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FACULTADES DE LA ADMINISTRACION

TRIBUTARIA EN EL ORDENAMIENTO JURIDICO


VENEZOLANO
(Reflexiones y Comentarios)

Luis Homes Jiménez


FACULTADES DE LA ADMINISTRACION TRIBUTARIA
EN EL ORDENAMIENTO JURIDICO VENEZOLANO
(Reflexiones y Comentarios)
Luis Homes Jiménez

I.INTRODUCCION.

La Administración Tributaria en Venezuela ha adquirido una trascendental importancia


desde la creación del Servicio Nacional Integrado de Administración Tributaria (SENIAT),
mediante Decreto Presidencial No. 310 de fecha 10 de Agosto de 1994. Con este decreto,
se daba cumplimiento a las previsiones del artículo 225, 226 y 227 del Código Orgánico
Tributario de 1994 (COT-1994) que otorgaban una rango legal superior al ente tributario y
le reconocían una autonomía funcional y financiera que hasta ese momento, no tenía.

La filosofía de este servicio podemos descifrarla en la expresiones de su fundador, José


Ignacio Moreno León1 :

“Los cambios estructurales que se están haciendo en el sistema de


administración tributaria a través de la reingeniería de procesos involucrada
en el proyecto SENIAT, se presentan como un ambicioso esfuerzo para dotar
al estado venezolano de un eficiente servicio de formulación de políticas
impositivas y de administración tributaria, que permita reducir drásticamente
los elevados índices de evasión fiscal y consolidar un sistema de finanzas
públicas, fundamentado básicamente en los impuestos derivados de la
actividad productiva y menos dependiente del esquema rentista petrolero.

Mediante este cambio trascendental de la estructura financiera del estado, se


logrará igualmente impulsar el cambio de la cultura del rentismo a la cultura
de la producción y la productividad, con ciudadanos que en la nueva
concepción de socios o clientes, necesariamente forzarán las
transformaciones requeridas para lograr la modernización integral del estado,
a fin de hacerlo eficiente en la administración de los fondos públicos”.
1
MORENO LEON, José Ignacio. “El SENIAT como proyecto de Reingeniería del Sector Público”.
Publicado en El Sistema Tributario Venezolano. XXI Jornadas J.M. Dominguez Escobar. Institutos
de Estudios Juridicos del Estado Lara. Diciembre, 1995. Pag. 24.
Con esa filosofía se inició a mediados de la década de los 90 el rol y función del SENIAT,
no sólo en el ámbito de las finanzas públicas, si no en la sociedad en general.

Para el ejercicio de ese importante papel, ya estaban consagradas en el COT-1994 las


facultades del ente recaudador. Estas facultades fueron desarrolladas y ampliadas en el
COT-1999. El propósito de este trabajo es analizar dichas facultades, no sólo desde la
óptica estrictamente académica, sino también haciendo un análisis de las experiencias
internacionales. Nos hemos atrevido a agregar a este ensayo, algunos comentarios y
sugerencias que son producto del ejercicio de la función pública en los niveles normativos y
operativos del SENIAT.

II.ASPECTOS CONSTITUCIONALES Y LEGALES DE LA FUNCION PUBLICA Y


DE LA ADMINISTRACION TRIBUTARIA.

La Administración Tributaria, como entidad que forma parte de la Administración Pública,


está sometida a los principios rectores que orientan el accionar de ésta última. Al referirnos
a las facultades de la Administración Tributaria, no podemos pasar por alto que su
actuación debe regirse, en primer lugar, por las disposiciones que de manera muy clara y
expresa, consagra la Constitución Nacional de 1999. Así, cualquier acto que contraríe el
espíritu y propósito de estas normas fundamentales estaría viciado de nulidad. Como bien
lo establece una sabia y antigua jurisprudencia de la Corte Federal:

“....porque la administración pública, como órgano de la actividad estatal, no


puede ejercitar sus funciones sino dentro de los precisos límites del derecho
positivo, pues la demarcación de estos constituye la garantía establecida en
beneficio de los particulares o administrados contra las posibles
arbitrariedades de la autoridad ejecutiva, máxime cuando se trata de la
llamada Administración reglada, cuyos actos están sujetos a las definiciones
de Ley, Reglamento o cualquier otra norma administrativa”2

Esta acotación la consideramos importante y necesaria, toda vez que, como veremos más
adelante, las facultades y atribuciones de la administración tributaria venezolana son

2
Corte Federal y de Casación. Sentencia de fecha 23 de Octubre de 1953.
amplísimas y extensas, y en consecuencia es muy posible, o al menor tentador, que se haga
un uso abusivo de las mismas, en perjuicio de los administrados y contribuyentes.

Así, el artículo 141 de la Constitución establece que: “La Administración Pública está al
servicio de los ciudadanos y ciudadanas y se fundamenta en los principios de honestidad,
participación, celeridad, eficacia, eficiencia, transparencia, rendición de cuentas y
responsabilidad en el ejercicio de la función pública, con sometimiento pleno a la ley y el
derecho”.

En el mismo orden de ideas, el artículo 25 de la Constitución, prevé que: “ Todo acto


dictado en ejercicio del Poder Público que viole o menoscabe los derechos garantizados por
esta Constitución y la ley es nulo y los funcionarios públicos o funcionarias públicas que
lo ordenen o ejecuten incurren en responsabilidad penal, civil y administrativa, según los
casos, sin que le sirvan de excusas órdenes superiores”

Tres aspectos consideramos necesarios resaltar de estos artículos, que consideramos de


necesaria aplicación para los operadores de la administración tributaria:

1.La concepción de la Administración Pública y en consecuencia la Administración


Tributaria, como un servicio y fundamentado en principios que garanticen
transparencia, idoneidad, y celeridad en las actuaciones.

2.El ejercicio de esta función debe estar apegado estrictamente a la ley, con lo cual se
consagra de manera genérica el conocido principio de la legalidad.

3.El ejercicio de la función pública lleva implícito la obligación de rendir cuentas y genera
responsabilidad penal, civil y administrativa para los funcionarios que ejerzan dicha
función, “...sin que le sirvan de excusas órdenes superiores...”, como reza el texto de la
Constitución.
Estas disposiciones podemos complementarla con las previsiones de los artículos 3 y 6 de
la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos (LOPA), que aunque es una ley más
antigua que la Constitución Nacional, tiene plena vigencia y comulga con los preceptos ya
citados. Así, el artículo 3 establece: “ Los funcionarios y demás personas que presten
servicios en la administración pública están en la obligación de tramitar los asuntos cuyo
conocimiento les corresponda y son responsables por las faltas en que incurran. Los
interesados podrán reclamar, ente el superior jerárquico inmediato, el retardo, omisión,
distorsión o incumplimiento de cualquier procedimiento, tramite o plazo en que incurrieren
los funcionarios responsables del asunto...” y el artículo 6 ratifica las ideas anteriores, al
expresar: “ Cuando el administrado haya incurrido en mora o retardo en el cumplimiento de
las obligaciones contraídas con los administrados y ello acaree daño patrimonial, el
funcionario o funcionarios a quienes competa la tramitación del asunto, además de las
sanciones previstas en esta Ley, será responsable civilmente por el daño ocasionado a la
administración”

Las normas anteriormente transcritas nos dejan claro que, a pesar de las amplísimas
facultades de que está dotada la administración tributaria venezolana para el cabal ejercicio
de sus funciones, dichas atribuciones o facultades se encuentran delimitadas por preceptos
constitucionales y legales de obligatoria observación, que deben ser tomadas en cuenta en
el momento específico de cada actuación.

Es importante señalar el rango que el constituyente de 1999 otorgó a la Administración


Tributaria, al reconocérsele su autonomía funcional, financiera y capacidad de auto gestión
(Art. 317 C.N.) . A pesar de que estos principios ya estaban consagrados en el Código
Orgánico Tributario de 1994 (COT-1994) y nunca fueron respetados en su exacta
dimensión, ahora tienen la categoría superior de normas constitucionales, por lo que se
esperamos su estricta observación y cumplimiento.

También se refleja la importancia que la Constitución dio al ente tributario, en la norma


citada que expresamente indica que la máxima autoridad tributaria del país, será designada
por el Presidente de la República, en el ejercicio de sus funciones y en el reconocimiento de
que el Jefe del Ejecutivo Nacional, es el administrador de la Hacienda Pública Nacional.
(art. 236, ord. 11 ) norma esta ya consagrada en la Constitución Nacional de 1961.

II. CONSIDERACIONES SOBRE LAS FACULTADES, FUNCIONES,


ATRIBUCIONES Y COMPETENCIA DE LA ADMINISTRACION TRIBUTARIA.

Los términos “facultades”, “atribuciones” y “competencia” son utilizados frecuentemente


como sinónimos para denotar aquella situación en la que un órgano de la administración se
considera legitimado para obrar o actuar en determinados asuntos. Así, según un conocido
diccionario jurídico3, facultad “es la posibilidad de hacer u omitir algo, en especial, todo
aquello que no está prohibido o sancionado por la ley”, refiriéndose igualmente al término
de facultades discresionales como “las que posee el órgano administrativo para obrar de
determinada manera, cuando lo crea oportuno y con arreglo a su leal saber y entender, para
la mejor satisfacción de las necesidades colectivas”.

Competencia, según el mismo diccionario es la “atribución legítima a un juez u otra


autoridad para el conocimiento o resolución de un asunto. Couture la define como medida
de jurisdicción asignada a un órgano del Poder Judicial a efectos de la determinación
genérica de los asuntos en que es llamado a conocer por razón de la materia, de la cantidad
y del lugar”. Si tomamos esta definición como válida, competencia y atribución serían
sinónimos, ya que expresan la legitimación para actuar de los órganos públicos en
determinados asuntos.

