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Original: español

DESINFECCIÓN SOLAR

Lydia G. Márquez-Bravo
Instituto Mexicano de Tecnología del Agua
Paseo Cuauhnáhuac 8532, Jiutepec, Mor. México

RESUMEN

Se analizan algunas alternativas de bajo costo para la


desinfección del agua mediante energía solar,
principalmente aquellas cuyo uso es factible en
comunidades rurales. Estas alternativas se dividieron en
procesos térmicos y fotoquímicos y se presentan las
ventajas y limitaciones de cada uno de los métodos. Se
incluyen también resultados de la eficiencia de los
procesos de desinfección mediante el uso de un
colector solar plano, así como de bolsas y envases de
polietileno, frascos de vidrio expuestos directamente al
sol. Los resultados de la evaluación de un prototipo
demostraron que el proceso es útil aún en días
nublados pues depende más de la cantidad de
radiación total que de la radiación directa únicamente.

1. Introducción

La desinfeccion es el proceso que se lleva a cabo para eliminar o controlar los


microorganismos en el agua que pudieran afectar negativamente su calidad,
causando, entre otras cosas, enfermedades debidas a la actividad microbiana.
Debe notarse la diferencia entre desinfección y esterilización, la cual destruye
todos los organismos (Hooper, 1987)

La desinfección implica la exposición de los microorganismos a condiciones físicas


o químicas a fin de destruirlos o detener su crecimiento. En realidad, lo que se
observa son poblaciones de organismos y no indiviudos y esto resulta en un efecto
cinético en términos de la tasa de mortalidad, donde el criterio de muerte de un
microorganismo es la pérdida irreversible de la habilidad para reproducirse
(Hooper, op. cit.)

Hasta hace poco tiempo se consideraba que para establecer la calidad


bacteriológica del agua era suficiente con determinar la cuenta de organismos
coliformes totales y fecales. Sin embargo, se ha encontrado que existe una escasa
correlación entre la presencia de estas bacterias con la de otros organismos
patógenos. En 1986, en Estados Unidos de Norteamérica, las reformas al Acta del
Agua Segura para el Consumo (SDWA, por su sigla en inglés), fijaron como
objetivos adicionales de la desinfección, antes de la distribución, los siguientes
(Smith et al., 1991).

• Asegurar la inactivación del 99.9% (3 log) y 99.99% (4 log) de quistes de


Giardia lamblia y virus entéricos, respectivamente.
• Asegurar el control de otros microorganismos dañinos.
• No impartir toxicidad al agua desinfectada.
• Minimizar la formación de subproductos indeseables en la desinfección.
• Cumplir con los niveles máximos de contaminantes para los desinfectantes
utilizados y los subproductos que pudieran formar.

La difusión de métodos alternativos como la adición de sustancias químicas, el


tramiento con ozono o luz ultravioleta, la ebullición y algunos tipos de filtración se
ve limitada debido a los problemas asociados con la confiabilidad, operación,
mantenimiento, costos, sabor resultante y particularmente, en el caso de la
ebullición, la disponibilidad de fuentes de abastecimiento de combustible. Uno de
los métodos más simples y menos costosos de proveer de agua segura para el
consumo humano a las comunidades rurales es el uso de la radiación solar para
inactivar bacterias y otros patógenos.

En este documento se presentan algunas de las aplicaciones del uso de la energía


solar para la desinfección del agua de consumo humano en comunidades rurales.
Estas aplicaciones se han dividido para su presentación en fototérmicas, es decir,
en las que se utiliza la radiación infrarroja del espectro y fotoquímicas, en las que
el efecto se debe principalmente a la radiación ultravioleta. Aunque se presentan
varios métodos de desinfección solar, el énfasis es en aquellos cuya eficiencia ha
sido probada en el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA). La selección
del o los métodos a utilizar dependerá del sitio donde se pretenda implantar.

2. Procesos térmicos de desinfección

Las altas temperaturas tienen un marcado efecto sobre todas las clases de
microorganismos. A altas temperaturas las células vegetativas mueren debido a la
desnaturalización de las proteínas y la hidrólisis de otros componentes. En el
agua, las bacterias mueren entre los 40 y los 100ºC, mientras que las algas,
protozoarios y hongos lo hacen entre los 40 y los 60ºC. Las esporas requieren
condiciones de calor mucho más rigurosas para destruirse: 120ºC en calor húmero
(vapor) durante 20 min o 170ºC en calor seco durante 90 min, (Hooper, 1987)

2
2.1 Ebullición

La ebullición es uno de los métodos más eficaces y accesibles para la


desinfección del agua. A pesar de esto, su uso en el medio rural está restringido
por la creciente escasez de combustible, principalmente leña. En 1987, el
consumo total de leña en el medio rural en México fue de 15.69 millones de
toneladas, cuyo uso se destinó principalmente a la preparación de alimentos y al
calentamiento del agua como segunda prioridad (SEMIP, 1988). Desde el punto
de vista ambiental, se espera que las restricciones en contra del uso de la leña
aumenten para prevenir una mayor desforestación, sobre todo en las zonas con
problemas agudos de erosión.

Un estudio económico determinó que, a pesar de su efectividad, la ebullición del


agua como método normalizado para asegurar la calidad del agua de consumo es
una opción económicamente poco factible para la mayoría de las familias rurales
en los países en desarrollo (Gilman, 1985).

