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UNIVERSIDAD TÉCNICA DE MANABÍ

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD


ESCUELA DE ENFERMERÍA
TEMA:
ORGANOS DEL APARATO DIGESTIVO

GRUPO Nº 2

INTEGRANTES:
CARREÑO COBEÑA BRAULIO MEDARDO
GOROZABEL MENDOZA MELANIE DAYANA
MONTES ZAMBRANO MARÍA JOSÉ
SANTANA MONCAYO MIRIAN STEFANÍA
SÁNCHEZ BASURTO YARELY DELLANEIRA

NIVEL Y PARALELO:
II “C”

ASIGNATURA:

MORFOFISIOLOGÍA

DOCENTE:
DR. YANDRY MARLON PONCE MENENDEZ

PERÍODO ACADÉMICO
ABRIL 2019 - AGOSTO 2019
LA BOCA

Obtenido de: Derrickson, Tortora. Principios de Anatomía y Fisiología 13ed. Editorial


Medica Panamericana, S.A DE C, V., (2013). p, 958.

A la boca también se le conoce como cavidad bucal. Entre sus funciones se incluyen la
ingestión, el gusto y otras respuestas sensitivas a la comida, la masticación, la digestión
química (el almidón se digiere de manera parcial en la boca), la deglución, el habla y la
respiración. La boca está rodeada por las mejillas, los labios, el paladar y la lengua. Su
apertura anterior, entre los labios, es el orificio de la boca, y su apertura posterior en la
garganta se denomina fauces. La boca está recubierta con epitelio pavimentoso
estratificado. Este epitelio está queratinizado en áreas sujetas a la mayor abrasión por
parte de la comida, como las encías y la bóveda del paladar, y no lo está en áreas como
el piso de la boca, el velo del paladar y el interior de las mejillas y los labios.

LAS MEJILLAS Y LOS LABIOS

Las mejillas y los labios retienen alimentos y los empujan entre los dientes para su
masticación. Resultan esenciales para articular el habla y para las acciones de chupar y
soplar, incluida la lactancia. Su carnosidad se debe, sobre todo, a la grasa subcutánea,
los músculos buccinadores de las mejillas, y el orbicular de la boca en los labios. Un
pliegue medio, el frenillo labial, une cada labio a las encías, entre los incisivos
anteriores. El vestíbulo es el espacio entre las mejillas o labios y los dientes (el espacio
donde se inserta el cepillo cuando se frota con él la superficie externa de los dientes).
Los labios están divididos en tres áreas: 1) el área cutánea tiene el color del resto de la
cara y cuenta con folículos pilosos y glándulas sebáceas; en el labio superior es donde
crece el bigote. 2) El área roja es la región que carece de pelo; donde los labios se unen
(donde se aplica el lápiz labial). Tiene una papila dérmica muy alta, que permite que los
capilares sanguíneos y las terminaciones nerviosas lleguen cerca de la superficie
epidérmica. Por lo tanto, esta área es más roja y más sensible que el área cutánea. 3) la
mucosa labial es la superficie más interna del labio, adyacente a las encías y los dientes.

LA LENGUA

La lengua, aunque muscular y carnosa, es un órgano muy ágil y sensible. Manipula


comida entre los dientes mientras evita que se le muerda, puede extraer partículas de
comida de los dientes después de comer y es lo bastante sensitiva para percibir una
hebra de pelo en una porción de comida. Su superficie está cubierta con epitelio
pavimentoso estratificado no queratinizado, presenta bordes y extensiones denominados
papilas linguales, y es el sitio con mayor cantidad de papilas gustativas.

Las dos terceras partes anteriores de la lengua, a las que se les denomina cuerpo, ocupan
la cavidad bucal, y la tercera parte posterior, la raíz, ocupa la bucofaringe. El límite
entre ellas está marcado por una fila en forma de “V” de papilas valadas y, detrás de
éstas, una muesca conocida como surco terminal. El cuerpo está unido al piso de la boca
por un pliegue medio denominado frenillo lingual. Los músculos de la lengua, que
integran la mayor parte de su masa,. Los músculos intrínsecos, los cuales se encuentran
por completo dentro de la lengua son los que producen los sutiles movimientos de ésta.
Los músculos extrínsecos, con orígenes en cualquier otro sitio e inserciones en la
lengua, producen la mayor parte de los movimientos más vigorosos de la manipulación
de los alimentos. Los músculos extrínsecos son el geniogloso, el hiogloso, el
palatogloso y el estilogloso. Entre los músculos hay glándulas linguales serosas y
mucosas, que secretan una parte de la saliva. Las amígdalas linguales están contenidas
en la raíz.

Obtenido de: Derrickson, Tortora. Principios de Anatomía y Fisiología 13ed. Editorial


Medica Panamericana, S.A DE C, V., (2013). p, 959.
EL PALADAR

Separa la cavidad bucal de la nasal, permite respirar mientras se mastica. Su porción


anterior, la bóveda del paladar (paladar duro u óseo), tiene el soporte de los rodetes
palatinos del maxilar y de unos pequeños huesos palatinos. Incluye pequeñas
rugosidades, los pliegues palatinos transversos, que ayudan a la lengua a mantener y
manipular la comida. Posterior a éste se encuentra el velo del paladar (paladar suave),
que tiene una textura más esponjosa y está compuesto, sobre todo, por músculo estriado
y tejido glandular, pero no hueso. La úvula, visible en la parte posterior de la boca, tiene
una extensión medial cónica y ayuda a retener la comida en la boca, hasta que parte de
ella esté lista para deglutirse. En la parte posterior de la boca, dos arcos o pilares
musculares a cada lado empiezan en la raíz, cerca de la úvula, y descienden al piso,
éstos son los pilares anterior y posterior del velo del paladar. Este último, marca el
principio de la faringe. La amígdala palatina se halla en la pared entre ambos arcos.

