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Índice

Introducción
Nuestro encuentro con la Kábbalah
El maestro Isaac Luria
El Árbol de la Vida
Maljut
Yesod
Netzah
Triángulo de la personalidad. Paroket
Tiferet
Geburá
Hesed
Daat
Biná
Jokmá
Las Letras Hebreas y Los Senderos
Las Letras Hebreas
Letra Alef
Letra Ayin
Letra Beth
Letra Dalet
Letra Guimel
Letra He
Letra Iod
Letra Jet
Letra Kaf
Letra Lamed
Letra Mem
Letra Nun
Letra Pe
Letra Qof
Letra Resh
Letra Samej
Letra Shin
Letra Tau
Letra Teth
Letra Tsade
Letra Vau
Letra Zain
Los 72 Nombres de D-OS
Epílogo
Bibliografía
— • —
E
Introducción
SHALOM
l propósito de este libro es explicar con la mayor claridad
posible unos conocimientos de la Kábbalah hebrea, muy
extensos y complicados y que por dicho motivo suelen ser
difíciles de entender. Por ello, hemos sintetizado en este libro la
esencia de dicho conocimiento para que pueda ser
comprendido con la mayor claridad posible. El motivo de
escribirlo se basa en la petición de numerosos alumnos, que
después de consultar la mayoría de los libros existentes sobre el
tema y encontrarlos complicados y difíciles de entender,
solicitaban unos escritos más comprensibles, y especialmente, con
una serie de prácticas y herramientas que pudieran aplicarse al
mundo de hoy. En este libro el acercamiento a la Kábbalah se
realiza desde una aplicación especialmente práctica y vivencial.
Siguiendo la tradición de la mayoría de los textos cabalísticos,
los autores han elaborado este libro como un diálogo entre un
maestro de la Kábbalah y su discípulo. El contenido de los
diálogos es una recreación, pero los nombres, lugares y fechas
históricas que se citan son auténticos.
Como todo conocimiento revelado, el origen de la Kábbalah se
remonta a los mismos orígenes de la creación, si bien se suele
hablar de Moisés como el ser que transmitió a la humanidad sus
claves, pasando a partir de ese momento, a enseñarse mediante
una tradición oral. De hecho, tiene relación con los profetas del
Antiguo Testamento y ha constituido durante mucho tiempo el
conocimiento místico, el conocimiento oculto del pueblo hebreo.
Hoy en día la Kábbalah ha roto las barreras que la limitaban a un
círculo reducido de eruditos y prácticamente se ha convertido en
un lenguaje universal. Gente de todo el mundo practica la
Kábbalah.
La palabra Kábbalah se define o traduce como la “tradición
mística del pueblo hebreo”. Tradición porque se ha transmitido
durante generaciones, primero de forma oral y luego escrita.
Mística porque busca la experiencia directa con el espíritu de Dos
y hebrea porque se basa en las letras y nombres hebreos. En
este libro D-os está escrito sin todas sus letras, para respetar el
pensamiento cabalístico respecto a que no se puede citar su
nombre, ni ser representado por una imagen.
En la Edad Media aparecieron los primeros textos escritos
destacando ante todo el Sepher Yetzirah o Libro de la formación,
considerado el libro más antiguo existente sobre Kábbalah. Explica
el significado de las 22 letras hebreas y su relación con el zodíaco;
y el Zohar, ya en el siglo XIII, considerado el libro más completo
sobre las enseñanzas cabalísticas, si bien este libro se considera
copia del escrito en el monte Meron por el rabino Simón Ben Yohay
en el siglo II de nuestra era. Posteriormente muchos textos han
tratado de comentar y explicar el significado de estas dos obras. A
partir del siglo XV con el uso de la imprenta, los libros cabalísticos
comenzaron a difundirse por toda Europa. Con la expulsión de los
judíos del sur de Europa a finales del siglo XV, éstos se vieron
forzados a emigrar a Palestina, donde se formaron diversas
escuelas de Kábbalah, especialmente en la ciudad de Safed,
herederas de las que existieron en Europa en la época medieval,
especialmente en las ciudades de Toledo y Girona en España, y
Narbona en Francia.
En el siglo XIX Mac Gregor Mathews, un ocultista ingles,
fundador de la orden de la Golden Dawn tradujo diversos libros
cabalísticos y comenzó a asociar las 22 letras hebreas con los 22
arcanos mayores del Tarot. Gracias a su labor la Kábbalah pasó a
ser un conocimiento universal. Sin embargo, la traducción
realizada de las letras hebreas y los términos cabalísticos se hizo
tratando de imitar la fonética inglesa. De este modo, numerosos
términos relacionados con el Árbol de la Vida, han llegado hasta
nuestros días con una letra H al final de muchas palabras, que,
originalmente en hebreo no contenían. La propia Dion Fortune en
su libro “la Kábbalah Mística”, posiblemente el libro más conocido
en el mundo occidental sobre Kábbalah, seguidora de la orden de
la Golden Dawn, ya advierte en el prólogo que la traducción de
Mathews es sólo una versión, pero no tiene por que ser la
auténtica. En el presente libro los autores han tratado de ajustarse,
siguiendo los consejos de rabinos hebreos, a la escritura correcta
de las palabras y letras, por lo que es posible que el lector pueda
encontrar dichas palabras escritas de modo ligeramente diferente
en otras obras.
Por otra parte, la orden de la Golden Dawn, mezcló elementos
mágicos a la Kábbalah de los que carecía originalmente,
confundiendo la magia con la espiritualidad. Aún hoy día,
muchas personas creen que la Kábbalah es un conocimiento
ocultista, misterioso y mágico. Complicados rituales con
invocaciones a indefinidos espíritus que nada tienen que ver con
la Kábbalah verdadera. Más bien, su propósito es ante todo,
convertirnos en buenas personas y sentirnos unidos a la divinidad.
Aunque el conocimiento de la Kábbalah tiene varias partes, este
libro se centra en el estudio del Árbol de la Vida, las letras hebreas y
los nombres de D-os. Este era el sistema de trabajo del gran cabalista
Isaac Luria en quien está inspirada la historia de este libro. La
Kábbalah busca un trabajo interior, mediante la meditación, para
transformarnos interiormente y contactar con las fuerzas divinas y
espirituales. Se considera el conocimiento místico y secreto del
judaísmo.
La Kábbalah práctica se basa en el diagrama del Árbol de la
Vida, figura compuesta de 10 esferas o sephirot y 22 caminos o
senderos que los unen, donde se ubican las 22 letras hebreas
como elementos de enlace.
La manera de llevarlo a la práctica consiste en un sistema
mediante el cual se medita en los sephirot del Árbol de la Vida y
posteriormente se pronuncian repetidamente los sonidos de los 72
nombres de D-os y las letras hebreas. Los nombres divinos formados
por las letras hebreas despiertan el hombre universal, el ADAM
KADMON, en la edificación del reino de la luz y el amor del Padre.
El sistema de trabajo de la Kábbalah se apoya en tres pilares: el
estudio y comprensión de los textos, las meditaciones y la
pronunciación de los nombres sagrados. Esta preparación por
etapas, enseña a la mente a conectar con el interior. Entonces los
seres de luz entran en contacto con nosotros creando una coraza
o escudo; esto se consigue a través de la palabra, pronunciando
los nombres de D-os. Estos nombres también nos despiertan la fe,
el amor, la paciencia, la pureza, nos enseñan a tener buenas
acciones y a unirnos a la totalidad del ser, a unir el cielo y la
tierra, a convertirnos en guerreros e instructores de la luz.
La Kábbalah es una llave maestra que nos permitirá abrir todas
nuestras puertas internas y a la vez nos abrirá las puertas del
cielo. Nos pone en el camino de regreso al paraíso perdido. Es
un gran mapa de la conciencia de D-os y de nuestra conciencia
individual.
El Árbol de la Vida nos ayuda a entender que estamos hechos a
imagen y semejanza de D-os, dado que su estructura muestra el
proceso de la creación del universo, así como los niveles
dimensionales del ser humano. La creación, según el Sepher
Yetzirá, se produjo a partir de letras de fuego, las letras hebreas.
Esas letras de fuego contienen códigos simiente que tienen el
poder de construir los mundos sutiles y los mundos de la materia
densa dentro del espacio-tiempo, la tierra. Si todos esos códigos,
esos poderes constructivos, están dentro de nosotros, significa que
dentro tenemos también el poder divino. Somos un microcosmos
dentro de un macrocosmos. Del ojo divino emergieron rayos de
luz en todas direcciones formando figuras geométricas.
Edición antigua de El Zohar.
La Kábbalah hebrea no forma imágenes de los dioses, pues
para ella D-os no es una persona, como por ejemplo nos ha
transmitido el cristianismo, bajo la forma de un hombre con larga
barba sentado en un trono. Por el contrario, considera que D-os es
irreconocible, es imposible llegar a ver o reconocer, por esto
incluso se considera que hay 72 nombres de D-os, es decir, hay
muchos nombres distintos que definen cada una de sus
características, pero el sagrado nombre verdadero de D-os es
impronunciable.
Para la Kábbalah la idea que podemos tener de D-os es siempre
fragmentaria, podemos percibir cosas de Él, pero nunca percibirlo en
su totalidad. Cuando llegamos a Keter se percibe una imagen mágica:
la de un anciano visto de perfil. Incluso en su aspecto más elevado, en
la experiencia más alta que una persona puede tener, la experiencia
divina, sólo se le permitiría ver una parte del rostro de D-os, porque la
otra quedaría oculta, al estar de perfil, una parte queda oculta a
nuestra mirada.
Tablas de la Ley. Los 10 Mandamientos.
Cuando hablamos de los nombres divinos en los diferentes
sephirot no pensemos en la idea de dioses sino en energías,
esencias, fuerzas que están actuando, porque si pensamos en la
idea de dioses, formaremos una imagen. La Kábbalah no trabaja
con imágenes de D-os ya que su imagen está más allá de nuestra
comprensión. Otra cosa distinta es lo que se llama “imágenes
mágicas” que son determinadas imágenes que se usan en la
meditación con el propósito de conectar nuestra conciencia con
las energías de esos diferentes sephirot. Pero estas imágenes
mágicas son únicamente imágenes que conducen a nuestra
conciencia, no es que sean imágenes de un D-os determinado.
El concepto de D-os para la Kábbalah es la de una pluralidad
estructurada dentro de la unidad, es decir, la multiplicidad dentro
de la unidad. Este es el sistema que nos enseñará el Árbol de la
Vida. La visión del universo es que éste tiene muchas partes
distintas pero que esas partes están relacionadas entre sí.
Actualmente la física cuántica está descubriendo este hecho: un
elemento no existe de forma aislada e independiente de los
demás, sino que hay siempre una interrelación. De hecho, lo que
nosotros hacemos tiene relación con todo lo que nos rodea. Por
ejemplo, dentro de la psicología jungiana se explica que el
inconsciente individual tiene conexión con el inconsciente
colectivo. De ahí que cuando nosotros deseamos alguna cosa,
quizá nuestro inconsciente en ese momento esté atrayendo a la
persona, que, por afinidad vibratoria, resuena con nuestra
vibración y de esta manera nos vamos encontrando en la vida a
personas que son precisamente las que en ese momento
determinado, dependiendo de nuestro nivel de vibración, nos
aportarán la experiencia que necesitamos.
El inconsciente colectivo es como una gran red de
comunicaciones en la que nosotros, si tocamos un botón,
automáticamente toda persona con la que estemos en sintonía
aparecerá o se pondrá en relación con nosotros.
Y ésta es también la idea del Árbol de la Vida, un árbol que es
uno, pero que sin embargo está dividido en multitud de elementos
y al mismo tiempo esos elementos están interconectados entre sí, a
través de los senderos. Podríamos decir que el Árbol de la Vida es
como una gran red de comunicaciones, una estructura en la que
todos sus elementos están interconectados.
— • —
D
Nuestro encuentro con la Kábbalah
urante muchos años estuve buscando la verdadera tradición
cabalística, pero la verdad es que no encontraba a nadie que
llenara mi vacío, mi deseo en conocer la verdad divina. Pedía
cada noche que me pusieran en mi camino a un maestro que
verdaderamente me enseñara la Kábbalah.
Una noche, en sueños, vi en el cielo una gran puerta de madera
tallada. Estaba abierta. Había mucha luz al otro lado. Decidí
entrar por ella. -¡Qué maravilla! –pensé- Está todo lleno de esferas
de colores –¡Parecen planetas flotando!.
Dudé si debía o no acercarme, pero oí una voz que me decía:
— Acércate, esto son los mundos de la Kábbalah,
emanaciones divinas — .
Yo veía cada esfera de un color. Estaba la esfera verde, la azul,
la violeta, la amarilla, la blanca. Penetré en el interior de cada
una de ellas y todo lo que veía dentro era del mismo color.
Recuerdo que me sorprendí de que dentro de la esfera violeta
todo fuera violeta: las personas, las montañas, las casas, excepto
una cosa: un gran tazón que era de color blanco lleno de un
líquido transparente. Se me acercó un ser y me dijo:
— Toma y bebe. Te estamos preparando para que puedas
transmitir el conocimiento de la Kábbalah. Muy pronto te visitará
un maestro— .
Pocos días después, estando acostada en estado de duermevela
ví un ser que vestía una preciosa túnica azulada de terciopelo,
bordada en color oro. Le pregunté - ¿quién eres? - Él me
respondió:
— Soy Melquisedec. Vengo a llevarte a mi morada para que
comprendas la gloria, la misericordia y el sentido del
verdadero amor y la prosperidad —.
Entré como en una ensoñación y me ví por el desierto asida por
su mano. El me enseñó muchas cosas, como que todo lo que se
piensa se atrae y lo que se pide con fe y con intención de ayudar
te viene. Que debía pedir, pero no preocuparme si tardaba el
resultado. El que piensa continuamente en la miseria atrae la
miseria, quien piensa en la enfermedad atrae la enfermedad,
quien piensa en amor recibe amor y que éste era el secreto de la
Kábbalah.
Posteriormente otros seres como Enoch y Zadok me dirían que el
ser humano había deformado a lo largo de la historia el
verdadero significado de estos conocimientos.
Durante años busqué infructuosamente a personas que me dieran
una explicación sobre esas experiencias, hasta que en el primer
viaje que hicimos, ya hace varios años, a México, nos
encontramos con una mujer (a la que llamaré Silvia) que se
interesó mucho por mis explicaciones.
Comenzó a hacerme una serie de preguntas, entre las cuales
estaba esta:
— Encarna, ¿podrías decirme el orden en que se aparecieron
esos seres? — Sí, Silvia. Primero fue Melquisedec, luego Enoc y
finalmente Zadok.
A la mujer se le abrieron los ojos y con una sonrisa me dijo:
— Un momento, tengo algo para tí —.
Instantes después aparecía con un antiguo libro que depositó en
mis manos diciéndome: -Hace años que estoy esperando a
alguien que me responda correctamente y en su orden a las
preguntas que te he hecho. Me dijeron que debía regalar el libro
a esa persona cuando apareciera, y eres tú.
El libro debía ser muy valioso, pues esa persona lo tenía como
un tesoro. Estaba viejo y con las cubiertas medio rotas. Acepté el
regalo a pesar de que en principio Daniel quería rechazarlo
alegando que era demasiado valioso. Sentía que era muy
importante para mí y lo acepté.
Durante el viaje de regreso a España no pude levantar los ojos
del libro. Me quedé fascinada, pues en él se explicaban todas las
experiencias que yo había tenido y nadie había podido
interpretarme. Encontraba, por fin, el sentido profundo de la
Kábbalah que tanto había buscado. A partir de ese momento
conocería a rabinos y profesores de Kábbalah que me irían
confirmando todo aquel universo que el libro me había abierto.
Encarna Sánchez
— • —
Barcelona, octubre 1994. Un hecho común a la mayoría de
personas que terminan estudiando Kábbalah es que en algún
momento de su vida ha ocurrido algún acontecimiento especial
que les ha llevado a este conocimiento. Dentro de ellos son
frecuentes distintos tipos de experiencias que suelen interpretarse
como “llamadas”.
En mi caso diré que mis inicios fueron también un tanto
especiales. Todo comenzó un día en que, en el momento de
despertarme, decidí quedarme un rato más dormido. Durante ese
último sueño ocurrió algo fuera de lo común. Ví un hombre que se
me acercaba vestido con una túnica completamente blanca. Tenía
una cuidada barba, un suave cutis y una mirada muy dulce.
Avanzó hacia mí y junto al oído me dijo:
— Daniel, voy a enseñarte el misterio de los números y las
letras.
— Sí, –respondí– estoy buscando el conocimiento de la
Kábbalah porque siento que encierra una gran verdad, pero
no encuentro las respuestas que busco.
— Yo voy a revelarte entonces el significado de todo ello
para que te quede grabado.
Comenzó a explicarme paso a paso el significado de los
diferentes números o sephirot. Finalmente me dijo:
— Ahora debes buscar un libro llamado Sepher Yezira (eso
es lo que entendí). Es el libro más antiguo existente sobre
Kábbalah. Originalmente fue escrito por el patriarca
Abraham.
Una vez dicho esto me desperté. Eran las 8 de la mañana y ya
tocaba levantarse. Desgraciadamente se me había olvidado por
completo toda la información recibida. Únicamente el nombre del
libro seguía grabado en mi mente.
Como jamás había leído un libro sobre Kábbalah, ignoraba por
completo la existencia de uno con tal título. Por lo cual decidí
comenzar a buscar su existencia. ¿Existiría de verdad un libro
llamado así?
Al día siguiente decidí visitar a Ignacio. Este hombre era un
conocido que estudiaba Kábbalah, aunque era todavía
principiante. Quizá él me pudiera dar alguna pista. Cuando por
fin nos encontramos le expliqué lo que había sucedido en el
sueño. Él me confirmó que, sin duda, era un mensaje que
interpretaba como que yo tenía que comenzar a estudiar
Kábbalah. Pero al nombrarle el libro, ante mi gran estupor, me
contestó:
— Sí, el Sepher Yetzirah existe. Está considerado el libro más
antiguo sobre la Kábbalah. A pesar de estar escrito en el
siglo VI hay quien asegura que procede del mismísimo profeta
Abraham. Por cierto, yo tengo un ejemplar en casa. Te lo voy
a regalar porque ese libro yo no lo entiendo y quizá a ti te
será de más utilidad.
Me quedé boquiabierto. ¡¡ El libro existía y además me lo iban
regalar!! Lo más asombroso fue que al leerlo comprendí
prácticamente todo su contenido. Aun hoy en día no comprendo
como Ignacio no lo entendió. Posiblemente estaba predestinado a
regalármelo. Al cabo de poco tiempo perdimos el contacto.
Nunca más supe de Ignacio.
Daniel Rodés
— • —
T
El maestro Isaac Luria
ranscurría el año 1.570 y el joven Jaim ben Yosef Vital, que a la
sazón tenía 27 años, había decidido consagrar su vida a la
búsqueda de la verdad. Casado desde hacía cinco años, estaba
dedicado en cuerpo y alma a encontrar y practicar los misterios de
la Kábbalah para lograr la experiencia de la unión con D-os. En
Damesheq (Damasco), donde residía, había diferentes rabinos, de
los cuales aprendió las bases de ese conocimiento, aunque también
había recibido la tradición a través de sus numerosas experiencias en
sueños, donde distintos seres le habían revelado alguno de los
misterios divinos de la Kábbalah. Sin embargo, deseaba encontrar a
ese maestro que le permitiera encontrar los misterios profundos;
aquellos que la mayoría de las personas que había conocido
ignoraban, un sabio de corazón.
Damesheq era en esa época una ciudad calurosa y polvorienta,
llena de vida y de mercaderes que procedían de diversos países. Por
ellos supo que, a su ciudad natal, la capital de Galilea, Safed,
situada en las frías montañas del monte Meron, había llegado
recientemente, procedente de Jerusalén, un gran maestro de
Kábbalah llamado Isaac Luria, apodado el Ari, el león de sabiduría.
Se decía de él que, a pesar de su juventud, ya que tenía 36 años,
tenía una conexión especial con los antiguos maestros y su vida
imitaba a la de los profetas antiguos. Estos hab ían dicho que la
Kábbalah se recibía a partir de los 40 años y todo aquél que la
recibiera antes no alcanzaría dicha edad. ¿Estarían ellos en ese
caso? Habiendo vivido como ermitaño por 13 años, no era inusual
que el Ari meditara sobre un verso del Zohar por muchos meses,
hasta que el significado oculto le fuera revelado.
Una noche, en su lecho a punto de dormirse, Jaim ben Yosef Vital
sintió que alguien tiraba de él y lo sacaba de su cuerpo físico. Se
encontró flotando en la habitación fuera de su cuerpo, lo que hoy
llamaríamos un viaje astral. Este tipo de experiencias eran bastante
comunes para él, pero en esta ocasión se encontró con un ser, con una
cuidada barba negra, un gorro y cejas pobladas que se identificó
como Isaac Luria quien le pidió que abandonara Damasco y se
trasladara a Safed a reunirse con él, ya que tenía que transmitirle toda
una serie de conocimientos.
Al despertar en su lecho Jaim quedó muy impresionado, pensó que
quizá había encontrado aquel maestro que hacía tanto tiempo que
estaba esperando, pero también pensó que todavía no era el
momento adecuado de abandonar Damesheq. Él tenía un grupo de
alumnos a los que enseñaba Kábbalah y no pensaba abandonarlos.
Desde el día en que el Ari Isaac Luria llegó a Safed, la
experiencia fuera del cuerpo de Jaim Vital, quien se hallaba en
Damasco, se repitió noche tras noche: “Rabí Jaim — le decía
Luria— , ¿por qué no vienes a recibir la Torá de mi boca?
Él dudaba, pero como quiera que en las semanas siguientes
dicha experiencia volvió a repetirse, una mañana convocó a sus
discípulos y les manifestó su decisión de trasladarse de ciudad,
mudarse a Safed para encontrarse con ese maestro y les dijo:
— En Safed vive un Ashkenazi, un sabio judío de padres
alemanes.
Esta noche sacó mi alma del cuerpo y me dijo que debía ir con
él y recibir sus lecciones sobre la Torá. Un día, cuando yo estaba
sentado ante vosotros y os exponía los misterios, me resultó
incomprensible un pasaje del libro” el Zohar” y no pude
interpretarlo. Largo rato medité en vano sobre su sentido. Al
segundo día no supe responder sobre otro pasaje, y lo mismo
ocurrió al tercer día y al cuarto. Entonces comprendí que debía
hacer este viaje.
— Sabed que tengo deseos de ir a Safed, para conocer al
rabino Isaac.
Y allí viajó finalmente.
Safed era una ciudad muy distinta a Damasco: más pequeña y
aislada, situada en las montañas, cerca del monte Meron.
Laberinto de calles angostas, adornadas de tanto en tanto por
puertas grabadas o pintadas, faroles de cobre adornaban las
calles. De hecho, aunque había sido fundada dos siglos antes de
Cristo, sólo hacía 300 años que, con la llegada de diversos
rabinos cabalistas había comenzado a adquirir importancia como
ciudad. Flavio Josefo construyó fortificaciones en el lugar que
luego sirvieron como cimientos para la construcción de un castillo
cruzado durante el siglo XII. Ahora, estaba constituida por
numerosas casas de piedra, la mayoría de dos plantas, con unas
callejuelas estrechas, la mayoría con pronunciadas pendientes
dado que Safed está situada en una zona montañosa,
pavimentadas con piedra, lo que le daba un aspecto acogedor y
rústico. De los balcones colgaban macetas con flores y plantas, lo
que resaltaba el aspecto tranquilo y hospitalario de sus
habitantes.
Safed era una ciudad muy inmersa en la Kábbalah, no
solamente en los aspectos teóricos y filosóficos, sino también en
sus aspectos más ocultos. La ciudad abundaba en quirománticos,
los que contaban la fortuna y leían las gotas de aceite, algo que
el Rabi Jaim conocía desde su infancia, dado que había
aprendido de los místicos árabes la lectura de cristales y la
geomancia, pero ahora las sinagogas y centros de Kábbalah
habían aumentado.
Safed había adquirido celebridad a partir del momento en que
varias escuelas cabalísticas se habían instalado allí, especialmente
desde que el gran Rabí Moisés de León en una cueva cercana
había recibido como fuente de inspiración el texto del Zohar, en el
siglo XIII. Moisés de León manifestó que dicho texto pertenecía sin
embargo a Simeón Bar Yojai un místico considerado santo que
vivió en el siglo II, y que también había recibido el conocimiento
en meditación en la cercana cueva de Rashbi en Pekihin mientras
se ocultaba del ejército romano. Moisés de León afirmó que el sólo
lo había copiado. Tras su muerte, sin embargo, su familia
manifestó que en realidad gran parte del libro había sido creación
suya.
Una vez en Safed, Jaim Vital se dio cuenta del cambio
producido en la ciudad desde su infancia. La Kábbalah estaba
presente por doquier: había diversas escuelas en la ciudad. De
las fachadas de las casas colgaban dibujos de la Menorá, el
candelabro de siete brazos, así como signos y letras que a él le
resultaban muy familiares. Parecía que los estudiantes
cabalísticos se hubieran concentrado en ese lugar específico.
Además, observaba numerosos artesanos: artistas que esculpían,
pintaban o realizaban obras de arte. El ambiente artístico
impregnaba toda la ciudad. Finalmente llegó a una casa que
tenía una gran puerta de madera, con barrotes de hierro forjado.
Siete años antes de la llegada de Isaac Luria, en el año 1.563 se
estableció en Safed la primera imprenta hebrea de Tierra Santa
que ayudaría a la divulgación de los textos cabalísticos.
Ante la puerta de madera, llamó con la balda. Siempre había
pensado que un maestro sería un anciano con larga barba
rodeado de numerosos eruditos también de edad madura. Pero
lo que vio al franquear la puerta cuando finalmente le abrieron,
le llenó de sorpresa. Únicamente veía jóvenes, una treintena, con
libros en las manos, conversando animadamente, junto a otro
hombre joven que irradiaba un gran magnetismo. Reconoció en
él al ser que vio en sueños. Era el maestro que iba buscando,
Isaac Luria. A diferencia de los rabinos que conocía y de él
mismo, estos hombres no vestían siempre de negro, sino que el
día del Sabbat y su víspera hacían una excepción y vestían
completamente de blanco.
En cuanto llegó se presentó ante el ARI, (1) quien se alegró
muchísimo y le dispensó grandes honores. Rabí Jaim le expuso el
primer pasaje difícil, y el ARI le dio la interpretación. Le expuso el
segundo, y también lo interpretó, y ante los ojos de rabí Jaim Vital
se abrieron las puertas de la luz. Llegó así el tercero.
— ¡Hasta aquí! --dijo el ARI--. Has llegado al límite. Aún no te
está permitido penetrar más profundamente.
Ahí quedó rabí Jaim, paralizado ante su maestro como el zorro
ante el león. Entonces Isaac Luria despidió a su huésped.
Rabí Jaim se fue a su alojamiento con gran desilusión y se vistió
con una túnica. El día entero ayunó, lloró y rogó a D-os que
pusiera en el corazón del ARI el deseo de aceptarlo como
discípulo. Por la mañana fue a verlo e imploró con voz llorosa:
— ¡Acéptame como tu discípulo, si has venido realmente a
este mundo para enseñarme la Torá!
Entonces dijo el maestro:
— Tres largos meses esperé con ardiente deseo que vinieras a
mí. No viniste y me causaste un gran dolor. De la fuente brota
cada vez más agua fresca y no hay allí vasija para recogerla.
Por eso no debería aceptarte entre mis discípulos, a causa de tu
dureza de corazón. Pero tu arrepentimiento de ayer ha
cambiado las cosas, de modo que te abriré todas las puertas y te
haré ver en todo su esplendor la luz de la Kábbalah.
Entonces rabí Jaim cayó al suelo y clamó:
— ¡Loado sea el Rey del universo!
A partir de ese día, rabí Jaim se sentó ante el ARI como un joven
discípulo más y escuchó sus lecciones. Pero su mente estaba débil y
sin fuerzas, y olvidaba enseguida todo lo que había recibido. Ese
era el castigo por el dolor causado al maestro con su negativa
durante tres largos meses. Rabí Jaim lloraba continuamente ante el
maestro para que lo ayudara, y se preguntaba: ¿estaba
predestinado a este encuentro? ¿Lo retrasé voluntariamente? ¿Y si
finalmente no hubiera venido? Estas preguntas le rondaron por su
cabeza, pensando acerca del destino que los hombres tienen
marcado y su libre albedrío. ¿Existe el destino? ¿Está todo escrito?
¿Hasta que punto el ser humano tiene libertad en sus actos? Todas
estas preguntas serían respondidas en su proceso de aprendizaje
que duraría unos dos años.
Un día, Isaac Luria conduciría a sus discípulos hacia Tiberias. Allí
haría beber a rabí Jaim en el pozo de Myriam. Desde entonces
no olvidaría nada más. También adquiriría la sabiduría para leer
en los rostros de los hombres su pasado y futuro, su fortuna y
adversidad, su delito y su buena obra como en un libro abierto.
— • —
Esta historia forma parte del libro de Hajim Bloch: Leyendas cabalísticas:
semblanza de rabí Isaac
Luria. Versión original: Hajim Bloch: Kabbalistische Sagen. Leipzig, 1925.
El Árbol de la Vida
Árbol de la Vida de Isaac Luria.
— Maestro, conozco la existencia del Árbol de la Vida, pero
lo que he estudiado hasta la fecha es insuficiente pues me falta
saber las relaciones entre los distintos sephirot. La mayoría de
los rabinos sólo explican cada sephira de forma
independiente, y no logro formarme una idea clara de la
estructura general del árbol. ¿Podría explicármelo en un
lenguaje accesible?
— Jaim, a ti te enseñaré con claridad aquello que otros
anteriormente han tratado de ofuscar y esconder, con la
intención que el conocimiento no cayera en manos de alguien
que no hubiera alcanzado la purificación necesaria para
comprender los misterios divinos.
C
omo sabes el Árbol de la Vida es un diagrama formado por un
total de 10 esferas conectadas entre sí por 22 caminos. Estas
esferas en hebreo son llamadas sephira, o sephirot en plural.
Pero, en realidad, no son 10 sino que son 12 debido a que
dos no se dibujan en el árbol: Daat y Paroket, que son
invisibles, con lo cual tendríamos 10 visibles y 2 invisibles, en total
12.
Entre esas diferentes esferas hay un total de 22 caminos o senderos
que las unen entre sí, que se corresponden con las 22 letras del
sagrado alfabeto hebreo. El alfabeto hebreo es considerado al igual
que el sánscrito una lengua sagrada, al combinarse sus letras entre sí,
se forman unas palabras que tienen un determinado poder, es lo que
se conoce como la ciencia de los mantras, los sonidos sagrados.
Mantra significa palabra de poder. Al pronunciarla su sonido
produce toda una serie de efectos. Algunos mantras orientales son
muy conocidos como el Om. En hebreo, aunque no tan conocidos,
hay determinados mantras que son también muy poderosos y son los
que se practican en la Kábbalah.
Cuando nosotros contemplamos el Árbol de la Vida podemos ver
que se puede descomponer en varias formas. La primera de ella es
lo que se llaman columnas cuando miramos los ejes verticales del
árbol:
— PILAR O COLUMNA DE LA MISERICORDIA —
Tiene que ver con las fuerzas creativas de la naturaleza, con
la expansión,
con todo lo que lleve a la creación.
— PILAR O COLUMNA DEL RIGOR O DE LA SEVERIDAD —
Es la que establece las leyes que van a ordenar esa creación.
Nos habla del rigor, de las leyes y el orden.
— PILAR DEL MEDIO O COLUMNA DEL EQUILIBRIO —
Es la columna de la conciencia, en la cual nosotros vamos
ascendiendo para llegar a la conexión con la unidad.
La columna de la misericordia se corresponde con el amor y la
creatividad. En ella están las fuerzas expansivas y creativas. La
columna de la severidad corresponde a las leyes, al orden, a toda
la estructura de la creación, por lo cual es una limitación y
contracción. El pilar del medio se despierta a medida que
nosotros trabajamos los pilares de al lado, la misericordia y la
severidad. El árbol también podemos clasificarlo en forma de
triángulos:
• TRIANGULO SUPERIOR — Llamado el triángulo DIVINO. En
él se encuentra el mundo del Espíritu. El Espíritu se diferencia del
alma en que no corresponde a una cualidad que se pueda
expresar en nosotros, sino que está más allá de nuestra alma, es
el principio divino, que corresponde a la Corona de Keter, a la
sabiduría de Jokmá y al entendimiento de Biná. Representa la
iluminación, la luz, la sabiduría suprema y el entendimiento o la
profunda comprensión de las cosas. Contiene el plan divino de
donde venimos y para que nos crearon las fuerzas divinas. En el
cuerpo lo asociamos a la cabeza y lo llamamos Neshamá.
• TRIANGULO CENTRAL — Llamado el triángulo del ALMA o de
la ÉTICA, en él se encuentran todos los principios de la
individualidad. Corresponden a unas cualidades que no
dependen de la época (como ocurrirá en el triángulo inferior) ni
de la sociedad, ni de la herencia cultural, sino que son cualidades
permanentes de nuestra verdadera esencia que es nuestra
conciencia, nuestra alma, nuestra individualidad, están
representadas por la belleza y la armonía que representa Tiferet,
la conciencia. Más allá de nuestra mente y de nuestras emociones
está la conciencia, que es la posibilidad de reconocernos a
nosotros mismos, saber qué es lo que somos más allá de la mente
y las emociones. Otra cualidad sería la severidad, la fuerza
interior que nos permite vencer y superar las dificultades, Geburá.
Y el amor y la misericordia de Jesed, que será otra cualidad del
alma. Así se diría que el alma tiene tres aspectos: la conciencia,
la fuerza interior y el amor y la misericordia. Según el rabino
Isaac el Ciego es en Jesed y Geburá donde toman su raíz el bien
y el mal. El proyecto del alma, todo lo que debemos reconstruir,
transformar y que dones traemos de otras vidas. En nuestro
cuerpo lo llamamos Ruaj.
• TRIANGULO INFERIOR — Llamado el triángulo de la
PERSONALIDAD, donde se encuentran todos los factores que
podríamos llamar humanos. Se trabaja el cuerpo físico y los
sentidos (Maljut), el subconsciente (Yesod), la mente (Hod) y
las emociones (Netzaj). El programa humano y los patrones
heredados. Todo lo que creamos con la mente, emociones,
patrones familiares, sociales, y nuestros actos. En nuestro
cuerpo lo llamamos Nefesh. Los tres triángulos del Árbol de la
Vida corresponden pues al ESPÍRITU, el ALMA y la
PERSONALIDAD.
— Maestro, ¿entonces el alma y el espíritu son cosas
diferentes?
— Los tres triángulos pueden asociarse a la definición del
hombre según Platón: el ser humano es triple en su naturaleza:
tiene cuerpo, alma y espíritu. El triángulo inferior es el cuerpo
o personalidad, el intermedio, el alma y el superior, el espíritu.
Así, dentro de la Kábbalah, se establece una diferencia entre
alma y espíritu. Son dos conceptos que a veces se confunden,
parece que signifiquen lo mismo y en realidad no son lo
mismo. El alma, según el Árbol de la Vida es un principio que
tenemos encarnado en el que destacan una serie de virtudes y
cualidades que el ser humano tiene que despertar y aflorar. En
cambio, en el triángulo divino no hay que perfeccionar nada,
ya que el espíritu es perfecto de por sí, es el espíritu de cada
cual que no está encarnado, sino que se halla en un nivel
superior. Decimos que no está encarnado porque según el
Árbol de la Vida hay una fractura, una distancia para llegar a
ese triángulo superior.
— La Kábbalah —Prosiguió Isaac Luria— Se dirige por
encima de todo a la perfección del alma individual y al
mejoramiento de los mundos. Ambas cosas están unidas en la
idea de “Tikun”, que significa “mejora o enmienda” El mundo
de la perfección futura es llamado “mundo de Tikun”. Ello
puede interrumpir el exilio, en particular la diáspora interna
en la que está sumida toda la creación.
Si vemos como están colocados los senderos en el Árbol de la
Vida, podríamos hacer un camino de ascenso, partiendo desde
abajo, Maljut hasta llegar a Jesed, un camino de perfección del
alma individual. En Jesed nos encontramos que para pasar a la
siguiente sephira, que sería la esfera negra de Biná, hay que
atravesar el sephira invisible Daat. Hay un salto, un vacío. En ese
punto hay cierta distancia, es lo que se llama el “gran abismo”. Es
un vacío entre los triángulos inferiores y el superior. De esta manera,
podríamos decir que hay 7 sephirot inferiores y 3 superiores que
corresponden precisamente a la descripción de lo que es el espíritu
bajo el número 3.
También encontramos esta clasificación en las letras hebreas
donde hay 3 letras madres y 7 simples. El tres representa el
mundo de la creación y el 7 el número, bajo el cual toda esa
creación, se ha manifestado o se ha organizado.
El Árbol de la Vida es el dibujo que resume todo el proceso de la
creación del universo, así como la estructura multidimensional del
ser humano. Nuestro microcosmos llamado cuerpo es un mapa de
la conciencia divina, pero que hay que despertar a través del uso
de mantras o los nombres sagrados de D-os. Entonces se
armonizan y coordinan todas nuestras células, átomos y cuerpos,
interconectándose con los árboles intergalácticos y puede circular
la energía superior por nuestra red de energía sin perjudicarnos.
No tenemos que ver nuestra materia o nuestro cuerpo como un
simple cuerpo físico que se muere y acaba, porque nuestro cuerpo
tiene códigos y poderes de transformación. Dentro de nuestro
cuerpo hay zonas de poder. Es la imagen perfecta de D-os lo que
representa el Árbol de la Vida dentro de nuestro cuerpo. Las
escrituras nos dicen que D-os creó al hombre a su imagen y
semejanza, pero D-os no tiene imagen. ¿Entonces que significa
esto? Que D-os nos dió los mismos poderes creadores de Él.
Nuestra mente puede crear y destruir, así como transformar la
materia.
Tenemos el mundo de Keter en lo alto de la cabeza, Biná y Jokmá
en nuestro hemisferio cerebral izquierdo y derecho a la altura de los
oídos, y así todo el Árbol de la Vida hasta llegar a la planta de los
pies. Es decir, todo lo que es arriba es abajo, si nosotros estamos
aquí desconectados de ese conocimiento fue porque quisimos
conocer la dualidad. Cuando D-os creó al hombre no lo creó para
que se destruyera ni cayera en la dualidad, sino para construir el
manto del Mesías, pero ocurrió que le dio todo el conocimiento que
tiene Él, y el hombre se rebeló. De ahí vino la historia de los ángeles
caídos. Al desconectarnos del Padre, al querer ser más que el
propio D-os, perdimos el conocimiento, el entendimiento y la
sabiduría, pero no se nos desconectó. Simplemente se apagó.
Durante milenios hemos nacido una y otra vez intentando recuperar
eso que perdimos, pero no había forma de encontrarlo. Por fin,
regaló al hombre la fórmula para regresar a esa unidad, y esa
fórmula es la Kábbalah.
La Kábbalah es el conocimiento, el entendimiento y la sabiduría
que vamos a recuperar para poder regresar al mundo del paraíso.
Todas las dimensiones o sephirot que hay dentro de nuestro mundo
están interconectados con nosotros, pero tenemos que activarlos y
eso es lo que la Kábbalah propone, cada vez que pronunciamos
una letra, saber que estamos activándola y que se está
conectando. Esa es la Kábbalah: entender que estamos realizando
conexiones.
— Maestro, ¿existe alguna referencia directa en el Pentateuco
acerca del dibujo del Árbol de la Vida.
-Sin duda, el esquema más antiguo conocido del árbol sefitórico, es
ciertamente, la Menorá, prescrita por Jehová a Moisés en la
montaña del SINAI y cuyas recomendaciones respecto su
construcción revisten una singular precisión: Leemos en Éxodo
25:31-40.
“Harás además un candelero de oro puro... y saldrán seis
brazos de sus lados; tres brazos del candelero a un lado, y tres
brazos al otro lado. Tres copas en forma de flor de almendro en
un brazo, una manzana y una flor, así en los seis brazos que
salen del candelero y en la caña central del candelero cuatro
copas... Y le harás siete lamparillas, las cuales encenderás para
que alumbren hacia delante... Mira y hazlos conforme al modelo
que te ha sido mostrado en el monte.”
— Aquí en la sinagoga tenemos un gran menorá de oro, que
como puedes ver, tiene la altura aproximada de una persona.
Tiene las mismas medidas que la original que se hallaba en el
templo de Salomón. La Torá prescribe que una menorá que sea
una réplica exacta en sus medidas de la original sólo puede
estar en los recintos sagrados, como en esta sinagoga. Más
que un objeto de culto es un soporte para la meditación, que
poco a poco revela a quien lo contempla los arcanos
misteriosos de la divinidad. Hecho a la imagen de la balanza
cósmica a la cual los cabalistas se refieren con frecuencia, la
Menorá se compone de un eje de equilibrio, tres brazos de
misericordia a la derecha y tres de severidad a la izquierda. Si
os fijáis atentamente en el dibujo observareis que es el Árbol de
la Vida en realidad, pues si contamos las siete lucernarias más
las tres esferas del pie, representarán los 10 Sephirot y las tres
manzanas de cada brazo: 3 x 7 = 21, más la del pie, en total
22. Es decir, tenemos la representación de los 10 sephirot y los
22 senderos o letras hebreas.
Menorá con las mismas medidas de la original del Templo de Salomón.
Es una prueba evidente de que ya en época de Moisés se
conocía la Kábbalah y el Árbol de la Vida. Por eso muchos
consideramos que Moisés fue en realidad el primer maestro
cabalista.
— • —
E
Maljut
LIHAU VIDASH había nacido en Jerusalén; desde pequeño
estaba acostumbrado a ver rabinos en su ciudad, pero también
a familias que estaban en contra de la ley, como la suya. Los
padres querían que continuara el negocio familiar ya que era
hijo único y estaban en contra de su búsqueda espiritual. Le
obligaban a cumplir las leyes que ellos querían, pero no las que
él necesitaba; Él no quería aprovecharse de la gente ni dedicarse
al comercio, él sólo quería conocer la naturaleza, las plantas,
conocer gentes de diversos lugares, ser hospitalario, era una
persona pacífica. Un día se encontró en la calle con un rabino
llamado Yakov, quien le preguntó acerca de la escuela de
Kábbalah de Isaac Luria. En esta conversación vió que aquel
hombre defendía los mismos valores en que el creía. Eligió
acompañarle hasta la sinagoga de Isaac Luria en Safed, a lo que
sus padres accedieron viendo su gran determinación.
Vista de Safed.
Una vez llegados, llamaron a la puerta y un joven les invitó a
entrar. El alma de Elihau se emocionó al entrar en el templo donde
se recitaba el Zohar. Contempló que en el centro del edificio había
una estructura circular de madera en la que subiendo unas
escaleras se llegaba a un púlpito. Desde ese lugar el maestro solía
leer pasajes del Zohar. Los alumnos se sentaban en unos bancos
existentes junto a los muros situados alrededor. Quedó fascinado
observando las enormes lámparas que colgaban del techo.
Algunos cuadros que colgaban de las paredes contenían frases
extraídas de los libros sagrados. Especialmente se fijó en la cúpula
situada sobre la estructura circular de madera, tenía una serie de
ventanas por las que entraba la luz del día creando un ambiente
acogedor. Diversas pinturas muy bellas, de árboles, palmeras y
árboles frutales decoraban las blancas paredes y el techo.
Asimismo, había pinturas doradas de instrumentos musicales,
referencia a la música que se toca en los cantos judíos, originarios
de la época del rey David. Todo muy limpio y perfumado. Las
velas encendidas y el incienso daban un aire de recogimiento y
espiritualidad a este lugar.
En esos momentos se escuchaba un canto: Shema Israel Adonai
Elohenu, Shema Israel Adonai Ejad. Un canto de alegría que les
daba la bienvenida. Este cántico lo realizaban por la mañana y
por la noche, para abrir las puertas y senderos del cielo.