Es en estos lugares donde es posible recomendar el uso de la energía radiante del


sol en el proceso de desinfección. Como se menciona más adelante, existen
varios métodos mediante los cuales es posible llevar el agua a punto de ebullición
y por lo tanto desinfectarla.

Cualquiera que sea el método que se utilice para hervirla, es necesario que el
agua esté de preferencia filtrada para eliminar la mayor cantidad posible de carbón
orgánico disponible que puede favorecer la recontaminación. Asímismo, deben
observarse las siguientes recomendaciones:

1 El agua debe hervirse en un recipiente tapado.


2 El agua no debe hervir menos de 5 minutos ni más de 15, contados a partir
del inicio de la ebullición vigorosa.
3 Debe evitarse la aereación posterior, es decir, la práctica de vaciar el agua
de un recipiente a otro varias veces, ya que puede recontaminarse.
4 Una vez hervida, el agua debe dejarse enfriar y vaciarse directamente al
vaso o recipiente para su consumo. No deben introducirse recipientes dentro
del agua hervida.
5 El agua hervida debe consumirse dentro de las siguientes 24 h y desechar el
sobrante.

2.2 Pasteurización

La pasteurización es un tratamiento complementario en el saneamiento, cuya


relación de tiempo/temperatura conduce a la destrucción de gérmenes patógenos
que pudieran estar presentes en el agua. Este proceso destruye los organismos
coliformes y otras bacterias no termorresistentes. Afortunadamente, la mayor parte
de los patógenos se encuentran en este grupo. No obstante, la susceptibilidad al
calor se encuentra condicionada también por otros factores como la concentración
de células presentes, su estado fisiológico y otras.

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Se ha observado que al calentar el agua por arriba de los 62.8ºC durante 30
minutos ó 71.7º durante 15 segundos son suficientes para remover las bacterias,
rotavirus y enterovirus transmitidos por el agua contaminada. Asimismo, los
quistes de Giardia lamblia que generalmente son resistentes a la cloración, se
inactivan fácilmente a 56ºC durante 10 minutos, mientras que el punto térmico de
muerte de los quistes de Entamoeba histolytica se ha fijado a los 50ºC (Ciochetti,
1984).

2.2.1 Pasteurización utilizando calentadores solares

En el medio rural la pasteurización puede llevarse a cabo en calentadores solares


o en estufas solares. El uso de estos equipos representa varias ventajas:

• no depende de los energéticos convencionales cuyo costo se incrementa con


la creciente demanda;
• evitan el uso de sustancias químicas tóxicas;
• requieren de equipo relativamente sencillo y de bajo costo que se recupera
rápidamente y proporciona agua potable durante muchos años;
• su uso no deteriora el ambiente.

En 1992, en el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) se evaluó la


eficiencia de uno de estos calentadores como método de pasteurización para el
agua de consumo en el medio rural. El equipo probado fue un calentador solar
comercial, compuesto por un colector de aproximadamente 2 m2 de polietileno de
baja densidad, con marco de aluminio y cubierta de vidrio de 3mm. El colector está
formado por 36 tubos, también de polietileno de baja densidad, color negro, de
1.56 cm de diámetro interior, soldados a dos tubos cabezales de 2.0 cm de
diámetro interior y que almacenan aproximadamente 15 Lde agua en proceso de
calentamiento. Este colector está conectado por medio de tubos del mismo
material, a un tanque-termo hecho de plástico, fibra de vidrio y aislado con
espuma de poliuretano, con capacidad de 200 L para almacenamiento del efluente

El principio de funcionamiento de estos sistemas es conocido como circuito


convectivo o calentador solar pasivo, donde el calor de la radiación solar es
absorbido por los tubos negros lo que causa un incremento en la temperatura del
agua dentro del conector y una consecuente disminución en la densidad de ésta.
En estas condiciones la columna de agua fría en la tubería de retorno al colector
ya no queda equilibrada por la columna de agua caliente menos densa, por lo que
la gravedad origina que la primera baje y desplace a la última hacia el tanque.
Esta circulación natural conocidad como “termosifón” continúa mientras exista
suficiente calor para aumentar la temperatura del agua y la fuerza de empuje
resultante pueda vencer la caída de presión en el sistema (figura 1) .

4
Tanque
Colector

Efluente
Colector
Solar
Influente

Figura 1. Esquema de un termosifón para calentamiento de agua.

El equipo resulta relativamente fácil de instalar o adaptar a cualquier instalación


existente. Únicamente se requiere que el tanque colector del agua caliente se
eleve aproximadamente 60 cm por arriba del punto más alto del colector. No
requiere de una presión determinada para su funcionamiento, es suficiente con
que el tanque de alimentación de agua se coloque junto al colector, lo que hace
atractivo su uso en lugares donde no se cuenta con agua entubada. El colector
debe colocarse con una inclinación aproximada a la de la latitud del lugar (en
México, entre los 15 y los 35º) y orientado hacia el sur geográfico.

El mantenimiento se limita a mantener la cubierta del colector libre de toda


suciedad ya que se reduce la cantidad de radiación que llega al colector. La
frecuencia de limpieza dependera del grado de contaminación atmosférica. Las
cubiertas de acrílico no se recomiendan pues se deforman y rayan fácilmente.

