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Letra & Música

Un comentario a Black Music. Free jazz y conciencia


negra 1959-1967, de Leroi Jones / Amiri Baraka.

COSA DE
NEGROS

Ilustración: Hidra Cabero

Fernando Aiziczon
Historiador, UNC.

“Uno respira, el corazón late, se acelera con el pulso de la música, los pies la industria musical y cosas por el estilo. Por su-
se mueven: son las cosas en las que uno ni siquiera piensa. El punto es en- puesto, poco y nada de eso nadie planteó (ex-
tonces mover esto, desde lo que ya sabemos, hacia –o dentro de– lo que cepto las presiones de la industria musical, un
solamente sentimos. La música es para los sentidos. La música debería ítem discutido con una liviandad espantosa), y
hacernos sentir. Pero, finalmente, a menos que te deshagas de todas las debo confesar que estaba preparado para que
interferencias del afuera, todas las reacciones serán sociales, como la gen- esa ausencia no me sorprendiera; sin embargo,
te que escucha Mozart porque es ‘de clase alta’, ¿no? Pero el objetivo de la la cuestión es que tanto los músicos –en su ma-
vida es, en mi opinión, llegar a nuestros propios sentimientos del mismo yoría “emergentes” de la escena contemporánea
modo que estos músicos quieren llegar a los suyos. Si uno puede encontrar local– como sus comentaristas –estudiosos del
quién es (uno no es una cosa), entonces se puede descubrir qué se sien- tema– ni se inmutaron de algo que se mencionó
te. Puesto que nosotros somos nuestros sentimientos, o nuestra falta de y que, supongo, constituye un consenso den-
ellos. La música, sentimiento posible, está aquí. Dondequiera que estés. tro del universo musical actual, incluso más allá
Solo hay que escucharla. ¡Escuchen!”. de Córdoba y su mentado cordobesismo1: “3/4
Leroi Jones / Amiri Baraka partes de nuestra actividad artística consiste en
gestionar nuestra imagen” lanzó al aire un mú-
¿Cuál es la música de nuestro tiempo? sico, y todo siguió igual.
Hace unos años asistí a una charla en Córdoba Nadie pone en duda el hecho de que hoy efecti-
sobre “la música y los músicos hoy” o algo pa- vamente se hace buena música y buenas tapas de
recido, no importa ahora el título; lo que me in- discos, de que esa música se siente y por lo tan-
teresaba escuchar era cómo artistas de diversos to expresa algo, ni tampoco se duda que exista un
géneros (rock, pop, indie, reggae, fusionados Tema (contenido) que circula en el aire, o que las
con ska, folclore y cuarteto, excluyendo lógi- melodías dominantes se proponen movilizar al-
camente gente que hace música clásica y jazz, guna zona corporal del público; pero, después de
porque casi nunca hablan de nada) se pensaban leer y fundamentalmente escuchar la música y los
y actuaban en torno a ese tensor constitutivo músicos que habitan el libro Black Music2 no se
del arte: su relación con la época, su posición puede abandonar la pregunta, sin dudas difícil de
frente a lo que considera esencial para compo- responder, respecto de qué música busca decir al-
ner, su actitud de cara al público, el tema de las go hoy o, si no existe actualmente una respuesta a
canciones, el proceso creativo, las presiones de ese interrogante (porque nadie pregunta), asumir
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que la creación artística hoy descansa tan relaja- (1972), se lo suele incluir dentro de los poetas Monk, Ornette Coleman, Cecil Taylor, Don
