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GRUPO Nº 2
INTEGRANTES:
CARREÑO COBEÑA BRAULIO MEDARDO
GOROZABEL MENDOZA MELANIE DAYANA
MONTES ZAMBRANO MARÍA JOSÉ
SANTANA MONCAYO MIRIAN STEFANÍA
SÁNCHEZ BASURTO YARELY DELLANEIRA
NIVEL Y PARALELO:
II “C”
ASIGNATURA:
MORFOFISIOLOGÍA
DOCENTE:
DR. YANDRY MARLON PONCE MENENDEZ
PERÍODO ACADÉMICO
ABRIL 2019 - AGOSTO 2019
LA BOCA
A la boca también se le conoce como cavidad bucal. Entre sus funciones se incluyen la
ingestión, el gusto y otras respuestas sensitivas a la comida, la masticación, la digestión
química (el almidón se digiere de manera parcial en la boca), la deglución, el habla y la
respiración. La boca está rodeada por las mejillas, los labios, el paladar y la lengua. Su
apertura anterior, entre los labios, es el orificio de la boca, y su apertura posterior en la
garganta se denomina fauces. La boca está recubierta con epitelio pavimentoso
estratificado. Este epitelio está queratinizado en áreas sujetas a la mayor abrasión por
parte de la comida, como las encías y la bóveda del paladar, y no lo está en áreas como
el piso de la boca, el velo del paladar y el interior de las mejillas y los labios.
Las mejillas y los labios retienen alimentos y los empujan entre los dientes para su
masticación. Resultan esenciales para articular el habla y para las acciones de chupar y
soplar, incluida la lactancia. Su carnosidad se debe, sobre todo, a la grasa subcutánea,
los músculos buccinadores de las mejillas, y el orbicular de la boca en los labios. Un
pliegue medio, el frenillo labial, une cada labio a las encías, entre los incisivos
anteriores. El vestíbulo es el espacio entre las mejillas o labios y los dientes (el espacio
donde se inserta el cepillo cuando se frota con él la superficie externa de los dientes).
Los labios están divididos en tres áreas: 1) el área cutánea tiene el color del resto de la
cara y cuenta con folículos pilosos y glándulas sebáceas; en el labio superior es donde
crece el bigote. 2) El área roja es la región que carece de pelo; donde los labios se unen
(donde se aplica el lápiz labial). Tiene una papila dérmica muy alta, que permite que los
capilares sanguíneos y las terminaciones nerviosas lleguen cerca de la superficie
epidérmica. Por lo tanto, esta área es más roja y más sensible que el área cutánea. 3) la
mucosa labial es la superficie más interna del labio, adyacente a las encías y los dientes.
LA LENGUA
Las dos terceras partes anteriores de la lengua, a las que se les denomina cuerpo, ocupan
la cavidad bucal, y la tercera parte posterior, la raíz, ocupa la bucofaringe. El límite
entre ellas está marcado por una fila en forma de “V” de papilas valadas y, detrás de
éstas, una muesca conocida como surco terminal. El cuerpo está unido al piso de la boca
por un pliegue medio denominado frenillo lingual. Los músculos de la lengua, que
integran la mayor parte de su masa,. Los músculos intrínsecos, los cuales se encuentran
por completo dentro de la lengua son los que producen los sutiles movimientos de ésta.
Los músculos extrínsecos, con orígenes en cualquier otro sitio e inserciones en la
lengua, producen la mayor parte de los movimientos más vigorosos de la manipulación
de los alimentos. Los músculos extrínsecos son el geniogloso, el hiogloso, el
palatogloso y el estilogloso. Entre los músculos hay glándulas linguales serosas y
mucosas, que secretan una parte de la saliva. Las amígdalas linguales están contenidas
en la raíz.