Tradicionalmente la doctrina administrativa ha distinguido la competencia por la materia,


por el grado y por el territorio. Según Hildegard Rondón de Sansó4:

“La competencia por la materia está constituida por la asignación, a órganos


específicos, de las distintas finalidades que los entes persiguen. Se trata del
reparto de los fines del ente entre los distintos sectores de la organización en

3
OSSORIO, Manuel. “Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales”. Editorial Obra
Grande, S.A. Buenos Aires, Argentina.
4
RONDON DE SANSO, Hildegard. “Teoría General de la Actividad Administrativa”. Ediciones
Liber. Caracas, 2000. Pag. 116
forma tal que cada uno de ellos es competente para un fin o grupo de fines
determinados.

Hay órganos que tienen una competencia genérica por cuanto la misma se
extiende a distintas ramas de la Administración, como es el caso del Consejo
de Ministros. Estos órganos se distinguen de los que tienen una competencia
específica, en la distinta naturaleza de la función que ejercen por lo cual la
doctrina considera que sería correcto hablar en tales casos más que de
competencia por la materia, de competencia funcional”

Si aceptamos esta definición como válida, competencia y atribuciones, serían sinónimos, ya


que expresan la legitimación para obrar en determinados campos o materia, siempre
asignadas por la ley a determinado órgano o institución.

A los efectos de nuestro trabajo entenderemos la competencia en el sentido material del


término, como lo explicaba la Profesora Rondón de Sansó.

La incompetencia por el contrario denota la situación jurídica en que un órgano de la


administración ha actuado fuera del ámbito de su materia y por tanto sus actuaciones se
encuentran viciadas. Según Fraga Pitaluga:

“La incompetencia es el vicio más grave que afecta el elemento subjetivo del
acto administrativo. Se dice que un acto administrativo es legítimo cuando
ha sido dictado por un órgano administrativo dentro de sus atribuciones, es
decir, cuando ha actuando en el ámbito de su competencia. No es indiferente
para el Derecho Administrativo de quien emanada la manifestación de la
voluntad, de juicio o de conocimiento que calificamos como acto
administrativo, pues tal manifestación solo puede ser producida válidamente
por el órgano, ente o persona jurídica calificada para tal fín por el derecho
objetivo. De hecho, la jurisprudencia ha dicho que la exorbitante presunción
de legitimidad de los actos administrativos que hace que estos se presumen
conformes a derecho mientras no se demuestre lo contrario, sólo opera en
tanto y en cuanto el acto haya sido proferido por el órgano competente”5

Cuando analizamos las facultades, atribuciones y funciones de la Administración Tributaria


debemos remitirnos al Código Orgánico Tributario del 2001. Sin embargo, consideramos

5
FRAGA PITTALUGA, Luis. “La Incompetencia en el Derecho Administrativo”. Editorial Torino.
Caracas, 2000. Pag 53
necesario definir de una manera macro o general, cuales son las funciones de toda
administración tributaria o cuales serían los campos que delimitarían la acción de este ente
ejecutivo.

Así, la Administración Tributaria, a nuestro juicio tiene las siguientes funciones


principales:

1.La supervisión, control, fiscalización de los impuestos de su competencia. Esta


función abarca la realización de planes destinados a la permanente fiscalización y
control de los tributos, según su naturaleza y complejidad, para minimizar los índices de
elusión o evasión por parte de los contribuyentes, así como para promover, mediante
medidas persuasivas, al cumplimiento voluntario de las obligaciones tributarias.

2.La recaudación propiamente dicha. Esta función está concebida como el proceso de
cobro y enteramiento de los recursos en la tesorería nacional. Comprende la
implementación de mecanismos autónomos para la recepción de los ingresos de origen
tributario o la elaboración de programas y acuerdos con la banca comercial destinados a
este fín.

3.La aplicación e interpretación de las leyes tributarias. Comprende una extensa labor
como la elaboración de dictámenes, repuestas a consultas, resolución de escritos de
descargos, recursos jerárquicos, de revisión, solicitudes de anulación, solicitudes de
reintegro y en general la atención de cualquiera petición que lleve implícito una
aplicación o interpretación de leyes de contenido tributario.

4.Registro de Contribuyentes. Consiste en la elaboración de un registro seguro,


confiable, sencillo, preferiblemente único de los sujetos pasivos de las obligaciones
tributarias. El registro debe ser lo suficientemente versátil y completo para identificar
todos los datos importantes de los sujetos pasivos, así como para conocer de manera
ágil la situación fiscal de cada contribuyente.
5.Otorgamiento de licencias y permisos especiales. Comprende la autorización para el
ejercicio de ciertas actividades sobre las cuales la administración tributaria debe ejercer
control y supervisión, como por ejemplo la licencia de licores, la autorización para
agentes aduanales, establecimientos de almacenes, depositarias, entre otros.

6.Divulgación e información. Función que comprende la difusión masiva de las leyes,


decretos, resoluciones de contenido tributario, así como las campañas destinadas a
promover el cumplimiento voluntario de obligaciones tributarias.

7.Recopilación de datos económicos y estadísticos. Esta función implica la recolección


de toda la data importante producto de la actividad de la administración con los
contribuyentes. Se generará entonces data por sectores económicos, índices de
actividad, márgenes de recaudación y se proveerán los informes necesarios para definir
políticas tributarias del país.

Todas estas funciones – qué debe hacer el órgano tributario o fiscal - que de manera
genérica hemos esbozado, se traducen en competencias específicas o atribuciones de que
está investido el ente fiscalizador y recaudador.

Pero además de las funciones y competencias de los entes encargados de la tributación, hay
un componente importante en la forma en que los Estados conciben el rol y función de la
administración tributaria que implica además, la concepción del Estado de Derecho y más
aún, como es concebida la relación entre el fisco y los contribuyentes administrados.

Si se concibe una administración tributaria dotada de numerosas facultades y atribuciones,


con un campo de acción amplísimo y restringidos los derechos de los contribuyentes, con
poco margen de impugnación de los actos que genere el ente recaudador, nos
encontraremos inevitablemente ante un estado con sesgos totalitarios, muy tentado a la
violación de los derechos de los contribuyentes.
Si por el contrario concebimos la administración tributaria con facultades y atribuciones
equilibradas y un contrapeso en el ordenamiento jurídico que garantice los derechos del
contribuyente, estaremos en presencia de un verdadero Estado de Derecho democrático,
respetuoso de los derechos y garantías de los administrados, sin menoscabar la legítima
autoridad y poder de la Administración en el importante rol que le corresponde cumplir en
la sociedad, como es la obtención de los recursos.

De manera muy sabia, el autor argentino lo esboza así:

“En el derecho tributario hay dos enfoque antagónicos. El primero con


marcado sesgo totalitario, basado en la premisa que vé en la relación
tributaria una relación de poder. Magnifica el papel de la Administración en
la recaudación de los tributos, a la que se le reconoce amplias facultades
discrecionales de investigación y fiscalización. Desde esta perspectiva se
suele configurar diversas situaciones como atribuciones conferidas a la
Administración, en lugar de reglar objetivamente las consecuencias de
determinadas relaciones jurídicas. En ese sentido se suele expresar,
refiriéndose al organismo fiscal: “La Dirección podrá compensar...” o
“cuando a juicio de la Dirección” o “cuando la Dirección, por considerarlo
conveniente...”, etc.

La otra vertiente afirma que la relación tributaria material y procesal se


encuentra regida por el principio de la igualdad de las partes, en la que el
fisco asume el rol de sujeto de una relación crediticia de simple contenido
patrimonial, sometida a la ley y a la jurisdicción, y niega que el Estado como
titular del crédito tributario tenga una posición superior al deudor. Su
voluntad frente a este no es una voluntad decisoria de carácter autónomo:
por el contrario, el Estado sólo puede exigir lo que el ordenamiento jurídico
le ha concedido, por lo cual no puede caracterizar a la obligación tributaria
como relación de poder”6.

Uno de los propósitos de este trabajo es dilucidar como nuestro legislador concibió esa
relación jurídico tributaria y como quedó plasmada esa concepción en las leyes especiales
de la materia.

6
SPISSO, Rodolfo R. “Facultades de la Administración el la Determinación Tributaria”. Publicado
en XVIII Jornada Latinoamericana de Derecho Tributario. Montevideo, 1996. Pag. 269.270
III.FACULTADES, ATRIBUCIONES Y FUNCIONES GENERALES DE LA
ADMINISTRACIÓN TRIBUTARIA PREVISTAS EN EL CODIGO ORGANICO
TRIBUTARIO 2001 Y EN LA LEY DEL SENIAT.

Las facultades, atribuciones y funciones de la administración tributaria, se encuentran


tipificadas en el artículo 121 del COT en los siguientes términos:

“Artículo 121. La Administración Tributaria tendrá las facultades y


atribuciones y funciones que establezcan las leyes y reglamentos y en
especial:

1.Recaudar los tributos, intereses, sanciones y otros accesorios.


