Está en la página 1de 56
FHA DE BRUJAS CAPRICHOSAS Y HADAS DESENCANTADAS JOSEFINA HEPP Iacpan B® 220087 Rog ie ©2812 poe Lips lt 7s Irsergan R220) Sanne ile Desens eer ft es as, Derecho dell sey seas por Tess Eira Ze Fp. Tita pr Engrs Ei, SA ‘Los Conger P01, ee Teen #10740, Fc sI74, ml gageigan.e www ziese Sraego de Chie EL petzate pe er rem on to iene rhiodo tant por igi 80 retina ele depron, C1 Rem, een, ‘nomi oma degen, ‘nls zion dee Insc Sans hye SA. Choa Gn Ht, Seago de Che INDICE ‘UNA BRUJA CON UN CAPRICHO Una rareza de bruja Una carta inesperada Un caballero respetable Un plan perfectible Una novia encantadora ‘Unas brujas preguntonas Un cartero desencantado ‘Una tristeza incontenible Una pocién para olvidar UN HADA DESENCANTADA Un hada desgarradoramente gris “Ties dias para el desencantamiento En busca de la magia Nada se pierde con tratar Todo tiene color de hormiga Reconociendo los lugares favoritos Un hada encantadora 9 R 7 4 28 34 4l 45 52 63 68 7 83 93 99 ul UNA BRUJA CON UN CAPRICHO Una rareza de bruja En uno de esos barrios sin edificios que todavia quedan en cada ciudad, rodeada de casas de muros altos y jardines escondidos, vivia, para gran desco- nocimiento de sus vecinos, una bruja. Esta bruja, que amaba todo Jo bello, era una rareza, tuna pieza de cristal refulgiendo en el fondo de un saco de carbén molido. Sus frutas preferidas eran las muttillas y [as uvas moscatel rosadas. Su sabor favorito, el de los mangos, el cacao y el pistacho. Su paisaje més querido era el de un atardecer con vista una cordillera; y las flores que ms le gustaban eran Jas més bellas que hubiera en ese momento. Se movia por la vida dependiendo del ritmo y la iisica de las cosas. Si una silla chirtiaba al moverla no sc sentaba, Si el viento galopaba en una noche de tormenta contra la ventana, ella se ponfa contenta. Si en una novela romantica un amor quedaba trunco, abandonaba el libro en el acto. Se tefifa alternativamente la gran cabellera negra y granatc, Se cepillaba las pestafias cada mafiana. Y la vor la enfa entrenada para cantar a todas horas, aunque los gavos alegaran “La belleza es una responsabilidad”, solfa decirse, “un deber de ciertas almas sensibles”, Ella misma, que se consideraba una maestra en ese aspecto, tomaba tan en serio aquella tarea que muchos afios atrés habia decidido enclaustrarse en sti casa a producir beldades; pues no queria contaminarse con los feos problemas del mundo, Hubiera puesto tn cartel en el portén que dijera “Prohibido ingresar problemas”, sino fuera porque la palabra “problemas” le resultaba terriblemente desagradable. Y porque ademds no era necesario; nadie ingresaba En las ocasiones en que salfa a sacar la basura, se tapaba los ojos y la nariz para evitar todo contacto ingrato. Y una ver de vuelta en la casa, en su bella casa con ventanales de colores, suspiraba con alivio. Porque ahi todo era tan bello: las escaleras de caracol, la jaula dorada de los canarios dorados, la limpara de ligrimas gigantesca, el piano de cola que nadie més tocaba, su cama envuelta en velos y mantas traidas desde lejos, a cocina reluciente, intacta. Y solitaria, A veces, en especial cuando afuera habfa luna nue- va, se sentaba en la banqueta del piano con la frente sobre las teclas blaneas y negras y se ponia a llorar. su santuario. 0 DE BRAS CAPRICHOSASY HADAS DESENCANADAS. Después de un rato iba a verse al espejo. “Mi tris- teza también es bell”, decidia, conmovida. Ensayaba poses y gestos tristes y sentadores. En esas nochese era dificil concliar el suefio, Preparaba jalea de frambuesas para comerla con leche condensada en la cama hasta hartarse. Encendia la televisién para no tener que pensar por qué lloraba, para distraerse con las cosas que pasaban por bellas en pantalla. Ala mafiana siguiente ya no podia recordar quéla hhabia puesto triste. Cada despertar le parecta brillante, “:Qué haremos hoy, queridos?”, preguntaba a sus canatios dorados. Ellos le respondian con melodias acordes. “Creo que arreglaremos las matas de chil- os albos”, decfa un dia, y partian los tres al jardin silbando, Otras veces eran las esculturas de hielo que ecesitaban frio, o las fuentes de chocolate que se habjan atascado, o los escarabajos de San Juan que fequerian lustre. A todos atendia la bruja. Y si el dia habia sido bueno, la bruja sofiaba con ‘mariposas posindose sobre las lores; y si el dia habia sido malo, sofiaba con moscas nadando en su sopa. Y si habia luna nueva, y el tic-tac del reloj se ofa muy fuerte retumbaba en la casa, la bruja no sofaba, sino que se ponia a llorar. ut Una carta inesperada. ‘Una mafiana a eso de las once, después de Ja ducha con agua de lavanda y el desayuno con huevo fritoy mandarinas, la bruja escu- ché algo que la dejé perpleja. Fra el timbre que sonaba una y otra vez. Los canarios la miraban expectant Sali6 al jardin y miré hacia todos lados. “No pucden ser los de la basura”, se dijo, “ellos jamis to las bolsts en el buzin”, Pero como segufan insistiendo, abrid lentamence el portén y pestafied un par de veces a un