Cuando un calentador solar se utiliza con fines de desinfección, la eficiencia


depende directamente de la temperatura que alcance para llevar a cabo el
proceso de pasteurización. Con base en los datos experimentales, se determinó
que el agua alcanza su máxima temperatura entre las 14:30 y las 15:30 h, por lo
que se debe recomendar al usuario que evite en lo posible, drenar el tanque antes
de esta hora para aumentar así el tiempo de residencia del agua en el equipo
(Márquez, 1994) .

En los datos experimentales, se observó también que en un 99% de los casos, la


remoción de coliformes es total para temperaturas del efluente mayores de 55ºC.
Sin embargo, por razones de seguridad, es conveniente dejar un margen y
establecer los 60ºC como la temperatura mínima de desinfección.
En la figura 2 se presenta gráficamente el comportamiento del agua del calentador
bajo diferentes condiciones climatológicas y se observa que en días soleados es
posible alcanzar temperaturas máximas de 69ºC, mientras que en los días
nublados las máximas temperaturas fueron de 54ºC, por lo tanto, en un días

5
oleado se pueden obtener aproximadamente 150 Lde agua con temperaturas por
arriba de los 55ºC (Márquez, op cit.).

70

65
Día Nublado

Temperatura del agua (°C)


60
Día Soleado

55

50

45

40

35
0 20 40 60 80 100 120 140 160 180 200

Volumen extraido (L)

Figura 2. Variación del volumen de agua caliente disponible en función de la


temperatura ambiente en un dia soleado y otro nublado.

Desde el punto de vista económico, se determinó que la inversión inicial por el


costo del equipo ($350.00 dólares aproximadamente, a precios actuales) se
recupera rápidamente durante los primero años de su uso.

Considerando que estos equipos no fueron diseñados para este fín, no hay forma
de conocer si la temperatura alcanzó el punto de pasteurización, por lo que
resultaría en este caso conveniente, el diseño sugerido por la Universidad de San
Luis Potosí, en el que se instaló un termostato acoplado a una válvula que
únicamente permite el paso del agua a una tempratura mayor de 60ºC. Así, el
agua caliente se utiliza con un doble fin; por un lado, el agua muy caliente pasa a
un depósito destinado para el agua de consumo, mientras que la otra parte del
efluente menos caliente queda disponible para uso doméstico.

Existen en el mercado calentadores solares más sofisticados con colectores de


doble cubierta de vidrio y tubos aleteados de cobre con superficies selectivas para
captar mayor cantidad de energía solar y convertirla en calor útil, algunos incluso
alcanzan temperaturas del agua de más de 90ºC e incluso la vaporizan. No
obstante, es necesario evaluar si las condiciones climatológicas del lugar justifican
la inversión, de otra manera pueden utilizarse equipos menos eficientes pero
también menos costosos.

2.2.2 Pasteurización utilizando estufas solares

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El primer reporte sobre el uso de las estufas solares data de hace más de
doscientos años (Blum, 1992). Ahora, muchos años después, los fabricantes han
diseñado variaciones que se utilizan en todo el mundo para cocinar y hornear. En
muchos países en desarrollo, especialmente en lugares donde la desforestación
es un grave problema, los hornos solares son la única opción que tiene la
población para cocinar sus alimentos y pasteurizar el agua de consumo (Skiar,
1991).

El uso de la energía solar en la pasteurización de agua de río contaminada se


demostró hace más de 15 años. Mediante el uso de estufas solares, es posible
desinfectar el agua contenida en envases de vidrio oscuros en una o dos horas
(Ciochetti, 1984). Las bacterias coliformes del agua de río se inactivan a
temperaturas superiores a los 60ºC, mientras que en las estufas solares el agua
puede alcanzar hasta 90ºC (Blum, 1992). En la India, es posible mantener el agua
en ebullición durante cinco horas dentro de una estufa solar (Mishra, 1985).

Además de las ventajas implícitas en la prevención y el control de las


enfermedades ocasionadas por el consumo de agua contaminada, el uso de las
estufas solares representa algunas otras como:

• No consumen leña por lo que ayudan a evitar la desforestación y la erosión en


las zonas rurales. Se ha calculado que para llevar a punto de ebullición un litro
de agua, se necesita aproximadamente un kg de leña.
• Tampoco consume combustibles fósiles. Esto es especialmente útil en el medio
rural donde el suministro de gas resulta problemático.
• No emiten humo como los fogones abiertos que causan enfermedades
respiratorias.
• No son costosas y resultan fáciles de construir
• Para casos de desastres, donde quiera que la electricidad, el gas, la madera o
el agua no se encuentren, la estufa solar resulta muy útil.

Desafortunadamente, también existen algunas desventajas que deberán tomarse


en cuenta:
• Son dos veces más lentas que una estufa convencional
• No pueden utilizarse en días nublados o lluviosos.

Principio de funcionamiento. Una estufa solar se compone de un par de cajas que


pueden ser de cartón, una dentro de la otra, que sirven para atrapar el calor del sol
y utilizarlo, en este caso para calentar el agua (figura 3). El principio consiste en
aprovechar el calor que llega del sol por radiación atrapándolo en el interior de la
caja pequeña y evitando que salga por medio de una cubierta transparente que
generalmente es de vidrio. Este calor es transferido con conducción a través de
las ollas de metal hacia el agua contenida. Es conveniente utilizar un reflector que
ayude a dirigir más los rayos solares hacia dentro de la caja y así mantener el
calor. El uso de reflectores disminuye aproximadamente un 35% el tiempo del
proceso (Mishra, op. cit.)