LOS DIENTES

Los dientes (o piezas dentales) reciben el nombre colectivo de dentadura. Sirven para
masticar los alimentos, dividiéndolos en partes más pequeñas. Esto no sólo hace que la
comida sea más fácil de deglutir, sino que expone más superficie a la acción de las
enzimas digestivas y, por consiguiente, acelera la digestión química. En general, los
adultos tienen 16 piezas dentales en la mandíbula (o maxilar inferior) y 16 en el maxilar
superior. De la línea media a la parte posterior de cada maxilar, hay dos incisivos, un
canino, dos premolares y hasta tres molares a cada lado Los incisivos son dientes que
cortan como cinceles y que se usan para fragmentar una pieza de comida. Los caninos
son más puntiagudos y actúan para perforarla y desmenuzarla. Sirven como armas en
muchos mamíferos, pero han reducido su tamaño en el curso de la evolución humana,
hasta que, hoy en día, apenas se proyectan más allá el resto de los dientes. Los
premolares y molares (muelas) tienen superficies amplias, adaptadas para aplastar y
moler. Cada pieza dental está insertada en un hueco de conexión al que se denomina
alveolo, que forma una articulación, la gonfosis, entre el diente y el hueso. El alveolo
está cubierto por un ligamento periodontal, un periostio modificado cuyas fibras de
colágeno penetran en el hueso por un lado y en la pieza dental por el otro. Esto ancla la
pieza con firmeza en el alveolo, pero permite un ligero movimiento bajo la tensión de
masticar. La encía cubre el hueso alveolar. Las regiones de una pieza dental están
definidas por su relación con la encía. La corona es la parte que se encuentra arriba de la
encía; la raíz es la parte debajo de ésta, incrustada en el hueso alveolar; y el cuello es el
punto donde la corona, la raíz y la encía se unen. El espacio entre la pieza dental y la
encía es el surco gingival. La higiene de este surco suele ser muy importante para la
salud dental.

La mayor parte de la pieza dental consta de un tejido amarillo y duro al que se le


denomina dentina, cubierto con esmalte en la corona y cemento en la raíz. La dentina y
el cemento son tejidos conjuntivos vivos con células o extensiones celulares incrustados
en una matriz calcificada. Las células del cemento (cementocitos) están dispersas de
manera más o menos aleatoria y ocupan pequeñas cavidades similares a las lagunas del
hueso. Las células de la dentina (odontoblastos) recubren la cavidad pulpar y tienen
extensiones delgadas que viajan a través de pequeños túneles paralelos en la dentina. El
esmalte no es un tejido sino una secreción libre de células producida antes de que los
dientes hagan erupción sobre la encía. La dentina y el cemento dañados pueden
regenerarse, pero el esmalte dañado no; debe repararse de manera artificial. En el
aspecto interno, una pieza dental tiene una cavidad pulpar dilatada en la corona y un
conducto radicular en la raíz inferior. Estos espacios son ocupados por la pulpa: una
masa de tejido conjuntivo laxo, vasos sanguíneos y linfáticos, y nervios. Estos nervios y
vasos entran en la pieza a través del agujero (o foramen) apical, en el extremo basal de
cada conducto radicular. La unión de las piezas dentales cuando la boca se cierra recibe
el nombre de oclusión y las superficies donde éstas se unen son las superficies de
oclusión. Esta superficie en un premolar tiene dos bordes redondeados, las cúspides; por
consiguiente, a los premolares se les conoce como bicuspídeos. Los molares tienen
cuatro o cinco cúspides. Las cúspides de los premolares y molares superiores e
inferiores se entremezclan cuando las mandíbulas están cerradas y se deslizan entre sí
mientras la quijada hace movimientos laterales de masticación. Esto muele y rompe la
comida de manera más efectiva que si las superficies de oclusión fueran planas. Las
piezas dentales se desarrollan bajo las encías y erupcionan (emergen) en orden
predecible. Veinte dientes de leche o temporales erupcionan de los 6 a los 30 meses,
empezando por los incisivos. Entre los 6 y los 25 años de edad, son reemplazados por
las 32 piezas dentales permanentes. A medida que un diente permanente crece debajo de
uno de leche, la raíz del diente de leche se disuelve y deja poco más que la corona para
el momento en que se desprende. Los terceros molares (muela del juicio) erupcionan
entre los 17 y 25 años, en caso de que lo hagan. En el curso de la evolución humana, el
rostro se ha vuelto más plano y las mandíbulas más cortas, dejando poco espacio para
los terceros molares, así que, a menudo permanecen debajo de las encías y entonces esta
pieza se vuelve una muela retenida, tan apretada contra los dientes vecinos y el hueso
que no puede hacer erupción.

Obtenido de: Derrickson, Tortora. Principios de Anatomía y Fisiología 13ed. Editorial


Medica Panamericana, S.A DE C, V., (2013). p, 960.

MASTICACIÓN

La masticación divide la comida en pedazos lo bastante pequeños para deglutirse y


exponer más superficie a la acción de las enzimas digestivas; es el primer paso en la
digestión mecánica. La masticación requiere poca conciencia porque la comida estimula
los receptores que activan un reflejo de masticación involuntario. La lengua, el
buccinador y el orbicular bucal manipulan la comida y la empujan entre los dientes. Los
músculos masetero y temporal producen una acción de aplastamiento de la dentadura
hacia arriba y hacia abajo, mientras que los pterigoides lateral y medial, junto con los
maseteros, producen la acción lateral que permite moler los alimentos.

SALIVA Y GLÁNDULAS SALIVALES

La saliva humedece y limpia la boca, inhibe el crecimiento bacteriano, disuelve


moléculas que pueden estimular las papilas gustativas, digiere un poco el almidón y la
grasa, y facilita la deglución al unir las partículas de comida en una masa suave (bolo) y
lubricarlas con moco. Se trata de una solución hipotónica con 97 a 99.5% de agua, pH
de 6.8 a 7.0 y los siguientes solutos:

• Moco, que une y lubrica el bolo alimenticio.

• Electrólitos, sales de Na+, K+, Cl–, fosfato y bicarbonato.

• Lisozima, una enzima que mata bacterias.

• Inmunoglobulina A (IgA), un anticuerpo antibacteriano.

• Amilasa salival, un enzima que empieza la digestión del almidón en la boca.

• Lipasa lingual, una enzima que empieza la digestión de la grasa en la boca (sobre todo
después de que se ha deglutido el alimento).

