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FLACSO CHIL Este trabajo Santiago, Ne vizacién, DOGUMENTO DE TRABAJO PROGRAMA FLACSO-SANTIAGO DE CHILE NUMERO 217, Agosto 1982, 10.80%. 98.7 PROYECTO, TRAYECTORIA ¥ FRACASO DE LAS DICTADURAS MILITARES DL CONO SUR: UN BALANCE Manuel Antonio Garretén M, fue publicado en la Revista Alternativas (CERC, 2 Bnero-Abril 1984) y se reproduce con su auto G239, rae ee Esta Serie de Documentos es editada por el Programa de la Facultad Latincamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), en Santiago de Chile. Las opiniones que en los documentos se presentan, asi como los andlisis e interpretaciones que en ellos se contienen, son de la responsabilidad exclusiva de sus autores y no refleja necesariamente los puntos de vista de la Facultad. RESUMEN sue trabajo intenta una sintesis tanto de las caracteri zaciones como de la evolucién de las dictaduras militares del Cono, Sur, a partir de la constataci6n de ‘su fracaso tanto en cérminos de su capacidad de resolver los problemas de la so- edad, como del cumplimiento de sus propias metas. rimer lugar se discuten tres tipos de interpretacio Sn Pp. naturaleza de estos regimenes, la que pone énfa~ en las relacione del Estado con la sociedad civil, la que me énfasis en una fase hist6rica del capitalismo dependien~ @y la que enfatiza el car&cter del actor militar, Indican~ to las virtudes y problemas de cada wna se propone una que vonibima diversos aspectos de ellas y que estudia estos regime ‘antes de dos dimensiones la reactivo-defensiva y 1a fundacional—transfornadora. segundo lugar, este esquema se aplica a la evolucién saliza la problemitica del régimen y la oposicién: la fase la fundacional, la de crisis recurrentes y la termi, nal os diversos sentidos del tema de la democracia son con ievados para cada fase. ente, se analiza la herencia que dejan estos regi— nenes para las futuras democracias, considerando 1a permanen= cia de sectores no democraticos como las FF.AA. y cierta dere cha politica, la er sis del modelo de desarrollo, y la difi- cultad de las relaciones entre lo social y lo politico y en- tre los ‘actores politicos del futuro régimen democrético. a Se cumplen en 1994 dos décadas de presencia de dictaduras militares en el Cono sur, inauguradas con el golpe de Estado en Brasil en 1964, contimuadas con los regfmenes militares ar- gentinos de 1966 y. 1976 y con el chileno y uruguayo de 1973. la longevidad de algunos de estos regimenes, el impacto de su brutalidad represiva, la existencia de algunos rasgos comunes, su originalidad respecto de otras dictaduras 0 sistemas autori tarios en América Latina, fueron las causas no s6lo de su inte lacién de estu~ rés politico, sino el objeto de una gran ac dios y anAlisis que dieron origen a una abundante literatura. La caracterizacién general de estos regimenes, sus formas re- presivas y la preocupacién consiguiente por el tema de los de- rechos humanos, sus proyectos sociceconémicos y la reinsercién ista en el sistena capit: ntemacional, las nuevas formas. de relacién entre Estado y sociedad civil, el impacto en la vida cotidiana, la redefinicién de la politica y 1a reconstitucién de sujetos sociales, las transformaciones estructurales intro- ducidas en.1a sociedad, las formas de resistencia y oposicién, el.fracaso de los proyectos hist6ricos de estos regimenes y Sus crisis, los proyectos de cambio.y transicién hacia siste- mas denocr&ticds, etc., fueron constituyendo un nuevo campo en las Ciencias sociales latinoamericanas y redefiniendo asf los viejos temas del autoritarisno y 1a denocracia.Y 2/ Wo cabe aqui una enumeracién de toda 1a bibliografia dispo- nible sobre estos roginenes. .Una buena sintesis de las dis cusiones y una completa bibliografia al monento de su edi- cién, puede encontrarse en D. Collier (ed.), The nev autho- ritarianicm in Latin America (Princeton University Press, 1979). La discusién latinoamericana puede jairse bien en Algunos de estos regimenes han terminado su ciclo y son parte ya de una tragica historia del pasado reciente. Otros ven ya cercano su final ain cuando las formas que éste adquig va puedan ser afm inciertas. Todos ellos fracasaron en témi, nos de resolver los problemas basicos de la sociedad, es de~ cir, fracasaron en cuanto "proyectos nacionales"., Pera tam dién fracasaron en términos de sus propios parémetros y pro- yectos, es decir, en cuanto a su capacidad hegem6nica, ¥ sin embargo, no hay duda de la profundidad de su impacto en el desarrollo futuro de las sociedades que los sufrieron. Puede ser fitil quiz4s a estas alturas intentar una ciern ta sintesis o balance tanto de la caracterizacién de estos re Y/ los volfimenes I y II de 1977 de 1a Revista Mexicana de So~ ciologia, en N. Lechner, (ed.), Estado y Politica en Anéri-~ ca Latina (Siglo xxz, uéxico, 1901), y.C. Portales (éd.), La anérica Latina en el nuevo oxden econdmico internacional (Fondo de Cultura Econéiica, 1983), por citar sélo textos colectivos y de caracterizacién general. Personalmente, he desarrollado mis ideas al respecto en En torno a la discu- sién de los nuevos regimenes autoritarios en América Lati- fa cn C, Portales, (ed.), y en Trangformacién social y x fundacién politica en el capitalisao autoritario (FLACSO, Costa Rica 1982), cuyas versiones revisadas aparecen en los capitulos III y V de Bl Proceso Pol: iteno (Santiago, FLACSO, 1983) y en Democracia, tran: nativa socialista en el capitalismo autorit det Cone Sur (Leviathan, Madrid, verano 1983). Muchas de las afirma ciones aqui esbozadas estén fundamentadas en esos trabajos, por lo que se evitar4 su repeticién remitiéndonos a ellos. gimenes, como de su evolucién y de los problemas que dejan de herencia a 1a sociedad en el momento de la transicién,” Bs lo que en términos esquemiticos intentaremos hacer en este ar ticulo. SOBRE LA CARACTS: Una caracterizacién adecuada de estos régimenes debe re~ coger los diversos énfasis que se hari dado en los intentos de describir e interpretar sus rasgos Fundamentales. ss posible uy distinguir en términos muy gruesos tres énfasis principales El primero privilegia 1a naturaleza particular de las me laciones entre Estado y sociedad civil, es decir, se preocupa especialmente del aspecto régimen y su ubicacién en 1a tipolo gia de sistemas politicos y aqui un esfuerzo por sefia~ U/ No se trata aqui de wna recapitulacién exhaustiva de toda Ja literatura, sino sé1o de resaltar algunas lineas inter- pretativas predominantes. Los trabajos que citaremos son s610 ilustracién, ‘reconociendo que riuchos autores se des- piazan de un énfasis a otro en diversos trabajos y que nin Oo —s————= 2/ Son Clasicos los textos y preocupaciones de juan Linz