Está en la página 1de 8

RESUMEN EL VIEJO Y EL MAR - Ernest Hemingway

RESUMEN DE LA OBRA EL VIEJO Y EL MAR


- Ernest Hemingway -

Era un viejo que pescaba solo en el Guef Strea, y hacia 84 días


que no pescaba un pez.
Manolin acompañó al viejo Santiago durante los primeros 40
días, sin pescar un solo pescado, esto fue el motivo para que el
muchacho lo abandonara. Posteriormente, el viejo pescador se
interna nuevamente con su bote al mar, pero esta vez va solo.

durante 44 días mas no pesca nada, hasta que tuvo suerte: un


enorme pez espada pica el anzuelo, y tras una batalla difícil de 3
días, en los cuales se pone a prueba la entereza del hombre
frente a la naturaleza, logra derrotar al animal más grande que
ha visto en sus años de pescador.

El viejo Santiago le clava el arpón y trata por todos los medios


volver a tierra con su enorme presa que es más grande que el
bote.

El viejo pescador se siente profundamente orgulloso de su


hazaña, pero, atraídos por la sangre del pez espada, los
hambrientos tiburones acuden para devorarlo. El viejo lucha
como una fiera para impedirlo, pero los tiburones consiguen su
objetivo.
Llega al puerto durante la noche con el esqueleto del pez
espada. Santiago va a su cabaña y se queda profundamente
dormido.
Al día siguiente el muchacho Manolin quiere volver a pescar con
el viejo, admirado por la gran hazaña de su maestro.
Argumento de "El Viejo y el Mar", libro de Ernest Hemingway

Ernest Hemingway
(Ernest Miller Hemingway; Oak Park, 1899 - Ketchum, 1961) Narrador
estadounidense cuya obra, considerada ya clásica en la literatura del
siglo XX, ha ejercido una notable influencia tanto por la sobriedad de su
estilo como por los elementos trágicos y el retrato de la época que
representa. Recibió el premio Nobel en 1954.

Ernest Hemingway

Ya se había iniciado en el periodismo cuando se alistó como voluntario


en la Primera Guerra Mundial, como conductor de ambulancias, hasta que
fue herido de gravedad. De vuelta a Estados Unidos retomó el
periodismo hasta que se trasladó a París, donde alternó con las
vanguardias y conoció a Ezra Pound, Pablo Picasso, James Joyce y Gertrude Stein,
entre otros. Participó en la Guerra Civil Española y en la Segunda Guerra
Mundial como corresponsal, experiencias que luego incorporaría a sus
relatos y novelas.

El propio Hemingway declaró que su labor como periodista lo había


influido incluso estéticamente, pues lo obligó a escribir frases directas,
cortas y duras, excluyendo todo lo que no fuera significativo. Su
producción periodística, por otra parte, también influyó en el reportaje y
las crónicas de los corresponsales futuros.

Entre sus primeros libros se encuentran Tres relatos y diez poemas (1923), En
nuestro tiempo (1924) y Hombres sin mujeres (1927), que incluye el antológico
cuento "Los asesinos". Ya en este cuento es visible el estilo de narrar
que lo haría famoso y maestro de varias generaciones. El relato se
sustenta en diálogos cortos que van creando un suspense invisible, como
si lo que sucediera estuviera oculto o velado por la realidad. El autor
explicaba su técnica con el modelo del témpano de hielo, que oculta la
mayor parte de su materia bajo el agua, dejando visible sólo una
pequeña parte a la luz del día.

Otros cuentos de parecida factura también son antológicos, como "Un


lugar limpio y bien iluminado", "La breve vida feliz de Francis
Macomber", "Las nieves del Kilimanjaro", "Colinas como elefantes
blancos", "Un gato bajo la lluvia" y muchos más. En algunas de sus
mejores historias hay un vago elemento simbólico sobre el que gira el
relato, como una metáfora que se desarrolla en el plano de la realidad.

