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Parábola del Tesoro Escondido

(Basada en el Evangelio de San Mateo 13,44)

NARRADOR: Un hombre salió un día a pasear, estaba aburrido y con deseos de


encontrar algo que fuera muy importante para su vida, en el camino se encontró
con una chica a quien vio muy ocupada con lo que hacía, el hombre le pregunto:

HOMBRE: _ ¿Hola como estas?, parece que te diviertes, ¿qué haces?

NARRADOR: La chica no le prestó ninguna atención, ella solo se sacaba


fotografías y se comunicaba con personas a través de las redes sociales. Sin
embargo, aquel hombre insistió diciéndole:

HOMBRE : _ ¿Realmente lo estás pasando tan bien con lo que haces?

NARRADOR: Pero la chica no le contesto, seguía muy entretenida con lo que


estaba haciendo. El hombre se alejó de allí un poco decepcionado y pensando:

HOMBRE: _ ¿Cómo puede ser tan divertido compartir fotos con personas a través
de una pantalla y no ver ni hablar con personas a nuestro lado?

NARRADOR: Siguió caminando y casi fue arrollado por unas chicas que jugaban
muy entusiasmadas con unos patines, el hombre se dijo:

HOMBRE: _¡Que divertido, jugare con ellas!

NARRADOR: Sin embargo las chicas solo jugaban y no parecían ni ver a este
hombre que trataba, infructuosamente de incorporarse en su juego. Triste y un
poco confundido se alejó de aquel lugar y nuevamente pensaba:

HOMBRE: _ ¿Qué les pasa a estas personas que se sienten tan felices estando
solas, yo no encuentro satisfacción en ninguna de esas cosas?

NARRADOR: Llegó a una tienda y allí se encontraba un señor que estaba muy
ocupado sacando cuentas y revisando un montón de papeles, el hombre lo saludo
con mucho entusiasmo:

HOMBRE: _¿Buenos días, como está usted, me puede atender por favor?

NARRADOR: Pero al igual que en los casos anteriores, el señor de la tienda solo
se percató de la presencia del hombre para decirle:

SEÑOR: _¡Ahora estoy demasiado ocupado, debo revisar muchos documentos,


no tengo tiempo para perder hablando con nadie, váyase, váyase!
NARRADOR: Aún más triste que antes, el hombre siguió su camino sin
comprender porque la gente no quería compartir con otros sino que preferían estar
solos haciendo cosas tan banales. Se dijo entonces:

HOMBRE: _¡Bueno, como no hay nadie con quien compartir, me iré al campo a
trabajar a ver si así me logro entretener en algo!

NARRADOR: El hombre se fue al campo y comenzó a trabajar, de pronto, algo


inusual llamó su atención, en un lugar semienterrado, encontró un cofre, se acercó
para verle mejor y al abrirlo descubrió dentro un tesoro muy valioso, era algo
grandioso aquello, se emocionó mucho y se dijo:

HOMBRE: _¡Que tesoro tan valioso he conseguido, no deseo perderlo por nada
de este mundo, ya se, iré, venderé todas las cosas de valor que tengo y comprare
este campo, así podré disfrutar siempre de mi gran tesoro, es lo mejor que me ha
pasado en la vida!

NARRADOR: Muy feliz aquel hombre se fue del campo, recogió todas las cosas
de valor que tenía, las vendió, luego busco al dueño del campo, se pusieron de
acuerdo con el precio y el hombre pudo comprar el campo, allí fue realmente feliz
al poder tener en su vida ese gran tesoro, lo más valioso que había encontrado en
toda su vida

HOMBRE: _¡Ahora si soy feliz porque tengo lo mejor de todo, el gran tesoro!

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