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Diplomado Pastoral Juvenil

Universidad Católica Silva Henríquez


Transformaciones socioculturales
Año 2019

¿Qué desafíos y oportunidades descubres para la evangelización de


los jóvenes en tu realidad pastoral?

Creo que efectivamente se vive en un cambio de época, sin embargo siento que esto ha ocurrido desde
siempre. Heráclito afirma que "lo único constante es el cambio" y esto se aprecia en que la tecnología ha
ido evolucionando, de igual forma la educación y la forma de enseñar hoy son distintas a épocas antiguas,
es decir, vivimos en un permanente cambio y esta época no es la excepción.

Desde el punto de vista de las y los jóvenes, éstas y éstos siguen en una búsqueda constante de identidad,
de sentirse aceptadas y aceptados, no juzgados y en busca de un espacio de escucha y desarrollo tanto a
nivel personal como comunitario, por lo tanto es necesario saber darle esos espacios, escucharlos y
acompañarlos en su proceso de discernimiento y aprendizajes, entendiendo sus vivencias y experiencias.

Por lo tanto, es concluyente que la época actual de juventud es distinta a la vivida por nosotros, sin
embargo, es desafiante acompañar estas nuevas realidades e ir aprendiendo en conjunto y buscando los
innumerables lugares donde aparece este Cristo joven que escucha y acompaña en este mundo lleno de
individualidades, sin embargo, algo importante a resaltar, es la motivación que tienen las y los jóvenes de
la parroquia a la hora de apoyar distintas actividades sociales que se realizan.

Debido a lo anteriormente escrito es que resulta importante identificar que estamos en una tensión entre
la cultura globalizada y la cultura local, ya que es necesario pensar en lo global de forma tal de evitar lo
cotidiano y también es importante tener una visión local para tener los pies en la tierra. Al tener este
pensamiento más globalizado se evita una sociedad más individualista y se piensa en un bien
comunitario. Si se tienen presentes las relaciones que se tienen consigo mismo, con los demás, con la
naturaleza y con Dios, se evita la cultura del relativismo, ya que no existe aprovechamiento hacia una
persona, y la cultura de descartes, ya que no existirían los excluidos. Con este pensamiento del bien
comunitario todos y todas estaríamos inmersos en la sociedad y el bien común sería lo primordial. Por lo
tanto, uno de los desafíos que se tiene es el camino de formación para la fraternidad, de forma tal de
superar la sociedad de individualismo y exclusión. Es lo que se intenta realizar en la parroquia que participo
(La Estampa de Nuestra Señora del Carmen), en la cual, las personas que tienen ganas de participar se les
invita a estar en alguna pastoral, no importando nacionalidad, ni género.

Existe una tensión cultural entre la destrucción y el cuidado, en la cual se presenta la importancia que
tenemos que tener por los demás y por el mundo, y es necesario darnos cuenta de que nos necesitamos, y
que no hay que enfocarse en preservar los propios intereses. Esta consideración se tiene en la parroquia
La Estampa, ubicada en el sector norte de la capital en la que actualmente hay una gran cantidad de
personas migrantes, tanto a nivel de agentes pastorales, como también personas que se preparan para
recibir los sacramentos. Desde este punto es que se destaca una sociedad de ligereza, ya que hay un
permanente cambio en todo aspecto, ya sea cultural, religioso (ya que lo viven de una forma más intensa)
y social. Por lo tanto, tenemos que ser capaces de participar como comunidad, saber como está el hermano
y hermana que tengo al lado y entender la situación que están pasando. Es este el espacio donde también
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Universidad Católica Silva Henríquez
Transformaciones socioculturales
Año 2019

tenemos que ser capaces de luchar contra una sociedad de profundas desigualdades, donde al hermano
migrante se le trata de forma distinta que al hermano chileno, en cuanto a cosas tan básicas como lo son
la salud, la educación, el trabajo y las oportunidades laborales. También es necesario luchar contra una
cultura mediática y entender a un Cristo que está vivo en todos y todas. Se tiene un desafío tremendo de
ser capaces de enfrentar esta realidad multicultural y multiconfesional actual de sociedad que está
permanente cambio y es por lo mismo, que como agentes pastorales hemos decidido no realizar una
pastoral exclusiva de migrantes, ya que entendemos que este espacio solo serviría para separarnos; en
cambio intentamos dar a conocer cada área pastoral a las personas interesadas y allí hacer comunión entre
todos y todas.

Una sociedad en la que hoy se ve una cultura de bienestar y consumista como temas principales, cosas
tecnológicas como el mejor celular por ejemplo, o también la ropa que está de moda parecen ser parte
importante para sentirnos validados y validadas entre pares. Una sociedad que se muestra con mayor grado
de desconfianza en Chile como una de sus características, en donde no hay construcción de relación entre
las personas, y por lo tanto, hace muy frágil cualquier tipo de relación con otros y otras. Es en este punto
donde aparece un gran desafío, y la primera respuesta se tiene en la tensión entre la cultura de la muerte
y de la vida: la familia como primera línea de apoyo para enseñar, escuchar y ante todo acercarse y
acompañar. Los y las jóvenes de hoy necesitan el espacio para sentirse libres, escuchados, no juzgados,
tal y como se describe en la respuesta del foro. Un acompañamiento permanente, cercano, constante y
ante todo con coherencia es primordial para entrar en el mundo de tantos jóvenes desolados y necesitados
de cariño, abrazo y amor. Es importante entender las experiencias que tiene cada uno y cada una, y desde
allí saber los motivos de sus acciones y decisiones que van tomando en sus vidas; no apurar procesos y
mucho menos mostrarnos como ejemplo, ya que solo debemos indicarles a Jesús como modelo a seguir.

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