Tomaron asiento y el hermano asistente les mostró un libro que
estaba oculto en el tabernáculo detrás de una tela púrpura. Así está
establecido en el Pentateuco. Exodo cap. 26: Harás el tabernáculo
de diez cortinas de lino torcido, azul, púrpura y carmesí, y lo harás
con querubines de obra primorosa... Elihau lo tomó emocionado en
sus manos: era el Zohar. Se concentró unos momentos y pidió una
respuesta: abrió el libro al azar y su mirada se fijó en la página
izquierda. En ese lugar leyó:
Felices son los hijos de Israel a los cuales el Santo, bendito sea,
dió la Ley de verdad, de modo que pudiesen empeñarse en el
estudio día y noche, pues quien se dedica al estudio de la Torá
logra libertad completa, aun de la muerte, que no puede
prevalecer más sobre él, pues quien se empeña en el estudio
de la Torá y se apodera de ella, se apodera del Árbol de la
Vida; y quien se relaja del sostén del Árbol de la Vida, vé al
árbol de la muerte sombrear sobre él y apoderarse de él.
Elihau quedó profundamente conmovido. Parecía que esas
palabras estuviesen escritas expresamente para él. En ese
momento sintió dentro de sí la convicción que ese era el camino
de su vida y que debía dejar a su familia, para integrarse en la
comunidad de rabinos y convertirse también él en uno de ellos.
Vió que esos eran hombres justos que cumplían la ley divina y que
trabajaban con la verdad y la justicia.
En ese momento apareció el maestro, El Ari, que comenzó a explicar:
— Esta sinagoga es la más vieja de Safed. Las fuentes
históricas la mencionan desde 1522, como la sinagoga de los
judíos africanos del norte, conocida desde entonces como
Eliyahu Hanavi. Prefiero orar en esta sinagoga, principalmente
debido al hecho de que sus ventanas miran hacia fuera, sobre
el monte Meron, y la tumba del rabino Yohai Ben Shimon. Me
gusta sentarme en este banco del lado del este de la
sinagoga, estudiando Kábbalah, pues fue aquí donde se me
apareció el profeta Elías —
Elihau escuchaba fascinado, deseando que a él pudieran
ocurrirle también ese tipo de experiencias.
— Sentaros que hablaremos sobre Maljut.— Y así comenzó su
disertación:
— La palabra Maljut significa Reino, o también Ha Aretz, la
Tierra. Es considerado un sephirot desprendido dentro del
Árbol de la Vida. Todos venimos a la tierra para
desarrollarnos, tenemos capacidad para pensar y sentir,
conocer y experimentar todo tipo de situaciones que nos
permiten alcanzar la transformación, pasando de seres
humanos a penetrar en los misterios del mundo, los enigmas
del ser, y descubrir el camino de regreso al paraíso. Reino se
refiere al espacio en el que tiene lugar la creación. Espacio
implica también la idea de lo material, lo físico, los cuatro
puntos cardinales. Un reino debe ser gobernado por un rey.
Así en el Árbol de la Vida, la noción del rey es la que
corresponde al sephira central del Árbol de la Vida llamado
Tiferet con quien tendremos que unirnos. Maljut en el Árbol de
la Vida corresponde a las raíces, la parte del árbol que se halla
dentro de la tierra. Se asocia al cuerpo físico, la conciencia
sensorial y nuestra capacidad para desenvolvernos en el
mundo material. Unas buenas raíces permiten al árbol echar
buenos frutos.
Este sephira corresponde al proceso final de la creación, la
materia física, pero como quiera que el reino debe existir con
alguien que lo gobierne, existe una relación entre Keter (que
significa corona), Tiferet, donde está el rey y Maljut. La corona
está encima de todo y el reino debajo, la corona es de quien
gobierna el reino. La Kábbalah intenta unir esos dos extremos, se
trata de hacer llegar la luz blanca o luz divina de la corona al
mundo material, para que el rey pueda gobernar su reino que
está dentro de nosotros.
El reino representa también nuestro cuerpo físico, nuestros
sentidos físicos, la conciencia ordinaria, que, si no es gobernada
por el Rey o nuestro espíritu, se encuentra en el caos y la
desorganización. La Esfera de Maljut corresponde a la conciencia
de los sentidos, necesitamos traer la luz a este reino para que
podamos darle un sentido a la vida, para que podamos
establecer un orden y una conciencia en nuestro mundo material.
Este sephira tiene un nombre divino que es ADONAI MELEK.
Este nombre significa la vibración más elevada que se produce en
ese reino. Adonai Melek significa señor y rey. Cuando se
pronuncia este nombre se está haciendo vibrar el nombre divino
dentro de la esfera de la tierra y se está afirmando que el rey
gobierna su reino. El Rey es nuestro propio espíritu o Ser que
debe gobernar el reino. Al comienzo de nuestro camino el reino
se encuentra sin rey. La imagen mágica utilizada en las
meditaciones de Maljut es la de una novia, Kallah, mujer vestida
de blanco, sentada en un trono, simbolizando que ella esta
esperando a su novio, el Rey. Los esponsales, el matrimonio
sagrado entre el rey y la reina.
Es la unión de la materia y el espíritu. La novia espera que el
Rey se una a ella. Es cuando nosotros conseguimos atraer al rey
al mundo material. Necesitamos atraer la luz al mundo físico.
Tenemos que cuidarnos de nuestras obligaciones materiales para
poder penetrar en el mundo espiritual.
Tenemos que prepararnos para la llegada del rey. Para ello
debemos cuidar nuestro aspecto físico, tanto interno como
externo. Cuidar la forma de vestir, la imagen, la higiene tanto
física como mental. Observando nuestra forma de ser, realizar
ejercicios respiratorios, alimentarse equilibradamente.
Otra forma de conseguir la limpieza interior es adentrarse dentro
de una cueva sagrada, al estilo de las cuevas de Jerusalén, las
que hay en el país cátaro francés, las que existen en Grecia, etc.
Al estar dentro de ellas, las influencias de los planetas no ejercen
poder sobre nuestra personalidad y en la máxima oscuridad
dentro de la cueva y en silencio pedimos ser transformados a
través de la energía de la madre tierra o la novia Kallah. Ella con
su energía nos envuelve transmutando las partes oscuras que
habitan en nuestro interior. Purifica nuestro cuerpo. Dentro de las
cuevas, en el máximo silencio, nos damos cuenta de que los
pensamientos mundanos y las vanidades del mundo se quedan
atrás. Poco a poco vamos ahondando hasta conseguir el vacío de
la mente y conectando con la luz o fuerzas cósmicas superiores.
Esta oscuridad de las cuevas es el color negro de la parte inferior
del sephira Maljut, tal como se dibuja en el Árbol de la Vida.
Mientras estamos en este profundo silencio se va desarrollando la
comprensión y el amor. Maljut no es solo la Tierra, es el alma de la
Tierra, madre de todos los elementos que da vida y poder
sustentador. Forma todas las especies y a cada una de ellas la dota
de cualidades curativas, equilibrantes y seleccionadoras, ya que la
propia naturaleza elige entre lo fuerte y lo débil para que haya
equilibrio en la tierra.
ADONAY MELEK es el nombre divino del sephirot. Pronunciar este
nombre permite la fusión con la divinidad en la esfera de la tierra. Si
unimos la voluntad de cambiar con la vibración del mantra y los
ejercicios de visualización se produce una conexión, a través de ese
canal descienden energías superiores que permiten realizar dicha
transformación. Al estar predispuesto a recibir, en actitud receptiva, la
energía divina permite que la vibración inferior aumente en varios
grados.
Maljut nos enseña que debemos aceptarnos y amarnos a nosotros
mismos. Todos los problemas vienen por no haber desarrollado el
amor incondicional. La Kábbalah nos enseña a despertar el amor y
el conocimiento que hay en nuestro corazón y que está dormido. Al
despertar nos activa la intuición, y la intuición nos guiará a tomar
decisiones valiosas y con amor, pues salen desde el interior del
corazón.
Pero, si por el contrario, actuamos con despecho, con criterios o
conceptos, juzgaremos, estaremos resentidos y dolidos, y
atacaremos al contrario cuando se dirija a nosotros y crearemos
un conflicto y una separación.
Los 4 colores de Maljut (bermellón, verde oliva, ocre y negro)
representan los 4 elementos: fuego, aire, agua y tierra, así como los
cuatro puntos cardinales. El trabajo de Maljut consiste en tomar
conciencia del aquí y ahora, de qué ocurre con los pensamientos en
un momento dado, con las emociones, etc. Tomar conciencia de qué
está sucediendo en cada momento. Aunque parezca increíble
nosotros no somos conscientes de lo que ocurre en nuestro Maljut,
de lo que pensamos o sentimos, ya que no les prestamos la
suficiente atención. Para ello sería preciso observarlos a cada
instante como se manifiestan. Así nos volveríamos conscientes de
nuestros sentidos. Notaríamos la diferencia entre andar despiertos y
atentos o dormidos o sonámbulos.
Tomar conciencia de nuestro cuerpo representa saberlo escuchar.
Muchas veces nuestro cuerpo nos habla a través de un dolor, una
sensación de incomodidad, hormigueos, etc. y no le hacemos
caso. Cada vez que esto ocurre nuestro cuerpo se queja, nos avisa
de que nuestra postura corporal no es la correcta, que algo anda
mal o bien nos dice que estamos percibiendo una presencia
psíquica a nuestro lado. El cuerpo tiene su manera de comunicarse
con nosotros. Las personas sensitivas son capaces de notar la
presencia de espíritus por las sensaciones de su piel. Un sanador
curativo es capaz de sentir calor en sus manos, así como el
paciente puede notar como si las manos de varias personas se
posaran sobre su cuerpo.
En la iniciación egipcia el candidato debía superar diversas pruebas
relacionadas con los 4 elementos: fuego, aire, agua y tierra. En ellas
se veía envuelto en fuego, tenía que caminar sobre un precipicio,
nadar en el agua y pasar entre dos moles de piedra que
amenazaban aplastarlo. Si el candidato conservaba la calma
superaba la prueba. Esto demostraba la capacidad de dominarse a
sí mismo, y de poder romper los límites de los sentidos. Todo proceso
iniciático comienza por relacionarse adecuadamente con el mundo
que nos rodea, el mundo material de los cuatro elementos, para
después ser capaz de pasar más allá. En el Árbol de la Vida, Maljut
es dibujado en cuatro colores en referencia a esto. En esta fase
debemos hacer una meditación y sentir que nos fusionamos con cada
uno de los elementos, porque es la forma en que ellos nos reconozcan
y respeten y en un momento en que haya un exceso de alguno de
ellos podamos pedir a los elementos que colaboren con nosotros. En
la antigüedad los elementos estaban unidos al ser humano. Tenemos
que recuperar la armonización de los elementos, pidiéndoles su
colaboración para que vuelvan a crear nuevas ideas en nuestro
trabajo diario.
Cada uno de los elementos lleva consigo una parte a trabajar y
una virtud con la cual hacerlo. Del elemento fuego proviene el
orgullo y la arrogancia, el enojo y la ira. Cuando la persona es
arrogante se enoja al ver que no obedecen a sus deseos o
caprichos. Si esta persona reconociera sus debilidades sería más
humilde y en consecuencia no se enojaría. La cualidad del fuego es
la humildad, la modestia. La ira y la arrogancia llevan tambi én a la
irritabilidad y al deseo de poder. La consecuencia última del orgullo
es el odio, al no permitir que otras personas tengan cualidades que
nosotros no tenemos.
Del elemento aire se origina la conversación sin sentido, las
mentiras, las críticas negativas, burlas y calumnias. Lleva al
comportamiento deshonesto y al robo. La virtud del aire se halla
en el saber utilizar la boca para dar enseñanza, para alabar a
otras personas y mantener el silencio. Para recibir inspiración e
información de los mundos superiores.
Del elemento agua se derivan los placeres y deseos, la envidia y la
codicia, el deseo de alcanzar el placer de la riqueza. La virtud del
agua es la aceptación en su justa medida de los placeres corporales
y el rechazo de todo lo que no sea necesario. La creatividad y el
amor.
La tierra es el más pesado de los elementos y denota pereza,
tristeza y depresión Origina la insatisfacción. La virtud de la tierra es
la alegría, la aceptación y la felicidad por cumplir el propósito
principal de la vida. El trabajo satisfactorio y el deseo de dejar un
buen legado. Aquél dominado por los aspectos materiales de la
tierra siempre se queja de su suerte y nunca está satisfecho con lo
que tiene.
Cada sephirot del Árbol de la Vida implica una reflexión o
análisis. En este primero podemos preguntarnos ¿Qué es lo que
nos hace sentir seguros? ¿Dónde buscamos nuestra seguridad?
¿Quizá en el dinero? ¿Quizá en una pareja? ¿Quizá en el apoyo
de la familia?
Los defectos de Maljut son la inercia, la pereza. Dejarse arrastrar
por los demás. No tener voluntad para cambiar o iniciar nuevas
cosas. Es la característica opuesta a Keter la sephira número 1, que
es el impulso, la acción. La búsqueda de seguridad puede ser un
lastre pesado, un freno en la aspiración espiritual. Cuando vivimos
atados a la seguridad y buscando la forma material para tener una
vida más cómoda y segura, lo que estamos haciendo es
estancarnos. Es necesario aprender la ley de los ciclos, a vivir el
aquí y el ahora, a no agarrarnos a nada que la vida nos pueda
arrebatar. De esa forma sufriremos menos reveses en nuestra vida.
Hay que estar preparados para saber desapegarse de las cosas y
de las personas. Esto se consigue a través de mucho trabajo de
autoobservación y confianza en D-os. De lo contrario nos
convertimos en seres materialistas que buscamos sólo la seguridad.
Maljut debe ser activado y despertado a través de la confianza en
uno mismo, el valor y la seguridad en uno mismo que nos llevará a
no buscarla en objetos o personas ajenas a nosotros.
Interior de la Sinagoga de Safed.
Cuando caemos en el error de querer tenerlo todo controlado,
aparece el vicio de Maljut: la inercia y la pereza, pues cerramos
las puertas de la evolución a nuevas posibilidades, negamos el
avance, nos frenamos, paralizados por el miedo a cambiar y a
perder lo que tenemos. La espiritualidad es algo que no se puede
controlar como el materialismo. A nuestra personalidad humana le
puede transmitir inseguridad, aunque a nuestra alma le dará otro
tipo de seguridad basada en la fe y la certeza.
Hay una enseñanza budista que habla de la ley de
impermanencia: todo pasa. Es necesario desapegarnos de las cosas
materiales; aprender a soltar, pues la vida a veces trae reveses
donde se pierde lo ganado y todos los seres que no han aprendido
a soltar van a sufrir mucho. Entonces aparece la desdicha, el dolor,
la ruina, la mala suerte, el victimismo. Pero si aprendemos a confiar
en la ley de unidad con D-os y sabemos que algo termina para
empezar algo nuevo; si sabemos que una puerta se cierra y otra se
abre, que incluso debemos aprender a aceptar la pérdida de seres
queridos; sabiendo que la tierra es el lugar al que venimos a
experimentar cosas, vivir acontecimientos que se ponen en nuestro
camino seres para que nos ayuden a experimentar el amor y el
desamor, la unión, el compartir, el ayudar, pero sabiendo que todo
pasa, que después cambia de plano, que cambia de dimensión,
entonces aceptaremos que la muerte es sólo un cambio en este
plano que encierra el espacio y el tiempo, pero que hay otro donde
siempre es aquí y ahora, donde el espíritu jamás muere.
Cuando una persona tiene un problema económico y tiene una
sensación que todo le va mal, tiene miedo y se siente un
fracasado. Expresiones como “estoy en la miseria” provocan que,
como su pensamiento está dando realidad con esta afirmación,
esté aumentando y multiplicando la energía negativa destructiva
que finalmente acabará arruinándole. A través de la oración y la
meditación con la Kábbalah, enseñándole a cambiar su actitud
mental y pidiendo ayuda al arcángel Sandalfon pidiéndole
“Libérame de todo mal, y ayúdame a conseguir los bienes
materiales que yo necesito para vivir” pasado no mucho tiempo
de meditar y realizar estas peticiones, la economía de la persona
comienza a cambiar, se le abren puertas, se le ofrecen trabajos y
la ruina disminuye. Maljut nos puede ayudar a conseguir una
buena economía.
Es necesario entender que en Maljut estamos en un planeta de
destierro, expiación y prueba hasta que logremos una
transformación interior y podamos despertar nuestra parte divina, y
preparar nuestro cuerpo para que el rey Melek pueda descender a
su reino. Hemos venido a él libremente. Hay una ley llamada
“libre albedrío” que todos los seres de luz respetan. Si nosotros
desde la tierra no pedimos, ellos no pueden intervenir. D-os
siempre ayuda cuando cambiamos la actitud de negativo en
positivo. Uniendo la mente humana a la mente divina se hace
posible el descenso de una energía superior capaz de transformar
todo lo destructivo y negativo en luz, siempre. El único obstáculo
que frena la ayuda es la mente llena de dudas y desconfianza,
pues como la ley del mentalismo dice que todo lo que piensas se
crea, cuando estamos dudando estamos creando un corte que
impide la realización de dicha ayuda.
Un cuerpo físico enfermo, sea cual sea la enfermedad, se ha ido
creando por muchas causas: mala vibración, miedos, sufrimientos,
carencias, preocupaciones en exceso o el sentimiento de “estoy
sólo, nadie me ayuda”. Estas actitudes ayudan a degenerar
nuestro sistema energético y finalmente afecta al cuerpo físico.
Si tomamos la voluntad y la actitud de querer cambiar, de creer en
que uno se merece vivir, es posible la curación. Si no hay voluntad
de curarse, no es posible la curación. Para facilitarla D-os usa a
Maljut dándole propiedades curativas a las plantas, al agua, a la
tierra, a los animales, de las cuales se obtienen los medicamentos,
tanto los farmacéuticos como los naturales. Hay curaciones a través
del agua, los minerales, las plantas. La tierra es abundante, no
podemos limitarnos. Todo lo que hay en la naturaleza puede
ayudarnos. Los espíritus de la naturaleza deben ser respetados,
pidiéndoles permiso a la hora de realizar cualquier trabajo, pues
podemos invadir su territorio si no lo hacemos. Pedir su colaboración
nos facilita el trabajo, nos eleva la vibración y hace que nuestro
trabajo sea más perfecto. Es necesario que tengamos armonía con el
alma de la tierra y con todos los elementos. Un árbol no puede
crecer sin unas buenas raíces. Estas raíces crecen gracias al amor a
la naturaleza.
La Kábbalah nos enseña a vivir en unidad con el Todo. Para ello es
necesario alcanzar la conexión mística con los mundos superiores,
pero es posible alcanzarla aquí en la tierra sin necesidad de esperar
recibirla después de la muerte. Por eso, uno de los nombres que
recibe Maljut es el de “la puerta de la muerte”. Ya que alcanzando la
conexión con lo divino desde aquí podemos ver lo que hay al otro
lado de la puerta, más allá de la muerte. Es el sephirot número 10 lo
que significa que el espíritu desciende desde el 1, Keter, hasta aquí.
La numeración de los senderos en el Árbol de la Vida sigue un orden
descendente, lo que significa que el espíritu debe descender a la
tierra, igual que lo que afirmaban los cátaros medievales. No había
que esperar al momento de la muerte para pasar por la experiencia
del contacto con el espíritu. Esto es lo que la Kábbalah explica como
la unión de la novia con el rey.
También el rabí Jesús en la oración del Padre Nuestro dijo:
Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre,
venga a nosotros tu reino en una clara referencia a la Kábbalah.
Maljut nos enseña a no juzgar a los demás para no quedarnos
enganchados a las energías negativas, ya que a través de nuestra
mente atraemos la negatividad. El amor y la unión con la ley divina
es la ley principal, el secreto de la vida que todo lo cambia. Maljut
nos enseña a percibir la presencia divina en el mundo material, algo
que para nuestros cinco sentidos puede pasar desapercibido
habitualmente.
Podemos ver sin mirar, oír sin escuchar, tocar sin palpar, oler
sin apreciar el aroma. Es decir, podemos usar los cinco sentidos
poniendo toda nuestra atenciónen ello o actuar sin fijarnos en
todas las sensaciones que llegan a nosotros. Solemos decir “hay
que poner los cinco sentidos en esto”, pero es algo que no es
frecuente. La mayoría de las ocasiones no somos conscientes de
nuestras propias sensaciones físicas. Maljut puede estar dormido
o despierto. La labor de un cabalista reside en despertar todos
los poderes dormidos, despertar todos los sephirot y con ello
volverse consciente de las múltiples dimensiones donde se
manifiesta el ser humano.
“Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra
semejanza”. Esta frase del Génesis es interpretada en el Zohar a
través de los diez sephirot. Estos representan las diferentes etapas
en la creación del universo y al mismo tiempo los diferentes
niveles de percepción del ser humano. Así como D-os en el
séptimo día de la creación se detiene a contemplar su obra, el
final de dicha creación: Maljut es el momento de tomar
conciencia de nuestro cuerpo, para iniciar un ascenso hasta el
origen de nuestro espíritu.
La décima sephira se considera un sephirot desprendido,
desterrado, caído. El lugar a dónde hemos venido es un lugar de
aprendizaje, una escuela, alejados del espíritu y las bendiciones.
Traemos un programa grabado con unas características que
harán posible atraer a nuestra vida determinadas personas y
acontecimientos. Nuestro objetivo ante las circunstancias es obrar
con justicia, bondad y benevolencia y sobre todo desarrollar la
voluntad. Aceptar la voluntad divina si queremos encontrar el
camino de regreso a casa, si queremos ascender por el árbol.
Si estamos desconectados de la parte superior del árbol perdemos
la voluntad, entramos en el caos. Tener un programa grabado no
significa tener escrito nuestro destino. Cuando estamos aquí en la
tierra, lejos de la parte superior del árbol nos olvidamos por
completo que somos hijos de D-os y gracias al trabajo de la
Kábbalah podemos recuperar la llave maestra que nos dará las
bendiciones que nos permitirán volver a abrir las puertas del cielo.
De esta manera él podrá descender hasta nosotros. Si las puertas
están cerradas la parte divina no va a entrar. Es por este motivo que
mucha gente sufre y desconfía de la existencia de D-os, sólo porque
no comprende por qué sus puertas de acceso están cerradas. Hemos
de trabajar para abrirlas, a través de una purificación y un trabajo
interior.
Todas las almas antes de descender a la tierra estaban unidas y
al entrar en la tierra se produjo la desunión. Cuando se busca la
unión se está en el camino de la verdad y cuando se busca la
verdad, se está en el camino de la justicia y se desarrollan las
virtudes. Nuestro cuerpo necesita alimentarse, pero también
nuestra alma, que lo hace a través de la oración. Cuando
alimentamos nuestra alma, el espíritu que está en contacto con lo
divino nos entrega amor, sabiduría, y una mejor forma de vida.
El trabajo práctico con Maljut puede ser realizado en caso de
tener que enfrentarse a personas difíciles, con problemas
psíquicos, en caso de peleas y discusiones, en caso de problemas
económicos, para cambiar la actitud cerrada y negativa de una
persona, cuando alguien está conectado con una energía o
entidad negativa, cuando hay muchas envidias.
En estos casos es necesario limpiar a las personas o los lugares
mediante la realización bien con la mano, bien mentalmente, de
una estrella de cinco puntas o pentagrama en cuyo centro
colocaremos pronunciándolo el nombre, o bien del arcángel
SANDALFON, o bien el nombre ADONAI MELEK. Otro mantra
que se puede usar para estos propósitos es “KODOSH,
KODOSH, KODOSH, ADONAI TZVAOTH” (santo, santo, santo
es el señor de las huestes). Eso significa que esta uno llamando
a la luz de Adonai. Por lo tanto, cuando se llega a ese punto con
la Luz de Adonai, entonces somos capaces de cambiar los
códigos internos. Otro nombre para usar en nuestras plegarias o
meditaciones es AVINU MALKEINU, alabanza personal
expresada como “Oh, Padre, Nuestro Rey.” Le pedimos al Rey
que permita que las bendiciones vengan a nuestras vidas cuando
proclamamos el Reino, el Amor y la Presencia del Divino
alrededor de nosotros.
Ahora, amigos, os voy a sugerir que hagáis los siguientes
ejercicios:
• Reflexionad: si no tuvierais los cinco sentidos ni pudierais
pensar, ¿cómo sería vuestra vida?
• Andad descalzos por la playa o sobre el césped mientras
sentís la brisa y no pensáis en nada. Hablad con los elementos y
disfrutad de ellos.
• Imaginad que una luz verde oscuro entra por la cabeza y
desciende hasta los pies donde se forma una esfera del mismo color y
pronunciad entonces: ADONAY HA ARETZ 12 veces.
• Entrad en una gruta y permaneced en el silencio absoluto y el
vacío de pensamientos durante 15 minutos. Sentir la roca y la
tierra.
• Subid a lo alto de una montaña. Descalzos y con los brazos en
cruz, orientados hacia el sol cantad el mantra KODOSH, KODOSH,
KODOSH, ADONAI TZVAOTH. Os liberareis de la negatividad y
os llenaréis de bendiciones.
• Podéis limpiar la negatividad de una casa invocando el
nombre de SANDALFON mientras se quema un ajo,
hierbabuena y canela.
• De rodillas en el suelo, inclinad el cuerpo hacia delante hasta
tocar la cabeza el suelo sujetaros las piernas. Mientras se dice
12 veces: MELEK SHAMAYYIM.
— • —
A
Yesod
la mañana siguiente, vísperas del Sabat, el rabí Isaac reunió a
todos sus discípulos, como de costumbre, para dirigirse
caminando cuesta abajo por las colinas de la ciudad vieja,
hacia el Oeste, al cementerio del pequeño pueblo de Meron,
al pie del monte del mismo nombre. Allí estaban las tumbas de
los grandes maestros cabalísticos del pasado, entre ellos Rabbi
Shimón Bar Yojai, estudioso de la Torá durante el siglo II y
reverenciado por los grandes cabalistas. En la tumba de Rabi
Shimon bar Yojai en el monte Meron, arden desde la medianoche
vivas fogatas y alrededor del fuego los hombres danzan y
entonan salmos y melodías. Tal como lo deseara el sabio maestro,
su muerte es recordada con luces, canciones y alegría.
Vestidos todos con sus túnicas blancas, el Ari aprovechó para
presentar a Jaim a sus más distinguidos alumnos:
— Este hombre de ojos negros, el mayor del grupo, es
SHELOMO ALKADEZ, nacido en una familia de campesinos.
Desde joven tenía una gran sed de conocimiento, buscaba en
libros y no encontraba la forma de calmar su ansiedad o deseo
de saber. Hasta que un día en un sueño escuchó una voz que
decía: “Recuerda, tienes un compromiso con Safed”. llego allí,
empezó a visitar las tumbas y estuvo un tiempo con el rabino Josef
Caro, pero cuando me encontró me reconoció, nada mas verme,
en una visita a las tumbas, donde coincidimos en un aparente
encuentro casual. Él desde muy pequeño tenía visiones donde
aparecía mi imagen, por eso me reconoció. A partir de entonces
trabajamos juntos y somos inseparables.
A ELIHAU VIDASH ya lo conoces porque llegó ayer junto a
YAAKOV. A este último sus abuelos le contaban cuentos y
anécdotas sobre un lugar sagrado situado al norte de Israel,
donde se reunían grandes maestros. Él tenía una gran curiosidad
por conocerlo. No había tenido la oportunidad de viajar hasta
que consiguió en el trabajo de la familia reunir la suficiente
cantidad de dinero para viajar durante varios meses. En la ciudad
de Safed estudio con Moisés Cordovero, un reconocido rabino
hasta que él mismo alcanzó también la categoría de Rabí,
momento en el que yo llegué a la ciudad y vino a conocerme.
ABRAHAM HA-LEVI BERUJIM, este hombre sonriente de cabello
castaño era alguien que estaba siempre triste, había leído mucho
la Biblia y el Zohar. Necesitaba liberarse de muchos conceptos y
tradiciones que había recibido pues no alcanzaba a encontrar la
paz que el necesitaba. Tenía familia y viendo que él siempre
estaba triste ellos, le animaron a que emprendiera un viaje en
busca de las enseñanzas, a Jerusalén. Allí se encontró con gente
muy experta en viajes y con un guía llamado Josef al cual no le
interesaba nada la Kábbalah pero que, sin embargo, tenía un
familiar en Safed al cual tenía que visitar por lo que le invitó a que
lo acompañara. De esta manera tan casual llegó hasta nosotros.
El sufrimiento que tenia le movía a la búsqueda de un
conocimiento sabiendo que corría peligro, y que había
abandonado su vida material para alcanzar la ley espiritual.
Decidió explorar diversos lugares. Tomó conciencia que la ley
superior le había empujado a través de su tristeza y su llanto a
encontrar este lugar y a estos maestros, donde aprendió muchas
cosas y corrigió muchos errores de su pasado. Había encontrado
el conocimiento que le aguardaba. Aprendió la compasión,
cuando se encontró con esos maestros fueron para él guías y
sanadores, pues sanaron su sufrimiento.
Tumba rabino en Safed.
La correlación entre llorar y visitar una tumba se asemeja a una
práctica que intenta inducir una visión. Esto es parte de un
contexto mucho mayor en el cual las sepulturas suelen ser lugares
de recepción de visiones. Dormirse mientras se llora, forma parte
de la misma secuencia de visitar un cementerio, llorar, dormirse
llorando, obtener un sueño revelador. Abraham está trabajando
mucho sobre esto, pues su intención es experimentar la técnica del
llanto, para obtener “sabiduría”. El Rabi R. Abraham Ha-Levi
Berujim, la expondrá claramente en el futuro después de mi
muerte ya que se halla en su Tikun o destino. Por eso
acostumbramos a meditar en grupo frente a las tumbas, con la
intención de recibir la inspiración de los maestros.
MOSHE ALSICH es quien se ocupa de la cocina. Desde muy
pequeño sintió una gran inquietud y un deseo enorme de
marcharse de su ciudad en busca de un conocimiento que no le
llegaba a través de ningún libro ni de ninguna experiencia con
sus maestros. Un día tuvo la visión de una tumba, emprendió el
viaje y se encontró con SHELOMO ALKADEZ en aquel lugar que
estaba buscando lo mismo, su Tikun les reunió al sentirse atraídos
por la energía de ese lugar.
Como ves, cada uno llegó a través de un camino. El destino los
reunió a todos. Según el plan divino todos ellos tenían registrado
en las líneas del destino este reencuentro, pues lo habían elegido
antes de nacer. Y esa fuerza que está grabada en el interior de
cada uno de ellos se manifestó de diferente forma hasta conseguir
que todos se reencontrasen. Todos consiguieron realizar su misión
y su destino, gracias a haber seguido la voz interior y haber
introducido la fuerza de voluntad, porque así se pudo manifestar
aquello que estaba escrito. De lo contrario no habrían podido. A
esto se refiere el texto “hágase tu voluntad así en la tierra como
en el cielo”. En el momento en que un hombre se somete a las
leyes divinas, los mensajeros de D-os les conducen hacia el
camino hacia la verdad y la realización.
Antes de visitar los sepulcros, los hombres tenían que sumergirse
por completo en una fuente cuyas aguas proceden de un manantial
subterráneo para realizar una “mikve”, un baño ritual. Dichas aguas
poseen una cualidad purificadora que no tienen las otras fuentes de
la región. Quien se sumerge en dichas aguas logrará el
arrepentimiento y el regreso a la tradición del conocimiento. Por ello
visitaron Banias, una de las fuentes del río Jordán que surge de una
roca y se vuelca en una pileta natural. Se dirigieron todos hacia allá.
Una vez frente a la fuente El Ari dijo: -Mirad, ahora estamos
todos aquí, delante de esta agua sagrada. Vamos a sumergirnos
y a permanecer dentro de ella, imaginando que estamos en el
vientre de nuestra madre-.
Isaac... Jaim... Shelomo... Elihau... Yaakov... Abraham...
Moshe... Una voz nos habla: -Prestad atención, estáis aquí para
purificar vuestros cuerpos y vuestro tikun. Intentad recordar todos
los defectos de esta vida y dejad que surjan en vuestro recuerdo.
Todo lo que se había creado y grabado en vuestras memorias. Yo
soy la Shekiná y he venido a purificaros. Deseo que vuestros
fundamentos sean puros, es vuestro bautismo o iniciación. No
quiero que las sombras os hagan dudar o titubear, pues tenéis
una gran misión que cumplir. Es necesario que se retiren las
huellas del sufrimiento de vuestro pasado. Purificad vuestros
sentimientos, resentimientos, orgullo y vanidad. Vuestro karma se
está limpiando. Os doy la purificación con mi luz y el nombre
Shaddai el Shai, que repetiréis varias veces. Pedid a vuestro ser
interno que os de el perfecto equilibrio. Con el nombre de
Shaddai el Shai os doy mi amor y la luz.
Todos ellos salieron del agua, sintiendo que habían sido
bautizados e iniciados con la luz del corazón de la Madre divina.
Se dirigieron a la tumba de Rabbi Shimón Bar Yojai. La entrada
de la tumba, en la gruta, tenía un marco de color azul claro. En
realidad, todas las tumbas estaban construidas en una tosca
piedra, pero el color azul celeste les daba un aire mágico y
encantador. Jaim, como el resto de los compañeros, entró en un
estado interior de vacío y silencio para conectar con la energía
de sus antepasados.
La trinidad en la unidad
tiene su reflejo en Yesod.
Después de un periodo de reflexión el Maestro, lleno de
inspiración, aprovechó para explicar el significado del sephira
fundamental del Árbol de la Vida, Yesod.
— Si Maljut se relaciona con la Tierra, Yesod lo es con la Luna, la
maternidad. Yesod se traduce como “fundamento”. A nivel del
cuerpo humano ocupa la zona del sexo, así como Maljut sería la
zona de los pies, puesto que es el lugar donde esta la fuente de la
vida, la vitalidad. Yesod se dibuja de color violeta. Representa la
conciencia psíquica, las facultades psíquicas tales como la
clarividencia, la telepatía, la clauriaudiencia, etc. En el Árbol de la
Vida equivale a la base del tronco, lo que constituye el fundamento
del árbol. Se asocia a la capacidad psíquica, los sueños y la
memoria. Es la conciencia sensitiva y nuestra capacidad para
percibir imágenes a través de los sueños y la imaginación.
Uniendo Yesod con Hod, Netzaj, Jesed y Geburà aparece una
estrella de 5 puntas boca abajo, representando al hombre caído,
que es arrastrado a los bajos deseos y creaciones erróneas. Una
vez conectados con Daat, la estrella se gira y coloca al derecho.
Aparece el Adam Kadmon, el hombre autorrealizado.
El nombre divino en Yesod es SHADDAI EL SHAI, el D-os
todopoderoso y viviente. Es el fundamento de todo el Árbol de la
Vida, pues Maljut es un sephirot caído o desprendido. Son las
raíces dentro de la tierra, mientras Yesod será el tronco del árbol,
lo que sustenta, proporciona el alimento de la tierra al árbol y lo
mantiene firme. El tronco hace al árbol poderoso y vivo. Cuando
el tronco se corta el árbol muere.
La base del tronco muestra diferentes anillos donde está
registrada toda la historia del árbol. Por ellos, sabremos su edad,
la rapidez de crecimiento en cada año, cualquier suceso
extraordinario. Del mismo modo en nuestro Yesod se halla
grabada toda nuestra historia. La memoria de todos los
acontecimientos del pasado.
En el cuerpo humano este sephira está ubicado en la zona del
sexo. Es donde reside la base de la vitalidad humana, la
capacidad de generar vida.
El Rabí Luria explicó:
— Además de su pasado, Safed tiene un ilustre futuro: según
el Zohar, los muertos se levantarán y se reunirán en Safed, y
allí el Mesías se revelará ante el mundo ¡y juntos marcharan
hacia Jerusalén!
— Maestro, los cabalistas que he conocido dicen que no es
bueno dedicarse a los rituales mágicos, que lo importante es
tener devoción espiritual y rectitud en el comportamiento. Sin
embargo, la magia cabalística es defendida por otros
maestros. ¿Cuál sería entonces la actitud más adecuada?
-Efectivamente Jaim. Hay un gran peligro en despertar
facultades psíquicas sin estar debidamente preparado.
Personalmente, estoy en contra de dichas prácticas ya que la
persona que despierta dichos poderes sin haber despertado
su conciencia espiritual puede caer en engaños y
alucinaciones, pues Yesod es la casa del tesoro de las
imágenes donde pueden reflejarse nuestros propios
pensamientos y ser tomados como una visión real, siendo solo
el reflejo de lo que la persona piensa. El peligro de este
sephira es el ilusionismo, ver imágenes y tomarlas como
reales. Así, los maestros de meditación aconsejan que las
imágenes que aparezcan en la misma, por muy bellas que
sean, hay que dejarlas pasar, para vaciar la mente y permitir
que aparezca la visión real.
Podemos vernos en diferentes espejos. Cada uno de ellos
reflejará una imagen distinta. ¿Cuál de ellos es el verdadero? Si
tocamos nuestro cuerpo vemos y sentimos, palpamos y podemos
comprender que la verdadera imagen está aquí y no la que está
reflejada. Aun así, podemos cambiarla y mejorarla creando la
imagen de cómo nos gustaría ser en nuestro futuro, ya que en
Yesod está el agua dadora de vida de la Madre cósmica, la
señora de la luna. Podemos formar un nuevo cuerpo, bello, justo
y nacido de la luz.
Mas allá de lo que nuestros ojos o sentidos nos permiten ver
hay algo que es la conciencia psíquica que nos acerca a ver lo
oculto, donde existen facultades tales como la telepatía, la
clarividencia, la clariaudiencia, las premoniciones y
percepciones. Están las sensaciones que tiene la persona pero
que a veces resultan interpretar su significado. Es lo que se
denomina el ser subconsciente.
Es el mundo de los sueños, que usa ese lenguaje simbólico del
subconsciente para transmitirnos un mensaje a través de
imágenes. En Yesod está la casa del tesoro de las imágenes, las
formas que luego aparecerán como materia en Maljut. Es
también la imaginación que necesitamos desarrollar, para tener
creatividad e inspiración. Depende de lo que soñemos nos
levantaremos en un estado de ánimo o en otro. Cuando una
persona se vuelve consciente del mundo de Maljut será más fácil
recordar los sueños y ser más conscientes de los mismos. Por
ejemplo, las imágenes y pensamientos que tenga la madre
pueden afectar también al feto.
El mundo de los sueños es real. Permite entrar en los archivos
de la memoria, poder recordar incluso detalles de nuestras vidas
anteriores. Antes de acostarnos podemos orar a nuestro ser y al
arcángel Gabriel, pronunciar Shaddai el Shai, o los ángeles
Cherubim que nos permitan abrir la puerta de la memoria para
poder rectificar y borrar todos los errores que hemos cometido.
Cambiar los falsos conceptos y quitar viejos programas que nos
condujeron hacia el error. Por eso es tan importante el mundo de
los sueños, porque podemos reparar y rectificar nuestra
memoria. Los sueños nos muestran cómo Yesod convierte nuestros
pensamientos en imágenes. De ahí que esas imágenes deban ser
interpretadas a la luz de la simbología. Nuestra mente las
reconoce como símbolos o arquetipos.
A veces se confunde lo psíquico con lo espiritual, pero son dos
áreas distintas. Una persona puede ser psíquica o tener facultades
psíquicas sin por ello tener aspiraciones espirituales.
En Yesod el trabajo a realizar es el de limpiarnos y purificarnos
de todos los patrones viejos de conducta, de aquellas imágenes
equivocadas tales como “yo no puedo” “no sirvo” “soy débil” etc.
etc. que condicionaran nuestra forma de actuar en la vida.
Yesod recibe todos nuestros deseos, los conserva y luego permite
que éstos se concreten en nuestra vida; pero si ese deseo es
contradictorio, al cambiar de opinión o de criterio, entonces este
sephira se bloquea y no envía nada, pues entra en contradicción.
Se relaciona con nuestro subconsciente. Si pensamos “me gustaría
tener aquello, pero también se piensa, “pero es imposible
conseguirlo” se está dando un mensaje contradictorio y el
subconsciente no nos va a dar lo que pedimos. Otro ejemplo “a mi
me gustaría trabajar en tal cosa, ¿pero realmente serviré? Cada
vez que nosotros pensamos algo se convierte en una orden a nivel
de Yesod, siendo que éste no distingue entre la realidad física y la
realidad mental. En este sephira se encuentra la llamada “gran
maquinaria del universo” que se pone en marcha a partir de las
órdenes que nosotros le damos, siempre y cuando no existan en
ella la más mínima duda.
Por eso muchas personas piden ayuda, pero como en el fondo
no se lo creen, esa ayuda no llega. En Yesod también está la
curación, de ahí que es fundamental la fe del enfermo en curarse
para que ésta se produzca.
Debemos borrar todos los viejos patrones cambiar las viejas
imágenes por nuevos moldes que podemos ir creando cuando
tomamos conciencia; para esto usaremos la meditación y la
pronunciación de los nombres de D-os, como el de Shaddai el
Shai. En este sephirot se pueden crear nuevas imágenes.
Conocí el caso de un hombre que se cayó a un pozo. Una niña
que fue testigo del hecho de mayor tenía miedo a las alturas y al
agua. Una sensación de vértigo, con temor a caerse. No
recordaba de donde procedía su temor. A partir de una
meditación con Yesod, consiguió recordarlo y a partir de ahí,
pronunciando el nombre Shaddai el Shai repetidas veces y
durante un tiempo, consiguió superar el miedo a las alturas y el
agua.
— Maestro ¿qué práctica podría hacer en el momento de irme
a dormir para recibir instrucción en los sueños?
— Rabi Jaim Vital, te recomiendo la práctica “sheelat jalom :
“debes irte a la cama, rezar “Sea Tu Voluntad” y utilizar una
de las pronunciaciones de los nombres divinos escritos frente a
tí, y dirigir tu pensamiento a la esfera mística con la cual esté
relacionado”. Entonces pronuncias tu pregunta, ya sea para
describir asuntos relacionados a un sueño y cosas futuras, o
para conseguir lo que deseas, y después te duermes
confiadamente.
— El Ari continuó con su explicación: — Yesod representa el
trabajo con las aguas, el Diluvio Universal, donde nos sumergimos
durante 40 días y 40 noches, para que las aguas sucias de la
tormenta, nuestra negatividad, vaya dejando paso a la paloma
de Shekiná, la paloma del Espíritu Santo, la divina presencia. Nos
sumergimos en el agua para trabajar nuestra infancia, todo lo que
llevamos grabado desde el pasado. Nos sumergimos en el líquido
amniótico de la madre, donde nos sentimos protegidos, para
curarnos de toda creación errónea del pasado.
Una niña de 15 años tenía atrofia en las manos, se le
agarrotaban dolorosamente. En este tipo de meditación le
apareció el recuerdo de lo que le ocurrió a los 3 años: se había
caído a un pozo y la madre no podía sacarla. Tuvo que dejarla
allí un rato hasta que fue a pedir ayuda. A pesar que este hecho
quedó olvidado aparentemente, en las profundidades de su
inconsciente siguió existiendo, provocando ese miedo la atrofia
en las manos. Con el tiempo logró quitarse ese miedo y
finalmente curarse de su dolor.
Ahora para integrar Yesod te sugiero que hagas los siguientes
ejercicios:
• Si pudieras ser cualquier ser humano, ¿qué tipo de persona
te gustaría ser?
Imagina tu futuro, ¿cómo te gustaría vivir? ¿Qué te gustaría
hacer? Imagínalo intensamente. Esa será tu realidad en el
futuro. Repite el ejercicio varios días.
• Nadando en el mar o sumergido en el agua nota las
sensaciones que te produce el agua, siente que estás naciendo
de nuevo, del vientre de tu madre. Con placer, alegría y amor.
De esta forma borrarás el patrón o molde de angustia del
momento del nacimiento. Te ves envuelto en luz.
• Para una persona que desee tener un hijo: debería pedir al
arcángel Gabriel que le ayude a ser fértil, a ser madre. Colocar
una copa de plata con agua y después beber el líquido que
limpiará todo bloqueo.