La mayor parte de su obra plantea a un héroe enfrentado a la muerte y


que cumple una suerte de código de honor; de ahí que sean matones,
toreros, boxeadores, soldados, cazadores y otros seres sometidos a
presión. Tal vez su obra debe ser comprendida como una especie de
romanticismo moderno, que aúna el sentido del honor, la acción, el
amor, el escepticismo y la nostalgia como sus vectores principales. Sus
relatos inauguran un nuevo tipo de "realismo" que, aunque tiene sus
raíces en el cuento norteamericano del siglo XIX, lo transforma hacia
una cotidianidad dura y a la vez poética, que influiría en grandes
narradores posteriores como Raymond Carver.
Uno de los personajes de Hemingway expresa: "El hombre puede ser
destruido, pero no derrotado". Y uno de sus críticos corrobora: "Es un
código que relaciona al hombre con la muerte, que le enseña cómo
morir, ya que la vida es una tragedia. Pero sus héroes no aman
mórbidamente la muerte, sino que constituyen una exaltación solitaria
de la vida, y a veces sus muertes constituyen la salvaguarda de otras
vidas". A este tipo de héroe suele contraponer Hemingway una especie
de antihéroe, como su conocido personaje Nick Adams, basado en su
propia juventud, y que hilvana buena parte de los relatos como una línea
casi novelesca.

Sus novelas tal vez sean más populares aunque menos perfectas
estilísticamente que los cuentos. Sin embargo, Fiesta (1926) puede ser
considerada una excepción; en ella se cuenta la historia de un grupo de
norteamericanos y británicos, integrantes de la llamada "generación
perdida", que vagan sin rumbo fijo por España y Francia. En 1929
publicó Adiós a las armas, historia sentimental y bélica que se desarrolla en
Italia durante la guerra. En Tener y no tener (1937), condena las injusticias
económicas y sociales. En 1940 publicó Por quién doblan las campanas,
basada en la Guerra Civil española. Esta obra fue un éxito de ventas y se
llevó a la pantalla.
En 1952 dio a conocer El viejo y el mar, que tiene como protagonista a un
modesto pescador de La Habana, donde vivió y escribió durante muchos
años enfrentado a la naturaleza. Algunos críticos han visto en este texto
la culminación de su obra, porque en él confluyen el humanismo y la
economía artística; otros, sin embargo, opinan que éste no es el mejor
Hemingway, por una cierta pretensión didáctica. Hacia el final de una
vida aventurera, cansado y enfermo, se suicidó como lo haría alguno de
sus personajes, disparándose con una escopeta de caza. Para muchos,
es uno de los escasos autores míticos de la literatura contemporánea.
Aduja: Cada una de las vueltas o roscas circulares u oblongas de cualquier ca
bo que se recoge en tal forma, o de una vela enrollada, cadena, etc.

Amainar: Dicho del viento: Aflojar, perder su fuerza.

Aparejo: Conjunto de palos, vergas, jarcias y velas de un buque.

Arrimar: Acercar o poner algo junto a otra cosa.

Arpón: Instrumento que se compone de un astil de madera armado por uno de


susextremos con una punta de hierro que sirve para herir o penetrar, y de otra
s
dos que miran hacia el astil y hacen presa.
Atarraya: Red redonda para pescar.

Braza: Unidad de medida de profundidad usada en cartografía marina,


equivalente a 1,829 m.

Brea: Sustancia viscosa de color rojo oscuro que se obtiene haciendo destilar
al fuego la madera de varios árboles de la clase de las coníferas, y que se emp
lea en
medicina como pectoral y antiséptico.

Catre: Cama ligera para una sola persona.

Desgarbado: Falto de garbo (es decir carece de buen aire, gallardía,


gentileza).

Encolerizar: Hacer que alguien se ponga colérico (furioso, enfadado).

Ensenada: Parte de mar que entra en la tierra.

Escabroso/a: Dicho especialmente de un terreno: Desigual, lleno de tropiezos


y
estorbos.

Estopa: Parte basta o gruesa del lino o del cáñamo, que queda en el rastrillo
cuando se peina y rastrilla

Factoría: Fábrica o complejo industrial, también puede referirse a un


establecimiento de comercio.

Fondeadero: Lugar de profundidad suficiente para que la embarcación pueda


fondear.

Hondonada: Espacio de terreno hondo.

Izar: Hacer subir algo tirando de la cuerda de que está colgado.

Lumbre: Fuego voluntariamente encendido para guisar, calentarse u otros uso


s.

Marsopa: Cetáceo parecido al delfín, de cerca de metro y medio de largo, cab


eza
redondeada con ojos pequeños y las narices en la parte más alta, boca grande
de
hocico obtuso y 24 dientes en cada lado de las mandíbulas, cuerpo grueso, lis
o,
de color negro azulado por encima y blanco por debajo, dos aletas pectorales,
una
sola dorsal, y cola grande, robusta y ahorquillada.

Mástil: Palo de una embarcación o de una vela.

Popa: Parte posterior de una embarcación y, por


extensión, de otros vehículos.

