Está en la página 1de 7

“MIRANDA REGRESA”

Miranda Regresa es sin duda una película muy emocionante y completa de la vida

de Miranda.

¿Qué la hace tan especial y completa?

Es una película de estilo biográfico, narrada en primer persona, donde se escucha

su propio relato basado en una entrevista que le hace un periodista, que entra escondido,

a la cárcel donde Miranda se encuentra, y allí se recoge los momentos más emblemáticos

de la vida de Miranda.

A medida que vamos viendo cómo transcurre su vida, nos damos cuenta como

desde muy joven tuvo un claro sentido de la justicia.

Miranda nace en Caracas en 1.750. Sus padres tenían una panadería y un negocio

de telas.

Al padre de Francisco de Miranda, Don Sebastián Miranda, le abren un juicio para

quitarle la Milicia de los Isleños de Caracas. Alegan que los que tienen sangre negra no

pueden combatir a los negros. Francisco de Miranda, siendo aún muy joven, defiende a

su padre. Aquí hace alegaciones donde pregunta qué pan comen los señoritos

mantuanos, y con qué telas las señoras de los mantuanos se hacen las mantillas para ir a

la Iglesia. Aquí queda muy claro, que los mantuanos gozaban de ciertos beneficios, por

pertenecer a la aristocracia local (eran los blancos criollos). Como un ejemplo sencillo de

esto, era el uso exclusivo de las mantillas a las mujeres de los españoles o esposas de

mantuanos. Otras clases sociales no podían ni pensar en usar esta prenda. Así como

ocupar puestos de importancia en el cabildo.

En este juicio, el Cabildo decide en contra del padre de Francisco de Miranda y lo

destituyen de las milicias.


Don Sebastián Miranda, sostiene una conversación con su hijo, donde le hace ver

que tiene que irse del país. Miranda le explica que todo es cuestión de castas. Que su

padre es canario (no español peninsular) y el es indiano (de las Indias). Y donde están,

las clases sociales dependen del origen donde las más altas clases las tienen los

españoles peninsulares y los hijos de ellos.

En esta conversación se traza el destino de Miranda. El Padre le dice que se vaya

a España, que allí puede comprar el rango de Coronel y luego llegar a ser General. Y así

le demostrarían a los mantuanos el tamaño de la sangre de los Miranda. Es aquí cuando

Francisco de Miranda emigra de Venezuela, rumbo a España.

Ya en España, específicamente en Cádiz, hacia el año 1.771. Desde un principio

tuvo claro que quería entrar en el ejército.

Una vez convertido en capitán, pide ser asignado a Melilla, ya que quiere pelear en

la guerra contra los moros, para llegar a su objetivo de ser general.

Mientras estaba en la guerra de Melilla, es denunciado ante el Santo Oficio (La

Inquisición) ya que un monseñor le descubre lienzos de mujeres y libros prohibidos en la

época como los de Voltaire o de Rousseau.

Durante su estancia en Melilla, Miranda sobresale en sus estrategias militares,

aunque no fue reconocido. Al igual que sobresale por su humanidad, cuando lo viene a

atacar un niño moro y él le perdona la vida al darse cuenta que es un niño.

Aparece de nuevo, la teoría de la sociedad de castas, al negarle el Rey su ascenso

y pensar que es porque es indiano. Miranda le explica la Coronel Cajigal que la voz del

Rey no se escucha en las colonias. Que éstas están indefensas en manos de los

funcionarios y oligarcas, como fue el caso de lo que le hicieron injustamente a su papá los

mantuanos. Y se ve desde ya la forma de pensar de Miranda en cuanto a la


Independencia de las Américas, cuando expresa que son los mismos de las colonias los

que tienen que acabar con las injusticias.

Miranda decide partir a Cuba junto con el Coronel Cajigal, liberándose por los

momentos de la inquisición.

En cuba, hace público sus ideas que las colonias españolas en América pudieran

llegar a ser libre, como muchos otros pueblos en la historia. Esto causó revuelo ya que el

propio Miranda, por su uniforme, representaba al ejército español. Pensaba que respetar

los derechos del hombre, como la libertad, la justicia y la igualdad no era un traición.

Parte a la Batalla de Pensacola en Norteamérica, para ayudar a España a liberar a

los Estados Unidos de los ingleses. Obtienen la victoria, logrando una importante hazaña

militar, que le vale un ascenso de capitán a coronel.

“Ayudé a los Estados Unidos a ser libre, mientras mi Venezuela, mi América estaba

en manos de un Rey que solo quería las riquezas”.

Así se van gestando, poco a poco, las ideas de para la lucha por la independencia

de América

Mientras tanto la inquisición sigue persiguiéndolo, llegando una orden de arresto en

su contra. Le expresa a Cajigal que cuando consiga la libertad consagrará su vida por la

independencia de América.