LOS DIENTES
Los dientes (o piezas dentales) reciben el nombre colectivo de dentadura. Sirven para
masticar los alimentos, dividiéndolos en partes más pequeñas. Esto no sólo hace que la
comida sea más fácil de deglutir, sino que expone más superficie a la acción de las
enzimas digestivas y, por consiguiente, acelera la digestión química. En general, los
adultos tienen 16 piezas dentales en la mandíbula (o maxilar inferior) y 16 en el maxilar
superior. De la línea media a la parte posterior de cada maxilar, hay dos incisivos, un
canino, dos premolares y hasta tres molares a cada lado Los incisivos son dientes que
cortan como cinceles y que se usan para fragmentar una pieza de comida. Los caninos
son más puntiagudos y actúan para perforarla y desmenuzarla. Sirven como armas en
muchos mamíferos, pero han reducido su tamaño en el curso de la evolución humana,
hasta que, hoy en día, apenas se proyectan más allá el resto de los dientes. Los
premolares y molares (muelas) tienen superficies amplias, adaptadas para aplastar y
moler. Cada pieza dental está insertada en un hueco de conexión al que se denomina
alveolo, que forma una articulación, la gonfosis, entre el diente y el hueso. El alveolo
está cubierto por un ligamento periodontal, un periostio modificado cuyas fibras de
colágeno penetran en el hueso por un lado y en la pieza dental por el otro. Esto ancla la
pieza con firmeza en el alveolo, pero permite un ligero movimiento bajo la tensión de
masticar. La encía cubre el hueso alveolar. Las regiones de una pieza dental están
definidas por su relación con la encía. La corona es la parte que se encuentra arriba de la
encía; la raíz es la parte debajo de ésta, incrustada en el hueso alveolar; y el cuello es el
punto donde la corona, la raíz y la encía se unen. El espacio entre la pieza dental y la
encía es el surco gingival. La higiene de este surco suele ser muy importante para la
salud dental.
MASTICACIÓN
• Lipasa lingual, una enzima que empieza la digestión de la grasa en la boca (sobre todo
después de que se ha deglutido el alimento).
Las glándulas salivales intrínsecas son una cantidad indefinida de pequeñas glándulas
dispersas entre los demás tejidos bucales: glándulas linguales, en la lengua, glándulas
labiales en el interior de los labios, y glándulas bucales en el interior de las mejillas.
Secretan saliva a una velocidad constante, se esté comiendo o no, pero en cantidades
pequeñas. Esta saliva contiene lipasa y lisozima lingual. Las glándulas salivales
extrínsecas son tres pares de órganos más grandes y discretos que se localizan fuera de
la mucosa bucal. Son glándulas tubuloacinares compuestas con un sistema de conductos
en forma de árboles que llevan a la cavidad bucal. Los ácinos secretores en las ramas
externas del árbol en algunos casos son únicamente mucosos, en otros tan sólo serosos y
en los ácinos mezclados, están compuestos de células mucosas y cerosas. Las células
serosas secretan un fluido acuoso con enzimas y electrólitos abundantes. Las tres
glándulas salivales extrínsecas son: 1. Las glándulas parótidas, localizadas justo debajo
de la piel anterior a las orejas. El conducto parotídeo pasa en el aspecto superficial sobre
el músculo masetero, perfora el músculo buccinador y se abre en la boca, opuesto al
segundo molar superior. La parotiditis (paperas) es la inflamación e hinchazón de una
parótida, causadas por un virus. 2.Las glándulas submandibulares, localizadas en la
parte intermedia a lo largo del cuerpo y la mandíbula, medial a su margen, justo debajo
del músculo milohioideo. El conducto submandibular se vacía en la boca, en una papila
al lado del frenillo lingual, cerca de los incisivos inferiores centrales. 3. Las glándulas
sublinguales, localizadas en el piso de la boca. Tienen varios conductos que se vacían,
en sentido posterior a las papilas, en los conductos submandibulares.