Hay dos tipos de glándulas salivales, intrínsecas y extrínsecas:

Las glándulas salivales intrínsecas son una cantidad indefinida de pequeñas glándulas
dispersas entre los demás tejidos bucales: glándulas linguales, en la lengua, glándulas
labiales en el interior de los labios, y glándulas bucales en el interior de las mejillas.
Secretan saliva a una velocidad constante, se esté comiendo o no, pero en cantidades
pequeñas. Esta saliva contiene lipasa y lisozima lingual. Las glándulas salivales
extrínsecas son tres pares de órganos más grandes y discretos que se localizan fuera de
la mucosa bucal. Son glándulas tubuloacinares compuestas con un sistema de conductos
en forma de árboles que llevan a la cavidad bucal. Los ácinos secretores en las ramas
externas del árbol en algunos casos son únicamente mucosos, en otros tan sólo serosos y
en los ácinos mezclados, están compuestos de células mucosas y cerosas. Las células
serosas secretan un fluido acuoso con enzimas y electrólitos abundantes. Las tres
glándulas salivales extrínsecas son: 1. Las glándulas parótidas, localizadas justo debajo
de la piel anterior a las orejas. El conducto parotídeo pasa en el aspecto superficial sobre
el músculo masetero, perfora el músculo buccinador y se abre en la boca, opuesto al
segundo molar superior. La parotiditis (paperas) es la inflamación e hinchazón de una
parótida, causadas por un virus. 2.Las glándulas submandibulares, localizadas en la
parte intermedia a lo largo del cuerpo y la mandíbula, medial a su margen, justo debajo
del músculo milohioideo. El conducto submandibular se vacía en la boca, en una papila
al lado del frenillo lingual, cerca de los incisivos inferiores centrales. 3. Las glándulas
sublinguales, localizadas en el piso de la boca. Tienen varios conductos que se vacían,
en sentido posterior a las papilas, en los conductos submandibulares.

SALIVACIÓN

Las glándulas salivales extrínsecas secretan entre 1.0 y 1.5 litros de saliva al día, sobre
todo como respuesta a la comida en la boca. El alimento estimula a los receptores
bucales del gusto, táctiles y de la presión, que transmiten señales a un grupo de núcleos
salivales en el bulbo raquídeo y la protuberancia. Estos núcleos integran la información
con la proveniente de centros encefálicos más elevados, de modo que aun el aroma, la
vista y la idea de la comida estimulan la salivación. La irritación del estómago y el
esófago por comida condimentada, ácidos estomacales y toxinas también estimula la
salivación, tal vez como ayuda para diluir y limpiar los irritantes. Los núcleos salivales
envían señales a las glándulas por medio de fibras autónomas en los nervios faciales y
glosofaríngeos. Las fibras parasimpáticas estimulan a las glándulas para que produzcan
saliva abundante y delgada, con gran cantidad de enzimas. En contraste, la estimulación
simpática mejora por un momento la salivación pero su efecto primario consiste en
producir saliva menos abundante, más gruesa, con más moco. Por esto, la boca puede
sentirse pegajosa o húmeda bajo condiciones de tensión. La estimulación simpática
constriñe los vasos sanguíneos de las glándulas salivales. Debido a que la saliva
empieza como un filtrado de los capilares sanguíneos, esta vasoconstricción reduce la
salivación. De igual manera, la deshidratación también la reduce porque la filtración
capilar se vuelve menor. La salivación empieza cuando se filtran el agua y los
electrólitos de los capilares sanguíneos de las glándulas. Las células acinares agregan
mucina, amilasa y lisozima al filtrado y los conductos modifican su composición
electrolítica. La amilasa salival empieza a digerir el almidón a medida que se mastica la
comida; la lipasa lingual empieza la digestión de las grasas a una extensión un poco
mayor, y el moco se fija a las partículas de comida masticada en un bolo que resulta
fácil de deglutir. Sin moco, tendría que beberse mucho más líquido para deglutir la
comida.
Obtenido de: Derrickson, Tortora. Principios de Anatomía y Fisiología 13ed. Editorial
Medica Panamericana, S.A DE C, V., (2013). p, 962.

LA FARINGE

La faringe es un embudo muscular que conecta la cavidad bucal con el esófago y la


cavidad nasal con la laringe; por lo tanto, es un punto donde interactúan el tubo
digestivo y las vías respiratorias. Tiene una capa profunda de músculo estriado con
orientación longitudinal y una capa superficial de músculo estriado circular. Este
músculo está dividido en constrictores faríngeos superior, medio e inferior, que empujan
la comida hacia abajo durante la deglución. Cuando no se deglute la comida, el
constrictor inferior permanece contraído para excluir el aire del esófago. Aunque no es
una característica anatómica del esófago, a esta constricción se le considera el esfínter
esofágico superior, y desaparece en el momento de la muerte, cuando el músculo se
relaja. Se le considera como un esfínter fisiológico, en lugar de una estructura
anatómica constante.

EL ESÓFAGO

Es un tubo muscular recto de 25 a 30 cm de largo. Empieza en el nivel de la vértebra C6


y en el cartílago cricoides, inferior a la laringe y posterior a la tráquea. Después de
descender a través del mediastino, penetra en el diafragma por una apertura a la que se
le denomina hiato esofágico, continúa 3 a 4 cm y se une con el estómago a nivel de la
vértebra T7. A su apertura en el estómago se le denomina orificio cardias (cuyo nombre
proviene de su proximidad con el corazón). El alimento hace una breve pausa en este
punto antes de entrar en el estómago debido a una constricción llamada esfínter
esofágico inferior (LES, por sus siglas en inglés). Éste evita que el contenido estomacal
se regurgite hacia el esófago, con lo que se evita el efecto erosivo del ácido estomacal
en la mucosa esofágica. La pirosis es la sensación quemante producida por el reflujo de
ácido en el esófago. La pared del esófago está organizada en las capas de tejido que ya
se describieron, con algunas especializaciones regionales. La mucosa tiene un epitelio
pavimentoso estratificado no queratinizado. La submucosa contiene glándulas
esofágicas que secretan moco lubricante en la luz. Cuando el esófago está vacío, la
mucosa y la submucosa se pliegan de manera profunda en bordes longitudinales, dando
a la luz una forma de estrella en el corte transversal. La capa muscular externa está
compuesta por músculo estriado en el tercio superior del esófago, mezcla de músculo
estriado y liso en el tercio intermedio y sólo músculo liso en el tercio inferior. La mayor
parte del esófago está en el mediastino. Aquí, está cubierto con una capa de adventicia
de tejido conjuntivo que se mezcla en las adventicias de la tráquea y la aorta torácica. El
segmento corto que se encuentra debajo del diafragma está cubierto en parte por una
serosa.

