Está en la página 1de 1

Siempre he tenido esta paranoia: Termina mi vida, llego al cielo y hay dos sillones, uno para mi y uno

para Dios.
Y un video que corre. El video se llama:
“Lo que pudo haber sido mi vida, si…”

Si…le confiaba mis finanzas a Dios.


Si…me animaba a hablarle a esa mujer.
Si…me atrevía a creer en mi llamado.
Si...aceptaba aquel reto.

Algunos van a llorar al ver lo que pudo haber sido su vida si le hubiesen creído a Dios. Otro dirán: "Es
que no estaba seguro!" "Esperaba una confirmación tuya, Señor!"...pero será demasiado tarde.
Por eso, yo quiero minimizar la separación entre lo que será mi vida y lo que pudo haber sido. Quiero
que mi vida se parezca lo mas posible a lo que Dios quiso que fuera.

Recuerda: Un día mirarás atrás, a una vida de conversaciones profundas, íntimas, sobrecogedoras y
sinceras que nunca tuviste. Grandes y sólidas oraciones que nunca hiciste. Riesgos estimulantes que
nunca corriste. Regalos sacrificiales que nunca ofreciste. Vidas que jamás tocaste. Y estás sentado en un
sillón reclinable con un alma marchitada, y sueños olvidados. Y te das cuenta que había un mundo de
necesidad desesperada. Y un gran Dios que te llamaba a ser parte de algo mayor que tu mismo. Ves la
persona que pudiste haber sido, pero que no eres. Nunca seguiste tu llamado. Nunca saliste de tu
cómoda barca.

Uf. Duele solo pensarlo.

También podría gustarte