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MULTA DE MÁS DE 49 MILLONES DE SOLES POR DERRAMES DEL 2016

 La sanción se impuso por los derrames de petróleo ocurridos en enero y febrero de


2016 en Chiriaco (Amazonas) y Morona (Loreto).
 El OEFA determinó que la empresa estatal de hidrocarburos incumplió su
compromiso de dar mantenimiento integral al Oleoducto Norperuano.

Una sanción que supera los 49 millones de soles impuso el Organismo de Evaluación y
Fiscalización Ambiental (OEFA) a la empresa estatal Petroperú, por dos derrames de
petróleo ocurridos el 25 de enero y el 2 de febrero del 2016, en el Oleoducto
Norperuano.

Luego de casi dos años de ocurridos estos hechos, la empresa recibió la multa más alta
que haya impuesto OEFA por los daños ocasionados en las localidades de Chiriaco,
región Amazonas; y Morona, en la región Loreto.

La suma aplicada corresponde a las multas por ambos casos que sumadas alcanzan
los 49 749 795 (alrededor de 15 millones de dólares) es decir 12 283.90 unidades
impositivas tributarias (UIT). Cada UIT tiene un valor de 4050 soles.

El derrame de petróleo que afectó los ríos Chiriaco y Marañón se produjo el 25 de enero de 2016.

Para aplicarla, OEFA determinó que Petroperú incumplió su compromiso de dar


mantenimiento integral al oleoducto, como estaba definido en su Programa de
Adecuación y Manejo Ambiental (PAMA).

Con esta sanción se reafirma el precedente de que Petroperú no le da mantenimiento


al Oleoducto Norperuano (ONP), además que no sigue los procedimientos para
controlar los derrames y que estos producen daños reales, dice Rocío Meza, abogada
del área de Litigio Estratégico y Pueblos Indígenas del Instituto de Defensa Legal (IDL).

La demanda ante el OEFA para el proceso administrativo sancionador contra Petroperú


fue presentada por Edwin Montenegro de la Organización Regional de los Pueblos
Indígenas de la Amazonía Peruana del Norte del Perú (Orpian-P) y Wrays Pérez del
Gobierno Autónomo Territorial Wampis y contó con la defensa del Instituto de Defensa
Legal.

La abogada de IDL considera, además, que la importancia de esta sanción radica no


solo en el monto asignado, sino en la contundencia de la misma, pues ha declarado
fundados todos los hechos denunciados.

“Creo que lo más importante de la sentencia es el reconocimiento de que el oleoducto


es obsoleto, no se le da mantenimiento, solo se están apagando incendios y mientras el
ONP siga en esas condiciones continuarán los desastres”, agrega Meza.
En el 2016, el OEFA también impuso una multa a
Petroperú por el derrame ocurrido en el año 2014, en la comunidad de Cuninico, región
Loreto. Foto: Copyright © Barbara Fraser.

Para Alicia Abanto, adjunta para el Medio Ambiente, Servicios Públicos y Pueblos
Indígenas de la Defensoría del Pueblo, la sanción reafirma que la empresa ha infringido
las normas técnicas y ambientales en la gestión del Oleoducto Norperuano.

No se trata de la primera multa que recibe Petroperú —indica la adjunta de la Defensoría


del Pueblo— ya que esta empresa ha sido sancionada en el año 2016, con 10 184
285 soles, por el derrame que se produjo en Cuninico, en la región Loreto. No obstante
—dice— esta nueva sanción evidencia que Petroperú no ha invertido en el cumplimiento
de sus obligaciones técnicas y ambientales y, por tanto, no ha realizado el
mantenimiento de su infraestructura que ya es antigua y requiere de inversión.

“La gestión debe ser investigada en otras instancias, pues esta multa es solo la punta
del iceberg que ratifica que no hubo una adecuada gestión en la empresa estatal”,
puntualiza Abanto, quien agrega que se trata de una falta reiterativa que confirma la
precariedad del Oleoducto Norperuano.

