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I.INTRODUCCION.
Esta acotación la consideramos importante y necesaria, toda vez que, como veremos más
adelante, las facultades y atribuciones de la administración tributaria venezolana son
2
Corte Federal y de Casación. Sentencia de fecha 23 de Octubre de 1953.
amplísimas y extensas, y en consecuencia es muy posible, o al menor tentador, que se haga
un uso abusivo de las mismas, en perjuicio de los administrados y contribuyentes.
Así, el artículo 141 de la Constitución establece que: “La Administración Pública está al
servicio de los ciudadanos y ciudadanas y se fundamenta en los principios de honestidad,
participación, celeridad, eficacia, eficiencia, transparencia, rendición de cuentas y
responsabilidad en el ejercicio de la función pública, con sometimiento pleno a la ley y el
derecho”.
2.El ejercicio de esta función debe estar apegado estrictamente a la ley, con lo cual se
consagra de manera genérica el conocido principio de la legalidad.
3.El ejercicio de la función pública lleva implícito la obligación de rendir cuentas y genera
responsabilidad penal, civil y administrativa para los funcionarios que ejerzan dicha
función, “...sin que le sirvan de excusas órdenes superiores...”, como reza el texto de la
Constitución.
Estas disposiciones podemos complementarla con las previsiones de los artículos 3 y 6 de
la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos (LOPA), que aunque es una ley más
antigua que la Constitución Nacional, tiene plena vigencia y comulga con los preceptos ya
citados. Así, el artículo 3 establece: “ Los funcionarios y demás personas que presten
servicios en la administración pública están en la obligación de tramitar los asuntos cuyo
conocimiento les corresponda y son responsables por las faltas en que incurran. Los
interesados podrán reclamar, ente el superior jerárquico inmediato, el retardo, omisión,
distorsión o incumplimiento de cualquier procedimiento, tramite o plazo en que incurrieren
los funcionarios responsables del asunto...” y el artículo 6 ratifica las ideas anteriores, al
expresar: “ Cuando el administrado haya incurrido en mora o retardo en el cumplimiento de
las obligaciones contraídas con los administrados y ello acaree daño patrimonial, el
funcionario o funcionarios a quienes competa la tramitación del asunto, además de las
sanciones previstas en esta Ley, será responsable civilmente por el daño ocasionado a la
administración”
Las normas anteriormente transcritas nos dejan claro que, a pesar de las amplísimas
facultades de que está dotada la administración tributaria venezolana para el cabal ejercicio
de sus funciones, dichas atribuciones o facultades se encuentran delimitadas por preceptos
constitucionales y legales de obligatoria observación, que deben ser tomadas en cuenta en
el momento específico de cada actuación.
3
OSSORIO, Manuel. “Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales”. Editorial Obra
Grande, S.A. Buenos Aires, Argentina.
4
RONDON DE SANSO, Hildegard. “Teoría General de la Actividad Administrativa”. Ediciones
Liber. Caracas, 2000. Pag. 116
forma tal que cada uno de ellos es competente para un fin o grupo de fines
determinados.
Hay órganos que tienen una competencia genérica por cuanto la misma se
extiende a distintas ramas de la Administración, como es el caso del Consejo
de Ministros. Estos órganos se distinguen de los que tienen una competencia
específica, en la distinta naturaleza de la función que ejercen por lo cual la
doctrina considera que sería correcto hablar en tales casos más que de
competencia por la materia, de competencia funcional”
“La incompetencia es el vicio más grave que afecta el elemento subjetivo del
acto administrativo. Se dice que un acto administrativo es legítimo cuando
ha sido dictado por un órgano administrativo dentro de sus atribuciones, es
decir, cuando ha actuando en el ámbito de su competencia. No es indiferente
para el Derecho Administrativo de quien emanada la manifestación de la
voluntad, de juicio o de conocimiento que calificamos como acto
administrativo, pues tal manifestación solo puede ser producida válidamente
por el órgano, ente o persona jurídica calificada para tal fín por el derecho
objetivo. De hecho, la jurisprudencia ha dicho que la exorbitante presunción
de legitimidad de los actos administrativos que hace que estos se presumen
conformes a derecho mientras no se demuestre lo contrario, sólo opera en
tanto y en cuanto el acto haya sido proferido por el órgano competente”5
5
FRAGA PITTALUGA, Luis. “La Incompetencia en el Derecho Administrativo”. Editorial Torino.
