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PEQUEÑOS ANIMALES

Técnicas de
ecografía
enfocada para
el veterinario
de pequeños
animales
Autor: Gregory R. Lisciandro
Presentación: tapa dura
Formato: 20 x 28 cm
Páginas: 320 aprox.
Ilustraciones: en color
Edición: 2016

U na guía muy didáctica y sumamente necesaria para la incorporación de los exámenes ecográficos a la
práctica veterinaria diaria. La ecografía es una técnica efectiva para detectar rápidamente las condiciones
y las complicaciones difíciles de identificar con otros estudios o el examen físico. Esta obra abarca toda
la información necesaria para comenzar a utilizar esta técnica en la práctica clínica con el fin de mejorar el
abordaje del paciente y su resultado final.

Contenido
Capítulo 1. Principios básicos y artefactos de la ecografía en- Capítulo 12. Evaluación ecográfica enfocada: grandes arterias y
focada venas, y colocación de catéteres centrales
Capítulo 2. Evaluación ecográfica enfocada en el abdomen del Capítulo 13. Evaluación ecográfica enfocada: pacientes pediá-
paciente con trauma tricos
Capítulo 3. Evaluación ecográfica enfocada: hígado y vesícula Capítulo 14. Evaluación ecográfica enfocada: globo ocular
Capítulo 4. Evaluación ecográfica enfocada: bazo Capítulo 15. Evaluación ecográfica enfocada: aparato muscu-
Capítulo 5. Evaluación ecográfica enfocada: riñones loesquelético
Capítulo 6. Evaluación ecográfica enfocada: vejiga Capítulo 16. Evaluación ecográfica enfocada: reanimación car-
Capítulo 7. Evaluación ecográfica enfocada: tracto gastrointes- diopulmonar, FAST global (GFAST3) y FAST-ABCDE
tinal y páncreas Capítulo 17. Procedimientos de intervención ecoguiados
Capítulo 8. Evaluación ecográfica enfocada: aparato reproductor Apéndices
Capítulo 9. Evaluación ecográfica enfocada en el tórax del pa- I Configuración de un programa ecográfico
ciente con trauma II Planillas dirigidas a objetivos para los registros médicos
Capítulo 10. Vet BLUE III Abreviaturas, terminología y glosario
Capítulo 11. Evaluación ecocardiográfica enfocada IV Referencias rápidas de valores normales y reglas básicas

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184 TÉCNICAS DE ECOGRAFÍA ENFOCADA PARA EL VETERINARIO DE PEQUEÑOS ANIMALES

VI VD
VI
VM
VD
AI
AD
AD

VM
VI VI

AI VD
VD
AD AD

Figura 11.5. Paciente en decúbito lateral derecho, con el transductor posicionado sobre la pared torácica que queda hacia arriba, para la obtención
de imágenes ecocardiográficas desde el lado izquierdo. A) Ecocardiografía y correspondiente representación esquemática de una normal incidencia
paraesternal izquierda apical de las cuatro cámaras (señalada como A en la imagen superior), obtenida con el marcador del cabezal del transductor
orientado hacia la cabeza del paciente. B) Ecocardiografía y correspondiente representación esquemática de una normal incidencia paraesternal izquierda
craneal (señalada como B en la imagen superior), con óptima visualización del atrio y el ventrículo derechos. Esta imagen se obtiene luego de orientar
el marcador del cabezal hacia la columna vertebral del paciente y rotar el transductor en sentido horario, y es ideal para la búsqueda de patologías en el
corazón derecho, incluidas masas. AD, atrio derecho; AI, atrio izquierdo; VD, ventrículo derecho; VI, ventrículo izquierdo; VM, válvula mitral. Cortesía
de Alice MacGregor Harvey, Facultad de Medicina Veterinaria, Universidad Estatal de Carolina del Norte.

