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LA FELICIDAD EN EL TRABAJO

En los últimos años, un tema que se ha puesto muy de “moda” en las organizaciones es el
de la felicidad. A principios de 2017, Forbes publicó un artículo que señalaba que la
felicidad era el motor de la productividad. Dicho texto hacía referencia a diversos estudios
en donde se indicaba que ser feliz es la llave maestra para que las personas sean más
productivas.

De acuerdo con un estudio de la firma Talent Management Consulting, las personas con
niveles altos de dopamina y serotonina (generalmente vinculados con estados de felicidad)
aumentan su capacidad cerebral en 100% y en igual porcentaje su productividad. De igual
forma, el estudio “Global Workforce Study”, realizado por Towers Watson, presentó una
estadística que indica que para 72% de las personas es más fácil comprometerse con su
trabajo si considera que su superior es eficaz.

Parece que defender la importancia de la felicidad en el entorno del trabajo, partiendo


únicamente de su posible beneficio en el desempeño y productividad del individuo es una
postura débil y reduccionista.

Carlos Llano, fundador del IPADE, pensaba que la importancia de promover entornos
donde el colaborador encuentre en su trabajo diario un cauce hacia la felicidad deberá partir
en últimas instancias de la visión, valores y sentido de servicio que tengan los líderes de la
organización.

Los detractores que parten de la premisa de que “mientras más presiono al colaborador,
más produce”, claramente tienen una visión reduccionista del hombre, siendo éste un
recurso más dentro del proceso productivo. Por tanto, promover ambientes que faciliten la
felicidad en el trabajo se vuelve un acto de congruencia por parte del líder.

De la intención a la acción

Partiendo de que el líder desea trabajar por el bienestar y felicidad de sus colaboradores, la
inquietud inmediata es por dónde empezar. Cuando hablamos de felicidad en el trabajo, la
mayoría de las personas la vinculan con atributos que la conforman. Boston Consulting
Group propone 10 factores que promueven la felicidad en el trabajo:

1) Reconocimiento por el trabajo.

2) Buena relación con colegas y pares.

3) Balance vida-trabajo.

4) Buena relación con superiores.

5) Estabilidad financiera de la empresa.


6) Aprendizaje y plan de carrera.

7) Seguridad en el empleo.

8) Salario atractivo.

9) Contenido de trabajo interesante.

10) Congruencia con los valores organizacionales.

Si estos factores son tan claros, ¿por qué en nuestro país seguimos teniendo en muchas
empresas altos niveles de insatisfacción laboral?. El reto está en lograr el compromiso por
parte de los líderes para cuidar que estos factores realmente se vivan en sus organizaciones.

¿Felicidad en el trabajo?… ¿Qué?, ¿de qué estás hablando? Podemos hablar de felicidad por
un lado y de trabajo por el otro, pero estas dos palabras en la misma oración hacen corto
circuito. Ser feliz en el trabajo es imposible… ¡Es trabajo! A la felicidad la dejamos en la
puerta de entrada a la oficina -junto al reloj checador- y la recogemos al salir.

Existe la idea generalizada de que el trabajo es una obligación con la que tenemos que cumplir
para ganarnos la vida y que no tiene que gustarnos. El trabajo es algo que se tolera solamente.
Vivimos esperando con ansias los viernes y el domingo en la tarde empieza a recorrernos una
especia de desánimo y pesadez que anuncia la próxima llegada del odiado lunes.

A mí me parece que esta manera de pensar es desgastante y un cambio de enfoque nos vendría
bien. Hoy me gustaría compartir contigo algunos conceptos interesantes que ha encontrado
la ciencia con respecto a la importancia de ser feliz en el trabajo.

El trabajo es fundamental para nuestro bienestar. Gallup, una empresa estadounidense


que realiza encuestas de opinión en todo el mundo, se dio a la tarea de investigar qué explica
el bienestar de una persona. Los resultados de encuestas en más de 150 países permitieron
identificar 5 elementos del bienestar que son universales: bienestar en el trabajo, bienestar
social, bienestar financiero, bienestar físico y bienestar en la comunidad. Y, ¿quieres saber
cuál de estos 5 elementos salió como fundamental? El bienestar en el trabajo.

¿Por qué?

Por un tema de identidad y otro de tiempo. Nuestro trabajo en gran parte nos
define. Cuando nos preguntan y “¿Qué haces?” o “¿A qué te dedicas?”, respondemos justo
lo que hacemos en el trabajo. Es parte de lo que somos y en buena medida determina la
calidad de nuestras vidas.