Caracas, 2000. Pag 53
necesario definir de una manera macro o general, cuales son las funciones de toda
administración tributaria o cuales serían los campos que delimitarían la acción de este ente
ejecutivo.
2.La recaudación propiamente dicha. Esta función está concebida como el proceso de
cobro y enteramiento de los recursos en la tesorería nacional. Comprende la
implementación de mecanismos autónomos para la recepción de los ingresos de origen
tributario o la elaboración de programas y acuerdos con la banca comercial destinados a
este fín.
3.La aplicación e interpretación de las leyes tributarias. Comprende una extensa labor
como la elaboración de dictámenes, repuestas a consultas, resolución de escritos de
descargos, recursos jerárquicos, de revisión, solicitudes de anulación, solicitudes de
reintegro y en general la atención de cualquiera petición que lleve implícito una
aplicación o interpretación de leyes de contenido tributario.
Todas estas funciones – qué debe hacer el órgano tributario o fiscal - que de manera
genérica hemos esbozado, se traducen en competencias específicas o atribuciones de que
está investido el ente fiscalizador y recaudador.
Pero además de las funciones y competencias de los entes encargados de la tributación, hay
un componente importante en la forma en que los Estados conciben el rol y función de la
administración tributaria que implica además, la concepción del Estado de Derecho y más
aún, como es concebida la relación entre el fisco y los contribuyentes administrados.
Uno de los propósitos de este trabajo es dilucidar como nuestro legislador concibió esa
relación jurídico tributaria y como quedó plasmada esa concepción en las leyes especiales
de la materia.
6
SPISSO, Rodolfo R. “Facultades de la Administración el la Determinación Tributaria”. Publicado
en XVIII Jornada Latinoamericana de Derecho Tributario. Montevideo, 1996. Pag. 269.270
III.FACULTADES, ATRIBUCIONES Y FUNCIONES GENERALES DE LA
ADMINISTRACIÓN TRIBUTARIA PREVISTAS EN EL CODIGO ORGANICO
TRIBUTARIO 2001 Y EN LA LEY DEL SENIAT.
7
TANZI, Vito. “Tax System and Policy Objectives in Developing Countries: General Principles and
Diagnostic Test. Publicado en Tax Administration Review. No. 23. Pag. 68.
recaudación y que los otros objetivos pueden lograrse por el lado del presupuesto y
del gasto. Sin embargo, Tanzi insiste en la importancia de concebir el sistema
tributario como un instrumento de política económica y no con un fin meramente
recaudatorio.
8
HELLMUTH W., OLDMAN, O. Tax Policy and Tax Administration. Publicado en Policy and Tax
Reform, 1973. Pag 531
9
Ob Cit. Pag. 533. Traducción propia.
En la Gaceta Oficial de fecha 8 de Noviembre del 2001 distinguida con el No. 37.320
aparece publicada la Ley del SENIAT que contiene una amplísima lista de las funciones del
servicio, las cuales están previstas en el artículo 4 de dicha ley.
Con la ley del SENIAT se le otorga una mayor categoría al ente recaudador y se diluyen
las dudas sobre la debilidad de su estructura jurídica, muchas veces cuestionada por los
contribuyentes, quienes en reiteradas oportunidades argumentaban que la organización,
estructura y funcionamiento del servicio había sido dictada por un funcionario
incompetente –EL Superintendente Nacional Tributario – y en consecuencia, eran irritos y
viciados en nulidad, los actos administrativos llevados a cabo por los niveles operativos
del SENIAT. De hecho, existe una sentencia de un Juzgado Superior Tercero
Contencioso Tributario a favor de esta tesis, donde se explica la incompetencia de los
funcionarios de la Gerencia de Contribuyentes Especiales10.
A pesar de que no comulgamos con la enunciación tan exhaustiva y detallada sobre las
funciones del servicio, consideramos que la misma abarca todas las funciones de la
administración tributaria y que quedará fuera de dudas la supuesta debilidad sobre la
estructura den ente recaudador.