al yespecto, Ver Totalitarian and authoritarian regimes (en Greenstein y Polsby, (eds.), Handbook of Political Science, Reading Mass: Addison Wesley, 1975, Vol, 5). También los corporatism in Latin 1976) y Ph, Schmitter, st lar las particularidades de 1as mediaciones entre Estado y so ciedad, atendiendo tanto a las formas de vepresién, control y articulacién de intereses, como a la existencia de espacios de oposicién y resistencia que genera 1a incapacidad del Esta do de absorber totalmente a 1a sociedad. La definicién de es tos regimenes "autoritarios", distinguiéndolos de los siste~ mas "democraticos" o "totalitarios", muchas veces con connota eign sdeorbgica,4/ o su asimilacién a las ¢6rmas corporati~ vas 0 a las tradiciones culturales centralistas, corresponden a este tipo de énfasis, si bien aguf se marcan con acierto las formas de dominacitn, muchas veces este énfasis subdimen- siona el contenido de ella y su vincwlacién a la estructura y lucha de clases. Se corre aqui el riesgo de asimilar ciertos rasgos definitorios a una caracterizacién genérica y abstrac+ ta que descontextualiza la especificidad histérica de-estos regimenes, surgidos en momentos precisos del desarrollo socio~ econémico y politico de sus sociedades, Un segundo énfasis, por el contrario, privilegia el ané~ is de estos regimenes como uma fase particular en el desa~ Y/ Bjemplo de esta distorsién ideélogica se encuntra cn la po sicién de J, Kirkpatrick, embajadora de la administracién Reagan en Naciones Unidas, al. enjui el carfcter relati vamente favorable.de las dictaduras del Cono Sur, compara das.con.el régimen soviético. Una critica radical al con- cepto' de autoritarismo.en F, Fern4ndes; Apontamentos sobre a teorfa do autonitari (gditora HUICITsC, 1979). y aqui se centra en las necesidades de acumvlacién capitalista, “yrollo capitalista dependiente. El‘esfuerzo interpretativo en wm determinado momento del sistema de divisién inteznacio- nal del trabajo o del proceso de industrializacién nacional enfrentadas’ a las contradicciones y conflictos de clases, las que Llevan a la imposicién de vn régimen de fuerza destinado a desarticular y reprimir a la clase. trabajadora para asegu~ rar el cumplimiento de estas condiciones de acumulacién, Los an4lisis sobre los."fascismos dependientes" o sobre los regi~ menes de "profundizacién” 0 "recomposicién" capitalista,' con enfoques. muy diversos; comparten este énfasis. Aqui se! apun— ta.al problema de 1a contextualizacién o especificacitm hist rica de estos regimenes, afm cuando no siempre se haga esta contextualizacién’ adecuadamente,’ pagando un cierto. thibuto a ja idea’de leyes generales de la historia, B1 riesyo aqui es el determinisno, econtmico y 1a reduccién de los actores socio politicos a 1a din4mica dé clases sociales, con lo que sé in~ pide el ah4lisis propiamente politico y la comprensién de 16- . gicas de comportamiento’no reductibles al esquema dé clases« Bl tercer énfasis privilegia el anAlisis del actor ms V/ Una ilustracién de este hfasis se encuentra en el’ texto. ya cldsico de G. O'Donnell Reflexiones sobre las tenden~ i Bstado burocrético-autoritario (R n tos voltime* xicana de Sociologia, También itico en el Coho Sur (Siglo XXI, @xicana de S g nes citados de la Revista M en ILDIS, Bl Control 1978). Mis tre vesaltante de estos regimenes cual es 1a corsoracién mizitar./ Bl. esfuerzo. explicativo se centra en este caso en las transfor maciones' ocurridas en las filtimas décadas en las Fuerzas Arma das de esta regién, en los planos del equipamiento, de la for~ nacién ideol6gica y profesional, de su organizacién y de la re definicién de sus velaciones con el Estado y con el conjunto de 1a sociedad. Todas estas transformaciones van el en senti- do de. expandir su rol interno debido a su misién de"salvaguar— dar la Nacién",lo que las lleva a través de la mediaciéni de crisis politi¢as, a aswtir el control dél Estado para"asegurar la wnidad de la.Nacién y el cumplimiento de su destino de gran pais", £1 trasladd de los rasgos propiamente militares a la organizacién de la sociedad y el. Estado, explicarfan las caracteristicas. de estos regimenes, Los estudios ‘del nuevo Lie profésionalismo de las Fuerzas armadas, de 1a expansién m: tarista, de los Estados de Seguridad Nacional, tienden a com- partir este énfasis, Se apunta aqui con aéierto al surginien to de un nuevo actor politico que los anAlisis y pr4cticas de los cientificos sociales y de los politicos muchas veces deja von en la oscuridad y cuya gravitacién es central, atin cuando no “puede nunca ser corisiderado como factor aislado. Hl ries~ go de este énfasis interpretativo es caer en una visién cons= pirativista, donde todas las ‘dindmicas socialés son explica-. 2/ Mustraciones dé Gste énfasis son el-trabajo de A. Rouquié Ligtat militaire en Amerique Latine (Seuil, Paris, 1982), trabajos. “de Joseph Conblin y el dea, Stepan ev of internal warfare and military xol (en Authoritarian Brazil, editado por A, Stepan, ty Press, 1973). das por el monopolio de la fuerza armada y dunde ésta opera en un vacio social, Es evidente que la mayor parte de las explicaciones com parten rasgos de uno u otro énfasis aunque con peso diferen~ te, También es cierto que dentro de cada énfasis se dan ex~ plicaciones o interpretaciones muy diferentes e incluso anta génicas, M&s que dar cuenta del conjunto de interpretaciones que se han hecho de estos regimenes, nos interesa resaltar as pectos que no pueden dejar de considerarse. Asi, mAs al14 de los rasgos puramente descriptivos de es 1 F ; tas dictaduras,”/ su surgimiento aparcce asociado a ciertos procesos hist6éricos especificos. Por un lado, se asocian, a wna crisis socio-~politica del 4 2 denoninado "Estado de compromiso" en estos patses./ se trax L/ Entre estos rasgos descriptivos que especifican histérica~ nente estos reginenes, est4n su implantacién en paises re~ lativamente industrializados, el papel orgdnico de las Fuer zas Armadas, el papel de la conduccién tecnocrA4tica en el aparato de Estado, 2a weaceién antipopular y el nivel reprg sivo, etc. Ver Ba tory art. cit, 2/ Se entiende, normaimente, por"Estado de Compromiso'la pauta de arreglos inestables gue suceden al Estado olig&rquico, donde pesan fuertemer s y donde ninguna cla seo fracecién puede pee totaimente su hegenonia. Pues de .darse con regimenes-democr&ticos o no. Ver J. Graciare- na y R, Franco Pormaciones sociales y estructuras de poder en Anévica Latina. (Madrid, CIS, 1981). -8- ta de una particularizacién de la crisis general de hegemonfa que caracteriza a estos"Estados de compromiso", La particula~ ridad de esta crisis reside en el grado de activacién y movi- lizacifn de las fuerzas de cambio, especialmente de masas po- pulares, Jas que segtn los casos adquieren grados diversos de Poder social o estatal o de capacidad "subversiva®. Este pro ceso de movilizacién o activacién, acompafiado de un fuerte grado de radicalizacién ideolégica, es vivide por los secto res dominantes, y por vastos sectores medios relativamente "manipulados" por aquellos, como wna amenaza definitiva a su mundo y modo de dominacién, es decir, como una crisis de su pervivencia, a la que debe hacerse frente con el uso de la “fuerza cualquiera sea su precio, La crisis social cristaliza en un grado relativamente alto de polarizacién ideolégica y politica. Pero.no seria posible entender el surgimiento de estos regimenes y su evolucién posterior, si no se les asocia a 1a maduracién de otro proceso en algunos casos m&s visible y en otros mis subterréneos. 