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Figura 3. Esquema de una estufa solar

El espacio libre que queda entre las dos cajas se rellena con un material aislante
que pueden ser bolas de papel periódico, hule espuma, etc. La parte interior de la
caja pequeña se recubre con un material reflejante como papel aluminio. En el
fondo de esta caja se coloca una laminilla de color negro. También es conveniente
que las ollas de metal se pinten de negro o se ahumen para que absorban más
calor. De preferencia deben utilizarse ollas metálicas. Las ollas de barro no son
muy recomendables porque este material es aislante pero también conserva más
el calor. Si se dispone de tiempo (más de 6 h) de sol pueden utilizarse sin
problema.¡Error!Marcador no definido.

Construcción: se necesita una caja chica de madera o cartón, de 55 X 45 X 25 cm


y otra mas grande de 60 X 50 X 30 cm. Las medidas pueden variar un poco pero
se debe procurar dejar 5 cm de espacio libre entre las dos cajas para el material
aislante. La caja grande se debe forrar con algo que la mantenga seca, como
pintura de aceite, cera, aceite, fibra de vidrio, etc.

Antes de ensamblar las cajas, se fijan unos cubos de 2 ó 3 cm de alto en la base


de la caja grande que servirán de soporte para la caja chica. Estos pueden ser
pequeños cubos de madera o de cartón pegados. Los huecos se rellenan con el
material aislante. La tapa de la caja grande sirve como reflejante una vez forrada
de papel aluminio y también necesitará un soporte para evitar que el viento lo
mueva. Este soporte puede ser una tablilla de madera. Se coloca la tapa
transparente sobre la estufa, preferentemente de vidrio transparente de 3 o 4 mm.
Una vez terminada, la estufa solar se coloca en el exterior de la casa con el
reflector orientado hacia el s
ur.

En un día soleado se pueden desinfectar 4 L en 3 horas aproximadamente,


(Aguilar, 1992). Para mantener limpia el agua es conveniente dejar el agua en el
mismo recipiente cubierto hasta que se vaya a usar.

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Los recipientes, ya sean de cristal o de metal, de un litro o menos de capacidad,
son mejores si se pintan de negro por fuera. No es conveniente usar materiales
plásticos porque se derriten con las temperaturas altas. También la leche de vaca
y la de fórmula para niños se desinfecta a una temperatura de 71°C. Alcanzar esta
temperatura es un proceso lento y puede cambiar un poco el sabor de la leche,
pero es un procedimiento seguro para combatir los patógenos, (Aguilar, op. cit. ) .

En el IMTA se realizaron algunas pruebas preliminares durante 20 días del mes de


noviembre de 1992. Se utilizó una caja de cartón forrada, tanto en el interior como
en el exterior con papel aluminio y una cubierta de vidrio de 3 mm. Dentro de la
caja se colocó una olla de aluminio delgado pintada de color negro mate con 7 L
de agua que se contaminó con un 1 L de un efluente somero que atraviesa las
instalaciones. El período de exposición fue de 5 horas (entre las 10 y las 15 h).

La temperatura promedio que alcanzó el agua durante el período de pruebas fue


de 55.6°C, con un máximo de 60.5°C y un mínimo de 50°C, mientras que la
temperatura ambiente promedio fue de 28°C. En todos los análisis realizados la
remoción de bacterias coliformes totales y fecales fue del 99.9%.

Debe considerarse que estos resultados se obtuvieron en una caja sin aislante,
por lo que se prevé que la temperatura que es posible alcanzar sea mayor si se
utilizan las dos cajas. Con el fin de tener un margen mayor de seguridad, se
recomienda utilizar recipientes más pequeños, por ejemplo 3 recipientes de 2 L en
lugar de uno de 6 L. Es conveniente que antes de adoptar este método se realicen
algunas pruebas, tomando la temperatura del agua después de 4 ó 5 horas. Si el
promedio de temperaturas es en todos los casos mayor a los 60°C, el agua puede
consumirse. Si no es así, debe utilizarse para otros fines.

El mantenimiento de una caja solar también resulta muy sencillo, ya que


únicamente consiste en mantener limpio el interior, el vidrio y los reflectores.

Actualmente existen tres tipos básicos de hornos o estufas solares: los de caja, los
de reflector parabólico y los de reflectores múltiples. Por razones económicas, en
este reporte únicamente se consideraron los de caja.

Existen en el mercado, diseños más sofisticados como el horno solar portátil


fabricado por la compañía Burns de Milwaukee, EE. UU., hecho de fibra de vidrio,
que ya en sí es un material aislante, con cuatro reflectores de aluminio anodizado.
Sin embargo, su costo es bastante más alto y su eficiencia es ligeramente mayor a
la de una caja solar hecha de cartón.

2.3 Destiladores solares

Una de las aplicaciones térmicas de la energía solar que puede manejarse con
tecnología desde simple hasta muy sofisticada, es precisamente la producción de
agua potable a partir de agua de mar o de agua dulce con algún problema de
contaminación.

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El principio de operación de la desinfección del agua mediante energía solar es el
mismo que el que utiliza la naturaleza en el ciclo hidrológico: se evapora el agua
del embalse que tiene presencia de sales y se condensa en otra parte, donde se
obtiene agua purificada. Este proceso es fácil de lograr en lo que se conoce como
destilador solar o más correctamente como desalador solar.

