En 1889 Freud considero a la neurosis “hasta entonces vinculada a la histeria”,
como el resultado de la fijación de una vivencia inespecífica, intensamente emotiva, que representaba el papel de "causa inmediata" de la enfermedad y a la cual Freud la denominó trauma. En 1900 Freud limitó los alcances del concepto de trauma, diciendo que no era una vivencia inespecífica, sino que la consideró de origen sexual. 1900 En ese entonces, de acuerdo con lo que denominó teoría traumática de las neurosis, sostuvo que la histeria era producida por una experiencia sexual precoz, entre los cuatro y cinco años, acompañada por una excitación real de los órganos genitales, practicada por otra persona. Freud ya en esa primera época consideraba como elemento indispensable la presencia de un factor constitucional que, al complementar el trauma, produciría la neurosis. Freud, en el año 1906, limitó el valor del factor seducción, asignando, en cambio, mayor importancia etiológica a las fantasías. Y en ese año expresó que para el inconsciente todo hecho fantaseado tiene tanta trascendencia como lo real. Freud en 1906 abandonó la llamada teoría traumática de las neurosis El último esquema de la etiología de las neurosis y psicosis fue enunciado en el año 1920 al considerar en él los conceptos de fijación, regresión y sublimación, Freud le dio un carácter dinámico y evolutivo Freud habla de la predisposición a la neurosis o psicosis por fijación de la libido. En este momento hace su aparición en el cuadro general un nuevo factor decisivo para la aparición de la sintomatología, al que se denomina conflicto interno o neurótico, que no es más que el producto del choque entre estas nuevas tendencias parciales reactivadas y reforzadas por la libido regresiva.