1 est constituido por la moderniza cién, profesionalizacién y homogenizacién ideolégica de las : 5 L Fuerzas Ammadas bajo 1a hegenona militar norteanericana./ . re. V/ ver A, Varas, Acum de derecha en Anérica Ang, rica Latina en el mavo orden nternacional, op. cit.) Sobre 1a ideologla de seguridad nacional y sus rafces, &. Arriagada y-M.A, Gerretén Doctrina de Segurid: nal y régimen militar, (listudios Sociales Centroamericanos Wes 20 y 51, También en CISEC, Las Fuerzas Armadas en la sociedad civil, Santiago, 1978). La incorporacién de las Fuerzas Armadas latinoamericanas al bloque militar 1{derado por los Sstados Unidos significé la adopcién de un muevo equipamiento, de nuevas pautas de disci y organizacién y la socializacién bajo wha mueva perspectiva ideolégica que redefinfa su papel frente a 1a so ciedad. Un papel crucial en esta nueva perspectiva ideol6gi ca 1o juegan las concepciones de la doctrina de la “seguridad nacional" y ol adiestramiento antisubversivo, en suma, la vi~ sién de una sociedad amenazada por wn enemigo interno (el co- munismo'o la subversién) contra el cual @s necesario una "gue rra total" no convencional y donde las Fuerzas Armadas'son el “paluarte filtimo" o "la reserva moral" de la nacién, Con ello, se definia um rol politico latente y permanente de 1a corporacién militar, el que se haria manifiesto cuando las circunstancias histéricas lo requirier: Tampoco seria posible comprender el surgimiento y natura leza de estos vegimenes sin la referencia a procesos de rees~ tructuracién del capitalismo tanto a nivel internacional como jocalmente, Con ello no aludimos, como se pens6. en algin mo— mento, a la existencia de un proyecto capitalista coherente a escala mundial con la asigacién de roles precisos’ a las eco~ nomfas. de la periferia en un mevo sistema de divisién del L trabajo.’ La historia se mosté mucho mds azarosa y compleja 1/ Por ejemplo, A, Briones, Economfa y politica del fascismo ai , México, 1978). Para una vision intemacional, ver los trabajos per tinentes en C, Portales (ed.) op.cit. y las tendencias seguidas por las economfas periféricas no fueron las que supuestamente les estaban adjudicadas en wn Proyecto de acurmlacién definido de uma vez para siempre y que exigia un Estado autoritario para imponerlas. Pero es wm hecho que el denominado"Estado de compromiso"no s61o' vivia wna crisis politica como la que hemos indicado, sino que su modelo de desarrollo presentaba contradicciones ya fuera eon el proceso de democratizacién en curso, ya fuera con res querimientos de acumiacién interna y con su insercién en el capitalismo internacional. Para los sectores capitalistas aparecia como indispensable una rectificacién de ese modelo de desarrollo en téxminos del papel "excesivamente" interven~ tor del Estado o de las “exageraciones" redistributivistas, Si bien no habia claridad én qué direccién precisa, en estos: sectores existia un cierto consenso en la necesidad de recom poner y profundizar el capitalismo sin las interferencias de- mocratizantes' sufridas hasta ahora, La crisis politica y su desenlace proveer4n 1a oportunidad para ell, Por otra pan te, a escala internacional, fenémenos estructurales y de con- certacién capitalista, primero, y transfornaciones. del siste~ ma financiero, después, tuvieron importancia significativa en a direccién que tomaron los modelos econémicos de los regime nes militares, Sin caer’en mecanisnos o deteminismos, el ti po de crisis del capitalismo local y mundial y la soiucién buscada a ella no pueden disociarse del origen y trayectoria de estos regimenes, -l- ‘Wada de 1o dicho hasta ahora ofrece mayor novedad, salvo la de Jordenar. y sistematizar elementos qie deben" ser pues “tos en conjunto al analizar 1os-regimenes militares del cono “8 w, Cada uno de ellos combina tales elementos de acuerdo a la propia historia nacional, pero ninguno de estos elementos por sf solo puede constituirse en el factor fnico determinan~ te. Pero todo ello nos sirve para enfatizar un punto de vis- ta para el anflisis de estos regimenes. Se trata de verlos como proyectos histéricos, fracasados como sabemos, de resol~ ver wna crisis de hegemonia, Por lo tanto, no se agotan para fines analiticos, en su pura dimensién de "régimen politico" © en su cardcter militar o represivo, Hllos constituyen o 6 alismo nacio= constituyeron intentos de. responder a la triple pregunta mo contener el cambio que amenazaba a cada ca: nal?, écémo transformar la sociedad para crear un nuevo orden social y polftico hegeménico? y, Pinalmente, écéno mantener el sistema de dominacién afin cuando no fuera posible transfor mar la,sociedad?. Veremos que cada una de estas preguntas adquiere predominancia segim la fase por la que atraviesa el régimen, Desde esta perspectiva puede decirse que el proyecto de estos regimenes, consagraba como enemigo principal al Estado de compromiso, la sociedad populista o como quiera llam4rsele y a una forma particular de constitucitn de sujetos y actores sociales que privilegiaron la accién politica y el referente estatal, a utopfa a que aspiraban era la erradicacién de 1a = 22 Politica, o al menos 1a constitucién de wi sistema politico de participacién restringida, en que se excluyeran“las alter nativas de cambio, es decir, un orden autoritario y conserva dor, 51 rég en militar no constitufa la meta in ‘inal, sino 14 condiciéa hist6rica necesaria, para realizar las transfon- maciones estructurales e i itucionales sobre las que’se ba sara el futuro orden politico autoritario, usualmente desing do como "nueva denocracia".. La base de estas transformacio~ nes la provefa el modelo particular de desarrollo y recompo= sicién capitalista que en cada casose adoptaraba combinacién del polo militar con algtin polo que expresara pardial o total mente a 1a clase capitalista debfa, asf, constituir el nficieo hegeménico o