SALIVACIÓN
Las glándulas salivales extrínsecas secretan entre 1.0 y 1.5 litros de saliva al día, sobre
todo como respuesta a la comida en la boca. El alimento estimula a los receptores
bucales del gusto, táctiles y de la presión, que transmiten señales a un grupo de núcleos
salivales en el bulbo raquídeo y la protuberancia. Estos núcleos integran la información
con la proveniente de centros encefálicos más elevados, de modo que aun el aroma, la
vista y la idea de la comida estimulan la salivación. La irritación del estómago y el
esófago por comida condimentada, ácidos estomacales y toxinas también estimula la
salivación, tal vez como ayuda para diluir y limpiar los irritantes. Los núcleos salivales
envían señales a las glándulas por medio de fibras autónomas en los nervios faciales y
glosofaríngeos. Las fibras parasimpáticas estimulan a las glándulas para que produzcan
saliva abundante y delgada, con gran cantidad de enzimas. En contraste, la estimulación
simpática mejora por un momento la salivación pero su efecto primario consiste en
producir saliva menos abundante, más gruesa, con más moco. Por esto, la boca puede
sentirse pegajosa o húmeda bajo condiciones de tensión. La estimulación simpática
constriñe los vasos sanguíneos de las glándulas salivales. Debido a que la saliva
empieza como un filtrado de los capilares sanguíneos, esta vasoconstricción reduce la
salivación. De igual manera, la deshidratación también la reduce porque la filtración
capilar se vuelve menor. La salivación empieza cuando se filtran el agua y los
electrólitos de los capilares sanguíneos de las glándulas. Las células acinares agregan
mucina, amilasa y lisozima al filtrado y los conductos modifican su composición
electrolítica. La amilasa salival empieza a digerir el almidón a medida que se mastica la
comida; la lipasa lingual empieza la digestión de las grasas a una extensión un poco
mayor, y el moco se fija a las partículas de comida masticada en un bolo que resulta
fácil de deglutir. Sin moco, tendría que beberse mucho más líquido para deglutir la
comida.
Obtenido de: Derrickson, Tortora. Principios de Anatomía y Fisiología 13ed. Editorial
Medica Panamericana, S.A DE C, V., (2013). p, 962.
LA FARINGE
EL ESÓFAGO
DEGLUCIÓN
ESTÓMAGO
Las glándulas gástricas contienen tres tipos de células glandulares exocrinas que
secretan su producto en la luz del estómago: células mucosas del cuello, células
principales y células parietales, las células mucosas superficiales y las células mucosas
del cuello secretan moco. Las células parietales producen factor intrínseco y ácido
clorhídrico. Las células principales secretan pepsinógeno y lipasa gástrica. Las
secreciones de las células mucosas parietales y principales forman el jugo gástrico, que
llega a 2000-3000 mL por día. Además dentro de las glándulas gástricas hay un tipo de
células enteroendócrinas, las células G, que localizan principalmente en el antro pilórico
y secretan la hormona gastrina en el torrente sanguíneo.
Tres capas adicionales yacen debajo de la mucosa. La submucosa del estómago está
compuesta por tejido conectivo areolar. La muscular tiene tres capas de musculo liso:
una capa longitudinal externa, una capa circular media y una capa oblicua interna. La
capa oblicua limita con el cuerpo del estómago. La serosa está compuesta por epitelio
pavimentoso simple y por tejido conectivo areolar; la porción de la serosa que reviste el
estómago forma parte del peritoneo visceral. En la curvatura menor del estómago el
peritoneo visceral se extiende hacia arriba hasta el hígado, como epiplón menor. En la
curvatura mayor, el peritoneo visceral continúa hacia abajo como epiplón mayor y
reviste el intestino.
Algunos minutos después de que los alimentos entran en el estómago, se producen cada
15 o 25 segundos movimientos peristálticos suaves llamados ondas de mezcla. Estas
ondas maceran los alimentos, los mezclan con las secreciones de las glándulas gástricas
y los reducen a un líquido, el quimo. Algunas ondas de mezclas se observan en el
fundus, que tiene funciones de depósito.
Mientras que continúa la digestión, ondas de mezcla más vigorosas comienzan en el
cuerpo del estómago y se intensifican a medida que llegan al píloro. El esfínter pilórico
normalmente se mantiene casi cerrado, aunque no del todo. Cuando los alimentos llegan
al píloro, cada onda expulsa periódicamente 3 mL de quimo hacia el duodeno a través
del esfínter pilórico, fenómeno conocido como vaciamiento gástrico. La mayor parte del
quimo vuelve hacia el cuerpo del estómago, donde las ondas de mezclas continúan. Las
ondas siguientes impulsan al quimo otra vez hacia adelante y otra vez hacia el duodeno.
Estos movimientos hacia adelante y hacia atrás del contenido gástrico son los
responsables de la mezcla en el estómago.