cos (véanse también las figs. 2.2, 2.3, 3.10, 9.22, 16.2 y
16.8A) (Nelson, 2010).
La distensión de las venas hepáticas se juzga de manera
subjetiva. La visualización de los grandes vasos anecoicos,
las ramas más grandes y, luego, las ramas más pequeñas
extendiéndose periféricamente hacia el tejido hepático es
VI
compatible con venas hepáticas agrandadas. Los hallazgos
concurrentes de ascitis y un hígado hipoecoico y agrandado
sustentan aun más el diagnóstico de insuficiencia cardíaca
Ao
derecha (véanse las figs. 3.3, 3.10, 9.22, 16.2 y 16.8A). Las
VM venas hepáticas tienen paredes poco ecogénicas, mientras
AI
que las venas del sistema porta tienen paredes hiperecoicas
(mucho más brillantes), y esta característica permite diferen-
ciarlas (véanse las figs. 3.10 y 13.1D). Cuando se las mide
con la misma profundidad, las venas hepáticas y las del siste-
Figura 11.6. Imagen bidimensional (en modo B) normal del tracto
de salida del ventrículo izquierdo obtenida a través de una incidencia
ma porta deben tener aproximadamente el mismo tamaño.
izquierda apical. AI, atrio izquierdo; Ao, aorta; VI, ventrículo izquierdo; A partir de la vista subxifoidea, se puede obtener una ima-
VM, válvula mitral. gen de la vena cava caudal cerca del diafragma. El transductor
185 EVALUACIÓN ECOCARDIOGRÁFICA ENFOCADA

Hígado

VI AI

AD Ao

Hígado

VB
VI
Hígado
AI

AD Ao VCCd

Figura 11.7. Perro en decúbito lateral derecho, con el transductor posicionado apenas hacia caudal del cartílago xifoides, en la línea media, para la
obtención de incidencias subcostales. El marcador del cabezal apunta hacia el codo del paciente y el transductor se dirige hacia su cabeza. A) Ecocardio-
grafía y correspondiente representación esquemática de una normal incidencia subcostal del tracto de salida del ventrículo izquierdo (señalada como A
en la imagen superior). B) La rotación del transductor hacia el hígado y el diafragma del perro produce una imagen ecográfica de la vena cava caudal y
el hígado (señalada como B en la imagen superior). AD, atrio derecho; AI, atrio izquierdo; Ao, aorta; VB, vesícula biliar; VCCd, vena cava caudal; VI,
ventrículo izquierdo. Cortesía de Alice MacGregor Harvey, Facultad de Medicina Veterinaria, Universidad Estatal de Carolina del Norte.

se dirige casi perpendicularmente hacia la columna vertebral, fluctuación supera el 50%) (fig. 11.9). Los animales con
con su cola apenas inclinada, de forma que la vena cava caudal elevada presión del atrio derecho no evidencian fluctua-
quede ligeramente a la derecha de la línea media, justo debajo ciones respiratorias, sino sólo distensión estática de la vena
de la columna vertebral (véanse las figs. 11.7B, 9.22 y 16.2). cava caudal (Feisel, 2004; Nelson, 2010).
Como alternativa, con el paciente en decúbito lateral
izquierdo, se puede situar el transductor en uno de los últi-
mos espacios intercostales del lado derecho (los más dorsa-
les sobre la pared torácica), donde sólo se puede observar el
Hallazgos de la ecocardiografía
hígado y no el riñón ni el pulmón. La vena cava caudal se enfocada relacionados con
encuentra hacia ventral y más hacia la derecha que la aorta enfermedades cardíacas comunes
pulsátil. Se la puede evaluar en busca de fluctuación respi-
Enfermedad de la válvula mitral
ratoria en su tamaño, un indicador del estado de volumen.
Las fluctuaciones respiratorias son mayores en los pacien- La enfermedad de la válvula mitral es la causa más co-
tes que presentan depleción de volumen (por lo general, la mún de cardiopatía en perros. Se ha estimado que, en
232 TÉCNICAS DE ECOGRAFÍA ENFOCADA PARA EL VETERINARIO DE PEQUEÑOS ANIMALES

