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Libertad de los antiguos:

Lo que Constant define como “libertad de los antiguos”, tomando como referencia a las
civilizaciones anteriores al medioevo, tales como la Ciudad-Estado de Atenas, Lacedemonia, el
Imperio Romano, entre otras es al tipo de libertad fuertemente relacionada con la actividad
política del ser humano y la forma en que éste es subyugado por el Estado para así ponerse al
servicio de la comunidad. Ésta idea planteada toma sustento con la evidencia histórica, si
tomamos en cuenta, por ejemplo, el pensamiento de intelectuales de la época, ya que, la frase
acuñada a Aristóteles “El hombre y el animal por naturaleza son sociales, pero solo el hombre es
político, siempre y cuando viva en comunidad”1 revela el carácter eminentemente político y
participativo que solía tener lo que se conoce como “el hombre antiguo”. Sin embargo, este tipo
de libertad presentó diversas restricciones a quienes formaban parte de las civilizaciones
mencionadas anteriormente (exceptuando a los gobernantes de éstas), y aquellas restricciones
tienen que ver principalmente con la nula vida privada que tenía éste.

Ya adentrándose en el funcionamiento de las antiguas civilizaciones antes mencionadas, se puede


mencionar que muchas de ellas fueron sumamente restrictivas a la hora de dar algún tipo de
libertad individual a sus -valga la redundancia- individuos. Tomando como ejemplo a la Ciudad-
Estado de Atenas, la cual no consideraba como ciudadanos a los extranjeros, esclavos, mujeres y
niños, uno puede darse cuenta de que la participación política de aquella civilización estaba
restringida sólo a un grupo de hombres, los cuales decidían por el conjunto de individuos. Sin
embargo, a pesar del poder político de este grupo reducido, denominados ciudadanos, éstos veían
su vida privada sometida a una exhaustiva vigilancia. No había aspecto de la vida privada en que la
autoridad no interviniera. Y en este sentido es importante mencionar el carácter coactivo que
tenía el Estado ante materias de la vida privada, - ya esta vez tomando el caso del Imperio
Romano- respaldado por las leyes, las cuales regulaban prácticamente la totalidad de la vida
privada de los individuos. Irónicamente, el hombre antiguo es completamente capaz de decidir
sobre asuntos concernientes a la comunidad en su conjunto, pero incapaz de poder manejar su
quehacer individual sin ser vigilado por un aparato burocrático que le sancione por alguna
conducta inapropiada. Dentro de los tipos de sanciones aplicadas a los individuos hay una amplia
gama de castigos.

Este tipo de libertad, ya extendida y explicada, tiene su incompatibilidad con la sociedad moderna
en el sentido que ya la visión liberal de Estado, inspirada en los valores de la ilustración, contempla
la libertad y el respeto de los Derechos fundamentales del hombre, considera a todo hombre libre,
y aquel aspecto mencionado contrasta con la esclavitud existente en las antiguas civilizaciones.
Por otro lado, también existe una incompatibilidad respecto a la economía, ya que si bien el
comercio jugó un papel importante dentro de la época antigua, ya posterior a la edad moderna se
convierte en una de las principales actividades humanas debido al constante flujo de comerciantes
provenientes de Europa y Asia, reemplazando -por así decirlo- a la guerra como medio para
conseguir recursos.

1
La Política, Libro I, Aristóteles.

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