dirigente del régimen. Bl punto de vista indicado nos permite insistir en la ca racterizacién.de estos regimenes como una combinacién de dos dimensiones.” ta primera de tipo reattiva. o defensiva, cuyo niicleo es el rasgo represivo, que busca desarticular la socig dad precedente, especialmente 1a matria de constitucién de tos sujetos socio-politicos en cada sociedad. La segunda dé tipo transformadora o fundacional que aspirara a la zeorgani+ zacién de la base material, de 1a estructura institucional y a la creacién de un nuevo orden. sociopolitico, todo ello a través de alguna forma de capitalismo "modemo! y reinserto 2/ Un anélisis de estas dos dimensiones ‘en BL Proceso Polltie GO Chileno, op.cit, caps. 3, 5 y 6, ase en el sistema internacional. Hay aqui la baisqueda de una nue va matriz de constitucién de sujetos sociopoliticos, El peso ae cada una de estas dimensiones varia pard cada uno de los regimenes que se analice, asf como los métodos usailos y el xi, to o fracaso de cada una, También varfan el peso de ellas se gin 1a fase por 1a que atraviesa el régimen, cono verenos mis adelante. La magnitud y proyeccién de la dimensién reactiva depende tanto de la percepcién de amenaza inicial y de 1a com plicidad 0 el silencio social respecto de 1a represién, como de la eficacia del aparato represivo militar, La viabilidad de la dimensién transformadora depende de 1a constitucién de wn nficleo hegeménico 0 dirigente en el seno de los sectores de apoyo al régimen,capaz de imprimir una direcci6n al proyee to histérico por encima de los intereses fraccionales contra— dictorios, y de la capacidad de resistencia de la sociedad ci, vil a esas transfoxmaciones, £1 contenido de la dimensién fundacional depende tanto de las caracteristicas del nficleo hegeménico como de los rasgos estructurales e hist6ricos de cada sociedad particular. Las perspectivas y las categorias indicadas hasta aqui constituyen el hilo conductor tanto para analizar la evolu- cién de estos regimenes como para evaiua: yy grado de realiza cién o £racaso de su proyecto histérico,: 1/ Evidentemente, no se pretende con elias un andlisis exhaus tivo de todos-los procesos que ocurren bajo estos regime~ nes, Mucho de lo que pasa en ellos obedece a elementos irracionales provenientes de los actores predominantes y a sus efectos en 10s comportamientos colectivos, o a las 16- avi Es en términos de las dos dimensiones constitutivas de estos regimenes que puede trazarse su evolucién, indicando pa _%a cada fase los actores principales y la problem&tica cen- ‘tral que encaran tanto el régimen como 1a oposicién a é1.. Asi, segfn e1 peso oto: gado a una u otra dimensi6én pode- mos distinguir una fase reactiva, de ua fase fundacio bien el elemento represivo esté presente en todas las fases coms rasgo inseparable de un régimen militar, A su vez la au sencia, debilidad o fracaso de la dimensién transformadora puede hacer evolucionar el régimen hacia una fase de adminis tracién de crisis recurrentes. mm ella se trata de un régimen a la deriva, sin propuestas a 1a sociedad, que pone como la cuestién central la de su mantencién o sobrevivencia, Final- mente puede distinguirse una fase terminal, que se caracteriza por el desencadenamiento de wna crisis final que pone cono cuestién central para los actores predominantes del régimen 1a administraci6n de las condiciones de su salida. Lo m4s proba~ ble.es que estas fases se desarrollen como secuencias una de : otra, donde 1A fase reactiva tiende a coincidir principalmente con el momento de instalacién del régimen, la fase transforma~ Y/ gicas' particulares de tal o cual organizacién, o al impacto intemo de fenémenos externos, Se trata de ofrecer una perspectiva que, dé el mayor lugar a la autononfa de este ti, po de fenémenos y al comportamiento no previsible de los ag tores, peo que sea capaz de proveer un marco donde ubicar tales fenémenos. a5 dora con los procesos de institucionalizacién posteriores al perfodo inaugural, la fase de crisis recurrentes una vez ago ‘Yada o fracasada la dimensién fundacional y la fase terminal como producto de acumulacién de crisis. Pero con excepcién de la fase terminal, las otras no guardan entre sf una rela~ cién de secuencia necesaria o mecinica. Pueden coincidir el momento reactivo con el momento fundacional y éste puede pre ceder en alguna forma a aquel. Puede también pasarse de wma fase reactiva directamente a una de administracién de crisis 0 a la fase terminal, o a partir de momentos de crisis vol~ ver el régimen a iniciar una fase transformadora, etc, A su vez, elementos de una-fase pueden estar siempre presentes en las otras, Log distintos regimenes militares del Cono sur Y ‘pana fines ae pre- presentan variaciones a este respecto sentacién, las trataremos secuencialmente. La problem4tica central para el régimen en la fase reac~ tiva es cémo eliminar los adversarios contra los cuales se dio el golpe militar y, m&s generalmente, cémo desarticular los mecanismos fundamental s de la sociedad precedente, aun 2/ El caso chileno mestra esta evolucién nitidamente, con una fase principaimente reactiva entre 1973 y 1976/77, predominantementé fundacional entre 1976/77 y 1980/81 cul, minando con la imposicién de 1a Constitucién en 1981, y de adninistracién de crisis desde mediados de 1981. EL caso desArgentina después de las Malvinas ilustra clfsica mente una fase terminal; &n Brasil, se presenta una fase predoninantemente xeactiva algunos ailos después del perio do inaugural del régimen, ~ - 16.~ que no se agote sélo en e110,2/ es normal que el elemento b& sico de esta fase sea el elemento represivo y que el actor principal indiscutido sean las Fuerzas axmadas, La dimensién fundacional pemmanece afm en la oscuridad y distintos grupos Giviles se disputan las posiciones para deteminar en el futy vo la direccién que ella va a adquirir, Este predominio del elemento represivo que adquiere niveles altos de masividad, brutalidad y a veces tecnificacién y sofisticacién, est& pro- tegido por el silencio de 1a sociedad, donde los traumas de ja crisis previa al golpe militar favorecen 1a complicidad de vastos sectores y la impunidad del aparato represivo. se tra ta a veces de una venganza generalizada./ 1a ideologia pre~ dominante .en el régimen es la de la "seguridad nacional" yel principio de legitimidad que se esgrime es el de.la victoria en una guerra para salvar la Nacién del "caos y 1a anarquia" La oposicién en esta fase est& constituida casi exciusi- vamente por el sector derrotado por el golpe milita>, aunque 2/ Sxisten elementos. propios de 1a dimensién reactiva no nece sariamente represivos, como, por ejemplo, 1a disminuciéa del papel de los sindicatos en 1a legislacién o 1a rever~ sién de las tendencias del crecimiento universitario. 