Los alimentos permanecen en el fundus alrededor de una hora sin mezclarse con el jugo
gástrico. Durante este tiempo la digestión por la amilasa salival continúa, sin embargo,
poco después, el quimo se mezcla con el jugo gástrico acido, que inactiva la amilasa
salival y activa la lipasa lingual, que comienza a digerir los triglicéridos y los
transforma en ácidos grasos y diglicéridos.
Si bien las células parietales secretan por separado iones de hidrógenos (H+) e iones
cloruros (Cl-) en la luz del estómago, el efecto conjunto es la secreción de ácido
clorhídrico. La bomba de protones motorizadas por la H+/K+ATPasa transporta
activamente H+ hacia la luz y capta iones de potasio K+ (hacia la célula). Al mismo
tiempo, el Cl- y el K+ difunden hacia la luz por canales de Cl- y K+ de la membrana
apical. La encima anhidrasa carbónica, especialmente abundante en las células
parietales, cataliza la formación de ácido carbónico (H2CO3), a partir de agua (H2O) y
dióxido de carbono (CO2). Como el ácido carbónico se disocia, constituye una fuente
importante de H+ para las bombas de protones, aunque también genera iones
bicarbonato (HCO3-). El HCO3- se acumula en el citosol y sale de la célula parietal en
intercambio con Cl- a través del antiportador Cl-/HCO3- de la membrana basolateral. El
HCO3- difunde hacia los capilares seguidos más cercanos.
La secreción de HCL por parte de las células parietales puede ser estimula de diferentes
maneras: liberación de acetilcolina (ACh) por neuronas parasimpáticas, secreción de
gastrinas por las células G, e histamina, que es una sustancia paracrina liberada por
mastocitos en la proximidad de la lámina propia. La acetilcolina y la gastrina actúan
estimulando las células parietales para que secreten más HCl en presencia de histamina.
En otras palabras, la histamina actúa sinérgicamente y potencia los efectos de la acetil
colina y la gastrina. Los receptores de estas tres sustancias están presentes en la
membrana plasmática de las células parietales. Los receptores de histamina de las
células parietales se llaman receptores H2; estos median una respuesta diferente a la de
los receptores H1 que intervienen en la respuesta alérgica.
Otra enzima del estómago es la lipasa gástrica, que desdobla los triglicéridos de cadenas
cortas de las moléculas grasas en ácidos grasos y monoglicéridos. Un monoglicérido
consiste en una molécula de glicerol unida a una molécula de ácido graso. Esta enzima,
que desempeña una función limitada en el estómago del adulto trabaja mejor con un pH
de 5-6. Más importante que la lipasa lingual o la lipasa gástrica es la lipasa pancreática,
enzima secretada por el páncreas en el intestino delgado.
En el estómago, se absorbe solo una pequeña cantidad de nutriente porque las células
epiteliales son impermeables a la mayoría de las sustancias. Sin embargo, las células
mocosas del estómago absorben agua, iones y ácidos grasos de cadena corta, y también
algunos fármacos (aspirina, especialmente) y el alcohol.
INTESTINO DELGADO
Los procesos más importantes de la digestión y la absorción de los nutrientes se
producen en un órgano tubular largo, el intestino delgado; como consecuencia de lo ello,
su estructura se encuentra especialmente adaptada para estas funciones. Sólo su longitud
ya provee una enorme superficie para la digestión y la absorción, y esa superficie se
incrementa aún más por la presencia de pliegues circulares, vellosidades y
microvellosidades. El intestino delgado comienza en el esfínter pilórico del estómago,
se repliega a través de la parte central e inferior de la cavidad abdominal y se abre, por
último, en el intestino grueso. Alcanza un promedio de 2,5 cm de diámetro; su longitud
es de alrededor de 3 metros en una persona viva y de unos 6,5 m en un cadáver, a causa
de la pérdida del tono muscular liso después de la muerte.
La pared del intestino delgado está compuesta por las 4 capas que forman la mayor
parte del tubo digestivo: mucosa, submucosa, muscular y serosa. La mucosa está
compuesta por el epitelio, la lámina propia y la muscularis mucosae. La capa epitelial de
la mucosa intestinal consiste en epitelio cilíndrico simple, que contiene varios tipos de
células. Las células absortivas digieren y absorben nutrientes del quimo intestinal.