El destilador solar se desarrolló inicialmente para utilizarse en islas y en general en


regiones áridas costeras para obtener agua potable a partir de agua del mar. Sin
embargo, en la búsqueda de tecnología alternativa para suministrar agua potable
a pequeñas comunidades y familias, el destilador solar resulta ser una buena
alternativa, no sólo para la remoción de sales presentes en el agua, sino también
para eliminar los microorganismos patógenos que ésta pudiera contener.

Los destiladores solares tampoco son inventos recientes. En 1847 se construyó en


Chile un gran sistema de destiladores solares para surtir de agua dulce la
operación de una mina de nitrato. El sistema operó con éxito al menos durante
cuarenta años, suministrando hasta 23 mil L de agua por día (Hermosillo, 1989).
En Baja California, México, en 1964 se construyeron dos plantas para producir
28.4 m3/dia. Este conjunto fue el más grande del mundo a la fecha de su
instalación y en 1989 había alrededor de 50 plantas desaladoras distribuidas en el
país. Los destiladores solares, también se utilizan como equipo normal en algunas
balsas salvavidas usadas para emergencias en alta mar, (Hermosillo, op. cit.).

Principio de funcionamiento: en un destilador solar se requiere de un elemento que


transforme la energía solar en un incremento de temperatura del agua para poder
evaporarla, es decir, un colector solar. La radiación visible e infrarroja es absorbida
por cualquier superficie de "color" negro mate. El acabado mate es usado para
lograr una mejor absorción y evitar pérdidas de una fracción de luz por reflexión.

En los destiladores solares más simples, el colector solar consiste en una charola
horizontal, de color negro, que contiene el agua que se quiere destilar, a la que se
le denomina destilando. La superficie negra de la charola absorbe la radiación
solar, lo que se traduce en un ligero calentamiento que inmediatamente se
transmite al agua. Así, a medida que el sol sube sobre el horizonte en la mañana,
el destilando va aumentando su temperatura hasta llegar a un máximo un poco
después del medio día para luego enfriarse al ir declinando el sol.

Para evitar la pérdidas indeseables de calor, es necesario que la charola esté


aislada térmicamente por la parte inferior. Un destilador bien aislado no debe
sentirse caliente por la parte inferior. El calentamiento del destilando produce un
incremento en su presión de vapor. Esta presión de vapor es mucho mayor que la
de las sales minerales, lo que hace que al calentar una solución, el agua se
evapore mientras las sales se retienen en la charola, por lo que se logra una
separación eficiente. Para facilitar la evaporación, conviene que el evaporador
tenga un área grande comparada con el volumen de destilando que puede
contener.

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Una vez que el agua, libre ya de sales, se encuentra en forma de vapor, es
necesario volverla a la fase líquida sobre una superficie limpia para después
extraerla del destilador. Esto se logra en lo que se conoce como el condensador y
generalmente es una cubierta de vidrio o algún otro material transparente
colocado sobre el evaporador a una distancia e inclinación adecuadas

Existen varios diseños de condensadores. El más simple consiste en un caseta de


vidrio de dos aguas, con una inclinación de alrededor de 20° con respecto a la
horizontal, lo cual permite que las gotas de agua condensada escurran hacia abajo
en donde se colectan en pequeños canales (figura 4).

Construcción: en un destilador solar, la charola o colector puede construirse de


diversos materiales que sean resistentes al agua y a la temperatura de unos 80°C.
Se han construido colectores-evaporadores de lámina de hierro, de plástico
reforzado con fibra de vidrio, de mampostería, de madera, de ferrocemento, etc.

El material más utilizado como condensador es el vidrio o algunos plásticos como


el acrílico, el polietileno, el polivinilo y el poliester, aunque estos últimos tienden a
degradarse más rápidamente por la radiación solar y a opacarse con el tiempo.

Los aislantes térmicos a los lados y abajo del destilador, son muy importantes.
Resultan muy útiles el corcho y las espumas sólidas de diversos materiales
plásticos como el polietileno, poliuretano y poliestireno. También son buenos
aislantes el aserrín (viruta de madera), la lana de fibra de vidrio, el cartón
corrugado y el papel en capas. Muchos sólidos no metálicos pueden funcionar
como aislantes y serán mejores en cuanto menor sea su densidad y mayor su
espesor.

a) Cubierta de vidrio c) Cubierta de plástico inflada

b) Cubierta de vidrio con reflector d) Cubierta de plástico en forma de V

Figura 4. Diagramas esquemáticos de diseños de


destiladores solares simples.

Para sellar algunas partes del destilador, especialmente las de vidrio, se utiliza el
silicón. El material de los ductos para llevar el agua destilada a algún recipiente o

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almacén también es importante y lo más recomendable para este fin parece ser la
tubería de cobre.

Alimentación del destilando: El destilador común de caseta destila, en días


soleados entre 3 y 5 litros diarios por cada metro cuadrado. Esto equivale a una
disminución en la profundidad del destilando de 0.3 a 0.5 cm/día, lo que implica
que la alimentación puede ser una vez al día. Esta forma de operación discreta o
por lotes es práctica cuando la alimentación se hace manualmente como se
plantea para un sistema rural familiar.

La función del destilador solar es la de retirar del agua contaminada (destilando)


las sustancias extrañas que contiene para obtener agua purificada (destilado).

Para darle al agua un sabor agradable es conveniente que el destilado se reciba


en una olla de barro perfectamente limpia. El agua deberá consumirse o
desecharse dentro de las 24 horas siguientes.

