristo

Cuando, "antes de la Cruz" el


Teántropo toma consigo, para
acompañarle al monte, a los
tres discípulos, no se ha
cambiado a sí mismo delante
de ellos, no ha asumido en lo
externo una forma, una natu-
raleza, que antes no tuviese, no
se ha vuelto resplandeciente
con una gloria que le resultase extraña, por efecto de una luz
proveniente de otra parte. Su persona perfecta y teándrica no ha
sufrido ningún cambio o transformación, sino, según los Santos
Padres, Cristo abrió los ojos a los discípulos: "Pasaron de la carne al
espíritu", escribe San Máximo el Confesor. Y San Juan Damasceno:
“El instrumento que nos "No se transfigura asumiendo lo que no era, sino mostrando a sus
discípulos lo que era, abriéndoles los ojos, y de ciegos como estaban
permitirá renacer,
los convierte en vidente (...). Permaneciendo siempre el mismo en su
purificarnos, comulgar y
identidad, se muestra ahora a sus discípulos bajo un aspecto diverso
ver en nosotros a Dios, respecto al que antes se manifestaba".
el que nos permitirá Por un instante Cristo les concede contemplar la gloria de su
tener el conocimiento divinidad, que estaba unida hipostáticamente, "sin confusión", sin
de las leyes de Dios y cambio, sin división y sin separación" a su naturaleza humana
participar de la Gracia, (definición de fe del IV Concilio Ecuménico de Calcedonia). Revela a
los ojos "abiertos" de los apóstoles la gloria inaccesible e insoportable
es la LUZ INCREADA.
que había "velado" por condescendencia bajo el velo de la carne, en la
Esta Luz Increada nos sombra de su cuerpo, y muestra la carne transparente como cristal.
permite percibir la Vida San Gregorio Palamás enseña:
Divina en nosotros y "El poder divino brillaba como a través de láminas de vidrio, resultan-
adquirir el conocimiento do diáfano a cuantos habían purificado el ojo del corazón" (San
Gregorio Palamás, Primera homilía sobre la Transfiguración, PG 151, 433C).
de la voluntad Divina.
Muestra, por un instante, el estado permanente que adquirirá su
cuerpo después de la Resurrección y que los cuerpos de los santos
poseen en el Reino de los Cielos, para ayudar a los apóstoles y
prepararlos a la prueba de su Pasión.
Los elementos del mundo natural liberados de la pesadez de la carne,
cesan de cubrir a Cristo, como pesados vestidos de invierno, volvién-
dose ligeros, luminosos, pneumatóforos (portadores de Espíritu), y co-
munican a los hombres la irradiación de la gloria de Dios. (Padre Emili-
anós, del Monasterio de Simonos Petras del Monte Athos)

Pbro. Esteban Díaz. Telf.: (5) 3034772; 310- 2087384.- Calle 99 Nro. 47-38. Apto. 3-B. Edificio Loorissa. Barrio Villa San-
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PRIMERA ANTÍFONA:
-Aclamen a Dios con alegría, toda la tierra. Canten la gloria de Su nombre. Den gloria a Su alabanza.
Estribillo: Por las intercesiones...
-La voz de Tu trueno estaba en el torbellino. Tus relámpagos alumbraron el mundo. Se estremeció y
tembló la tierra. Estribillo: Por las intercesiones...
-De gloria y magnificencia Te has vestido, envolviéndote en luz como en un manto.
Estribillo: Por las intercesiones…
-Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén
Estribillo: Por las intercesiones…
SEGUNDA ANTÍFONA:
El monte de Sion a los lados del norte, la ciudad del gran Rey.
Sálvanos Oh Hijo de Dios, transfigurado en el monte Tabor, te cantamos Aleluya.
Y los entró al monte de Su santuario, * este monte que conquistó Su diestra
Sálvanos Oh Hijo de Dios, transfigurado en el monte Tabor, te cantamos Aleluya.
Ven en nuestra ayuda Hijo de Dios, transfigurado en el monte Tabor.
Sálvanos Oh Hijo de Dios, transfigurado en el monte Tabor, te cantamos Aleluya.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén
Oh Hijo Unigénito…
TERCERA ANTÍFONA
Lector: Los que confían en el Señor son como el monte de Sion, que no se moverá.
Coro: (Tropario, Tono 7):
Te transfiguraste en el monte, oh Cristo Dios, * y mostraste Tu gloria a Tus discípulos hasta donde pudieron
soportarlo. * Brilla Tu Luz eterna también * sobre nosotros, los pecadores, * por las intercesiones de la
Teotocos, * oh Dador de Luz, gloria a Ti.
Lector: Los montes la rodean y el Señor rodea a Su pueblo desde ahora y por siempre. Coro: REPITE TROPARIO
Lector: Señor, ¿quién habitará en Tu tabernáculo? ¿Quién morará en Tu monte santo? Coro: REPITE TROPARIO
Lector: ¿Quién subirá al monte del Señor? ¿Y quién estará en Su lugar santo (Sal. 23:3)? Coro: REPITE TROPARIO
VERSÍCULO DE LA ENTRADA:
Oh Señor, envía Tu luz y Tu verdad. Ellas me guiaron y condujeron a Tu monte santo (Sal. 42:3).
Y de una vez, el coro canta el Tropario y el Contaquio de la fiesta: SE REPITE EL TROPARIO
Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo, Ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Contaquio Tono VII: En el monte Te transfiguraste, * y Tus discípulos contemplaron Tu Gloria como
admitieron, oh Cristo Dios, * para que al verte crucificado * entenderían que Tu pasión fue voluntaria * y
predicarían al mundo * que Tú eres verdaderamente el resplandor del Padre.