hombre que solo dejaba ver su silueta, 12 nel timbre, saben que les dejo ? —pregunt, tratando de sonar serena, Soy el cartero se presents él-. Disculpe, pero su buzén esta tapado de bolsas de basure. —aAh, si? yo tengo una carta para usted, ~{Una carta? -exclamé, sorprendida-. No puede ser. Yo no recibo cartas, {Est seguro de que es la direccién correcta? Fl hombre no respondié sino que, observando por un brevisimo segundo su bata de algodén, se permi- tié una inclinaci6n de cabeza y desaparecié sin m: La bruja, aturdida, cerré el portin y volvié a su casa con la carta en la mano, La diteecién estaba bien, pero no se decidia a abrirla, Hacerlo significaba abrir un mundo de posibilidades inciertas; hacia afios que no tenia contacto con el mundo exterior. Pasé toda a tarde con el corazén optimido. Ni siquiera el & con miel le parecié due, Al fin, al caer la noche, rompié una esquina del sobre, Adentro habia un papel blanco y grueso. “Los papeles blancos traen peores noticias que los papeles decolores”, pensé, aunque sin ningdn fundamento, Pero lucgo, al tomar Ia carta y moverla capté un reflejo de luz, y el papel brill6 como si hubiera sido 4 DUBICTAS CAFMIHOSNS YHANAS CUSERCANTANS de seda, “Un papel can bello no puede decir nada malo”, reflexion6, y sin dudaslo ris rompié el resto del envoltorio. El contenido decia: Tu hermana, la bruja Melisa, te invita a su ma- srimonio con el senor Juan El Terrible. Esperamos tw confirma y un vegalo a la siguiente direcién: Parcela Los Tervibles, sin niimero, Sur del Mundo. Yabajo, una postdata: Invitacion para ti + I {Tan tipico de su hermanal ;Venir a mandar esta invitacién, como si esperara de verdad que ella saliera al exterior para asistir a su boda! Y si lo hiciera, si considerara hacerlo, za quién iba a invitar? ;Y la letra, tan espantosamente cursil Realmente a su hermana en vez de llamarla Melisa, deberfan haberla llamado Insoportable. Bien le venia casarse con un Terrible. Esa noche la bruja no durmié bien. Soid que su hermana la obligaba a vestirse con un vestido horripilante lleno de vuelos y lentejuclas y peonias. Las peonfas en realidad estaban bien, pero no en esa profusién de encajes y brilles. Y peonfa es un 18 nombre tremendamente feo para una flor. ¥ el viaje en escoba la despeinaba de manera dramdtica, Esto pensaba la bruja mientras sofiaba. Despert6 agotada. Todo el dia estuvo dindole vueltas al asunto: Salir de casa; contaminar sus zapatos; posiblemente manchar su vestido con grasa; tener que hablar con mucha gente, no necesariamente bella; tener que olera mucha gente, no necesariamente olorosas tenct que ofr a mucha gente, con quizés qué dramas; ver a Melisa mds bonita que ella; dejar a sus canarios en asa; sufrir la vergiienza de no tener parejas no tocar piano en todo un dia; volver a su casa a quizds qué hora; eso en caso de que pudiera volver... 2¥ si no encontraba el camino de vuelta? En este punto la bruja se desesperd. Tomé tres batios extras de lavanda y murtilla, y un montén de agiitas de boldo con maqui, para calmar la ansiedad y el dolor de cabeza, Los canarios no fueron de gran ayuda, En su jaula dorada, igual de inquietos que ella, lanzaban suspiros y dejaban caer sus plumas y tras cosas menos graciosas. Pero habia que tomar una decisién. Una vez que lo hiciera, se sentirfa mejor. ;Tal vex mandar un 16 regalo enorme para que los novios no se ofendieran por su ausencia? Un abanico de plumas de patina, © mejor, una parina con un par de abanicos. O el tesoro de Juan Fernandez: la tiltima semilla del sén- dalo extinto, O una bandada de picaflores enanos con su respectivo jardin de flores rojas y meladas, y la instruccién precisa de buscar néctar a toda hora. Si, algo asi sera satisfactorio, Sin embargo, no estaba tranquila, Por muy inso- portable que fuera Melisa, era sw tinica hermana. No se veian hace aftos, pero gcémo iba a perderse su ‘matrimonio? Cémo iba a perderse la cara de sorpresa de los otros invitados al verla Megar tan bella? ;Tan 2 bella y tan exitosa en la vidi Y un plan comenzé a fraguarse en su cabecita azabache. Un caballero respetable ‘Tendrfa que ir al mattimonio. Eso ya supondria laro que se trasladarfa de una un esfuerzo colos: manera eficente e impermeable y no habria posibilidad de contaminarse por el camino, En la fiesta, harfa su aparicién, conversaria un poco y luego se marcharfa, como hacen las estrellas, Por supuesto, tendria que ese 8 verse despampanante; eso no seria tanto esfuerzo. Y tendrfa que conseguir un hombre que la acompafiara. :Dénde encontraria a ese hombre? Atento, apuesto, amigable, adinerado. La bruja sonrié para s{ misma. Un hombre asi seria una joya. Laenerada de ambos seria tan espectacular quela gente olvidaria hablar. Por un minuto, reinarfa el silencio, mientras ellos descenderfan por las escalas de mérmol acompafiados solamente de un violin solitario. Eso, suponiendo quc hubiera escalas anchas de marmol en cl lugar del evento. La bruja sacudié sus pensamientos, fastidiada. No le extrafarfa que a su hermana se le

También podría gustarte