2.Ejecutar los procedimientos de verificación y de fiscalización y
determinación para constatar el cumplimiento de las leyes y demás
disposiciones de carácter tributario por parte de los sujetos pasivos del
tributo.
3.Liquidar los tributos, intereses, sanciones y otros accesorios, cuando fuere
procedente.
4.Asegurar el cumplimiento de las obligaciones tributarias solicitando de los
órganos jurisdiccionales las medidas cautelares, coactivas o de acción
ejecutiva, de acuerdo a lo previsto en este Código.
5.Adoptar las medidas administrativas de conformidad con las disposiciones
de este Código.
6.Inscribir en los registros, de oficio o a solicitud de parte, a los sujetos que
determinen las normas tributarias y actualizar dicho registro de oficio o a
a requerimiento del interesado.
7.Diseñar e implantar un registro único de identificación o de información
que abarque todos los supuestos exigidos por las leyes especiales
tributarias.
8.Establecer y desarrollar sistemas de información y de análisis estadístico,
económico y tributario.
9.Proponer, aplicar y divulgar las normas en materia tributaria.
10.Suscribir convenios con organismos público y privados para la
realización de las funciones de recaudación, cobro, notificación,
levantamiento de estadísticas, procesamiento de documentos y captura o
transferencia de los datos en ellos contenidos. En los convenios que se
suscriban la Administración Tributaria podrá acordar pagos o
compensaciones a favor de los organismos prestadores del servicio.
Asímismo en dichos convenios deberá resguardarse el carácter
reservado de la información utilizada, conforme a lo establecido en el
artículo 126 de este Código.
11.Suscribir convenios interinstitucionales con organismos nacionales e
internacionales para el intercambio de información, siempre que esté
resguardado el carácter reservado de la misma, conforme a lo establecido
en el artículo 126 de este Código y garantizando que las informaciones
suministradas sólo serán utilizadas por aquellas autoridades con
competencia en materia tributaria.
12.Adoptar o desestimar las propuestas para la valoraciónn de operaciones
efectuadas entre partes vinculadas en materia de precios de transferencia,
conforme al procedimiento previsto en este Código.
13.Dictar, por órgano de la más alta autoridad jerárquica,
instrucciones de carácter general a sus subalternos, para la
interpretación y apliación de las leyes, reglamentos y
demás disposiciones relativas a la materia tributaria, las
cuales deberán publicarse en el Gaceta Oficial.
14.Notificar, de conformidad con lo previsto en el art´ciulo
166 de este Código, las liquidaciones efectuadas para un
conjunto de contribuyentes o responsables, de ajustes por
errores aritméticos , porciones, intereses, multas y
anticipos, a través de listados en los que se indique la
identificación de los contribuyentes o responsables, los
ajustes realizados y la firma u otro mecanismos de
identificación del funcionario, que al efecto determine la
Administración Tributaria.
15.Reajustar la unidad tributaria (UT) dentro de los quince
(15) primeros días del mes de febrero de cada año, previa
opinión favorable de la Comisión Permanente de Finanzas
de la Asamblea Nacional, sobre la base de la variación
producida en el Indice de Precios al Consumidor (IPC) en
el área metropolitana de Caracas, del año inmediatamente
anterior, publicado por el Banco Central de Venezuela. La
opinión de la Comisión permanente de Finanzas de la
Asamblea Nacional, deberá ser emitida dentro de los
quince (15) días continuos siguientes de solicitada.
16.Ejercer la personería del Fisco en todas las instancias administrativas y
judiciales.
17.Ejercer la inspección sobre las actuaciones de sus
funcionarios, de los organismos a los que se refiere el
numeral 10 de este artículo , así como de las dependencias
administrativas correspondientes.
18.Dirigir al resguardo Nacional Tributario en la
investigación y persecución de las acciones u omisiones
violatorias de las normas tributarias, en la actividad para
establecer la identificación de sus autores y participes, y
en la comprobación o existencia de los ilícitos
sancionados por este Código, dentro del ámbito de su
competencia.
19. Condonar total o parcialmente los accesorios derivados de
un ajuste a los precios o montos de contraprestaciones en
operaciones entre partes vinculadas, siempre que dicha
condonación derive de un acuerdo de autoridad
competente sobre las bases de reciprocidad, con las
autoridades de un país con el que se haya celebrado un
tratado para evitar la doble tributación, y dichas
autoridades hayan devuelto el impuesto correspondiente
sin el pago de cantidades a título de intereses.

La enunciación de las facultades y atribuciones que hace nuestro COT-2001, son


mucho más amplias que las establecidas en el COT-1994, mas casuísticas, y lo que
nos interesa destacar, mas orientadas a un fin de carácter sancionatorio, represivo y
orientado básicamente a la función de recaudación. De esta manera, se obvia y se
minimiza el papel que pudiera jugar la administración tributaria y del sistema
tributario en general, para alcanzar objetivos de naturaleza económica y social,
limitándolo a funciones de control, supervisión, control de impuestos y de su
recaudación.

Ya este tema ha sido ampliamente estudiado por expertos tributarios


internacionales. Vito Tanzi, quien se desempeñara por mucho tiempo como Jefe del
Departamento de Asuntos Fiscales del Fondo Monetario Internacional, ha expresado
que la experiencia de los países desarrollados demuestra que es muy difícil el uso
del sistema tributario como un instrumento o mecanismo para alcanzar objetivos
sociales y económicos. Los obstáculos de naturaleza política suelen interponerse en
el camino para conseguir objetivos no necesariamente de recaudación impositiva y
cuando alguna de estas medias son adoptadas, surgen dificultades administrativas
que hacen difícil su implementación7.

Continúa el autor manifestando que en los países subdesarrollados donde los


obstáculos políticos, sociales y administrativos son mayores, el sistema tributario
tiende a ser menos efectivo como instrumento de política fiscal. Esta situación ha
conducido a muchos expertos fiscales a afirmar que la única función del sistema
tributario, y dentro de él, la administración tributaria, es el incremento de la

7
TANZI, Vito. “Tax System and Policy Objectives in Developing Countries: General Principles and
Diagnostic Test. Publicado en Tax Administration Review. No. 23. Pag. 68.
recaudación y que los otros objetivos pueden lograrse por el lado del presupuesto y
del gasto. Sin embargo, Tanzi insiste en la importancia de concebir el sistema
tributario como un instrumento de política económica y no con un fin meramente
recaudatorio.

Hellmuth y Oldman8, expertos fiscales norteamericanos de vasta experiencia, han


profundizado en el importante rol de la administración tributaria, como propulsora
de la política fiscal. Para ellos, “La administración tributaria es el agente de la
política fiscal” En consecuencia, la política fiscal puede mejorarse o disminuirse en
la medida en que la administración tributaria se fortalezca o se debilite.

Para demostrar la estrecha relación entre política fiscal y administración tributaria y


tras insistir que ésta última es un puente de conexión entre contribuyentes y política
fiscal, los autores colocan un ejemplo interesante. La idea pudiéramos expresarla
con el siguiente ejemplo:

“La administración del impuesto sobre la renta que enfatiza en la


recaudación de impuestos en los ingresos provenientes de sueldos y
salarios, y minimiza ese esfuerzo en la recaudación de los ingresos
provenientes del ejercicio profesional o de los negocios, no es una
efectiva administración tributaria, independientemente del éxito que
tenga en la recaudación de los impuesto proveniente de los sueldos y
salarios. La concentración en una de las formas de ingreso
distorsiona la política del impuesto sobre la renta y la torna en una
medida inequitativa o no equilibrada” 9

III.1. FUNCIONES DE LA ADMINISTRACION TRIBUTARIA PREVISTAS EN LA


LEY DEL SERVICIO NACIONAL INTEGRADO DE ADMINISTRACION
ADUANERA Y TRIBUTARIA (SENIAT)

8
HELLMUTH W., OLDMAN, O. Tax Policy and Tax Administration. Publicado en Policy and Tax
Reform, 1973. Pag 531
9
Ob Cit. Pag. 533. Traducción propia.
En la Gaceta Oficial de fecha 8 de Noviembre del 2001 distinguida con el No. 37.320
aparece publicada la Ley del SENIAT que contiene una amplísima lista de las funciones del
servicio, las cuales están previstas en el artículo 4 de dicha ley.

Artículo 4. Corresponde al Servicio Nacional Integrado de Administración


Aduanera y Tributaria (SENIAT) la apliación de la legislación aduanera y tributaria
nacional, así como el ejercicio, gestión y desarrollo de las competencias relativas a
la ejecución integrada de las políticas aduanera y tributaria fijadas por el Ejecutivo
Nacional. En el ejercicio de sus funciones, es de su competencia:

1.Administrar el sistema de los tributos de la competencia del Poder Público


Nacional, en concordancia con las políticas definidas por el Ejecutivo Nacional.

2.Administrar el sistema aduanero, en concordancia con las políticas definidas por


el Ejecutivo Nacional.

3.Elaborar propuesta para la definición de las políticas tributarias y aduaneras,


evaluar su incidencia en el comercio exterior y proponer las directrices para su
ejecución.

4.Ejecutar en forma integrada las políticas tributarias y aduanera establecidas por el


Ejecutivo Nacional.

5.Elaborar y presentar al Ministerio de Finanzas anteproyectos de leyes tributarias y


aduaneras, y emitir criterios técnicos sobre sus aplicaciones.

6.Emitir criterios técnicos sobre las implicaciones tributarias y aduaneras de las


propuestas legales o reglamentarias que se le presenten.

7.Recaudar los tributos de la competencia del Poder Público Nacional y sus


respectivos accesorios; así como cualquier otro tributo cuya recaudación le sea
asignada por ley o convenio especial.

8.Ejercer las funciones de control, inspección y fiscalización del cumplimiento de


las obligaciones tributarias, de conformidad con el ordenamiento jurídico
tributario.

9.Determinar y verificar el cumplimiento de las obligaciones aduaneras y tributarias


y sus accesorios.

10.Definir y ejecutar las políticas administrativa tendentes a reducir los márgenes


de evasión fiscal y, en especial, prevenir, investigar y sancionar
administrativamente los ilícitos aduaneros y tributarios.
11.Ejercer la facultad de revisión de los actos emanados del Servicio Nacional
Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (SENIAT), conforme al
ordenamiento jurídico aplicable.

12.Conocer, sustanciar y decidir los recursos administrativos interpuestos contra los


actos dictados por el Servicio nacional Integrado de Administración Aduanera y
Tributaria (SENIAT), de conformidad con el ordenamiento jurídico.

13.Evacuar las consultas sometidas a su consideración en materias de su


competencia.

