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Universidad UNIACC
06 de mayo de 2019
Instrucciones
Conducir bajo los efectos del alcohol se considera uno de los factores de riesgo
más importantes de que se produzcan siniestros viales. Debido a los cambios
fisiológicos que el consumo de alcohol produce en el ser humano, hay una
relación directa entre la concentración de esta sustancia en la sangre, la
ocurrencia de siniestros y la gravedad de las lesiones resultantes (Organización
Panamericana de la Salud, 2017).
Según la Ley de Tránsito, se considera que una persona conduce bajo la
influencia del alcohol si el informe de alcoholemia da como resultado un nivel de
alcohol igual o superior a 0,3 gr pero inferior a 0,8 gr por mil en la sangre. Para
obtener este resultado sólo basta tomar dos cervezas, un vaso y medio de vino o
uno de whisky. Si, por otra parte, Carabineros te detienen y determinan que el
nivel de alcohol en tu sangre es superior o igual a 0,8 gr, serás sancionado por
conducir en estado de ebriedad.
Esta situación corresponde a una externalidad negativa al consumo, ya que el
consumo de alcohol y posteriormente manejar puede producir accidentes viales
para usuarios de cualquier vía, es decir las victimas no siempre son los
conductores.
Hay costos que no son asumidos por las personas que consumieron alimentos
que causan estos efectos negativos, sino que generan costos en otras personas.
Por un lado, hay costos que se imponen a los familiares, en los casos en que
tienen que dejar de trabajar para cuidar a las personas enfermas o deben destinar
parte de sus ingresos a pagar quién los cuide. Además, hay que agregar el costo
que tiene para el estado el pago de pensiones de invalidez asociadas a las
enfermedades respectivas. Por ende, se esta frente a una externalidad negativa.
Para corregir esta externalidad se han creado leyes como “Ley de Tolerancia
Cero” que entró en vigencia en 2012. Esta ley bajó los grados de alcohol
permitidos en la sangre para conducir, estableciendo el “estado de ebriedad” en
0,8 gramos por litro de sangre y “bajo la influencia del alcohol” en 0,3 gramos por
litro de sangre. Además, se aumentaron las sanciones como suspensión de la
licencia de conducir.
Otra ley para corregir dicha externalidad es la Ley Emilia, la cual sanciona con
cárcel efectiva de al menos un año a los conductores en estado de ebriedad que
generen lesiones graves o incluso la muerte (Conaset, s.f.).
El equilibrio de mercado se puede ver alterado por factores externos como fallas
de mercado, una de estas fallas son las externalidades. En el presente caso se
presentaron 3 ejemplos de externalidades, sus respectivos efectos sociales y
como el Estado trabaja para corregirlas. Existen varios mecanismos para corregir
las externalidades, ya sean instrumentos de comando y control, impuestos y/o
subsidios, asignación de derechos de propiedad, y cap and trade. Un ejemplo de
comando y control es la Ley de Etiquetado, que limita la cantidad de grasa, sodio,
calorías en alimentos y en caso de sobrepasar los limites exige poner sellos, esta
política es fácil de implementar y fiscalizar, pero no se garantiza la efectividad de
ella. En el caso de las emisiones de fuentes fijas el método para combatir fue
mediante un impuesto, y si bien la reducción es costo eficiente, es difícil
determinar el nivel óptimo de contaminación que se debe permitir.
Ministerio del Medio Ambiente. (2016). Guía de calidad del aire y educación
ambiental (diciembre 2016). Recuperado de https://mma.gob.cl/wp-
content/uploads/2018/08/Guia-para-Docentes-Sobre-Calidad-del-Aire-003.pdf
UChile. (2018). Las 7 claves que debes saber de la Ley del Etiquetado.
Recuperado 2 mayo, 2019, de http://www.uchile.cl/noticias/144625/las-7-claves-
que-debes-saber-de-la-ley-del-etiquetado