damente –y se expresa de modos tan pasteuriza- “desconocidos”, aunque no para el FBI que lo Cherry, Archie Shepp, Paroah Sanders, Sun-Ra,
dos– que justifica la absorción final del músico (y tenía marcado por negro, comunista, poeta y por Billy Higgins, Sonny Rollins, Eric Dolphy, John
el arte) en la mezquina escena de una imagen. haber sido expulsado del ejército yanqui al en- Coltrane, éste último, al decir de AB, “el espí-
“Cómo es qué. Pero si se pone demasiada contrársele libros de Marx y Lenin (ya cuando ritu más pesado”. Las formas de la opresión-re-
atención en el cómo, entonces la cosa se vuelve viajó a Cuba para saludar la revolución era un sistencia se revelan acá más sutiles, pues se trata
‘performance’, en el sentido más tonto”, apunta poco más conocido). de reacciones ante el sonido formal del funk y
Leroi Jones. No es el malinterpretado tema del Luego del asesinato de Malcom X –un gol- las versiones trilladas del cool jazz, movimien-
compromiso, ni tampoco la relación técnica-ex- pe tremendo al movimiento negro– Leroi Jones tos internos de la cultura negra imperceptibles
presión. Se trata de la búsqueda vital, expresi- busca romper todo vínculo con la cultura blan- a la crítica blanca que se desarma practicando
va, que abre caminos y rompe formas, la que ca, al punto de divorciarse de su esposa (blan- una crítica sociologizante, tecnicista, estilística
perturba o incomoda las zonas de lo aceptable ca) para entablar relación con Sylvia Robinson o, en el más honesto de los casos, intentando
o lo audible (de allí que tengamos que hablar (poeta negra), cambiando ambos sus nombres una apropiación de los códigos que encierran el
de vanguardias, de revolución), no por pose si- en Amiri Baraka y Bibi Amina Baraka respec- secreto (un “rito de sangre”) de la música negra.
no porque el impulso innovador, ese que avan- tivamente, marcando también su acercamiento AB es ácido, implacable y corrosivo con el blan-
za y hace temblar la chatura estructural a que al Islam3. Son rupturas radicales. Hay un poe- co cada vez que éste pretende comprender esos
tiende lo humano, es el que permite saltar ha- ma tremendo de mediados de los ‘60, “Black movimientos; a ellos les dice: la música de los
cia adelante, cosa que no es una simple evolu- Dada Nihilismus”, donde Amiri Baraka se des- negros es esencialmente la expresión de una ac-
ción etapista (tocar velozmente, o componer pacha con una furia descomunal contra los titud acerca del mundo, y solo secundariamente
bajo el látigo de la complejidad) sino un bucear blancos que, sin perder reflejos, ya identifican un modo de hacer música (“ustedes los negros
en esa música que es, como sentencia Leroi Jo- en este movimiento un llamado de los negros sí que tienen ritmo”, repiten incansablemente
nes, “sentimiento posible”… revolucionarios a asesinar y violar –literalmen- los críticos blancos).
te– la cultura blanca. El desprecio y odio am- Cada nota significa algo, cada grito, alarido o sa-
Izquierda negra plificado hacia el opresor yanqui-blanco lo cudida corporal de Coltrane, de Ornette Coleman
Sucede que esas búsquedas profundas no ocu- conduce a combatir posiciones naif como las o de Elvin Jones, devela expresiones de la “psi-