2/ Para un estudio de 1a evolucién del sistema represivo, H, Fruliling, Disciplinando la Sociedad: ustado y sociedad civil en chive! Santiago, wiiieo, 1951). 9/ arriagada y Garvetén, op.cit, También el capitulo Iv de “proceso pol 0, op.cit. ee no.sea éste la exclusiva victima de la represién. su proble~ m&tica, central es-la supervivencia fisica y, si es posible, la de los aparatos organizacionales. “La regresié brutal oca sionada por.el proceso represivo pone como temAtica ideolégi- ca casi fmica para esta oposicién los derechos humanos. Todo ello hace que los actores principales en esta fase, en oposi« cién o,erftica al régimen sean las organizaciones, grupos’ o personalidades que se definen en torno a 1a denuncia por la violagién a los deréchos humanos 0 a su proteccién, mn algu- nos Gasos ello explica el papel preponderante que adquiere la Iglesia Catélica, Los rasgos de la fase reactiva, especialmenté el fenéme= no represivo, no se agotan en ella sino que tienen consecuen— cias definitorias para todas las otras fases, en las cuales se prolongan de uno a otro modo« Estas consecuentias gravi- tan fuertemente en la fase terminal o en los procesos de tran sicién; algunos de cuyos problemas fundaméntales “son 1a infor macién sobre. lo que se.ocult6 en la fase reactiva, 1a’ necesi- dad de hacer justicia o ajustar cuentas-y el desmantelamienté del aparato represivo.¥ Bl paso de la fase reactiva a la fase transformadora o fundacional, afm cuando puedan coincidir.en parte, est& dado por el agotamiento de los principios de legitimidad esgrimi- El caso argentino en la fase preliminar, con el debate en torno’a los detenidos desaparecidos, ilustra esto se dos inicialmente, por la afirmacién, en el-seno de la coali+ cifn victoriosa del goipe, de un nficleo hegeménico en la cbn duccién estatal y por el inicio de tareas y polfiticas que'ex cRden lo puramente reactivo o defensivo y se definen en tén minos de un proyecto nuevo de’ sociedad. La problem4tica b4~ sica del régimen es aqui 1a definicién de un modelo de desa+ rrollo, de un nuevo sistema de relaciones sociales’ én las di versas esferas de 1a sociedad y de im modelo politico a fu turo que se perfila como el sucesor del régimen militar, El contenido bAsico est& dado, en general y con variaciones, por el esquema econéimico neoliberal MV Los procesos Pundamenta— les son los de institucionalizaci6én, donde la posibilidad de una ‘institucionalizacién politica antes de entrar en periodos de crisis tiene'una significativa consecuencia para la estabi, lidad del perma oe Esta-es la fase triunfalista de los "doom" o "milagros econémicos', donde 1a poblacién es invitada a consumir, de las aperturas"desde arriba''de espacios acota— os manejados, sn torno a la definici6n dos, de los plebisci e implementacién del modelo de sdciedad, surgen actores en el bloque dominante que acompafian al liderazgo militar, no sin tensién a veces: sectores tecnocr4ticos, grupos empresariales vepresentantes del capital financiero, intelectuales que pro- U/ Ver ‘A, Foxley Expeximentos neoliberales en América Lati~ na‘(Estudios CIEPLAN N@ 7, Marzo 1932). 2/ Bs e1 caso chileno de implantacién de una Constitucién an tes de la crisis econfmica., #1 caso argentino de las Mal vinas es el ejeiplo contrario de una crisis sin institu- ciohalizacién previa. = 19- veen los discursos y estrategias. La ideologia dominante de- ja de ser puranente militar y los conceptos de seguridad nae cional tienden a combinarse con aquellos que provienen de las visiones aportadas por los:grupos civiles, especialmente los Hay ahora vinculados a 1a ideologia del modelo econémico. una visién de futuro que impregna los temas ideolégicos, La problemStica central para la oposicién en esta fase es cémo impedir que se consoliden transformaciones que impli- can una pérdida de viejas conouistas, eé6mo ganar espacios en los diversos 4mbitos de institucionalizacién del régimen o én aquellos que éste no logra controlar y cémo dar una expresién global a las miltiples y dispersas resistencias, #s el momen to m&s social y cultural de la oposicién, donde. la esfera. po- litico partidaria parece en retroceso, debatiéndose entre la mantencién de las viejas identidades y el aprendizaje*de las nuevas formas de accién e intentande reestablecer vinculos con una base social que se, modifica répidamente. Ello expli+ ca que sean principalmente los movimientos en la base social y las organizaciones sociales, michas de ellas nuevas y otras en proceso de reestructuracién, a veces protegidas bajo el manto de organizaciones como 1a Iglesia, las que toman la ind, ciativa en las diversas esferas sociales, sin que se perciba una expresién politica unificada. mm esta fase, sectores de apoyo pasivo inicial al régimen; afectados por las politicas el trabajo.de O'Donnell en-bechner (ed,), op.cit. Wy eo de éste, tienden a desplazarse hacia 1a oposicién, al menos parcialnente, #1 paso.a la fase de istracitn de cris: tes est& dado normaimente por el fracaso de'la dimensién, fun daciqnaly especialmente de su base econémica, £1 dégmatismo e incompetencia de los equipos tecnoeriticos, 1a ausencia de wn proyecto con solidez en el plano de la inversién, la extre ma dependencia del capital financiero externo en un momento de liquidez que tiende a agotarse, el carfcter especulativo y depredador de los ‘grandes grupos econémicog formados bajo el amparo de las politicas estatales, por citar algunos factores del 4mbito eqonémico, unidos a la débil capacidad de incorpo- racién y cooptacién de la sociedad civil, dejan al régirien sin un proyecto u oferta social, La deuda externa, el desem pleo y la recesién, el deterioro del aparato productivo, la emergencia de grupos corporativos que presionan a un Estado con grandes dificultades de accién, obligan al recurso de po liticas reactivas cada vez m4s incoherentes que profundizan la crisis. Cémo "apagar incendios" aqui y all4 y asegurar la mantencién o sobrevivencia del, régimen, m&s al14 de cualquier proyecto de transformaci6n es la problenftica central para aquel en esta fase. Ella se caracteriza, asi, por el abando~ no del impulso transfoniador, el debilitamiento del nficleo he geménico en la direccién estatal, la erosién del bloque de apoyo al régimen y su descomposicién en actores corporativos que pierden sp lealtad genérica para preocuparse de sus pro~ at os Bios intereses y reivindicaciones; el aislamiento consiguien~ ‘te de las Fuerzas Armadas respecto ‘de los-otros sectores del bloque dominante, y el erratismo e incokerencia de las polf~ ticas estatales, A diferencia de la fase fundacional, donde las aperturas 0 