— • —
Hod
Al cabo de una semana, Isaac Luria llevó a sus alumnos a visitar
la gruta de Pekíin situada a pocos kilómetros de la ciudad, en
dirección al monde Meron. Ese era el lugar donde Rabí Moisés de
León había recibido a través de las visiones del profeta Elías la
revelación del Zohar.
A esta cueva situada en la montaña se llegaba gracias a un
camino que subiendo llegaba a una abertura practicada en la
roca. Era una gruta profunda que originalmente debía estar a
oscuras, si bien en la actualidad, como era visitada
frecuentemente, numerosas velas le daban una débil iluminación.
Una vez todos dentro de la gruta, el Rabí comenzó a hablar:
— Jaim, ahora entiendo el sentido de mi traslado a la ciudad de
Safed. El profeta Elías me dijo que moriría al cabo de dos años
de estar aquí. Por eso te estaba esperando. Mi venida aquí ha
sido especialmente para enseñarte, es más, quizá he nacido
solamente para enseñarte.
El discípulo era un experto en todas las meditaciones cabalistas
y conocía todas las escuelas, pero no había encontrado hasta
ahora a su maestro. Este comentario le afectó profundamente, ya
que se dio cuenta de la gran responsabilidad que le venía
encima.
— Querido amigo, — continuó su maestro— Es imposible que
yo exponga mis enseñanzas en forma de libro porque todas las
cosas están relacionadas entre sí. Apenas puedo abrir la boca
para hablar sin sentirme como si el mar reventase sus diques y
se desbordase ¿Cómo podría expresar entonces lo que mi alma
ha recibido y cómo podría transmitirlo en un libro? — Tú me
ayudarás a escribirlo porque tienes la preparación que te dio tu
padre, Josef, que era escriba.
Desde ese momento Jaim Vital se convirtió en su escribano,
recibiendo los dictados de las enseñanzas directamente de su
maestro, quien le encomendó la labor de dejar para la posteridad
el testimonio de sus palabras. Jaim Vital anotó minuciosamente
todas las indicaciones de Isaac Luria, pero las conservaría en
secreto hasta poco antes de su muerte.
El Ari comenzó a explicarle a sus discípulos el siguiente sephirot, Hod
:
— Hod está asociado al planeta Mercurio. Así representa la
esfera de la mente. Se relaciona con la comunicación, la
inteligencia y la rapidez de ideas. Este sephirot está situado en un
nivel más alto que Yesod, el instinto. Si nos dejamos llevar por el
instinto nos podemos equivocar, pero en Hod podemos activar la
comprensión y así acercarnos a la verdad. Si actuamos por
impulso o por instinto podemos llegar al error. Hod significa
“esplendor” o la luz de la inteligencia ya que la mente la usamos
para comprender las cosas y a partir de ella alcanzar la luz o
conocimiento; es la inteligencia absoluta o perfecta. Su cualidad
es la veracidad, la verdad, que nos permite distinguir los errores y
la honradez. Si una persona miente, engaña o estafa, está en
mala relación con Hod.
En el Árbol de la Vida equivale a la primera rama de la derecha.
La parte derecha del cuerpo. La base de la columna del rigor o la
severidad. Se asocia a la capacidad mental del individuo, la
percepción de la verdad a través de la comprensión. El rigor, el
orden y la disciplina.
Estrella de 6 puntas y su ubicación en el árbol.
El pentagrama invertido está caído en Maljut.
El nombre divino es Elohim Tsebaoth, D-os de las huestes, pero
Elohim es una palabra plural y al mismo tiempo masculina y
femenina, con lo que indica la pluralidad de pensamientos y
también la dualidad de la mente. Las comparaciones siempre son
relativas, para una persona baja nosotros seremos altos, pero para
otra alta, seremos bajos. Los conceptos de alto, bajo, bonito, feo,
grande, pequeño, son siempre relativos dependiendo del lugar
desde el que se contemplen. La dualidad es siempre relativa. La
imagen mágica del hermafrodita, un ser mitad hombre mitad mujer
en Hod, indica la capacidad de unir esa dualidad en un solo
principio para hallar la comprensión y ver las cosas tal como son,
sin estar engañados por las ilusiones de la dualidad.
Una de las imágenes mágicas de Hod es la de Hermes
Trismegisto, el iniciador de la magia y el conocimiento. Hermes
representa la sabiduría humana, el conocimiento en la mente, ya
que la sabiduría como conocimiento absoluto, aparecerá en
Jokmá. El templo que se visita en meditación en este sephira es de
mármol naranja, con las ventanas y la puerta de cristal, funcional,
sin ningún adorno estético, con líneas rectas, como corresponde
al aspecto práctico, funcional y concreto de la mente. La estética,
por el contrario, corresponde a los sentimientos, que se hallan en
Netzaj. Dentro del templo podemos recibir la información de
todos los libros escritos en la historia de la humanidad ya que se
trata del templo del saber y el conocimiento.
Es necesario transformar nuestros pensamientos, ¿Qué es lo que
queremos para nuestro futuro? En Hod tenemos que visualizar en
nuestra mente lo que queremos, esto generará una gran energía que
influirá sobre Yesod y Malkut, y permitirá materializar aquello que
pensamos.
Otra escuela de Kábbalah que existía en la ciudad, viendo que
la mayoría de las personas se dirigían a la sinagoga de Isaac
Luria y cada vez tenían menos asistentes empezó a divulgar
mentiras de unos y otros y a difamarlos, diciendo que no
predicaban la verdadera enseñanza; que doctrinas como la
reencarnación no formaban parte del conocimiento de la
Kábbalah, intentando separarlos. Decían: esto que explican no es
verdad. Entonces se adelantó MOSHE ALSICH y preguntó al
maestro: ¿-Qué actitud tenemos que tener nosotros ante este
grupo-?
-El Ari respondió: Nosotros debemos ser pacificadores. Sembrar
la paz y la armonía, no podemos juzgarles porque están todavía
faltos de conocimiento. No debemos potenciar su negatividad, su
rebeldía con nuestras críticas o juicios. La paz ilumina los errores
de todos los hombres y quita las barreras. Cuando pensamos en
la parte positiva de cada ser humano, despertamos en ellos la luz
divina, cuando juzgamos generamos discordia e inarmonía. Lo
más sublime es potenciar la parte positiva de cada uno de ellos,
es decir no prestar atención, no aumentar su discordia. Es
preferible orar por ellos. De esta forma se alcanza la armonía y
todas las leyes y poderes más elevados pueden modificar sus
actitudes y comportamientos.
Hod ocupa la parte inferior de la columna de la severidad en el
Árbol de la Vida, que es la que corresponde a las leyes, el orden y
la organización de lo creado. Así, Hod, es restrictivo, en el sentido
que tiene que ordenar y clasificar lo creado, eliminando todo
aquello que no interesa, siendo una restricción a través del método y
el sistema.
Mercurio en Hod permite desarrollar la adaptación a todos los
momentos y circunstancias de nuestra vida, aprendiendo a
sobrevivir y a enfrentarnos a los problemas con ingenio,
habilidad, destreza; desarrolla nuestra inventiva. Habilidad para
hablar y escribir, alcanzar la fama y el reconocimiento.
Podemos conectarlo con la mente superior en Jokmá. Procesa y
organiza las ideas que vienen desde Jokmá, el mundo de los
impulsos e ideas. Entonces aparece la mente iluminada y el don
de la palabra sagrada. La mente de Hod puede conectar con la
sabiduría de Jokmá. La parte inferior izquierda del árbol se
conecta con la parte superior derecha y la parte inferior derecha
con la superior izquierda. Es la forma en que los hemisferios
cerebrales controlan la parte derecha e izquierda del cuerpo.
— Maestro, el alma para poder entrar en el mundo de Tikun,
¿qué recorrido tiene que realizar en el Árbol de la Vida?
— El Árbol de la Vida es un mapa que nos interconecta desde
nuestro mundo material con el alma y el espíritu. Todos
nosotros tenemos el Árbol de la Vida ubicado en nuestro
cuerpo. Si nuestro cuerpo físico está enfermo y tiene carencias,
es porque no usamos correctamente nuestros elementos: la
mente, las emociones, la energía vital y nuestra alma. El alma
desciende hasta el mundo de la materia para recoger
experiencias en todos los niveles y regresar al mundo de
Tikun, el dominio de las cosas. Hay que aprender a vencer las
dificultades. En cada reencarnación elige el alma
determinadas experiencias, así como todo aquello no
superado de vidas anteriores. Espíritu, alma y materia
conviven juntos.
En el primer triángulo se nos presenta la mente, el intelecto; lo
que tenemos que aprender. Es nuestro deber en este planeta
escuela, educar a nuestra mente, enseñarle que nosotros
tenemos el poder de decidir lo que queremos pensar, pues el
pensamiento es creador y no podemos permitir que la mente
haga de las suyas y se marche a donde quiera.
— Maestro, ¿cómo podemos evitar eso?
— Debemos educarla para que cumpla nuestra voluntad. Si
dejamos que la mente se descontrole estamos perdidos, ella se
hará nuestra dueña. ¿Alguna vez te has encontrado con la
mente perezosa, que no te permite centrarte o no te deja
estudiar?
— Sí, a veces, pero sobre todo lo que me ocurre es que no
consigo retener o recordar muchas de las cosas que usted me
enseña.
— Esto en parte es debido a tu karma, debido a que tardaste
mucho en responder a mi llamado, y pensabas que no tenías
nada que aprender de mí. Visitaremos un día la fuente de
Miriam para que puedas recuperar tu memoria. Pero te
recomiendo que uses el nombre Elohim Tzabaot, cuando estés
leyendo. Lee sólo unos párrafos, medítalos, compréndelos, y
luego continúa. Verás como la mente empieza a confiar y a
recordar.
— Maestro, ¿por qué la mente se dispersa?
— Si trabajas en Maljut y en Hod pidiendo desde el centro de
tu corazón, que es donde está la fuerza creadora, desde la
mente divina del esplendor, la mente cambia su polaridad y su
vibración y rápidamente tomarás el control de la mente. Hay
que convertirlo en un hábito, educar a la mente y ésta se
pondrá a tu servicio. Es como si tuvieras un pajarito en una
jaula y que al soltarlo se escapa. Debes primero soltarle en un
lugar cerrado, darle confianza para que no tenga miedo, pero
que tampoco tome el mando, eche a volar y se pierda.
— Maestro, ¿por qué las personas tienen que cambiar de
trabajo y les asusta el nuevo?
— Mira Jaim, todos los seres deben vivir experiencias para
que el alma se perfeccione y viva su Tikun. Cada trabajo es
una etapa. En él se establecen relaciones con personas, y
aunque la mente esté llena de temores y dudas, el alma
necesita confirmar su viaje hacia otros lugares, con otras
personas. El hombre por naturaleza tiene miedo a los
cambios. Cambiar conceptos para muchos es difícil, temen
perder su seguridad. Cuando la mente está conectada con la
mente infinita e ilimitada, podemos realizar todo lo que
deseemos en nuestro futuro. Te lo voy a aclarar con un
ejemplo, un caso que viví personalmente.
— En Jerusalén donde yo vivía había un hombre que tenía 30
años, llamado Josef que no tenía trabajo y tampoco confiaba
en que pudieran llamarlo de ningún sitio, pues se sentía poco
preparado. Poco a poco se fue encerrando en sí mismo.
Apenas salía a la calle, tenía problemas familiares pues le
decían que no tenía interés en buscar trabajo, que era un
vago. Esto le condujo a una crisis mental. Le dije que a través
de la Kábbalah podría desarrollar su potencial y cambiar sus
conceptos. El ejercicio que realizó en Hod consistió en
imaginar que entraba en un templo de mármol anaranjado, y
una vez dentro, debía pronunciar el nombre de D-os Adonai
Tzabaot, haciendo vibrar varias veces este nombre. Al mismo
tiempo debía hacer una petición al arcángel Miguel, para que
limpiara sus pensamientos negativos y le activaran el deseo de
aprender, estudiar y comunicarse. Imaginaba que una luz
naranja descendía desde el cielo hasta su cabeza e iba
limpiando todo lo negativo. En ese momento tenía que
imaginar qué era lo que deseaba conseguir, cual era el
trabajo que deseaba realizar.
Así, sucesivamente, iba manteniendo la mente fija en ese ideal,
hasta que finalmente se puso a estudiar idiomas. Cuando terminó
sus estudios consiguió un trabajo que por fin le dio felicidad.
Ahora está trabajando felizmente.
— Ahora aprovecharemos que estamos dentro de la gruta
para permanecer en silencio y apaciguar nuestros
pensamientos. La práctica del silencio ayuda a relajar y
controlar la mente. — Todo el grupo se sentó en el suelo
formando un círculo. Después de una media hora el Rabí dio
por concluida la meditación y salieron de nuevo al exterior.
— Maestro ¿cuáles son las dificultades para comunicarse con los
demás?
— Es necesario prestar atención a nuestra propia mente. Ésta
debe estar en silencio para poder escuchar a los demás.
Normalmente nos escuchamos a nosotros mismos, dejamos de
prestar atención a lo que los demás nos explican porque sólo
deseamos hablar nosotros. Ese es el primer obstáculo para una
buena comunicación. El otro es ¿qué es lo que nosotros
expresamos en realidad? Si realizamos un vacío en nuestra
mente, dejaremos que sea llenada con la luz e inspiración
divina y nuestras palabras estarán llenas de sabiduría, pero si
la mente está ocupada en preocupaciones, recuerdos o miles
de pensamientos, el vacío no será posible, así como tampoco
la conexión con D-os. Cuando enseñes, indícales a quienes te
escuchen que presten atención, que olviden los problemas, que
aquieten la mente y escuchen con el corazón, que no juzguen
los comentarios, que sientan lo que hay detrás de las palabras,
que sean capaces de amar y valorar lo que están recibiendo,
que no cuestionen. Que sólo sientan; así podrán percibir la
enseñanza de los maestros de Hod. La gente no escucha a los
demás cuando están hablando, ese es el motivo de la falta de
comunicación. La mente está representada por la espada de
luz; la palabra sagrada es la vibración de la espada. Cuando
el sonido proviene de lo sagrado el hombre habla el bien y no
hiere. Si el hombre usa mal la espada hiere con su palabra y
mata con la condena. Es importante aprender a pensar con la
divinidad y hablar con la voz de la divinidad. Sólo hace falta
querer pensar en unidad.
Una vez terminada esta excursión, el grupo regresó a la casa de
Safed, el centro de Kábbalah donde los alumnos del Ari vivían en
comunidad.
Ahora, te daré las tareas a realizar para integrar Hod: Ejercicios:
• Piensa en el problema que quieres resolver. Imaginas que
estás dentro de un templo de cristal y mármol anaranjado cuyo
techo atraviesan los rayos del sol. Pronuncias el mantra Elohim
Tsabaot sintiendo que empiezas a vibrar con este nombre. Te
vendrá la solución al problema.
• Piensa en tu energía masculina y en tu energía femenina.
Ambas están en tí. Con ello superarás la dualidad, ya que las
dos son una.
• Haz una pregunta sobre algo que desees saber, pidiendo
ayuda. Luego, abre un libro sin mirar por cualquier página y
dirige tu dedo a una línea. Abre los ojos y observa las líneas
que tu dedo ha indicado. Es la respuesta que habías pedido.
— • —
A
Netzah
la mañana siguiente, después de las oraciones matinales de
costumbre y el desayuno, Jaim estaba discutiendo con sus
compañeros Shelomó Alkabez y Elihau Vidash el papel que
representa la mujer en la vida del hombre. Algunos ascetas
mantenían que la castidad era necesaria y se oponían al
matrimonio, mientras otros aseguraban lo contrario. En vista que
no llegaban a un acuerdo entre ellos, una vez terminado el
desayuno, se dirigieron al Maestro para preguntarle sobre el
tema:
— Maestro, yo estuve casado pero mi matrimonio no llegó a
consumarse. Creo que tengo algo pendiente que aprender con
relación al amor y las emociones.
— Jaim, te puedo contar que yo rechacé varias proposiciones
de matrimonio hasta que me casé finalmente con mi prima que
era la mujer destinada para mí. La Torá nos dice: “cuando un
hombre se casa con la mujer adecuada para él, el profeta
Elías lo besa, el Santo lo ama”. Desde la época del rey
David, todos los sacerdotes y personas entregadas al camino
espiritual respetan la ley de los profetas. En realidad, nosotros
descendemos de las familias de Zadok y Ebyatar, el primero
de los cuales fue el sumo sacerdote del rey Salomón. No sólo
los reyes de Israel deben tener descendencia sino también las
ramas sacerdotales.
La ley prescribe que hay un primer matrimonio que se suele
realizar en el mes de setiembre. La pareja sólo podrá tener
relaciones sexuales durante la primera quincena de diciembre. De
esta manera si la mujer queda embarazada tendrá su hijo para el
siguiente mes de Setiembre, durante la época en que se celebra la
fiesta del “Gran Perdón” o “la Expiación” lo que actualmente
conocemos como “Yom Kippur”.
Si la mujer no ha quedado embarazada tendrán que esperar un
año hasta el siguiente mes de diciembre, para intentar la
concepción. Si finalmente la mujer queda embarazada según
estas reglas, se celebra entonces un segundo matrimonio para
confirmar la legitimidad del hijo y la pareja.
Por eso a estas mujeres las conocemos como “almah” o vírgenes.
La controversia creada con el nacimiento de Jesús fue que el nació
a primeros de Marzo, aunque los cristianos cambiaron la fecha
por el 25 de diciembre, por lo que su padre José, trató de
repudiarlo dado que el embarazo no fue concebido según el
tiempo indicado en la Ley. Sin embargo el arcángel Gabriel le
convenció de aceptarlo diciéndole que era un hijo de D-os. Esta
afirmación, hijo de D-os, corresponde a todo aquél que es
heredero de un linaje sagrado, sea real o sacerdotal, por lo que
en realidad Gabriel o el sacerdote de Ebyatar no le dio una noticia
sino una autorización para aceptarlo como hijo. Como verás hay
muchas razones por las cuales nosotros no compartimos los
dogmas de las iglesias cristianas.
Ahora lo comprenderás cuando estudiemos Netzaj.
Shelomó y Eliahu no formaban parte de antiguas familias
sacerdotales, por esa razón esta prescripción no les correspondía
y eran libres de tener pareja o no. Cada uno de ellos había
tenido una trayectoria diferente. El primero, nacido en una familia
de campesinos el año 1505, sintió desde muy joven la llamada
hacia el estudio y la oración. Nacido en un pueblo cercano, se
trasladó a los 30 años de edad a Safed, la ciudad de las escuelas
cabalísticas. Allí colaboró un tiempo con el gran cabalista Josef
Caro. Sin embargo, Eliahu había nacido en Jerusalén y su padre
era un comerciante que vendía pescado en el mercado. De
pequeño le interesó mucho la historia de cómo en un puesto
similar al de su padre, un cabalista había reconocido en unos
envoltorios de papel las páginas perdidas del libro del Zohar.
Esto le despertó el interés por saber qué contenían esos
misteriosos documentos.
El destino había reunido ahora a los tres amigos junto a su
maestro, y se sorprendían cómo la vida había ido acercándoles
para llegarse a encontrar en Safed. Probablemente de no haber
conocido esas historias, no habrían tenido la curiosidad o la
inquietud por la Kábbalah, por saber los misterios de la vida.
La voz de Isaac Luria sacó a los tres amigos de sus reflexiones
pues comenzaba a explicarles:
— Netzaj está relacionado con Venus. De esta manera recibe
sus influencias acerca del amor, el arte y la creatividad. Hod nos
permite la luz, la comprensión, pero hay algo superior a la
comprensión que es la inspiración, el conocimiento revelado, que
no tiene necesidad de pasar por la razón; esto es lo que
encontramos en Netzaj, donde está el conocimiento inspirado.
Aunque aparentemente está al mismo nivel que Hod, se considera
que hay un camino de ascenso que comienza en Maljut, sigue por
Yesod, pasa por Hod, prosigue por Netzaj y continúa. Si seguimos el
camino de ascenso, primero pasamos por la mente y luego llegamos a
las emociones.
El amor es la enseñanza más elevada que podemos obtener en el
mundo de la personalidad, en el triangulo inferior del Árbol de la
Vida.
Netzaj es la primera rama del árbol, que comienza la columna de
la misericordia. Si usamos excesivamente la parte mental (Hod) o la
parte emocional (Netzaj) sin un equilibrio, el árbol no crecerá
armoniosamente y tendríamos un ejemplar contrahecho. Las dos
ramas deben crecer equilibradamente. Netzaj en el Árbol de la Vida
equivale a la primera rama de la izquierda. La parte izquierda del
cuerpo. La base de la columna de la misericordia. Se asocia a las
emociones y sentimientos, la percepción de la belleza a través del
arte y la inspiración.
Otra de las características de Netzaj es la naturaleza, ya que el
coro de ángeles son los ELOHIM, los devas, aquellos seres que
rigen a los elementos, a las fuerzas elementales de la naturaleza,
todos los seres de los bosques, las hadas, las inteligencias del
mundo vegetal y animal. Es posible llegar a comunicarse con
todos estos seres y escuchar los mensajes que la naturaleza nos
transmite.
La imagen de Netzaj es la de una mujer desnuda, como
expresión de la naturaleza. La experiencia de Netzaj es vivir de
una manera positiva la propia naturaleza, vivir el reconocimiento
de nuestro propio cuerpo, las emociones, las sensaciones. Nos
dice que hemos de aceptar todo lo que la naturaleza y la vida
nos da, pero sin quedarnos atrapados en ella. Hemos de
fusionarnos con todo lo que la vida y la naturaleza nos
proporciona, es el estado máximo de comunión con la naturaleza
y con nosotros mismos, ya que más allá de Netzaj ya no estamos
en el mundo material a entrar en unos niveles más altos, en los
niveles del alma, en las dimensiones superiores de la naturaleza.
El arcángel es HANIEL, el arcángel del amor y las emociones.
Netzaj nos enseña que D-os y nosotros somos uno y que todos
los seres formamos una sola familia que venimos a aprender y
recordar. El verdadero amor fluye del corazón cuando nos
fundimos mentalmente con la conciencia del otro. La parte
femenina de la deidad fluye a través de nosotros, haciéndonos
sentir amor por todo el mundo. Cuanta más conciencia de fusión
tengamos más se eleva en grados nuestro sentimiento de amor.
Este amor ayuda a curar nuestro cuerpo y limpia todas las
energías discordantes.
Nuestro cuerpo emocional se va regenerando, las barreras
energéticas van desapareciendo, siendo sustituidas por luz divina.
Netzaj desarrolla la gentileza, la modestia, la humildad, el
sentido artístico y la creatividad.
Cuando nos sentimos enamorados de las maravillas del mundo,
estamos vibrando con este sephirot. Esta conexión nos hace
receptivos y creativos.
Entonces Shelomó se acercó y preguntó al Rabí:
— Maestro, ¿por qué unos seres son amorosos con sus
familias y otros sienten odio?
— Mira Shelomó, hay muchas personas que no saben
perdonar-Cuando les ocurren acontecimientos o circunstancias
que ellos no comprenden, les falta la capacidad para
transformar y aceptar que de todo lo malo se aprende. Al no
saber cambiar, encierran el dolor en su interior. Más tarde ese
dolor se convierte en resentimiento, y desprenden una energía
negativa que provoca que otras personas que se acerquen,
sientan un rechazo, y a la vez estas personas emiten ese
rechazo, creando verdaderas esferas de energía negativa, los
Klifots. Eso es el odio, la impotencia, la falta de afecto; y
sienten la necesidad de hablar mal unas de otras y esto es el
odio.
Por el contrario, hay familias capacitadas para amar, ayudar,
perdonar cuando alguien les juzga. Comprenden que hay
momentos duros para cada persona a lo largo de su vida y que,
si actúan mal según su criterio, la entienden y perdonan, no la
critican ni siembran semillas negras en el seno de la familia.
Divulgan el perdón, el no dar importancia, no alimentar la
cizaña. Por el contrario, enseñan que el amor a la familia es algo
sagrado. Siempre hay que perdonar y hacer el bien. Si a pesar
de eso hay seres que odian a causa de influencias hereditarias,
ambición o egoísmo, jamás se les debe odiar sino enseñar.
Muchos hombres y mujeres se han unido en matrimonio por algún
interés: a veces soledad, o interés material. Cuando alguien se une
por estos motivos no suele aceptar a los miembros de la familia de
su pareja y empiezan a separarse de ellos y del resto de
familiares, para así tener poder para manipular a su presa. Cada
día que pasa la familia se va separando pues esa es la intención
de aquellos que han unido por interés, por egoísmo. Eso lleva al
reproche, al dolor y al odio, a la separación. A todos ellos se les
debería enseñar que todo lo que se siembra se recoge antes o
después.
Entonces, Jaim –sorprendido-preguntó:
— Maestro, ¿realmente ocurren estas cosas?
— Sí, hijo mío. Hay muchas familias separadas; hijos que se
alejan de sus padres porque a sus mujeres les molesta la
presencia de la familia del marido. En cambio, poco a poco lo
acerca hacia la suya creando un caos familiar. Cada persona
debe aprender las reglas del amor, unir, enseñar, aprender a
perdonar. Dejar de juzgar a los demás. La victoria de Netzaj
es la misericordia. Todo ser humano tiene una misión: la de
amar y enseñar a los suyos a ser amorosos, a eliminar el
orgullo y la vanidad. No creerse superiores a los demás.
Netzaj ayuda a reconciliar y unir a las familias.
Tuve hace poco tiempo un caso que se consiguió solucionar con
Netzaj.
Se trataba de una familia que tenía conflictos de convivencia. El
marido tenía tendencia a marcharse de casa cuando llegaba del
trabajo y se iba a la cantina. Meditó durante largo tiempo
pronunciando el mantra Jehová Tzabaot. Este nombre vibraba en su
interior liberándolo de la rabia que sentía. Pidió ayuda al arcángel
de Venus, Haniel.
Por su parte la esposa pidió a su ángel guardián que le ayudara
a cambiar la forma de pensar y actuar. Se estableció una
comunicación sincera, empezaron a comprenderse. Dejaron de
juzgarse y reprocharse respectivamente. El marido, que
anteriormente se sentía incómodo en su casa, ahora se volvía a
encontrar bien en su hogar. Ahora volvía a encontrarse bien en el
hogar.
Netzaj ayuda siempre a resolver conflictos en las relaciones, en
la familia, con los amigos y compañeros. Desarrolla el arte y la
creatividad.
En otra ocasión una persona tenía muchos complejos, porque
sentía grandes deseos de crear y trabajar en el arte, pero se
sentía muy mayor para ir a una universidad o a una escuela de
arte. Comenzó a meditar en Netzaj. Con el mismo sistema del
caso anterior empezó a pintar con mucha decisión. Le venían
colores y olores. Dejaba que sus manos fueran dirigidas. Fue
desarrollando la creatividad hasta convertirse en un gran pintor.
Los antiguos hebreos tenían una gran inspiración musical; de
ellos hemos heredado nuestra tendencia a expresar las emociones
mediante canciones y danzas. Probablemente se menciona más
veces la música a lo largo de nuestra historia en la Biblia y el
Talmud, que en los anales y crónicas de cualquier otra
civilización. El primer gran músico hebreo fue el Rey David,
famoso como cantor, compositor e instrumentista. Aunque D-os no
le permitió construir el Templo a causa de sus pecados, no por
ello dejó de formalizar la liturgia, ni de introducir los grandes
coros y conjuntos instrumentales que luego se emplearon en la
liturgia del Templo. De ahí vienen los instrumentos tradicionales:
ugav (flauta), kinnor (arpa), tof (pandereta), jatsotserá (trompa),
Asor, (cítara) y el Jalil (oboe).
A través de la música se despierta la alegría, la cual eleva
nuestra vibración y nos pone en buena comunicación con los
demás.
En esos días se produjo un pequeño incidente debido que los
diferentes alumnos tenían celos unos de otros, cada uno quería ser
el discípulo preferido; cada uno quería hacer las labores más
significativas para llamar la atención del maestro, pero con una
doble intención, acción falta de amor y armonía, ya que la
envidia estaba presente entre ellos. La rabia era cada vez mayor
y se producían choques en la convivencia, rompiendo el ritmo.
El Maestro los reunió y dijo: -Si vosotros estáis formando parte
de un centro espiritual y debemos predicar con el ejemplo
vuestras acciones no son las más adecuadas. Mirad vuestras
acciones y sabréis cuáles son vuestras emociones para que podáis
cambiarlas. Si tenéis un concepto egoísta creáis energías salvajes
que os desvían de la ley y en vez de actuar con la parte divina,
estáis siendo dirigidos por vuestros impulsos, y esto os impedirá
vuestro progreso espiritual. Controlad y cambiad las emociones
negativas y ved en vuestro compañero el amor y su capacidad,
ved en él a un hermano y no a un enemigo. Así podréis controlar
vuestras acciones. Yo estoy haciendo todo lo que puedo para
enseñaros a comprender la ley divina. Os he advertido que os
estáis desviando y debéis volver al amor, a la paz, a la
fraternidad. Tenemos que enseñar que todos somos hermanos.
Ninguno es más que el otro, no hay privilegios para nadie, todos
debemos cooperar en hacer nuestro trabajo con equilibrio, dando
de cada uno de nosotros lo mejor que tenemos dentro. De esta
manera alcanzaremos el éxito social, el éxito en la evolución
porque estaremos predicando y practicando con el ejemplo. Estas
son las enseñanzas que debemos transmitir a los demás. Todos los
que estamos en esta reunión debemos estar dispuestos a vivir en
armonía y cooperación con la ley divina.
Ahora os voy a indicar unos ejercicios prácticos:
• Pasad media hora sentados en un jardín, de noche, respirando el
aroma de las flores y las plantas que os rodean.
• Aprender a tocar un instrumento y disfrutar con ello.
• Participar en un baile o una danza tradicional, y sentir como
la alegría os invade.
• Repetir el nombre JEHOVA TZABAOTH durante 12 veces os
despertará la creatividad, la inspiración artística y la devoción.
• Tener un animal doméstico, una mascota para despertarnos el
amor y tratarlo como alguien más de la familia.
— • —
J
Triángulo de la
personalidad.
Paroket
aim Vital intentó resumir en unas líneas todo lo aprendido hasta
ahora en el triángulo inferior del Árbol de la Vida:
Paroket es un sephira invisible, una especie de cortina o
separación entre el triángulo intermedio y el inferior, formado
por: Maljut, el mundo físico, la conciencia de los sentidos, Yesod,
el psiquismo, los sueños, la conciencia psíquica, Hod, la mente, la
conciencia de los pensamientos y Netzaj, el mundo emocional, la
conciencia de nuestros sentimientos.
Estos cuatro sephirot forman el triángulo inferior, o triángulo de
la personalidad. La diferencia respecto al triángulo del medio es
que puede manifestarse de modo inconsciente. Una persona
puede tener sensaciones físicas, pero no ser consciente de las
mismas, puede tener sueños, pero no acordarse de los mismos, o
actuar en ellos creyendo firmemente que está actuando con su
propio cuerpo; puede tener pensamientos sin ser consciente de lo
que está pensando, y sentir emociones sin saber de dónde
proceden.
El trabajo del Árbol de la Vida en este triángulo consiste en
volvernos conscientes de todos estos niveles. Esta conciencia es la
que hallaremos en Tiferet, el centro consciente de todos estos
procesos y el centro del propio Árbol de la Vida. Se trata de
dirigir la conciencia a Maljut y sentiremos las sensaciones físicas,
a Yesod y nos volveremos conscientes dentro de un sueño,
convirtiéndose éste en un “sueño lúcido”, hacia Hod y
observaremos como se suceden los pensamientos en nuestra
mente, a Netzaj y nos volveremos conscientes de cómo nos
manejan nuestras propias emociones.
La conciencia es una expresión del Alma, no tiene nada que ver
con el pensamiento. No se trata de pensar sino de estar alerta,
consciente de lo que está sucediendo tanto fuera como dentro de
nosotros y este proceso interviene en ausencia del pensamiento.
Es, en definitiva, despertar del sueño en que habitualmente se
encuentra la conciencia. A veces se disculpa esto con frases como
“estaba despistado” “estaba discurriendo” “estoy disperso”. La
persona no estaba pendiente de lo que hacía o, dicho de otro
modo, ha perdido la conciencia. La conciencia se pierde cuando
nos dejamos arrastrar por nuestros pensamientos, recuerdos,
alteraciones emocionales, etc.
Todo el Árbol de la Vida se puede resumir en su centro
geométrico, Tiferet, la conciencia. Despertar nuestro propio árbol
es despertar nuestra conciencia, volvernos conscientes de todo lo
que está sucediendo tanto dentro como fuera de nosotros. Tiferet
significa belleza, armonía. Es la intuición y la conciencia. Así el
Alma se expresa a través de Tiferet con estas cualidades. Las
cualidades de la personalidad pueden cambiar dependiendo de
la cultura, la época o la familia que nos toca vivir, pero las
cualidades del alma son comunes a toda la humanidad.
Entre el primer y el segundo triángulo del Árbol de la Vida se
ubica un sephira invisible llamado “Paroket” o “el abismo”. Es un
salto, que supone pasar más allá de los 5 sentidos, para acceder
a otro nivel de conciencia. Paroket significa pantalla o velo que
separa nuestra vida cotidiana de los mundos sutiles. Hay
guardianes que nos ayudan a adaptarnos a esa nueva frecuencia
y a atravesar la pantalla para cruzar la barrera y llegar al otro
lado. Muchos cabalistas no explican este paso, pero tiene su
importancia dado que nos permite saber qué trabajo tenemos que
realizar para dejar de estar condicionados por la personalidad y
reconocer la manera en que el Alma se expresa y nos transmite
mensajes.
Ejercicios:
• Tomar una pausa antes de cruzar una puerta.
• Recapitular el trabajo hecho hasta ahora.
• Un momento de silencio antes de entrar a un lugar sagrado.
— • —
E
Tiferet
n busca del mundo de Tikun, Jaim Vital había comenzado a
despertar en su interior la capacidad de aprender a reconocer
a los seres humanos. Su maestro era capaz de saber, sólo con
mirar la frente de las personas de qué fuente particular había
derivado su alma y el proceso de trasmigración por el cual
había pasado, así como saber cual era su presente misión sobre
la tierra. Era capaz de decir a los hombres su pasado y predecir
su futuro, prescribiendo para ello las reglas de conducta
necesarias para enmendar los errores que cometió en una
existencia previa. De este modo les ayudaba a encontrar su
particular Tikún, el camino de perfección del alma individual.
El rabí Isaac Luria reunió a todo el grupo en la sinagoga para
explicarles:
— En los días de la Creación, las fuerzas de la luz y las
tinieblas estaban separadas. El mundo requiere, por
consiguiente, un Tikún, una corrección que lo perfeccione. Los
destellos de santidad deben ser redimidos de su cautiverio. Se
los debe liberar de los klifos o cortezas de contaminación y
maldad que los aprisionan, y el único ser que puede lograrlo
es el hombre. Sus acciones serán las que apresuren o demoren
la redención. La doctrina y la práctica de la oración mística es
la parte esotérica de la Kábbalah, la parte reservada a los
elegidos o iniciados. Pero por encima de todo ello se
encuentra la práctica del Tikún. La misión del hombre es la
restauración de su estructura espiritual primordial.
— ELIHAU VIDASH, siempre estás pendiente que yo te alabe
tus méritos por tus labores y servicios, eso es orgullo e
inseguridad. Debes hacerlo por ti mismo, por encontrarte bien
contigo mismo, para encontrar tu propia paz interior, hacer las
cosas lo mejor posible y encontrar la belleza en tus acciones,
eso es Tiferet. Es mejor sentir amor, ser generoso y humilde. Ser
compasivo, tener bondad, tratar de perdonar y comprender a
los demás es mejor que estar siempre haciendo las cosas
esperando el reconocimiento y la valoración del otro, pues de
esa manera acrecienta el amor en tí y no la soberbia y el
orgullo. Es bueno que tengas sentimientos de lealtad y de
pureza, es mejor ser puro con los demás que estar criticando a
los otros. Al sembrar la crítica, de tu boca nacen palabras de
poder y vuelve sobre tí la negatividad. Practica cada día antes
de acostarte y al amanecer un ejercicio consistente en abrir el
corazón, para que fluya de el cada día amor y belleza hacia
la naturaleza y los seres que te rodean. Antes de generar
energía destructiva piensa en el amor.
— El Ari dirigiéndose a todos, prosiguió: — Tiferet es la sephira
central del Árbol de la Vida, el punto de equilibrio, la conciencia
de nuestra alma, desde la que podemos dirigirnos a cualquier
punto del árbol. Tiferet ocupa el centro geométrico del Árbol de
la Vida. Es su corazón, el punto de equilibrio por el que la savia
sube por el tronco y se distribuye por todas las ramas. Se asocia
a la conciencia, la capacidad de ver en el interior de las
personas su naturaleza esencial. Saber apreciar la belleza en
todo. Cuando sabemos apreciar la belleza en un ser humano, en
un animal, en una planta, etc. entonces la amamos ya que
conectamos con su esencia interior. ¿Nos cae mal una persona?
Tratemos de apreciar sus cualidades positivas y conectar con su
faceta bella, entonces su parte oscura o negativa dejará de
molestarnos. Por eso el significado de Tiferet es belleza.
En el ser humano tenemos primero el Nefesh, el alma encarnada
en la tierra, que asociamos al hígado, la sede de las emociones.
El alma queda atrapada en los deseos materiales, a no ser que
active el Ruaj, el alma superior, asociada al corazón. Y aún más
allá el alma tiene otro aspecto: el Neshamá, nuestra conexión con
el espíritu superior, asociada a nuestro cerebro. El Ruaj actúa
como Tiferet, como puente o enlace entre nuestra parte humana y
la divina. El Cristo parece designar estos tres grados en Juan 6, v.
53 bajo el nombre de carne, sangre y vida. Si somos capaces de
ver a los demás como niños, entonces estaremos en condiciones
de conectar con su alma, y si les hablamos pensando en ello
nuestras palabras no las escuchará su ego, sino su Ruaj. Eso
significa que podremos comunicarnos mejor al conectarnos con el
niño interior. El contacto con el niño interior nos abre las puertas
del Alma de los demás seres. Sabremos apreciar la belleza. Este
nombre se refiere a saber descubrir la parte divina llena de
armonía de todo ser vivo.» En toda cosa, grande o pequeña veo
la belleza de la expresión divina».
Tiferet significa belleza en el sentido de la armonía natural del
Universo y el perfecto equilibrio. Es el Sol alrededor del cual giran
todos los planetas. En la Antigüedad los artistas clásicos seguían
el llamado “canon de la belleza” la divina proporción, o
proporción aurea, ya que asociaban la belleza a la armonía y
perfecta proporción. Tiferet es el equilibrio del Árbol de la Vida,
la belleza que emana de la armonía. Oh, amado Tiferet¡¡, lugar
eterno y sagrado donde es posible conseguirlo todo, donde las
flores crecen más que en la propia naturaleza, donde los niños
juegan y hacen posible la magia divina de conseguir la felicidad
de los seres humanos. El tesoro que todo ser humano desea tener
hay que encontrarlo descendiendo hasta el centro del templo
corazón. Todas las psiques están subdivididas según los cuatro
grados de todos y cada uno de los mundos: emanativo, Alztiluth;
creativo, Briah; formativo, Yetzirah y Assiah es el mundo de la
acción y la materia. Hay dos mundos más allá de Neshamá que
están ya integrados con el espíritu. En resumen, tenemos: cinco
nombres dados a las almas, es decir Nefesh, o psique, o alma
inferior; Ruaj o Espíritu o alma media; Neshamah o alma superior;
Hayah o la vida divina; Yehidah o la unidad, es decir la unión.
Esto puede hacernos comprender por qué se dice en el tratado
talmúdico de las bendiciones que el Rey David había dicho cinco
veces, psique mía, alaba a D-os, Sal. 103, vv. 1, 2, 22; Sal. 104,
vv. 1, 35. Hayah sería equivalente a Jokmá, la sabiduría y
Yehidah, a la corona o Keter.
El nombre JEHOVA ALOAH VE DAATH se traduce como “D-os
manifestado a través de la conciencia humana”. Este es el nombre
que nos conectará con Tiferet.
En Tiferet hay dos imágenes mágicas: Por una parte, un rey,
que representa al Ser que debe gobernar su reino, es decir,
Maljut; y por otra un niño con los brazos abiertos como un
símbolo de la inocencia que debemos recuperar para sintonizar
con nuestra alma y como representación del niño de oro, niño
Jesús o niño interior que debemos despertar. Dependiendo del
punto desde el cual lo contemplemos veremos que es un rey si
miramos hacia arriba en el árbol o un niño si miramos el árbol
en sentido descendente. “hasta que no seáis como niños no
podréis entrar en el reino de los cielos”.
Otro de los símbolos es la estrella de 6 puntas, al ser el sephira
número 6, cuyo simbolismo nos habla del encuentro entre un
triángulo que mira hacia arriba (la tierra) y otro que desciende y
mira hacia abajo (el cielo). Representa la unión del cielo y la tierra.
Si nos imaginamos esa figura en modo tridimensional tendríamos
dos pirámides enlazadas que corresponde al dibujo de lo que se
llama “Merkabah” el vehículo de luz que permite a nuestra
conciencia viajar por todas las esferas del árbol, por las diferentes
dimensiones y regiones estelares. Dentro de él se halla el niño
interior. Hubo muchas escuelas cabalísticas en el pasado que
trabajaron este vehículo de luz.
Si somos capaces de ver a los demás como niños, entonces
estaremos en condiciones de conectar con su alma; y si les
hablamos pensando en ello, nuestras palabras no las escuchará
su ego, sino su Ruaj. Eso significa que podremos comunicarnos
mejor al conectarnos con el niño interior. El contacto con el niño
interior nos abre las puertas del Alma de los demás seres.
En ese momento Moshe tuvo el impulso de preguntar:
— Maestro, ¿cómo podemos conectar con el niño interior en
nuestro cuerpo?
— Mira Moshe, el niño interior se encuentra en un lugar del
corazón. Hay dentro del corazón un espacio aparentemente
vacío, tiene forma de un aro, una forma geométrica que es
como una rueda dando vueltas, generando energía. Se forma
otro aro alrededor del cuerpo. Dentro del primero se hallan
todas las formas geométricas. Es en su centro donde se
encuentra la inteligencia divina generando nuevas formas de
pensamiento, nos prepara para la formación del cuerpo de luz
o Merkabá.
Dentro de ese centro corazón podemos recibir el perdón de
Jesed, la curación de Yesod, las revelaciones y la ascensión de
Keter, la terminación del karma de Geburá, el conocimiento de
Daat, el amor y la grandeza de Netzáj, el esplendor de Hod. Es
decir, aquí lo recibimos todo. Podemos alcanzar la unidad y la
iluminación. Aquí podemos alcanzar el poder despegar de la
tierra y viajar a cualquier dimensión, para eso es el Merkabá. El
Merkabá como estrella de seis puntas conecta los sephirot
centrales del Árbol de la Vida: Daat, Hesed, Geburá, Netzáj,
Hod y Yesod.
En Tiferet podemos visitar el llamado “salón de los niños” donde
podemos conectar con todos los maestros espirituales, que
aparecerán como niños inocentes.
Entonces Jaim Vital dijo:
— Maestro ¿es por eso que cuando hacemos algo mal nos
remuerde la conciencia?
— Si, querido alumno, esta energía es divina, es pura e
inocente, y desea que todo ser pueda alcanzar la armonía,
siempre desea que tenga el ser humano emociones,
pensamientos y acciones positivas.
— ¿Cómo puedo conectar con él?
— Es importante que tu mente se centre. Imaginas en lo alto
de tu cabeza un tubo de luz pasa al interior de tu cuerpo,
hasta llegar al toro o rueda. Imaginas una puerta que te
conectará con otra dimensión, y verás en el interior la silueta
de un precioso niño de luz. Él está unido por un cordón al
ángel guardián, que es quien tiene todos los programas y
registros del pasado, presente y futuro. Si pides a los dos que
tu destino cambie y realmente lo piensas, pones tu atención,
lo amas con profundo amor; lo que deseas y visualizas tu
objetivo cumpliéndose, lo lograrás. Tienes que saber que es
importante ver a tu cuerpo físico en el centro de tu corazón
recibiendo aquello que deseas, más recuerda sólo actúa
cuando ames lo que desees, ¿has comprendido esto?