DEGLUCIÓN

La deglución Es una acción compleja que requiere la intervención de más de 22


músculos en la boca, la faringe y el esófago, coordinados por el centro de deglución, un
par de núcleos en el bulbo raquídeo. Este centro se comunica con los músculos de la
faringe y el esófago mediante los nervios trigémino, facial, glosofaríngeo e hipogloso
(pares craneales V, VII, IX y XII, respectivamente). La deglución ocurre en dos fases.
La fase bucal está bajo control voluntario; la lengua reúne la comida, la presiona contra
el paladar para formar un bolo, y la empuja en sentido posterior. La comida se acumula
en la bucofaringe, enfrente del colgajo de la epiglotis. Cuando el bolo alcanza un
tamaño crítico, la epiglotis se inclina en sentido posterior y el bolo se desliza alrededor
de ella a través de un espacio de la glotis (apertura laríngea). A medida que el bolo entra
en la laringofaringe, estimula los receptores táctiles y activa la siguiente fase. La fase
faringoesofágica es involuntaria. Tres acciones bloquean a la comida y la bebida para
que no reingresen en la boca o entren en la cavidad nasal o la laringe: 1) la raíz de la
lengua bloquea la cavidad oral, 2) el velo del paladar se eleva y bloquea la nasofaringe,
y 3) los músculos infrahioides empujan la laringe hacia arriba para que se una a la
epiglotis mientras los pliegues vestibulares se aducen para cerrar las vías respiratorias.
El bolo de comida es llevado hacia abajo por una combinación del constrictor faríngeo
superior, luego el medio y, por último, el inferior. A medida que el bolo entra en el
esófago, lo estira y activa la peristalsis, una onda de contracción muscular que empuja el
bolo hacia delante. Esta movilidad esofágica es un reflejo involuntario, a pesar de que el
músculo esofágico superior es de tipo estriado. La peristalsis es moderada, en parte, por
un reflejo corto en el plexo nervioso mientérico. El bolo estimula a los receptores de
estiramiento que alimentan el plexo nervioso, que transmite señales a la capa muscular
externa atrás y adelante del bolo, el músculo circular detrás del bolo se constriñe y
empuja hacia abajo. Adelante del bolo, el músculo circular se relaja mientras el músculo
longitudinal se contrae. La última acción tira de la pared del esófago hacia arriba, lo que
lo acorta y ensancha un poco para que reciba el alimento que desciende. Cuando se está
de pie o sentado en postura recta, la mayor parte de la comida y el líquido caen por el
esófago debido a la gravedad más rápido de lo que podría conducirlos la onda
peristáltica. Sin embargo, la peristalsis impulsa las porciones de alimento más sólidas y
asegura que puedan deglutirse, sin importarle la posición del cuerpo (¡aunque se esté de
cabeza!). Por lo general, el líquido alcanza el estómago en un lapso de 1 a 2 segundos,
mientras que un bolo alimenticio tarda de 4 a 8 segundos. A medida que un bolo alcanza
el extremo inferior del esófago, el esfínter esofágico inferior se relaja para dejarlo pasar
al estómago.
Obtenido de: Derrickson, Tortora. Principios de Anatomía y Fisiología 13ed. Editorial
Medica Panamericana, S.A DE C, V., (2013). p, 964.

ESTÓMAGO

El estómago es un ensanchamiento del tubo digestivo en forma de J, localizado por


debajo del diafragma en el epigastrio, la región umbilical y el hipocondrio izquierdo. Se
interpone entre el esófago y el duodeno, la primera porción del intestino delgado. Como
los alimentos se ingieren más rápidamente como lo que el intestino puede digerir y
absorber, una de las funciones del estómago es servir como cámara de mezclado y
reservorio de los alimentos. Después de la ingestión, el estómago fuerza a intervalo
conveniente una pequeña cantidad de material hacia la primera porción del intestino
delgado. La posición y tamaño del estómago varían de manera continua; el diafragma
los presiona hacia abajo en cada inspiración y lo atrae hacia arriba en cada espiración.
Cuando está vacío tiene el tamaño de una salchicha grande, pero es la porción más
distensible del tubo digestivo y puede dar cabida a una enorme cantidad de alimentos.
En el estómago, continua la digestión del almidón, comienza la digestión de proteínas y
triglicéridos, el bolo semisólido se convierte en líquido, y algunas sustancias se
absorben.

ANATOMÍA DEL ESTÓMAGO.

El estómago tiene cuatro regiones principales: el cardias, el fundus, el cuerpo y el


píloro. El cardias. Rodea el orificio superior del estómago. La porción redondeada que
está por encima y hacia la izquierda del cardias es el fundus. Por debajo del fundus, se
extiende la porción central del estómago, llamado cuerpo. La región pilórica se divide
en tres partes. La primera, el antro pilórico, se conecta con el cuerpo del estómago. La
segunda está constituida por el canal pilórico, que lleva a la tercera, el píloro, que
conduce hacia el duodeno. Cuando el estómago está vacío, la mucosa se dispone en
grandes pliegues, que pueden reconocerse a simple vista. El píloro se comunica con el
duodeno a través del esfínter pilórico. El borde interno cóncavo del estómago es la
curvatura menor, y el borde externo convexo, la curvatura mayor.

HISTOLOGÍA DEL ESTOMAGO


La pared del estómago está compuesta por las mismas cuatro capas del resto del tubo
digestivo, con algunas modificaciones. La superficie de la mucosa forma una capa de
células epiteliales prismáticas simples llamadas células mucosas superficiales. La
mucosa contiene una lámina propia y una muscularis mucosae. Las células epiteliales se
tienen hacia dentro de la lámina propia, donde forman columnas de células secretoras
las glándulas gástricas, que limitan con canales estrechos que reciben el nombre de
criptas gástricas. Las secreciones de las glándulas gástricas fluyen dentro de las criptas
gástricas y de ahí, hacia la luz del estómago.

Las glándulas gástricas contienen tres tipos de células glandulares exocrinas que
secretan su producto en la luz del estómago: células mucosas del cuello, células
principales y células parietales, las células mucosas superficiales y las células mucosas
del cuello secretan moco. Las células parietales producen factor intrínseco y ácido
clorhídrico. Las células principales secretan pepsinógeno y lipasa gástrica. Las
secreciones de las células mucosas parietales y principales forman el jugo gástrico, que
llega a 2000-3000 mL por día. Además dentro de las glándulas gástricas hay un tipo de
células enteroendócrinas, las células G, que localizan principalmente en el antro pilórico
y secretan la hormona gastrina en el torrente sanguíneo.

