El mejor futbolista del mundo.

Érase una vez un niño llamado Daniel que quería ser futbolista, para él, el fútbol
era su pasión y los futbolistas eran sus héroes. Una vez su mamá lo llevó al
trabajo y Daniel sin nada que hacer, se fue a un parque a jugar fútbol, al rato, un
entrenador lo observó y al ver que tenía mucho talento decidió darle la
oportunidad en una escuela de fútbol para que desarrollara su habilidad.

Con el tiempo que Daniel pasaba en la escuela de fútbol adquiría más velocidad
y conocimiento sobre como jugar, y hacia parte de un equipo donde era el que
más destacaba. Pero un día, mientras competían con otro equipo en una
semifinal se lastimó el pie, por lo cual no tuvo más opción que dejar el juego
mientras se recuperaba. Daniel se encontraba muy triste por no poder participar
en la final del juego, pero aun así decidió que iba a hacer todo lo posible por
recuperarse y seguir haciendo lo que más le gustaba.

Semanas después de su accidente, Daniel pudo recuperar el movimiento de su

pie y volver al juego junto a sus amigos, pues él comprendió que el sentirse triste
no valía la pena, sino que debía trabajar por su recuperación, al volver a la
escuela de fútbol, el entrenador lo recibió con la gran noticia de que había
recibido una beca para estudiar fútbol y que podría lograr su sueño gracias a
todo el esfuerzo que cada día emprendía, así que Daniel se puso muy
emocionado y supo que los sueños siempre se cumplen cuando te esfuerzas y
tratas de ser mejor cada día.

FIN.