14.Ejercer en cualquier instancia la representación judicial y extrajudicial de los


intereses de la República, previa sustitución otorgada por el >Procurador
General de la república a los funcionarios adscritos al Servicio Nacional
Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (SENIAT) en causas tales
como:

a)cobro judicial y extrajudicial.


b)solicitud de decreto de medidas cautelares.
c)acciones de amparo tributario y constitucional, para someter y defender los
derechos e intereses de los órganos de la Administración Aduanera y
Tributaria.
d)las que cursen por ante los tribunales de competencia ordinaria, contencioso
tributaria y contencioso administrativa,
e)procedimiento de herencia yacente
f)cualesquiera otro que cursen por ante los tribunales competentes.

15.Tramitar y autorizar los reintegros y devoluciones establecidos en la normativa


aduanera y tributaria.

16.Tramitar, autorizar o instrumentar los incentivos y beneficios fiscales


establecidos en la normativa tributaria y aduanera

17.Sistematizar, divulgar y mantener actualizada la información sobre la


legislación, jurisprudencia y doctrina, así como las estadísticas relacionadas con
las materias de su competencia. Asegurar la correcta interpretación y aplicación
de las normas y procedimientos relativos a las funciones aduaneras y tributarias
del Poder Público Nacional.

18.Asegurar la correcta interpretación y aplicación de las normas y procedimientos


relativos a las funciones aduaneras y tributarias del Poder Público Nacional.

19.Llevar los registros, promover, coordinar y controlar la inscripción de los sujetos


pasivos de la relación jurídico tributaria y aduanera.

20.Diseñar, administrar, supervisar y controlar los regímenes ordinarios y especiales


de la tributación nacional.
21.Conocer, sustanciar y decidir las solicitudes y reclamaciones presentadas por los
interesados, de acuerdo con las previsiones del ordenamiento jurídico.

22.Participar, con los organismos responsables de las relaciones internacionales y


comerciales de la República, en la formulación y aplicación de la política
tributaria y de comercio exterior que se establezca en los tratados, convenios o
acuerdos internacionales; en la formulación y aplicación de los instrumentos
legales y decisiones derivadas de dichos compromisos.

23.Participar, en coordinación con el Ministro de Finanzas y los organismos


responsables de las relaciones internacionales y comerciales de la República, en
las negociaciones y formulación de los proyectos de convenios y tratados
internacionales relacionados con la materia tributaria y aduanera.

24.Supervisar y controlar, en ejercicio de la potestad aduanera, los servicios


aduaneros en puertos, aeropuertos, muelles, embarcaderos, zonas inmediatas o
adyacentes a las fronteras, zonas de libre comercio y en las demás áreas,
dependencias y edificaciones habilitadas para la realización de las operaciones
aduaneras y accesorias.

25.Ejercer las funciones de control y resguardo aduanero en el transporte acuático,


aéreo, terrestre, ferroviario; en los sistemas de transporte combinado o
multimodal, cargas consolidadas y en otros medios de carga y transporte.

26.Crear, diseñar, administrar y dirigir los servicios que el Servicio Nacional


Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (SENIAT) requiera en
ejercicio del resguardo tributario y aduanero.

27.Disponer lo relativo a al emisión, rehabilitación circulación, anulación y


destrucción de especies fiscales nacionales, así como todo lo relativo a
formularios, publicaciones y demás formatos o formas requeridas por la
administración tributaria, para asegurar su expendio y verificar su existencia.

28.Diseñar, desarrollar y aplicar programas de divulgación y educación tributaria


que propendan a mejorar el comportamiento de los sujetos pasivos en el
cumplimiento voluntario y oportuno de sus obligaciones tributarias y aduaneras.

29.Promover y efectuar estudios, análisis e investigaciones en las materias de su


competencia.

30. Elaborar y presentar al Ejecutivo Nacional las propuestas, informaciones y


estudios necesarios para la fijación de las metas anuales de recaudación.

31.Determinar la incidencia económica y el impacto en la estructura fiscal de las


exenciones, exoneraciones, liberaciones de gravámenes, del otorgamiento de
rebajas de impuestos, incentivos a las exportaciones y demás beneficios fiscales,
de la fijación de precios oficiales derivados de acuerdos internacionales y los
demás estudios e investigaciones vinculados con la materia.

32.Coordinar, con las dependencias del Ministerio de Finanzas y demás órganos y


entes de la República, las acciones que deba ejecutar la Administración
Tributaria Nacional, tendentes a mejorar el desarrollo de las funciones o
actividades de la competencia del Poder Público Nacional.

33.Planificar, administrar y dirigir todo lo relacionado con la tecnología de


información, en especial los sistemas telemáticos, estadísticos y de verificación
de documentos y mercancías destinados al control aduanero y fiscal.

34.Ejercer los procedimientos de comiso previstos en el Código Orgánico Tributario


y en la Ley Orgánica de Aduanas.

35.Establecer y aplicar un sistema de gestión ajustado a las normas nacionales e


internacionales de calidad, que permitan alcanzar la excelencia del Servicio
Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (SENIAT).

36.Definir y decidir la estructura orgánica del Servicio Nacional Integrado de


Administración Aduanera y Tributaria (SENIAT). Para lo cual podrá distribuir
competencias, crear, modificar o suprimir unidades administrativas y áreas
regionales.

37.Establecer y administrar el sistema de recursos humanos que determinará entre


otras, las normas de ingreso, planificación de carrera, clasificación de cargos,
capacitación, sistemas de evaluación y remuneraciones, compensaciones y
ascensos, normas disciplinarias, cese de funciones, régimen de estabilidad
laboral, prestaciones sociales y cualesquiera otras áreas inherentes a la
administración de recursos humanos, de conformidad con los principios
constitucionales que rigen la función pública.

38.Otorgar contratos, comprometer y ordenar los pagos de las adquisiciones que


requiera el Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y
Tributaria (SENIAT), de acuerdo a la normativa legal..

39.Expedir y certificar copia de los documentos y expedientes administrativos que


reposan en sus archivos, a quienes tengan interés legítimo, de conformidad con
lo establecido en el ordenamiento jurídico.

40.Expedir certificados de residencia oficial

41.Suscribir convenios con particulares, relacionados con el uso de medio,


mecanismos y sistemas automatizados para detección y verificación de
documentos o de mercancías.
42.Denunciar ante el órgano competente los presuntos hechos de fraude y evasión
tributaria y aduanera, de conformidad con la normativa legal correspondiente.

43.Suscribir con instituciones públicas y privadas venezolanas, convenios y


acuerdos de servicios de cooperación, coordinación e intercambio de
información en materias relativas a las potestades y competencias del Servicio
Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (SENIAT)

44.Las demás que le atribuyan el ordenamiento jurídico vigente.

Con la ley del SENIAT se le otorga una mayor categoría al ente recaudador y se diluyen
las dudas sobre la debilidad de su estructura jurídica, muchas veces cuestionada por los
contribuyentes, quienes en reiteradas oportunidades argumentaban que la organización,
estructura y funcionamiento del servicio había sido dictada por un funcionario
incompetente –EL Superintendente Nacional Tributario – y en consecuencia, eran irritos y
viciados en nulidad, los actos administrativos llevados a cabo por los niveles operativos
del SENIAT. De hecho, existe una sentencia de un Juzgado Superior Tercero
Contencioso Tributario a favor de esta tesis, donde se explica la incompetencia de los
funcionarios de la Gerencia de Contribuyentes Especiales10.

A pesar de que no comulgamos con la enunciación tan exhaustiva y detallada sobre las
funciones del servicio, consideramos que la misma abarca todas las funciones de la
administración tributaria y que quedará fuera de dudas la supuesta debilidad sobre la
estructura den ente recaudador.

IV. FACULTADES DURANTE EL PROCESO DE FISCALIZACION Y LAS


OPCIONES DEL CONTRIBUYENTE. .

Nos corresponde analizar con detenimiento las facultades que nuestro ordenamiento
jurídico concede a la Administración Tributaria, particularmente el análisis de las
previsiones contenidas en el COT-2001, desarrolladas en los artículos 128 al 136.

El Código inicia la sección reconociendo que: “La Administración Tributaria dispondrá de


amplias facultades de fiscalización y determinación para comprobar y exigir el

10
RAMIREZ 6 GARAY. Jurisprudencia. Tomo 154. No. 1005. .
cumplimiento de las obligaciones tributarias” (art. 127) y de seguidas hace un enunciado
de dichas facultades que explicaremos en detalles.

El COT asimila los conceptos de “fiscalización” y “determinación”, para referirse al


proceso administrativo que traerá como resultado precisar la existencia y cuantía de la
obligación tributaria. A pesar de que el concepto de determinación no aparece en en nuevo
COT, consideramos que la definición que traía el COT 1994 era precisa y no ha debido
omitirse. Durante ese proceso administrativo de investigación o “fiscalización”, la
administración se encuentra facultada para realizar o ejecutar las siguientes acciones:

1.Practicar y ejecutar las fiscalizaciones propiamente dichas.