También están presentes las células caliciformes, que secretan moco. La mucosa del
intestino delgado contiene varias hendiduras revestidas de epitelio glandular. Las células
que las tapizan forman las glándulas intestinales (criptas de Lieberkühn) y secretan jugo
intestinal (que se describe más adelante). Junto a las células absortivas y a las células
caliciformes, las glándulas intestinales también contienen células de Paneth y células
enteroendocrinas. Las células de Paneth secretan lisozima, una enzima bactericida, y
son capaces de fagocitar. Dichas células cumplen una función importante en la
regulación de la población bacteriana, en el intestino delgado. Existen 3 tipos de células
enteroendocrinas en las glándulas intestinales del intestino delgado: células S, células
CCK y células K, que secretan la hormona secretina, la colecistocinina o CCK y el
péptido insulinotrópico dependiente de glucosa o GIP, respectivamente. La lámina
propia de la mucosa del intestino delgado contiene tejido conectivo areolar y abundante
tejido linfoide asociado a la mucosa (MALT). Los ganglios linfáticos solitarios son más
numerosos en la porción distal del íleon. Hay grupos de ganglios linfáticos conocidos
como folículos linfáticos agregados (placas de Peyer) presentes en el íleo. La muscularis
mucosae de la mucosa del intestino delgado contiene músculo liso. La submucosa del
duodeno presenta glándulas duodenales (de Brunner), que secretan un moco alcalino
que ayuda a neutralizar el ácido gástrico del quimo. A veces, el tejido linfático de la
lámina propia se extiende por la muscularis mucosae hasta la mucosa. La muscular del
intestino delgado consiste en dos capas de músculo liso. La externa, más gruesa,
contiene fibras longitudinales; la interna, más fina, posee fibras circulares. Excepto la
mayor parte del duodeno, la serosa (o peritoneo visceral) cubre por completo el intestino
delgado. A pesar de que la pared del intestino delgado está compuesta por las mismas
cuatro capas que el resto del tubo digestivo tiene características estructurales especiales
que facilitan los procesos de digestión y absorción. Entre esas características
estructurales se hallan los pliegues circulares, las vellosidades y las microvellosidades.
Los pliegues circulares son pliegues de la mucosa y la submucosa. Estos repliegues
permanentes, que miden unos 10 mm de largo, comienzan cerca de la porción proximal
del duodeno y terminan cerca de la porción media del íleo. Algunas se extienden
alrededor de toda la circunferencia del intestino y otras sólo en una parte de ella. Los
pliegues circulares aumentan la superficie de absorción y hacen que el quimo describa
una trayectoria circular, en lugar de moverse en línea recta, a medida que pasa por el
intestino delgado. En el intestino delgado también se hay vellosidades (de villus,
manojo de pelo), proyecciones a manera de dedos de la mucosa que miden entre 0,5 y 1
mm de largo. La enorme cantidad de vellosidades (20-40 por mm2) aumenta
notablemente la superficie del epitelio disponible para la absorción y digestión y le
otorga a la mucosa intestinal un aspecto aterciopelado. Cada vellosidad está cubierta por
epitelio y tiene un núcleo de lámina propia; dentro del tejido conectivo de la lámina
propia hay una arteriola, una vénula, una red de capilares sanguíneos y un vaso quilífero
(quilo-, de khylós-, jugo; y -–fero, de ferre, llevar) que es un capilar linfático. Los
nutrientes absorbidos por las células epiteliales que cubren la vellosidad pasan a través
de la pared del capilar o del vaso quilífero y entran en la sangre o la linfa,
respectivamente. Además de los pliegues circulares y las vellosidades, el intestino
delgado también tiene microvellosidades (mikrós-, pequeño), que son proyecciones de
la membrana apical (libre) de las células absortivas. Cada microvellosidad es una
proyección cilíndrica de 1μm de longitud, cubierta por una membrana que contiene un
haz de entre 20 y 30 filamentos de actina. Con el microscopio óptico, las
microvellosidades son demasiado pequeñas como para poder observarlas
individualmente; forman en cambio una línea vellosa, llamada borde o ribete en cepillo,
que se extiende hacia la luz del intestino delgado. Se estima que hay unos 200 millones
de microvellosidades por milímetro cuadrado de intestino delgado. Como las
microvellosidades aumentan enormemente la superficie de la membrana plasmática,
grandes cantidades de nutrientes digeridos pueden difundirse dentro de las células
absortivas en un período dado. El ribete en cepillo contiene, además, muchas enzimas
con funciones digestivas (se describe más adelante).
