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Los estudios evidencian que los primeros hombres llegaron al Perú en el siglo XIX
antes de Cristo. Cazadores y recolectores, tenían armas de piedra y herramientas, se
establecieron en Paccaicasa, Ayacucho, para comenzar, hicieron arte rupestre en
Toquepala, Tacna, (7600 a.C.) y construyeron sus primeras casas en Chilca, Lima,
(alrededor del año 5800 a.C.). los restos humanos encontrados demuestran que los
primeros peruanos tuvieron una altura promedio de 1.60 m., igual que los actuales.
Con el transcurrir del tiempo, los peruanos desarrollaron la agricutura, los centros
ceremoniales, el arte de los textiles, el trabajo de metales y la cerámica. Estos avances
sentaron las bases para el siguiente paso en su evolución.
Civilizaciones preíncas
Antes de la aparición del imperio Inca, en los finales del siglo XIV, algunas
civilizaciones se desarrollaron en el territorio del Perú. Éstas mostraron un buen
dominio de la cerámica, una indudable adaptación al medio ambiente y un muy
interesante uso de los recursos naturales. Aquí un detalle de las principales culturas.
Las civilizaciones Wari, Chimú y Chachapoyas cierran esta explicación de las culturas
preíncas peruanas. La primera se desarrolló en el siglo VII en el actual departamento de
Ayacucho y fue la primera en mostrar un planeamient estratégico de sus pueblos.
Chimú, por su parte, se desarrolló en el norte en el siglo VIII. Dejaron la ciudadela de
Chan Chan, mostrando un excelente uso de la metalurgia. Finalmente, la civilización
Chachapoyas se desarrolló en la selva peruana en el siglo IX, dejando como legado
varias muestras de una gran adaptación al medio ambiente.
Es importante señalar que han habido nuevos hallazgos en el Perú, tales como la
ciudadela de Kuélap o la ciudad de Caral. Los libros de historia cambiarán con los años
en el país
El imperio Inca
La civilización Inca apareció hacia finales del siglo XIV pero pronto se convirtió en la
más grande e importante civilización de América del Sur. En el pico de su expansión,
cubría los actuales territorios de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina;
expansión alcanzada gracias a su tremenda organización y la capacidad de aprender
todo lo que sus predecesores habían desarrollado.
La civilización Inca fue teocrática. El Inca era considerado un descendiente del dios Inti
(sol) y, por tanto, sagrado. Este pensamiento estaba respaldado por las leyendas que los
mismos Incas tenían acerca de su propio origen. Éstas cuentan cómo Manco Cápac o los
hermanos Ayar llegaron del sureste para fundar la ciudad sagrada del Cusco, capital del
Tahuantinsuyo.
Los Incas alcanzaron tal expansión por tener una cultura muy organizada. Se
organizaron en pequeñas comunidades llamadas ayllus; cada ayllu tenía un jefe, el
curaca, y consolidaron la conquista de pueblos cercanos rápidamente o mediante el
matrimonio del Inca con alguna de las hijas del curaca o con la movilización de ayllus a
los nuevos territorios sea como premio o castigo. En algunas ocasiones, la conquista era
simplemente militar.
Los ayllus funcionaban como unidades familiares y territoriales. Sus miembros recibían
un terreno para trabajar y también debían rendir servicios gratuitos al estado, por turnos,
y de manera organizada. Este servicio fue conocido como la mita, y así fue que los incas
pudieron mantener sus caminos, graneros y otros permanentemente en buenas
condiciones.
Los incas también llevaban a cabo sacrificios humanos y tenían un sistema de
prostitución organizado, pero, por lo general, esto no suele ser mencionado.
El Virreinato del Perú se estableció en 1542, diez años después de la captura y asesinato
del último Inca, Atahualpa. Los incas fueron entonces esclavizados durante alrededor de
trescientos años, hasta la independencia del Perú. Fueron obligados a trabajar en las
minas, a producir mercancías agrícolas y artesanales y a comerciarlas exclusivamente
con España, bajo órdenes del rey. Ésta fue la base de la economía colonial.
Las reformas borbonas trajeron incomodidad a los habitantes del Virreinato a principios
del siglo XVIII. El Virreinato del Perú se extendía desde Panamá hasta Argentina y
Chile cuando las rebeliones comenzaron. Para entonces, los españoles habían ya traído
esclavos negros al Perú y habían también enseñado la religión católica a pulso de
mezclarla con las creencias locales. Además tanto la producción artística peruana como
española se habían influenciado la una a la otra.
La primera rebelión importante contra la corona española fue la de Túpac Amaru II, en
el siglo XVIII (meses después de la Revolución Francesa). Sin embargo, Perú tuvo que
esperar a que José de San Martín declarase la independencia del Perú (28 de julio de
1821) y hasta que Simón Bolívar ganase la última batalla de independencia en 1824
para poder considerarse un país libre y soberano. Como el núcleo de la colonización
española en América del Sur era el Virreinato del Perú y estaba centralizado en su
capital, Lima; la independencia peruana fue la última y más importantes en América.
Para la independencia peruana, el resto de colonias sudamericanas eran ya países
soberanos.
Los primeros tiempos republicanos
Al haber sido la última en independizarse, Perú sufrió muchas carencias que realmente
pudieron ser evitadas. Una severa crisis económica, aunada al hecho de que muchos
gobiernos de turno tuvieran el deseo de "reconstruir el país", dio a los habitantes pocas
oportunidades de sentir que estaban siendo conducidos de una manera organizada. El
primer gobierno civil en el Perú tomó el cargo a mediados del siglo XIX.
Regresaron los gobiernos civiles hasta 1968, año en que una dictadura socialista militar
tomó control del gobierno, el petróleo y los medios de comunicación, además de
conducir una reforma agraria que expropiaba la tierra de las grandes haciendas y se las
entregaba a los bien intencionados pero poco preparados campesinos. Se dice que estas
medidas arruinaron la entonces próspera agricultura peruana. El país empobreció y
pronto después aparecieron grupos terroristas.
La historia peruana está erigida en base a tres errores recurrentes: Sus gobiernos
actuaban de forma inmediatista, sin planeamiento estratégico a largo plazo. Sus
gobiernos eran profundamente idealistas y no era extraño oír de gente que quería
refundar el país. Las autoridades peruanas han mentenido siempre un alto nivel de
corrupción, algo que su sistema legal no ha sido capaz de detener.
Apenas desde el año 2000 puede decirse que el Perú ha madurado como nación y que ha
establecido políticas de largo plazo (su Acuerdo Nacional) y un gobierno
verdaderamente democrático. El Perú ha ya tomado medidas para buscar un crecimiento
económico. Hoy avanza hacia la búsqueda de medidas que aseguren tanto equidad como
crecimiento sociocultural de su gente.