Nos corresponde analizar con detenimiento las facultades que nuestro ordenamiento
jurídico concede a la Administración Tributaria, particularmente el análisis de las
previsiones contenidas en el COT-2001, desarrolladas en los artículos 128 al 136.
10
RAMIREZ 6 GARAY. Jurisprudencia. Tomo 154. No. 1005. .
cumplimiento de las obligaciones tributarias” (art. 127) y de seguidas hace un enunciado
de dichas facultades que explicaremos en detalles.
Insistimos en que esta importante providencia marca la pauta del accionar de los
funcionarios fiscales. Por ejemplo si la providencia indica que el impuesto a fiscalizar es el
impuesto sobre la renta, no podrá el fiscal actuante requerir información sobre el impuesto
al valor agregado o a los activos empresariales y quedará a potestad del contribuyente,
como una muestra de colaboración, aportar recaudos o documentos de impuestos que no
están en la providencia. Por tanto, es un derecho del contribuyente, el negarse a aportar
documentos o información no relacionados con el impuesto, periodos de imposición u otros
elementos de la obligación tributaria a los expresamente indicados en la Resolución
autorizatoria.
A nuestro juicio, esta facultad debe estar limitada a la contabilidad o a aquellos documentos
que tengan una relación directa con los hechos objeto de la fiscalización, y particularmente
con aquellos relacionados con los elementos constitutivos de la obligación tributaria, como
por ejemplo el hecho imponible ( y dentro de este, particularmente la temporalidad, la
territorialidad), la cuantificación de la base imponible y la identificación precisa de los
sujetos pasivos y el carácter con que se encuentran vinculados a la administración (bien en
condición de contribuyentes, responsables, agentes de percepción o retención).
Nada dice el COT sobre si la declaración se hace bajo juramento o no. A nuestro juicio
creemos que debe tratarse de una declaración simple, sin la formalidad del juramento ya
que la prueba que de allí surja, debería conjugarse con otros elementos a disposición de la
administración.
La practica de avalúo o valoración de los bienes es una medida necesaria cuando el valor de
los mismos determinará la base imponible del impuesto. Así ocurre con el impuesto de
sucesiones, donde el valor de los bienes que constiutuyen la herencia, formará parte del
activo y en consecuencia determinará el impuesto a pagar. O en el impuesto a los activos
empresariales, donde hay que valorar los activos destinados al enriquecimiento.
El avalúo debe hacerse bajo métodos de aceptación universal, tomando en cuenta valores de
mercado, el estado actual en que se encuentran, los índices de inflación y factores como
depreciación, antigüedad y utilidad. Todos estos elementos deben constar en la valoración
que hagan los funcionarios, para seguridad de los propietarios de los bienes.
Hemos abarcado en esta categoría a la facultad prevista en el ordinal 6 del artículo 127: “
Recabar de los funcionarios o empleados públicos de todos los nieveles de la organización
política del Estado , los informes y datos que posean con motivo de sus funciones” y la
prevista en el órdinal 11 del mismo artículo, en virtud de la cual la administración tributaria
puede: “ Requerir informaciones de terceros relacionados con los hechos objeto de la
fiscalización, que en el ejercicio de sus actividades hayan contribuido a realizar o hayan
debido conocer, así como exhibir documentación relativa a tales situaciones y que se
vinculen con la tributación.” , porque consideramos que básicamente se trata de la misma
facultad, cual es el requerimiento de información a terceros.
11
FRAGA PITTALUGA. “La Defensa del Contribuyente frente a la Administración Tributaria”.
Fundación de Estudios de Derecho Administrativo. . Caracas, 1998. Pag. 22.
iii) Exista la fundada presunción de que será inoperante la información al
propio sujeto que se investiga”
Consideramos que el legislador no ha debido eliminar las sabias limitaciones que contenía
el COT-1994 sobre el requerimiento de información a terceros, y que, dado su carácter
excepcional, bien podrían los terceros requeridos argumentar los impedimentos que le
obstaculizarían su colaboración con la administración tributaria. El mismo autor citado ha
indicado que: “En un reciente fallos de los tribunales de los Estados Unidos de
Norteamérica se ha precisado que sólo procede el acatamiento a los suministros de
información que ponen coto a la confidencialidad en sí misma de la información, si la
Administración muestra “una buena causa” en su pedido”13 , argumentando además el autor
que la información requerida sólo encuentra justificativo si es nueva o distinta de la
ordinaria que posee la Administración y no meramente histórica, como en la generalidad de
los casos intenta exigir la autoridad administrativa.