INTESTINO GRUESO
El intestino grueso es la porción terminal del tracto gastrointestinal. Sus funciones son,
sobre todo, completar la absorción, producción de ciertas vitaminas, formación de las
heces y la expulsión de éstas del cuerpo.
La pared del intestino grueso contiene las cuatro túnicas encontradas en el resto del tubo
digestivo: mucosa, submucosa, muscular y serosa. La mucosa consiste en un epitelio
cilíndrico simple, la lámina propia (tejido conectivo areolar) y la muscularis mucosae
(músculo liso). El epitelio contiene en su mayor parte células absortivas y células
caliciformes. Las células absortivas participan en la absorción de agua; las células
caliciformes secretan moco que lubrica el paso del contenido colónico. Tanto las células
absortivas como las caliciformes se localizan en glándulas intestinales largas, rectas y
tubulares (criptas de Lieberkühn) que se extienden a todo lo ancho de la mucosa.
Pueden observarse ganglios linfáticos solitarios en la lámina propia, que se extienden a
través de la muscularis mucosae hasta la submucosa. En comparación con el intestino
delgado, la mucosa del intestino grueso no tiene tantas adaptaciones estructurales que
incrementen el área de superficie. No hay pliegues circulares ni vellosidades, aunque las
microvellosidades de las células absortivas están presentes. De esta manera, la
absorción es mucho mayor en el intestino delgado que en el intestino grueso. La
submucosa del intestino grueso está constituida por tejido conectivo areolar. La
muscular presenta una capa longitudinal externa y una capa circular interna de músculo
liso, además de una capa interna circular de músculo liso. A diferencia de otras partes
del tubo digestivo, algunas porciones del músculo longitudinal son más gruesas y
forman tres notables bandas longitudinales llamadas tenias (de taenia, cinta) colónicas,
dispuestas a lo largo del intestino grueso. Las tenias están separadas por porciones de la
pared con menos músculo longitudinal o sin éste. Las contracciones tónicas de las
bandas producen en el colon una serie de bolsas llamadas haustras (de haustrum, saco),
que le dan al órgano un aspecto fruncido. Una capa simple de músculo liso circular se
encuentra entre las tenias colónicas. La serosa del intestino grueso es parte del peritoneo
visceral. Pequeñas bolsas de peritoneo visceral rellenas de grasa se insertan en las tenias
colónicas y se denominan apéndices epiploicos.
El paso del quimo del íleon al ciego está regulado por la acción del esfínter ileocecal.
En condiciones normales, la válvula está parcialmente cerrada, de manera que el quimo
transita hacia el ciego lentamente. Después de una comida, un reflejo gastroileal
intensifica la peristalsis en el íleon y propulsa el quimo hacia el ciego. La hormona
gastrina también relaja el esfínter. Cuando el ciego está distendido, el grado de
contracción del esfínter ileocecal aumenta. Los movimientos del colon comienzan
cuando las sustancias atraviesan la válvula ileocecal. Como el quimo se mueve a través
del intestino delgado con una velocidad constante, el tiempo requerido para que el
alimento llegue al colon está determinado por el tiempo de vaciamiento gástrico. A
medida que los alimentos pasan por la válvula ileocecal, ocupan el ciego y se acumulan
en el colon ascendente. Un movimiento característico del intestino grueso es la
propulsión haustral. En este proceso, las haustras relajadas se distienden a medida que
se llenan. Cuando la distensión alcanza cierto grado, las paredes se contraen e impulsan
el contenido hacia el haustra próxima. También se produce peristaltismo, aunque con un
ritmo menor (3-12 contracciones por minuto) que en las porciones más proximales del
tracto. Un tipo de movimiento final es el peristaltismo en masa, una fuerte onda
peristáltica que comienza en la parte media del colon transverso y expulsa rápidamente
el contenido del intestino hacia el recto. Puesto que los alimentos en el estómago inician
estos reflejos gastrocólicos en el colon, el peristaltismo en masa tiene lugar tres o cuatro
veces por día, durante una ingesta o inmediatamente después.