— Si maestro, ¿pero queréis decir que todo se puede
conseguir y cambiar?
— Sí, mi querido Jaim, cuando entras en el interior de la
cámara sagrada correctamente, con intenciones puras,
poniendo tu atención con amor, siempre se concede, porque el
amor procede de D-os, y en ese momento estás conectado a la
energía creadora y dadora de vida. Con el egoísmo y la
ambición no puedes entrar en él. Así no puedes hacer mal uso
de esa energía. La puerta se abre por amor, no por egoísmo.
— Rabí, ¿se pueden curar las enfermedades?
— Claro que sí, todo ser que tiene una enfermedad es debida a
un mal uso de la energía ya que todos los demás sephirot
convergen en él. Este es el poder del amor, de la belleza, la
armonía y la inocencia. Es necesario que el enfermo decida
cambiar su vida, sus formas de pensamiento, sus emociones, y
pueda alcanzar la armonización de sus cuerpos.
— Maestro, ¿también un animal se puede curar?
— Si, claro que sí. Si tu deseas la curación, amas al animal, te
conectas con tu centro de Tiferet en tu corazón y te imaginas
al animal en el interior del corazón recibiendo la energía
curativa, los maestros de curación siempre acudirán a la
llamada de tu niño interior. Visualiza que se está curando y
siente mucho amor por él. Verás como cambia la enfermedad
por salud.
— Rabí, ¿puedo meter en mi corazón con este ejercicio a
otras personas?
— Por supuesto, con tu mente y tu corazón no podrás meterte
físicamente, pero puedes imaginar a sus cuerpos dentro de tí.
Debes entonces pedir permiso al niño interior y al guía
protector de cada uno antes de iniciar la meditación y luego
puedes incluso imaginar que los medicamentos que está
tomando también reciben la luz; que los médicos que tratan
la enfermedad también reciben luz para que la curación sea
más rápida. El guía de cada uno sabe cómo y cuándo le
corresponde ser curado, los guías como te he dicho antes, lo
saben todo.
— Maestro, ¿y el que se tiene que morir?
— Mira hijo, cuando el alma ha terminado su programa en la
tierra decide marcharse. Entonces la ayuda es para que el
alma se libere de ataduras. Siempre se recibe ayuda a través
de la energía del corazón, pero al dejar la materia, el alma
no sufre, se llena de luz, y le resulta más fácil desapegarse
del cuerpo y de todo lo que le rodea. El alma se eleva hacia
la luz sin sufrimiento. Te repito que la ayuda siempre se
recibe, pero no se puede detener el proceso de evolución de
un ser. Cuando el ser decide marchar, se libera. La muerte no
es como creemos. No existe sólo el abandono del cuerpo
físico, el alma es inmortal. Sigue viviendo vida tras vida.
— Maestro ¿puede el centro corazón y el niño interior
ayudarnos a conseguir éxito artístico?
— Si amas el arte y pides desarrollar tu creatividad, a través
del niño interior lo puedes lograr. Se desarrolla el sentido
artístico y la creatividad. Si eres constante y luchador y te
mueves, puedes lograrlo; el universo te ayudará a conseguirlo,
pero recuerda, es imprescindible amarlo. Imaginarlo, creerlo,
visualizar el resultado. A partir de aquí se mueven las energías
creadoras alrededor de tí y tu entorno, haciendo posible que
esto ocurra.
Imagina además en el centro de tu corazón una estrella de
David, una estrella de seis puntas y en su centro el nombre
sagrado Iod. He, Vau. He - Eloah ve Daat. Cuando quieras pedir
desde el corazón tu vehículo de luz Merkabá será activado. Con
él puedes lograr recibir ayuda de los maestros. El creador
controla las calibraciones necesarias para que tus programas
puedan ser cambiados. Cuando el alma sigue el sendero de
Tikun, se produce un gran cambio. Los maestros y rabinos del
pasado desde otra dimensión te ayudan a conseguirlo. Por eso
tenemos la costumbre de visitar las tumbas de los antiguos
maestros para conectar con sus espíritus. Es lo que llamamos
yihud o unificación, un ejercicio de meditación practicado en las
tumbas de los sabios y piadosos quienes, así invocados, se
presentan y revelan al cabalista ciertos conocimientos.
Visitaremos mañana la gruta de Pekkin.
Antes os dará los ejercicios mediante los cuales podéis trabajar
Tiferet:
• Escribir una carta al niño interior pidiéndole lo que queramos.
Escribir con la mano izquierda. Sentir que su inocencia pasa a
nosotros.
• Tratar de ver el brillo y la luz en todo lo que nos rodea.
• Mirar las manecillas de un reloj durante un minuto tratando
simplemente de ser consciente de este acto. Este ejercicio tiene
por finalidad darnos cuenta de lo difícil que es mantener esta
conciencia firme en el aquí y ahora.
• Recordar cuando éramos pequeños y nos llevábamos muy
bien con nuestros hermanos y la familia. Los momentos felices
de la infancia.
— • —
E
Geburá
ra una nueva vigilia de Sabath y el grupo de estudiantes se
dirigió de nuevo a la gruta de Pekín en el monte Meron. La
cueva estaba señalizada por un camino que subía por la
montaña hasta un pequeño saliente en la pared rocosa de la
montaña. La entrada, al final del camino, parecía una puerta
excavada en la propia roca. Isaac Luria comentó a sus
acompañantes:
— Aquí se escondieron de los romanos durante 12 años
Simeón Bar Yojai y su hijo. Fue una época difícil para nosotros
los judíos, aunque no la última. El ser humano,
desgraciadamente, quiere resolver siempre por la fuerza y las
armas aquello que no sabe resolver por el entendimiento.
Monte Meron.
— Maestro, ¿por qué existen las guerras y los conflictos? Es
algo que jamás he conseguido llegar a comprender.
— Ciertamente, Jaim, muchas personas no creen en D-os
porque suponen que jamás habría permitido la muerte y la
destrucción. Sin embargo, la Kábbalah a través de Geburá
nos permite encontrar una explicación a esto.
Geburá, severidad o rigor, da nombre a la columna donde se
encuentra en su parte media. Se asocia a la fuerza de voluntad,
la disciplina y las leyes que hay que cumplir. Son cualidades del
alma. Es la sephira de la causa y el efecto. Toda causa origina un
efecto y todo efecto es la consecuencia de una acción. Si el
hombre se aleja de la ley divina genera energía destructiva que
crea conflicto y destrucción, pues todo ser debe alcanzar la
pureza, respetando las leyes cósmicas y a la naturaleza.
El sephira Geburá ocupa el lugar central del pilar de la
severidad en el Árbol de la Vida siendo este precisamente su
significado. Severidad es sinónimo de: rigor, norma, ley y orden,
pues nos encontramos ante el polo puesto a Jesed que es la
bondad, la misericordia y la generosidad. Sin embargo, ambas
cualidades son necesarias siempre que estén en equilibrio con
objeto de ser capaces de actuar con justicia y perfección.
Si Geburá no existiera, si no hubiera leyes ni principios, el
universo sería un caos y nos llevaría a la destrucción total.
Geburá a través de pequeñas destrucciones y rectificaciones
consigue que se restablezca la armonía perdida. Una de estas
leyes es la de causa y efecto, o ley del karma, según la cual toda
acción origina una consecuencia.
El nombre divino de Geburá es Elohim Gibor, D-os de las
batallas, en este mismo sentido del D-os guerrero que combate a
las fuerzas del mal. A veces las guerras, las epidemias o las
desgracias parecen injustas, pero si pensamos en la ley del
Karma, podemos entender entonces el por qué de esas aparentes
injusticias.
Cuando comprendemos lo que representa Geburá entendemos el
sentido verdadero de la justicia; un tipo de justicia que incluso
trasciende nuestra propia vida, ya que nos permite entender como
funciona la ley de causa y efecto, de una existencia a otra.
El arcángel Camael que corresponde a este sephira es el brazo
ejecutor de la Justicia Divina y podemos recurrir a él cuando
necesitamos que se haga justicia en cualquier asunto de nuestra
vida. El coro de ángeles de Geburá son llamados “serpientes”.
Geburá nos dará cualidades como la entereza de ánimo, la
voluntad, la disciplina, la fuerza interior para enfrentarnos a las
dificultades y el sentido de la justicia tanto con nosotros mismos
como con los demás. La fuerza puede ser también un acto de
amor. Es un amor que rectifica y regenera. Por ejemplo, una
persona tímida, sin la suficiente autoestima, que no se atreva a
plantar cara ante una situación; Geburá, le puede ayudar a sacar
su fuerza interior, a sentirse fuerte y valeroso, le ayudará a superar
los miedos y debilidades y mejorar su autoestima. Una persona
desordenada necesitará trabajar este sephira para volverse
disciplinado y ordenado.
La imagen mágica de Geburá es un rey coronado montado en
un carro de guerra. Es la imagen que corresponde al nombre
Elohim Gibor. Este rey guerrero es una imagen que refleja el valor
y el alma del guerrero interior que todos tenemos. El está
convencido de su voluntad, es capaz de enfrentarse a cualquier
dificultad, siempre tiene ideas positivas y tiene una buena
autoestima. Ayuda a vencer las discordias en las relaciones
humanas y en el trabajo.
Geburá debe equilibrarse con Jesed, pues un Geburá excesivo
daría demasiada intolerancia, rigidez y tiranía. Un ser justiciero que
se quiere tomar la justicia por su mano, mientras que un Jesed
excesivo daría por resultado una persona demasiado “buena” en el
sentido de blanda, débil y pusilánime, sin el debido coraje para
saber ponerse firme.
De ahí que estos dos sephirot den nombre a las columnas
laterales del Árbol de la Vida, la misericordia y la severidad pues
es el punto central del trabajo que debemos realizar para
alcanzar el equilibrio y la justicia.
Ese punto de equilibrio se encuentra en Tiferet, que es la
conciencia, es decir nuestra propia conciencia y comprensión de
las cosas, lo que diríamos el “sentido común”; es el que nos
permitirá saber cuál es la actitud correcta. Tiferet es el corazón,
por lo que habrá que escucharlo para que nos indique la decisión
adecuada.
El universo está gobernado por leyes y reglas. La existencia está
organizada en niveles jerárquicos lo cual nos permite nacer,
crecer, expandirnos, morir y regresar tantas veces como sea
necesario. En cada existencia vamos acumulando experiencias y
conocimientos que permanecen grabados en nuestra memoria
inconsciente. Cuando Geburá o Marte actúan, ocurre que en
nuestra vida surgen conflictos, que obligan a sacar nuestro
empuje y valor para resolverlos. Trabajar con Geburá permite que
las fuerzas divinas nos ayuden a hacer surgir de nuestro interior el
poder de la voluntad y la firmeza.
—Entonces el Maestro, dirigiéndose a Abraham, le dijo—
ABRAHAM HA-LEVI BERUJIM— , debes ser más paciente y no
tan impetuoso, la rabia y el nerviosismo que a veces muestras
potencia tu agresividad y debes relajarte y mostrarte más
pacífico. Has discutido varias veces con Jaim y capto tu
resentimiento y tus acciones agresivas. No es posible
continuar así, pues te puedes desviar de la Torá. Debes ser
misericordioso y tus palabras y acciones deben ser buenas.
Libérate de todo lo negativo pues estás aquí para amar a tu
prójimo como a tí mismo. Desintoxícate de todas las energías
que te hacen faltar a la misericordia; poco a poco, irás
controlando tus emociones. Si estás en un lugar y observas
que dos o más se pelean, crean disputas, chismes, calumnias,
ofensas, y tú estás delante ¿cómo te sientes al ver que todos se
pelean? Esa energía que se genera te afecta porque te pone
nervioso. ¿Acaso no es mejor bendecir y proyectar palabras
pacificadoras para tranquilizar a los que se pelean? Es bueno
enseñar la pureza del corazón y el perdón; que sustituyan sus
discordias por buenas palabras y acciones.
— Pero, Rabí, tengo un problema con mi compañero, nunca
sé cuándo dice la verdad o la mentira; estoy cansado de
soportar sus malas caras y crece dentro de mí la impotencia y
la rabia; mi mundo se ha convertido en hostil, necesito dinero
y trabajo. ¿Qué puedo hacer para que él cambie su actitud
hacia mí? Él se desentiende, nunca sabe nada cuando se le
pregunta por algo. ¿Qué puedo hacer? Llevo ya mucho tiempo
con esta situación.
— Abraham-debes escapar de lo que te oprime. No puedes
pretender que un ser humano cambie sus ideas, pensamientos y
costumbres de un día para otro. Enséñale a armonizarse
consigo mismo. Él puede hacer su propio trabajo para
cambiar, pero tú debes ser su ejemplo en tu comportamiento. Si
tú vives de acuerdo a la Torá y cumples los Mitzvót serás
comprensivo y lo entenderás. Tus acciones transmitirán armonía
y él irá aprendiendo de tí. Cúrate tu rabia e impotencia.
Libérate y llénate de tolerancia y amor, y así podrás enseñarle
a él. Los dos seréis curados y purificados. Tenemos un total de
613 Mitzvót, que son las reglas que Jehová prescribe en los
cinco libros del Pentateuco, repartidas entre 248 obligaciones y
365 prohibiciones. De acuerdo al Talmúd, la cifra 248 se
refiere al conjunto de órganos y articulaciones del cuerpo
humano (aspecto espacial), y 365 es el número de días del
año (aspecto temporal). La educación judía basada en la
aplicación conciente de las mitzvót modela nuestro deseo,
dado que las mitzvót no fueron creadas por el razonamiento y
la especulación de los hombres, sino que son leyes objetivas
que rigen toda la Creación. En realidad, todo ello puede
resumirse en una única ley: Amarás al prójimo como a tí
mismo. Como dijo Maimónides: cada uno de los 613
preceptos cumple la función de inculcar conductas apropiadas,
o erradicar algunas concepciones erróneas; establecer
legislación justa, o eliminar la maldad; imbuir al hombre de
virtudes ejemplares, o apartarlo de tendencias negativas”.
Lo comprenderás mejor con estos casos prácticos: Una madre
estaba muy preocupada por su hijo de 24 años que no encontraba
trabajo, pues él solo quería ser policía; se había presentado a
exámenes de oposiciones varias veces sin tener éxito. Ahora tenía
una nueva oportunidad, salía una nueva convocatoria. Le preguntó
a su hijo si estaba abierto a pedir ayuda a los ángeles. Al
responder afirmativamente, se le enseñó a pedir al arcángel
Camael de Geburá, que interviene en todos los asuntos
relacionados con gobiernos e instituciones. Al cabo de un mes, su
hijo se examinó y aprobó sus oposiciones. Hoy es feliz por haber
conseguido su objetivo.
En otro caso un chico tenía constantemente pensamientos de
suicidio, se maltrataba tomando drogas y alcohol. Su vida era un
caos. A base de pedir a su niño interior que le permitiera renovar
su energía y meditar con Geburá cada día pronunciando el
mantra Elohim Gibor fue sacando de su mente dichos
pensamientos. Elohim Gibor es el aspecto del valor de D-os,
significa “el d-os de las batallas”. Estuvo repitiéndolo mucho
tiempo. Cada día que lo hacía notaba que los malos
pensamientos dejaban de acosarle. Empezó a valorarse a sí
mismo, a volverse más comprensivo y positivo. Logró reconstruir
su casa, su familia. Cada día pedía a la luz roja de Geburá.
Finalmente pudo vencer a sus pensamientos negativos, sus
monstruos interiores e incluso crecer espiritualmente. Hoy se
dedica a practicar la Kábbalah y la sanación. Está felizmente
unido a una mujer, tiene trabajo y paz interior. Logró volver a ser
un ciudadano respetable.
Todo ser elige un programa a realizar hasta que alcance la
unidad y la perfección divina. Este programa se divide en varias
partes, en varias vidas, y elige las cosas que está capacitado
para soportar, según su capacidad de entendimiento. Es un
trabajo con la dualidad; se puede ir viviendo a lo largo de una
vida, teniendo la posibilidad de elegir si quiere afrontarlo cuando
se le presenta y si no está preparado, lo pospone para otro
momento.
Entre tanto, vida tras vida, cometemos muchos errores, que se
añaden al aprendizaje y estos errores pueden ser cambiados al
tomar conciencia, a través de la voluntad de querer cambiar.
Toda causa tiene un efecto y ésos se pueden rectificar. Con la
ayuda de la ley superior, pidiendo desde el corazón, para que se
borren todos nuestros errores. Nuestro espíritu permite que los
seres humanos que se dedican a guiarte en el camino puedan leer
a través de un sistema de adivinación. El inconsciente proyecta
imágenes para avisar de aquellas cosas que están perjudicando
en tu vida, y en la de los seres que te rodean. Todos somos uno y
estamos entrelazados con redes energéticas a través de las cuales
corre la energía y la información, tanto positiva como negativa
que recibimos y que nos afecta. Es por esto que debemos cambiar
por luz y amor todos nuestros actos. Cuando estamos dispuestos a
corregir nuestros errores sinceramente, pedimos ayuda a la ley
superior, colocando nuevos factores de transformación que
permiten cambiar esos puntos negros o energía erróneas que
están en la línea de nuestro destino. Así podemos hacer surgir una
nueva energía de equilibrio, de perfección, y transformar el
destino.
— Maestro, pero ¿el destino realmente existe?
— Hay unas líneas que se llaman las “líneas del destino” que
proceden del pasado, que actúan en el presente y se
prolongan hacia el futuro. Por ese motivo desde el presente
podemos colocar nuevos factores de energía superiores a
través de los pensamientos creativos y la ayuda de las fuerzas
divinas de cada sephirot, nuevos pensamientos capaces de
cambiar estas causas y por tanto los efectos. Todo se mueve,
todo se cambia, es una ley. Todos podemos alcanzar nuevos
valores que nos llevarán a una nueva actuación, desarrollando
la paz en nuestro interior. Por ello es tan importante perdonar
a los demás y no hacer juicios sobre ellos para no generar
energías negativas que alteren nuestro futuro. Si estamos en
paz con nosotros mismos lo estaremos con los demás.
En cierta ocasión una mujer con depresión y ansiedad crónica,
centrada en obsesiones y complejos, se sentía oprimida.
Continuamente estaba en tensión. Toda su vida se sintió víctima y
su cuerpo se fue haciendo rígido, y terminó con problemas en sus
articulaciones. Le enseñé a meditar con Geburá, usando el nombre
Elohim Gibor. La hice entrar en el templo rojo de Marte, para que
combatiera todos sus pensamientos negativos. Pidió ayuda a su
espíritu para que disolviera todas sus obsesiones, complejos,
miedos y demás, todo lo que tenía registrado en sus archivos
mentales a causa de la ley de causa y efecto. Que todo fuera
borrado a través de la ley superior de Geburá. Así, poco a poco,
su conexión con este sephira se hizo más equilibrada, sus
problemas disminuyeron. Hoy ya no tiene depresión, tensión ni
dolores en las articulaciones.
Ahora os daré unos cuantos ejercicios para practicar Geburá:
• Ante una situación dí “no” y escucha luego cómo te sientes.
• Procura decir la verdad a una persona, aunque no le guste lo
que le digas.
• Revisa el vestuario de tu casa. Todos aquellos vestidos y
zapatos que no te hayas puesto durante más de 2 años los tiras
o regalas.
• Pronunciar el nombre Shem Shel Geburá con la petición que
nuestro karma sea borrado y perdonado. El arcángel Camael
es llamado con este nombre para ayudarnos a liberarnos de las
culpas y consecuencias de los errores de nuestro pasado.
— • —
J
Hesed
aim estaba un poco preocupado porque la economía de la
comunidad estaba en crisis, y no sabía cómo hacer para
comprar el terreno que necesitaban para cultivar. Así que
preguntó a su maestro:
— Maestro ¿por qué la humanidad sufre tanto y por qué hay
seres humanos sometidos a una gran pobreza?
— La pobreza, hijo míole contestó el Ari, es algo que se
obtiene a consecuencia del desvío de la Torá, de la ley divina.
El ser humano por naturaleza siempre se desvía de la Torá y
éste es el resultado. La pobreza de pensamientos, la
incapacidad de ver más allá, el verse limitado son actitudes
equivocadas, el no haber entregado amor y misericordia sobre
los demás, el temor y el miedo a enfrentarse a cambios y
nuevas aventuras, creerse no estar suficientemente preparado
nos frena en nuestro camino. Todo ello realizado en otras
anteriores encarnaciones han generado esta energía de
pobreza. Y ahora, se tiene que trabajar para cambiar esta
energía. Para cambiarla es necesario tener un pensamiento
positivo, actuar con amor y misericordia, y actuar con los
demás como harías contigo mismo. Es necesario quitar las
limitaciones, lo temores, la inseguridad, y uniéndote a la Ley
divina puedes recibir toda clase de bienes, todo lo que
necesitas para vivir y ser feliz. Es necesaria la cooperación con
los demás, y encontrar el equilibrio económico. El exceso de
abundancia trae problemas al hombre, pues puede crear en él
un exceso de vicios, miedo a perder lo que se tiene, y por tanto
genera inarmonía.
El exceso de pobreza también es problemático pues indica la
falta de fe en que formamos parte de un todo, que la gran fuente
universal es nuestro Padre y nuestra Madre que nos puede
abastecer y atraer a nuestra vida. Dijo Jesús el Esenio, “pide y se
te dará”. “Adora a mi Padre y pídele a él y no a mí pues es a
través del Padre que puedes recibir todo lo que necesites. No
olvides que antes tienes que redimir y limpiar tus errores
anteriores. Si quieres saber cómo purificar todo lo erróneo pide
ayuda al Padre, regresa a la Ley, pues la Ley superior borra todo
lo discordante y lo inarmónico que había creado la pobreza.
Ahora, hijo mío, confía. Piensa en positivo, saca de tí todas tus
cualidades, ponte a trabajar con amor y da de tí lo mejor. Si
tomas esta actitud, atraerás la buena suerte, la buena gente, el
buen trabajo, la prosperidad, y podrás conseguir ese terreno que
todos necesitamos para cultivar. Si trabajamos en cooperación y
armonía creamos una energía de atracción y la propia ley de
atracción te trae todo aquello en lo que tu confías, pero no
olvides, hijo, que es necesario convivir con la Torá y en la
unidad con Jehová todas las cosas materiales te son dadas sin
lucha, todo se atrae por el conocimiento de la Torá y de la
unión. Recuerda tres cosas: el pensamiento es poderoso; el amor
tiene el poder para vencer todas las barreras de la pobreza; la
fuerza de voluntad te permite conseguir todos tus objetivos. Esto
te llevará a buenos resultados. Ahora os explicaré el significado
de Hesed en el Árbol de la Vida.
Hesed se traduce como Misericordia, representando las
cualidades de la Bondad, la Generosidad y el Altruismo. Hesed,
misericordia o generosidad, dá nombre a la columna donde se
encuentra en su parte media. Se asocia al amor desinteresado. La
expansión y la abundancia. No ponerse límites. Son cualidades
del alma. Es llamado también Gedulá = grandeza.
Si pensamos en nuestra casa, pensemos en las casas de
nuestros vecinos; si pensamos en nuestra ciudad, hagámoslo en
toda la región; si pensamos en la región llevemos nuestra mente
al país entero, y aún más allá, a todos los países de la tierra,
para expandir nuestra conciencia, y si pensamos en la tierra
entera, imaginemos que ésta forma parte de todo el universo. De
este modo acostumbraremos nuestra mente a no limitarnos. A
pensar siempre en expansión, a no ponernos límites que nos
frenen y considerar entonces que todo es posible. No hay nada
imposible para el infinito.
El nombre divino de Hesed es ÉL, el Señor, el Todopoderoso. El
Arcángel es Tzadkiel, que es muy amoroso y se conoce como el
ángel de la abundancia; y el coro de ángeles los Chasmalim, los
brillantes. El planeta es Júpiter y la imagen mágica es la de un
Rey en su trono, con corona, una capa y un manto de armiño.
En este sephira vamos a entrar en contacto con una fuerza muy
espiritual, ya que es el lugar más elevado que nosotros podemos
alcanzar conservando todavía la conciencia humana, aquí
encontraremos el contacto con los Tzaddikim, Maestros de
Sabiduría, los Maestros Ascendidos.
La diferencia entre Hesed y Geburá es que en Hesed
encontraremos el Rey sabio como Salomón, y en Geburá
encontraremos al Rey conquistador. Este segundo triángulo es el
que nos enseña el alma, la individualidad, formado por Tiferet,
que representa la conciencia, por Geburá que representa la
fuerza, el orden y la severidad y por Hesed que representa el
Amor y la Misericordia.
Están representados por los tres colores primarios: amarillo, rojo
y azul, aquí se establecen las tres fuerzas principales con las que
se formarán todos los colores y en definitiva todas las formas.
Zadok, el sumo sacerdote de Salomón estableció las medidas del
templo y lo inauguró. Por ese motivo, para nosotros, es uno de los
maestros de la Kábbalah. Michel-Zadok = Melchisedec. Se trata
del mismo ser, que se relaciona con Hesed. La orden de Zadok es
la misma orden de Melchisedec Jesús fue iniciado según la orden
de Melchisedec. En Hesed es donde podemos conectar con las
inteligencias de todos los maestros que nos han precedido. Desde
la época del rey David, los sumos sacerdotes han sido asociados
a las figuras de los arcángeles. Zadok a San Miguel, Ebyatar a
San Gabriel y Levi a Saltiel.
Así como el linaje real de Israel se transmite de generación en
generación, también el linaje sacerdotal con las tres líneas que
proceden de Zadok, Ebyatar y Levi, se transmite a través de sus
descendientes. Las familias relacionadas con estos tres sumos
sacerdotes se casan con la finalidad de perpetuar el linaje de
estos sacerdotes. Por ello, para los cabalistas, es muy importante
el amor; una de sus características es saber encontrar a la pareja
adecuada para que el linaje prosiga.
Zadok pintado en la Capilla Sixtina.
En Hesed es donde se va a aprender el verdadero amor, el amor
incondicional. Es el lugar del amor y la misericordia. Si somos
generosos y misericordiosos nos vendrá la abundancia. La parte
negativa de Hesed es el despilfarro, el juego, la glotonería, la
gula y la falta de escrúpulos y la tiranía.
— YAAKOV, dijo MOSHE ALSICH he observado que estás
comiendo demasiado y a veces tomas las raciones de tus
compañeros.
— Es que no puedo evitarlo, me comí un pedazo entero de
chocolate ayer y hoy el pan estaba muy bueno. -
— ¿Acaso no es mejor controlar, —repuso Moshe—, el ansia
de comer llenándote de las fuerzas espirituales?
— Tendré que pedirle al Maestro cómo puedo hacer para
controlar mi gula y egoísmo.
Así, ambos llegaron hasta Isaac Luria planteándole la cuestión.
Éste les contestó: -Todas las cosas buenas existen en tí, abre tu
corazón, entra en él y saca la fortaleza y la voluntad y piensa en
tus hermanos, que también tienen su derecho a comer.
Necesitarás la voluntad para dominar la gula. En realidad,
nosotros comemos para alimentar nuestro cuerpo. Este recibe todo
lo que necesita cuando no caemos en excesos. Cualquier exceso
movido por nuestros placeres sensuales va a provocar un
desequilibrio en nuestro cuerpo. Por eso, debemos ser mesurados,
porque nuestra salud depende de nuestra alimentación
equilibrada.
Esfuérzate en conectar con las energías divinas que te darán el
alimento que tú necesitas.
Te daré unos ejercicios para que practiques Hesed:
• Cada vez que pienses en una cosa concreta de tu futuro,
piensa en algo mayor.
• Si tienes la oportunidad de tocar joyas, objetos valiosos, oro
o plata, siente el contacto del objeto, notando su valor, pero sin
desearlo.
— • —
E
Daat
l sephira llamado Daat se considera invisible y habitualmente
sólo se insinúa en el Árbol de la Vida. Se traduce como
conocimiento. Corresponde al periodo de transición entre el
triángulo intermedio y el superior del Árbol de la Vida. Lo que
significa abandonar nuestra noción de individuos como seres
separados del resto para adquirir la conciencia de la unidad con
el todo. Esto representa una gran muerte y es uno de los misterios
del Árbol de la Vida que corresponde a lo que en la Kábbalah
se denomina el Gran Abismo, o el sefirot invisible, llamado Daat.
Se llama el Gran Abismo porque representa que aquí hay un
salto de conciencia, hay un momento en que tenemos que dejar
de ser humanos para pasar a ser dioses, y la categoría de D-os
equivale a sentirse fusionado con todo lo que existe,
representando perder todo sentido de individuo, perder la
conciencia del Yo.
Cortina del Tabernáculo.
Al ser individuos, nuestra conciencia del Yo hace que nos
veamos diferentes a las otras personas, e impide que veamos lo
que nos une a ellas, que comprendamos el sentimiento de unidad.
Para pasar de Jesed a Biná hay que pasar la GRAN MUERTE,
hay que morir en esa ilusión de creernos diferentes y a través de
esa muerte adquirir una nueva conciencia, la de la unidad, se
deja de ser humano para convertirnos en un D-os. Si observamos
el Árbol de la Vida notaremos que son las dos únicas esferas que
no están conectadas por un sendero, siendo preciso realizar un
salto para pasar de Jesed a Biná. En ese salto estará Daat, el
conocimiento.
En este sephira podemos vivir la experiencia del vacío y el
silencio. El vacío es negro; en él, nos desprendemos de todos
nuestros pensamientos y deseos, pero en ese instante de calma y
silencio podemos percibir que estamos vivos y que todo vibra y
vive a nuestro alrededor, aunque no podamos verlo.
Si tenemos conocimiento de las cosas podemos tener control
sobre ellas. Es necesario tomar conciencia de todo lo que estamos
realizando y lo que nos queda por realizar en todos los ámbitos y
áreas de nuestra vida. Desde el estado de vacío de Daat
podemos disolver todos los errores que nos crean frenos en
nuestra vida y transformar todo aquello que provoca el caos.
Isaac Luria reunió a todos sus discípulos para decirles:
— Sé que me queda ya poco tiempo de vida. Os quiero
agradecer todo vuestro cariño y apoyo. Ahora cada uno de
vosotros tendrá su propia misión, y tendrá que realizar el
camino por sí mismo, sin el apoyo del Maestro. Esto puede
conduciros a una sensación de vacío, pero mi espíritu
siempre estará con vosotros. Podréis enseñar que a través de
la Kábbalah la muerte no existe. Vosotros: Jaim, Shelomo,
Elihau, Yaakov, Abraham, Moshe y yo somos siete como los
brazos de la Menorá. Formamos el candelabro de oro,
formamos parte de un tronco común y cada uno ilumina una
parte del espacio. Nuestro Tikun particular nos ha reunido
para permitirnos llevar a la tierra el conocimiento que la
humanidad puede cambiar su nivel de conciencia, para crear
el mundo de Tikun, una tierra de felicidad. Cada vez que
encendáis la Menorá yo estaré entre vosotros, ya que
seremos las siete candelarias. En una de ellas estaré yo.
Shelomó y Yaakov lloraban en silencio pensando que su maestro
estaba despidiéndose y su marcha se acercaba.
— Isaac Luria prosiguió: -Id y enseñad la conexión con el
Todo. Cómo todo fue creado. El mundo, todos los universos,
nacieron del sentimiento, del corazón, el amor y el aliento del
Creador. Así se formaron todos los universos que existen, todo
está compuesto de luz viva. Enseñad a los seres humanos que
quieran alcanzar la iluminación que todo está unido y no hay
separación. No hay barreras si el ser humano está unido al
todo. Desde la partícula más pequeña hasta la galaxia más
grande que existe, todo está compuesto de la esencia del
Creador. Por tanto, todo lo que nos rodea es nuestra familia,
porque todos somos hijos del mismo Padre. Enseñad que nos
desviamos de la Torá y que hay que regresar a ella. Para
alcanzar el cielo hay una escalera, no es física, sólo se puede
ver a través de los ojos del corazón, a través del amor. Cada
uno debe pronunciar los 72 nombres de D-os, ya que ellos os
ayudarán a liberaros de la densidad y crear alas de poder
que os ayudarán a subir esta escalera.
Al ascender tendréis sensación de estar en el vacío, en la
nada. Más allá de la materia. Enseñad que cuando se
pronuncian los nombres de D-os se recupera el sello sagrado
del aliento de D-os. Todo lo que existe nació de allí. Estos
nombres al pronunciarlos crean envolturas de luz que permiten
al ser humano regresar hasta Él.
Es en el trabajo de Daat donde podemos saber, aunque la
persona no hable, qué es lo que piensa, saber sus
motivaciones profundas.
Zadok pintado en la Capilla Sixtina.
Como un legado final os encargaré una práctica para que
hagáis cada año durante la semana de Sucot. Siete
antepasados justos del pueblo judío – Abraham, Isaac, Jacob,
Moisés, Aarón, José y David – son “invitados” como huéspedes
especiales en nuestra sinagoga durante los siete días de Sucot.
Nosotros siete, somos una representación de ellos también.
Decorad las paredes de la sinagoga con carteles con
inscripciones que incluyan los nombres y descripciones de los
siete huéspedes. Cada uno de ellos representa a una sephirot,
y gracias a ellos podemos llegar a descubrir aspectos de la
presencia de D-os en el mundo.
El huésped espiritual de cada día es invitado antes de la
comida y se recitará el siguiente texto:
“Sea Tu voluntad, Señor, D-os mío y D-os de mis
padres, enviar Tu presencia entre nosotros
y extender sobre nosotros Tu paz, para
que nos rodee con la majestad de tu puro y santo
resplandor. Da suficiente pan y agua a todos los que tienen
hambre y sed. Danos muchos días para llegar a viejos
sobre la Tierra, la sagrada tierra, para que podamos servirte
y reverenciarte. Bendecidos por el Señor por siempre – amén,
amén. Invito a mí comida a los exaltados huéspedes –
Abraham, Isaac, Jacob, José, Moisés, Aarón y David.”
Cada noche nos dirigiremos a otro huésped, por ejemplo:
“Abraham, mi exaltado huésped, pueda complacerte que
todos los otros exaltados huéspedes se nos unan a mí y a tí –
Isaac, Jacob, José, Moisés, Aarón y David.”
Tenemos que orar mucho porque en Daat residen los demonios,
Kliphot, o fuerzas oscuras del hombre de las que tenemos que
liberarnos. A veces la voluntad de las personas es manipulada
por entidades negativas anulando su pureza, entrando en cólera,
resentimientos o deseos de venganza. A estas entidades
llamadas Kliphot sólo se les puede combatir invocando a las
altas jerarquías como los arcángeles Miguel, Sandalfón,
Metatrón, y al Cristo Cósmico. Ellos se encargan de atar a esa
entidad negativa y transportarla al lugar donde recibirán el juicio
de D-os y podrán tener una nueva oportunidad de querer
cambiar y convertirse a la luz. Un ser pose ído tiene anulada su
mente y no puede pensar por sí mismo. Está manipulado. No
tiene voluntad.
— Maestro, ¿cómo podemos reconocer a una persona que
esté poseída?
— Lo primero que observaremos es que su mente está
totalmente descontrolada, sus emociones alteradas, está
agresivo y ante la presencia de los nombres de D-os comienza
a vomitar, a lanzar alaridos, pegar golpes, pues la sola
presencia del Nombre les hace retorcer sus cuerpos. Recuerdo
el caso de un niño de cinco años que lo trajeron sus padres
desesperados pues lo habían echado de los colegios porque
pegaba a los maestros y a otros niños, rompía y destruía todo.
Las personas que se acercaban a él terminaban peleándose.
Ni tan siquiera los psicólogos pudieron resolver este caso. Se
le hizo un exorcismo con agua bendita y la invocación de los
arcángeles y el Cristo. Esa fuerza negativa, poco a poco, iba
perdiendo intensidad. El ser destructivo desapareció. Cambió
inmediatamente el ambiente, comenzó a relacionarse con
otros niños y estudiar sin mayores problemas. Para ello hubo
necesidad de hacer varias novenas con rezos, es decir,
durante períodos de nueve días.
— El Ari insistió: “-Jaim Vital dejará por escrito todas mis
enseñanzas, pero sólo publicará algunas. Las restantes
permanecerán guardadas hasta el momento oportuno. Y
dirigiéndose antes de morir a Rabí Yitzjak Cohen le encomendó:
“Diles a los amigos de mi parte, que a partir de ahora en
adelante no publiquen la sabiduría que les enseñé, en absoluto,
porque no la han entendido debidamente, únicamente Rabí Jaim
Vital se dedicará a ella ocultamente y en silencio-”.
“¿Es que acaso no hay más esperanza? – preguntó Rabí
Yiztjak Cohen, nervioso.
“Si serán afortunados, vendré y les enseñaré”, contestó el
Arí.
Pero Yitzjak Cohen no entendió sus palabras. “¡¿Cómo
vendrás a enseñarnos después de haber fallecido?! – preguntó
nuevamente.
“No tienes asuntos en lo oculto”, le contestó el Arí y falleció,
a los 38 años de edad. Corría el año 1.572. Su muerte fue
provocada por una epidemia que llegó a la ciudad.
Los ejercicios que podéis practicar en Daat son los siguientes:
• Guardar silencio, concentrándose en la respiración. Pronunciar
mentalmente el nombre de D-os: Iod He Vau He.
• Trazar con la mano extendida una estrella de cinco puntas con el
vértice hacia arriba, dar un paso hacia delante colocándose en su
interior mientras se pronuncia el nombre Jehová Elohim. Este
ejercicio es para limpiar el ambiente de una sala y a la propia
persona de energías negativas.
• Al mirar un objeto, preguntémonos. ¿cómo será por la parte
de atrás?
• Preguntarse: ¿qué es lo que hay al otro lado del velo? Escribir
un mínimo de diez veces en silencio el nombre Jehová Elohim y
cerrar los ojos para ver qué imágenes aparecen en la mente.
— • —
U
Biná
na grave epidemia llegó a la ciudad de Safed. El maestro
Luria enfermó gravemente y tal como le había anunciado el
profeta Elías dos años antes, finalmente murió el día 15 de
Julio de 1572, a la edad de 38 años. Sus discípulos
condujeron su cuerpo hasta el cementerio para enterrarlo junto
a la tumba de Simeón Bar Yojai. Ahora, Jaim, quedaba como
depositario y heredero de sus conocimientos. Era el nuevo
maestro de la comunidad. ¿a quién le dejaría su legado cuando
él muriera? De la misma manera que ellos dos se habían
encontrado milagrosamente, a lo mejor un joven muchacho
estaba esperando sin saberlo su propio destino, o quizá ¿aún no
habría nacido?
Estas reflexiones llevaron a Jaim a recordar el momento del
encuentro con su maestro. Él, voluntariamente había demorado el
mismo. Ahora comprendía que había un plan maestro, un destino
para que ambos se encontraran, pero ¿y si él no hubiera
acudido? Comprendía ahora que con esa actitud lo único que
habría logrado es aplazar para otra existencia no sólo el
encuentro sino también toda la expansión de la enseñanza que se
estaba produciendo en estos momentos, pero que más tarde o
más temprano aquél se habría producido.
Tumba de Isaac Luria en Safed.
Ahora cobraba sentido por qué su maestro tenía tanto interés en
saber el pasado, presente y futuro de las personas a las que
examinaba y el por qué habían llegado a Safed, la ciudad de la
adivinación y las profecías. Todo ser humano tiene un plan que
tiene cumplir, una misión, y al explicárselo a sus alumnos, su
maestro podía acelerarles la evolución. Saber quiénes hemos
sido, quienes somos y quiénes debemos ser es el plan divino de
cada alma, su propio Tikun.
Recordó entonces las enseñanzas recibidas sobre el sephira
Biná:
Biná se asocia al hemisferio cerebral derecho, quien controla
los procesos emocionales, sensitivos o intuitivos que rigen la
parte izquierda del cuerpo. El entendimiento intuitivo, captar
las cosas inmediatamente son cualidades de Biná. Además, se
asocia con la muerte, el dolor y el aprendizaje que ello
conlleva. El concepto del tiempo y el espacio. La luz existe por
sí misma sin sombra. Esta se crea al proyectarse la luz en el
espacio.
En este sephira se hallan las formas geométricas fundamentales
de la materia. Todo lo que existe en su parte más pequeña se
puede reducir a diferentes formas geométricas. Las sales
minerales, los cristales de nieve, los cuarzos, la forma de las
flores, los caracoles, el pentagrama de una manzana partida, los
huesos de muchas frutas forman distintas geometrías. Asimismo,
en el ser humano, en la sangre, las proporciones del cuerpo y su
simetría. Cuando pensamos en lo más pequeño llegamos a la
conclusión que todo en la naturaleza está formado de figuras
geométricas. Por ello cuando miramos o meditamos en dichas
formas nuestra mente se conecta con el mundo abstracto de Biná
y nos llenamos de armonía y equilibrio. Porque cada una de ellas
nos conecta con el todo. En las meditaciones de Biná es frecuente
que aparezcan en la mente imágenes de tetraedros, hexagramas,
dodecaedros, etc.
Ahora, la forma característica de Biná es el triángulo, asociado
a la trinidad: padre-madre-hijo.
La imagen de Biná es la de una anciana mujer, la Shekinah, la
presencia divina en el mundo. Es el rostro femenino del Creador
que se representa como una dama enlutada o engalanada, según
se trata de una situación de dolor y muerte o bien de luz y
redención. El objetivo de la unión mística es conciliar los
principios masculino y femenino. La labor principal del cabalista
es ayudar a restaurar la unión de la parte femenina.
El nombre divino es ELOHIM.
Cada persona tiene su propio Tikun, su camino de aprendizaje.
Según sus actos así encontrará su futuro, pero también tenemos un
programa maestro diseñado por el Creador sobre el cual
podemos realizar variaciones o acelerar o retrasar procesos.
Cada galaxia, cada estrella, cada sol, cada ser humano tiene
un programa que les llevará hacia un encuentro con todos los
seres. A lo largo del viaje, el ser humano tiene un camino de
reencarnaciones. Cada una es una etapa del camino, cada ser
tiene a la vez su propio patrón y programa que puede ir
cambiando a medida que alcanza un alto nivel de comprensión
y entendimiento. Puede ir cambiando sus causas y sus efectos.
Cuanta más luz y amor, más fácil y llevadero. Se hace el
trayecto de vida, se puede acelerar, cambiar. Cada uno puede
vivir las lecciones sólo o en compañía.
Al conectar con la energía divina de Neshamá, el espíritu, así
como su parte femenina, la Shekinah, la película de las
experiencias de la vida es comprendida. Debemos saber que
también formamos parte de los programas de los demás, pues
existe un programa colectivo y tenemos que experimentar cosas
con las que no contábamos, que no hemos sido conscientes de
haberlas programad, pero sí que nuestro Neshamá las sabía y
tenía en cuenta. Por eso, si nos unimos a él, quien conoce
perfectamente el programa de vida pasado, presente y futuro, y si
nos dejamos guiar por él desde nuestro corazón, desde nuestra
voz interior, podemos mejorar nuestro destino y el de la tierra; el
Tikun personal y el colectivo, hacer un mundo mejor, el mundo de
Tikun. De este modo podemos acelerar los tiempos para que el
Mesías descienda.
Ya sabemos que entendiendo y comprendiendo el programa
maestro, podremos encontrar el camino de la ascensión y el
regreso a la unidad, que es el objetivo de todo ser humano, pero
a lo largo de nuestras existencias como humanos dentro de la
dualidad, hemos ido creando otros programas equivocados, por
haber ignorado la presencia divina en nuestro interior. A
consecuencia de ello, hemos sido fácilmente manipulados por
entidades negativas, los Kliphot de este mundo y otros.
— Maestro, ¿por qué muchas personas sufren enfermedades
psíquicas y ni siquiera reciben respuesta a su curación con la
medicina?