El Centro de Energía Solar de Florida publicó los resultados de algunos


experimentos en los que se comparan diferentes métodos para desalar agua para
consumo humano. Las conclusiones mencionan que los destiladores solares
simples resultan adecuados desde el punto de vista práctico y económico para
pequeñas instalaciones en lugares aislados, mientras que los procesos de
destilación multiefecto, destilación rápida de etapas múltiples, separación por
congelación, electrodiálisis y ósmosis inversa resultan más adecuados para
grandes instalaciones comerciales, (Block, 1989).

Este método de tratamiento se usa extensivamente en la India a nivel casero y


comunitario, por lo que diferentes instituciones en ese país se han dedicado a la
investigación del proceso, tanto desde el punto de vista técnico como económico,
(Gomkale, 1978). Durante estos estudios, se determinó que el período de retorno
de la inversión para un destilador solar rural casero es de 1.1 años (Kumar, et al.
1978).

2.3.1 Proceso combinado de precalentamiento y destilación solares.

El dispositivo propuesto por la Secretaría de Salud en México, está formado por un


depósito de alimentación de agua, un termosifón y un condensador y resulta útil en
lugares templados donde la temperatura no es suficiente para llevar a cabo el
proceso de condensación, entonces el termosifón calienta el agua antes de que
pase al condensador (figura 5)

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Dispositivo combinado de termosifón y destilador solares

Depósito de
alimentación
con agua

Termosifón

Llave de paso Termómetro


Condensador

Cubierta de
vidrio
Cubierta de vidrio

Depósito de recolección
de agua destilada
Charola
Charola de acrílico
(Recolectadora de agua destilada)

Figura 5. Dispositivo combinado de termosifón y destilador solares.

El termosifón es un gabinete de madera sellado y cubierto con dos vidrios


transparentes de 79 X 77 cm separados 2 cm entre sí. El colector está formado
por 17 tubos de cobre de l.5 cm de diámetro que se conectan a dos cabezales de
2.5 cm de diámetro uno inferior de abastecimiento y otro superior de salida. La
estructura se apoya en una charola de lámina y todo está pintado en negro mate.

El termosifón se conecta al condensador mediante una tubería de cobre de 1.25


cm y tiene una llave de paso que permite la regular el flujo que debe mantenerse a
razón de una gota por segundo.

El condensador es un gabinete de madera sellado herméticamente. En su parte


frontal tiene un vidrio transparente de 83 X 62 cm con una inclinación de 45°. El
agua proveniente del termosifón se colecta en una charola de lámina en la parte
inferior del condensador, donde se evapora al elevar su temperatura. El destilado
se recoge en una charola de 60 por 13 cm y tiene un orificio en el extremo que
drena al depósito de recolección.

Operación del dispositivo: La instalación debe hacerse en un sitio abierto


orientando las cubiertas del termosifón el colector hacia el sur. El depósito se llena
con 25 L de agua clara, de preferencia previamente filtrada. Se abre la llave de
paso y se deja fluir el agua al termosifón hasta la charola del condensador. Se
cierra la llave de paso y se espera a que la temperatura en el interior del colector
se eleve aproximadamente a unos 70°C. Para esto es útil colocar un termómetro
con escala -10 a 110°C. Se abre entonces la llave de paso y dejar fluir el agua del
termosifón a la charola del condensador y se regula a un flujo de una gota por
segundo en la charola del condensador. Durante la noche, se cierra la llave de
paso.

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3. Procesos fotoquímicos de desinfección

En 1979 en Beirut, Líbano, Acra y col. encontraron que la remoción de bacterias


coliformes totales y fecales era significativamente mayor al exponer a la luz solar
bolsas de polietileno conteniendo solución para rehidratación oral, comparada con
las muestras dejadas en habitaciones con luz artificial o en completa oscuridad
(Acra, et. al. 1980).

Tanto la radiación ionizante del tipo ultravioleta (UV) como la radiación


electromagnética de la luz visible son capaces de inducir daños a las células y
provocar su muerte. El efecto se basa en dañar las moléculas clave en las células
como los ácidos nucléicos, ya sea separándolos físicamente de tal forma que se
reproduzcan incorrectamente o por reacciones fotoquímicas que conducen a
errores en la subsecuente síntesis de proteínas, lo cual significa que el organismo
no puede sobrevivir (Hooper, 1987).

El efecto bactericida de la luz solar, o fotodesinfección, es conocido desde hace


mucho tiempo. Al principio se pensó que era debido a la acción exclusiva de los
rayos UV, pero posteriormente se comprobó que es la combinación de varias
longitudes de onda del espectro la que determina dicho efecto.

Recientemente se han llevado a cabo numerosos estudios con el fin de determinar


bajo qué condiciones es posible la desinfección con luz solar. Los resultados de
estos estudios demuestran que, sobre todo en lugares situados en los trópicos (de
preferencia entre los 15 y los 35° de latitud), donde la radiación solar incidente
alcanza un cierto nivel (>500 W/m2), es posible la desinfección de pequeños
volúmenes de agua contenidos en envases de vidrio o plástico translucido.
Lawand, et. al, (1994) reportan que se puede asumir que la desinfección es segura
y se obtiene 100% de inactivación, cuando los niveles acumulados de radiación
solar exceden los 4000 W-hs/m2 durante el tiempo de exposición, que
generalmente es del orden de 5 ó 6 horas.

