Macedónicas, Grecia va entrando de un modo cada vez más firme en la órbita del dominio romano. Se convierte en la provincia de Acaya e inicia un nuevo rumbo histórico que se estaba gestando desde hacía muchos años, cuando, con la muerte de Alejandro, se disputan el dominio de sus territorios los generales macedónicos. Dividida en varias comunidades políticas —en especial las Confederaciones Etolia y Aquea —, fue arruinándose paulatinamente con las constantes guerras que siguieron a la desaparición del joven Alejandro. El país se dividió, incluso, desde el punto de vista de la ideología: J. Deininger (Der politische Widerstand gegen Rom in Griechenland, Berlin, 1971) ha estudiado con detalle el fenómeno, señalando que conceptos como «democracia» y «aristocracia» no sirven enteramente para entender el sentido auténtico de esta oposición griega contra Roma. Frente a posturas como la de Coulanges, que en 1838 sostiene que, mientras la aristocracia tomó partido decidido a favor de Roma, el pueblo se decantaba contra la invasora, Deininger ha demostrado que el hecho es mucho más complicado. Para él, una de las causas que determinaron el hundimiento de la resistencia frente a la gran potencia del Oeste fue el policentrismo político (Macedonia por un lado, la Liga Aquea y la Etolia por otro, etc.), si bien reconoce que la resistencia cesó antes en las capas altas que en las bajas. Pero, de hecho, hacia los años 80, la oposición estaba prácticamente vencida. Y así, en Actium se consuma, de una manera definitiva, el largo proceso histórico. A partir de este momento, los destinos de Grecia y de Roma en cierto modo se identifican. Y ello por determinadas razones: en el ámbito cultural, a partir del siglo i de nuestra Era, no se limitan a una sola región del Imperio, sino que llegarán a todos sus rincones. La segunda sofística es un fenómeno que, en parte, tiene repercusiones en las letras romanas; los historiadores griegos se ocupan muy preferentemente de Roma (pensemos en Diodoro primero y, luego, en Dionisio de Halicarnaso, Dion Casio, Apiano), y la retórica rom ana se inspira en los principios de la helénica. Puede decirse que en el período imperial tenemos dos literaturas con temática única, pero escritas en lengua distinta. Aunque en los siglos durante los cuales Grecia vive bajo el dominio de Roma hay momentos distintos, tendencias opuestas, cabe tomar el siglo n, uno de los más brillantes de ese período, como un ejemplo típico. Por lo menos hasta llegar a Diocleciano, cuando se inicia una nueva concepción del Imperio. De hecho, los tres siglos que van desde Diocleciano a Justiniano deben recibir un nombre especial, porque en ellos están ocurriendo muchas cosas, entre las cuales está la preparación de la Edad Media. Hay que hablar de una Antigüedad tardía (Spätantike) que tiende a convertirse en un período especial, objeto de intensos estudios desde hace varios lustros
A Principios Del Siglo Xv Se Enfrentaron Dos Civilizaciones Altamente Diferentes La Griega y La Persa en Lo Que Se Conoce Como Las Guerras Médicas Yo Soy Martín de Historia 10 y en Este Vídeo Vamos a Ver Uno de Los Conflic