liberalizaciones”” correspondfan a una estra tegia ofensiva de consolidacién de un régimen que se sentia suficientemente fuerte para incorporar limitadamente nuevos sectores, en esta fase ellas corresponden ya sea a maniobras defensivas de cooptacién para compartir la administracién del fracaso y la crisis y pemwitir la sobireviviencia, o ya sea a la imposicién de una sociedad que se reactiva y moviliza. Los temas ideolégicos. principales apuntan muevamente, pero § ta vez en forma m4s. desordenada, a agitar los temores de una vuelta al pasado, La problen4tica de la oposicién en esta fase es ia wifi, cacién de todos los descontentos y. resistencias en un movi- miento que evite la mera transformacién del régimen y lo empu je hacia una crisis terminal, Se trata de una fase en que la sociedad civii pierde en gran parte el miedo-y se moviliza ac tivamente aprovechando 1a deb: ad del régimen y sus dificul, tades en implantar el sistema represivo inicial, como es el V/ las aperturas se-entienden como creacién de espacio de par ticipacién o representacién y las liberalizaciones como ~ atefmuacién de la pauta autoritaria o excluyente, con o sin apertura. Ambas pueden o no coincidir, pueden realizarse por medios formales o informales y pueden formar parte de un proceso de institucionalizacién o de transicién (1 Pro. itico Chileno, op.cit.). np 8 1 suefio de 1a cfipula militar. mm este proceso de "resurreceiin dela sociedad civil” como se le ha denominado, sé plantea el problema de 1a unidad de la accién opositora. Blla tiene dos facetas, Por un lado, el de la vinculacién entre el "mundo social", dotado de su propia din4mica de movilizacién y orga~ nigacién, con cierta resistencia a una capitalizacién politi- ca unilateral, y el "mundo politico" que vuelve a hacerse pre sente en la escena p&blica donde reemergen antiguas organiza— ciones y liderazgos.. Por otro lado, en el plano propianente politico, 1a concertacién entre fuerzas partidarias que en el pasado se enfrentaron como rivales y que m&s all4 de su con tradiccién comin con ei régimen militar, poseen proyectos ideo légico~politico diferentes y competitivos, Las diferentes percepciones sobre el carfcter de la crisis del régimen y el contenido de una alternativa democrftica constituyen los pun~ tos b&sicos en torno a los que gira la posibilidad de una pro~ puesta opositora unificada, La pérdida de 1a dimensién fundacional no significa nece~ sariamente que el régimen pase‘autom&ticamente a una fase ter— minal, Este puede transitar de crisis en crisis por un tiempo prolongado, Ello es m&sprobable en los casos en que el régi- men logré algin grado de institucionalizacién tradycido. en mecanismos y plazos ‘antes de la crisis, lo que constituye el fico elemento comfn entre los sectores que componen el bloque dominante en la fase de crisis recurrentes. ~ 3 - m la fase terminal, la problemAtica central ya no es ni la transformaci6n de 1a sociedad, ni la pura mantencién del régimen, sino las condiciones de salida de los actores predo~ minantes de’éste (algo asi, como el "salvataje de muebles" en el incendio) y los elementos b4sicos del régimen de reemplazo. La existencia de Fuerzas Armadas relativamente modernas y uni Ficadas y de clases medias diversificadas y con perfiles ideg égicos propios, entre otros elementos,.hacen poco probable que esta fase terminal se caracterice por un enfrentamiento insurreccional con derrota militar interna de las Fuerzas An nadas, a @igerencia de otros contexts. E110 supone, enton, ces, que esta fase se define por una decisi6én institucional de las Fuerzas Armadas de retirarse y, por lo tanto, de admi~ nistrar las condiciones de su salida, 0 al menos de negociar~ las, dependienda ello de su grado de aislamiento y poder rela tivo, Esta decisién de vetivarse supone normalnente®/ 1a in- termalizacién y socializacién de su fracaso, Tal socializa~ cién institucional, de su fracaso puede ser provocada tanto por un fenémeno de dexrota militar externa, cono por la agudi 2/ m tales contextos puede coincidir el término de la dictadura con el inicio,de una revolucién social, como en el caso centroamericano. Ver un mayor desarrollo de las diferen~ ~l.eias en *Democracia, sesy Opecit. 2/ También puede ocurrir que esté prevista en los plazos de institucio zacién previamente estab: sidos, .con.lo.que el retiro puede sigificar variacién de esos plazos solar mente. Ss frecuente que el paso a una fase terminal se de sencadene con un hecho dram&tico, La guerra de las Malvi- nas es una ilustracién. = 4s zacién violenta de una crisis econémica, como por la percep~ cién de ingobernabilidad de.la sociedad debido a la intensifi eacién de 1a movilizacién social, mm esta fase terminal, tiende a ser decisivo el viraje hacia la oposicién de secto~ res inicialmente proclives al régimen. Desde la perspectiva de la oposicién, su problendtica b&— sica es, por wm lado, la masificacién y canalizacién de.un proceso de movilizacién social y popular que haga penetrar la crisis en el interior de las Fuerzas Armadas, y, por otro, la concertacién en-la esfera mis cupular de una propuesta insti- tucional de término que viabilice 1a salida de las Fuerzas Ar iadas y asegure wn régimen denocrético. No nos detendremos aqui en lo que puede denominarse. espe chficanente proceso de transiciti,/ es décir, el interregno entre el régimen militar que temmina y el nuevo régimen (demo erftico) que nace o el paso de uno a otro, por cuanto ello.de be ser objeto de un trabajo especial. Sefialamos Solamente que puede pasarse directamente del régimen militar a uno demo erftico, sin que medie wia fase de transicién con institucio- nalidad propia, en‘ cuyo caso los procesos basicos de transi- cién se realigan: bajo: da: institucionalidad del régimen mili- tar en su fase terminal. La importancia de distinguir entre miste una crecientt: bibliografia sobre la materia, Son especialmente titiles los trabajos recogidos por el proyec ito "Transitions from authoritarian rule and prospects for democracy" del Latin American Program del Wilson Center, ‘ton DC, en proceso actual de impresién. vy fase tentinal y proceso de transicién, al menos anal{ticamen- te, radica en que las fuerzas y actores sociales que pueden provocar una crisis teiinal y desestabilizar un régimen mild, tar, no son necesariamente los mismos que pu eden asegura? una transicién democratica. BL esquema presentado, de 4ndole principalnente descrip tiva, no intenta dar cuenta de todo lo que ocurre bajo el ré ginen militar, ni agotaz todos los casos nacionales que, obvia mente presentan importantes variaciones en torno a é1, sino tan s6lo indicar desde una particular perspectiva la dinfmica b&sica de estos regimenes, Vale