— Porque sus mentes quedan poseídas por parásitos,
implantes y dispositivos negativos creados por los Kliphot con
la intención de debilitarlas, confundirlas y hacerles tener
visiones irreales, fantasías e ideas destructivas que acaban
volviendo loca a la persona. Les baja la vibración de la
energía mental. El motivo por el cual no se curan es porque la
medicación y la terapia no puede arrancar a estos parásitos o
cortezas. Para arrancarlos o combatirlos es necesario entrar
en el corazón, pedir a la parte divina interior de cada ser
humano que se conecte con la energía mesiánica que tiene el
poder de redimir y liberar el mal de una persona, así como
entregar el libre albedrío.
— Rabí, ¿por qué estos parásitos invaden la mente del ser
humano, si tenemos el libre albedrío? Si una persona no
quiere ser manipulada, ¿por qué ocurre?
— Todos los seres que aman y sirven a D-os, en su aspecto
masculino y femenino, y aman la ley suprema como única
fuente jamás rompen el libre albedrío. Sin embargo, los seres
que están en la dualidad, que se creen dioses, confunden a
las almas, dando informaciones equivocadas; como no
respetan la ley suprema, la ley de unidad, invaden al ser
humano sin su consentimiento. Para ellos no es necesario el
respeto del libre albedrío. Por ese motivo el mal invade a
todos los seres humanos y el cielo sólo puede intervenir para
sanar cuando se perdona, se ama, y se unifica la persona
desde el corazón con el todo.
— ¿Qué significa esto de entregar el libre albedrío?
— Querido Jaim, significa aceptar que no estamos solos. Que
hay un espíritu superior, y que cuando nosotros le entregamos el
libre albedrío, las divinidades pueden entrar en nuestro campo
energético, mental y emocional y pueden entonces entrar en
nuestra memoria y limpiarnos de esos parásitos que están
atrapados en nuestros patrones de conducta equivocados desde
vidas pasadas. Esas entidades están atrapadas como
consecuencia que en otras vidas hemos grabado conceptos
equivocados. Por ejemplo: una monja o sacerdote que en otra
existencia hizo votos de castidad y creyó profundamente que la
sexualidad era mala y las relaciones de pareja no eran posibles.
Ahora en esta vida la energía que el creó le impide tener
relaciones o una pareja. Eso es un patrón mental. Otro ejemplo:
una persona que en vidas pasadas se flagelaba por sus creencias
sigue llevando presente este molde de conducta. En la vida
presente esta persona recibe malos tratos, atrae a personas que le
maltratan. Otro caso: una persona que murió ahogada con sus
hijos en un naufragio, en esta vida tiene mucho miedo al mar y
ese miedo le provoca accidentes.
— Entonces, repuso Jaim, ¿A una persona que esté poseída,
se le pueden quitar estos parásitos?
— Sí. Primero la persona debe tomar conciencia del origen de
su problema. Y luego se puede pedir ayuda a los arcángeles
Miguel y Zakfiel, a la Shekinah que son los que tienen el poder
de remover, arrancar y liberar a estas entidades que están
atadas a los cordones psíquicos y al campo mental, emocional y
energético desde vidas pasadas.
— Maestro, ahora comprendo porqué usted tiene la costumbre
de decirle a las personas quienes han sido en vidas pasadas,
para que comprendan y perdonen todos los errores que
arrastran desde esas épocas.
— Es necesario pedir perdón a todos los seres que han
formado parte de tus vidas, con las cuales tuviste algún
problema, ya que, aunque no estén presentes en tu vida
actual, sí está presente la energía. Todos estamos
interconectados a través de estos hilos o redes a la mente
colectiva. En ella no existe el tiempo. Todo es un presente.
En Biná podemos entender que todas aquellas experiencias de
nuestra vida donde hemos sufrido y vivido dificultades han
servido para algo, quizá nos han hecho fuertes, valerosos, nos
han permitido desarrollar cualidades que de otra manera
probablemente no hubiéramos tenido. En este sephira
aprenderás a liberarte de tus sentimientos de culpa. Porque verás
que todo existe por algo, todo tiene un porqué. Si eres capaz de
aprender qué te ha enseñado esa experiencia dolorosa,
encontrarás su significado. Entonces ya no hay que sentirse
culpable por nada. Para ello hay que amar y perdonar todas las
circunstancias de tu vida y los lugares donde hayas estado. Todo
está bien y todo sigue un plan y un orden perfecto. El secreto de
la curación está en pedir: purificación, perdón y liberación, todo
ello a través del amor hacia uno mismo y los demás.
En Biná es la esfera de los registros y memorias de toda la
humanidad. Para curarnos realmente es necesario retroceder a
Biná para sanar todo aquello que tengamos mal realizado.
Todas las personas que nos encontramos a lo largo de nuestra
vida forman parte de nosotros, reconociendo que nos vamos
encontrando con unos y otros es importante reconciliarnos con
todas las partes, todos los humanos hasta llegar al grado de
amar a todo lo que existe; ahí es donde aparece la verdadera
curación, cuando no sentimos odio, envidia, celos, todo lo que
provoca la separación. Que no nos afecte la imperfección que
podamos ver en los demás. En Biná hay la gran madre, las
aguas primordiales, el gran mar; todo lo que existe en el
universo viene de allí; está formado por su agua. Como todos los
hijos que regresan a su madre, el reconocernos como hijos de
esa madre y sentir ese amor por todo, como si fuera nuestros
hermanos, es lo que nos lleva realmente de regreso a casa, pues
nos da la salvación y redime nuestras faltas. Todo lo que haces
por los demás lo haces en realidad por tí mismo, al reconocerte
como parte integrante del todo.
Os voy a explicar un caso que me ocurrió:
Un matrimonio tenía 3 hijos. La madre adoraba al pequeño y
siempre lo defendía, aunque su actuación era errónea por la
superprotección de la madre. Los otros dos hermanos crecieron
sin la protección materna, aunque se desenvolvieron muy bien en
la vida llegando a ser hombres de bien. Tuvieron sus
correspondientes negocios y sus familias muy unidas. El hermano
menor super protegido, por el contrario, quería las cosas fáciles,
sin esfuerzo. La madre al ver que no sabía defenderse en la vida
quiso dejarle toda su herencia. El padre no estaba de acuerdo,
pero no podía hacer nada para convencerla.
Comenzó el odio, la rabia, la crítica y la separación entre los
hermanos, las cuñadas, los sobrinos y toda la familia entró en
conflicto. El hermano mayor vino a visitarme y me contó la larga
historia y a lo que les había llevado la herencia y el odio. Él
quería paz, olvidar y perdonar, pero había otro problema
mayor: el padre, enfadado por el reparto de la herencia de su
mujer, decidió repartir su parte para los dos hijos mayores. Al
morir el padre fueron al notario a leer el testamento y claro está,
no había dejado nada para el hijo menor. Le dije al hermano
mayor que todo había ocurrido por la ley de Herencia de Biná.
Todos hemos hecho cosas mal en otros momentos de nuestra vida
o en vidas pasadas.
Lo que se debía aprender de esta situación era la comprensión,
la aceptación de los hechos y el perdón. Le recomendé reunir a
su familia y hablar. Especialmente que todos eran víctimas de
unas circunstancias kármicas y ahora tenían la posibilidad de
aprender a perdonar y aceptar que no hay pérdidas materiales,
sino que con el dinero de la herencia se pagaba una causa mal
creada de otras vidas y que compraban con ella su libertad y el
entendimiento. Finalmente se repartió todo por partes iguales,
pues los tres hermanos se pusieron de acuerdo.
Ahora te voy a indicar unos ejercicios prácticos
• Imagínate que eres una madre con muchos hijos y que todos
se han marchado de casa porque cada uno tiene su vida.
Siente amor por ellos sabiendo que tienen que cumplir su misión
y esperas su regreso. Imaginas que al regresar los recibes con
amor y esta espera la has vivido sin sufrimiento, con fe y
entendimiento.
• Si alguien de tu entorno o familia ha fallecido, siembra un
árbol o una planta de hojas perennes y cuídala como si se trata
de esa persona. Será tu vínculo de amor con ella.
• Si alguien te ha abandonado, viaja en una embarcación por
un río, lago o mar sintiendo que la brisa que acaricia tu rostro
es la presencia del ser que partió y habla con él igual que si
estuviera delante.
• Compra un cráneo de cerámica o cristal y acarícialo mientras
vas familiarizándote con el y perdiendo el miedo a la muerte.
• Visita un cementerio o tumba y contempla las reliquias de un
santo. En ellas está contenida su esencia a pesar del tiempo
transcurrido. Es como si no hubiera pasado el tiempo. Este
ejercicio es el que hacemos al visitar las tumbas de los rabinos
del pasado.
— • —
E
Jokmá
ra el año 1.587. Habían pasado ya más de 15 años desde la
muerte de su maestro, y Jaim Vital seguía recordándolo,
aunque ahora estaba de nuevo en Damasco con su gente,
viviendo su propio camino. Después de la muerte de Isaac
Luria, el maestro se le había presentado en sueños numerosas
veces dándole indicaciones, pero estas visitas se habían hecho
menos frecuentes los últimos tiempos, hasta casi desaparecer. Su
hijo mayor, Samuel, se había convertido en uno de sus mejores
discípulos y ahora a él le explicaba los secretos de la segunda
sephira: Jokmá.
— Jokmá se traduce como Sabiduría, el nombre divino de esta
sephira es JEHOVÁ, pero también YOD-HE-VAU-HE, que son las
cuatro letras básicas de la creación:
YOD => Fuerza Masculina
HE => Fuerza Femenina
VAU => Fuerza del Hijo
HE => Fruto del Hijo
Este es un mantra muy poderoso, que no tiene traducción, ya
que es el nombre impronunciable; nosotros no podemos conocer
a D-os en su totalidad. El tetragrámaton o cuatro sagradas letras
son consonantes, no sabemos las vocales que hay entre estas
letras, por eso los hebreos le dan unos nombres diferentes a D-os
diciendo que representan distintas características suyas, como son
ADONAI o JEHOVAH, siendo tan sólo un acercamiento al
nombre impronunciable. El Absoluto, el Ain Soph no puede ser
conocido por la mente humana. El verdadero nombre, así como la
imagen del D-os absoluto están fuera de nuestro entendimiento.
IHVH es “él es”. Se trata de la esencia divina volviéndose
inteligible a la razón humana. La esencia divina en tanto que
razón de ser de todo lo que concierne al espíritu humano.
La esfera de La Sabiduría se encuentra encabezando el Pilar de
la Misericordia, opuesto al Pilar de la Severidad. El primero
corresponde al pilar de lo masculino y el segundo, al pilar de lo
femenino. La tradición esotérica señala que el Centro de Energía
donde se manifiesta la idea de esta esfera es el Zodíaco. El Sepher
Yetzira la denomina Inteligencia Iluminadora. Cuando el verbo
creador dice: «Hágase la Luz», está poniendo en acción a La
Sabiduría o Jokmá.
Jokmá nos dice que hay algo que nosotros no podemos saber, el
nombre impronunciable. Igual que la sabiduría, es algo que
nosotros no podemos llegar a conocer en su totalidad, ya que
cuando la conocemos aparece el entendimiento de Biná, dejamos
de percibir la sabiduría universal porque comprendemos una
parte de la misma, podemos comprender las partes, pero no la
totalidad.
Cuando damos el salto al primer triángulo, es posible llegar a la
sabiduría, al conocimiento de todo, y esta sabiduría de Jokmá es
la Omnisciencia, el conocimiento absoluto, siendo capaces de
permanecer en la unidad.
Estas cuatro letras, Iod, He, Vau, He pueden combinarse entre sí
dando lugar a lo que se llama “las permutaciones”. Podemos
formar 12 combinaciones distintas, así como 64 si usamos sólo
tres de dichas letras. La pronunciación correcta de las cuatro
letras empleadas para representar al D-os de Israel correcta es:
Iud, Hei, Vod, Hei.
Esta combinación de 3+1, se forma porque el segundo He, en
realidad, es un fruto y una derivación que conduce a la creación
de otro mundo, una nueva dimensión.
Algunos estudiantes de Kábbalah han leído y sostienen que,
pronunciar correctamente el nombre divino, -iud, hei, vod, heiprovocaría
la destrucción del mundo. Esto es incorrecto y es
producto de la ignorancia de tomar las enseñanzas esotéricas en
forma literal. De lo que se trata es que, si alguien lograra la
identificación con la esfera, dejaría de ser una existencia aparte
para fundirse en la Sabiduría. Entonces, su mundo, su realidad,
habrá desaparecido. A esto se refiere la enseñanza sobre el
nombre divino asociado a esta esfera.
Jokmá se asocia al hemisferio cerebral izquierdo, quien controla
los procesos racionales, la auto-conciencia y la voluntad que rigen
la parte derecha del cuerpo. La determinación, el impulso o la
voluntad son cualidades de Jokmá. Además, se asocia con la
percepción de la unidad de todas las cosas y el amor impersonal
o cósmico. En este punto es donde D-os dijo “hágase la luz, y la
luz se hizo”. Es la voluntad de querer conseguir las cosas.
El Arcángel es RAZIEL. Puede ser visualizado como un pilar gris
contra un fondo azul claro. Es la combinación de colores que se
produce en un día brillante con algunas nubes. Se dice que fue el
que estaba con Adán y Eva en el paraíso y les entregó las
primeras leyes. Es un arcángel luminoso que nos da sabiduría. El
coro de ángeles son los Aufanim, que se traduce como Ruedas, ya
que están en un movimiento contínuo. Ello hace que todo esté en
constante comunicación, que no haya nada separado del resto y
todo esté en contacto. Son ángeles de comunicación, se les
visualiza de un color gris iridiscente. Las ruedas nos sugieren la
acción cíclica, una fuerza en movimiento constante. El nombre
hebreo de este coro angélico es Aufanim. Sobre este tema de las
Ruedas, convendrá leer el primer capítulo de Ezequiel en la
Biblia.
El astro asociado a Jokmá es MAZLOTH, la esfera del zodíaco;
es nuestra relación con el sistema solar. En algunos libros se
relaciona con el planeta Urano y a Keter con Neptuno, y estas
relaciones muestran algunas coincidencias, pero no forma parte
de la antigua tradición cabalística según la cual en Jokmá está el
zodiaco (nota del autor).
La imagen mágica de Jokmá es la de un hombre barbudo, por eso
en los senderos en los que están las letras con las que se forma YODHE-
VAU-HE hay personajes con barba. El templo está hecho con
todos los colores del Arco Iris, y al entrar se forma un círculo que
irradia todos los colores, donde todos los planetas nos están
irradiando luz. Cuando el ser humano realiza acciones dinámicas,
motivadoras, que impulsan a la acción, están actuando con la
energía de esta esfera, correspondiente al pilar derecho del Árbol
de la Vida.
Entonces Samuel le dijo a su padre, Jaim:
— ¿por qué otras escuelas de Kábbalah tienen tanto poder y
en cambio no dan tanto conocimiento como en la nuestra? A
veces siento envidia porque veo que consiguen las cosas más
fácilmente que nosotros y disponen de más bienes materiales.
— Samuel, aprende a respetar los bienes ajenos y a no
desearlos. Controla tu mente pues tienes la capacidad para
crear todo lo que piensas. Si deseas conseguir los bienes
materiales de otros, puedes estar generando envidia y celos y
quedar atrapado en el engaño y la oscuridad. Desátate, no
necesitas ambicionar lo que otros poseen, tú tienes el poder en
tu conciencia. Únete a la ley de tu conciencia, ella tiene poder
para controlar tu campo mental, tiene un potencial que puede
desintegrar la envidia y la oscuridad, capacidad para darte
los dones de la sabiduría para que por ti mismo puedas atraer
los bienes materiales que necesites, atraerás siempre lo que
esté en el plan divino para ti. Mantente firme en tus principios
morales y espirituales y ellos te darán luz. Coloca luz en tu
glándula pineal, que es donde se halla el tercer ojo, si la
activas con un nombre de D-os, el arco de luz se abrirá y
podrás comunicarte con los seres de los mundos superiores
que te ayudarán; crearán en tí buena voluntad, pensamientos
positivos y te convertirás en un receptor luminoso para que
constantemente puedas recibir mensajes que te lleven al éxito
y al triunfo y te guiarán en tu caminar por la vía espiritual.
Deja de ser débil y de querer lo que tienen otros.
— Padre, ¿cómo definir la Sabiduría?
— Samuel. Se podría decir que es un don que se manifiesta
desde lo superior. Saber de todo tipo de materias, conocer el
mundo en todas sus perspectivas y ser capaz de relacionar
cada uno de los conocimientos adquiridos en el plano
concreto. Es una actitud frente a los actos de la vida. Es la
respuesta justa en el justo momento. Esta sabiduría es tan pura
que solo entrega su energía sin esperar nada a cambio.
Las características de un sabio son: — El Sabio conserva
preciosamente la Sabiduría que es un gran tesoro y rechaza toda
otra riqueza. El Sabio, por la sinceridad, la virtud y la pureza, se
transforma en una isla que no puede sepultar marea alguna.
Entrega sus conocimientos desmenuzados, es decir, dándose
entender a todos los niveles de personas.
— El Sabio todo lo que sabe lo ha experimentado en la vida
diaria y en los planos sutiles, nada que no haya sido ya
elaborado por su experiencia lo entrega a sus seguidores. Entrega
a su estudiante lo que necesita y se pone en el lugar del otro. Está
desprovisto de vanidad y por eso brilla.
— El Sabio se asemeja a un niño y tiene tres cosas preciosas que
estima y guarda con mucho cuidado. La primera es la dulzura, la
segunda la economía y la tercera no codiciar lo del otro. Puede
pasearse una y otra vez por los senderos y esferas del Árbol de la
Vida, pero siempre saliendo iluminado, habiendo realizado su
trabajo.
Cómo podemos alcanzar la sabiduría:
La Sabiduría se va conquistando a medida que se enfrentan los
problemas y se hace una evaluación de las experiencias. Actuar
conforme a los principios y leyes universales. El estudio y la
práctica y el servicio a los demás, ya que la fuente se va llenando
de conocimiento y debe ser vertido con Sabiduría y seguirá su
proceso.
El Árbol de la Vida y sus esferas son reflejo y conocimiento de la
creación. Nos enseñan la trascendencia de esa inteligencia
iluminadora que se puede ir adquiriendo a medida que se va
haciendo un trabajo personal, guiado por un Maestro real. No es
fácil alcanzar la sabiduría sólo con la mente. Es necesario activar
todas las zonas de poder dormidas que hay en el cuerpo mental,
emocional, energético, físico y espiritual. Es necesario conocer, pues
sin conocimiento no lo puedes lograr. Trabaja para purificarte y
cambiar tu estructura humana o tu forma de comportamiento a través
de la Torá. Si quieres alcanzar la sabiduría ponte a trabajar, a
despertar tus cuerpos de luz y a llenarlos de la luz viviente que
procede de los mundos superiores. Esta luz se atrae pronunciando
los 72 nombres de D-os. Estos desprenden rayos de luz que
energizan tus cuerpos, los iluminan y transforman. Al ir elevando la
vibración y unificando mente y emociones se desarrolla el amor. Al
despertar el amor se desarrolla la sabiduría, pero no la humana,
sino la sabiduría de D-os, Jokmá.
Cuando entras en este estado, puedes recibirle y verle. La
experiencia de Jokmá es la visión de D-os cara a cara. Habrás
madurado y alcanzado la fe. La fe tiene luz y poder de D-os, y
ésta te hace alcanzar la sabiduría divina procedente del trono.
Jokmá da movimiento, flujo de energía positiva, quitando
temores en las relaciones y las dependencias, nos puede ayudar a
recuperar toda la energía que perdimos a lo largo de nuestras
vidas. La sabiduría contiene la voluntad de unificarnos al todo
para recibir los dones, la nueva fuerza que renueva todo lo viejo.
Dándonos su aliento impulsor para que nos pongamos en marcha.
En esos días, Jaim cayó gravemente enfermo. En ese momento en
otro lugar de la ciudad Moshé, su hermano de sangre se hallaba
reunido en una casa de piedra con unas cuantas personas
alrededor de la mesa. Eran escribas, personas dedicadas a copiar
textos.
— Mirad, tengo necesidad de copiar unos textos por cuyo
trabajo os ofreceré una buena cantidad de dinero. Tendréis
que ayudaros de otros escribas conocidos vuestros. Estos
textos los tiene mi hermano, pero no me los quiere dar, por lo
cual sólo podrá prestármelos durante tres noches. Ese es el
tiempo que vosotros tendréis para copiar esos textos.
— Señor Moshé, con el debido respeto-contestó uno de ellos:
¿estos textos no serán propiedad de alguien?
— ¿Tú no hagas preguntas y limítate a hacer tu trabajo, de
acuerdo? Le contestó Moshe. - dando un puñetazo sobre la
mesa, presa de una gran rabia y un profundo estado de celos:
¿por qué su hermano no confiaba en él, ¿acaso eran más
importantes los textos de su maestro, el rabino Isaac que sus
propios lazos de sangre?
Así pues, le pidió prestadas a su hermano 600 páginas de sus
manuscritos durante unos días sin decirle que su propósito era
copiarlas sin su permiso. Con gran astucia contrató a un centenar
de escribanos que se dedicaron durante tres días a copiar dichos
escritos. Desde hacía tiempo había comenzado a pensar que la
única manera de obtener prestigio entre la comunidad de rabinos
a la que él también aspiraba pertenecer era poderles mostrar
algunos textos inéditos de Isaac Luria que nadie más conociera y
comenzó a trazar ese plan para poder explicar que el Ari en
persona le había dado a él esa información en lugar de a su
hermano.
Al cabo de los tres días, le devolvió a su hermano los
manuscritos sin explicarle nada de lo que había hecho. En secreto
se dedicó a distribuir algunas copias, pero que lamentablemente,
los escribanos habían llenado de errores, al desconocer los
principios de la Kábbalah y no transcribir adecuadamente, quizá
por las prisas, los textos.
Jaim recordó unos casos que había contado el Ari al respecto de
Jokmá:
— Un joven de 34 años llamado Jeremías se hallaba totalmente
derrotado. Había fallecido su padre y él no tenía más familia, pues
era un hijo adoptado y antes había fallecido su madre. Perdió el
trabajo y se gastó el dinero del patrimonio familiar, pues al sentirse
sólo recurrió a la bebida. No tenía voluntad ni para trabajar ni para
dejar el alcohol. Tampoco quería visitar al doctor. Comencé a
hablarle de la Kábbalah como camino para encontrar a su verdadera
familia espiritual.
Era necesario saber porque tuvo que pasar por esa situación. Era
una prueba de desapego y abandono, y cuando las comprendió,
pidió voluntariamente entregar al Padre y la Madre cósmicos su
libre albedrío, su voluntad, para que le ayudaran. Decía: “yo soy
Jeremías y entrego mi libre albedrío, se lo ruego a mi ser interior
que en unión con Jehová perdonen los errores de todas mis
existencias. Me perdono a mí mismo y también a todos los seres a
los que hice mal en cualquiera de mis vidas. Hoy acepto la ayuda
y los poderes del Padre cósmico para que purifiquen, controlen mi
energía y me den la libertad con el fuego sagrado. Él me da la
plenitud y la voluntad para vencer todas las adversidades. Así
sanó-.
— También una señora de mediana edad había sido
abandonada por su marido. Ella estaba acostumbrada a las
comodidades y dejó de trabajar cuando se casó. Al verse sola,
sin trabajo, sin recursos, intentó huir refugiándose en el alcohol.
Cada vez estaba peor. No podía superarlo. El médico no podía
hacer nada. Un día llegó a visitarme y me preguntó-.
— Rabí, ¿qué es la Kábbalah? ¿Para qué sirve? Otros rabinos
me han dicho que la mujer no puede tener acceso a ella...
— Mujer, es importante conocer el Árbol de la Vida, pues nos
conduce hacia la unidad y la victoria, a la ascensión hacia la
luz–. Yo enseño por igual a hombres y mujeres. Ella estaba
muy interesada y comenzó a estudiar. Recuerdo su
comentario:
— El sephira que me ha ayudado más ha sido Jokmá, ya que
cuando medito en él siento que me invade una gran fuerza de
voluntad, un amor muy fuerte por D-os.
— Así, ella continuó con sus ejercicios de meditación. Con
I.H.V.H. fue purificando su mente, sus emociones. Sacó su fuerza
de voluntad y nació en ella un gran amor hacia el cosmos.
Decidió ayudar a muchas personas, faltas de voluntad, a usar los
poderes creadores de Jokmá.
Te daré unos ejercicios para que practiques Jokmá:
• Pronunciar las 12 permutaciones de las cuatro letras I-H-V-H
según el siguiente orden: I-H-V-H. H-I-H-V. V-H-I-H. H-H-I-V.
H-H-V-I. H-V-H-I.
V-I-H-H. I-V-H-H. V-H-H-I. I-H-H-V. H-I-V-H. H-V-I-H.
Activa los diferentes centros de poder del cuerpo.
• Pronunciar las 64 permutaciones de las tres letras: I-I-I. H-I-I.
V-I-I. H-I-I. I-I-H. I-I-V. I-I-H.
H-H-H. V-V-H. H-V-I. I-V-H. H-I-V. I-H-V. V-I-H.
I-H-H. V-H-H. V-V-H. I-V-H. I-H-I. I-V-I. I-H-I.
H-I-H. H-H-I. H-H-H. V-V-I. V-H-I. V-H-V. V-H-I.
H-I-H-H-H-H. I-H-H. I-H.H. I-V-V. H-I-I. V-H-V.
I-H-V. H-V-H. H-V-H. H-I-H. H-H-I. H-V-V.
V-I-H. V-I-V. H-H-H. H-V-H. H-I-H. H-H-I. H-H-H.
H-V-V. H-I.-V. H-H-V. H-V-H. V-H-H. H-H-V. V-H-H.
H-H-V. V-V-V. H-H-H. H-H-V. H-H-I. H-H-H. V-H-H.
I-H-H. H-H-H.
Sirve para cambiar los códigos de información errónea de las
células sanguíneas.
— • —
Keter
J
aim Vital se encontraba en su lecho de muerte. Era el año
1.620. Rodeado por sus familiares y amigos, estaba dejando
sus últimas voluntades. Explicó que en un armario de su
habitación había unos manuscritos que nunca había enseñado
a nadie. Junto a él, Samuel, su hijo mayor, escuchaba con
atención sus palabras: "- Muy a menudo me pregunto por qué
llegó el sagrado Arí precisamente en mis tiempos. Siempre vuelvo
a hacerme esta pregunta y la dejo sin respuesta, agradeciéndole
al Creador por permitirme haberlo conocido –".
“— Y a pesar de todo, cada vez que lo recuerdo, se me dibuja
una sonrisa en los labios y una calidez inunda mi corazón.
Cierro los ojos y frente a mí está esa casa conocida, con las
ventanas abiertas hacia los cerros verdes de Safed, la casa del
Arí.
Escucho su profunda voz. Me dice: "el mundo ya no necesita de
elegidos virtuosos, Jaim Vital, a partir de nuestros días toda
persona puede llegar a la espiritualidad –".
Tumba de Safed.
— Algunas obras mías fueron publicadas — explicó Jaim —
Pero el contenido de estos manuscritos voluntariamente lo he
dejado guardado durante más de 30 años. Es la trascripción
de las enseñanzas del Ari, que tenía que entregar a mi
continuador. Mi maestro me había pedido que los publicara
en el futuro, dado que en vida de él aún no era el momento.
Sólo un alma que esté conscientemente en su camino de Tikun
podía recibirlos. Tú, Samuel, hijo, eres la persona que les
hará ver la luz. He estado esperando toda mi vida que
apareciera mi discípulo preparado, pero al final me he dado
cuenta que es a tí a quien el destino te tenía reservada la
misión de publicar mis obras. Mi hermano, en quien tanto
había confiado, al final me traicionó y me dio la espalda por
su afán de poder. A veces el destino se revela no cuando uno
desea sino cuando es el momento oportuno. — Samuel, te
pido que los distribuyas en ocho secciones y los llames
Shemoneh She’arim. Cuando yo muera deseo que todos mis
manuscritos sean enterrados conmigo y que tu publiques las
copias — .
— En ese momento, -Jaim-recordó las últimas enseñanzas de su
maestro sobre Keter, el sephira numero 1 que representa el punto
de origen y partida de todo el Árbol. En el comienzo de la
creación había un punto original, Keter, el origen, el punto, del
cual parten los demás sephirot. Ahora él regresaba a ese punto
de partida a reunirse para siempre con su maestro. Comprendió
porqué las almas vienen a la tierra con un propósito determinado,
aunque la mente humana ignore su existencia. El alma de su hijo
Samuel no supo hasta ese momento porqué había tenido esa
clase de padre. Lo había elegido voluntariamente para seguir
también el camino de la Kábbalah. Recitó el himno del Sabat que
su maestro le había enseñado:
— Canto este himno para incorporar los senderos del campo
de manzanas santas.
— Nos preparamos para una nueva alianza, luces
encantadoras de un candelabro de luz caen sobre nosotros.
— Entre su lado derecho e izquierdo se halla la novia envuelta
en ropas y joyas de fiesta.
— Su marido la abraza en sus fundamentos exprimiendo su
fuerza.
— Termina el tormento y el apuro. Ahora hay caras felices y
fiesta. Él le da gran alegría en medida doble.
— La luz brilla y fluye con su bendición.
— El novio va adelante y prepara los adornos de la novia,
alimentos de varias clases y toda clase de pescados.
— Ella tiene setenta coronas y el rey de lo supremo, ese,
puede ser coronado en el santo de los santos.
— Todos los mundos se graban y se encubren dentro de ella,
pero todos brillan delante del anciano de los días.
— Puede ser que su voluntad sea morar entre su gente viviendo en
la alegría.
— En el sur fijé el candelabro oculto, yo hago sitio en el norte
para la mesa con los panes.
— Con el vino en cubiletes y el mirto para fortificar al débil,
trenzamos las guirnaldas de las palabras preciosas para la
coronación de los setenta en cincuenta puertas.
— Deje Shekhiná ser adornada por seis panes de Sabbath
conectados por cada lado con el santuario divino.
— Debilitado el molde de las energías impuras, los demonios
amenazadores son ahora derrotados.
Este poema debe ser entendido por el corazón y no por la
cabeza, por el alma y no por el cerebro. El símbolo de la Menorá
tiene un enorme poder, colocándole siete velas de color verde
oscuro los seres maléficos serán derrotados.
La Kábbalah considera que Keter es el número 1 en cuanto a la
manifestación, es lo primero que existe manifestado, pero a la vez
procede de algo Inmanifestado, que es el AIN SOF, lo que no se
ha creado, lo que no se ha manifestado, y de este Ain Sof surge
Keter. Keter es la corona o cima del Árbol de la Vida. La copa del
árbol que recibe la luz del Sol. El punto de partida, el origen de
todo. Se asocia a la aparición de las primeras ideas, el
inconsciente divino generando los impulsos para la acción
posterior. Corresponde a la parte superior de la cabeza.
Keter se traduce como corona, símbolo de triunfo, de
realización, también es un elemento que se coloca encima de la
cabeza. Es lo que da sentido a la vida, pero al mismo tiempo no
forma parte de la creación, ya que el uno es la unidad, por lo
que es la corona de todo lo que existe. El nombre divino de Keter
es EHEIEH, que se traduce como YO SOY, pudiendo decirse
también como EHEIEH-ASER-EHEIEH, que sería YO SOY EL QUE
YO SOY. (Éxodo 3:14) La palabra Yo Soy es la afirmación de la
verdadera existencia, es la afirmación de que hay una verdad y
realidad, sería Keter afirmando su propia existencia. Yo Soy el
que Yo Soy significa que se es más allá de cualquier existencia;
significa que somos, aunque no tengamos un cuerpo mediante el
cual manifestarnos. D-os reconociéndose a si mismo
anteriormente a toda manifestación. La conciencia física
agudizada se convierte en lucidez psicológica, que, a su vez, se
transforma en una profunda conciencia de la totalidad del
universo y de la presencia de la divinidad. Uno está en contacto
con todos los mundos a la vez, y percibe tanto la complejidad
como la unidad de todas las cosas.
Cuanto más arriba del árbol estás más cerca del demonio estás
también, porque el Árbol de la Vida se junta por sus extremos si lo
doblamos en dos. Por eso cuando más arriba estamos, más fuertes
son las tentaciones. Se dice que a mayor altitud y vibración mayor y
más grande es el demonio que te tienta. De ahí que mucha gente que
piensa: “yo ya lo sé todo y como lo sé todo ya he alcanzado el
conocimiento porque me he trabajado muchísimo ya no tengo
tentaciones, y las cosas ya no pueden ir nunca mal en la vida.”
¡Qué equivocada! Mucho mayores son las tentaciones y más sutiles.
Los demonios grandes sólo atacan a los que están muy altos. A los
que están bajos no les atacan porque ya les tienen prisioneros por la
debilidad y el miedo.
Entonces tenemos que saber que aquí estamos para elevar
nuestra vibración a través del amor para que no puedan los klifos
perjudicarnos. Lo importante es practicar cada letra ya que da
vida y luz y hace que los klifos no tengan acceso a nosotros.
Simplemente por decir “Alef”, aunque parezca una tontería,
genera una vibración en el campo magnético que nos eleva
nuestra frecuencia.
El arcángel es METATRON que es el Arcángel más elevado del
Árbol de la Vida, y según algunas tradiciones, él junto a Enoc son
los iniciadores de la tradición de la Kábbalah, el que entregó a la
humanidad las letras hebreas de la creación. El coro de ángeles
son las cuatro santas criaturas vivientes, que son las cuatro fuerzas
de las cuales después aparecen los cuatro arcángeles, los cuatro
elementos, etc.
El anciano de los días.
En cuanto a la relación planetaria Keter se relaciona con las
galaxias, se dibuja como la forma de espiral que tienen las
galaxias y es denominada “los primeros remolinos”.
La luz de Keter es blanca porque todavía no se han formado los
colores, el blanco integra todos los colores, es la Unidad, y
también es donde la luz es más intensa. El templo es de luz
blanca, como si se hubiera materializado, el templo no es
material sino formado sólo de luz. De él se proyecta una
emanación: es un pensamiento. De él sale el estado gaseoso que
es el aire y forma una copa. Esa copa es donde se condensa ese
estado gaseoso y se forma el agua, el líquido que nos dará la
vida en Biná. De Keter ha emanado el primer número, el 1, es la
sephira 1, la gran brillantez, el gran fuego. Origina la fuerza que
nos permite regresar al Todo.
La imagen mágica de Keter es la del Anciano de los Días, el
cual es un ser anciano barbudo visto de perfil, ya que se
considera que la otra mitad del rostro está mirando al infinito, por
lo que nunca lo podremos ver completo. Indica que nunca
podemos ver totalmente a D-os. El Anciano de los Días como el
Padre Supremo es algo que está presente en todo lo que existe,
en el dibujo anexo observamos a su alrededor los doce símbolos
del zodiaco que aparecen en Jokmá, más abajo están todos los
planetas que representarían a todos los demás sefirot del Árbol de
la Vida. El Sol sería Tiferet, y en el suelo tiene un pie en el agua
que sería Yesod y otro en las montañas que sería Malkut.
Keter es la inteligencia admirable y oculta. El ser puro. El
relámpago, expansión y contracción. La consumación de la
evolución espiritual que nos permitirá llevar la corona de vida. El
arcángel Metatrón y las cuatro santas criaturas vivientes nos crean
nuevas forman de vibración y nos unen en matrimonio perfecto
entre el ser superior y nuestra forma humana.
Toda persona que quiera alcanzar el estado de unión con el ser
y un grado de iluminación tiene que trabajar con su Keter, su ser
superior que es quien tiene la llave del conocimiento para
conectarnos con el todopoderoso. Nos permite interconectarnos
con el árbol intergaláctico y con los mundos de Ain Soph, energía
completamente pura, creadora y dadora de vida, la que es capaz
de transformar nuestro destino, nos ayudará a liberarnos del
karma pues es la fuente de la que todo nace.
Cada vez que se nos ocurre una idea o tenemos un impulso que
no sabemos por qué aparece, estamos viviendo en Keter. Es la
fuerza impulsiva, el primer arranque. De ahí que a veces una
persona dice cosas sin pensar o sin saber porque lo hace y dice
una verdad, ya que en esos momentos es su inconsciente, su Keter,
quien lo impulsa. Este sephira es útil para las personas indecisas,
temerosas de tomar decisiones e iniciativas. Nos ayuda a sentirnos
conectarnos con la luz de ABBA, el Padre, y llenarnos de
confianza en que D-os está dentro de nosotros y nosotros en él. Dos,
aquello que esta mas allá de nuestra comprensión, decide
hacer una creación, y difícilmente podremos determinar porque
tomó esta decisión, simplemente debemos aceptar esta realidad, y
aunque se pueda especular mucho al respecto, la tradición
cabalista reconoce que es imposible llegar a este último
conocimiento. Se acepta que eso está vedado a nuestra realidad,
tratar de explorarlo es lo mismo que intentar conocer a D-os en su
esencia. D-os esta en la creación, pero la creación no es D-os. La
Kábbalah plantea que desde su realidad (la única y verdadera),
llamada la existencia negativa, trasciende a una nueva realidad
llamada La Existencia o Existencia Positiva, en la cual se concibe y
conforma la manifestación. D-os, en esencia, se mantiene aislado
de esta creación, a través de tres velos, llamados por la Kábbalah:
AIN, AIN SOPH y AIN SOPH AUR (Negatividad, lo ilimitado y la
Luz ilimitada; respectivamente). Estos tres velos permiten que D-os
se exprese en la creación, y al mismo tiempo se mantiene incólume
y aparte de ella. Los tres velos son una barrera y a partir de ella la
creación comienza a manifestarse.
Jaim les explicó: Recuerdo el caso de una familia desolada y
arruinada. No veían salida, no tenían dinero para comer, ni para
subsistir. Los hijos eran pequeños y el marido se había quedado
sumido en una depresión y no podía trabajar. Estaban sin
recursos. Prácticamente sin familiares que pudieran ayudarles.
Tuve que enseñarles a olvidarse del mundo material, a perdonar
todas las acciones de su vida y todas las ocasiones en que había
maldecido el haber nacido. Le enseñé a reconciliarse con D-os.
Le dije: — para reconciliarte con D-os, tiene que reconciliarte con
tu alma y con tu ángel de la guarda. Él permitirá llevar el mensaje
de tu problema al todopoderoso. Mantén tu corazón abierto y tu
mente despierta porque recibirás ayuda si lo pides de corazón.
Únete a él y afirma que desde hoy tu padre y tu sois uno, con el
nombre de D-os EHEIEH. Haz esta afirmación tantas veces como
puedas: repítelo día tras día y verás como poco apoco las tinieblas
van desapareciendo y se acercarán a tí personas que te abrirán el
camino de la prosperidad y podréis recuperar la salud —.
Habían pasado 33 días cuando la misma mujer de nuevo vino a
mí para contarme que un familiar le había ofrecido un puesto de
trabajo. Después conoció a otras personas que ofrecieron otro
puesto a su marido, ya que se estaba curando de la depresión. Por
fin la familia vio la luz. Cuando te unes al todo, el todo te abre
caminos.
En otra ocasión estaba en la orilla de un río. Se acercó una
triste y desvalida mujer. — ¿puede ayudarme? — Me
preguntó- No tengo familia, estoy muy cansada y enferma.
Apenas me puedo mover. Vivo sola, apenas puedo sobrevivir.
— Sí, le respondí — cómo no.
Saqué de mi bolsa una pieza de fruta y se la entregué.
— ¿quieres saber por qué estás tan sola? — La anciana mujer
me respondió: — ¿tú lo sabes? —
— Si no me conoces, ¿cómo puedes saber mí? —
— Sonriéndole, le contesté: no te conozco, pero conozco las
causas que han provocado tu tristeza. ¿tú crees en D-os? —
— Oh, no— ¿cómo voy a creer si en la vida nada me ha
salido bien?
— ¿Quieres que te enseñe?
— Buf, ya es tarde, soy mayor. ¿De qué me va a servir aprender
ahora? —
— Eres joven, tienes por delante toda la eternidad, mas no te
irás de esta vida sin aprender el porqué has sufrido tanto. Tú
ahora vas a pedir la unidad con D-os a través del nombre
EHEIEH ASER EHEIEH. Lo repetirás muchas veces sabiendo
que Él es tu Padre y tu Madre, los que te han dado la vida, tu
vida física, la vida de tu alma y tu espíritu. Si dices este
nombre inmediatamente te unes a él y te mantiene llena de
esperanza, alegría y cambiará tu vibración errónea, tu
tristeza, tu melancolía y tu pobreza. Cuanto más lo repitas tu
campo de energía se convertirá en un imán poderoso y lleno
de luz y atraerá a todos los seres de la tierra que te puedan
ayudar que estén en tu sintonía. Haz esta prueba y dentro de
tres meses regresa de nuevo a este lugar, que yo te estaré
esperando —.
Efectivamente la mujer regresó a su casa con una esperanza,
con la voluntad de pedir ayuda y la fe que recibiría la salud y el
sustento que necesitaba. Y claro está, ella, día a día repetía el
nombre EHEIEH ASER EHEIEH hasta extasiarse y se cumplieron los
tres meses. Regresó al lugar donde yo le estaba esperando, pero
no vino sola, venía acompañada de dos hermanas que vivían
junto a ella y la habían acogido. La cuidaron, la alimentaron y
evidentemente dejó de estar triste. Esas dos hermanas siempre
vivieron cerca de ella, pero no se había acercado a ellas. Sólo
cuando su corazón estuvo limpio gracias al uso del nombre de Dos
y fue quitando su amargura comenzó a desear la conexión con
sus familiares, amigos y la gente de su entorno.
Los ejercicios prácticos de Keter son:
• Escribe con tiza blanca sobre una pizarra negra. Ahora repite
lo mismo sobre una pizarra de color blanco. ¿qué ves? Aunque
no veas nada lo que has escrito existe.
• Trata de delegar en alguien una función y luego
despreocúpate por completo de lo que ocurra. ¿Eres capaz?
• Pronuncia el nombre EHEIEH ASER EHEIEH y luego pide un
deseo. El nombre te dará la fuerza necesaria para conseguirlo
desde la unión con D-os.
• Con los ojos cerrados imagina que entras en una gran luz
brillante y pronuncias el nombre EHEIEH varias veces hasta que
comiences a notar sensaciones de conexión con lo divino. Esta
unión te transformará.
— • —
Las Letras Hebreas
y Los Senderos
S
Las Letras Hebreas
amuel comenzó a leer los textos que su padre había
guardado, que contenían las explicaciones de su maestro
acerca de los números y las letras hebreas. Esto le dio la idea
de publicar algunas de estas enseñanzas, ya que habían
quedado olvidadas y no estaban dentro de los textos que la
gente conocía. Sin embargo, decidió que el resto de los textos los
guardaría en las tumbas de su padre y de Isaac Luria. Al revisar
las notas observó que el orden de las letras indicado por Isaac
Luria respecto a los senderos era diferente a lo que explicaban los
demás rabinos.
Recordó algo que le había dicho su padre: —El Maestro desveló
secretos de la Torá que habían permanecido velados hasta ahora.
Algunos rabinos del pasado confundieron intencionalmente
determinadas relaciones para que el profano no pudiera acceder
a los secretos de la Kábbalah, pero mi maestro dijo que ese
tiempo ya había pasado y ahora todo el mundo podía acceder a
este conocimiento.
Así pues, Samuel comenzó a leer las notas de su padre que
decían:
— Maestro, ¿me puede explicar si las letras hebreas tienen
algún tipo de energía?
— Si, Jaim, pero primero tengo que explicarte que las 22
letras del alfabeto hebreo se dividen en tres secciones: 3 letras
madres, 7 letras simples y 12 letras dobles. Esta descripción
procede del libro Sepher Yetzirá, el cual explica las
características de cada letra. Las 3 letras madre son: Alef, Shin
y Mem que representan respectivamente a los elementos aire,
fuego y agua. De estos tres elementos surge la tierra, todo lo
que existe. Es decir, aire, fuego y agua son el origen de todo
lo creado.