El inicio del proceso de fiscalización debe autorizarse mediante providencia administrativa


que firmará la máxima autoridad tributaria de la región o jurisdicción (Gerente de Tributos
Internos o Gerentes de Aduana). Las providencias delimitan el campo de acción de los
funcionarios fiscales y como bien lo expresa el COT, autoriza a que las fiscalizaciones
puedan “efectuarse de manera general sobre uno o varios períodos fiscales o de manera
selectiva sobre uno o varios elementos de la base imponible”. (Art, 127, ordinal 1)

La necesidad de la providencia para el inicio del proceso administrativo de determinación


denota que la fiscalización es un proceso solemne, revestido de formalidades de obligatoria
observancia, que se inicia precisamente con la providencia. A nuestro juicio, este
documento debe ser cuidadosamente elaborado por la administración tributaria y analizado
en detalles por los propios contribuyentes. La Providencia autorizatoria, debe contener, al
menos, los siguientes elementos:

a.Oficina de la cual emanó el acto (Gerencia operativa del SENIAT)


b.Lugar y fecha de emisión.
c.Contribuyente al cual vá dirigida la fiscalización, con indicación de su dirección y
numero de Registro de Información Fiscal (RIF).
d.Funcionario(s) autorizado(s) para el proceso de investigación, con expresa
indicación de su identificación, la mención a su condición de Fiscal Nacional de
Hacienda y la dependencia administrativa a la cual se encuentra adscrito.
e.Impuestos a ser fiscalizados (impuesto sobre la renta, impuesto al valor agregado,
activos empresariales, sucesiones, etc).
f.Períodos de imposición objeto de la fiscalización.
g.Identificación y firma del funcionario que autorizó el acto.

Consideramos que todos estos elementos deben estar presentes en la Providencia


Administrativa que inicia la fiscalización para dar cumplimiento a los requisitos mínimos
previstos en el artículo 18 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos (LOPA).

Debería constar expresamente en la Resolución o Providencia, un espacio para la firma del


contribuyente notificado, en la cual se deberá leer su nombre, el carácter con que firma la
persona natural y la fecha de notificación.

Insistimos en que esta importante providencia marca la pauta del accionar de los
funcionarios fiscales. Por ejemplo si la providencia indica que el impuesto a fiscalizar es el
impuesto sobre la renta, no podrá el fiscal actuante requerir información sobre el impuesto
al valor agregado o a los activos empresariales y quedará a potestad del contribuyente,
como una muestra de colaboración, aportar recaudos o documentos de impuestos que no
están en la providencia. Por tanto, es un derecho del contribuyente, el negarse a aportar
documentos o información no relacionados con el impuesto, periodos de imposición u otros
elementos de la obligación tributaria a los expresamente indicados en la Resolución
autorizatoria.

Notificada la providencia se inicia la fiscalización propiamente dicha la cual puede tener


lugar en las oficinas de la administración tributaria, en domicilio fiscal del contribuyente o
responsable, en el lugar donde se realicen total o parcialmente las actividades gravadas o
donde exista alguna prueba, al menos parcial, del hecho imponible (art. 129).
La indicación de que la fiscalización puede practicarse en las oficinas de la administración
tributaria, si bien era una practica común, no estaba expresamente indicada en el COT 1994
y aparece por vez primera en el COT 2001. Es lo que se conoce como las fiscalizaciones
“de escritorio”, para hacer referencia al trabajo que se realiza en las oficinas de la
administración, sin perturbación y a veces sin conocimiento de los administrados. En estos
caso, como bien lo expresa COT, la labor se realiza: “...tomando en consideración la
información suministrada por proveedores o compradores, prestadores o receptores de
servicio, y en general por cualquier tercero cuya actividad se relaciones con la del
contribuyente o responsable sujeto a fiscalización”.

2.Exigir la exhibición de la contabilidad y otros documentos.

La administración tributaria y en particular los funcionarios actuantes están facultados para


exigir de los contribuyentes, responsables o terceros, la exhibición de la contabilidad y
cualesquiera otros documentos relacionado con la actividad que desarrollan los sujetos
pasivos de la obligación tributaria (art. 127, ord 3) así como también se encuentran
autorizados para solicitar que se proporcionen datos o informaciones que se requieran con
carácter individual o general.

A nuestro juicio, esta facultad debe estar limitada a la contabilidad o a aquellos documentos
que tengan una relación directa con los hechos objeto de la fiscalización, y particularmente
con aquellos relacionados con los elementos constitutivos de la obligación tributaria, como
por ejemplo el hecho imponible ( y dentro de este, particularmente la temporalidad, la
territorialidad), la cuantificación de la base imponible y la identificación precisa de los
sujetos pasivos y el carácter con que se encuentran vinculados a la administración (bien en
condición de contribuyentes, responsables, agentes de percepción o retención).

No debe concebirse esta facultad como la posibilidad de exigir la exhibición de “cualquier


documento”, si no solo de aquellos que, como bien lo indica el COT “...estén relacionados
con su actividad...” y particularmente con aquellos documentos que tengan un interés
tributario y con los hechos que se investigan. Puede entonces legítimamente el
contribuyente negarse a exhibir, mostrar, aquellos documentos que por razón de su
actividad pudieran considerarse confidenciales en su ámbito comercial, como por ejemplo
estrategias de negocios, proyecciones de ingresos, diseño de alianzas estratégicas, etc.

La exhibición no debe implicar por sí misma mayores formalidades, porque como el


vocablo bien lo sugiere, es sinómico de “presentar, mostrar, exponer a alguien”. Sin
embargo, si de la exhibición de documentos o de la contabilidad es necesario destacar
algún hecho de relevancia para el contribuyente o para la administración, consideramos
necesaria el levantamiento de un acta en la que se indiquen las circunstancias o hechos de
relevancia. Por ejemplo, enmendaturas en los libros, estado físico (deterioro, orden,
antigüedad) de la documentación. En el acta que se levante al efecto, el contribuyente podrá
dejar asentada sus observaciones.

3.Requerir comparecencia para declarar ante la Administración Tributaria

De conformidad con lo previsto en el ordinal 4 del artículo 127, la Administración


Tributaria está facultada para: “Requerir a los contribuyentes, responsables y terceros para
que comparezcan ante sus oficinas a dar contestación a las preguntas que se le formulen o a
reconocer firmas, documentos o bienes” . Esta facultad, no estaba prevista en el COT de
1994 y nos llama la atención, por novedosa, su incorporación en el COT del año 2001.

Se asimila esta practica a la declaración de testigos o de posiciones juradas, medios de


prueba frecuente en el procedimiento civil ordinario. No sería extraño entonces presenciar
la declaración de contribuyentes o responsables, ante autoridades de la administración
tributaria, con el propósito de aclarar hechos relacionados con la investigación que se
adelanta a contribuyentes. Como la declaración se hace de manera verbal, se hará
necesario el levantamiento de un acta en el que conste la declaración del interrogado. Esta
acta deberá constar con los elementos mínimos de seguridad y certeza como el día y la hora
del acto, la identificación del declarante, el contenido de las preguntas y repuestas y la
firma de quienes presenciaron el acto y el carácter con que lo presenciaron.
Si la presencia en la administración tienen como propósito el reconocimiento de firmas,
documentos o bienes, también deberá levantarse el acto por escrito, precisando
pormenorizadamente los documentos o bienes que son objeto de reconocimiento.

Nada dice el COT sobre si la declaración se hace bajo juramento o no. A nuestro juicio
creemos que debe tratarse de una declaración simple, sin la formalidad del juramento ya
que la prueba que de allí surja, debería conjugarse con otros elementos a disposición de la
administración.

4.Practicar avaluos a bienes

La practica de avalúo o valoración de los bienes es una medida necesaria cuando el valor de
los mismos determinará la base imponible del impuesto. Así ocurre con el impuesto de
sucesiones, donde el valor de los bienes que constiutuyen la herencia, formará parte del
activo y en consecuencia determinará el impuesto a pagar. O en el impuesto a los activos
empresariales, donde hay que valorar los activos destinados al enriquecimiento.

El avalúo debe hacerse bajo métodos de aceptación universal, tomando en cuenta valores de
mercado, el estado actual en que se encuentran, los índices de inflación y factores como
depreciación, antigüedad y utilidad. Todos estos elementos deben constar en la valoración
que hagan los funcionarios, para seguridad de los propietarios de los bienes.

5.Recabar información de funcionarios o empleados públicos y de terceros.

Hemos abarcado en esta categoría a la facultad prevista en el ordinal 6 del artículo 127: “
Recabar de los funcionarios o empleados públicos de todos los nieveles de la organización
política del Estado , los informes y datos que posean con motivo de sus funciones” y la
prevista en el órdinal 11 del mismo artículo, en virtud de la cual la administración tributaria
puede: “ Requerir informaciones de terceros relacionados con los hechos objeto de la
fiscalización, que en el ejercicio de sus actividades hayan contribuido a realizar o hayan
debido conocer, así como exhibir documentación relativa a tales situaciones y que se
vinculen con la tributación.” , porque consideramos que básicamente se trata de la misma
facultad, cual es el requerimiento de información a terceros.

En el caso del requerimiento de información a funcionarios públicos, obsérvese que el COT


faculta a pedir información “... en todos los niveles de la organización política del
Estado...” por lo que no escapan de esta posibilidad los funcionarios de alto rango momo
Ministros, Gobernadores, Contralor, Fiscal, Procurador, Alcaldes y hasta el propio
Presidente de la República. Entendemos que esta facultad haya sido separada de la facultad
de solicitar información a terceros, por el secreto y confidencialidad que deben guardar los
funcionario públicos, de las informaciones que manejen en el ejercicio de sus cargos. Así,
consideramos que al funcionario público que se le requiera esta información, tiene la
potestad de indagar ante la Administración el destino de la información solicitada y si la
misma tienen un interés de contenido tributario, a los efectos de no tener conflicto con las
funciones que ejerce al frente de su Despacho o dependencia.

El requerimiento de información a terceros tenía ciertas limitaciones en el COT de 1994.


Así, estaba limitada esta facultad, en el caso de los ministros de cualquier culto, las
personas que por su profesión u oficio debían guardar secreto profesional, a las personas
con parentesco de consaguinidad o afinidad con el investigado, y aquellos cuya declaración
implique violar el secreto de correspondencia epistolar o de las comunicaciones en general
( art. COT.-1994) . Esta limitación, sorpresivamente no aparece en el COT-2001.