La funcionaria recordó el último informe de la comisión del Congreso de la República


encargada de investigar y determinar las responsabilidades detrás de los derrames de
petróleo ocurridos en la Amazonía peruana, que encontró indicios de corrupción en los
procesos de contratación de las empresas encargadas de atender los desastres
ambientales.

Al respecto, dijo que se debe investigar si detrás de la mala gestión del ONP hay
acciones de corrupción y que una vez aprobado el informe en el Congreso se debe
derivar a la Fiscalía de la Nación para que el Ministerio Público profundice las
investigaciones.
ASÍ FUERON LOS DERRAMES
Ambos derrames de petróleo ocurrieron en un periodo de solo dos semanas. En el
primero, del 25 de enero de 2016, el crudo se dispersó por unos 40 kilómetros del río
Chiriaco y llegó hasta su desembocadura en el río Marañón. La zona afectada
corresponde al caserío Villa Hermosa, distrito de Imaza, provincia de Bagua, en la región
Amazonas.

En esa ocasión, por los menos 2000 barriles de petróleo se vertieron en la zona. El
presidente de la Orpian-P, Edwin Montenegro, declaró en aquella ocasión que
«Petroperú está más preocupada en recuperar el petróleo perdido que en limpiar la zona
afectada y brindar asistencia a las comunidades que ahora ven contaminada su principal
fuente de agua».

En un primer momento, mediante un comunicado, la empresa estatal sostuvo que “el


hidrocarburo no ha afectado a ningún río ni vía de agua de la zona”. Sin embargo, la
lluvia ocurrida días después del derrame llevó el crudo hasta los ríos Chiriaco y
Maranón. Imágenes difundidas por diversos medios mostraron esta realidad.

El dirigente indígena denunció que la empresa estatal pagaba 10 soles a los miembros
de las comunidades por cada balde con petróleo que se recogía en la zona y dijo que
por lo menos 200 personas trabajaban recuperando el crudo, incluidos niños, sin
ninguna protección y sin tomar en cuenta lo tóxico que es el petróleo.

Tras el derrame en Chiriaco, se denunció que incluso niños trabajaban para recoger el
crudo vertido. Aquí, un grupo de menores del poblado de Nazaret enseñan la ropa que
usaron para sacar petróleo del río. Foto: Barbara Fraser.
Al respecto, en un comunicado, Petroperú aseguró que no había menores de edad
en labores de recuperación en Oleoducto Norperuano, pero confirmó que las personas
contratadas para estas tareas eran de la zona, aunque no especificó los montos que
se pagaba a los trabajadores de la zona.

El segundo derrame, del 2 de febrero de 2016, ocurrió en el distrito de Morona,


provincia de Datem del Marañón, departamento de Loreto. Esta vez, la fuga fue de más
de 1000 barriles de petróleo que brotaron a la altura en el kilómetro 206 del Oleoducto
Norperuano (ONP).

Tras el derrame, se informó sobre la pérdida de cultivos y la contaminación del río


Morona, situaciones que afectaban directamente a por lo menos 2500 personas. Los
habitantes de los caseríos y comunidades de la zona se vieron obligados a utilizar el
agua de la lluvia para sus actividades diarias.

Efectos negativos en los ecosistemas

En la extensa resolución emitida el 22 de diciembre del año pasado, el organismo


fiscalizador indica que “Petroperú ocasionó impactos negativos generando daño real a
la flora y fauna y a la vida o salud humana producto de los derrames de petróleo”.

OEFA sancionó a Petroperú por daños reales a la


flora, fauna y a la vida o salud humana.

El documento especifica que luego de un análisis de laboratorio se ha comprobado la


presencia del hidrocarburo en el agua y el suelo del área donde ocurrió el derrame.
Asimismo, señala que ha quedado demostrado el daño real a la flora y fauna silvestre,
así como a las especies hidrobiológicas.