Dónde vivimos, los amigos que tenemos y las oportunidades que se nos presentan están
altamente influenciadas por el trabajo que hacemos. Por otro lado, en la oficina o en el lugar
de trabajo es donde pasamos la mayor parte del tiempo. Es donde estamos de 9:00 de la
mañana a 5:00 de la tarde -si bien nos va- cinco días a la semana, cincuenta semanas al año
durante unos 40 años.

Cuando nuestro trabajo no está alineado con lo que disfrutamos haciendo se generan
problemas en otras áreas de nuestras vidas. ¿Has tenido un mal día o una mala racha en el
trabajo?, ¿cómo llegas a tu casa? o ¿cómo llega tu pareja a la casa después de un pésimo día
en la oficina? Los costos físicos y mentales de la frustración y el estrés profesional pueden
ser muy altos.

Estudios sobre satisfacción en el trabajo muestran que los daneses son la fuerza laboral
más feliz del mundo. Incluso tienen una palabra especial para referirse a la felicidad en el
trabajo: Aberjdsglaede. Para la mayoría de los daneses, el trabajo no es únicamente un
medio para ganar dinero, sino una fuente de satisfacción personal. En Dinamarca existe una
filosofía de trabajo basada en felicidad y la expectativa es pasarla bien. ¿Qué pasaría si
cambiáramos nuestra manera de pensar con respecto al trabajo y en lugar de verlo como un
mal necesario lo viéramos como un espacio donde podemos aprender, desarrollar nuestras
habilidades y pasarla bien? Me parece que los lunes dejarían de ser tan tenebrosos.

Otro concepto interesante detrás de nuestras ideas sobre el trabajo tiene que ver con la
relación entre el éxito y la felicidad. Si ponemos atención a las personas que nos rodean y a
nuestros estilos de vida es posible observar que la mayoría funcionamos bajo la lógica de la
siguiente fórmula: el éxito lleva a la felicidad. En otras palabras, tenemos que ser exitosos
para ser felices.

Si estudiamos mucho, trabajamos duro y competimos fuerte seremos exitosos y cuando


seamos exitosos, entonces seremos felices. Cuando gane más dinero, cuando me suban de
puesto, cuando me gradúe, cuando me cambie de casa, cuando tenga un mejor carro, cuando
me case, cuando adelgace voy a ser feliz. Este patrón de pensamiento explica en buena parte
lo que nos motiva en la vida y nuestra manera de vivir. Estos atrapados en la “trampa del
cuando”.

El problema es que esta fórmula no funciona muy bien. Shawn Achor, experto en felicidad
en el trabajo, argumenta que si el éxito causa felicidad entonces cada persona que recibe una
promoción o un aumento de sueldo, cada estudiante que es aceptado en una universidad o
cualquier persona que ha alcanzado una meta debería ser feliz.

Pero sucede que cuando alcanzamos una meta inmediatamente ponemos otra más alta y
nuestra definición de éxito se vuelve más exigente. Al final parece que la felicidad nos
queda siempre un paso adelante. Siempre a la vuelta de la esquina.

La ciencia nos dice que la fórmula está al revés: felicidad primero, éxito después. No es
que la fórmula tradicional no sirva. Después de todo es el patrón que hemos venido siguiendo
y ahí la llevamos. Pero esta nueva fórmula es mucho más eficiente y genera menos fricción.
¿Por qué? Porque cuando nos sentimos bien tenemos acceso a nuestros recursos de mejor
calidad, funcionamos mejor y ser exitosos se vuelve más fácil. Si quieres conocer un poco
más sobre las ventajas de la felicidad sigue este vínculo.
Con lo anterior vale la pena reflexionar… ¿Me gusta mi trabajo o lo veo sólo como un medio
para ser exitoso y luego ser feliz? ¿Busco el éxito a costa de mi bienestar? Hay muchas
personas allá afuera con carreras muy exitosas que no disfrutan lo que hacen y sufren las
consecuencias personales del desgaste. Trabajar en nuestra felicidad primero es una buena
idea pues alcanzar el éxito se hace más probable.

Por último… Ser feliz tiene ventajas en el trabajo. Los empleados relativamente más felices
reciben mejores evaluaciones en sus reportes de desempeño, tienen mayores sueldos y son
promovidos más rápido. Desarrollar la habilidad de ser feliz es una excelente idea si quieres
crecer dentro de tu organización pues resalta tus competencias. Te conviene.

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