Está en la página 1de 1

La Hora de los amantes

Existe una hora del día reservada a los amantes,


Esta hora es cuando el sol se pone en el horizonte,
Y aún no brillan las estrellas,
Una hora donde el tiempo se detiene y el aire se hace cálido

En ese instante, los amantes de los perros salen por sus paseos,
Los amantes del trabajo se retiran de él,
Los amantes de sus hijos juegan en una plaza dispuestos a entrar
Y en una banca se encuentran dos niños queriendo tener un par de años más,
Y no sentirse ridículos y con el estómago revuelto

Se miran y sonríen
La luz se desvanece y con ello la timidez,
Se refugian en las sombras y sus manos húmedas y temblorosas ya no saben que hacer,
Mientras las luces de esa pequeña plaza empiezan a prenderse, nada importa para ellos
Ni los perros ni los niños, ni aquellos de chaqueta que van como corriendo, ni el que dirán

La respiración se hace difícil, y ya no hay mucho que decir


El chico mira a los ojos a la chica, ella ya lo estaba mirando,
Se aguanta las ganas de salir corriendo y algo le dice,
Algo torpe y sin sentido

La chica sonríe y le toma la mano


Acerca su rostro al del chico a tal punto que siente su respiración
Es cálida y huele como un ángel
El chico cierra sus ojos y se acerca

Temblando sus manos y su cuerpo entero se acerca cada vez más


Ya no hay vuelta atrás,
Le toma la nuca delicadamente con sus manos y la acerca
En ese instante eterno solo existen los dos,

No hay respiración
No hay miedo
Solo es un millón de sensaciones en un instante
Y sus labios de entremezclan torpemente en un bezo que durará por la eternidad.

También podría gustarte