Debemos ser conscientes que estamos en un mundo de fuerte
competencia y no podemos permanecer pasivos pensando que la sola belleza de nuestros atractivos turísticos atraerá visitantes. Los viajeros que vengan serán más exigentes y tendrán mayores expectativas. Entonces, ganar participación en el mercado implica un esfuerzo constante por mejorar, reforzar y diversificar nuestros productos turísticos. Así mismo, implica conocer mejor a nuestros competidores y sobre todo a los clientes potenciales para ofrecerles siempre lo que buscan.
Deberíamos es mejorar la productividad y la calidad de nuestros
servicios. Un menor tiempo de espera para la atención de un cliente, por ejemplo, mejora la calidad del servicio, eleva la productividad y tiene un efecto positivo sobre la lealtad del consumidor. Para garantizar la completa satisfacción del consumidor hay que saber entender sus expectativas pues la calidad es la diferencia entre el servicio prestado y lo que el cliente espera.