En dicho libro se dice que hay 7 letras simples que se asocian
con los 7 planetas del sistema solar y por último 12 letras dobles
que se asocian con los 12 signos del zodiaco. En el libro más
antiguo que hay escribo sobre Kábbalah resulta que se establece
una relación de las letras hebreas con el zodiaco, con los
planetas… con lo cual se trata de explicar el origen de la
creación. Cada una de ellas tiene un significado. Cada letra
hebrea equivale a un número y también a un significado. Éste
describe precisamente lo que ocurre en cada uno de los
senderos. Cuando aparece la letra hebrea sobre el sendero
indica la relación entre un sephira y otro.
Es normal que cuando se medita con las letras hebreas se sienta
calor o alguna sensación especial en una zona de nuestro cuerpo.
Es que la energía de dicha letra se está dirigiendo a ese punto en
concreto. En un aspecto más profundo se utiliza la Kábbalah
incluso como herramienta sanadora, aprovechando la energía de
dichas letras.
Pensar en un principio que las letras puedan tener una energía es
algo difícil de entender para nuestra mente, pero cuando nosotros
observamos las letras hebreas vemos que tienen una forma un tanto
especial. Descubriremos que cada letra está dibujada de manera
que su parte final siempre tiene forma de una llamita de fuego, es
decir la letra está hecha de forma que da la impresión que sea una
llama. Eso es debido al trazo del pincel. Esta forma de llama va a
ser muy importante porque va a representar que cuando nosotros
los trabajemos habrá que imaginarlas envueltas en luz o incluso
envueltas en fuego. Ahora pasaré a explicarte letra por letra para
que comprendas el significado y el uso de cada una.
El Todo, una gran estrella formada por lo masculino como padre
y de lo femenino como madre, célula creadora, pensante,
sintiente, amorosa, llena de luz en su interior por la gran fuerza
de ese amor eterno. Contempla la fuerza y desea manifestarse
para verse fuera de sí mismo y salir de sí hacia el exterior,
creando una espada y una copa, y nace el Uno; la acción
perfecta de verse a si mismo fuera de él. Da poder a la mente
para que pueda crear y amor a la copa para que pueda sentir. Dos
le da el poder de crear a través de la imaginación y el
sentimiento, de ahí nace el poder de la mente y el poder del
corazón (ya que las dos emanaciones han nacido de su interior y
deben ponerse de acuerdo para juntas, trabajar y crear) y nace el
símbolo de la mente. La espada formada por su propio sonido,
por su nombre Iod-He -Vau -He, el acero o la fuerza del
pensamiento es el Iod, mano de D-os, el filo izquierdo es el He
femenino pues había amor en su pensamiento. El Vau nacido del
amor es el centro de la espada y el otro He, la energía femenina
nacida del hijo.
El ejercicio que os enseñaré para comenzar a identificar cada
letra será que imaginéis, envuelta en fuego, cada letra y
repitiendo su nombre, tratéis de concentraros en vuestro cuerpo.
¿Qué parte notáis? Es posible que notéis calor, frío, una vibración
o ligera molestia en alguna parte. La energía de dicha letra se ha
dirigido a ese lugar y está haciendo su trabajo. Luego os
explicaré de cada una su función particular.
Cuando Biná y Jokmá se unificaron el huevo cósmico se rompió
y de ahí salimos todos como chispas. Los números y letras se
disgregaron y partieron. Lo que tenemos que hacer es
reconstruir. Realizar el Olam Tikun, la reconstrucción de los
universos. Nosotros, cada persona, quiero que lo sepáis, porque
no se si lo habréis oído alguna vez, somos un creador de
universo, y estamos creando nuestro propio universo. Cada uno
de nosotros tenemos un mundo a nuestro lado que vivimos
paralelamente a este, pero que en ese mundo sólo entra aquel
con el cual, la persona tiene voluntad y conciencia que quiere
que entre en su mundo. Si damos mucho amor a personas, éstas,
formarán parte de nuestro mundo. Si no damos amor esas
personas, no entrarán en nuestro mundo porque sólo el amor
permite que la energía se transporte hasta allí. De ahí que
mucha gente, por el hecho de no dar amor o no hacer nada por
nadie, cuando van a su mundo de creación, a lo que han
creado, no hay nada, esta vacío, no hay nadie. Por eso es la
necesidad de la reencarnación en la materia.
Mucha gente se pregunta: ¿Por qué venimos a la materia? Sí
ya existen los mundos perfectos o luminosos ¿por qué tenemos
necesidad de la materia? Pues sí, hay una necesidad, porque
en otras dimensiones tenemos toda la capacidad, pero no
tenemos nada construido y D-os nos creó para que fuéramos
constructores de universos. Por eso dijo que estamos hechos a su
imagen y semejanza. EL es el creador de Universos. Nosotros
somos los dioses, tenemos una parte masculina y otra femenina,
tenemos el Mesías y la Shekiná, dentro de nosotros. Y cuando
los unimos nacen los Elohim, los creadores. Por lo tanto,
nosotros somos los dioses Padre-Madre de los Elohim creadores
de nuestro universo y si tomamos conciencia a través de la
Kábbalah haremos un mundo perfecto. De lo contrario haremos
un mundo caótico, un mundo infernal y tendremos que regresar
a otro cuerpo tantas veces como sea necesario hasta que
consigamos aprender que somos creadores y responsables de
nuestro propio universo.
Por eso es tan importante comprender qué ese es el libre albedrío. El
libre albedrío del D-os o divinidad que somos creando nuestro universo.
— Maestro –interrumpió Abraham- ¿eso cómo se hace?
— ¿Qué?
— Crear
— A ver, hemos dicho que tenemos dentro de nosotros la
Shekinah y el Mesías ¿lo tenemos o no? ¿no tenemos ya Keter?
Keter significa la fuente y la información. Y esa información de
cómo D-os creó todo el universo la tenemos en cada célula de
nuestro cuerpo. No hay ni una célula que no tenga dicha
información. Pero luego hay un átomo simiente, que tiene
contenido todo el origen de los universos y como tu eres igual,
tienes todo el saber, ¿no?. Está en el cerebro, en los dos
hemisferios cerebrales. Tenemos lo masculino y lo femenino.
¿Dónde está el Cristo cósmico en el Árbol de la Vida? En
Jokmá, el constructor, el arquitecto. En Biná está la Mater, la
materializadora, la matriz de todo lo que existe. Todas las
formas geométricas están ahí. Tenemos la capacidad para
crear toda la clase de universos que queramos, pero ahora
estamos creando el nuestro. Entonces, hay otros seres que
también colaboran en esa construcción que son los Elohim
como expliqué anteriormente. El Cristo niño está en Tiferet, el
corazón. Desde ahí tenemos la capacidad de reunir a todos
los ángeles y arcángeles ya que estos también somos nosotros.
Que se nos quite de la cabeza aquello de que los arcángeles
están lejísimos y que no nos merecemos que vengan a nosotros.
Esos arcángeles están formados gracias a nuestra energía. Un
arcángel no es únicamente un ser. Hay una dimensión enorme
con multitud de partículas cada una de las cuales está
representada en nosotros, porque no tendría ningún sentido que
el Árbol de la Vida esté en nosotros, y que en cada uno de los
sephirot haya un arcángel, que no tenga relación con nosotros
¿Cuántos miles de millones de arcángeles hay? ¿Cuántos miles
de millones de personas hay en los universos, no sólo en el
nuestro? Y es porque esta esencia y esa energía, toda,
absolutamente toda, pertenece a un conjunto del cual nosotros
hemos tomado un rayo, nuestra parte. Por eso somos seres
individuales, somos una parte de ese todo.
¡Para eso es la Kábbalah, para recordar que somos creadores
de nuestro universo y hasta que no lo entendamos…… pero si es
que también podemos ser demonios ¡¡¡Porque dentro del Árbol de
la Vida también están los klifos. Ahí tenemos la dualidad, y ¿qué
ocurre? que nos dejamos arrastrar por nuestros demonios, que son
nuestros!!! que no son los del vecino a quien siempre echamos la
culpa, aunque los del vecino también están. Lo que haremos es no
permitir que sus demonios nos ataquen a través de nuestros
demonios mentales, emocionales o kármicos, porque yo puedo
haber generado esos demonios en otras vidas, no los he sabido
trabajar y ahora he venido para hacerlo y como soy consciente
ahora, no les voy a dar poder, tengo que transformarlos. Entonces
la importancia está en la transformación, el Tikun, la corrección.
Sólo con los preceptos, los Mitzvot, las letras y los nombres de Dos
se puede lograr esa transformación. Estas son las herramientas.
Esa es la forma, pero hay que creerlo y aceptarlo.
— Maestro, —preguntó entonces Moshe— A mí lo que más
me cuesta es el libre albedrío, asumir o respetar el libre
albedrío.
— Cuando tratas con las personas siempre les llegará tu
respeto o amor porque tu estás queriendo que esa persona
participe de tu universo. Sino no te preocuparías de ella.
Entonces en tu mundo, tomarás la parte de buena de ella, y esa
parte está en tu mundo y su parte mala la dejarás y le tocará
vivirla a ella, pero a tí ya no te afectará, porque ya hiciste lo
que te correspondía. Eso es lo que quiero que entiendas.
— Aquí tengo un problema, repuso Moshe: Es que yo soy muy
extremista. A partir del día que decidí actuar conforme el libre
albedrío si alguien me dice que no, es que no. Y entonces no
le ayudo si no me lo pide. Y no es que yo sienta sentimiento
de culpa ni nada parecido, lo que pasa es que a veces digo:
Igual con la información y el conocimiento que tengo, con las
herramientas que utilizo, quizás tendría la obligación de
actuar.
— Bueno, —repuso el Maestro— la cuestión es la siguiente:
ese “no” de dónde sale, porque no es lo mismo que el no
salga de su alma, de tu interior, que salga del ego. Entonces
no es lo mismo, ¿cierto? Entonces lo que tú no puedes hacer
es seguir el juego al ego. Para eso tenemos también
conocimientos en la Kábbalah que nos permiten no dirigirnos
a su ego sino a su alma, para que entonces el alma de esa
persona desde su propio interior actúe, y haga cambiar
también determinadas actitudes. O sea, el libre albedrío es
relativo, depende de dónde sale. Si sale del alma de esa
persona es algo que lógicamente hay que respetar, pero si
sale de su ego, nosotros podemos actuar sobre el alma de
esa persona, dirigiéndonos a su alma.
Si mi intención a la hora de transmitir es buena, todo lo que
doy, hace que esa parte de vosotros como personas que me
están escuchando ya estén en mi mundo. Personas que
quieren aprender. Y la parte vuestra que no quiere aprender
en mi mundo no entra. Entrarán en otros mundos porque para
eso es que se puede dividir la energía. Cuando yo vaya a mi
mundo me encontraré el amor con que os di, la enseñanza y
entonces entraré en el mundo de otro que me invitará y veré
que os negabais a aprender, pero para el mundo de aquella
persona, no el mío, porque hay muchos mundos dentro del
mundo, muchas realidades dentro de la realidad; es decir en
mi mundo una persona vive de una manera, en tu mundo esa
persona vive de otra, es un ejemplo para que me entendáis.
Mirad si hay mundos donde una persona vive, diferentes,
cada persona ve las cosas desde un punto de vista distinto,
porque es según creamos dichos mundos. Yo veo en definitiva
en una persona lo que yo tengo de ella y lo que ella tiene de
mí. Actuamos como espejos. Todo lo que vivimos en el mundo
físico de Maljut repercute en todos los otros niveles. O sea,
que queda automáticamente grabado en mis otros mundos. Y
así tenemos que venir una y otra vez a la tierra, si el mundo
que hemos creado no es perfecto. De ahí la idea de
rectificación o Tikun. Se trata de crear un mundo perfecto en la
esfera de Maljut, en nuestra propia vida, para que repercuta
en todos los restantes sephirot y alcancemos la perfección que
nos permite no regresar más a una nueva existencia.
Meditamos en las letras pues el alma las reconoce, y se activan
así sus poderes al integrarlas a través de la meditación. Cuando
pronunciamos las letras y los sephirot, estamos creando mundos y
vidas paralelas. Cada uno crea su propio universo, sus propios
árboles de la vida. El símbolo de la mesa del rey Salomón con
365 patas, simboliza una para cada día del año, y ahí en el
espejo queda todo registrado. El último día del año, la diosa
justicia nos muestra lo que hicimos bien y lo que hicimos mal. Así
vendrán los frutos del año siguiente. Pocas personas comprenden
esto de crear vidas y mundos paralelos; sólo les interesa las
diversiones; pero cuando mueran en este mundo y lleguen al que
estaban formando, descubren que ahí no hay nada, pues durante
esta vida se olvidaron del poder creador; abandonaron el
conocimiento y la práctica del Árbol de la Vida.
Hay que meditar las letras imaginando que son formas luminosas
que penetran por nuestra cabeza y entran en nuestro cuerpo.
Cada letra es una energía diferente, las veremos como una
energía que irradia desde el interior de la propia letra, como una
llama encendida. Ahora, pasaremos a explicar cada una de ellas
en detalle.
— • —
Letra Alef
Alef es la primera letra, equivalente a la A de cualquier
alfabeto. Tiene valor numérico 1. Es el alma o la conciencia que
ha nacido de D-os, como estrella Padre-Madre. La paradoja: D-os
y el Hombre. El uno es la Esencia de D-os, unidad generadora, y
forma una envoltura que protege a ese gran átomo simiente que
nace del Padre y que luego al fragmentarse y dividirse formará el
dos, el tres, etc. De ahí nace la añoranza y la necesidad de
buscar aquello que nos falta, puesto que el Alma se fragmenta
para vivir experiencias y no regresa al Todo hasta haber
alcanzado la perfección. Se forma la matemática y los números.
Las letras tienen números y componen los universos. El 1 que es el
Alma cósmica, es el principio del movimiento que busca un
cuerpo físico para vivir experiencias materiales.
Corresponde al sendero 11, es decir, al primero después de los
10 sephirot. Es la primera emanación de la creación. El instante
en que desde Keter el impulso o soplo de D-os genera la primera
forma en Jokmá.
Es la inteligencia centelleante. Hacia abajo es el relámpago
original. Hacia arriba es el brillo de la unión con D-os. Es la
activación del Árbol de la Vida dentro de nuestro cuerpo, la
energía de D-os en acción dentro del hombre. Es la pura
inconsciencia, significa no ser capaz de reconocerse a sí mismo,
se vive una conciencia totalmente distinta a la que nosotros
tenemos. Para nosotros D-os es inconsciente, nunca podremos
conocerlo en su totalidad o saber cómo es, solo podemos ver
fragmentos, la única forma de conocerlo en su totalidad es
fusionarnos con él. Para la conciencia divina nuestro mundo es la
inconsciencia. El sendero Alef nos dice que hay una frontera, un
cambio de conciencia, cuando entramos en Keter entramos en la
inconsciencia, al igual que cuando dormimos.
El Sepher Yetzirah lo asocia al elemento aire, al ser una de las
tres letras madres o primeras letras que intervinieron en la
creación, y lo define como derivado del espíritu, como la aguja
de una balanza que está entre el fuego y el agua reconciliando y
mediando entre ellos.
La forma de la letra se parece a dos Yods unidos por una Vau.
También su forma indica y simboliza la Divinidad. La letra está
compuesta de dos puntos que son dos Iod (décima letra del
abecedario) y una Vav inclinada (sexta letra). Si sumamos estas
dos Iod (20) y la Vav (6), nos da 26, que es igual a la suma de
las letras del nombre de D-os. Justamente varios apodos de D-os,
en hebreo comienzan con Alef: Aelohim. Ain Soph, Adonai. Es un
enlace entre el cielo y la tierra.
El punto de unión de los extremos de la letra es una línea muy
fina indicando que un cordón nos une al espíritu pero que es
difícil de observar. La tierra o lo físico está muy alejado del
espíritu en apariencia, pero esa conexión existe. Si estamos
apegados al mundo material creemos que el espíritu no existe,
pero también podemos ser demasiado soñadores y no tener los
pies en la tierra. Alef nos enseña que hay que estar en los dos
mundos al mismo tiempo, y ahí se encuentra el equilibrio.
Podemos descomponer la letra en tres partes: una superior, otra
inferior y una línea oblicua en el centro. Corresponde a la
trinidad: cuerpo, alma y espíritu. El alma como línea central, es el
nexo de unión entre el cuerpo y el espíritu, pero como decimos las
lineas son finas, es difícil de reconocer, es sólo un cordón lo que
une las tres partes.
La forma de la letra nos recuerda, el abajo y arriba, la tierra y el
cielo. Si nosotros nos miramos en un espejo, podemos
preguntarnos ¿cuál es mi verdadera identidad? ¿La que yo siento,
o la que yo veo reflejada en el espejo? Si no existiera espejo no
sabríamos como somos en realidad. Esto nos lleva a comprender
que la dualidad es necesaria para que el alma se reconozca a sí
misma. Si escribimos sobre un papel blanco con tinta negra
podremos leer lo que hemos escrito pero si lo hacemos sobre un
papel negro no, de la misma manera que si escribiéramos con
tinta blanca o tiza sobre un fondo blanco. Ahora, si escribimos
con tiza blanca sobre una pizarra oscura entonces sí podremos
leer lo que hay escrito. Esto nos lleva a reflexionar que la
dualidad es necesaria, que viéndonos en el espejo observamos
una imagen que no somos nosotros pero el reflejo nos permite
saber cómo somos.
Alef significa “buey”, es el maestro que enseña o muestra el
camino. Los bueyes mansos representan a los judíos que
obedecen fielmente a la Torá, la ley. O más concretamente,
cabeza de buey, animal que simbolizó para los antiguos la
mayor fuerza posible. Aún decimos “fuerte como un buey”. El
Sepher Bahir proclama “Alef fue antes de todas las cosas”, es
anterior entonces a la creación, de ella emergen las otras letras y
a ella vuelven a fluir finalmente.
Nos hace encontrar la paz interior y el camino de regreso a la
verdadera unión, la llama de la que nacimos y nos alejamos, y al
abandonarla nos oscurecimos. Alef es el aliento, la vida, y el
reconocimiento de quiénes somos y hacia dónde vamos. Ayuda a
comprender que vinimos a reconciliarnos con el alma colectiva, la
comunión con el espíritu eterno, y crear aquí en la Tierra, el
paraíso. Aquí tenemos la oportunidad de meditar, hablar y crear
todo lo que nos va a dar felicidad. Esta energía es moldeable y
podemos usarla a través de la imaginación creativa, y con el puro
amor del corazón, puede sanar todas las heridas del niño interior
dolorido, quitando la tristeza, la melancolía y sentimiento de
carencia y de abandono. Aquí nos sentimos completos y unidos.
Ejercicio: Pronunciar esta letra imaginando que entra en el cuerpo. Si
notamos alguna sensación significará que tenemos falta de oxígeno, o
sea, falta de capacidad para asimilar y comprender la vida, heridas
emocionales, desesperación. Sensación de no vivir la vida plenamente.
Alef nos ayudará a comprender aquello que no somos capaces de
asimilar. Normalmente esta letra se suele notar en la zona del pecho
donde se halla el aire en la respiración, aunque puede ser que se note
también en otra zona del cuerpo. En ese caso indicará qué es lo que no
comprendemos. Ej. Si es en la espalda no comprendemos que las
personas puedan pensar de modo distinto y nos sentimos amenazados.
— • —
Letra Ayin
El sendero Ayin une Hod, la mente, con Tiferet, la conciencia.
La mente consciente, o la comprensión de las cosas. Sus
significados son: ojo y habilidad de percibir la sabiduría. La
forma de la letra con dos líneas verticales indica dos ojos, el ojo
humano y el ojo divino. Si vemos las cosas con nuestra mente
encontraremos la dualidad y la confusión. Si las vemos con los
ojos del Espíritu, aparecerá la comprensión y la correcta visión.
Es el ojo del contemplador y el del contemplado. La vista es la
fuente principal de nuestra visión del universo y nuestra apertura
a lo sensible. La imagen de sí mismo que debemos cambiar para
ver a través de los ojos del alma. Es la comunicación entre
Mercurio y el Sol; siendo el primero el más cercano de los
planetas al astro rey. Por ello, la mente es el vehículo que nos
permitirá alcanzar la comprensión si somos capaces de superar
la dualidad o los conflictos mentales. La mente iluminada por el
sol de la consciencia.
Este sendero nos enseña la capacidad que debemos descubrir
oculta en el corazón de Tiferet. Para ello tenemos que superar las
tentaciones de la mente. Ésta nos tienta con falsas ilusiones,
fantasías, deseo de poder, fanatismo, soberbia, nos atrapa en un
estado de lucha mental.
Cuando la vencemos rompemos la esclavitud psicológica. La
mente nos intenta mantener alejados del espíritu y atrapados a los
dominios de las tradiciones aprendidas de padres y familiares,
que nos transmitieron sus enseñanzas sin evolución. Nos empuja a
la queja y los enfados, transmite rigidez, como en la educación
hacia los hijos.
Las dos puntas de Ayin son como dos ojos o antenas. Pueden
indicar separación y la pérdida de los buenos momentos de
amor y armonía por el abuso, la autoridad, la imposición y la
ceguera. Hay que abrir los ojos al corazón de Tiferet: la ternura,
el amor y educar desde la comprensión y no desde el rigor, sin
castigar; haciendo comprender y comprendiendo a los demás. El
amor de un padre que se vuelca a los hijos los disfruta; eso es la
recomendación de este sendero, pues hay padres excesivamente
frustrados, egoístas, atados a su temperamento y a su
superioridad, con inflexibilidad. No saben compartir ni
armonizarse con los hijos y los seres que les rodean. Hay que
abrir los ojos del corazón, soltar ataduras, las falsas creencias y
las bajas pasiones materialistas. La visión es ver más allá; con el
tercer ojo ver la realidad. La lámpara del cuerpo es el ojo. Abrir
el ojo divino. En Mateo 6, versículo 22 se cita el ojo malo y el
ojo bueno y dice: no practicar vuestra justicia. Tu tesoro está en
tu corazón. Ver a D-os en todos.
Esas dos antenas están unidas en su parte inferior, lo que nos
conduce de nuevo a un simbolismo asociado a la dualidad de la
mente de Hod. Si logramos conciliar los opuestos, la tesis y la
antítesis, aparecerá la síntesis de la comprensión. Se iluminará
nuestra mente. De ahí que en este sendero podamos usar
expresiones tales como: “se me ha iluminado el entendimiento”
“ahora lo veo claro” “se me encendió la bombilla” “he visto la
luz”.
La mente siempre compara una cosa con otra, elabora sus
conceptos a través de la comparación y decimos “esto es una mesa,
una casa, un río”, etc. porque distinguimos una cosa de otra y
siempre existe la separación: hombre-mujer, bonito-feo, grandepequeño.
Esto son conceptos que hay en la mente; la mente es dual.
Lo que indica este sendero es que necesitamos pasar más allá de
esta dualidad para entrar en la unidad de Tiferet. Tenemos que
abrir la mente aceptando la existencia de otra realidad, otras
dimensiones. Aprender a reconocer que, en cada situación, todo
tiene una parte positiva y otra negativa. En relación con los
fenómenos del mundo todas las cosas deben ser relacionadas y
aceptadas en forma igual; es lo que los budistas llaman
“ecuanimidad”, cualidad que nos permite tratar a todo el mundo
por igual sin preferencias o distinciones.
El Sephet Yetzirah la relaciona con la alegría y con el signo de
Capricornio en el Universo. Valor numérico 70. Este número fue
el de los ancianos elegidos por Moisés, así como los sabios del
Sanedrín. Dentro de la forma de Ayin está contenida la forma de
Zain (valor numérico 7) pero acompañada de otra línea más
grande y larga.
Los dos ojos de Ayin nos permiten mirar hacia arriba, hacia
Tiferet. Sólo abriendo la mente podemos recibir la intuición o la
percepción del alma, el Ruaj. Los Ojos de D-os observan y
custodian amorosamente a cada uno de los hijos de Israel. Esto
hace percibir la separación entre lo sagrado y lo profano, lo justo
y lo injusto, y a identificarse con el bien. Finalmente uno
experimenta el Ojo Infinito de D-os dirigiendo toda cosa creada
hacia la definitiva realización de su cometido.
Cuando estamos desmoralizados podemos pronunciar la letra
Ayin y oiremos internamente una voz que nos dice: «levántate y
recibe la luz». A veces la imagen que tenemos de nosotros
mismos se rompe por cualquier desengaño o decepción y
necesitamos recuperar la fuerza y confianza en nosotros mismos.
Entonces esta letra nos puede ayudar.
Ejercicio: Pronunciar el nombre Ayin nos permitirá distinguir lo verdadero
de lo falso, las ilusiones de la realidad. Nos dará claridad de ideas, nos
permitirá comprender los dos aspectos o lados de una misma situación.
Nos ayudará a situarnos en el lugar del otro.
— • —
Letra Beth
Es la letra con la que comienza el libro del Génesis. “Bereshit
Bara”: en el principio. Las dos palabras siguientes “Aelohim Ath”
comienzan con la letra Alef, equivalente a la A, con lo que las
primeras cuatro palabras del génesis comienzan con la
combinación B-B-A-A- con las que se forma la palabra hebrea
ABBA, que significa Padre, que se convierte en un código binario.
Ocupa el sendero que une Keter y Biná. La corona o punto
inicial con el entendimiento.
El Sepher Yetzirah la define como la sabiduría. Su valor
numérico es 2. El dos representa la añoranza del amor verdadero
al habernos separado de la célula madre. En el dos se graban y
acumulan todas las experiencias y nos ayuda a tener la necesidad
de buscar una enseñanza, un conocimiento que nos oriente para
poder regresar a nuestro origen. Es el origen de la dualidad. La
habilidad del hombre para poder elegir entre el bien y el mal.
Beth significa “casa”, la forma de la letra nos muestra el suelo, la
pared y el techo de la casa, lugar donde nos sentimos seguros y
protegidos. Donde nace y se desarrolla el bebé, la vida. Es el
templo donde el Señor mora y reside. Un lado de la letra o casa
está abierto, para acoger a los huéspedes. Es el lado que
corresponde al futuro según la forma de escritura hebrea (hacia la
izquierda). En consecuencia, es la proyección hacia la vida,
hacia el futuro, un acto creativo.
Ya que el Génesis comienza por Beresith Bara, la letra nos invita
a conocer todo lo ocurrido a partir de la creación, pero saber que
hay más allá o más atrás, está cerrado a nuestra visión. No
podemos ir hacia atrás, hacia lo inmanifestado. Antes de la B
existirá la A, pero como el gran espacio infinito que no podemos
comprender. Significa casa o tienda de campaña, recordando las
casas movibles de los judíos en su viaje errante por el desierto.
Sus altares, los tabernáculos, eran también movibles. La casa va
siempre con nosotros allá donde vayamos. El templo en realidad
somos nosotros mismos, está en nuestro interior que es el lugar
donde se produce el contacto con D-os.
Beth ayuda a comprender el poder de la mente infinita. Es el
proyecto de la construcción.
Puedes imaginar que entras en un templo que se halla en tu
interior. Ahí se encuentra tu Maestro. Él despertará tu receptividad
y capacidad intuitiva para desarrollar el don de la comunicación.
Revelará las cosas más allá de la apariencia.
Beth es la casa de D-os, término usado para denominar las
sinagogas entre los judíos. También es, por analogía, la casa del
hombre hecho a imagen y semejanza del Creador. Es el santuario
y es también la Ley. El binario, la mujer, la hija. La naturaleza. El
número 2 representa la primera división de la unidad, la primera
extensión de él en tiempo y en espacio. 2 es dualidad y
polaridad. Es el principio y el extremo, ambos sumergidos en
materia, luz y oscuridad, uno mismo y otro. Desde Keter se
origina el tiempo y el espacio para que surjan las primeras formas
geométricas como base y sustento de la creación. Eso ocurrirá en
este sendero.
Si añadimos un punto o una iod dentro de la forma de la letra
Beth ésta se convertirá entonces en la letra Pe (Palabra). La
Palabra de D-os que resuena en el interior del templo. Es el
arquetipo de las mansiones, que protege la semilla Alef. Elemento
femenino pasivo, siendo Alef principio masculino activo; la unión
de las letras forma ABBA, el Padre, que será masculino y
femenino al mismo tiempo en consecuencia. La palabra Padre
empieza por Alef y la palabra hijo, Ben, por Beth.
La Beth representa también el establo en cuyo interior nace el
Cristo, simbolizado por el punto, la Iod, que convierte la letra en la
Pe. Beth Lem, la casa de D-os, el pesebre. Es el pan de la sabiduría
del entendimiento. El comprender la importancia de la luz divina
dentro del cuerpo; nos da la voluntad de vencer a las resistencias
del cuerpo, pues las resistencias generan sufrimiento. Todo está en
nosotros. Es importante saber que lo que pensamos crea la vida o
por contrario genera la muerte. Los malos pensamientos crean
enfermedades. Usemos esta letra para educar a la mente. Nos
ayudará a crear una nueva forma de pensar dándonos el poder de
la magia divina. Con esta unión podemos lograr vencer las
enfermedades. La mente tiene la capacidad para transmutar todo
lo que vemos. Este sendero nos pone en contacto con la verdadera
visión. Beth activa la piedra de la fe Ebben Sethiyá, Nos unifica la
mente con lo superior. Genera nuevos programas de pensamiento.
En Biná se forma la reprogramación ya que ahí están los
programas de destino, los registros akásicos, que pueden ser
cambiados.
Beth equivale a la B de los alfabetos con la que comienza la
palabra “Barukh”, bendición. El sendero entre Keter y Biná
podríamos definirlo como “actuar con amor”. En otras palabras,
nuestra voluntad unida al deseo. “Quiero hacer esto y lo deseo
fervientemente”. De esta manera nuestro pensamiento es dirigido
a la realización de nuestras ideas. Si no amamos o no deseamos
suficientemente por mucho que queramos hacer algo no existirá el
combustible suficiente para que el vehículo llegue a su meta.
El Santo Bendito Sea elige la Beth para iniciar su creación. El
número dos es el comienzo de la pluralidad manifiesta. La
naturaleza dual de la creación: Continente-contenido. Cuerpoalma.
Materia-espíritu. Representa y nos indica que no hay nada
en el mundo totalmente completo e indivisible. Todo se puede
partir en dos. Sólo D-os es único e indivisible. Su forma, con un
extremo dirigido hacia arriba, nos indica que toda la Creación es
obra de D-os. Nada se hizo ni se creó solo. Justamente por
intermedio de la Beth, podrás comprender y acercarte más a Alef.
Dos fueron las Tablas de la Ley; hay dos tipos de preceptos:
positivos y negativos, dos sexos, dos grandes y excluyentes
conductores: Moshé y Aarón, dos mundos: este y el venidero.
La letra Beth nos eleva la vibración hacia Keter, para entrar en el
reino de la luz y convertirnos en seres justos.
Beth (bet-iud-tav) equivale numéricamente a la palabra “taavá”
que significa “deseo” o “pasión”. El deseo de D-os está totalmente
por encima de la razón y la lógica. En este nivel no se puede
preguntar “por qué”. La propia Kábbalah es un conocimiento
revelado. Llega a cada ser humano no cuando éste desea sino
cuando el espíritu lo quiere. Es a través del amor generoso de
Jokmá, con el deseo de poder ayudar a los demás que el
estudiante y el rabino reciben más conocimiento. “Quien más da
más recibirá”. Quien se guarda para sí los secretos del
conocimiento, dicha revelación le será quitada ya que la
transmisión de la sabiduría se recibe para compartirla con los
demás en la esfera de la misericordia de Jesed y no para
guardársela con un propósito egoísta o de búsqueda de poder.
Algunos cabalistas de la antigüedad rompieron sus escritos dado
que pensaban que las personas aún no estaban preparadas para
recibirlos, pero el sólo hecho de escribirlos los dejaba grabados
en el inconsciente colectivo y algún día una persona sería capaz
de recibirlos por inspiración.
Ejercicio: Cuando se medite en la letra Beth, igual que con las anteriores,
trataremos de sentir qué zona del cuerpo notamos especialmente. Nos
ayudará a comprender el lado positivo y negativo de cada cosa. Es
posible que algo estemos haciendo mal y la letra nos lo recuerde. Por
otra parte, nos ayudará a recibir la revelación de los misterios más
profundos desarrollando notablemente la intuición.
— • —
Letra Dalet
Situada en el sendero que une Jokmá y Biná. Cuando la sabiduría
se convierte en entendimiento. Jokmá es sabiduría y Biná
entendimiento. El sendero entre ambos es la capacidad de
comprender, dar a entender aquello que ya sabemos. Para la
Kábbalah es una de las doce letras simples. Asimismo, representa la
imaginación y la capacidad creativa, generar ideas. Muestra el
proceso creativo de generar las ideas de lo que será el mundo de
las formas. El sendero entre la sabiduría y el entendimiento, Jokmá y
Biná. Se convertirá en la madre del mundo, en Biná. Para que algo
pueda ser creado primero necesita ser imaginado. El poder de la
imaginación reside en este sendero. En Biná tendremos que tomar
conciencia de qué imágenes de nuestra imaginación son útiles y
necesarias, para darles forma.
Dalet significa “puerta” e indica diferencia y variedad,
diversidad. La forma es como una casa, con una pared y un
techo; de ella podemos entrar y salir dado que hay una abertura
por el otro lado. Es un umbral que abre el camino. Despierta en el
hombre la imaginación y la creatividad, la generación de ideas y
la capacidad de entender cuáles son las mejores. Dalet es la
puerta por la que el humilde ingresa a la realización de la morada
de D-os en los mundos inferiores. La humildad implica despojarse
del orgullo y la vanidad. Gracias a ella podremos atravesar dicha
puerta. El Cristo dijo “Yo soy la puerta que se abre y que ningún
humano puede cerrar”.
Jeroglíficamente significa todo lo que vitaliza, como el aire, la
existencia y la vida. Invertido, en su fase negativa: muerte y
destrucción. Es el símbolo de la vida universal y representa el
aliento, el espíritu y el alma del hombre.
Podríamos definirlo como el sendero de la imaginación, donde
nuestras ideas surgen espontáneamente a partir de un primer
pensamiento; la gracia de la imaginación engendradora, el
espíritu que trae los tesoros a la tierra. El nuevo fruto. Anuncia un
proceso evolutivo a partir del germen de Jokmá que tomará forma
en Biná. Limpia los canales y viejos programas. Integra las
verdades de D-os. Todo lo que deseas tener fuera ya está dentro.
Sólo hay que creerlo, amarlo y darle forma.
Dalet abre la puerta que nos conecta con todos los seres de la
creación, con nuestros antepasados materiales y espirituales. Abre
la luz de la riqueza, salud, amor, progreso y bendiciones, porque
nos conecta con Jokmá y Biná; es la puerta que debemos abrir
para recibir y adquirir la sabiduría y la unión con la creación
suprema. En la tierra se refleja en la maternidad y la relación con
los hijos, libre de dependencias y esclavitud. Así restauramos,
reconciliamos y redimimos el mundo de Tikun o Karma. Nos
convertimos en un ser digno, glorioso y perfecto. El poder de la
madre divina libera la serpiente del espacio tiempo; vence a la
muerte con los códigos divinos creativos, creando tu propio
mundo. A través de la imaginación y la palabra con los nombres
de D-os que proyectan las radiaciones hacia el subconsciente para
limpiarlo de fundamentos erróneos y falsas creencias. El espíritu de
la madre divina irradia desde el interior. Busca en tu interior, todo
está ahí dentro.
El Sepher Yetzirah la relaciona con la fecundidad. Valor numérico
4. El 4 representa la multiplicación y la expansión de las semillas. El
poder de generación, la fecundidad masculina que surge del 1. La
pasión y la energía que nace de los sentimientos del hombre. El 4 es
ley y orden, todos los fragmentos se colocan en orden para quedar
conectados con la fuente suprema, cuatro elementos del mundo
físico: fuego, aire, agua y tierra. Cuatro estados de la materia:
sólido, líquido, gaseoso, sólido; Cuatro elementos básicos: Oxígeno,
nitrógeno, hidrógeno, carbono. Cuatro estados animales: Mineral,
Vegetal, Animal, Humano; Cuatro puntos cardinales, cuatro
estaciones. Cuatro mundos: Atzilut, Briáh, Yetzirá, y Asiá. Padre,
madre, hijo, hija: el primer mandamiento de la Torá: “sed fructíferos
y multiplicaos”.
Toda realización, en este mundo, depende de la ayuda Divina;
particularmente el cumplimiento de una mitzvá, los preceptos de la
Torá. Esto es especialmente cierto en la lucha del individuo con su
inclinación al mal, como a través de la pereza, apatía y similares.
Como enseñan nuestros sabios: “Si no fuera por la ayuda de D-os
el hombre no hubiera sido capaz de vencer la inclinación al mal”.
La puerta de Dalet nos da el conocimiento suficiente para poder
atravesar el abismo y a todos los demonios, debilidades y
limitaciones. Al atravesar la puerta nos encontramos con la unidad.
Ejercicio: Al pronunciar la letra Dalet, si notamos en especial alguna zona
del cuerpo, nos indicará que hay algo que no queremos expresar o
estamos reprimiendo. ¿Qué es lo que no nos atrevemos a decir? La zona
del cuerpo que reaccione nos indicará de qué naturaleza es aquello que
callamos. El cuello representa la flexibilidad y la comunicación. La
capacidad para ver lo que hay detrás de las palabras. Dalet nos potencia
la imaginación y la capacidad de expresión.
— • —
Letra Guimel
Sendero situado entre Keter y Tiferet. La forma de la letra es una
vav con una iod a manera de pie. Una persona en movimiento.
Atraviesa el sephira invisible Daath, y en el cuerpo se ubica en la
zona de la garganta, donde los conductos procedentes de los
hemisferios cerebrales se cruzan para regir la parte opuesta del
cuerpo. La letra Guimel es la que nos permite atravesar el abismo
de nuestros monstruos y recuerdos. Las tinieblas y la negatividad
quedan atrás. Nos conecta con la sabiduría y el poder. Es la llave
del templo. El mar amargo, la fuerza del corazón donde se une la
luz del Padre de Keter con el hijo de Tiferet. Nos enseña la
sabiduría y el conocimiento si actuamos con pureza de corazón.
Guimel significa “camello”. Representa un espacio interior dado
que dicho animal, en su joroba, puede almacenar grandes
cantidades de agua y soportar la travesía del desierto.
Metafóricamente, esto representa que, en el camino por el
desierto de la vida, tenemos que alimentarnos del agua de la
sabiduría, que será el único alimento que nos permitirá proseguir
nuestra marcha. La palabra camello en hebreo es “Gamal” que
empieza por Guimel. Caminar por el desierto bajo la luz de las
estrellas equivale a abandonar nuestra vida material, para
orientarnos hacia una búsqueda espiritual. Sin embargo, en dicha
búsqueda, encontraremos que la vida se ha convertido en un
desierto ya que dejan de atraernos aquellas cosas que hasta ese
instante habíamos considerado importantes. Es la lucha que tiene
el hombre cuando va hacia la conquista de lo divino.
El camello se usaba como moneda de cambio; cuantos más
camellos tenía una persona más rica era. Evaluaba el nivel de
prosperidad de la persona. Así, diríamos que el conocimiento el
nombre de Daath que se encuentra en este mismo sendero, es lo
más valioso que podemos encontrar en la vida. La letra Guimel nos
ayuda a descubrir la parte divina, que está todavía oculta o
desconocida. Guimel pues, se asocia con la riqueza en su doble
aspecto, tanto a nivel material como en conocimiento. Siempre
podemos recibir una recompensa si hacemos bien las cosas, pues
tenemos libre albedrío para equivocarnos o para rectificar. Guimel
tiene el poder del conocimiento y los nombres de D-os para quitar
los venenos; los errores que cometimos al saltarnos las leyes
espirituales. Podemos recurrir a la piedad de este sendero para
quitar los velos de la ignorancia y atraer la pureza a nuestros
registros y memorias.
En sentido ascendente este sendero significa el trabajo de
liberación o evaporación de nuestros conflictos que se consigue a
través del conocimiento. Esta letra nos ayuda a observar cuales
son nuestras fantasías o falsas esperanzas y nos ayuda a
trascenderlas. Encontrar el sentido oculto que tienen las cosas.
Guimel es la única letra que no aparece en los 72 nombres de Dos,
indicando esa idea de lo invisible, lo que está oculto a
nuestros ojos.
Tiene su correspondencia en el número 3, en la letra C, el color
púrpura y azul eléctrico. Despierta en el hombre aptitud para
identificarse con lo oculto y lo manifestado. Recupera la memoria
y los conocimientos del pasado que ya llevamos con nosotros. Dar
y compartir los secretos de la Torá, para lograr le felicidad. Es
como el genio del interior de la botella, como la sabiduría oculta
en el corazón. Guimel es la nave que nos transporta.
Es la construcción y la destrucción. Aprenderemos a tener la
mente creativa y a borrar la negatividad. Nos ayuda a elevarnos
hacia el pensamiento divino. El número 3 representa la luz. Al
nacer con un cuerpo material quedamos expuestos a la muerte,
pero al unirnos al espíritu trascendemos el espacio y el tiempo
porque el espíritu no muere jamás. Nos enseña a vivir en el
espíritu para alcanzar la vida eterna. En la Torá, la recompensa y
el castigo tienen el mismo objetivo final, la rectificación del alma
para que sea apta para recibir la luz de D-os en su completa
expresión. Recompensa y castigo, implica que el hombre es libre
para elegir entre el bien y el mal.
Su interpretación jeroglífica es la siguiente: la garganta y todo lo
hueco. Denota toda clase de aberturas, orificios, salidas, canales
y todo linaje de cosas cóncavas y profundas. Expresa la envoltura
orgánica y sirve para determinar toda idea derivada del
organismo corporal y de sus acciones. Este sendero une al Sol de
Tiferet con la luz blanca de Keter. En consecuencia nos hace
consciente de las fuerzas invisibles e influencias espirituales que
se hallan más allá de nuestro Sol físico y que son las que los
pueblos antiguos adoraron, mientras los antropólogos
materialistas ignorantes creen que simplemente adoraban al Sol
que nos ilumina.
Este sendero coincide con la sephira invisible Daat, de la que
tiene muchos puntos en común, como la idea de atravesar el
abismo para llegar a la estrella oculta Axiris, Sothis o Sirio, que
acompañan a las estrellas de Orión, que los egipcios asociaron a
Isis y Osiris. Es una prueba consistente en vencer las tentaciones
que están alrededor de Daat, en un ejercicio de equilibrio como
sería atravesar un desfiladero conduciendo una bicicleta sobre
una cuerda. El conocimiento nos da equilibrio. Debemos volver a
la vieja sabiduría, a la vieja conexión con el interior. Esta nos
ayuda a crecer y sanar, a tener nuestra mente clara y conectada
a la verdadera fuente creadora, cosa que no ocurre con la
tecnología actual que nos anula la mente. La inteligencia artificial
anula nuestro ingenio y la creatividad. El avance tecnológico
supone también más odio, guerras, intereses y mayor
manipulación, hasta anularnos. Guimel nos libera de esos
engaños. Nos abre la puerta al templo del corazón y nos conecta
con la sabiduría.
Ejercicio: Esta letra es un buen activador de la memoria y podemos usarla
con este objetivo repitiéndola diversas veces mientras tenemos fijada su
imagen en nuestra mente. No sólo nos ayudará a recordar la vida
presente sino también los momentos anteriores a nuestro nacimiento así
como las vidas pasadas. También despierta en el hombre aptitud para
identificarse con lo oculto y lo no manifestado. Si la notamos en alguna
zona del cuerpo en especial significa que allí hay algo que no queremos
recordar. Ej. En el corazón, un dolor emocional. En el vientre, un
problema con un hijo. En las manos, algo que hemos hecho, etc. La letra
Guimel nos ayudará a aceptar nuestro pasado y liberarnos de
sentimientos de culpabilidad.
— • —
Letra He
La letra He se sitúa en el sendero que va de Jokmá a Tiferet. Es el
sendero de la voluntad consciente, la determinación, la decisión.
El Universo se creó porque D-os quiso.