la pena ubicar dentro de esta evolucién 1a diferen~ te sigificacién que adquiere el tema en torno al cual se de~ fine la alternativa al régimen milita: la democracia, La de nocracia aparece como wn referente de significado ambivalente en las diversas fases del régimen y para los diversos adtores en presencia, como un campo de disputa de méltiples signizica dos muchas veces contzadictorios. asf, en la fase predominan temente reactiva, la democracia’es el principal referente ne~ gativo para el régimen militar y sus actores predominantes, Se trata de terminar con ella y'su herencia, apuntandé a un “nuevo-onden" o "institucionalidad" cuyo nombre y contenido se omiten, Para la oposicién inicial 1a denocracia es invoca da principalmente en cuanto sistema de garant{as contra las arbitrariedades y atrgpellos a .los ‘derechos bAsicos, partien- eo do por el derecho a la vida. im la fase fundacional, desde el régimen surge un sentido nuevo de democracia: es la meta a Ja que llegar después de un largo perfodo de régimen mili- tar,pero entendida como "nueva democracia" opuesta a la ibe val y del pasado, como arena politica de participacién y re- presentacién restringida, dotada de poder de "proteccién" mi litar y de mecanismos de exclusién. La legitimidad o la me- moria hist6ricas impiden nombrar este sistema de otro modo que"democracia". La "“transicién” significa aqui un proceso de institucionalizacién de la pauta autoritaria o excluyen- te im esta fase el concepto de denocracia por parte de la oposicién tiende a combinar, a veces en forma conflictiva, la idea de "recuperacién" de wn sistema de libertades pfibli- cas y de democracia politica con la idea de wi contenido que se oponga al que vehiculiza la dominacién autoritaria. mn las fases de administracién de crisis y terminal, la transi~ cién a la denocracia aparece para el régimen como un camino defensivo a un sistema que proteja las conquistas capitalise tas obtenidas bajo el régimen militar, Para cierta oposicién, transicién significa término del régimen militar y estableci- miento de las instituciones clAsicas de la democracia repre~ sentativa, ste significado es compartido pero ampliado por otros sectores de oposicién, que incluyen como elementos cons— titutivos del ideal democr&tico Ja participacién popular om ‘V/ Para la distincién entre institucionalizacién como -proceso dé consolidacién y transicién como proceso de cambio de r& gimen, £1 Proceso Poll eee ,0p-cié. - 27 = ganizada:en todos los niveles de poder y la transformacién de 1a sociedad herédada del capitalismo autoritario, en téxminos de las demandas populares acumiladas, Es evidente que la vie gencia del régimen’militar implicé para todos los sectores que constituyeron 1a oposicién una revalorizacién definitive de 1a democracia cono régimen politico al que aspirar, pero también es cierto que queda como interrogante el significado concreto a otorgar a este valor en todas las otras esferas de la vida social, es decir, al concepto democracia no sé1o como forma de gobierno sino como lucha contra las dominaciones, ACTA UN BALANCE Las dictaduras militares del Cono Sur teminan o se diri, gen inexorablemente a su fin en el contexto de un doble fraca so. Por un lado, la incapacidad de resolver ninguno de los problemas importantes de la nacién, como lo muestran el estaricamiento econémico, 1a dependencia externa, el desempleo, las creciente desigualdades, la miseria, la desintegraci6n de las relaciones sociales, etc. mm los casos que Imibo impulso modernizador, ste no logré generalizarse a la sociedad y agrav6é profundamente la diialidad interna, Pero este fracaso indiscutible en ténminos de-un proyecto nacional, es tanbién un fracaso en cuanto proyecto de clase o hegen6nico, Es en términos de sus propios parfmetros y dimensiones que los.regd menes militares fracasaron, Ni lograron desarticular defini~ tivamente la sociedad precedente ni:dograron un nuevo.orden polstico como culminacién de las transformaciones introduci- das en.la sociedad, De un modo u otro la politica siguié vi gente y las antiguas organizaciones y actores logran una ciex ta relacién de continuidad con los emergentes durante el ré- gimen militar. Las Fuerzas Ammadas se retiran para ceder pa~ so a formas politicas relativamente cl&sicas y conocidas, Fero fracaso tanto de la dimensién reactiva como de 1a dimensién fundacional, es decir, del conjunto del. proyecto histérico de estos regimenes no significa que las respectivas sociedades no hayan sufrido cambios y transformaciones y que ja transicién hacia regimenes democr&ticos impligye aquestnada nuevo hay bajo el sol" o que "todo empieza desde donde quedé antes de las dictaduras", Por el contrario, estos regimenes dejan una profunda huella en sociedades que se transformaron y que, en parte, dejaron de ser lo que eran, quiz4s la pregunta més significativa a propésito del can bio sufrido durante el régimen militar, se refiere a la man- tencién, modificacién o sustitucién del modo particular cémo en cada sociedad se constitufan y articulaban los, sujetos y actores sociales y politicos, es decir, a lo que en otras oca siones hemos denominado 1a "colwma vertebral" de cada socie~ _ +) OP.cite, cap. 1. Y/ Bl proceso politico - 29 = Mm ese sentido, el cambio social parece haber ido en dos A A ; dixecciones diferentes segin los casos.4/*’ una primera es:1a de una modernizacitn incompleta donde se combiné un avanceien la industrializacién, wna presencia del Estado y 1a creacién de bases estructurales para el surgimiento de nuevos sujetos sociales con 1a mantencién del estancamiento y la marginaliza cign de yastos sectores./ ta existencia de espacios de re presentacién permitié aqui un cierto. cotejamiento y combina— cién, no sin tensién, entre. los "viejo" y lo "nuevo", #1 con flicto social en el momento de la crisis econémica y politica del végimen militar y de la transicién posible, adquiere la forma de enfrentamiento por los costes y beneficios de esta nodernizacién perversa, Una segunda direccién fue la dé] ese tancamiento o retroceso de la industrializacién, la reduccién del papel "social" del Estado y 1a eliminacién de todos los espacios de representacién pibiica.2/ silico significé un. prow fundo debilitamiento y estrechamiento de las bases estructura les e institucionales de constitucién de los antiguos sujetos y actores sociopoliticos, sin el surgimiento de ninguno mevo U/ Penocracia, transicién ..., op.cit. 2/ Este parece ser el caso de Brasil en cuanto’a transforna— ciones estructurales. Ver F.H. Cardoso Dependencia e de~ mocracia (mimeo, Marzo, 1983), 3/81 caso chileno.es ua ilustracién de esta direccién. ver J. Martinez y E, Tironi Dendencias de cambio en 1a estra~ Tae a “(mimeo CEPAL, 1983). = 30- que reemplazara el rol de aquellos. aqui. se plantea un pro- blema de recuperacién de identidadés y representacién colec~ tivas y 1a tenftica de la transicién a 1a democracia se rede fine en términos de un proceso. de reconstruccién dé la nacién. Con variaciones segfn los casos, el impacto destructivo de 1a dimensién reactiva y los efectos desarticuladores de ia dimensién transformadora, constituyén una pesada herencia de estos regimenes militares cuyo enfrentamiento excede sin duda los problemas cl4sicos de transicién entre dos regimenes y los hace coincidir con un momento fundante de wna nueva &poca © de un nuevo tipo de relaciones y organizacién social. Y AL go anAlogo al desaffo planteado en el pasado al dérrumbarse el orden olig&rquico y constituirse el orden mesocrAtico o el Estado de compromiso, y donde 1a pregunta, igual que en el pa sado, es "por las fuerzas sociales cabaces de construir éste nuevo orden. Es en @ste contexté que vale la.pena émunciar al menos algunos de los desafios que el fracaso de estas dictaduraas deja cono problemas a resolver para una transicién a un siste ma democratico, Asi, cabe mencionar la ‘presencia misria de unas Puerzas Amadas no derrotadas en éifrentamiento intemo y que consen, ‘V/ la posibilidad altemativa es 1a inestabilidad permanente, van su autonomfa organizacional, sus recursos institucionales y de fuerza, su capacidad de presiéa, su debilidad en el mo- mento de la transicién, en algunos casos debido a derrota mis litar, externa, su retixo obligado, no significan wn cambio sustancial en su visi6én de 1a sociedad ni en la percepcién de su rol en;ella, Se trata de Fuerzas Armadas que no han adhe~ vido a la democracia, sino por c4lculo o forzadas a ello. Son, por lo tanto una ‘amenaza permamente a su estabilidad, lo que obliga a una transformaciéyt profunda de sus formas de or ganizacién, socializacién y relaciones con el poder politico, donde el eje pareciera ser la erosi6n de su impermeabilidad a da sociedad civir.2/ Pero esta precariedad de la adhesién democrAtica no se reduce al sector militar, sino que alcanza a 4mbitos importan, tes de la sociedad civil, especialmente, a la clase capitalis ta. Bn los sectores de la clase capitalista y de derecha, pa reciera haber s61lo, cuando la hay, inclinacién tactica hacia un régimen distinto al militar, en la esperanza de resolver sus problemas coyunturales, debido a la crisis econémica, con politicas m&s favorables, Su comportamiento respecto de 1a vepresién y eliminacién de las libertades durante el régimen militar es una prueba de ello, como también lo es Ja ausencia 0 debilidad de pamtidos que los representen con independencia del poder militar y que -presionen con fuerza por. su témino, 2/ La politica del gobierno democrAtico argentino hacia las FF,AA, luego del ascenso de Alfonsin ilustra este problema. = 32— Al igualque las Fuerzas Amadas,.estos sectores representan una espada de Damocles para um régimen democratico, que ade- m&s tendr& que encarar profundas transformaciones del sistema capitalista para contar con la adhesién y el apoyo popular. No s61o 1a persistencia de enclaves no democréticos cons tituye uno de los problemas a enfrentar por los regimenes que sugedan a estas dictaduras.Tanbién est4 la crisis del modelo de desarrollo y de organizacién social que deja coio herencia la cqnbinacién entre poder militar y esquema neolibéral.No pa reciera posible la reedicién del modelo de desarrollo que ca+ racteriz6 el Estado de compromiso para resalver los problemas de empleo, dependencia, crecimiento y vedistribucién de estas economfas.. Ya se conocen las criticas y los cuellos de bote~ lla a que lleva ese modelo, Nada aport6 para resolver estos problemas el esquema neoliberal intentado por las dictaduras. De modo que queda esta interrogante. La conciencia critica contenporfnea respecto de la sociedad industrial no permite plantearse este tema en forma inocente. Al igual, en otros planos, estas sociedades deber4n re- solver en conjunto viejos problemas que’ se arrastran y agra— van por décadas con problemas propios de las sociedades avan- zadas y de los que se toma conciencia masiva en forma crecien te: la preservacién del medio ambiente, la creacién de 4mbi- tos de participacién y decisién colectivas, la emergencia de nuevos ‘sujetos sociales. que se plantean sus propios procesos = 33° de liberacién de-viejas ataduras y dominaciones, la redePini- cién drastica del uso de recursés, la relacién entre el poder estatal y las! libertades:pfiblicas, etc. N6 es cuestién de postergar’é1 enfrentamiento de algunos de estos desafios para encarar otros. Sobre las emergentes democracias pesar4n to das estas presiones, Una base de desarrollo, wn modelo de re laciones sociales y wna imagen de 1o que la sociedad quiere de sf misma implican un consenso micho m4s. profundo ‘qué el pu xo. acuerdo en reglas dei juego o estas. instituciones de da democracia politica, Con 41 agravante que se trata, a dife- rencia de lo ocurrido en el momento de 1a redefinicién del-mg delo de desarrollo en los afios 30, de una democracia con pre~ sencia ya consolidada de masas, No es f&cil, asi, este con senso sobre el modelo de desarrollo y organizacién social que favorezca la estabilidad del régimen politico. Bsto plantea, a su vez, el problema de las relaciones en tre las fuerzas sociales y politicas que formaron parte del bloque opositor democrético al régimen mili y cuyo acuerdo giré en torno del enfrentamiento al adversario comin, Mds all4 de esta coalicién democratizante, de motivaciones my di versas, parece indispensable la construccién de una coalicién © bloque progresista transformador de la sociedad, que asegu- ve la viabilidad de un nuevo modelo de desarrollo y de organi, zacién social’ E1io es afin incierto y tiene cono sujetos a T/ las welaciones entre el peronismo y el radicalisno en Ar gentina, 0 entre la Democracia Cristiana y los partidos de izquierda en Chile, ilustran e. aspecto, = 34 - sectores que en los filtimos tiempos mostraron tendencias anta génicas entre s{ como son ciertos sectores.medios y las masas populares, .o en témminos politicos, los partidos de centro y de izquierda, A su vez, los procesos de renovacién y de ren vineulacién de las organizaciones politicas con una base so- cial emergente (de gran peso juvenil) quedaron normalmente a nedio camino al comenzar los procesos de transicién. La reno vacién intema de Ia polftica y la concertacién a largo plazo Para asegurar Ja estabilidad democrética, son también asf dos desaffog pendientes para los regimenes que nacen al terminar las dictaduras militares,

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