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MANDALAS

Los colores y las formas tienen un significado personal e individual, por lo que el mandala simbolizará
siempre algo distinto en función de quién lo haya creado o lo contemple.
Algunos de los significados que se atribuyen de forma habitual a los mandalas según la forma que
tengan son los siguientes:

Círculo: unidad, integridad, universo, naturaleza, el todo, lo absoluto, el yo.


Cuadrado: equilibrio, estabilidad, seguridad, creación, la existencia en el plano material.
Espiral: cambio, crecimiento, aprendizaje, ciclos, unidad, curación.
Triángulo: metas, aspiraciones, sueños, visión, transformación, vitalidad.
Flor: conciencia, sabiduría, pureza, amor, amistad.

Como sucede con las formas, la simbología de los colores de estas imágenes tiene una parte personal
pero también una universal:

Blanco: divinidad, perfección, luz, pureza, inocencia, unidad, atención.


Negro: oscuridad, profundidad, individualidad, secretos, misterio, muerte, tristeza, ignorancia.
Gris: neutralidad, conocimiento, paz, calma, espera, renovación.
Morado: vida, espiritualidad, intuición, sabiduría, autoridad, nobleza, intensidad, contemplación,
inspiración, idealismo, magia.
Azul: amor, relajación, serenidad, paz, satisfacción, compasión, verdad, comunicación, alegría, salud
emocional.
Verde: naturaleza, paz, crecimiento, renovación, esperanza, felicidad, libertad, salud física.
Amarillo: luz, sol, poder, aprendizaje, felicidad, risa, simpatía.
Naranja: calor, intensidad, energía, autoconciencia, creatividad, dinamismo, valor, ambición, ternura.
Rojo: energía, vida, acción, pasión, sensualidad, fuerza, fuego.
Rosa: amor, altruismo, paciencia, dulzura.

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