El significado de la letra He es ventana, y podemos ver que su
forma es muy parecida a la Dalet, puerta. Es el símbolo de la
materialización o dispersión de las semillas procedentes de la
unidad. El palo vertical izquierdo de la letra llega a la mitad de la
altura, como si el interior de la letra fuera una casa desde la que
hay una abertura o ventana para mirar hacia fuera. En cambio,
en Dalet ya no existe ese palo por lo que podemos entrar y salir
por la puerta directamente de la casa. No sólo podemos ver sino
también entrar o salir. La H no es en el fondo más que una toma
de aire. Es un símbolo perfecto de aspiración espiritual como un
hombre elevando las manos al cielo. El aliento creador.
Una ventana abierta hacia la luz y hacia la vida. Jokmá-Tiferet:
La voluntad con la conciencia. Este sendero podríamos definirlo
como la necesidad de ver claros nuestros objetivos. La voluntad
debe dirigirse hacia una meta determinada, para ello hay que
tener claridad de ideas. Asimismo, significa la voluntad del aquí y
ahora. Si afirmamos “esto ya existe en realidad” lo concretamos y
lo atraemos al mundo de la forma.
Es el compañero de Dalet, la imaginación. Imaginación y
voluntad atraen a nuestra vida aquello que deseamos. Primero,
tenemos que imaginar qué queremos en nuestra vida y luego
sentir que ya está presente. Afirmar aquí y ahora es materializar
todos los deseos de nuestra imaginación.
El sonido que se pronuncia con esta letra es parecido a un soplo
con el que insufla vida. Hay que estar en silencio para escucharlo.
Aparece dos veces en el sagrado nombre Iod-He-Vau-He. Nos
conecta con la conciencia cósmica, presencia divina creadora
que forma todo lo que existe en las partículas atómicas y
subatómicas y en todas las galaxias. Todo está formado por esta
conciencia evolucionando desde lo humano a lo divino. Sentir es
la conciencia. Amar es la conciencia.
He nos conecta con el orden perfecto, la palabra de D-os en su
totalidad plena. Orden y voluntad dirigida por Él a través de los
creadores, Elohim. Eleva la vibración para que podamos estar
conectados con mundos más avanzados. Nos enseña a abrir la
puerta del corazón de Tiferet quitando todo tipo de energía
irregular y desorganizada, para construir nuestro propio templo
interior, para que tengamos de todo: belleza, amor, equilibrio.
Nos conecta con el padre celestial. Esta letra aparece dos veces
en el sagrado nombre IOD HE VAU HE indicando el segundo He
el poder multiplicador. Nos libera del caos del mundo y de las
ideas falsas. Ahora nos corresponde ser nuestros propios
arquitectos universales con la inteligencia del Padre cósmico. La
creación está en nuestras manos y en la conexión con la sabiduría
de Jokmá.
El Sepher Yetzirah define He como palabra y con el signo Aries
en el universo. Valor numérico 5. Para la Kábbalah es una de las
doce letras simples. El 5 es el movimiento de la energía universal
que une cielo y tierra que nos conecta con nuestro maestro
espiritual. Es el impulso que nos mueve para poder realizar las
experiencias materiales y para poder regresar al origen. Es el
número de las ideas y la comunicación. Hay 5 dedos en la mano
y el Pentateuco contiene 5 libros.
Ejercicio: Notar la letra He cuando la pronunciamos repetidas veces en
una zona del cuerpo revela los miedos a actuar, la indecisión, la falta de
confianza en uno mismo y en el proceso de la vida. La pronunciación de
la letra nos ayudará a corregir estos aspectos. Útil también en casos de
crisis nerviosa provocada por el miedo, la angustia y el egocentrismo.
— • —
Letra Iod
El sendero de la letra Iod une Hesed con Tiferet. Significa “mano
abierta”: la mano abierta de D-os que aparece para ayudarnos y
darnos la fuerza para compartir con los demás nuestro saber. La
misericordia en acción, el amor consciente. Definiremos este amor
como la toma de conciencia de las necesidades del otro. Dar lo que
el otro necesita desde un estado de incondicionalidad.
Dado que es la letra más pequeña es símbolo de humildad, pero
al mismo tiempo forma parte del dibujo de todas las demás. Está,
pues, presente en el fondo de cada célula y de cada ser. Es como
una gota de agua alargándose por ambos extremos. Un punto que
comienza a expandirse hasta convertirse en una gota. Es la única
letra suspendida en el espacio. Tiene la forma de acento a colocar
sobre las letras. Es la letra del misterio de Israel ya que da comienzo
al enigmático nombre de D-os: YAHWEH (YHWH) y también al de
Israel. Indica principio, manifestación, alabanza, honor viril, falo,
fecundidad viril, cetro paternal, poder. Por ello el pueblo de Israel
simboliza ir desde la letra más pequeña, Iod, hasta la más grande,
Lamed, ya que el nombre Israel comienza por I termina por L.
El Sepher Yetzirah la asocia con el signo de Virgo en el Universo.
Valor numérico 10. Diez, el valor numérico de Iod, es también el
número de mandamientos revelados por D-os a su pueblo, Israel, en
el Sinaí. Todos los mandamientos, y de hecho cada letra de la Torá,
tienen el poder de lo “pequeño que contiene mucho”; cada uno es
un canal para la revelación de la Luz Infinita de D-os en la realidad
finita. Hubo diez generaciones desde Adán hasta Noé, y 10 desde
Noé hasta Abraham. Hay 10 sephirot en el Árbol de la Vida, 10
días de arrepentimiento; el Yom Kippur es el décimo día.
En este sendero está la letra hebrea Yod, cuyo significado es
mano. Es una de las letras importantes, ya que es la inicial del
Yod-He-Vau-He, el nombre sagrado del Tetragrammaton. Es la
expansión a partir del punto. Iod-He-Vau-He se puede traducir
como Iod-Padre, He-Madre, Vau-Hijo y He-el fruto del hijo.
Todas las formas de pensamiento proceden de Iod que es el fuego
sagrado. Es la fuerza masculina generadora. Todas las letras
hebreas son derivaciones de esta letra pues contienen su forma. Esta
letra tiene poder iniciador y dador de vida. Tiene forma de llama de
fuego que se desprende; lámpara sagrada que permite que salga el
amor del interior. Nos abre a la alegría, al despertar de la belleza a
través de las manos. Este amor está oculto, invisible; nos unifica con
los mundos superiores. Sentimos que aquello que recibimos es
auténtico.
La cualidad que desarrolla es la humildad. Dejamos atrás los
orgullos y vanidades de la personalidad al encontrarnos ante la
grandeza de la conciencia de Tiferet.
Etapa donde debemos vencer todos los miedos. El miedo es una
barrera que nos impide penetrar en el mundo del espíritu. La fe
nos puede ayudar a vencerlo. El mito de Jonás tragado por una
ballena durante tres días, que renace como un ser nuevo, es un
símbolo de la transformación del sendero Iod. Tenemos que
romper con toda nuestra vida anterior, con los miedos y apegos
que nos atan a la materia, a fin de renacer como seres llenos de
luz. Romper con las emociones inferiores tales como miedos,
inquietud, ira, celos; para despertar a los sentimientos nobles del
amor, la generosidad o la compasión.
Iod contiene el germen divino oculto, el poder de la creación. Nos
ayuda a desapegarnos de todo lo material, lo destructible, para
alcanzar lo indestructible. Desapegarse significa que nada de lo
material te afecte, ni los comentarios, ni las acciones de las personas,
ni los bienes materiales porque sabes que todo eso es pasajero. Iod
te despierta el amor hacia los demás por lo que son y no por lo que
hacen, respetando sus decisiones de estar junto a nosotros o lejos, de
ayudarnos o no. Lo importante es amarlas ya que Tiferet es el amor
inocente que no pide nada a cambio. Si aprendiéramos esto muchas
familias no discutirían ni se exigirían nada. Si una familia aprende a
respetar las circunstancias que rodean a los seres queridos y no les
imponen sus criterios (exigiendo que se comporten como ellos
quieren) no habría discordia, no habría separaciones ni criticas. Eso
es desapegarse. Si tú no puedes estar conmigo te quiero igual, no te
juzgo. Es saber estar, saber esperar, saber amar y saber dar en cada
momento lo mejor que tienes para todos los seres que te rodean sin
condiciones ni exigencias.
Iod ayuda a controlar el malhumor y los impulsos de la mente y
las emociones y a dejar fluir el amor puro del corazón. Tiene el
poder de modelar las sensaciones y estados emocionales
negativos, ya que tiene el poder de engendrar la inocencia y la
pureza de sentimientos. Nos ayuda a conectar con nuestro niño
divino.
Ejercicio: Con la práctica de pronunciación de la letra Iod podremos
reconocer qué es lo que no queremos soltar, a qué estamos apegados y
queremos controlar. Esta práctica nos ayudará a dejar libres a las
personas y a no desear nada de ellas, simplemente amarlas como son.
— • —
Letra Jet
Este sendero une Geburá con Biná (severidad con
entendimiento). Esta letra es parecida a la He, pero se diferencia
de ella en que todos los fragmentos de la letra están unidos.
Jet significa valla, la dinámica de la vida. Correr y retornar,
pulsación. Canaliza la energía de Zain. La intensifica y la dirige.
Indica lo que tiende a la forma. La materia en cuyo seno dormita
la vida, el principio de la existencia elemental. Jet, significa
terreno vallado, poner límites, ya que desde el momento en que
salimos del mundo de la Trinidad y pasamos al mundo de la
forma vamos a poner unos límites, ya que damos nombre y forma
a las ideas. Es luz y sombra porque expresa la involución física y
la evolución espiritual. Es la culminación del esfuerzo físico
transformado en actividad mental. Representa el campo de
trabajo del hombre y todo cuanto requiere esfuerzo, cuidado y
solicitud de su parte.
Es necesario que pidamos y reclamemos nuestros poderes y
talentos adquiridos en otra vida para recuperarlos. Recuperar
nuestro programa de maestro de evolución. Podemos reclamar
todo lo que por ley de herencia nos pertenece. Los señores de
Geburá pueden buscar a todos los seres que nacieron en la tierra
con la intención de ayudar y estar al servicio de D-os y la luz,
para trabajar con el corazón con toda la humanidad, pero se han
olvidado. Si os ponéis al servicio de Él, el Plan Divino puede
manifestarse encontrando a estos seres, guiándolos,
protegiéndolos, y haciéndoles reconocer la verdadera fuerza
divina que les guiará hacia el camino de la victoria. Por esta
razón nos hemos encontrado todos los buscadores en Safed, nos
hemos reunido aparentemente por casualidad, pero en el fondo
nuestras vidas han sido dirigidas, dado que cada uno de nosotros
nos entregamos al Plan Divino y aceptamos nuestra misión o
nuestro camino de Tikun.
“Y el espíritu de D-os sobrevuela la faz de las aguas”.
Sobrevolando sobre la realidad de la Creación, D-os
continuamente la nutre y sostiene, mientras que a la vez brinda a
cada criatura, o en la terminología de la Kábbalah, a cada
recipiente, la habilidad de crecer y desarrollarse
“independientemente”. De este modo no se revela completamente
ni tampoco se aparta de su creación. Es como un pájaro que
vigila a sus polluelos, pero también les deja libres. Es lo que se
llama “correr y retornar”, “revelación y ocultamiento”.
Es la barrera que D-os pone en nuestro camino para probarnos.
La serpiente de bronce levantada por Moisés en el desierto mata
a las serpientes ardientes y las sustituye para dar vida a su
pueblo. Representa poder vencer y superar todas las barreras
para encontrarse consigo mismo; para ello es necesario reconocer
la existencia de una Ley Suprema con la divina presencia de esta
letra.
En este sendero se ubica el carro de Mercabáh; el vehículo
ascendente, el cuerpo de luz que nos ayuda a viajar por todos los
cielos y dimensiones del espacio. Es el vehículo que usa el ser
superior para moverse. El sumo comando del trono del Padre envía
el conocimiento y la protección, a través de la matemática
superior.
El Sepher Yetzirah la asocia con el sentido del habla y con el
signo de Cáncer en el Universo. Valor numérico 8. D-os es uno en
los siete cielos y la tierra. El octógono usado en diversas culturas
como símbolo de conexión. En los primeros tiempos del
cristianismo las fuentes bautismales eran octogonales. La forma
octogonal está presente en las bóvedas de numerosas iglesias. En
el I-Ching chino en las construcciones templarias. Es conocida su
capacidad para atraer, concentrar y difundir las energías.
Ejercicio: Al meditar y repetir el nombre de la letra Jet podemos notar sus
efectos en alguna zona del cuerpo. Significa que nos muestra las
limitaciones y barreras que nos ponemos en la vida. Depende del lugar
donde se note, interpretaremos que área de nuestra vida es aquella que
necesitamos desarrollar más. La letra Jet nos permite reconocer qué retos
tenemos que superar. Las pruebas que se nos presentan tienen un
propósito y este sendero nos ayudará a descubrirlo.
— • —
Letra Kaf
La letra Kaf está en el sendero entre Netzaj, las emociones y
Jesed, la misericordia, por lo que este sendero se relaciona con la
generosidad y la abundancia. El poder de realizar y sacar todo
el potencial divino. Lograremos entrar el reino espiritual con la
palabra sagrada. El potencial se manifiesta cuando abres el
corazón. Venus, el amor, nos atraerá la abundancia de Júpiter,
Jesed. La actitud de servicio hacia los demás.
Kaf se traduce como “palma de la mano”, donde están las líneas
que marcan nuestro destino. Podemos modificar nuestro destino
del mismo modo que las líneas de la mano pueden ser
modificadas en nuestra vida a partir de cambios internos en el
individuo. Es también un receptáculo. Para la Kábbalah es una
de las siete letras dobles junto con beth, guimel, daleth, pé, resh y
tav.
La palma de la mano tiene también forma de cuenco o copa.
Kaf es apto a recibir todo lo que se presenta. Entre los egipcios, el
jeroglífico que expresa la consonante K significa cáliz, copa,
mortero, matriz, todo lo que contiene algo y lo transforma en
energía creadora o fuerza operante. Es como molde que se
adapta indistintamente a todas las formas.
La forma de la letra es muy parecida a la Beth. Su valor
numérico es 20. 2+0 =2. Es más completa y uniforme; sus partes
están más unidas entre sí.
El Sepher Yetzirah la define como riqueza y pobreza. También
con Venus en el Universo. El universo es abundancia y sólo
nuestros miedos y limitaciones nos impiden sentirnos llenos de
todo lo necesario para vivir. El sentimiento de carencia se asocia
a la ambición. Cuando alguien tiene fe en que siempre tendrá lo
que necesita ya no ambiciona grandes riquezas. A veces la
prosperidad no llega porque creamos limitaciones tales como “no
soy capaz” “no puedo” “no sirvo”. Asimismo el egoísmo nos
limita al pensar que lo mío es lo mejor: “mi casa es mejor que la
del vecino” “mi ciudad es la mejor” “mi país es el mejor”…
Necesitamos expandir nuestra conciencia pensando siempre en
una entidad mayor. Si lo hacemos así nuestra mente se abrirá a
una nueva realidad y permitiremos que la abundancia y la
prosperidad lleguen a nuestras vidas.
Un modo de ver que no hemos modificado una situación es que
esta se repita periódicamente; esto representa que esa persona o
situación regresa a nuestra vida para que podamos finalmente
darnos cuenta en qué fallamos y modificar el error., Se nos
permite repetir muchas veces las mismas cosas para que podamos
aprender. Tenemos muchas posibilidades.
La Kaf alude al poder latente dentro del reino espiritual, al
potencial de manifestarse completamente en la esfera física de lo
real. D-os debe crear el mundo continuamente; de lo contrario, la
Creación dejaría de existir instantáneamente. Esta letra hace que
el nivel de vibración aumente para no quedarnos atrapados en los
juicios, las criticas, la lástima que tanto complacen a nuestras
emociones inferiores. Nos conecta con la misericordia divina y
permite que podamos transmitirla a los demás. La luz de esta letra
aniquila la energía del campo magnético negativo liberándonos
del mal. Nos abre al sentimiento de abundancia y plenitud. La
habilidad del alma para conectarse con D-os. Una vez
conectados y activados se nos protege; se nos enseña a dejar de
estar en la rueda de la reencarnación y dejamos de estar
sometidos a los eventos de destino.
Cuando unimos las palmas de las manos en actitud de oración
uniendo los dedos, unimos la parte derecha e izquierda del
cuerpo. En la palma queda un hueco vacío que es dónde
encontramos a D-os. En el silencio y la oración. También en el
acto de la bendición se coloca la mano sobre la cabeza de la
persona.
Representa reconciliarse, abrazarse. Dar la mano es símbolo de
entrega, amor y respeto. El sendero entre Jesed y Netzaj supone
vencer las emociones inferiores para desarrollar el amor
verdadero. A partir de aquí llega la prosperidad, el progreso y la
misericordia con la que puedes dar la mano a otros y ayudarles
siendo generoso. El amor no es emocional. Es un sentimiento
profundo que te fortalece hasta el punto de que puedes arriesgar
tu vida para ayudar a otros. Este amor nos dará protección.
Ejercicio: Pronunciar en voz alta la letra Kaf al mismo tiempo que la
visualizamos en nuestra mente. Nos podrá señalar qué emociones
necesitamos sanar. Si llega a la mente la imagen de algún familiar con el
que tengamos conflictos nos imaginaremos que entre él y nosotros se halla
la letra que emite una luz de color violeta (transmutará los resentimientos y
remordimientos creando armonía entre ambos).
— • —
Letra Lamed
Sendero situado entre Geburá y Tiferet. El poder de la voluntad
de Geburá haciéndose consciente en Tiferet.
La letra hebrea Lamed se traduce como bastón o guía para
conducir a los bueyes al arar la tierra. Es quien enseña a los bueyes
a arar. La letra Lamed significa exactamente “enseñar”. Al unir la
voluntad, Geburá, con la mente de Tiferet significa el dominio de la
mente y el aprendizaje de la vida. La aspiración del alumno devoto
de aprender de la boca de su maestro. La forma de la letra Lamed
representa un camino de ascenso, la aspiración de concebir y
comprender. La Iod situada en el cénit de la letra Lamed es una
torre elevándose en el aire. Una Vau, cuya cabeza formada por una
Iod mira hacia abajo sobre una Kaf. “Una torre que se remonta en
el aire”. La única letra que asciende por sobre la línea. Hay que
saber que las letras hebreas están “colgadas” en el aire. Es decir
que Lamed es la más alta y la que viene de arriba; es el
reconocimiento de lo que “hay”. Cómo opera la Ley Divina. Para
eso las Mitzvot o preceptos de la Torá nos muestran el camino recto.
Por otro lado se asocia al coito, la unión sexual, mediante la cual las
almas encarnan en este mundo.
Para vencer el Karma o Tikun debemos instruirnos en el valor, la
fortaleza y la voluntad. Abrir el corazón con la palabra sagrada.
Abrir las puertas de la luz para que se pueda vencer el Geburá
negativo. Con la fuerza del corazón, se puede vencer a la
animalidad, los instintos. Dar y recibir. El comienzo de esta letra es
una Iod, la semilla. Tenemos que aprender a sembrar para recoger
la sabiduría.
Este sendero conecta el cerebro Geburá, con el corazón, Tiferet.
Este se abre al conocimiento o entendimiento, nos da
comprensión, y eleva como una torre. Se adquiere el
conocimiento de 300 leyes que se relacionan con el secreto de la
torre voladora, que representa la devoción por el estudio de las
leyes y los nombres de D-os, las enseñanzas de la Torá; para que
nos volvamos un recipiente o instrumento para crear un mundo
mejor, según lo establecido en el Plan Divino.
A través de Lamed recibimos el secreto del entendimiento divino
pues es una llave que abre los portales Ari Shemot y el poder
recibir la fuerza y el conocimiento para instruir a otros. Lamed es la
fuerza que ejerce el conocimiento de la Torá. Aprendemos a
instruir y dominar todas las situaciones. Nos abre la puerta al
entendimiento, a la riqueza, la fortaleza, la felicidad, la curación.
Ayuda a vencer la esclavitud. A controlar los poderes, a estar
unificados a la armonía divina. Layoeesh Michaelilu, columna de
luz.
La combinación de Lamed con Alef nos da el término EL o AL.
Sufijo con el que terminan la mayoría de los nombres de ángeles
como seres intermediarios entre el cielo y la tierra. A su vez EL es
el nombre divino de Jesed y su significado es amor o
misericordia.
Alef y Lamed como buey y bastón unen las ideas del alma del
justo y el trabajo que ésta tiene que realizar en la tierra para
regresar a la unidad. Lamed es una herramienta para labrar
nuestro destino. Podemos ver en su forma cierto parecido con
Aleph (buey) con dos puntas en los extremos y una parte central
que las une. Se asocia al estudio.
El nombre Israel comienza con Iod, la letra más pequeña, y
termina con Lamed, la letra más grande. Esto nos da la pauta de
que el estudiante puede comenzar como un niño con el
abecedario y terminar con un estudio mucho más elevado. Es el
camino hacia la luz. Todo lo que se extiende o se eleva por sí
mismo.
Lamed confiere al hombre una dimensión superior, una
transición hacia un nuevo estado. El pensamiento es la fuerza que
permite que todo nazca. El pensamiento crea. Cada número y
cada letra contienen el poder creador. Si pensamos en el mal
aparecerá ese mal. Si pensamos en positivo atraeremos a nuestra
vida cosas positivas. Los números y las letras crean conexión,
unen o desunen según el pensamiento, según la intención. Si una
persona tiene odio, envidia…. emitirá pensamientos destructivos
sobre cualquier persona que no esté en sintonía con ella.
El Sepher Yetzirah asocia Lamed con el trabajo y la balanza del
equilibrio, el signo Libra en el Universo. Valor numérico 30.
Aprender y enseñar. Encarna el principio del movimiento
expansivo. Hubo 30 generaciones desde Abraham hasta la
destrucción del primer templo.
Ejercicio: Al repetir la pronunciación de la letra Lamed podremos
identificar la zona del cuerpo que revele los pensamientos o actitudes
negativas que tengamos en la vida. ¿Qué pensamientos debemos
cambiar? ¿De qué no nos vemos capaces? Nos enseñará todas las
órdenes o pensamientos negativos. Repetir Lamed mientras realizamos
afirmaciones positivas les dará mucha más fuerza y desarrollará la
voluntad.
— • —
Letra Mem
Situada en el sendero que une Geburá o Din con Hod, la fuerza o
la severidad con la mente. Alteraciones que permiten cambiar una
situación. Un hijo que se marcha de casa y se independiza, por
ejemplo, provoca cambios en nuestro sistema de vida. Tenemos que
pasar por una adaptación. De ahí que este sendero se relaciona con
la renuncia a nuestros deseos para aceptar aquello que nos toca vivir.
El reconocimiento de unas leyes en Geburá que rigen nuestra vida. El
retorno hacia el interior para poder transformarnos y sacar la
información de la supra conciencia, las profundidades que nacen de
la fuente.
El Sepher Yetzirah relaciona Mem con el agua, ya que es una de
las tres letras madre y la asocia al silencio. Dentro del agua del mar
sentimos silencio. El agua es la matriz de la vida. Mem es la fuente, el
agua que fluye. El agua simboliza las emociones que hacen cambiar
nuestra forma de pensar en Hod. La forma de la letra recuerda una
fuente o manantial de donde brota el agua y surge para darnos vida.
Al mismo tiempo la forma de la letra sugiere que el agua regresa a su
origen. La Mem tiene una variante llamada Mem cerrada, que se
sitúa al final de las palabras. De ah í su nombre: Mem final, que en
este caso sí se dibuja cerrada totalmente. Esta idea de surgir del
interior y regresar a la tierra sugiere la idea de transformación. Su
signo jeroglífico es una onda. La palabra madre, EM, contiene la
Mem. Es el manantial, la matriz divina. La soberanía del cielo es la
Mem cerrada y la Mem abierta es D-os actuando en nosotros. Así es
que nuestro espíritu nació del padre, AB y la Madre EM; la energía
que fluye de D-os y nos formó en la matriz de la madre.
Este sendero relaciona la mente con las leyes cósmicas de
Geburá, el rigor, la severidad, las normas a las que estamos
sujetos. El hecho de vivir en la tierra supone estar sometidos a
ciertas leyes que debemos asumir, como la gravedad, la causa y
efecto. En Hod se encuentran los libros, el lenguaje, y los sistemas
de comunicación creados por el ser humano.
Cuando la mente es capaz de aceptar que no es posible luchar
contra una fuerza o ley que no se puede modificar y cuando se
acepta esa situación, la sensación de sacrificio desaparece y es
sustituida por la abnegación y el servicio voluntario a los demás.
Aparece la consagración, la entrega a la voluntad divina. Para
fortalecer el corazón es necesario conocer la debilidad, para luego
volver a ser fuerte, y aceptar que, gracias a las debilidades y a los
sufrimientos, nos hacemos invulnerables. Este sendero nos enseña
que no estamos solos, que tenemos al cielo en nosotros. Estamos
unidos por ese cordón invisible que nos une al todo. A trav és de él
desciende el amor incondicional y la ley de aceptación nos da todo
lo que necesitamos. Si aceptamos esta unión es como el hijo que
recibe ayuda de la madre y del padre y no opone resistencias; así,
nosotros podemos recibir la influencia divina a través del
pensamiento, anclándonos en el valor y el amor, y venciendo las
dudas y las creencias.
Es necesario pedir y hablar a través de las oraciones y los
nombres de D-os, para que estos sonidos nos conecten con la
energía divina y el poder del Creador que será quien nos liberará
de las debilidades y los sufrimientos. Gracias a ello también nos
hacemos más humildes, vencemos el orgullo y a la altanería hasta
alcanzar la mansedumbre.
Cuando la gente dice “que mala suerte tengo” “no tengo remedio”
y la secuela “soy así” “no puedo cambiar” está generando un
sufrimiento terrible y un gran estancamiento. Sin embargo, nuestro
objetivo en la vida es cambiar y superar las pruebas que la vida nos
presente y recuperar la fe. Uno sólo no puede levantarse sin pedir
ayuda.
Mem tiene valor numérico 40. Son los días del Diluvio, el
periodo del peregrinaje del pueblo hebreo por el desierto, el
ayuno de Jesús en el desierto. Todas ellas tienen en común que se
trata de pruebas para ver si somos capaces de superar las
adversidades y no perder la fe. Volver hacia uno mismo para
transformarse. Asimismo indican un proceso de purificación
asociado a un gran cambio. El agua del manantial asciende
desde lo subterráneo, oculto. Son aguas que tienen mucha
presión. Este sendero proviene de Biná, la fuente, la gran Madre,
el agua primordial.
En el Árbol de la Vida las tres letras madres se encuentran en los
senderos de cada uno de los tres triángulos. Shin, el fuego, abajo,
asociada al vientre. Mem, en el central, el agua, y Alef, arriba, el
aire. Mem nos indica que debemos perdonar y trabajar el
inconsciente. La letra tiene la propiedad de ir al inconsciente para
perdonar esos errores que no rectificamos en su debido tiempo.
Desarrollará la tolerancia y el saber comprender a los demás.
Ejercicio: La práctica con la letra Mem tiene dos utilidades principales: En
primer lugar, a nivel de salud; como quiera que es la letra del elemento
agua, si notamos una sensación en una parte del cuerpo, indica que allí
necesitamos agua. Por ejemplo, alguien que tenga exceso de fuego:
problemas de estómago o exceso de calor, Mem irá a esa parte para
equilibrar el fuego con el agua. Por otra parte esta letra nos revelará
también los rechazos emocionales que podamos sentir: sean rabia,
frustración, impotencia o resentimiento. Todo aquello que hemos ido
guardando en nuestro interior, las emociones no expresadas. Mem nos
ayudará a liberarnos de dichas emociones reprimidas.
— • —
Letra Nun
Sendero entre Netzaj y Tiferet. Es el sendero del desapego.
Hacerse consciente de las emociones. Cuando tenemos que dejar
atrás las emociones humanas y egoístas para seguir el sendero
del amor verdadero.
En arameo Nun significa: pez. Las aguas del mundo oculto.
Detrás de nuestras emociones se esconden a veces las fuerzas de
nuestra Alma que quieren que vivamos determinadas
experiencias. Aguas emocionales donde los seres no tienen
conciencia de sí mismos. Un pez tratando de salir del agua. Por
analogía este sendero se relaciona también con el momento de la
muerte, donde perdemos la conciencia de los sentidos para entrar
en una inconsciencia. En el nacimiento perdemos la conciencia
del espíritu para entrar en la inconsciencia del mundo material.
Determinadas mitologías representan la muerte como un océano
donde nosotros quedamos sumergidos como un pez, siendo como
la gota que se disuelve en el océano. La persona deja de ser lo
que era y pasa a convertirse en otra cosa.
El desapego supone la muerte del Ego. La ecuanimidad. El
vaciarnos de estados de dependencias materiales y emocionales. Se
logra la transmisión de conciencia que viene del creador. Es la
recolecta. Quita todo lo que no sirve y al quitar los miedos libera el
fruto.
El sendero podría prolongarse en línea recta a continuación
hasta Biná, donde recibimos la bendición y nutrición de la fuente,
pescar la energía. Aquí comprenderemos que el amor no es
emocional al ser inalterable e incontaminable. Las emociones son
variables; el amor verdadero no. El amor incondicional nos
permite amar aún sin ser correspondidos.
Otro de los significados de Nun es “extensión del infinito”
“perpetuarse” pues ese trance de inconsciencia es a pequeña
escala la experiencia cósmica del infinito, perderse en el océano
universal. Vida, resurrección, curación y proliferación.
La forma de la letra recuerda la cabeza y la columna vertebral, o
un pez con la boca abierta intentando respirar. Es como una Vau
extendida descendiendo debajo de la línea. Las aguas del amor.
El mundo oculto. El sistema inmune se pega a los vasos sanguíneos
y mata a las células cuando hay un conflicto emocional. Es semilla
que germina, El Sepher Yetzirah la relaciona con el movimiento y
con el signo de Escorpio en el Universo. Valor numérico 50. Hay
cincuenta referencias al Éxodo en la Torá. 50 puertas del
entendimiento de Biná. Con esta letra llegamos a la Torá secreta y
entramos en la fuente. Nun es la llave que abre las puertas de la
vida y nos atrae la abundancia, al meditar en ella. Nos ganamos
las bendiciones cuando hablamos y usamos esta letra
manifestándose la luz al expresarse. D-os nos bendice desde
nuestro corazón pues es la esencia del ser. Nun es la
reproductividad, rectificación.
Este sendero es también el de la inspiración y creatividad dado
que en Netzaj está precisamente el mundo del arte, las
capacidades artísticas. Aquí en Netzaj nos encontramos la
necesidad de volvernos conscientes de nuestras emociones e
impulsos sobre todo aquellas que se encuentran grabadas como
patrones de conducta en nuestro subconsciente como el cangrejo
cuya coraza protectora se corresponde con nuestra coraza
psicológica o mecanismos de defensa para protegernos de las
amenazas del mundo exterior como pueda ser la opinión de los
demás, el no sentirnos heridos, el no caer bien, etc. Así dejamos
de mostrarnos tal como somos para adoptar una personalidad
artificial que oculta nuestros verdaderos sentimientos. Esto
bloqueará la comunicación emocional conduciéndonos al
aislamiento.
Todo cuanto digamos será la expresión de Tiferet, la conciencia.
Entramos en un estado de presencia permanente del esp íritu en
nosotros. Nun deshace las capas del ego, limpia los recuerdos,
patrones, discos y códigos y los sustituye por amor. Nos libera de
emociones dolorosas, del apego a las personas, las situaciones, las
cosas y lugares.
Nun nos permite diferenciar lo que son emociones de lo que es el
amor verdadero, y es que en las primeras aparece siempre un
aspecto egoísta, el deseo de ser correspondido, la intención que el
otro sea como a nosotros nos gusta, mientras que en el amor hay
incondicionalidad. No se espera ni busca nada del otro, sino que
simplemente se le ama. Esta cualidad corresponderá a Tiferet, que
es la conciencia en el alma. De ahí que definiremos al amor como
una acción consciente. En resumen, el amor será conciencia y no
emociones. Entreguemos todos nuestros programas y desde arriba
recibiremos la purificación, separando el trigo de la cizaña y el
miedo, activando la esencia divina oculta en nuestro interior. Ayuda
a quitar las enfermedades gracias a dejar limpios nuestros sistemas
internos.
Ejercicio: Al pronunciar la letra Nun, si notamos algo especial en una zona
concreta del cuerpo, indicará que hay algo que no deseamos hacer y lo
estamos rechazando. Esta letra se relaciona con la fertilidad y el acto
creador. La semilla que germina y se multiplica. Por ello puede ser usada
también repitiendo su nombre varias veces mientras imaginamos aquello
que deseamos que llegue a nuestra vida.
— • —
Letra Pe
Este sendero une Hod con Netzaj, la mente con la emoción. El
Sepher Yetzirah la define como Gracia, Dominación e Indignación
y con el planeta Mercurio en el Universo. Valor numérico 80.
La letra Pe significa boca, por la que emitimos el habla, y
comunicamos lo que sentimos a través del lenguaje, hacia el mundo
que nos rodea. Palabra, lenguaje, verbo. Es la capacidad de
comunicarnos y expresarnos. La forma de la letra es parecida a Bet
pero con una nueva línea en el interior, por lo que representa una
boca con los dientes, los cuales permiten articular los sonidos y las
palabras. Significa la boca abierta, el símbolo de la expresión oral y
de todo lo que el hombre da a conocer a sí mismo en el mundo
exterior. Es asimilable a los medios modernos de comunicación:
teléfono, radio, televisión, comunicaciones espaciales, etc. Para la
Kábbalah es asimismo una de las siete letras dobles instituidas a
partir del Sefer Yetsirá.
A través de la boca, de la palabra, podemos cambiar todos los
sucesos. Las raíces del pensamiento y emociones. En este sendero
recibimos las chispas divinas del creador. Limpia todo lo
destructivo del ego, el orgullo y la ira. Lo convierte en amor. Es la
llave que abre las puertas que conectan con los 10 sephirot. Se
rompe la estructura donde se halla prisionera el alma que queda
liberada, es el proceso de corregir el Tikun.
Pe enseña a discernir, analizar antes de hablar, cambiar el
lenguaje, la forma de expresión para que sea más amorosa. Su
forma es parecida a Shin, diente, donde hablamos también del
lenguaje, pero como si la hubiéramos colocado de lado.
En este sendero al llegar a Netzaj descubrimos nuestra
verdadera naturaleza, de ahí que la imagen mágica de Netzaj es
la de una joven mujer desnuda. Entramos en un estado donde nos
olvidamos de la idea de nuestra personalidad, es decir, de
nuestra identidad sexual, cultural, de a qué país, familia o cultura
pertenecemos, a tener conciencia atemporal, pero que al mismo
tiempo es nuestra verdadera esencia. Somos, más allá de nuestra
mente, emociones, deseos y cuerpo.
El sendero entre Hod y Netzaj refleja que a veces la mente no
puede comprender los estados emocionales. En una familia por
ejemplo una madre trata bien a tres hijos y al cuarto lo desprecia
e ignora. Este último se cree que, porque ha venido en un mal
momento, no fue aceptado, pero no es real. Es sólo que en el
inconsciente de la madre hay recuerdos de vidas pasadas que le
provocan un rechazo hacia el hijo o viceversa sin saber
exactamente el motivo. Ambas personas ignoran de dónde les
viene el rechazo, la mente en este caso no puede comprender las
razones.
En otro ejemplo una persona nos cae mal nada más conocerla.
O al revés, nos cae bien, y no podemos saber el por qué. A nivel
emocional recibimos una información respecto a nuestra afinidad
o rechazo con esa persona, pero es algo que está más allá de
nuestra lógica mental. Cuando comprendamos los vínculos
emocionales con las personas activaremos este sendero del Árbol
de la Vida donde se halla Pe. Esto significa que debemos evitar la
crítica, la rabia, los celos que crearán un rechazo entre las
personas.
¿Cómo expresar las emociones en palabras? Para la mente
racional es difícil, por eso hemos creado lo que se llama el
lenguaje poético o metafórico, en que se insinúa, se sugiere y
debe entenderse el significado de las palabras más allá de su
literalidad. El lenguaje poético es diferente al del sendero del
lenguaje racional; a través de la poesía y el arte se puede
transmitir una información que debemos captar con nuestra
sensibilidad e intuición, no con nuestra mente lógica y analítica.
Principalmente el agua se asocia a líquido y fluidez. La fluidez es
dejar expresar nuestras emociones y no reprimirlas. La mente de
Hod trata de controlar las cosas, de hecho, las personas mentales
suelen ser muy controladoras y desean tenerlo todo bajo un
orden. Entonces falta la fluidez y la espontaneidad características
de Netzaj.
Ejercicio: El ejercicio de la letra Pe nos ayudará a reconocer algo que no
nos atrevemos a decir o expresar. ¿Qué secreto guardamos? ¿Qué es lo
que nos callamos? Esta letra nos ayudará a saber decir aquello que
pensábamos podía causar daño o que no nos atrevíamos a pronunciar.
Las letras deben decirse repetidas varias veces, así como repetir el
ejercicio más de un día.
— • —
Letra Qof
La letra Qof se halla en el sendero que une Maljut, la Tierra, con
Netzah, Venus. Lo material con lo emocional. La manera en que
captamos emocionalmente el mundo físico. Este reconocimiento se
produce a través del binomio “me gusta, no me gusta”. Algo nos
resulta agradable o desagradable. Se trata de una sensación que
no sabríamos definir, dado que no es de naturaleza mental sino
emocional.
Dos letras, una resh y una zain, se combinan para formar la
letra Qof. La zain hacia la izquierda, desciende por debajo de la
línea, la resh hacia la derecha, sobrevuela encima ella. Una letra
permanece separada de la otra.
Qof significa nuca, descanso y ciclo. Redención de las chispas
divinas. Son términos que tienen mucho que ver con nuestro
subconsciente, el mundo de los sueños y el descanso nocturno.
El sepher Yetzirah asocia Qof con el sueño y con el signo de
Piscis en el Universo. Valor numérico 100. Esa era la edad de
Abraham en el nacimiento de Isaac. La letra recuerda la cabeza
de una persona con la forma de la nuca. Un cordón anudado, un
hacha, un círculo completo, un trazo que enlaza lo inusitado. Está
considerada por la Kábbalah como la letra mística por
excelencia.
Con esta letra comienzan las palabras Kadosh (Santo) y
Kábbalah. Cristo, Korán, Kali, Karnak…
El espíritu de la madre divina nos bendice y nos libera del dolor
emocional, tristeza, soledad, amargura, necesidades
emocionales, deseos de ser aceptados o reconocidos.
Este sendero es muy sanador porque la letra Qof nos libera del
veneno de los sufrimientos heredados de los ancestros y el linaje
femenino de nuestra familia, enseñándonos el arte del amor,
crecer y expandirnos con amor creativo. Aquí juega un gran
papel la imaginación creativa. La energía de la madre divina o
Shekiná nos libera de los traumas y activa el potencial intuitivo
que tenemos dentro. Nos marca el camino de iniciación,
aumentando la conciencia, conociendo el arte de amar, el arte de
crear y el arte de sanar liberando los traumas y emociones
ancestrales, y a dejar de juzgar a los demás por lo que nos
ocurre. Tenemos la oportunidad de abrir nuestra conciencia.
Ejercicio: Antes de acostarte pon tu pensamiento en positivo para que
puedas elevarte al mundo de los sueños y purificar todas las grabaciones
erróneas creadas durante todas las vidas. Pronuncia repetidas veces la
letra Qof hasta que entres en estado de somnolencia. Esta letra te irá
disolviendo la oscuridad de tu plano astral. Cuando elevas tu vibración al
acostarte, tu frecuencia sube y puedes alcanzar los templos de
conocimiento de los mundos superiores que te prepararán y te darán las
enseñanzas adecuadas a tu nivel de conciencia actual. Durante los sueños
se aprende, se avanza y se corrigen errores. Al despertar se verán las
cosas mucho más claras porque se habrá despejado la mente de
negatividad del pasado y el presente.
— • —
Letra Resh
Corresponde al sendero entre Hod y Yesod.La letra hebrea Resh
significa “cabeza”, donde pensamos, y “círculo” o esfera cósmica,
pues la mente es como un sol. Dependiendo lo que pensemos, así
será nuestra vida. Nos puede activar la inteligencia y sagacidad.
Para romper el muro de nuestras limitaciones mentales debemos
pronunciar el nombre de esta letra. La pronunciación se realiza
soltando todo el aire para hacer “vibrar” el nombre al mismo
tiempo que decimos “Resh”, habitualmente se suele repetir 12
veces.
El Sepher Yetzirah la define como fertilidad y soledad o
desolación. La asocia con Saturno en el Universo. Valor numérico
200. La letra es parecida a Bet (2) y Kaf (20) pero la parte
inferior de las mismas ha desaparecido. Sólo queda la parte de
arriba, la cabeza. La mente que se agacha devota a D-os. El
descubrimiento del niño interior que te despierta el deseo de
convertirte en ángel.
El Sol representa la inteligencia solar, la fuente de la vida. La
mente es dual, comprende las cosas porque compara una cosa
con otra y de esa comparación surge la comprensión. Es también
una limitación por el hecho de estar sometida a la dualidad, no
poder percibir la unidad.
Este sendero, en definitiva, nos muestra la necesidad de volvernos
conscientes, de observar pensamientos, emociones, deseos y actos con
el fin de salir del estado de sueño e inconsciencia en el que nos
encontramos actualmente. Es el paso de la capacidad psíquica a la
intuitiva.
Si nuestros pensamientos son luminosos, positivos, llenos de
amor, se grabarán ideas positivas en el subconsciente de Yesod.
pero si nuestros pensamientos son negativos, se grabarán
semillas negativas, llevándonos al sufrimiento.
Resh nos permite conocer la máquina del subconsciente de
Yesod, donde están todos los pensamientos grabados. Con la luz
del esplendor debemos renovar esos fundamentos, llenarlos de luz
creadora. Es necesario elevar la frecuencia vibratoria de los
pensamientos, a fin de que las grabaciones de Yesod sean
positivas. De lo contrario podemos generar enfermedades
psicosomáticas, dado que, si las grabaciones son de enojo,
rencor o tristeza, finalmente podrán llegar a Maljut y afectar a
nuestro cuerpo físico. Todo lo que pensamos lo atraemos. Por ello
podríamos definir a este sendero como el que corresponde a la
ley de atracción. Lo que pensamos tiende a convertirse en
realidad.
Cuando una persona enferma es porque su cuerpo vital, Yesod,
está mal, y afecta a Maljut, el físico, pero esta alteración de
Yesod puede ser provocada por Hod, un pensamiento negativo.
Cada persona crea su propia vida, su propio universo,
dependiendo de sus pensamientos. Alguien con pensamientos
negativos creará conflictos y desastres en su vida. Si alguien tiene
pensamientos de armonía y belleza su vida será hermosa. Así
entendemos que podemos vivir vidas muy distintas. La actitud ante
las circunstancias cambia según la persona. Depende de lo que
pensemos así será nuestra vida. Los pensamientos de Hod
influirán sobre el subconsciente de Yesod como órdenes para que
se materialicen en Maljut.
Detrás de las palabras cada letra tiene un poder vibracional,
una conciencia divina y generan semillas simiente capaces de dar
vida y crear todo aquello que nosotros necesitemos para nuestro
futuro. Como todas las letras tienen el poder del fuego, tienen
también el poder de la transformación. Es importante realizar
afirmaciones positivas como “estoy curado” “estoy liberado” etc.
porque la mente de Hod influirá sobre el subconsciente de Yesod.
Las imágenes de Yesod están creadas a partir de los
pensamientos positivos o negativos. Un pensamiento se convierte
en orden cuando llega a Yesod. Y si por ejemplo decimos:
“quiero conseguir esto, pero no me veo capaz” el subconsciente
recibe una orden contradictoria y en consecuencia crea lo
contrario de lo que se deseaba. Todo queda registrado. Hay que
ir con cuidado con lo que se piensa y lo que se dice.
Ejercicio: Repetir tres veces la letra Resh con la intención de liberarnos de
las limitaciones mentales y situarlas, a través de nuestra imaginación, en
aquello que queremos atraer a nuestra vida (imaginándola como chispas
luminosas).