Se ha insistido en el carácter subsidiario del requerimiento de información a terceros Así,


Fraga Pittaluga11 enumera los casos en que este requerimiento sería admisible:

“i) Cuando haya resultado infructuoso el despliegue de la función inspectora


sobre el sujeto pasivo del tributo.

ii) Se desconozca la identidad de los sujetos que han realizado determinadas


operaciones

11
FRAGA PITTALUGA. “La Defensa del Contribuyente frente a la Administración Tributaria”.
Fundación de Estudios de Derecho Administrativo. . Caracas, 1998. Pag. 22.
iii) Exista la fundada presunción de que será inoperante la información al
propio sujeto que se investiga”

Sobre este tema de la información de terceros, es oportuno conocer la opinión de Vicente


Díaz12:

“ ...cuando la administración impone obligaciones de información a terceros,


en ellos se presenta un caso típico que la doctrina llama requisitos y límites
de la asistencia administrativa...Vale la pena recordar que la facultad de
imponer obligaciones de informar sobre terceros, requiere que lo pedido
tenga trascendencia tributaria. Por trascendencia tributaria se debe entender
la cualidad de aquellos hechos o actos que pueden ser útiles a la
Administración para averiguar si ciertas personas cumplen con las
obligaciones impositivas a su cargo y poder; en caso contrario, obrar en
consecuencia... No es posible admitir un “privilegium fisci” imponiendo
obligaciones de informar que sobrepasen un derecho constitucional del
requerido. Sólo es aceptable, y por vía de excepción, limitar esto último
cuando el Fisco haya agotado los demás medios que no suponen dicha
restricción constitucional”.

Consideramos que el legislador no ha debido eliminar las sabias limitaciones que contenía
el COT-1994 sobre el requerimiento de información a terceros, y que, dado su carácter
excepcional, bien podrían los terceros requeridos argumentar los impedimentos que le
obstaculizarían su colaboración con la administración tributaria. El mismo autor citado ha
indicado que: “En un reciente fallos de los tribunales de los Estados Unidos de
Norteamérica se ha precisado que sólo procede el acatamiento a los suministros de
información que ponen coto a la confidencialidad en sí misma de la información, si la
Administración muestra “una buena causa” en su pedido”13 , argumentando además el autor
que la información requerida sólo encuentra justificativo si es nueva o distinta de la
ordinaria que posee la Administración y no meramente histórica, como en la generalidad de
los casos intenta exigir la autoridad administrativa.

6.Retener y asegurar los documentos revisados y requerir copia de soportes magnéticos.

12
DIAZ, Vicente O. “Limites al Accionar de la Inspección Tributaria y Derechos del Administrado”
Ediciones Depalma. Buenos Aires, 1997. Pag. 38 y 39.
13
Ob Cit. Pag 40
La facultad contenida en el ordinal 7 del artículo 127 sobre la retención y aseguramiento de
los documentos revisados en la fiscalización, incluyendo los medios magnéticos, se refiere
a una facultad de carácter coactivo, distinta a aquella que ejerce la Administración
Tributaria cuando el contribuyente de manera voluntaria, aporta documentos, papeles y
otros medios de prueba que le han sido requeridos.

La retención significa la aprehensión de cualquier prueba que, durante el ejercicio de la


investigación, la actuación fiscal haya encontrado y que considere de interés a los efectos
de su labor. Por eso el Código ordena “tomar las medidas necesarias para su conservación”
y levantar un acta en la que se especificarán los documentos retenidos. Esta acta debe
cumplir los requisitos mínimos que deben llevar las actuaciones de la administración a que
ya hemos hechos referencia.

Con relación a los medios magnéticos (diskettes, discos duros, memorias de P.C., etc), los
mismos pueden ser objeto de retención coactiva, de conformidad con lo previsto en el
ordinal que analizamos, o de solicitud de copia, de conformidad con lo previsto en el
artículo 127, ordinal 8. En el caso de que sean solicitadas copias, las mismas pueden ser
requeridas con prescidencia de: “... que el procesamiento de datos se desarrolle a través de
equipos propios o arrendados o que el servicio sea prestado por un tercero...” , por lo cual
el contribuyente no pudiera alegar que la información no es llevada en equipos de su
propiedad y en consecuencia, no puede aceeder a la misma.

7.Utilizar programas avanzados de auditoría fiscal

De conformidad con lo previsto en el ordinal 9 del artículo 127 la administración tributaria


puede: “ Utilizar programas y utilidades de aplicación en auditoría en auditoría fiscal que
faciliten la obtención de datos contenidos en los equipos informáticos de los contribuyentes
o responsables y que resulten necesarios en el procedimiento de fiscalización y
determinación”
Entendemos que esta disposición está orientada a permitir el uso de programas altamente
especializados de auditoría, que permitan determinar la real situación tributaria y financiera
de aquellos contribuyentes que, por la naturaleza de sus actividades, general una cuantiosa
data que se almacena en sofisticados medios informáticos. Nos referimos particularmente a
los grandes contribuyentes, llamados por el SENIAT eufemisticamente “contribuyentes
especial”, por el aporte importante que hacen desde el punto de vista de la recaudación.

Este universo de contribuyentes usualmente dispone de modernos sistemas informáticos y


telemáticos para llevar su contabilidad y situación fiscal, en ocasiones usados paralelamente
para labores de ingeniería fiscal. Por esta razón se previó la utilización de las mismas
herramientas por parte de la Administración Tributaria, labor que no pudiesen ejecutar los
funcionarios fiscales con los tradicionales métodos de auditoría.

8.Adopción de medidas administrativas para impedir la destrucción o desaparición de la


documentación. Especial referencia a la retención de documentos y de la
contabilidad.

Es amplísima esta facultad de la administración, relacionada con la adopción de “...medidas


administrativas necesarias para impedir la destrucción, desaparición o alteración de la
documentación que se exija...”, que puede abarcar medios magnéticos o similares , así
como de cualquier otro medio de pruebas.

Las medidas pudieran ser, a título de ejemplo, la intervención de libros y documentos, con
expresa prohibición de hacer nuevos asientos, o la incautación de los mismos, a los que ya
hicimos referencia. Puede asímismo designar custodio de libros y documentos a otras
autoridades administrativas, policiales o al Resguardo Nacional Tributario, si las
condiciones de la fiscalización o el lugar donde esta se practique, así lo ameriten. Pueden
colocarse precintos de seguridad en los equipos informáticos, prohibir el uso de
computadoras o designar custodios especiales, en fín, son numerosas y amplias las
medidas que pueden tomarse. Lo trascendente de este punto es que las medidas se tomen
en resguardo de la documentación o recaudos que posea el contribuyente y que es de vital
importancia para esclarecer los hechos que se investigan.

Nuevamente, y por lo amplio de esta facultad, consideramos que de toda medida deberá
levantarse un acta, con indicación del tiempo de duración de las mismas, así como se exige
el levantamiento de un acta para el caso en que se tome posesión de los bienes con los que
se haya cometido un ilícito tributario (art. 127, ordinal 14).

Una disposición similar a la nuestra, está contenida en el artícculo 142.3 de la Ley General
Tributaria de España, que establece:

“Para la conservación de la documentación mencionada en los apartados anteriores,


libros, documentación, programas informáticos y archivos en soporte magnético que
tengan relación con el hecho imponible, y de cualquier otro elemento de prueba
relevante para la determinación de la deuda tributaria se podrán adoptar las medidas
cautelares que se estimen precisas para impedir su desaparición, destrucción o
alteración. ”

9. Practicar inspecciones en los locales, domicilio del contribuyente y en los medios de


transporte.

La inspección se refiere a la visita que realizan los funcionarios actuantes en las oficinas,
dependencias, locales o establecimientos de los contribuyentes. La inspección se hace con
el objeto de verificar situaciones de hecho en las que esté presente algunos elementos o
indicios relacionados con la actividad del contribuyente y que tengan un interés tributario o
fiscal. Por ejemplo, constatar la existencia de inventarios en depósitos o almacenes,
verificar la procedencia legítima de mercancías, constatar la existencia de facturas,
documentos o archivos en determinadas oficinas y dependencias.

El COT es claro en el sentido de que estas diligencias deben practicarse en horas hábiles y
que la practica de estas actuaciones fuera del horario normal, requerirá una orden judicial
de allanamiento expedida por el juez competente y de conformidad con las normas
especiales que rigen la materia. Igual requisito es necesario, cuando las diligencias se
practiquen en el domicilio del contribuyente.
Es importante destacar que nuestra Constitución Nacional consagra la inviolabilidad del
domicilio, por lo cual la visita a este lugar debería tener un carácter restrictivo y
excepcional. Así, el artículo 47 reza: “ El hogaar doméstico y todo recinto privado de
persona son inviolables. No podrán ser allanados, sino mediante orden judicial, para
impedir la perpetración de un delito o para cumplir de acuerdo con la ley las decisiones que
dicten los tribunales, respetando siempre la dignidad del ser humano ”. Observese que
nuestro ordenamiento constitucional extiende la inviolabilidad no sólo al domicilio, si no
también a “todo recinto privado de personas”, incluyendo dentro de estos por ejemplo a las
oficinas o residencias alternas.

La doctrina española ha apuntado algunos aspectos interesantes sobre las implicaciones que
tienen el domicilio de las personas naturales de conformidad con el artículo 141 de la Ley
General Tributaria. Según Francisco Guio Montero14,: a) El domicilio siempre es referido a
las personas físicas, b) La entrada al domicilio sólo podrá hacerse mediante oportuno
mandamiento judicial, c) Existe la tendencia a considerar dentro del ámbito protegible del
domicilio no sólo la casa vivienda , sino también aquellas otras que destinadas a recreo o a
cualquier uso particular, se incluyen dentro del ámbito de la vida privada y d) La
autorización judicial sólo se podrá conceder para llevar a cabo las funciones que se señalan
expresamente en la ley tributaria.