DIGESTIÓN QUÍMICA EN EL INTESTINO GRUESO
RECTO
El recto es una cavidad que comienza al final del intestino grueso. Se extiende desde el
límite con el colon sigmoideo hasta la línea pectinada (límite entre la mucosa rectal y la
piel del ano), con el una longitud que va desde los 12 a los 15 centímetros. Es
catalogado como el lugar donde los desechos sólidos son retenidos con anterioridad a la
defecación (eliminación). Por ello suele estar vacío, salvo antes y durante la evacuación
de las heces.
Sigue la curvatura del sacro y del cóccix (extendiéndose desde la segunda vertebra sacra
hasta el vértice del cóccix). Posee un revestimiento mucoso, que contiene glándulas
mucosas similares a las situadas a lo largo del tracto gastrointestinal, las cuales facilitan
el avance de los desechos hacia el orificio anal.
ANO
El ano está formado, en parte, por las capas superficiales del cuerpo, incluida la piel, y,
en parte, por el intestino. La pared del recto se compone de un tejido rojo brillante, que
contiene glándulas mucosas similares a las del revestimiento del resto del intestino. La
mucosa del recto es relativamente insensible al dolor, pero los nervios del ano y de la
piel adyacente son muy sensibles.
Las venas del recto y el ano drenan principalmente en la vena porta, que llega al hígado
y de aquí a la circulación general. Algunas de estas venas van a parar directamente a las
venas pélvicas y de aquí a la circulación general. Los vasos linfáticos del recto drenan
en los ganglios linfáticos de la parte baja del abdomen. Los vasos linfáticos del ano
drenan en los ganglios linfáticos inguinales.
Un anillo muscular (esfínter anal) mantiene el ano cerrado. Este esfínter es controlado
de forma subconsciente por el sistema nervioso autónomo. Sin embargo, parte del
esfínter puede relajarse o contraerse a voluntad.
Los jugos pancreáticos de secretan en las células exocrinas dentro de conductillos que
se unen íntimamente para formar dos largos conductos, el conducto pancreático y el
conducto accesorio, que vuelcan las secreciones en el intestino delgado. El conducto
pancreático (conducto de Wirsung) es el más largo de los dos. En la mayoría de las
personas, se une con el conducto colédoco (o hepatocistico) y entran en el duodeno
como un conducto común llamado ampolla hepatopancreática (ampolla de Vater). La
ampolla se abre en una elevación de la mucosa duodenal conocida como papila
duodenal mayor, a unos 10 cm, por debajo del esfínter pilórico del estómago.
Cada día, el páncreas produce entre 1200 y 1500 Ml de jugo pancreático, un líquido
transparente e incoloro formado en su mayor parte por agua, algunas sales, bicarbonato
de sodio y varias enzimas. El bicarbonato de sodio le da el jugo pancreático el pH
alcalino (7,1 – 8,2) que amortigua el jugo gástrico acido del quimo, frena la acción de la
pepsina del estómago y crea el pH adecuado para la acción de las enzimas digestivas en
el intestino delgado. Las enzimas del jugo pancreático son la amilasa pancreática, que
digiere el almidón; varias enzimas que digieren proteínas, como la tripsina; la principal
enzima digestiva de los triglicéridos en los adultos llamada lipasa pancreática, y
enzimas que digieren los ácidos nucleicos: la ribonucleasa y la desoxirribonucleasa. Las
enzimas que atacan las proteínas son producidas como precursores inactivos, asi como
la pepsina se produce en el estómago como pepsinógeno. Como están inactivas, no
digieren las células del propio páncreas. La tripsina se secreta en su forma inactiva
(tripsinógeno). Las células acinosas pancreáticas también secretan la proteína
denominada inhibidor de la tripsina, que se combina con cualquier tripsina que se haya
formado accidentalmente en el páncreas o en el jugo pancreático y bloquea su actividad.