Tres capas adicionales yacen debajo de la mucosa. La submucosa del estómago está
compuesta por tejido conectivo areolar. La muscular tiene tres capas de musculo liso:
una capa longitudinal externa, una capa circular media y una capa oblicua interna. La
capa oblicua limita con el cuerpo del estómago. La serosa está compuesta por epitelio
pavimentoso simple y por tejido conectivo areolar; la porción de la serosa que reviste el
estómago forma parte del peritoneo visceral. En la curvatura menor del estómago el
peritoneo visceral se extiende hacia arriba hasta el hígado, como epiplón menor. En la
curvatura mayor, el peritoneo visceral continúa hacia abajo como epiplón mayor y
reviste el intestino.

DIGESTIÓN MECÁNICA Y QUÍMICA EN EL ESTÓMAGO.

Algunos minutos después de que los alimentos entran en el estómago, se producen cada
15 o 25 segundos movimientos peristálticos suaves llamados ondas de mezcla. Estas
ondas maceran los alimentos, los mezclan con las secreciones de las glándulas gástricas
y los reducen a un líquido, el quimo. Algunas ondas de mezclas se observan en el
fundus, que tiene funciones de depósito.
Mientras que continúa la digestión, ondas de mezcla más vigorosas comienzan en el
cuerpo del estómago y se intensifican a medida que llegan al píloro. El esfínter pilórico
normalmente se mantiene casi cerrado, aunque no del todo. Cuando los alimentos llegan
al píloro, cada onda expulsa periódicamente 3 mL de quimo hacia el duodeno a través
del esfínter pilórico, fenómeno conocido como vaciamiento gástrico. La mayor parte del
quimo vuelve hacia el cuerpo del estómago, donde las ondas de mezclas continúan. Las
ondas siguientes impulsan al quimo otra vez hacia adelante y otra vez hacia el duodeno.
Estos movimientos hacia adelante y hacia atrás del contenido gástrico son los
responsables de la mezcla en el estómago.

Los alimentos permanecen en el fundus alrededor de una hora sin mezclarse con el jugo
gástrico. Durante este tiempo la digestión por la amilasa salival continúa, sin embargo,
poco después, el quimo se mezcla con el jugo gástrico acido, que inactiva la amilasa
salival y activa la lipasa lingual, que comienza a digerir los triglicéridos y los
transforma en ácidos grasos y diglicéridos.

Si bien las células parietales secretan por separado iones de hidrógenos (H+) e iones
cloruros (Cl-) en la luz del estómago, el efecto conjunto es la secreción de ácido
clorhídrico. La bomba de protones motorizadas por la H+/K+ATPasa transporta
activamente H+ hacia la luz y capta iones de potasio K+ (hacia la célula). Al mismo
tiempo, el Cl- y el K+ difunden hacia la luz por canales de Cl- y K+ de la membrana
apical. La encima anhidrasa carbónica, especialmente abundante en las células
parietales, cataliza la formación de ácido carbónico (H2CO3), a partir de agua (H2O) y
dióxido de carbono (CO2). Como el ácido carbónico se disocia, constituye una fuente
importante de H+ para las bombas de protones, aunque también genera iones
bicarbonato (HCO3-). El HCO3- se acumula en el citosol y sale de la célula parietal en
intercambio con Cl- a través del antiportador Cl-/HCO3- de la membrana basolateral. El
HCO3- difunde hacia los capilares seguidos más cercanos.

Estas “marea alcalina de iones bicarbonato que ingresa en el torrente sanguíneo,


después de una comida, puede ser lo suficientemente importante como para aumentar
levemente el pH sanguíneo y alcalinizar la orina.

La secreción de HCL por parte de las células parietales puede ser estimula de diferentes
maneras: liberación de acetilcolina (ACh) por neuronas parasimpáticas, secreción de
gastrinas por las células G, e histamina, que es una sustancia paracrina liberada por
mastocitos en la proximidad de la lámina propia. La acetilcolina y la gastrina actúan
estimulando las células parietales para que secreten más HCl en presencia de histamina.
En otras palabras, la histamina actúa sinérgicamente y potencia los efectos de la acetil
colina y la gastrina. Los receptores de estas tres sustancias están presentes en la
membrana plasmática de las células parietales. Los receptores de histamina de las
células parietales se llaman receptores H2; estos median una respuesta diferente a la de
los receptores H1 que intervienen en la respuesta alérgica.

El líquido gástrico, muy acido, destruye muchos microrganismos de los alimentos. El


HCl desnaturaliza parcialmente las proteínas de los alimentos y estimula la secreción de
hormona que promueven el flujo biliar y del jugo pancreático. La digestión enzimática
de las proteínas también comienza en el estómago. La única enzima proteolítica del
estómago es la pepsina, que se secreta en amino ácidos y desdobla una cadena proteica
de varios aminoácidos, en fragmentos peptídicos de menos tamaño. La pepsina es más
activa en el medio acido de estómago (pH2) y se inactiva con un pH más alto.

Otra enzima del estómago es la lipasa gástrica, que desdobla los triglicéridos de cadenas
cortas de las moléculas grasas en ácidos grasos y monoglicéridos. Un monoglicérido
consiste en una molécula de glicerol unida a una molécula de ácido graso. Esta enzima,
que desempeña una función limitada en el estómago del adulto trabaja mejor con un pH
de 5-6. Más importante que la lipasa lingual o la lipasa gástrica es la lipasa pancreática,
enzima secretada por el páncreas en el intestino delgado.

En el estómago, se absorbe solo una pequeña cantidad de nutriente porque las células
epiteliales son impermeables a la mayoría de las sustancias. Sin embargo, las células
mocosas del estómago absorben agua, iones y ácidos grasos de cadena corta, y también
algunos fármacos (aspirina, especialmente) y el alcohol.

Después de dos a cuatro horas de haber comido, el estómago ya vacío su contenido en el


duodeno, los alimentos ricos en hidrato de carbono son los que permanecen menos
tiempo en el estómago; los alimentos ricos en proteínas permanecen un poco más, y el
vaciamiento es más lento luego de una dieta que contiene grandes cantidades de
triglicéridos.