Es importante tener en cuenta que, en los casos con


presunta ruptura del globo ocular (hifema grave, hipoto-
nía [baja presión intraocular] o globo visiblemente defor-
mado/desinflado), es preferible obtener imágenes a través
de los párpados cerrados o la piel intacta, en lugar de ha-
cerlo a través de la córnea, para evitar la contaminación
del espacio intraocular. No debe presionarse sobre el globo
ni los párpados, porque esto puede dañar aun más el ojo.
En resumen, estas incidencias adicionales pueden proveer
una mayor información sobre la localización y la orientación
de lesiones, aunque en general no todas son necesarias para la
toma de las decisiones clínicas más urgentes. La exploración
debe realizarse primero con la ganancia más alta y, luego, con
una ganancia menor; esto permite diferenciar lesiones más pe-
queñas, más sutiles y de menor intensidad.
Figura 14.8. Posicionamiento lateral del transductor, el cual divide
el globo en las secciones anterior y posterior. Es más fácil el acceso desde
el lateral de la esclerótica, donde el limbo está más expuesto. Esta vista no
es usada con frecuencia, pero puede permitir una mejor orientación para
Hallazgos ecográficos en un ojo
la exploración de las estructuras intraoculares. normal
Cuando se obtienen imágenes con el transductor en posición
vertical u horizontal, la estructura más superficial por debajo
ra que la córnea puede estar rota o si los párpados están de la capa de gel es la córnea, representada por dos líneas cur-
muy engrosados o edematizados; no obstante, hay que vas paralelas brillantes y muy delgadas (la superficie anterior
proceder con cautela para evitar causar un daño adi- y posterior de la córnea), separadas entre sí por 1 mm (fig.
cional. 14.10) o (dependiendo de la frecuencia de su transductor)
por una única línea curva brillante de 1 mm de espesor. Si no
Si el transductor va a tomar contacto con la piel, debe afei- hay suficiente espacio de alejamiento entre el transductor y
tarse o humedecerse por completo el área, aplastando el pelo, el globo ocular, la córnea puede no ser visible. Justo detrás de
para mejorar la calidad de la imagen. esta estructura se encuentra la cámara anterior. Ésta siempre
es anecoica porque está llena de humor acuoso, una solución
acelular y, en condiciones normales, tiene una profundidad
de 3-5 m en el eje central (Cottrill, 1987). Está limitada por
detrás por el iris y la cápsula anterior del cristalino en su pun-
to axial, y periféricamente por el ángulo iridocorneal (el cual
no se visualiza en la mayoría de los casos). Véanse las tablas
14.1 y 14.2 para obtener información sobre los hallazgos
ecográficos normales y anormales.

La cámara anterior normal siempre es anecoica (de color ne-


cro puro).

El iris puede visualizarse como un área de ecogenicidad


aumentada en la porción periférica de la cara anterior del
cristalino, pero a menudo no es diferenciable de las estruc-
turas adyacentes (véase la fig. 14.10). Debe ser delgado,
con una superficie anterior aproximadamente plana, sin
asimetría en el espesor (medial versus lateral), aunque éste
Figura 14.9. Posicionamiento del transductor desde atrás del ligamen- puede ser ligeramente mayor cuando la pupila está dilata-
to orbitario. Si es posible, el examinador debe palpar el ligamento orbitario da o algo menor cuando la pupila se contrae.
y sentir la ligera depresión que hay detrás de él. Quizás, necesite palpar el
otro lado para localizar el ligamento, dado que esta vista suele requerirse en
El cristalino está directamente por detrás del iris, y
caso de trauma orbital. Rasurar o humedecer completamente la piel de esta éste puede no ser diferenciable de la cápsula del cris-
zona, antes de aplicar el gel, mejora la imagen. El transductor debe orien- talino, en el punto donde ambos están en contacto. La
tarse hacia adelante y, como está en contacto con la piel, evita la necesidad cápsula del cristalino es una línea delgada y brillante que
de aplicar una gruesa capa de gel. La calidad de las imágenes obtenidas a
través de esta incidencia es inferior a la de las logradas con contacto corneal. (El texto continúa en la pág. 235.)
233 EVALUACIÓN ECOGRÁFICA ENFOCADA: GLOBO OCULAR

Córnea
Cámara Iris
anterior Pupila
Zónulas lenticulares
Cuerpo ciliar Cápsula lenticular
Ora Cristalino
serrata
Esclerótica

Coroides “Pared
Humor vítreo ocular”
Retina

A Nervio óptico

Figura 14.10. Anatomía del globo ocular. A) Ilustración de la anatomía ocular normal. B) Imagen ecográfica de un ojo normal. Pueden observarse
la córnea como dos delgadas líneas paralelas, cóncavas y brillantes (también puede ser vista como una única banda ecogénica o no verse) en la parte
anterior (parte superior de la imagen); la cámara anterior anecoica por detrás; el iris brillante (aquí, visto periféricamente a la izquierda); las cápsulas
anterior y posterior del cristalino como delgadas líneas curvas y brillantes (vista axial); el humor vítreo anecoico; y la brillante pared posterior convexa
del ojo. Una banda de músculo retrobulbar hipoecoico es visible detrás del globo ocular, a la derecha del eje visual. Esta imagen fija no muestra el cuerpo
ciliar ni la pared periférica del ojo, porque no se pueden visualizar todas las partes oculares al mismo tiempo.