Especial referencia no merece la facultad de la administración de retener documentos,


archivos o equipos electrónicos de procesamiento de datos y los soportes de contabilidad o
la contabilidad propiamente dicha, situación prevista en el artículo 128 del COT.

Estas actuaciones siempre tendrán un carácter restrictivo y solo procederá cuando


concurran algunas de las situaciones de hecho atribuibles al contribuyente o responsable:

1.Cuando el contribuyente obstaculice la fiscalización, impida el acceso a lugares donde


esta se está practicando o niegue el acceso a la documentación requerida.
14
GUIO MONTERO, Francisco “El Contribuyente ante la Inspección de Hacienda. 5ta Edición.
Editorial Lex Nova. . 1999. Pag. 413.
2.Cuando no se hayan registrado contablemente las operaciones por uno o mas periodos –
en los casos de impuestos que deben liquidarse por períodos o en dos o mas periodos,
en los casos de impuestos que se liquiden por períodos menos.
3.Cuando existan dos o mas asientos de contabilidad, con diferente contenido.
4.Cuando no se hayan presentado dos o mas declaraciones, a pesar de requerimiento
expreso por parte de la Administración.
5.Cuando se desprendan, alteren o destruyan sellos o precintos colocados por la
administración.
6.Cuando el contribuyente se encuentre en huelga o en suspensión de labores.

En estas condiciones excepcionales se podrá retener la contabilidad o los medios que la


soportan por un plazo que no podrá exceder de 30 días continuos y deberá levantarse el acta
correspondiente. Sin embargo, el contribuyente tiene la opción de solicitar su devolución
antes del vencimiento del plazo, demostrando la necesidad de la documentación incautada o
retenida.

9.Requerir el auxilio del Resguardo Nacional Tributario o de cualquier fuerza pública.

El requerimiento de auxilio del Resguardo Nacional Tributario (RNT) o de cualquier otra


fuerza pública (Guardia Nacional, Policía Estadal o Municipal, Fuerzas Armadas) debe
estar limitado a los casos en que: “...hubiere impedimento en el desempeño de las
funciones” de la Administración Tributaria y que: “...ello fuere necesario para el ejercicio
de las facultades de fiscalización”. De manera que, el requerimiento que se haga a la fuerza
pública a nuestro juicio, debe estar precedido de la existencia de dos condiciones: a) El
impedimento que haga el contribuyente para el ejercicio de las funciones de fiscalización y
b)La convicción que la actividad fiscalizadora sólo pudiera cumplirse mediante la
intervención de la fuerza o de medidas coactivas ejercidas por autoridades policiales.

Así, no debe formar parte de la rutina de las actividades de fiscalización la presencia, aún
pasiva, del Resguardo Nacional Tributario como ocurre con relativa frecuencia en los
operativos que realiza el SENIAT en las distintas regiones del país. Insistimos en que su
participación debe estar restringida pues así lo consagra expresamente el COT-2001.

No es equitativo que para cualquier actuación – a veces una simples notificaciones - el


SENIAT requiera la participación de efectivos del Resguardo Nacional Tributario, porque
la sola presencia de individuos uniformados y en ocasiones armados, ya denota una actitud
de prepotencia y agresividad para con el contribuyente, contraria al espíritu de igualdad que
debe reinar entre la autoridad tributaria y los contribuyentes.

La participación del RNT fue incorporada por primera vez en el COT-2001.(Art. 140 al
144) Antes, su actividad se regía por los planes conjuntos que firmaban el Superintendente
Nacional Tributario y el Comandante de la Guardia Nacional, fundamentándose en decretos
del Ejecutivo Nacional que dieron nacimiento al RNT.

De conformidad con el Código: “El Resguardo Nacional Tributario tendrá el carácter de


cuerpo auxiliar y de apoyo a la Administración Tributaria respectiva, para impedir,
investigar y perseguir los ilícitos tributarios y cualquier acción u omisión violatoria de las
normas tributarias” (art. 140) , enfatizando el mismo artículo que el RNT depende
funcionalmente de la máxima autoridad tributaria.

Las funciones del RNT son funciones de apoyo logístico, de auxilio y de colaboración que,
de conformidad con el artículo 141 se traducen en:

1.Apoyar funciones de fiscalización.


2. Auxiliar en planes operativos y notificaciones.
3.Colaborar en la intervención de libros, documentos, medios magnéticos o
telemáticos.
4.Colaborar y auxiliar a la Administración Tributaria cuando los
contribuyentes opongan resistencia en el ejercicio de sus funciones.
5.Apoyar al SENIAT en la aprehensión de mercancías.
La dependencia del RNT de la Administración Tributaria es clara en el COT cuando se
establece en el artículo 142 que: “El Resguardo Nacional Tributario, en el ejercicio de las
funciones establecidas en este Código actuará a requerimiento de la Administración
Tributaria respectiva , o por denuncia, en cuyo caso notificará a la Administración
Tributaria , la cual dispondrá las acciones pertinentes a seguir.”

De esta manera queda claro el rol que debe jugar el RNT en las relaciones entre el fisco y
los contribuyentes: un órgano auxiliar, sin autoridad para obrar de manera autónoma y
siempre apegado a las directrices que fije el ente tributario.

10.Tomar posesión de los bienes con los que se haya cometido ilícito tributario y ponerlos
a disposición del tribunal.

Los bienes con los que haya cometido ilícito tributario pueden ser de variada índole. Por
ejemplo, los medios de transporte (camiones, naves, aeronaves) en los casos de
introducción ilegal de mercancía al territorio nacional (contrabando) o de plantas de
procesamiento de especies alcohólicas destinadas a la adulteración de licores, o
maquinarias y equipos para la impresión de timbres fiscales falsos o bandas de seguridad en
el caso de la industria de cigarrillos y tabacos.

En todos estos casos, el ente tributario está facultado para tomar posesión de dichos bienes,
incautarlos en el ejercicio de su función fiscalizadora. Sin embargo, no es competencia del
SENIAT disponer de esos bienes, ya que el COT ordena que se levante un acta
especificando los bienes retenidos y se pongan a disposición del tribunal competente dentro
de los cinco (5) días siguientes para que decida sobre su devolución o dicte la medida
cautelar que considere necesaria. (art. 127, ord 14)

11. Solicitud de medidas cautelares


Según Ricardo Henriquez La Roche15:

“Las providencias cautelares se diferencian de la acción y de las medidas


preventivas definitivas en la permanencia de sus efectos, pues estos son
provisionales y depende la medida en su existencia de un acto judicial
posterior, al servicio del cual se dicta”

Entre las características de las medidas que señala este autor16, se encuentran.

a)La Provisoriedad, porque: “ ...las providencias cautelares están a la espera de que


otra providencia ulterior precava un peligro..”,

b)la Judicialidad: “en el sentido de que, estando al servicio de una providencia


judicial, necesariamente están referidas a un juicio, tienen conexión vital con el
proceso y la terminación de éste obvia su existencia”

c)La Variabilidad: “las medidas cautelares se encuentran comprendidas dentro del


grupo de providencias con las cláusula rebus sic stantibus, según la cual, aun
estando ejecutoriadas, pueden ser modificadas en la medida que cambie el
estado de cosas para la cual se dictaron”

d)La Urgencia: “viene a ser la garantía de eficacia de las providencias cautelares. La


necesidad de un medio efectivo y rápido que intervenga en vanguardia en una
situación de hecho es próbidamente suplida por las medidas cautelares”

La solicitud de medidas cautelares es una de las más importantes facultades de que está
investida la administración tributaria. Su regulación está prevista en los artículos 296 al 301
del COT. Por su importancia, transcribimos textualmente el artículo 396:

“Cuando exista riesgo para la percepción de los tributos, accesorios y multas,


aun cuando se encuentren en proceso de determinación, o no sea exigibles
por causa de plazo pendiente, la Administración Tributaria podrá pedir al
Tribunal competente para conocer el Recurso Contencioso Tributario que
decrete medidas cautelares suficientes, las cuales podrán ser:

1.Embargo preventivo de bienes muebles


2.Secuestro o retención de bienes muebles

15
HENRIQUEZ LA ROCHE. “Medidas Cautelares”. Colegio de Abogados del Estado Zulia.
Segunda Edición. Maracaibo, 1983. Pag. 39.
16
Ob Cit. Pag. 41-46.
3.Prohibición de enajenar y gravar bienes inmuebles
4.Cualquier otra medida conforme a las previsiones contenidas en el
Parágrafo primero del artículo 588 del Código de Procedimiento Civil.

Lo primero que llama la atención de esta novísima norma, es que las medidas pueden
solicitarse aun estando en curso el proceso de determinación o fiscalización, por lo que esta
norma constituye una excepción al principio de judicialidad a que hicimos referencia,
citando al Prof. Henriquez La Roche. De manera que, al ente tributario le corresponderá
determinar el inminente peligro para el fisco nacional en la no recepción de los tributos,
para hacer la solicitud de la cautelar correspondiente.

Otros aspectos nos interesa destacar de este procedimiento cautelar previsto en el COT:

1.La solicitud de medida debe fundamentarse en un documento donde


conste el crédito tributario o exista presunción del mismo (art. 297) y la
administración debe justificar el riesgo que representa el retardo en su
cobro.

2.El decreto de la medida es casi inmediato – dentro de los días siguientes –


y sin conocimiento del deudor (art. 298).

3.No se exige caución a la administración tributaria (art. 299) , pero el fisco


es responsable de sus resultados.

Sobre la cualidad o legitimación para solicitar medidas preventivas ante los órganos
jurisdiccionales competentes, corresponderá a la máxima autoridad tributaria nacional o
regional, según los casos, solicitarlas. Ya la Sala Político Administrativa del Tribunal
Supremo de Justicia, se ha pronunciado sobre el particular, al establecer que un gerente
regional de tributos internos del SENIAT tiene competencia para solicitar las medidas
preventivas previstas en el COT17. Esto hace que, por interpretación, también tengan esta
cualidad los gerentes de aduana principales, adscritos al SENIAT.