Cuando el tripsinógeno llega a la luz del intestino delgado, se encuentra con una enzima
del ribete encepillo activadora, la enterocinasa, que desdobla parte de la molécula de
tripsinogeno para formar tripsina. A su vez, la tripsina actúa sobre los precursores
inactivos (quimotripsinógenos, procarboxipeptidasa y proelastasa) para producir quimo
tripsina, carboxipeptidasa y elastasa, respectivamente.
HÍGADO Y VESÍCULA BILIAR
El hígado está cubierto casi por completo por el peritoneo visceral y revestido en su
totalidad por una capa de tejido conectivo denso irregular que yace en la profundidad
del peritoneo. El hígado se divide en dos lóbulos principales (un lóbulo derecho grande
y un lóbulo izquierdo más pequeño) por el ligamento falciforme, una hoja del peritoneo.
Aunque algunos anatomistas consideran que el lóbulo derecho abarca el lóbulo
cuadrado y un lóbulo caudado posterior, sobre la base de la morfología interna (en
especial la distribución de los vasos sanguíneos), los lóbulos cuadrado y caudado
pertenecen al lóbulo izquierdo. El ligamento falciforme se extiende desde la superficie
inferior del diafragma entre los dos lóbulos principales hasta la superficie superior del
hígado y contribuye a sostenerlo en la cavidad abdominal. En el borde libre del
ligamento falciforme está el ligamento redondo, un vestigio de la vena umbilical del
feto; este cordón fibroso se extiende desde el hígado hasta el ombligo. Los ligamentos
coronarios izquierdo y derecho son estrechas extensiones del peritoneo parietal, que van
del hígado al diafragma. En la vesícula biliar, se distingue un fondo con proyecciones
hacia abajo, desde el borde inferior del hígado; el cuerpo, la porción central, y el cuello,
la porción estrecha. El cuerpo y el cuello se proyectan hacia arriba.
2. Canalículos biliares. Son pequeños conductos entre los hepatocitos que recogen la
bilis producida por estos. Desde los canalículos biliares, la bilis pasa hacia los
conductillos biliares y luego hacia los conductos biliares, que emergen y eventualmente
forman los conductos hepáticos derecho e izquierdo; ambos se unen y abandonan el
hígado como el conducto hepático común. El conducto hepático común se une con el
conducto cístico de la vesícula biliar para formar el conducto colédoco.
2. Lóbulo portal. Este modelo hace hincapié en la función exocrina del hígado, es
decir, la secreción de bilis. En este sentido, el conducto biliar del triado portal es
considerado el centro del lóbulo portal, que presenta forma triangular y está definido por
tres líneas imaginarias que conectan tres venas centrales, cerca del triado portal.
CIRCULACION HEPATICA
El hígado recibe sangre de dos fuentes. De la arteria hepática obtiene sangre oxigenada,
y por la vena porta recibe sangre desoxigenada que contiene nutrientes recién
absorbidos, fármacos y posiblemente microorganismos y toxinas del tubo digestivo.
Ramas de la arteria hepática y de la vena porta transportan sangre hacia los sinusoides
hepáticos, donde el oxígeno, la mayoría de los nutrientes y algunas sustancias toxicas
son captados por los hepatocitos. Los productos elaborados por los hepatocitos y los
nutrientes requeridos por otras células se liberan de nuevo hacia la sangre, que drena
hacia la vena central y luego fluye hacia la vena hepática. Como la sangre proveniente
del tubo digestivo pasa a través del hígado como parte de la circulación portal, este
órgano suele ser lugar de metástasis de canceres primarios del tubo digestivo.
FASES DE LA DIGESTION
Las actividades digestivas se cumplen en tres fases superpuestas: la fase cefálica, la fase
gástrica y la fase intestinal.
FASE CEFÁLICA
FASE GÁSTRICA
Una vez que los alimentos llegan al estómago, comienza la fase gástrica de la digestión.
Mecanismos neurales y hormonales regulan esta fase para promover la secreción y la
motilidad gástricas.
FASE INTESTINAL