INTESTINO DELGADO
Los procesos más importantes de la digestión y la absorción de los nutrientes se
producen en un órgano tubular largo, el intestino delgado; como consecuencia de lo ello,
su estructura se encuentra especialmente adaptada para estas funciones. Sólo su longitud
ya provee una enorme superficie para la digestión y la absorción, y esa superficie se
incrementa aún más por la presencia de pliegues circulares, vellosidades y
microvellosidades. El intestino delgado comienza en el esfínter pilórico del estómago,
se repliega a través de la parte central e inferior de la cavidad abdominal y se abre, por
último, en el intestino grueso. Alcanza un promedio de 2,5 cm de diámetro; su longitud
es de alrededor de 3 metros en una persona viva y de unos 6,5 m en un cadáver, a causa
de la pérdida del tono muscular liso después de la muerte.

ANATOMÍA DEL INTESTINO DELGADO

El intestino delgado se divide en tres regiones. El duodeno, el segmento más corto, es


retroperitoneal. Comienza en el esfínter pilórico del estómago y se extiende alrededor
de 25 cm, hasta que comienza el yeyuno con forma de tubo en C. Duodeno significa
“12” porque su extensión equivale a 12 traveses de dedo. El yeyuno mide alrededor de 1
metro y se extiende hasta el íleon. Yeyuno significa “vacío”, que es como se lo
encuentra después de la muerte. La región final y más larga del intestino delgado, el
íleon, mide alrededor de 2 metros y se une con el intestino grueso mediante el esfínter o
válvula ileocecal.

HISTOLOGÍA DEL INTESTINO DELGADO

La pared del intestino delgado está compuesta por las 4 capas que forman la mayor
parte del tubo digestivo: mucosa, submucosa, muscular y serosa. La mucosa está
compuesta por el epitelio, la lámina propia y la muscularis mucosae. La capa epitelial de
la mucosa intestinal consiste en epitelio cilíndrico simple, que contiene varios tipos de
células. Las células absortivas digieren y absorben nutrientes del quimo intestinal.
También están presentes las células caliciformes, que secretan moco. La mucosa del
intestino delgado contiene varias hendiduras revestidas de epitelio glandular. Las células
que las tapizan forman las glándulas intestinales (criptas de Lieberkühn) y secretan jugo
intestinal (que se describe más adelante). Junto a las células absortivas y a las células
caliciformes, las glándulas intestinales también contienen células de Paneth y células
enteroendocrinas. Las células de Paneth secretan lisozima, una enzima bactericida, y
son capaces de fagocitar. Dichas células cumplen una función importante en la
regulación de la población bacteriana, en el intestino delgado. Existen 3 tipos de células
enteroendocrinas en las glándulas intestinales del intestino delgado: células S, células
CCK y células K, que secretan la hormona secretina, la colecistocinina o CCK y el
péptido insulinotrópico dependiente de glucosa o GIP, respectivamente. La lámina
propia de la mucosa del intestino delgado contiene tejido conectivo areolar y abundante
tejido linfoide asociado a la mucosa (MALT). Los ganglios linfáticos solitarios son más
numerosos en la porción distal del íleon. Hay grupos de ganglios linfáticos conocidos
como folículos linfáticos agregados (placas de Peyer) presentes en el íleo. La muscularis
mucosae de la mucosa del intestino delgado contiene músculo liso. La submucosa del
duodeno presenta glándulas duodenales (de Brunner), que secretan un moco alcalino
que ayuda a neutralizar el ácido gástrico del quimo. A veces, el tejido linfático de la
lámina propia se extiende por la muscularis mucosae hasta la mucosa. La muscular del
intestino delgado consiste en dos capas de músculo liso. La externa, más gruesa,
contiene fibras longitudinales; la interna, más fina, posee fibras circulares. Excepto la
mayor parte del duodeno, la serosa (o peritoneo visceral) cubre por completo el intestino
delgado. A pesar de que la pared del intestino delgado está compuesta por las mismas
cuatro capas que el resto del tubo digestivo tiene características estructurales especiales
que facilitan los procesos de digestión y absorción. Entre esas características
estructurales se hallan los pliegues circulares, las vellosidades y las microvellosidades.
Los pliegues circulares son pliegues de la mucosa y la submucosa. Estos repliegues
permanentes, que miden unos 10 mm de largo, comienzan cerca de la porción proximal
del duodeno y terminan cerca de la porción media del íleo. Algunas se extienden
alrededor de toda la circunferencia del intestino y otras sólo en una parte de ella. Los
pliegues circulares aumentan la superficie de absorción y hacen que el quimo describa
una trayectoria circular, en lugar de moverse en línea recta, a medida que pasa por el
intestino delgado. En el intestino delgado también se hay vellosidades (de villus,
manojo de pelo), proyecciones a manera de dedos de la mucosa que miden entre 0,5 y 1
mm de largo. La enorme cantidad de vellosidades (20-40 por mm2) aumenta
notablemente la superficie del epitelio disponible para la absorción y digestión y le
otorga a la mucosa intestinal un aspecto aterciopelado. Cada vellosidad está cubierta por
epitelio y tiene un núcleo de lámina propia; dentro del tejido conectivo de la lámina
propia hay una arteriola, una vénula, una red de capilares sanguíneos y un vaso quilífero
(quilo-, de khylós-, jugo; y -–fero, de ferre, llevar) que es un capilar linfático. Los
nutrientes absorbidos por las células epiteliales que cubren la vellosidad pasan a través
de la pared del capilar o del vaso quilífero y entran en la sangre o la linfa,
respectivamente. Además de los pliegues circulares y las vellosidades, el intestino
delgado también tiene microvellosidades (mikrós-, pequeño), que son proyecciones de
la membrana apical (libre) de las células absortivas. Cada microvellosidad es una
proyección cilíndrica de 1μm de longitud, cubierta por una membrana que contiene un
haz de entre 20 y 30 filamentos de actina. Con el microscopio óptico, las
microvellosidades son demasiado pequeñas como para poder observarlas
individualmente; forman en cambio una línea vellosa, llamada borde o ribete en cepillo,
que se extiende hacia la luz del intestino delgado. Se estima que hay unos 200 millones
de microvellosidades por milímetro cuadrado de intestino delgado. Como las
microvellosidades aumentan enormemente la superficie de la membrana plasmática,
grandes cantidades de nutrientes digeridos pueden difundirse dentro de las células
absortivas en un período dado. El ribete en cepillo contiene, además, muchas enzimas
con funciones digestivas (se describe más adelante).