En estudios experimentales, se ha determinado el tiempo para alcanzar una


remoción completa de algunos microorganismos varía entre 15 min y 8 horas
(cuadro 1).

Cuadro 1. Tiempos de inactivación observados


para diferentes organismos (Acra, et al. 1984)

Tipo de microorganismo Tiempo


Pseudomonas aeruginosa 15 min
Salmonella flexneri 30 min
S. typhi y S. enteritidis 60 min
Escherichia coli 75 min
S. parathyphi B 90 min
Aspergillus niger 3 horas

14
A. flavus 3 horas
Candida y Geotrichum spp 3 horas
Suspensión de Penicillium sp 6-8 horas

En experimentos realizados en Suiza se encontró que la dosis de radiación solar


requerida para inactivar E. coli, el bacteriófago f2 y un rotavirus, era de
aproximadamente 555 W-h/m2 medidos en el rango de los 350-450 nm de
longitud de onda, o el equivalente de 5 horas del medio día a 45 grados de latitud.
Asimismo, reporta que el virus de la encefalomiocarditis era dos veces más
resistente a la radiación solar (Wegelin, et al. 1993).

Posteriormente, en 1988, se llevó a cabo en Montreal, Canadá el primer taller


sobre desinfección solar, donde se compartieron las experiencias de los
investigadores de diversos países (Alward, 1988). Los siguientes factores se
consideran como los más significativos y determinantes en la remoción de los
microorganismos.

1. La intensidad de la luz solar y el tiempo de exposición depende de la


localización geográfica (latitud), variaciones estacionales, nubes, el rango
efectivo de longitudes de onda de la luz y la hora.

2. La clase de bacterias expuestas, la naturaleza y composición del medio y la


presencia de nutrientes capaces de soportar el crecimiento y la multiplicación
de los microorganismos.

3. El tipo y las características de los recipientes (color, forma, tamaño, grosor y


transparencia a la luz del sol)

4. El grado de turbidez, volumen y profundidad del agua.

En 1992, se llevaron a cabo en el IMTA algunos experimentos preliminares para


evaluar la efectividad de este método en la remoción de coliformes totales y
fecales (Tavira y Celada, 1992). En estos experimentos se expusieron diferente
volúmenes de agua (3 y 6 l) en recipientes de diversos materiales (bolsas de
polietileno, frascos de vidrio y garrafones de plástico), durante un período de 5
horas. Cada hora se tomó una muestra y el resultado de cada de éstas se
comparó contra la población inicial de bacterias para obtener el porcentaje de
remoción.

Los resultados de estos experimentos demostraron que la remoción de coliformes


totales es más eficiente en las bolsas de polietileno de 3 y 6 litros y que en 4 horas
de exposición se logra el 99.9% de remoción para ambos volúmenes, por lo que
se asume que utilizando este material, la remoción es más rápida y en cierta forma
independiente del volumen.

15
100

80

60

40

20

0
1 2 3 4 5 6 7
Tiempo (h)

Plástico blanco3 L Frasco de vidrio 3.L Plástico blanco 6 L

Bolsa de plástico 3.L Bolsa de plástico 6.L

Figura 6. Porcentaje promedio de remoción de bacterias coliformes fecales


por tipo de material utilizado

También se observó que utilizando garrafones de plástico el proceso de


desinfección era más lento y para lograr el 99.9 % de remoción se necesitaron 6
horas. Por último, los frascos de vidrio presentaron la menor eficiencia y para un
volumen de 3 L fueron necesarias entre 4 y 6 h para lograr la desinfección total.

Estos resultados preliminares fueron la base para considerar este procedimiento


como adecuado para las comunidades rurales. El método es extremadamente
sencillo y barato. Sin embargo, aún quedaban muchas dudas con respecto al
proceso. Las principales eran: en qué condiciones de radiación solar es posible la
desinfección; qué grado de turbidez máxima debe tener el agua y hasta qué
concentración de bacterias es posible inactivar mediante este proceso.

En 1993, en el IMTA se diseñó un prototipo de dispositivo para fotodesinfección


cuya eficiencia se probó exponiéndolo al sol con 10 L de agua y diferentes
concentraciones de bacterias coliformes en períodos de 4 h durante 75 días.
Mediante un piranómetro de banda rotatoria se determinó el flujo de radiación
directa y difusa. Asimismo se midió la transmitencia de algunos materiales
(Márquez y Celada, 1994). Los resultados de este estudio demostraron que:

• la velocidad de remoción de bacterias coliformes es mayor entre menor es la


cantidad del sales y materia orgánica en el agua;
• los coliformes fecales se inactivan más rápidamente que los coliformes totales.
• las cepa pura de Escherichia coli resultó muy susceptible;
• el promedio de remoción de coliformes fecales, fue de 97.11% con
concentraciones iniciales promedio de 15000 UFC/100 mL y turbiedades hasta
de 100 UNT;
• en Jiutepec, Mor., durante un día soleado, es posible contar con más de 8 h de
radiación directa mayor a 500 W/m2. Esto último resulta muy importante si se