Lector: ¡Cómo se han engrandecido Tus


obras!, oh Señor, todo en sabiduría has
hecho (Sal. 103:25).
Lector: Aleluya en el Octavo Tono.
Coro: ¡Cómo se han engrandecido Tus
obras!, oh Señor, todo en sabiduría has Coro: ¡Aleluya, aleluya, aleluya!
hecho.
Lector: Tuyos son los cielos, y Tuya es la tierra (Sal. 88:12).
Lector: Bendice, alma mía, al Señor, Señor
Dios mío. ¡Cómo Te has engrandecido Coro: ¡Aleluya, aleluya, aleluya!
sobremanera !
Lector: Bienaventurado el pueblo que conoce júbilo (Sal.
Coro: ¡Cómo se han engrandecido Tus obras!, oh Señor, todo
88:16).
en sabiduría has hecho.
Lector: ¡Cómo se han engrandecido Tus obras!, oh Señor. Coro: ¡Aleluya, aleluya, aleluya!. Evangelio Mat. 17:1-9

Coro: Todo en sabiduría has hecho. En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y
Lector: Lectura de la Segunda Epístola del Santo Apóstol a su hermano Juan, y los llevó aparte a un monte alto. Y se
Pedro: (II Pedro 1:10-19) transfiguró delante de ellos. Su rostro resplandeció como el sol y sus
Hermanos: Pongan el mayor empeño en afianzar su
vestidos se volvieron blancos como la luz. En esto, se les aparecieron
vocación y su elección. Obrando así, nunca caerán. Pues así Moisés y Elías que conversaban con Él. Tomando Pedro la palabra,
se les dará amplia entrada en el Reino eterno de nuestro dijo a Jesús: «Señor, bueno es estarnos aquí. Si quieres, haré aquí tres
Señor y Salvador Jesucristo. Por esto, no dejaré de tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.» Todavía
recordarles siempre estas cosas, aunque ya las sepan y estén estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su
firmes en la verdad que poseen. Me parece justo, mientras sombra, y de la nube salía una voz que decía: «Éste es mi Hijo amado,
me encuentro en esta tienda, estimularlos con el recuerdo, en Quien me complazco: escúchenle.» Al oír esto, los discípulos
sabiendo que pronto tendré que dejar mi tienda, según me cayeron rostro en tierra llenos de miedo. Mas Jesús, acercándose a
lo ha manifestado nuestro Señor Jesucristo. Y pondré ellos, los tocó y dijo: «Levántense, no tengan miedo.» Ellos alzaron sus
empeño en que, aun después de mi partida, recuerden estas ojos y ya no vieron a nadie más que
cosas en todo momento. Les hemos dado a conocer el
a Jesús solo. Y cuando bajaban del
poder y la Venida de nuestro Señor Jesucristo, no siguiendo
monte, Jesús les ordenó: «No
fábulas ingeniosas, sino después de haber visto con nuestros
cuenten a nadie lo que han visto,
propios ojos su majestad. Porque recibió de Dios Padre honor
hasta que el Hijo del hombre haya
y gloria, cuando la sublime Gloria le dirigió esta voz: «Éste es
mi Hijo amado en quien me complazco.» Nosotros mismos
resucitado de entre los muertos.»
escuchamos esta voz, venida del cielo, estando con Él en el Gloria a tí Señor, Gloria a ti…
monte santo. Y así se nos hace más firme la palabra de los
profetas, a la cual hacen bien en prestar atención, como a
lámpara que luce en lugar oscuro, hasta que amanezca el
día y se levante en sus corazones el lucero de la mañana.

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