— • —
Letra Samej
La letra Samej se halla en el sendero que une Tiferet con Yesod. El
sol con la luna. La conciencia o el alma con la memoria
subconsciente. El mundo del alma con el mundo de la
personalidad. El sol del consciente iluminando al subconsciente.
Los significados de Samej refuerzan esta idea de contacto: sostén,
puntal, anillo nupcial, ciclo infinito, la fe. La forma de la letra
parece una serpiente que se muerde la cola y que puede encerrar
algo. Si partimos la letra en diagonal veremos que se forman dos
mitades casi iguales. Dado que la letra corresponde al sendero
donde se produce el encuentro entre la personalidad y el alma. Su
final está insertado en el comienzo, y el comienzo en su final. Es
como un anillo, siendo representada a veces esta letra como un
simple círculo.
La forma de la letra Samej recuerda la de un anillo o círculo que
se cierra. Así, a través del sentimiento de unión con nuestra Alma,
esa conexión se produce. Sólo hay que tener fe. La unión de la
novia de Maljut y el novio o Ser superior. El matrimonio sagrado.
El Sepher Yetzirah la relaciona con el sueño y el signo de
Sagitario en el Universo. Valor numérico 60. Sesenta letras
tienen la bendición de los sacerdotes. Debemos cambiar la
imagen de nosotros mismos, aceptar nuestra dualidad. Saber
que tenemos tanto virtudes como defectos para empezar a actuar
con naturalidad y espontaneidad. A través de esa espontaneidad
podremos liberarnos de las trabas y ataduras de la mente y
liberarnos de los miedos.
Este sendero es también la prueba del Guardián del Umbral por
la que todo iniciado tiene que pasar, lo que llamaríamos las
tentaciones tales como: “no puedo, no sirvo…” y reconocer que
con el fuego de la antorcha de nuestra alma podemos vencer
todos los obstáculos. Es la vía de conexión entre el subconsciente
o mundo de las imágenes de Yesod con la conciencia despierta
de Tiferet. La plataforma de llegada al mundo de la belleza, al
arte, la riqueza, la curación y la creatividad.
Desde aquí se distribuye la energía a los demás senderos y esferas
o sephirot. Este sendero tiene el poder de neutralizar y purificar a los
elementos. La Letra Samej, al estar en el pilar central, se convierte es
el tronco del Árbol de la Vida, el camino que debemos seguir; es la
alianza de nuestro ser superior con los fundamentos. Nos libera de
los apegos y pasiones; nos permite salir de la rueda de las
reencarnaciones. A través de la conexión con la conciencia
despierta de Tiferet, la conexión con el Alma y el espíritu que nos dan
conciencia de la eternidad.
Nos libera de los canales del sufrimiento y las carencias, dándonos
la luz que nos atrae abundancia y vierte la luz del amor y la
misericordia sobre el subconsciente, liberándolo de todo lo que nos
impide lograr la paz, la armonía, la salud y la buena economía.
Nos ayuda a llenarnos de salud, confianza en la divina presencia,
realizando pactos o acuerdos y superando las calamidades. Si
queremos ver el corazón, la parte buena de las personas, veremos
los puntos de contacto, lo que nos une a ellas, mas que los puntos
de división.
En el centro de Samej se forma la figura de la Vessica Piscis, forma
de cabeza y boca, generadora de vida, renovadora. D-os padre y
madre, unidad de conciencia, círculos expansivos, la llama de D-os,
puertas dimensionales. Aumenta la vibración, purifica las partículas
negativas y despierta las partículas diamantinas. Samej es el circulo
infinito, desarrolla la fe, la Torá. Comienzo y fin; percibimos la
unidad.
¿Qué es lo que ocurre entre la conciencia y el subconsciente,
Tiferet y Yesod?
En este sendero podemos realizar la conexión con el Santo Ángel
Guardián. Aquí la tradición cabalística ubica un sephira invisible
llamado Paroketh. Representa el enlace entre la personalidad y el
alma, entre los triángulos inferior e intermedio del Árbol de la Vida.
Consiste en dejar los cinco sentidos para dirigir la mirada hacia
adentro y encontrar las percepciones del alma m ás allá de la
personalidad. El Sol tiene que iluminar a la Luna; eso significa que la
intuición gobernará e iluminará las imágenes del subconsciente,
estableciendo una distinción entre clarividencia y videncia. Sólo la
primera puede ser considerada verdadera. La segunda quedar á
condicionada por las imágenes de Yesod que pueden proyectarse y
reflejarse en la atmósfera astral.
La mente de muchas personas les hace sentir la necesidad de
atrapar a otras y confunden el amor con la sexualidad, la
atracción física, las pasiones, creándose un vínculo engañoso que
luego les lleva a la depresión, la ruptura, al enganche emocional
y mental, pues solo ven una atracción física y sexual. Con la letra
Samej podremos discernir si nos sentimos unidos a esa persona o
sólo buscamos una satisfacción personal o un reconocimiento.
Ejercicio: La repetición de la letra Samej nos permitirá abrir la puerta
dimensional para conectar con nuestra conciencia superior, el santo ángel
guardián, o ser superior. A partir de la pronunciación de Samej podremos
luego entrar en meditaciones más profundas hacia nuestro interior puesto
que es como una puerta o interruptor de conexión.
— • —
Letra Shin
La letra Shin se halla en el sendero que une Hod y Maljut. Shin
significa diente, y los dientes simbolizan la renovación, el cambio.
Como el que ocurre en la infancia cuando cambiamos los dientes
y en la ancianidad cuando se pierden. Es una de las 3 letras
madres junto a la Aleph y la Mem. Los dientes dentro de la boca
permiten también articular los sonidos y transmitir un lenguaje. A
una persona sin dentadura es difícil entender lo que dice.
Podemos imaginar que esta letra es una mandíbula de la que
surgen tres dientes.
El Sepher Yetzirah lo relaciona con el elemento fuego. La forma
de la letra imita a tres llamas de fuego que ascienden hacia el
cielo. También define al fuego como sibilante, es decir que emite
un silbido. La llama eterna. Valor numérico 300. Hay pues una
relación entre el número 3 y la forma de la letra.
La letra Shin representa el elemento fuego. El fuego quema,
disuelve todos los elementos de la materia. Es una energía
purificadora. A través de la palabra y la comunicación celestes,
los mantras o palabras sagradas nos permitirán percibir los
mundos divinos. La letra Shin provoca un poderoso sonido al
pronunciarla.
Es el pasaporte para comenzar a caminar por el Universo. Todas
las letras de la Kábbalah deben despertar en nosotros. Shin, el
fuego, despierta todas las letras dormidas que tenemos en nuestro
interior ya que son códigos que llevamos desde el principio. La
letra Shin representa el elemento fuego. El fuego quema, disuelve
todos los elementos de la materia, es una energía purificadora. La
letra Shin nos invita a renovarnos, a renovar nuestros conceptos
mentales. Hay conceptos que quedan anticuados. Efectivamente,
la mente en Hod trata de entender el mundo material de Maljut a
través de las ideas y conceptos expresados en el lenguaje. La
mente crea un concepto o idea: silla, mesa, coche, casa, etc. Este
sirve para que las personas se comuniquen unas con otras, pero
también puede ocurrir que el concepto nos limite la comprensión
dado que no nos servirá para entender las verdades del espíritu.
Representa de qué manera nuestra mente percibe la realidad de
Maljut a través del mundo de los sentidos. La mente en Hod define
los objetos del mundo material en forma de conceptos. Los
términos y nombres definen a cada objeto o persona. A partir de
ahí creamos idiomas y lenguajes para entendernos. Pero, a la
vez, el lenguaje puede suponer una limitación cuando
identificamos las palabras con ideas o conceptos ya conocidos. El
concepto no significa que lo que cada persona perciba sea lo
real. Cada persona tiene una forma de pensar diferente. Aquella
frase que dice “cada cual tiene su verdad” es una falacia, una
falsedad, puesto que no hay muchas verdades sino una sola
verdad; lo que hay son diferentes formas de percibir esa única
realidad.
Este sendero representa como la mente puede actuar en el
mundo físico. La mente actúa a través del juicio, ya que nuestra
mente elabora juicios, conceptos de la información que hay en el
mundo de la materia. Los juicios y conceptos que elaboramos nos
ayudan a poner un orden y a elaborar un lenguaje mediante el
cual podamos entendernos, pero por otra parte es una limitación,
ya que si nos convertimos en esclavos de nuestros conceptos. La
mente puede ser un freno, limitándonos a nuestro mundo
sensorial. Nuestros limitados sentidos, aunque nos comunican con
el mundo material, nos impiden percibir lo que hay más allá. Es el
“encajonamiento” de la mente dentro de sus estructuras y
conceptos.
La mente en Hod es, por naturaleza, dual. Compara una cosa
con otra. La antítesis frente a la tesis con el propósito de hallar la
comprensión en la síntesis. Ese también es el significado de las
tres líneas verticales de la Shin, unidas en su parte inferior por un
trazo horizontal. Esa dualidad es necesaria para discernir y llegar
a la comprensión de la verdad. La línea central de la Shin
significará esa comprensión.
Shin nos instruye la mente para que aprendamos a transformar
los pensamientos del intelecto, para comprender al mundo. Como
está asociada al fuego revela la naturaleza de D-os. Nos ayuda a
comprender lo que hemos hablado y aprendido sin haber usado
el corazón. Dejamos atrás los viejos juicios equivocados.
Ejercicio: Al pronunciar la letra Shin repetidas veces la zona del cuerpo
que notemos nos indicará que hay algo que no somos capaces de
entender o asimilar. Algo que no podemos captar el por qué. La práctica
con la letra nos dará ideas que nos permitan comprender ese por qué. El
fuego sagrado que emite la Shin disuelve la ignorancia ya que nos llena
de luz que nos permite comprender las cosas.
— • —
Letra Tau
La letra Tau se ubica en el Sendero 32 que une Maljut y Yesod.
Significa: “señal, cruz, límite y materia”. Señal para marcar el
límite de la creación, pero al mismo tiempo es un regreso, puesto
que representa al sendero a través del cual podemos regresar a la
unidad. En la Kábbalah se considera el sendero de la muerte, ya
que al nacer con un cuerpo físico estamos muriendo en el mundo
del espíritu, al cerrar nuestro acceso a él. Al morir nacemos otra
vez en ese mundo.
El Sepher Yetzirah la define como poder y servidumbre pues
ocupa el sendero situado entre Yesod, la Luna y Maljut, la Tierra;
se relaciona con el poder que la primera ejerce sobre la segunda,
algo que notamos en la influencia lunar sobre las mareas, el
crecimiento de las plantas y nuestros estados de ánimo. Su valor
numérico es 400. Cuatrocientos fueron los años del exilio en
Egipto. Torá, empieza con Tau y la palabra muerte en hebreo
termina con Tau. La Torá nos ayudará a trascender la muerte.
Esta letra se forma con dos trazos. En el primero con una línea
ascendente vertical que gira y termina en una línea superior
horizontal con lo que este primer trazo es igual que el de la letra
Dalet, que significa puerta. La segunda es un trazo vertical hacia
abajo que termina en una zona gruesa, como si estuviera
enraizándose en la tierra. De ahí que se traduzca como firma o
sello del Creador. Es pues una puerta (Dalet) que ha sido cerrada,
dado que al llegar a Maljut (debido a los cinco sentidos)
percibimos el mundo que nos rodea, pero se cierra la percepción
a los mundos sutiles. Es como una valla, un límite del que no se
puede salir.
La marca o signo de la cruz es símbolo de separación en el
espacio, delimitando los cuatro puntos cardinales. El valor
numérico de Tau refleja esa esencia cuaternaria: 4 x 100 = 400.
La letra Tau se traduce como señal, límite. Es la última letra y es el
sendero de la muerte, porque representa que nosotros debemos
morir en los sentidos para poder nacer en otra dimensión. La
conciencia necesita abstraerse completamente de la influencia de
los sentidos para poder entrar en los mundos de luz. La letra Tau
corresponde a un límite, al final de una etapa. Es el sello divino, la
letra que puede liberarnos de los tapones energéticos que impiden
que conectemos los sentidos externos y los sentidos internos
extrasensoriales.
A causa de no hacer correcto uso de los elementos y de las leyes
superiores, generamos energías destructivas creadas por
pensamientos y emociones negativas: dolor, frustración, miedo,
tristeza, odio, ira, desencantos, abandonos y celos.
Tenemos falta de información porque nadie nos enseña que de
todo lo que nos ocurre podemos extraer una enseñanza. El
universo es pedagógico; todo tiene una parte positiva, aunque a
veces sólo sepamos ver la negativa.
El sendero entre Maljut y Yesod, con la letra Tau, nos abre la
conexión con la gran Fuente, para que derrame las bendiciones y
purifique este pozo de sufrimiento. Por eso a este sendero se le
llama “la puerta de la muerte” porque si no se purifica produce
caos y sufrimiento.
En términos psicológicos las imágenes de nuestro subconsciente
ejercen un gran poder sobre el cuerpo físico y nuestra vida
material. Este sendero une la tierra con la luna, la parte consciente
con la subconsciente, la vigilia y el sueño. Todo lo que hacemos
durante el día se refleja por la noche en el mundo de los sueños.
Dependiendo de lo que soñemos así será nuestro estado de ánimo
al despertar.
A nivel espiritual significa el trabajo de “muerte” que tenemos
que realizar, es decir, el trabajo de muerte del ego, de las
ilusiones de los sentidos. En el sendero Tau en el que aparecen los
4 elementos tenemos que abstraernos de las ilusiones de los
sentidos y ser capaces de conectar con las imágenes de nuestro
subconsciente.
Cada letra y cada sephirot nos sirve para purificar o transformar
estados mentales o emocionales negativos, así como despertar
nuevas capacidades. Tau nos ayuda a liberarnos de las
preocupaciones por cuestiones materiales como la economía, por
ejemplo, y nos despierta el desapego y la aceptación de los
fenómenos que no pueden explicarse racionalmente.
Necesitamos adquirir conciencia de todas nuestras experiencias
materiales ya que nos encontramos en el sendero que une Maljut
con Yesod. Adquirir la perfección en la materia se representa
simbólicamente por una cruz dentro de un círculo. La cruz indica
los cuatro puntos cardinales y el círculo la perfección.
El círculo representa la conciencia, el mundo del espíritu, y la
cruz el mundo material. Esa es la forma geométrica que
encontramos también cuando meditamos en el templo de Maljut.
Un templo de granito cuadrado con piedras preciosas
incrustadas, rodeado por un círculo. La imagen mágica que
aparece en su entrada es la de una novia coronada y sentada.
En este sendero que une consciente con subconsciente, la vigilia
con el sueño, podemos atraer bendiciones y purificarnos para no
atraer eventos de destino desagradables. Tau es la llave que abre
esta puerta para que recibamos la luz y la purificación de los
sentidos. Así puede descender a través del canal central del Árbol
de la Vida, la divinidad a nuestra alma.
Tau es la última letra del alfabeto hebreo. Corresponde a la
letra “T”. Pero es también una señal o signo, un símbolo que se
asoció a partir de Jesús con la cruz.
San Francisco profesaba una profunda devoción al signo Tau del
que habla expresamente el profeta Ezequiel (9,3-6) y al que se
refiere implícitamente el Apocalipsis (7,2-4). Con ella firmaba
cartas y marcaba paredes, y sanaba heridas y enfermedades.
Para el santo, la Tau, como la cruz cristiana, era signo de
conversión y de penitencia, de elección y de protección por parte
de D-os, de redención y de salvación en Cristo.
Ezequiel 9,3-6: «Yahveh llamó entonces al hombre vestido de
lino que tenía la cartera de escribano a la cintura, y le dijo:
“Recorre la ciudad de Jerusalén, y marca una tau en la frente de
los hombres que gimen y lloran por todas las abominaciones que
se hacen en ella”.
Apocalipsis 7,2-4: «Luego vi a otro ángel que subía del Oriente
y tenía el sello de D-os vivo; y gritó con fuerte voz a los cuatro
ángeles a quienes se había encomendado causar daño a la tierra
y al mar: “No causéis daño ni a la tierra ni al mar ni a los
árboles, hasta que marquemos con el sello la frente de los siervos
de nuestro D-os”. Y oí el número de los marcados con el sello:
144.000 sellados, de todas las tribus de los hijos de Israel» (Cf.
Ap 9,4).
En la traducción griega de las escrituras hebreas (la cual llaman
los cristianos “Viejo Testamento”) la Tau se escribía como una
“T”. Es el sello sagrado que purifica el subconsciente, y así nos
llegan nuevas ideas y conocimientos, además de otra clase de
sentimientos que nos permiten modificar la vida en Maljut, la
Tierra.
Naturalmente, para los cristianos, la “T” vino a representar la
cruz de Cristo como el cumplimiento de las promesas del Viejo
Testamento. La cruz, como figura de la última letra del alfabeto
hebreo, representaba los medios por los cuales Cristo
transformaba la desobediencia del “viejo Adán” en la figura de
nuestro Salvador como el “nuevo Adán”. Los franciscanos la
asumieron como un símbolo de la crucifixión con los brazos
abiertos.
La letra Tau nos ayuda a desprendernos de todo aquello que nos
ata, la percepción equivocada o falseada de la verdad. Todo lo
que nos ata a los sentidos, ayudándonos a desprendernos a los
apegos, al dinero (prueba de tierra), a la ira y violencia (prueba
de fuego). Desprendernos de nuestras trabas o apegos
emocionales (prueba de agua) y desprendernos de nuestros
pensamientos y sensación de inseguridad (prueba de aire).
El hebreo y sus letras no solo muestran la belleza de su forma.
También contienen profundos significados en la forma de cada
una de sus letras, así como en la combinación de estas formando
palabras. Cada letra tiene además un valor numérico y este
ayuda a los cabalistas a realizar valiosas interpretaciones.
Ejercicio: Al pronunciar la letra Tau repetidas veces (al mismo tiempo que
la imaginamos) podremos reconocer qué parte de nuestro cuerpo
sentimos en especial. Esa respuesta nos muestra las preocupaciones que
nos hacen perder la fe. ¿Qué nos preocupa en este momento? ¿Hemos
perdido la confianza en que las cosas se resuelvan favorablemente?
¿Quizá no sabemos ver el lado positivo de una situación? Si sentimos la
cabeza, indica una preocupación mental. Si la sensación fuera en el
pecho, una preocupación emocional, o estado de ansiedad. Si es en las
manos o pies puede indicar la preocupación hacia algo que tenemos que
realizar.
— • —
Letra Teth
La letra Teth se halla en el sendero de Jesed a Geburá. Es la única
letra abierta por arriba. Es el lugar donde uno se encierra para poder
abrirse a instancias superiores. Significa serpiente. La serpiente tiene
una simbología dual. Por una parte representa una tentación, pero
también significa sabiduría. La forma de la letra recuerda a una
serpiente que se muerde la cola, s ímbolo del tiempo. El tiempo es
cíclico, todo regresa. Toda acción origina una consecuencia que
llegará a nosotros tarde o temprano. Nos conduce de regreso hacia
la perfección.
La forma de la letra Teth simboliza la unión de la novia y el
novio, lo femenino y lo masculino, consumada en la concepción.
Cuando se unen se forma un escudo de protección. El secreto de
la Teth (que equivale numéricamente a nueve, los nueve meses del
embarazo), es el poder de la madre de llevar oculto en su interior
el feto durante el periodo de embarazo. El embarazo es el poder
de llevar lo potencial a lo real. “Y D-os vio que la luz era buena”.
La Teth, en su forma, posee el poder de unir los mundos (de
arriba y abajo, “cielos y tierra”). Es estar dentro y fuera del
mundo al mismo tiempo. Viviendo en la sociedad, pero también
siendo consciente de nuestra unión con el espíritu. A través de la
devoción toda la realidad se impregna de bondad y belleza.
Somos capaces de percibirla en todas las cosas.
Indica también misterio, lo insondable, ocultación, conservación
y renovación. Indica resistencia y protección porque aparece
como abrigo y refugio. Representa la culminación y regeneración
de la existencia. Significa un asilo. Un refugio que el hombre se
proporciona para protegerse de los peligros exteriores e interiores
que lo acechan.
El Sepher Yetzirah relaciona la letra Teth con el sentido del gusto y
con el signo del Leo en el Universo. Valor numérico 9. Tov significa
buen, es la unión del novio y de la novia en la concepción del feto.
El embarazo, potencial real, revelación. Introversión, el bien oculto.
La letra hebrea Teth significa serpiente, boa protectora, así como
sabiduría, reflexión y prudencia. Es la fuerza que da la sabiduría,
ya que cuando alguien está convencido de algo, está en posesión
de la verdad, eso le da un gran poder de convicción. Si está
segura que lo que hace está bien, obtendrá una gran energía
interior para transmitir su sabiduría. Casi sin necesidad de hablar
podrá convencer porque transmitirá esa seguridad y confianza.
Eso se llama fe. Tanto fe en uno mismo como Fe en D-os.
La letra Teth nos ayudará a juzgar correctamente, a diferenciar la
verdad de la mentira. Equilibra la misericordia con la severidad y
nos hace conscientes de que todo lo que hacemos regresa. Como
la serpiente que se muerde la cola, el tiempo cíclico, se asocia con
el karma, la causa y efecto. Cuando modificamos las causas,
modificaremos los efectos. Sendero importante, pues nos permite
comprender cómo funcionan las dos columnas del Árbol de la Vida
y darnos el conocimiento para rectificar nuestro destino (o Tikun).
Nos invita a la búsqueda interior para observar nuestras heridas y
errores, para resolverlos con la ley divina, a través del servicio;
dando a los demás, con misericordia, reparamos los errores.
Es el sendero que nos permite, con la colaboración celeste,
realizar un cambio; por eso mira hacia arriba. Tenemos dentro de
nosotros una conciencia de justicia que nos enseña a saber lo que
está bien y lo que está mal, pero debemos escucharla; tiene la
sabiduría y conciencia para borrar los errores cometidos por la
ignorancia. Hay personas que no escuchan a su propia justicia,
se ciegan y actúan según sus falsas ilusiones u obsesiones, para
lograr si o sí, lo que quieren, sin tener presente las causas que
crean y que perjudican al prójimo. Como ejemplos: bandas
organizadas que tratan de imponer su dominio a través del
miedo, gente que crea falsas ilusiones, grupos de estafadores o
ladrones, gente que ocupa las casas de los demás sin
consentimiento de sus dueños, explotadores de mujeres y niños.
La justicia interna intenta avisar, para que cambien el
comportamiento, de que esos caminos no conducen a nada
bueno. Teth es una letra que tiene el poder restaurador para
cambiar esta actitud por justicia, bondad, misericordia, valor,
voluntad, para controlar todos los actos.
Cuando meditemos en esta letra, la parte del cuerpo que
notemos nos indicará dónde tenemos un desequilibrio, algo que
no queremos reconocer y nos estamos engañando a nosotros
mismos. No haber resuelto los conflictos emocionales. Sentirse
derrotado. Negarse a ver lo bueno. Teth nos permitirá volver a
encontrarnos con nuestra propia identidad.
— • —
Letra Tsade
Tsade se halla en el sendero que une Netzaj y Yesod. Se
traduce como lanza o anzuelo. Tiene que ver con atrapar, pescar
algo. La forma de Tsade se parece más a Aleph que cualquier
otra letra. Las veintidós letras del alfabeto se asocian de dos en
dos, formando once “formas compañeras”. Algunas se asemejan
más a la otrsa, como se enseña en Kábbalah. Es “amiga” de la
alef, el Maestro del Universo, es la tsade, “el justo” sobre el cual
el mundo se sostiene. La forma de la letra es una Iod insertada en
la parte superior de una nun reclinada.
La letra n°18 se llama “Tsade”, pero se la nombra comúnmente
“Tzadik”. El motivo del cambio es por ser la “Qof” la letra
siguiente a esta y es como si la escribiéramos. Pero también nos
da lugar a llamarla así ya que el Talmud las compara a la
persona Tzadik, justa. Con respecto a D-os, está escrito que él es
Tzadik y perfecto. Con el término “Tzadik” se puede calificar a
aquella persona que procura y acciona acorde a la voluntad
divina. Son rectos, justos y bondadosos al máximo de sus
posibilidades. Así como D-os protege y mantiene también a la
persona “Tzadik”, protege y sostiene al mundo con sus actos
positivos. Para ello vimos que Noé, Abraham, Isaac, Jacob, y
José, fueron llamados “Tzadikim”. Es un término equivalente a
maestros espirituales.
También comienza con esta letra la palabra Tzedaká, que
significa dar. Cuando das recibes la luz y la bendición para uno y
para los demás. Predicar con el ejemplo y enseñar a sublimar los
sentidos para vivir la experiencia divina. Acceder a un nivel de
conciencia más alto. Enseñar a despertar la conciencia, cambiar
las bajas emociones por amor. Convertirnos en fundamentos
superiores a través de esta llave llamada Tzaddi que nos conecta
con la justicia divina y nos unifica al mundo paralelo. Nos
desarrolla la humildad, la gracia divina y el don de servicio
humanitario. Nos enseña moralidad y a conectar con el plan
divino. Nos permite convertirnos en seres rectos, flexibles,
amorosos, generosos y caritativos.
Es la letra de la salida de emergencia para acceder a los
horizontes que la vida nos propone. Es el anzuelo que echamos
en las profundidades para entrar en relación con nuestra sombra
y conducirla a la luz. La forma de la letra, parecida a una Y
griega, muestra un doble camino, hacia la izquierda y hacia la
derecha. Nos dará discernimiento para saber distinguir lo
correcto de lo incorrecto. La meditación es también un sistema
para «pescar información». Indica un tipo de enganche, atrapar
alguna cosa. Es la habilidad de cazar con la finalidad de redimir
y elevar las chispas caídas de la ruptura de los recipientes.
Cazando los recipientes caídos y rotos del mundo del caos. Las
chispas redimidas sirven para elevar la conciencia del alma a
niveles más elevados aún de percepción Divina.
Cuando no encontramos salida a una situación la letra Tsade
nos dará inspiración para encontrar el camino o la respuesta.
Tiene sus correspondientes en la letra Ts o en la Z, en el número
90, en el color violeta.
Este sendero nos permite limpiar el subconsciente al aprender a
dar, a ser generosos. Dar tiempo a quien lo necesita, dulzura a
quien tiene amargura, caridad a quien no tiene y enseñar al que
no sabe como alcanzar la paz y la felicidad. A Yesod llegan los
pensamientos de Hod pero también las emociones de Netzá, a
través de este sendero. Cuando nos sentimos bien o nos sentimos
mal es porque este sendero está en armonía o en distorsión.
Cuando recordamos algo en Yesod, nuestra memoria está
asociada siempre tanto a pensamientos como a emociones. Por
ello, una emoción distorsionada puede generar un trauma en
Yesod. La comprensión de la mente nos permitiría curarlo.
Atraemos a nuestra vida a las personas que están pasando el
mismo tipo de situaciones emocionales. Las almas se conectan
entre sí. Es habitual que una persona en trance de separación
conozca a otras personas en la misma situación o que alguien
que ha perdido un ser querido por una enfermedad haga lo
mismo con otros enfermos.
Este sendero se relaciona con la forma en que vivimos
emocionalmente las experiencias de la vida. Nos gusta o no nos
gusta. Hay placer o dolor. Es agradable o desagradable. A veces
para no vivir una situación desagradable nos callamos, nos
encerramos en sí mismos y de esta manera perdemos la
espontaneidad y el afecto. Podemos salir de estos bloqueos a
través del amor. El afecto, el cariño, el amor pueden poco a poco
sanarnos de esta incomunicación emocional. En realidad estos
conflictos se crean cuando la persona no se siente querida,
cuando hay falta de afecto y amor.
El subconsciente, a través de los sueños, trata de avisarnos o
explicarnos lo que sucede en ese mundo emocional (producto de
todas nuestras experiencias vividas). Cuando no se vuelven
conscientes, el sueño se repetirá en diversas ocasiones. Esto es un
mensaje que nuestro subconsciente nos quiere transmitir. Las
imágenes de los sueños reflejan nuestro subconsciente como la
Luna reflejará su imagen en el agua. Es nuestro mundo emocional
en el que están grabados (en el subconsciente) los traumas y
complejos, nuestros miedos profundos y los bloqueos
emocionales.
En sentido ascendente este sendero significa el trabajo de
liberación o evaporación de nuestros conflictos, que se consigue a
través del amor, que es el que encontraremos en Netzaj.
Ejercicio: Al pronunciar repetidas veces esta letra el cuerpo nos reflejará
aquellas partes de nuestra vida en las que no confiamos. Nuestras dudas
y falta de fe. Aquello que no sabemos cómo resolver. Tsade nos dará la
inspiración necesaria para encontrar soluciones.
— • —
Letra Vau
Ocupa el sendero que une Jokmá con Jesed, la sabiduría con la
misericordia. Para que nuestras ideas puedan ser entendidas
necesitan un tiempo y un espacio en donde poder manifestarse y
quedar concretadas. Es lo que aparecerá en este sendero.
Vau significa el “gancho” que sostiene las cortinas del
tabernáculo. Dichas cortinas sirven para mostrar y ocultar el altar.
También significa fuerza de atracción y unión. El elemento que
une dos partes separadas. Es una letra copulativa que permite en
el hebrero unir frases y oraciones. Equivalente a la “o” de nuestro
alfabeto. En el nombre divino Iod, He, Vau. He. Iod representa al
Padre, punto de partida de la voluntad divina y Vau que parece
una Iod alargada representa al hijo que ha emanado del Padre.
El significado de esta letra será siempre el de unión. Estaremos
siempre unidos a nuestro Padre celestial, al creador de Jokmá.
La forma de la letra es como una cabeza en su parte superior y
un tronco en la inferior. En el sagrado nombre del
Tetragrámaton Vau está en medio de dos He que representan la
palabra escuchada y la transmitida. La forma de la letra Vau es
una línea vertical con una letra Iod en la parte superior, por lo
cual hablaríamos de un mundo superior y otro inferior unido por
un rayo de luz. El palo vertical es una emanación desprendida
de la Iod. De ahí la idea de unir dos partes separadas. Es la luz
que combate las tinieblas. La que une el alma individual con el
resto de almas.
El sendero es llamado la inteligencia transparente, porque se ven las
cosas tal y como son. La forma no esconde la imagen luminosa del
creador. Es la visión del conocimiento espiritual muy superior a la
intuición y la clarividencia. Une nuestra esencia con la esencia de
Jokmá.
El Sepher Yetzirah la relaciona con el pensamiento y con el
signo de Tauro en el Universo. Valor numérico 6. El número 6 es
la combinación de dos triángulos, como el cielo y la tierra, lo
exterior con lo interior, el agua y el fuego, etc. Es un número que
une dos partes separadas.
La letra Vau nos ayuda a eliminar completamente los conceptos
del tiempo y el espacio. Aceptar que la presencia divina es un
eterno presente. Pensamos que las cosas necesitan mucho tiempo
para lograrse, pero esto es relativo. Con la fe en D-os podemos
conseguir que sea aquí y ahora. Ayuda a alcanzar la libertad al
superar las dudas y limitaciones.
La sabiduría de Jokmá desciende a través de la misericordia; en
este sendero conectamos con nuestro maestro interno y con los
grandes sabios y justos, los Tzadik. Se rompen las tradiciones
creadas por las instituciones políticas, sociales y religiosas que
nos confunden, para recibir revelaciones verdaderas. El amor de
Jesed se conecta con todas las plataformas de conocimiento. Nos
enseña a conectarnos y a usar el conocimiento de las leyes
supremas que pueden anular los viejos programas.
Vau, nos da la luz correctora que neutraliza el mal uso de la
energía. Este instrumento de luz reparadora corrige el Tikun. Nos
crea un puente de unión con los sabios.
Ejercicio: Al repetir la letra Vau podemos notar en alguna zona del
cuerpo una sensación especial como calor, frío, hormigueos, dolor, etc.
En esos casos la letra sacará a la luz todas las programaciones o
patrones que hemos creado con el tiempo que pueden determinar nuestro
futuro. Por ejemplo, ¿qué considero que tiene que ocurrir forzosamente?
¿Qué creo que no puedo cambiar? Gracias a la luz de la letra Vau se
despertará nuestro entendimiento, que nada está determinado y que,
tomando conciencia de esos patrones, podemos liberarnos de ellos y
variar el destino. Establecemos un nuevo gancho de conexión, pero ahora
con la luz de Jokmá.
— • —
Letra Zain
Situada en el sendero que une Biná con Tiferet. El entendimiento
con la conciencia. Entender la belleza y el sentido de que todo lo
que ocurre es perfecto.
Zain significa “flecha” que parte hacia su objetivo, arma o
espada. También discernimiento y memoria. Es el paso a otra
dimensión ya que la anterior ha finalizado. Toda creación debe
ser el fundamento de otra nueva y así sucesivamente. A través de
nuestra descendencia y del árbol genealógico de la familia se
heredan una serie de características. En nuestras células queda
grabada la memoria de nuestros antepasados.
El sendero corresponde a la dura prueba de vernos tal como
somos realmente y no como imaginamos que somos. Todos
tenemos una imagen equivocada de nosotros mismos y tenemos
que ser sinceros para reconocer todos nuestros errores. En Biná se
hallan los registros akásicos, donde todo queda grabado y
podemos saber quiénes somos realmente. El ain está considerado
además un signo del vacío y de la nada, como el no-temporal, el
no-personal que merced a la combinación de sus letras se
transforma de AYIN en ANI (yo en hebreo) que es la afirmación
de la personalidad. Al salir de Biná hacia la manifestación
encontramos nuestra individualidad, que nos permite vivir
experiencias propias, pero que nos aleja de la unidad. Cuando
nos damos cuenta que deseamos dejar de sufrir buscamos salir de
la dualidad para regresar a la unidad original. De ahí que Adán
y Eva son expulsados del paraíso por un ángel, mediante una
espada. Deberemos pasar por la gran muerte para pasar de la
identificación del ego, del yo individual a la conciencia cósmica
universal. El AYIN se transforma en la Torá en ANOHI, que es la
manifestación plena de la divinidad: «Yo soy el eterno».
Por ello la flecha de Zain significa el discernimiento de
diferenciar el bien del mal y la necesidad de perdonar a los
demás y a nosotros mismos por nuestros errores, para que
podamos pasar del sufrimiento y las tinieblas a la vida y la
felicidad, al entendimiento de Biná. Aquí es donde podremos
alcanzar el perdón divino y borrar el sufrimiento existente en
nuestros archivos akásicos. Todo aquello que amamos nos lleva a
la unidad, y todo lo que no amamos nos separa de la unidad.
Tiene que ver con el coito como manera de atraer a la vida a una
nueva alma, y la comprensión que vivimos en un mundo de
dualidad que tenemos que trascender. Nos conecta con los
antepasados, tomar conciencia; recibir la realeza divina. La unión
con la fuente, con la vida, que no es la materia, sino el espíritu. El
poder divino de la fe, que está más allá de la muerte, de la
familia, religión, creencias. Es la conexión con lo inmortal,
Reconocemos que somos mucho más de lo que creen los demás.
Nuestro propósito es entenderlo y ayudar a otros a lograr sus
propósitos.
No somos lo que nos hicieron creer. Debemos superar las
creencias y conceptos que nos colocaron. Enseñamos lo que nos
enseñaron, pero todo eso no es la realidad. Zain nos ayuda a
discernir y encontrar al Ser. Noa ayuda a reconocer la verdad de
que somos todos uno; una conciencia colectiva. Este sendero, al
dirigirse a Tiferet, nos lleva al corazón, y ahí podemos
desprendernos de las falsas verdades. Zain es el poder del libre
albedrío. Podemos elegir actuar por nuestra voluntad o elegir a
las fuerzas supremas para que dirijan nuestra vida y nos ayuden
a vencer obstáculos. A través de la palabra y la ley suprema,
representada por la espada o puñal de la Zain, desarrollamos el
poder de la voluntad que genera el movimiento en el universo. El
poder que regula la creación de la belleza de Tiferet. Separa la
luz de la oscuridad. Activa el vehículo Merkabá; todo lo que
existe pertenece a esta espada de D-os, pues todos nacimos del
poder de la palabra y del nombre de D-os. Todos nacimos de la
misma fuente y todo lo que vemos son fragmentos separados del
todo. Debemos regresar a esa unidad, como una gran familia.
La forma de la letra Zain es similar a la Vau pero con algo
parecido a una corona en la parte superior. Una “vav” cuya
cabeza se extiende en ambas direcciones y por eso aparenta una
corona. El cetro de un rey. Como saeta es un arma que se clava o
una espada reluciente del querubín. Signo de ls realeza, el triunfo
y del sacerdocio. Señala la tendencia, el esfuerzo dirigido a un
fin determinado. Como símbolo jeroglífico se interpreta como un
silbido, o un sonido que hace la saeta al lanzarse. Se aplica a
todo sonido que penetra el aire y en él se refleja. Está
representado por una flecha arrojadiza.
El ángel del paraíso, con su espada, impide entrar al que no es
digno. Una vez purificadas todas las influencias negativas de
nuestros antepasados llegamos a descubrir quienes somos
nosotros en realidad.
El Sepher Yetzirah la asocia con el sentido del olfato y con el
signo de Géminis en el Universo. Valor numérico 7. El siete
aparece en Siete lámparas de la Menorá; siete categorías de
almas judías. Siete pastores de Israel: Abraham, Isaac, Jacob,
Moisés, Aarón, David y Salomón. Los siete días de la creación,
los siete sonidos musicales, los siete colores del arco iris, etc.
Ejercicio: Meditar con la letra Zain nos libera del sentimiento de que los
demás nos hacen daño, de la sensación que todo el mundo está en
nuestra contra. Cuando sintamos palpitaciones en el corazón, repetir el
nombre de la letra revelará que sentimos miedo o que nos sentimos
amenazados por algo o alguien. Zain nos traerá el poder de la luz. Tiene
el poder de traernos la alegría y de eliminar los sufrimientos. Nos ayuda a
vencer las sugestiones y las impresiones causadas por los demás. Nos
liberará de los recuerdos negativos.

— • —
E
Los 72 Nombres de D-OS
l hijo de Samuel, es decir, el nieto de Jaim Vital, recuperó años
más tarde algunos textos más de las tumbas de Isaac Luria y
Jaim Vital. Unos textos que hablaban acerca del uso de los
nombres de D-os. Decían lo siguiente:
El número 72 se repite con insólita existencia en los textos
místicos y merece, por tanto, un comentario. Existen los llamados
72 nombres de D-os que están relacionados con los 72 escalones
de la escalera del sueño de Jacob.
Si sumamos las letras del sagrado nombre I H V H
Iod = 10.
Iod + He = 15.
Iod + He + Vau = 21.
Iod + He + Vau + He = 26.
Total 72.
Hesed suma también este número. He (8) + Sameck (60) + Daleth
(4)
El sanhedrín estaba formado por 72 ancianos; 72 personas
acompañaron al hijo de Isaac a Egipto. Según la tradición Jesús,
además de los 12 apóstoles, tenía 72 discípulos. Eliseo, sucesor
de Elías, resucitó al hijo de la sunamita grabando en su cadáver
los 72 nombres sagrados y también se cita a los 72 genios de la
Kábbalah que presiden la esfera celestial (5 x 72 = 360).
Los 72 nombres de D-os se forman a partir de las combinaciones
de tres letras existentes en los versículos 19, 20 y 21 del capítulo
14 del Éxodo, que tienen cada uno un total de 72 letras.
En resumen, la Torá es realmente un extraordinario documento
cifrado, donde cada letra, signo detalle o “error ortográfico” es
una pieza precisa de un mecanismo divino. A partir de los
nombres de D-os añadiendo vocales entre las tres consonantes se
pueden formar los nombres de los diferentes ángeles como
Wehuyah, Yeliel, Sytael, etc. etc. Y el párrafo correspondiente
del Éxodo nos detalla las características de cada uno de ellos.
Al meditar con los nombres de D-os y con las letras hebreas se
produce un cambio mágico en el interior. Las letras tienen un
sonido que al emitirlo como mantra despierta las chispas divinas
capaces de transformar o restaurar el Tikun. Restaurar todo lo
destruido y conectar el mundo humano con los mundos superiores.
En este punto el hijo de Samuel decidió volver a guardar dichos
textos considerando que esto que estaba leyendo representaba un
potencial tan grande para la persona que existía el peligro que
fueran usados equivocadamente. Desde entonces estos textos, el
contenido íntegro de ese manuscrito, el libro “Siete puertas para
la eternidad” jamás ha sido publicado. Sigue conservándose en
las tumbas de Safed las cuales son visitadas por numerosas
personas con gran fervor religioso desconociendo la mayoría los
secretos que contienen.
— • —
D
Epílogo
urante la redacción del presente libro consultamos numerosas
fuentes en busca de imágenes del gran rabí Isaac Luria. Sin
embargo, a pesar de buscar intensamente no conseguimos
encontrar ninguna imagen del mismo. Posiblemente si se
conservara alguna es probable que hubiera sido destruida en
los terremotos que asolaron la ciudad de Safed y destruyeron
algunas sinagogas, o incluso en los conflictos políticos ocurridos
en la historia de Israel.
Sin embargo, en los instantes finales de redacción del libro
conseguimos encontrar un dibujo de perfil del Ari. Esta imagen
nos resultó familiar. Después de reflexionar un rato llegó un
recuerdo: el hombre vestido de blanco que doce años atrás nos
había dado las primeras instrucciones de la Kábbalah. ¡Era el
mismo! Comprendimos que no había sido casualidad tratar sobre
Isaac Luria intentando explicar nuestra visión de la Kábbalah
aplicada de modo práctico a nuestra vida diaria.
— • —
Bibliografía
— Annick de Souzenelle
El simbolismo del cuerpo humano. Editorial Kier. 1991
— Alejandro Martinez Torra
Cartografía de lo que es. Ed.Guinart. 1997
— Paul C. jagot
Ciencia oculta y Magia Práctica. Ed. Divulgacion. México. 1971
— Franz Bardon.
La cle de la veritable kabbale Alexandre Moryason Editeur. 1.999
— Dion Fortune
Kabala Mística. Ed. Kier 1984
— Anónimo
Sepher Yetzirah, Ed. Obelisco. 2.002
— Simón ben bar Yojai
El Zohar. Versión reducida. Ed. Obelisco 1.996
— Simón ben bar Yojai
El Zohar. Obra completa. Editorial Sigal. Argentina. 1.974
— Judith Ebrath
Los secretos de la Kábbalah. Fapa Ediciones 1006
— Zev ben Simón Halev
La Kábbalah. Ed. Debate 1.986
— Chic Cicero y Sandra Tabatha
Crea objetos mágicos. Ed. Martínez Roca 2.002
— Mac Gregor Mathers
La Qabalah desvelada. Ed. Humanitas 1.996
— Annick de Souzenelle
La letra, camino de vida. Ed. Kier 1.995
— O. Michael Aivanhov
Los frutos del Árbol de la Vida. Editorial Prosbeta 2.000
— Eloy Gleuberman
Kábbalah. La antigua ciencia mágica de la palabra.
Latinoamericana editora. 2.000
— A. D. Grad
Para comprender la Kabbala. Luis Carcamo Editores 1.980
— William G. Gray
La Kábbalah renovada. Editorial Sirio. 2.002
— Ione Szalay.
La Kabalah, historia de una iniciación. Editorial Kier 2.001
— P.J. Hurtak
Las claves de Enoch. Academia para la ciencia futura 1.982
— Rafael Alvisa
La Kabbalah. Ed. Kier 1997
— Gareth Knight
Simbolismo del Árbol de la Vida. Luis Carcomo, editor. 1.980
— Donald Michael Kraig
El gran libro de los rituales mágicos. Ed. Martinez Roca. 1.994
— Zev ben Simón Halevi
Kabala y psicología. Kairos editores. 1.986
— Pedro de Poitiers (siglo XII)
Genealogía Christi. Moleiros Editores. Año 2.000
— Papus
La Kabala. Tradición secreta de Occidente.
Editorial Humanitas. 1.990
— Hill Parfitt.
El secreto de la Kábbalah. Tikal ediciones. 1.998
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