rren cuando se flota en el aire, sino al revés, del “arte por el arte” o a cuestionar poses pa- quis negra”, intraducibles en una partitura, sopor-
cuando se experimenta la opresión absoluta al cifistas como la hermandad entre blancos y ne- te por excelencia de la inteligibilidad musical de
nivel del subsuelo. Esa opresión puede generar gros; nada de eso, el ahora Amiri Baraka (AB) Occidente. Pero lo que AB busca no es, aunque
conciencia política y ser expresada a través de lo pide “poemas que maten” y revolución4. Y los parezca, instalar la idea de la imposible compren-
que llamamos arte. No es casual entonces que, pide porque ya están ahí, en esa atmósfera so- sión de lo negro, sino justamente proponer crite-
cuando hablemos de música, lleguemos muchas cial que dice: “queremos un cambio”, y esos rios de valor y excelencia estética que dependan
veces al mismo lugar: los negros en EE. UU., cambios ya ocurren en el territorio más fértil de del conocimiento “nativo”, que contemplen la fi-
opresión racial y opresión de clase. Imposible la expresividad negra norteamericana: el jazz. losofía y la cultura negra para, desde allí, intentar
repetir la ecuación o encontrarla desarrolla- una escritura crítica válida. Y eso es lo que hace
da de igual modo en otro lugar (plantear que La “new thing” (cosa nueva) en este pequeño pero intenso libro titulado Black
opresión=desarrollo artístico es un absurdo, al “Jóvenes guerreros de nuestro ejército de mú- Music, una joya dentro del cuidado catálogo de la
contrario, la norma es opresión=anulación de sica libre” les llama AB a los precursores del editorial Caja Negra.
lo humano). movimiento conocido como “free jazz” (“new Este libro propone 3 tipos de abordajes posi-
Everett Leroi Jones (1934-2014), profesor uni- thing” antes de esa etiqueta); a mi entender, la bles de la música negra: la forma de ensayo his-
versitario, dramaturgo, músico, poeta ligado a búsqueda más osadamente espiritual, libre y tórico-sociológico (“El jazz y la crítica blanca”),
la generación beatnik, ensayista y fundamental- descarnada que jamás ninguna otra música ex- la presentación de músicos de la avant-garde del
mente, negro activista por lo derechos civiles, perimentó, simplemente por el hecho de partir momento o de figuras notables que incluye frag-
contra el colonialismo, el imperialismo yanqui de una tradición (el blues) ligada a una situa- mentos breves de entrevistas (“La oscura dama
y el racismo, es la conciencia política negra que ción de opresión social que pudo ser resistida y de los sonetos: Billie Holiday”, ó “Habla Archie
se expresa en lenguaje poético, espiritual y musi- expresada bajo la poderosa arma de la improvi- Shepp, el nuevo saxo tenor”), y los sugerentes
cal. Fundador de la Black Arts Repertory Thea- sación musical negra. Cada músico de ese mo- “Apple Cores”, una serie de notas críticas, co-
tre /School (1964, aliada al movimiento Black vimiento es un universo inabarcable, cada uno lumnas editadas en revistas especializadas como
Power), del Congreso del Pueblo Negro y organi- lega armas al que sigue, y los que las toman pe- la Down Beat o la Wild Dog, donde AB desplie-
zador de la Convención Política Nacional Negra gan saltos creativos descomunales: Thelonious ga toda su profundidad crítica y presenta lo que »
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“New Black Music: la conexión espiritual, expresadoa en