DIGESTIÓN MECÁNICA EN EL INTESTINO DELGADO

Los dos tipos de movimiento del intestino delgado –segmentación y un tipo de


peristalsis, el complejo motor migrante– están regulados por el plexo mientérico. Las
segmentaciones consisten en contracciones localizadas de mezcla, que tienen lugar en
las porciones del intestino distendidas por el gran volumen del quimo. La segmentación
mezcla el quimo con los jugos intestinales y atrae las partículas de alimento para
ponerlas en contacto con la mucosa para su absorción posterior; no impulsa el contenido
intestinal a lo largo del tubo digestivo. La segmentación comienza con la contracción de
las fibras musculares circulares de una porción del intestino delgado, acción que
comprime el intestino en segmentos. Luego, se contraen las fibras musculares que
rodean la mitad de cada segmento y lo dividen nuevamente. Por último, las fibras
contraídas se relajan; cada pequeño segmento se une con el siguiente y forman uno más
largo. A medida que se repite esta secuencia, el quimo se desplaza hacia delante y hacia
atrás. La segmentación es más rápida en el duodeno, alrededor de 12 veces por minuto,
y disminuye progresivamente a alrededor de 8 veces por minuto en el íleon. Este
movimiento es similar a la compresión alternativa de la parte media y los extremos de
un tubo de pasta dental. Después de la absorción de la mayor parte de los alimentos, lo
que reduce la distensión de la pared del intestino delgado, la segmentación cesa y
comienza la peristalsis. El tipo de peristalsis que se produce en el intestino delgado,
denominado complejo motor migrante (CMM), comienza en la porción inferior del
estómago y lleva el quimo hacia adelante, a lo largo del corto tramo de intestino delgado
hasta su expulsión. El CMM migra lentamente por el intestino delgado y llega al final
del íleon, luego de 90-120 minutos. Otro CMM comienza en el estómago, a
continuación. En conjunto, el quimo permanece en el intestino delgado entre 3 y 5
horas.

DIGESTIÓN QUÍMICA EN EL INTESTINO DELGADO

En la boca, la amilasa salival convierte el almidón (un polisacárido) en maltosa (un


disacárido), maltotriosa (un trisacárido) y α-dextrinas (una cadena corta de fragmentos
ramificados de almidón que presentan entre 5 y 10 unidades de glucosa). En el
estómago, la pepsina convierte las proteínas en péptidos (pequeños fragmentos de
proteínas), y las lipasas lingual y gástrica convierten los triglicéridos en ácidos grasos,
diglicéridos y monoglicéridos. De esta manera, el quimo que ingresa en el intestino
delgado contiene hidratos de carbono, proteínas y lípidos parcialmente digeridos. La
digestión completa de hidratos de carbono, proteínas y lípidos es el resultado conjunto
del jugo pancreático, biliar e intestinal en el intestino delgado.

INTESTINO GRUESO

El intestino grueso es la porción terminal del tracto gastrointestinal. Sus funciones son,
sobre todo, completar la absorción, producción de ciertas vitaminas, formación de las
heces y la expulsión de éstas del cuerpo.

ANATOMÍA DEL INTESTINO GRUESO

El intestino grueso, que mide alrededor de 1,5 m de largo y 6,5 cm de diámetro, se


extiende desde el íleon hasta el ano. Está unido a la pared abdominal posterior por su
mesocolon, que es una capa doble del peritoneo. Estructuralmente, las cuatro regiones
principales del intestino grueso son el ciego, el colon, el recto y el conducto anal. En la
desembocadura del íleon en el intestino grueso, se interpone un pliegue de la mucosa,
llamado esfínter (válvula) ileocecal, que permite el paso de los materiales del intestino
delgado al intestino grueso. Por debajo del esfínter ileocecal se encuentra el ciego, una
pequeña bolsa de 6 cm de largo. Unida al ciego, hay una estructura tubular enrollada,
que mide alrededor de 8 cm de largo, el apéndice vermiforme (vermis-, gusano; y
-forme, forma) o simplemente apéndice (de appendix, accesorio). El mesenterio del
apéndice, llamado mesoapéndice, lo mantiene adosado a la porción inferior del íleo. El
ciego se continúa hacia arriba con el colon, que se divide en ascendente, transverso,
descendente y sigmoides. El colon ascendente y descendente son retroperitoneales, no
así el colon transverso y el colon sigmoides. Como su nombre lo indica, el colon
ascendente asciende por el lado derecho del abdomen, llega a la superficie inferior del
hígado y gira abruptamente hacia la izquierda para formar el ángulo colónico derecho
(hepático). El colon continúa por el abdomen hacia el lado derecho como colon
transverso. Se curva por debajo del borde inferior del bazo, donde forma el ángulo
colónico izquierdo (esplénico) y desciende por debajo de la cresta ilíaca como colon
descendente. El colon sigmoides (de sigmoidées, parecido a la letra sigma) comienza
cerca de la cresta ilíaca izquierda, se proyecta hacia la línea media y se continúa con el
recto, cerca de la tercera vértebra sacra. El recto, los últimos 20 cm del tubo digestivo,
es anterior al sacro y al coxis. Los últimos 2 o 3 cm del recto forman el conducto anal.
La mucosa del conducto anal está compuesta por pliegues longitudinales llamados
columnas anales, que contienen una red de arterias y venas. En el orificio externo del
conducto anal, el ano, hay un esfínter anal interno de músculo liso (involuntario) y un
esfínter anal externo de músculo esquelético (voluntario). En condiciones normales,
estos esfínteres mantienen el ano cerrado, excepto durante la evacuación de las heces.