IV.1. OPORTUNIDAD PARA EL EJERCICIO DE LAS FACULTADES POR PARTE


DE LA ADMINISTRACION

Las facultades anteriormente enunciadas pueden ejercerse por parte del ente tributario en
cualquier etapa o fase del proceso de determinación, por ejemplo desde simples operativos
para detectar el cumplimiento de deberes formales, o mientras se realiza el proceso de
audoría fiscal de fondo para el levantamiento del acta de reparo, en sumario administrativo
o durante la tramitación del recurso jerárquico. De manera que, como bien lo establece el
COT en el encabezamiento del artículo 127, estas facultades son para “exigir el
cumplimiento de las obligaciones tributarias”, y en consecuencia, pueden ejercerse en
cualquier instancia del proceso administrativo de determinación.

IV.2. LOS DERECHOS DEL CONTRIBUYENTE.

A la par de las facultades amplísimas de que está dotado el ente tributario, existen derechos
y garantías constitucionales que protegen a los sujetos pasivos de la obligación tributaria,
particularmente a los contribuyentes. Estas normas se encuentran dispersa en nuestra
Constitución Nacional y en el ordenamiento jurídico en general. Luis Fraga Pittaluga las
ha recogido en su libro “Derechos y Garantías del Contribuyente frente al accionar de la
Administración”18 y podemos resumirlas así: Derecho a ser oido, derecho a la notificación,
derecho a la formación del expediente administrativo y acceso al mismo, derecho a la
determinación sobre base cierta, garantía de la presunción de inocencia, derecho a la
motivación de la decisión, derecho a la caducidad del procedimiento determinativo,
derecho a invocar la prescripción y garantía de la irretroactividad

17
RAMIREZ 6 GARAY. Jurisprudencia. Tomo 156, No. 1796ª)
18
FRAGA PITTALUGA, Luis “La Defensa del Contribuyente frente a la Administración Tributaria”.
Fundación de Estudios de Derecho Administrativo. Caracas, 1998. Pag. 27 - 68
A pesar de la claridad de las normas y principios que hemos esbozado, es importante
destacar que no existe aún en Venezuela una Ley que proteja los derechos de los
contribuyentes o una enunciación expresa de los mismos, como existe en España. Por eso
en algunas oportunidades hemos hecho referencia a la importancia de que exista una
consagración formal de tales derechos en el ordenamiento jurídico del país. Esta es una
necesidad inminente sobre todo en momentos en que el SENIAT está dotados de las
amplias facultades a que hemos hecho referencia y existe en el país una presión tributaria
cada vez mayor, reforzada además con declaraciones de los más altos voceros del Ejecutivo
Nacional en las que se amenaza con acciones agresivas y poco usuales por parte del
SENIAT

A título de ejemplo citamos los derechos consagrados en la Ley de Ley de Derechos y


Garantías de los Contribuyentes de España.

Artículo 3. Constituyen derechos general de los contribuyentes los siguientes:

a)Derecho a ser informado y asistido por la Administración Tributaria en el


cumplimiento de sus obligaciones tributarias acerca del contenido y alcance de
las mismas.

b)Derecho a obtener, en los términos previstos en la presente ley, las devoluciones


de ingresos indebidos y las devoluciones de oficio que procedan, con abono del
interés de demora previsto en el artículo 58.2 c) de la Ley 230-1963 de 28 de
diciembre General Tributaria, sin necesidad de efectuar requerimiento al efecto.

c)Derecho de ser reembolsado, en la forma fijada en esta ley, del coste de los avales
y y otras garantías aportados para suspender la ejecución de una deuda
tributaria, en cuanto esta sea declarada improcedente por sentencia o resolución
administrativa firme.

d)Derecho a conocer el estado de tramitación de los procedimientos en los que sea


parte.

e)Derecho a conocer la identidad de las autoridades y personas al servicio de la


Administración Tributaria bajo cuya responsabilidad se tramitan los
procedimientos de gestión tributaria en los que tenga la condición de interesado.

f)Derecho a solicitar certificación y copia de las declaraciones por él presentadas.


g)Derecho a no aportar los documentos ya presentados y que se encuentren en poder
de la Administración actuante.

h)Derecho, en los términos legales previstos, al carácter reservado de los datos,


informes o antecedentes obtenidos por la Administración tributaria, que sólo
podrán ser utilizados para la efectiva aplicación de los tributos o recursos cuya
gestión tenga encomendada, sin que puedan ser cedidos o comunicados a
terceros, salvo en los supuestos previstos en las leyes.

i)Derecho a ser tratado con el debido respeto y consideración por el personal al


servicio de la Administración Tributaria.

j)Derecho a que las actuaciones de la Administración Tributaria que requieran su


intervención se lleven a cabo en la forma en que le resulten menos gravosa.

k)Derecho a formular alegaciones y a aportar documentos que serán tenidas en


cuenta por los órganos competentes al redactar la correspondiente propuesta de
resolución.

l)Derecho a ser oído en el trámite de audiencia con carácter previo a la redacción de


la propuesta de resolución.

m)Derecho a ser informado de los valores de los bienes inmuebles que vayan a ser
objeto de adquisición o transmisión.

n)Derecho a ser informado al inicio de las actuaciones de comprobación e


investigación llevadas a cabo por la inspección de los tributos, acerca de la
naturaleza y alcance de las mismas, así como de sus derechos y obligaciones en
el curso de tales actuaciones y a que se desarrollen en los plazos previstos en la
presente Ley”.

V. A MODO DE CONCLUSION

1.La Administración Tributaria es una estructura fundamental en la organización jurídica


del Estado Venezolano. Para ello, se le ha dado rango constitucional en el texto de
1999 y se le ha dotado de amplísimas funciones y facultades tanto en el Código
Orgánico Tributario del 2001, como en la Ley del SENIAT del mismo año.

2.Estas facultades y funciones deben ejercerse en el contexto de las ideas y principios


fundamentales que dieron origen al SENIAT de dotar al Estado venezolano de un
eficiente servicio de formulación de políticas impositivas y de administración tributaria
que permitan reducir los índices de evasión fiscal y consolidar las finanzas públicas en
los impuestos derivados de la actividad productiva y menos dependiente del esquema
rentista petrolero.

3.Las actuaciones de la administración tributaria y sus funcionarios deben estar enmarcadas


en el respeto a la legalidad, a las competencias y funciones taxativamente asignadas, a
los derechos y garantías de los contribuyentes y tomando en cuenta que cualquier
desvío o inobservancia en el ejercicio de sus funciones, genera responsabilidad de
naturaleza civil, administrativa y penal.

4.Las facultades y competencias de la administración tributaria tan ampliamente concebidas


en nuestro ordenamiento jurídico, constituyen una tentación a la excesiva
discresionalidad por parte de funcionarios, por lo que estos deben atenerse a las normas
constitucionales y legales que rigen su responsabilidad en el ejercicio de sus delicadas
funciones.

5.Tomando en consideración la creciente necesidad de recursos por parte del Estado


venezolano, las inmensas facultades de que está dotado la Administración Tributaria y
las reiteradas amenazas del Ejecutivo Nacional sobre futuras acciones del SENIAT
dirigidas al sector productivo, se hace necesario que se establezca de manera expresa,
los derechos y garantías de los contribuyentes y sujetos pasivos de la obligación
tributaria.

6.Como reflexión final de este trabajo, hacemos nuestras las reflexiones de Vicente Diaz,
en su libro “Limites al Accionar de la Inspección Tributaria y Derechos del
Administrado”19:

“Solo es legítimo y protegible el derecho inspector de la Administración


Tributaria en el ordenamiento jurídico en tanto que ello no configure un
derrotero incorrecto que represente un menoscabo a la persona del

19
Ob Cit. Pag. 5.
inspeccionado, dado que los derechos fundamentales de este último no
pueden ser infringidos por actos instrumentales del Estado.

La potestad de la utilización abusiva de las funciones de inspección


representa una afectación abusiva de las funciones de inspección representa
una afectación de grado al orden constitucional y debe ser vista desde dicho
prisma para su real juzgamiento”

AVDT. Facultades Administración Tributaria


Enero 30, 2002

BIBLIOGRAFIA

1.DIAZ, Vicente O. “Limites al Accionar de la Inspección Tributaria y Derechos del


Administrado”. Editorial Depalma. Buenos Aires, 1997.
2.FRAGA PITTALUGA, Luis. “La Defensa del Contribuyente Frente a la Administración
Tributaria”. Fundación de Estudios de Derecho Administrativo. Caracas, 1998.
3.FRAGA PITTALUGA, Luis. “ La Incompetencia en el Derecho Administrativo”.
Editorial Torino. Caracas, 2000.
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Edición. Editorial Lex Nova. 1999.
5.HELLMUTH W, OLDMAN, O. “Tax Policy and Tax Administration”. Publicado en
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6.HENRIQUEZ LA ROCHE. “Medidas Cautelares”. Colegio de Abogados del Estado
Zulia. Segunda Edición. Maracaibo, 1983.
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Jurídicos del Estado Lara. 1995.
10.RAMIREZ & GARAY. Jurisprudencia.
11.RONDON DE SANSO, Hildegard. “Teoría General de la Actividad Administrativa”.
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12.SPISSO, Rodolfo R. “Facultades de la Administración en la Determinación Tributaria”.
Publicado en XVIII Jornada Latinoamericana de Derecho Tributario. Montevideo,
1996.
13.TANZI, Vito. “Tax System and Tax Policy in Developing Countries: General Principles
and Diagnostic. Publicado en Tax Administratio Review. No. 23.

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