Cada vez que habla de Venezuela, habla de ella como la pequeña Venecia, tierra

de gracias, el edén perdido, es luz, primavera, calor y agua. Habla de América como un

país, un país libre, desde el norte hasta la Patagonia.

Como él mismo lo expresa, sus ideas de independencia, viene de varias mujeres

que lo seducen. La primera, Venezuela por la sociedad de castas. La segunda, España,


para honrar el apellido de su padre y la tercera, Europa, específicamente Londres, por el

sistema parlamentario inglés.

Miranda recorre muchas partes de Europa buscando apoyo para liberar a América.

Se enrola en el ejército francés para luchar por la revolución francesa y así batallar

por los derechos del hombre. Lo envían al Norte, donde fue el héroe de la Batalla de

Valmy, logrando así otra hazaña militar. Estando ahí lo traicionan, lo apresan y lo llevan a

juicio, donde lo acusan de traidor, espía. Se defiende en su juicio alegando que lo acusan

y lo persigue hasta la inquisición por sus ideas: “La libertad, la igualdad, la hermandad

entre los hombres sin distingo de raza y lengua, el imperio de la ley del hombre por

encima de la ley del monarca y de la propia ley de Dios”.

Luego de ser absuelto, en la misma Francia, comienzan los planes para la futura

expedición a América. Una expedición que penetre por las costas de Venezuela, no como

un ejército invasor sino como una expedición libertadora.

Comienza a organizar la expedición con lo poquito que tenía, empeñando incluso

sus libros, que era su mayor capital.

Ya en Estados Unidos en 1.805 compra barcos y armas. Tenía fe que cuando los

venezolanos supieran que había desembarcado en Venezuela lo apoyarían y se

levantarían con él; nada más lejos de la realidad.

Así parte de Estados Unidos con pocos hombre y pocas armas, llaga a Haití a

abastecerse. Mientras tanto en Caracas, alguien lo había traicionado y sabían de sus

planes y lo sentencian a pena de muerte.

Llegan a tirras venezolanas, a Playa de Ocumare en 1.806, después de treinta

años. Bajan un bote de reconocimiento pero les habían tendido una trampa. Son
atacados, dos goletas son destruídas, mueren algunos hombres y otro son atrapados, y

solo la goleta de Francisco de Miranda, aunque muy dañada, logra huir.

De allí van a Trinidad y regresan a Venezuela, a Coro en una segunda expedición.

Encuentran un Coro desierto. Iza por primera vez la bandera tricolor. Aunque entiende

que Venezuela aún no está lista para la libertad.

Regresó a Londres por cuatro años, aunque nunca dejó de pelear así fuera en la

distancia. Se entera de los sucesos del 19 de Abril de 1.811, cuando Simón Bolívar

aparece a buscarlo.

Le explica las últimas noticias de Caracas y le dice que lo necesitan, que regrese

con él. Así deja Londres, volviendo a Caracas.

Siente como el pueblo lo apoya y el propio cabildo. Explica sus ideales que son formar

una Gran Colombia desde Missisipi hasta la Patagonia, con un congreso continental.

Entre él y Simón Bolívar declaran la República y redactan una nueva constitución,

la Carta Magna de la República Independiente de Venezuela.

Luego ocurre un hecho que marcará el destino de la relación entre Miranda y

Bolívar. Bolívar lo entrega, ya que lo considera un traidor después que Miranda había

firmado la capitulación con Monteverde, lo acusa de vender la patria.

Miranda le explica el por qué lo hizo, que enfrentarse con pocas armas era

condenar a los venezolanos a una masacre; Bolívar insistió que debía resistir antes de

rendirse. Miranda le explica que cómo él puede traicionar algo aquello por lo que ha

luchado toda su vida.

En una conversación de Miranda y Bolívar en prisión, Miranda lo acusa de

mantuano. Bolívar le asegura que ganarán la guerra.


Miranda entiende que Bolívar está peleando por un ideal del que Miranda fue el

que encendió el fuego y trazó el plan para que otros lo ejecutaran. Aquí la trascendencia

de Miranda en la Independencia.

Hasta el último momento estaba convencido que tarde o temprano Venezuela

conseguiría su independencia, así como América su libertad y la unión.

Miranda muere en La Carraca, al lado de Salim, su eterno y fiel amigo, aquel niño

moro que trató de matarlo y que luego se dio cuenta de la humanidad de Miranda, del que

nunca más se separó hasta la muerte.

Hasta el final de sus días la Santa Inquisición lo persiguió, pero con la muerte

volvió a escapar de ella.

Con el relato de su vida y de sus ideales, Miranda logra, que el seminarista le

prometa que nunca lo traicionará, aunque en su momento sus intenciones era entregarlo

a la Inquisición. Pero Miranda logra convencerlo de sus buenas intenciones. El

seminarista prefiere caer preso y hasta morir que traicionarlo.

También podría gustarte