lenguaje musical, con una época que reclamaba cambios a
gritos.

denomina la New Black Music: la conexión es- expresiva de la época: Trane combina el acerca- y “tocada” por la conciencia negra más politi-
piritual, expresada en lenguaje musical, con una miento al Islam, la búsqueda de raíces africanas zada, la que habita en el país capitalista por ex-
época que reclama cambios a gritos. Ser espiri- y una profunda espiritualidad en la ejecución. celencia, esa conciencia que busca aún la forma
tual es estar en contacto con el “magnetismo vi- “A love supreme”, “Ascension”, “Meditations”, de la libertad que, lo sabemos, no puede res-
vo de la vida”; ser contemporáneo es “estar con “Africa Brass”, “Afro Blue Impressions”, “Om”, tringirse a la acción musical “pura”, aunque, si
el sentimiento de nuestro tiempo”. ¿Cómo se “Stellar Regions”, “Interstellar Space” son títu- los músicos se esfuerzan por acercar lo que es-
toca esto?, con toda la expresividad, la tradi- los que hablan por sí mismos. La religión como tá ocurriendo a su público, entonces la tarea del
ción de fondo y la improvisación moderna posi- culto al espíritu está en la raíz de la música ne- momento, al menos de parte del arte, habrá re-
ble: cuartetos dobles (Ornette Coleman), duetos gra, de cualquier arte negro: la forma “llamado comenzado:
de saxo y batería (Roach-Shepp), “familias ne- y respuesta” (voz principal y coro), la figura del
gras” formando nuevos tipos de big band (Sun- líder-profeta y la música como reflexión del es- Cuando muera, la conciencia que poseo la le-
ra Myth-Science Arkestra) o la evolución clásica píritu, pero de un espíritu oprimido, y esto es lo garé a los negros. Podrán ellos entonces despla-
que tuvo el jazz: innovadores y virtuosos del sa- que AB señala con claridad: lo que uno escucha zarme y tomar lo que es útil, la dulce pulpa de
xo a lo John Coltrane. Generalmente, al ser van- es el lugar adonde uno se dirige…, en otras pa- mis sentimientos, y dejar las alegrías y pútridas
guardias de sonoridad compleja, los lugares para labras: así como existe el movimiento de y ha- partes blancas (Leroi Jones/Amiri Baraka).
tocar son escasos, el trabajo es poco, el público cia una Black Music, también existe el negro de
reducido: pequeños clubes, pubs, bares, depar- clase media que reniega del grito duro de James
tamentos privados, y con suerte, algún gran tea- Brown y solo escucha el R&B comercial, el rit-
tro. Es común que se toque y se lean poemas o mo “blanqueado”… Allí es donde emergen las
intervenga algún artista, siempre con la misma implicaciones del contenido: la Black Music es 1. Algo similar ocurre en el campo literario, por ejem-
actitud: expandir la expresividad a zonas nuevas conciencia (“con qué estás”), expresión con di- plo puede pensarse en el éxito del libro Escolásti-
bajo el imperio de la ruptura, el riesgo estético y rección. Reflexión. Poesía: “Cambio. Libertad. ca Peronista Ilustrada, del cordobés Carlos Godoy
(2007), recientemente reeditado. Aunque se lo lea
el buceo en las profundidades identitarias de lo Y finalmente, Espíritu. Pero el Espíritu hace po-
desprovisto de propósitos políticos, el autor traba-
negro: “de esto se trata la New Black Music: en- sible las otras dos. ¿Un ciclo otra vez?”. ja sobre una idea perezosa: todo y nada es o puede
cuentren al yo, y luego mátenlo”. La espiritualidad negra, tan difícil de asir, tan ser “peronista”; en eso descansa su (des)compromi-
Una crítica musical de este escenario social no fácil de ser confundida con la religiosidad frígi- so con la densidad del Tema, y su éxito editorial (o
puede repetir el canon de la “apreciación mu- da de Occidente, es otra cosa: es canto-poema- compromiso) en el campo de la literatura emergente
o periférica. En una entrevista publicada en febrero
sical” blanca, por eso, las notas críticas de AB gemido rítmico y antifonal (canto alternado), es
de 2014 en el diario La Voz del Interior, el autor acla-
remiten a una escritura que intenta poner so- la búsqueda puesta en la mítica y quizás inexis- ra su posición y plantea que, en realidad, la pregunta
bre papel la actitud de esta música, aunque mu- tente África libre, un lugar que persiste en ser el sobre qué es un “peronista” para él carece de sentido.
chas veces se escape la posibilidad (nuestra) de faro hacia la libertad del pueblo negro oprimido. 2. Buenos Aires, Caja Negra, 2013.
comprenderla. Del baterista Sonny Murray, por “Alcancen a esta música si pueden. Alcánce- 3. Amiri (“príncipe”), Baraka (“el bendecido”).
ejemplo, dice: “No mantiene el ritmo; lo hace, la y ella los alcanzará a ustedes”. Al final del 4. En esos convulsionados años Mao Tse tung lanza
lo mueve”, o desarrolla argumentos en torno a libro hay una entrevista donde AB aclara un po- un llamado a los pueblos del mundo para unirse “en
frases significativas de algunos músicos, como co más el contenido de aquella apuesta musical contra de la discriminación racial que ejerce el im-
el saxo Paul Allen, cuando dice: “el tiempo no de la New Black Music, hoy confinada a curio- perialismo yanqui y apoyar a los negros de ese país
es velocidad, es distancia, y el sonido es movi- sidad de expertos y críticos de jazz que escri- en su lucha”; el impacto de ese llamado puede verse
en el tremendo disco que grabaron el baterista Max
miento medido”. ben como si AB no hubiera existido. Aquella Roach junto al saxofonista Archie Shepp, titulado
Pero de todos ellos es John Coltrane, “Trane”, fue una época dorada, un momento de turbu- Force, y en cuya tapa se muestra al líder chino junto
por lejos, la mayor síntesis religiosa, musical y lencia política que fue capturada, reformulada a un gigantesco puño negro que emerge de las aguas.

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