Porra: Palo toscamente labrado, como de un metro de largo, que va aumentan


do
de diámetro desde la empuñadura hasta el extremo opuesto, y que se usaba c
omo arma

Promontorio: Altura considerable de tierra que avanza dentro del mar.

Remendar: Reforzar con puntadas la parte gastada de una tela, o tapar con el
las un
agujero en el tejido.

Sargazo: Alga marina, en la que el talo está diferenciado en una parte que tie
ne
aspecto de raíz y otra que se asemeja a un tallo. De esta última arrancan órga
nos
laminares, parecidos por su forma y disposición a hojas de plantas fanerógama
s, con unnervio central saliente y vesículas axilares, aeríferas, a modo de flota
dores que sirven
para sostener la planta dentro o en la superficie del agua.

Sedal: Trozo corto de hilo fino y muy resistente que se ata por un extremo al
anzuelo y por el otro a la cuerda que pende de la caña de pescar.

Tolete: Escálamo. Estaca pequeña y redonda, encajada en el borde de la


embarcación, ala cual se ata el remo. Se paciente y nunca te rindas.

El protagonista, Santiago, al iniciar el relato, lleva 84 días sin pescar nada. Aún así, ha
salido a faenar día tras día. No tira la toalla y tiene la esperanza de que algún día próximo,
pescará alguna pieza. Es Tenaz. No abandona y una vez fija sus objetivos, no hay nada, ni
nadie, que le haga dejarlos.
“Pudiera dejarme ir a la deriva(…) y dormir y echar un lazo al dedo gordo del pié para ver si
pican. Pero hoy hace ochenta y cinco días (que no pesco) y tengo que aprovechar el tiempo“.

Haz el trabajo bien hecho

Poco a poco, Santiago va realizando las acciones lo mejor que puede dentro de cada
situación, por mucho que la probabilidad de éxito sea pequeña. Ya sea disponer el sedal,
cuidar su salud o cambiar de postura sobre el bote realiza cada acción con cuidado,
eficiencia y reflexionando sobre los efectos que puede tener.

“Yo los mantengo con precisión. Lo que pasa es que ya no tengo suerte, Pero prefiero ser exacto.
Luego, cuando venga la suerte, estaré dispuesto”.

La experiencia es importante.

En este punto he decidido no incluir ninguna cita. Esto es así, por que la experiencia es la
suma que se extrae de todos los actos del protagonista. Ya sea la técnica que emplea, saber
interpretar las brisas marinas, reconocer los diferentes peligros del mar o saber orientarse.
Todo ello, son conocimientos que ha ido obteniendo a partir de la experiencia de sus años
de marinero.

Céntrate en el presente

Muchas veces pasamos nuestro tiempo lamentándonos por aquello que no hicimos en el
pasado, por aquello que pudimos haber hecho. Pero eso no tiene solucción. Lo que si que
podemos hacer, es centrarnos en el problema presente y atajarlo. Mientras hacemos eso,
debemos centrar toda nuestra atención en ello y no crear expectativas.

“Piensa en esto; piensa en lo que estás haciendo. No hagas ninguna estupidez”. “Debiste haber
traído muchas cosas (…). Pero no las has traído, viejo. Ahora no es el momento para pensar en lo
que no tienes. Piensa en lo que puedes hacer con lo que hay”.

Prioriza

Si tenemos unos objetivos claros, podemos establecer que es importante y que no. Que es
urgente y que no lo es. de esta manera, priorizar es fundamental cuando nos enfrentamos a
cualquier problema. Santiago deja de lado muchas cosas, pero no todo aquello que es
necesario para obtener su objetivo final.

“Habré perdido 200 brazas de cordel catalán y los anzuelos y alambres, Eso puede ser
reemplazado. Pero este pez, ¿Quién lo reemplaza? Si engancho otros peces, pudiera soltarse.

Se humilde: enfréntate cada vez al problema cómo la primera vez

El protagonista acepta su “mala suerte”. No se esconde detrás de su Ego y acepta toda la


ayuda que le proveen. Cuando se hace a la mar, lo hace desde una posición de respeto y así
actúa delante de los retos que se le prensentan.

“El millar de veces que lo había demostrado no significaba nada. Ahora lo estaba probando de
nuevo. Cada vez era una nueva circunstancia y cuando lo hacía no pensaba jamás en el pasado”.
Conócete a ti mismo

Por último, el relato nos enseña que debemos conocernos. Santiago conoce sus fortalezas y
debilidades. Sabe cuando tiene que guardar sus energías y cuando gastarlas. Igualmente,
sabe sus puntos flacos y sus fortalezas.

También podría gustarte