Tabla 14.1
Hallazgos ecográficos normales
Estructura Aspecto ecográfico
Siempre debe Cámara anterior Debe ser anecoica
verse Cápsulas anterior y posterior Delgadas y brillantes líneas de reflejo especular, que se
del cristalino en la vista axial curvan hacia atrás y adelante (aunque a menudo no
(axial = a lo largo del eje visual pueden verse donde se encuentran en la periferia)
central)
Humor vítreo Debe ser anecoico
Pared posterior del ojo en la vista Delgada y brillante línea curva lisa sin estructuras hipe-
axial recoicas adyacentes
Se ve a menudo Córnea Estructura lineal, uniforme y moderadamente ecogénica,
que forma la pared anterior del ojo; por lo general, no es
visible, a menos que se use una gruesa capa de gel o
una almohadilla de alejamiento
Cono muscular retrobulbar Vientres musculares hipoecoicos, que se originan en un
extraocular anillo que rodea el nervio óptico y convergen en la por-
ción posterior de la órbita, formando un cono
Hueso frontal Brillante línea angulada hiperecoica, ubicada por detrás y
hacia ventromedial del globo ocular
Podría verse Iris Muy delgada línea hiperecoica, periférica y anterior res-
pecto de la superficie anterior del cristalino (aunque
no siempre distinguible de esta última)
Nervio óptico Estructura lineal hipoecoica, recta o curva, que surge
desde debajo del polo posterior del globo ocular, con
bordes lineales paralelos, rodeado por grasa y el cono
muscular retrobulbar extraocular
Grasa alrededor del nervio óptico Material hiperecoico que rodea el nervio óptico hipoecoico
No debe verse Ninguna estructura brillante dentro de la cámara anterior
o el cuerpo vítreo
Ninguna estructura anecoica en la órbita (por detrás del
globo ocular)
283 PROCEDIMIENTOS DE INTERVENCIÓN ECOGUIADOS

Figura 17.9. Procedimiento de lavado peritoneal diagnóstico eco-


guiado modificado. A) Se coloca un catéter sobre la aguja de calibre 16
y 10 cm de longitud formando un ángulo de 60° (σ) con el transductor.
En esta fotografía, el transductor es casi perpendicular a la piel (ángulo
de 90°), mientras que el catéter y el estilete forman con ella un ángulo
de aproximadamente 30°. B) El catéter es avanzado sobre el estilete y
dirigido hacia el acúmulo focal de líquido previamente identificado. C)
Colocación final del catéter, antes de la administración de líquido.

minocentesis ecoguiada en tiempo real (véanse la con tapón rojo (sin nada), un tubo con tapón lavanda
descripción previa y la fig. 17.11). Se usa una aguja (con EDTA) y un Culturette para hacer los análisis
hipodérmica de calibre 20-22 y 38-50 mm de largo diagnósticos apropiados.
acoplada a una jeringa de 3-6 ml. Cuando el líquido
está a una profundidad mayor que 50 mm se pue-
den usar, con cautela, una aguja espinal o el estilete
de un catéter IV.

Si a pesar de haber administrado el máximo de 20 ml/kg, el


líquido infundido no ha alcanzado el área de interés, según lo
determinado por la ecografía en tiempo real, se debe extraer
el catéter y hacer rodar al paciente de un lado a otro. Los ma-
sajes y la maniobra de peloteo, mientras el paciente camina o
permanece en estación, también pueden ayudar a redistribuir
el líquido infundido.

12. Después de mezclar el líquido infundido con el líqui-


do abdominal preexistente, se repite la ecografía y, si
es necesario, se aprovecha para efectuar la aspiración
ecoguiada de cualquier saco de líquido visible (en par- Figura 17.10. Acople del sachet con líquido. A través de una guía para
ticular, los más cercanos al sitio de interés) (véase la administración IV se conecta al catéter un sachet con solución salina estéril al
fig. 17.11). Las muestras deben recogerse en un tubo 0,9% entibiada y se permite que unos 3-5 ml/kg fluyan por gravedad.
284 TÉCNICAS DE ECOGRAFÍA ENFOCADA PARA EL VETERINARIO DE PEQUEÑOS ANIMALES