12
DIAZ, Vicente O. “Limites al Accionar de la Inspección Tributaria y Derechos del Administrado”
Ediciones Depalma. Buenos Aires, 1997. Pag. 38 y 39.
13
Ob Cit. Pag 40
La facultad contenida en el ordinal 7 del artículo 127 sobre la retención y aseguramiento de
los documentos revisados en la fiscalización, incluyendo los medios magnéticos, se refiere
a una facultad de carácter coactivo, distinta a aquella que ejerce la Administración
Tributaria cuando el contribuyente de manera voluntaria, aporta documentos, papeles y
otros medios de prueba que le han sido requeridos.
Con relación a los medios magnéticos (diskettes, discos duros, memorias de P.C., etc), los
mismos pueden ser objeto de retención coactiva, de conformidad con lo previsto en el
ordinal que analizamos, o de solicitud de copia, de conformidad con lo previsto en el
artículo 127, ordinal 8. En el caso de que sean solicitadas copias, las mismas pueden ser
requeridas con prescidencia de: “... que el procesamiento de datos se desarrolle a través de
equipos propios o arrendados o que el servicio sea prestado por un tercero...” , por lo cual
el contribuyente no pudiera alegar que la información no es llevada en equipos de su
propiedad y en consecuencia, no puede aceeder a la misma.
Las medidas pudieran ser, a título de ejemplo, la intervención de libros y documentos, con
expresa prohibición de hacer nuevos asientos, o la incautación de los mismos, a los que ya
hicimos referencia. Puede asímismo designar custodio de libros y documentos a otras
autoridades administrativas, policiales o al Resguardo Nacional Tributario, si las
condiciones de la fiscalización o el lugar donde esta se practique, así lo ameriten. Pueden
colocarse precintos de seguridad en los equipos informáticos, prohibir el uso de
computadoras o designar custodios especiales, en fín, son numerosas y amplias las
medidas que pueden tomarse. Lo trascendente de este punto es que las medidas se tomen
en resguardo de la documentación o recaudos que posea el contribuyente y que es de vital
importancia para esclarecer los hechos que se investigan.
Nuevamente, y por lo amplio de esta facultad, consideramos que de toda medida deberá
levantarse un acta, con indicación del tiempo de duración de las mismas, así como se exige
el levantamiento de un acta para el caso en que se tome posesión de los bienes con los que
se haya cometido un ilícito tributario (art. 127, ordinal 14).
Una disposición similar a la nuestra, está contenida en el artícculo 142.3 de la Ley General
Tributaria de España, que establece:
La inspección se refiere a la visita que realizan los funcionarios actuantes en las oficinas,
dependencias, locales o establecimientos de los contribuyentes. La inspección se hace con
el objeto de verificar situaciones de hecho en las que esté presente algunos elementos o
indicios relacionados con la actividad del contribuyente y que tengan un interés tributario o
fiscal. Por ejemplo, constatar la existencia de inventarios en depósitos o almacenes,
verificar la procedencia legítima de mercancías, constatar la existencia de facturas,
documentos o archivos en determinadas oficinas y dependencias.
El COT es claro en el sentido de que estas diligencias deben practicarse en horas hábiles y
que la practica de estas actuaciones fuera del horario normal, requerirá una orden judicial
de allanamiento expedida por el juez competente y de conformidad con las normas
especiales que rigen la materia. Igual requisito es necesario, cuando las diligencias se
practiquen en el domicilio del contribuyente.
Es importante destacar que nuestra Constitución Nacional consagra la inviolabilidad del
domicilio, por lo cual la visita a este lugar debería tener un carácter restrictivo y
excepcional. Así, el artículo 47 reza: “ El hogaar doméstico y todo recinto privado de
persona son inviolables. No podrán ser allanados, sino mediante orden judicial, para
impedir la perpetración de un delito o para cumplir de acuerdo con la ley las decisiones que
dicten los tribunales, respetando siempre la dignidad del ser humano ”. Observese que
nuestro ordenamiento constitucional extiende la inviolabilidad no sólo al domicilio, si no
también a “todo recinto privado de personas”, incluyendo dentro de estos por ejemplo a las
oficinas o residencias alternas.