Incluso en el último informe oral de Petroperú, del 15 de diciembre de 2017, casi dos
años después de ocurridos los derrames, la empresa estatal señala que no se ha
observado la presencia de fauna silvestre en el área afectada, indica la resolución de
OEFA.

Sobre el daño a la vida o salud humana, la resolución de OEFA “reconoce que los
efectos negativos de los derrames sobre la salud de los miembros de las comunidades
de las áreas afectadas no solo se presentan por el contacto directo con el hidrocarburo,
sino por la degradación de los ecosistemas”.

En ese sentido, indica que tanto en Chiriaco como en Morona la presencia de petróleo
en la zona produjo un alejamiento de las especies de fauna que forman parte de la dieta
diaria de las comunidades.

Fueron 190 centros poblados, con un total de 38 285 habitantes asentados en las áreas
de influencia de los derrames de hidrocarburos ocurridos en los distritos de Imaza,
región Amazonas, y Morona, región Loreto, que han sido impactados de manera directa
e indirecta. Por tanto, “constituye un hecho probado que la afectación de estas zonas
tendrá un impacto negativo en las comunidades”, se lee en el documento de OEFA.

Sin mantenimiento

A Petroperú también se le ha sancionado por no adoptar las acciones inmediatas para


controlar y minimizar los impactos negativos ocasionados por los derrames de petróleo,
indica la abogada del IDL. “Petroperú ha demostrado que su sistema de contingencia
no funciona, porque en los derrames demoraron hasta seis días en llegar a la zona”,
dice Rocío Meza, quien también critica a la empresa estatal por presentar siempre la
excusa de que las roturas en el oleoducto se deben a acciones de sabotaje.

Meza dijo que durante la sustentación del caso se presentaron incluso las declaraciones
públicas que hizo en el año 2016 el entonces ministro del Ambiente Manuel Pulgar Vidal
cuando dijo que el ONP era obsoleto.

OEFA no aceptó como válidos los 32 informes presentado en el caso de Chiriaco y 15


para Morona, como se puede ver en la resolución del organismo fiscalizador. En todos
los casos indica que la información no corresponde a la zona de los derrames o que no
contienen información que permita saber si se realizaron los mantenimientos
respectivos. Indica también que está comprobado que los derrames ocurrieron debido
a la corrosión del oleoducto.

Vale mencionar que la sentencia se dicta dentro del marco de la ley 20230, una norma
aprobada en el año 2014 que permite la aplicación de una multa solo cuando se
comprueba la reincidencia o el daño grave a la salud de la vida y las personas,
situaciones que han sido probadas en estos casos, explicó la abogada de IDL.

Mediante comunicación escrita, el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental


señaló a Mongabay Latam que Petroperú tiene hasta el 15 de enero de este año para
apelar esta multa impuesta en primera instancia, pero hasta el momento no ha
presentado su apelación. Precisó también que existen otros procesos en camino contra
la empresa estatal, pero que aún se encuentran en etapa de confidencialidad.

Mongabay Latam se contactó con Petroperú para consultar qué acciones tomará, pero
hasta el cierre de la nota no recibimos respuesta.

Más de 1000 barriles de petróleo se extendieron por el río Morona, en la región Loreto.

Rocío Meza, del IDL, señala que la resolución es bastante contundente y reconoce la
acción independiente del organismo fiscalizador.
Por su parte, Ruiz Molleda considera que esta sentencia marca una línea de
acción en el tema de daños por los derrames petroleros. Agrega que se
debe realizar una auditoría internacional para saber la situación real del
Oleoducto Norperuano y que, en coordinación con las comunidades
indígenas, solicitará que se respete la norma mediante la cual los gobiernos
regionales deben destinar el 10 % del canon que reciben en favor de
comunidades afectadas por actividad petrolera.

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