(Chapman 2005). Además, se ha documentado que el


bisel se visualiza aun mejor cuando la punta de la aguja
está dentro de líquido.
• El ángulo entre el haz de ultrasonido y la aguja influye
en la capacidad de ver ésta y su punta durante una pa-
racentesis ecoguiada (Bradley, 2001). Las ondas de ul-
trasonido rebotan en la aguja o su punta produciendo
una mejor visualización durante la obtención de imá-
genes en tiempo real. El número de ondas de ultrasoni-
do que se reflejan hacia el transductor aumenta cuando
éste y la aguja son perpendiculares. Desafortunada-
mente, la mayoría de las estructuras con líquido (con
la excepción de los vasos o las lesiones superficiales)
se localizan a una profundidad tal que impide que la
Figura 17.11. Abdominocentesis ecoguiada a mano alzada pos- aguja se cruce con el haz de ultrasonido de esta forma.
terior al lavado peritoneal diagnóstico ecoguiado modificado. Cuando
se ha infundido suficiente cantidad de líquido, se extrae el catéter y se Experimentalmente, se ha demostrado que el ángulo
toma una muestra de líquido mediante aspiración directa desde el área óptimo entre la aguja y el transductor, cuando se aspiran
de interés. La abdominocentesis ecoguiada en tiempo real se realiza
estructuras más profundas, es de 55-60° (con el transduc-
con una aguja hipodérmica de calibre 20-22 y 38-50 mm de largo
acoplada a una jeringa de 3-6 ml (véase el procedimiento de abdomi- tor perpendicular a la piel y la aguja formando un ángulo
nocentesis). de 30° con ella) con una distancia entre el punto de entra-
da de la aguja y el transductor de 2-3 cm (Bradley, 2001).

• Avances y retrocesos cortos (2-4 mm) y rápidos de la


Ventajas y desventajas, la última aguja facilitan su visualización, así como también lo
palabra hace la oscilación del transductor a uno y otro lado
de la aguja. Sin embargo, el beneficio de la oscilación
Con el uso cada vez mayor del ecógrafo por parte de los del transductor se pierde, si disminuye la interfase de
veterinarios no radiólogos, ha aumentado la demanda de contacto entre el transductor y la piel.
nuevos protocolos para mejorar el éxito de los procedi- • Es de ayuda mirar el transductor, así como también la
mientos de intervención ecoguiados. aguja, mientras se realiza el procedimiento ecoguiado
Los procedimientos ecoguiados y la visualización de la a mano alzada. Por ejemplo, la aguja debe estar en el
aguja ameritan algunos comentarios: mismo plano que el haz de ultrasonido cuando se usa
una vista ecográfica longitudinal. Para mejorar la vi-
• La visualización de la aguja depende de la compleja sualización longitudinal, el transductor debe moverse
interacción entre la aguja, el tipo de tejido y el grado lentamente hacia arriba y hacia abajo del eje longitu-
de reflexión del haz de ultrasonido (McGahan, 1986). dinal de la aguja. Como ya se mencionó, también es
Cuanto más parecida es la ecogenicidad de la aguja a la útil avanzar y retroceder 2-4 mm la aguja, con rapidez,
de los tejidos adyacentes, más difícil es visualizarla. El porque esto crea un movimiento visible en los tejidos
líquido es anecoico y provee un buen contraste para la adyacentes. El ángulo del transductor posteriormente
ecogenicidad de la aguja o la punta de la aguja, de modo debe ajustarse para intentar maximizar la visualización
que la visualización de ésta mejora dentro de estructuras del sitio del movimiento tisular.
o espacios llenos de líquido (McGahan, 1986). • Por último, varias compañías (por ej., Ultrasonix; Co-
• Por lo general, las agujas más grandes se distinguen con lumbia Británica, Canadá; www.ultrasonix.com) han de-
mayor facilidad que las pequeñas (Chapman, 2005). sarrollado softwares destinados al seguimiento de senso-
Para mejorar su visualización, varias compañías han res colocados en el transductor y las agujas. Este sistema
creado agujas para ecografía con estrías o marcas, que permite seguir en la pantalla del ecógrafo una trayectoria
reflejan las ondas de ultrasonido con más intensidad predeterminada y el avance de la aguja a medida que pe-
(fig. 17.12). netra los tejidos, lo que hace que la exacta localización de
• Se ha descrito que apuntar el bisel de la aguja hacia el la punta de la aguja y la aguja sea mucho más fácil.
haz de ultrasonido mejora la visualización de la punta
de la aguja al crear dos focos ecogénicos, en oposición
al foco único creado cuando el bisel no es dirigido ha-
cia el transductor (Bondestam, 1992). La punta de la
aguja tiende a identificarse con mayor facilidad debi- Figura 17.12. Representación esquemática de una aguja estriada
do a la superficie irregular creada por el corte del bisel para mejorar la visualización.

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