La doctrina española ha apuntado algunos aspectos interesantes sobre las implicaciones que
tienen el domicilio de las personas naturales de conformidad con el artículo 141 de la Ley
General Tributaria. Según Francisco Guio Montero14,: a) El domicilio siempre es referido a
las personas físicas, b) La entrada al domicilio sólo podrá hacerse mediante oportuno
mandamiento judicial, c) Existe la tendencia a considerar dentro del ámbito protegible del
domicilio no sólo la casa vivienda , sino también aquellas otras que destinadas a recreo o a
cualquier uso particular, se incluyen dentro del ámbito de la vida privada y d) La
autorización judicial sólo se podrá conceder para llevar a cabo las funciones que se señalan
expresamente en la ley tributaria.
Así, no debe formar parte de la rutina de las actividades de fiscalización la presencia, aún
pasiva, del Resguardo Nacional Tributario como ocurre con relativa frecuencia en los
operativos que realiza el SENIAT en las distintas regiones del país. Insistimos en que su
participación debe estar restringida pues así lo consagra expresamente el COT-2001.
La participación del RNT fue incorporada por primera vez en el COT-2001.(Art. 140 al
144) Antes, su actividad se regía por los planes conjuntos que firmaban el Superintendente
Nacional Tributario y el Comandante de la Guardia Nacional, fundamentándose en decretos
del Ejecutivo Nacional que dieron nacimiento al RNT.
Las funciones del RNT son funciones de apoyo logístico, de auxilio y de colaboración que,
de conformidad con el artículo 141 se traducen en:
De esta manera queda claro el rol que debe jugar el RNT en las relaciones entre el fisco y
los contribuyentes: un órgano auxiliar, sin autoridad para obrar de manera autónoma y
siempre apegado a las directrices que fije el ente tributario.
10.Tomar posesión de los bienes con los que se haya cometido ilícito tributario y ponerlos
a disposición del tribunal.
Los bienes con los que haya cometido ilícito tributario pueden ser de variada índole. Por
ejemplo, los medios de transporte (camiones, naves, aeronaves) en los casos de
introducción ilegal de mercancía al territorio nacional (contrabando) o de plantas de
procesamiento de especies alcohólicas destinadas a la adulteración de licores, o
maquinarias y equipos para la impresión de timbres fiscales falsos o bandas de seguridad en
el caso de la industria de cigarrillos y tabacos.
En todos estos casos, el ente tributario está facultado para tomar posesión de dichos bienes,
incautarlos en el ejercicio de su función fiscalizadora. Sin embargo, no es competencia del
SENIAT disponer de esos bienes, ya que el COT ordena que se levante un acta
especificando los bienes retenidos y se pongan a disposición del tribunal competente dentro
de los cinco (5) días siguientes para que decida sobre su devolución o dicte la medida
cautelar que considere necesaria. (art. 127, ord 14)
Entre las características de las medidas que señala este autor16, se encuentran.
La solicitud de medidas cautelares es una de las más importantes facultades de que está
investida la administración tributaria. Su regulación está prevista en los artículos 296 al 301
del COT. Por su importancia, transcribimos textualmente el artículo 396:
15
HENRIQUEZ LA ROCHE. “Medidas Cautelares”. Colegio de Abogados del Estado Zulia.
Segunda Edición. Maracaibo, 1983. Pag. 39.
16
Ob Cit. Pag. 41-46.
3.Prohibición de enajenar y gravar bienes inmuebles
4.Cualquier otra medida conforme a las previsiones contenidas en el
Parágrafo primero del artículo 588 del Código de Procedimiento Civil.
Lo primero que llama la atención de esta novísima norma, es que las medidas pueden
solicitarse aun estando en curso el proceso de determinación o fiscalización, por lo que esta
norma constituye una excepción al principio de judicialidad a que hicimos referencia,
citando al Prof. Henriquez La Roche. De manera que, al ente tributario le corresponderá
determinar el inminente peligro para el fisco nacional en la no recepción de los tributos,
para hacer la solicitud de la cautelar correspondiente.