16
considera que bajo estas condiciones de radiación son suficientes dos horas
para desinfectar pequeños volúmenes; los porcentajes de remoción de 99.9%
están más relacionados con flujos totales de energía mayores de 10 kW/m2
durante el período de prueba de 4 h. (figura 7);
• la mayor velocidad de remoción se obtuvo en días donde la cantidad de
radiación directa fue baja y la radiación difusa alta, es decir en días nublados.
Lo anterior es particularmente importante pues se contrapone a la idea de que
el proceso únicamente funciona durante los días soleados. Esto se debe a que
en los días nublados la cantidad de luz difusa o reflejada, el componente UV es
relativamente importante (figura 8);
• las pruebas a diversos materiales indicaron que el acrílico es transparente
únicamente a longitudes de onda mayores a 420 nm y disminuye su
transmitancia en un 2% después de 75 días de exposición. El PET (polietilen
tereftalato) transparente transmite el 80% de las longitudes de onda de más de
400 nm y el vidrio delgado el 75% de las longitudes mayores de 350 nm. El
material con mayor transmitancia fue el polietileno. Este material es
transparente a la radiación UV de 250 nm hasta en un 70%.

100
% de remoción de bacterias coliformes

99

98

97

96

95

94

93

92

91
4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14

Radiación solar (kW/m 2)

Figura 7. Porcentaje de remoción de bacterias coliformes en función de la


radiación solar recibida en 4 horas de exposición.

Considerando la alta transmitencia que poseen algunos materiales como el PET, y


las bolsas de polietileno, este proceso resulta altamente recomendable para
utilizarse en el medio rural y zonas marginadas. Las botellas de plástico (PET) de
las bebidas embotelladas pueden utilizarse con este fin y manejadas con cuidado
para evitar que se rayen, es posible que duren varios meses.

Una desventaja de este usar la radiación UV o radiación solar como medio de


desinfección es que no proporciona protección residual contra recontaminación.

17
(Lawand, 1986). Sin embargo, si el recipiente se mantiene cerrado y en un lugar
fresco, no existe riesgo de recontaminación (Celada, 1994).

A diferencia de los procesos fototérmicos (pasteurización y destilación), donde es


más importante la radiación directa, en este caso, lo más importante es la
radiación total, es decir, la suma de la luz directa que en los días nublados es
poca, más la luz difusa que en los días nublados es considerable por la reflexión
de las nubes, por lo que el método funciona aún en días ligeramente nublados. Sin
embargo, durante los días extremadamente nublados y lluviosos debe optarse por
un método alternativo de desinfección.

En períodos como el actual, donde el riesgo de contraer enfermedades diarréicas


agudas como el cólera amenaza a la población, esta alternativa resulta
especialmente útil sobre todo en aquellas localidades donde no se cuenta con
sistemas de agua potable ni desinfección. Sin embargo, antes de adoptar este
método de desinfección es necesario determinar lo siguiente:

• el número aproximado de días soleados y nublados en el sitio;


• la concentración promedio de coliformes totales o fecales;
• la turbidez del agua (si es demasiado turbia debe filtrarse o utilizar algún otro
tratamiento para reducir la turbidez)

11
10
Sobrevivencia UFC (ln)

9
Promedio de radiación directa . 824 W/m 2
8

7
6
5
4 Promedio de radiación directa. 75 W/m 2

3
2
1
11 12 13 14 15
Tiempo (horas)

Figura 8. Decaimiento de la población de E. coli en función del tiempo de


exposición en un día soleado y otro nublado

Debe recomendarse a la población que de utilizar bolsas de plástico, éstas sean


de preferencia nuevas y utilizarlas después únicamente con este fin con
volúmenes menores de 3 L y durante más de 4 horas para dar un margen mayor
de seguridad al proceso.

18
También debe recomendarse que si el agua es turbia antes debe filtrarse,
utilizando un filtro de arena o de cantera y posteriormente exponerla al sol.

4. Otros procesos de desinfección solar

4.1 Concentradores solares

Los dispositivos que aumentan la intensidad solar sobre una superficie


absorbente, la cual recibiría solamente el flujo solar debido a su apertura, se
denominan concentradores. La concentración de la radiación solar se logra
mediante dispositivos ópticos que reflejan o refractan la radiación solar de manera
que concentran el flujo incidente sobre un absorbedor de área mucho menor que
la de apertura (Almanza, 1994).

La principal ventaja de un concentrador sobre un colector plano es que el flujo de


energía es mayor por unidad de superficie de absorción, por lo que se reducen las
pérdidas térmicas, ya que el área del absorbedor es menor, lográndose en esa
forma temperaturas más altas, mayores de 200°C. Existen concentradores
estacionarios cuya concentración varía entre 1 y 10 veces la radiación normal y
concentradores con mecanismo de seguimiento y curvaturas geométricas muy
precisas con razones de concentración de 10 a 3,000 (Almanza, 1994).

Los concentradores que incrementan la temperatura trabajan únicamente con la


componente directa de la radiación solar. Sin embargo, también existen
concentradores que trabajan con la componente difusa y UV de la luz solar.
Debido a la alta eficiencia de estos dispositivos, éstos últimos se han utilizado,
además de la desinfección, en procesos de destoxificación (Blanco, et al, 1991)

5. Conclusiones

Todos los procesos de desinfección que se han mencionado aquí son susceptibles
de implantarse en el medio rural. La recomendación final estará en función de la
situación geográfica, de la calidad del agua y de las costumbres y preferencias de
la población.

Se recomienda continuar a investigación sobre la eficiencia de otros métodos de


desinfección solar para ofrecer un mayor número de alternativas a la población.

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