Otros aspectos nos interesa destacar de este procedimiento cautelar previsto en el COT:
Sobre la cualidad o legitimación para solicitar medidas preventivas ante los órganos
jurisdiccionales competentes, corresponderá a la máxima autoridad tributaria nacional o
regional, según los casos, solicitarlas. Ya la Sala Político Administrativa del Tribunal
Supremo de Justicia, se ha pronunciado sobre el particular, al establecer que un gerente
regional de tributos internos del SENIAT tiene competencia para solicitar las medidas
preventivas previstas en el COT17. Esto hace que, por interpretación, también tengan esta
cualidad los gerentes de aduana principales, adscritos al SENIAT.
Las facultades anteriormente enunciadas pueden ejercerse por parte del ente tributario en
cualquier etapa o fase del proceso de determinación, por ejemplo desde simples operativos
para detectar el cumplimiento de deberes formales, o mientras se realiza el proceso de
audoría fiscal de fondo para el levantamiento del acta de reparo, en sumario administrativo
o durante la tramitación del recurso jerárquico. De manera que, como bien lo establece el
COT en el encabezamiento del artículo 127, estas facultades son para “exigir el
cumplimiento de las obligaciones tributarias”, y en consecuencia, pueden ejercerse en
cualquier instancia del proceso administrativo de determinación.
A la par de las facultades amplísimas de que está dotado el ente tributario, existen derechos
y garantías constitucionales que protegen a los sujetos pasivos de la obligación tributaria,
particularmente a los contribuyentes. Estas normas se encuentran dispersa en nuestra
Constitución Nacional y en el ordenamiento jurídico en general. Luis Fraga Pittaluga las
ha recogido en su libro “Derechos y Garantías del Contribuyente frente al accionar de la
Administración”18 y podemos resumirlas así: Derecho a ser oido, derecho a la notificación,
derecho a la formación del expediente administrativo y acceso al mismo, derecho a la
determinación sobre base cierta, garantía de la presunción de inocencia, derecho a la
motivación de la decisión, derecho a la caducidad del procedimiento determinativo,
derecho a invocar la prescripción y garantía de la irretroactividad
17
RAMIREZ 6 GARAY. Jurisprudencia. Tomo 156, No. 1796ª)
18
FRAGA PITTALUGA, Luis “La Defensa del Contribuyente frente a la Administración Tributaria”.
Fundación de Estudios de Derecho Administrativo. Caracas, 1998. Pag. 27 - 68
A pesar de la claridad de las normas y principios que hemos esbozado, es importante
destacar que no existe aún en Venezuela una Ley que proteja los derechos de los
contribuyentes o una enunciación expresa de los mismos, como existe en España. Por eso
en algunas oportunidades hemos hecho referencia a la importancia de que exista una
consagración formal de tales derechos en el ordenamiento jurídico del país. Esta es una
necesidad inminente sobre todo en momentos en que el SENIAT está dotados de las
amplias facultades a que hemos hecho referencia y existe en el país una presión tributaria
cada vez mayor, reforzada además con declaraciones de los más altos voceros del Ejecutivo
Nacional en las que se amenaza con acciones agresivas y poco usuales por parte del
SENIAT
c)Derecho de ser reembolsado, en la forma fijada en esta ley, del coste de los avales
y y otras garantías aportados para suspender la ejecución de una deuda
tributaria, en cuanto esta sea declarada improcedente por sentencia o resolución
administrativa firme.
m)Derecho a ser informado de los valores de los bienes inmuebles que vayan a ser
objeto de adquisición o transmisión.
V. A MODO DE CONCLUSION
6.Como reflexión final de este trabajo, hacemos nuestras las reflexiones de Vicente Diaz,
en su libro “Limites al Accionar de la Inspección Tributaria y Derechos del
Administrado”19:
19
Ob Cit. Pag. 5.
inspeccionado, dado que los derechos fundamentales de este último no
pueden ser infringidos por actos instrumentales del Estado.
BIBLIOGRAFIA