HISTOLOGÍA DEL INTESTINO GRUESO

La pared del intestino grueso contiene las cuatro túnicas encontradas en el resto del tubo
digestivo: mucosa, submucosa, muscular y serosa. La mucosa consiste en un epitelio
cilíndrico simple, la lámina propia (tejido conectivo areolar) y la muscularis mucosae
(músculo liso). El epitelio contiene en su mayor parte células absortivas y células
caliciformes. Las células absortivas participan en la absorción de agua; las células
caliciformes secretan moco que lubrica el paso del contenido colónico. Tanto las células
absortivas como las caliciformes se localizan en glándulas intestinales largas, rectas y
tubulares (criptas de Lieberkühn) que se extienden a todo lo ancho de la mucosa.
Pueden observarse ganglios linfáticos solitarios en la lámina propia, que se extienden a
través de la muscularis mucosae hasta la submucosa. En comparación con el intestino
delgado, la mucosa del intestino grueso no tiene tantas adaptaciones estructurales que
incrementen el área de superficie. No hay pliegues circulares ni vellosidades, aunque las
microvellosidades de las células absortivas están presentes. De esta manera, la
absorción es mucho mayor en el intestino delgado que en el intestino grueso. La
submucosa del intestino grueso está constituida por tejido conectivo areolar. La
muscular presenta una capa longitudinal externa y una capa circular interna de músculo
liso, además de una capa interna circular de músculo liso. A diferencia de otras partes
del tubo digestivo, algunas porciones del músculo longitudinal son más gruesas y
forman tres notables bandas longitudinales llamadas tenias (de taenia, cinta) colónicas,
dispuestas a lo largo del intestino grueso. Las tenias están separadas por porciones de la
pared con menos músculo longitudinal o sin éste. Las contracciones tónicas de las
bandas producen en el colon una serie de bolsas llamadas haustras (de haustrum, saco),
que le dan al órgano un aspecto fruncido. Una capa simple de músculo liso circular se
encuentra entre las tenias colónicas. La serosa del intestino grueso es parte del peritoneo
visceral. Pequeñas bolsas de peritoneo visceral rellenas de grasa se insertan en las tenias
colónicas y se denominan apéndices epiploicos.

DIGESTIÓN MECÁNICA EN EL INTESTINO GRUESO

El paso del quimo del íleon al ciego está regulado por la acción del esfínter ileocecal.
En condiciones normales, la válvula está parcialmente cerrada, de manera que el quimo
transita hacia el ciego lentamente. Después de una comida, un reflejo gastroileal
intensifica la peristalsis en el íleon y propulsa el quimo hacia el ciego. La hormona
gastrina también relaja el esfínter. Cuando el ciego está distendido, el grado de
contracción del esfínter ileocecal aumenta. Los movimientos del colon comienzan
cuando las sustancias atraviesan la válvula ileocecal. Como el quimo se mueve a través
del intestino delgado con una velocidad constante, el tiempo requerido para que el
alimento llegue al colon está determinado por el tiempo de vaciamiento gástrico. A
medida que los alimentos pasan por la válvula ileocecal, ocupan el ciego y se acumulan
en el colon ascendente. Un movimiento característico del intestino grueso es la
propulsión haustral. En este proceso, las haustras relajadas se distienden a medida que
se llenan. Cuando la distensión alcanza cierto grado, las paredes se contraen e impulsan
el contenido hacia el haustra próxima. También se produce peristaltismo, aunque con un
ritmo menor (3-12 contracciones por minuto) que en las porciones más proximales del
tracto. Un tipo de movimiento final es el peristaltismo en masa, una fuerte onda
peristáltica que comienza en la parte media del colon transverso y expulsa rápidamente
el contenido del intestino hacia el recto. Puesto que los alimentos en el estómago inician
estos reflejos gastrocólicos en el colon, el peristaltismo en masa tiene lugar tres o cuatro
veces por día, durante una ingesta o inmediatamente después.
DIGESTIÓN QUÍMICA EN EL INTESTINO GRUESO

La etapa final de la digestión se lleva a cabo en el colon, mediante la actividad de las


bacterias que habitan en su luz. Las glándulas del intestino grueso secretan moco, pero
no producen ninguna enzima. El quimo se prepara para su eliminación por la acción de
las bacterias, que fermentan los restos de hidratos de carbono y liberan gases hidrógeno,
dióxido de carbono y metano. Estos gases contribuyen a la formación de gases en el
colon, que se denomina flatulencia, cuando es excesiva. Las bacterias también
convierten los restos de proteínas en aminoácidos y los degradan en sustancias simples:
indol, escatol, sulfuro de hidrógeno y ácidos grasos. Una parte del indol y el escatol se
elimina en las heces y le adjudican su olor; el resto se absorbe y transporta al hígado,
donde se transforma en compuestos menos tóxicos que se excretan con la orina. Las
bacterias también descomponen la bilirrubina en pigmentos simples, como la
estercobilina, que le otorga a las heces el color pardusco. Entre los productos
bacterianos absorbidos en el colon, se encuentran algunas vitaminas necesarias para el
metabolismo normal, como las vitaminas B y K.

RECTO

El recto es una cavidad que comienza al final del intestino grueso. Se extiende desde el
límite con el colon sigmoideo hasta la línea pectinada (límite entre la mucosa rectal y la
piel del ano), con el una longitud que va desde los 12 a los 15 centímetros. Es
catalogado como el lugar donde los desechos sólidos son retenidos con anterioridad a la
defecación (eliminación). Por ello suele estar vacío, salvo antes y durante la evacuación
de las heces.

Sigue la curvatura del sacro y del cóccix (extendiéndose desde la segunda vertebra sacra
hasta el vértice del cóccix). Posee un revestimiento mucoso, que contiene glándulas
mucosas similares a las situadas a lo largo del tracto gastrointestinal, las cuales facilitan
el avance de los desechos hacia el orificio anal.

ANO

El ano está formado, en parte, por las capas superficiales del cuerpo, incluida la piel, y,
en parte, por el intestino. La pared del recto se compone de un tejido rojo brillante, que
contiene glándulas mucosas similares a las del revestimiento del resto del intestino. La
mucosa del recto es relativamente insensible al dolor, pero los nervios del ano y de la
piel adyacente son muy sensibles.

Las venas del recto y el ano drenan principalmente en la vena porta, que llega al hígado
y de aquí a la circulación general. Algunas de estas venas van a parar directamente a las
venas pélvicas y de aquí a la circulación general. Los vasos linfáticos del recto drenan
en los ganglios linfáticos de la parte baja del abdomen. Los vasos linfáticos del ano
drenan en los ganglios linfáticos inguinales.

Un anillo muscular (esfínter anal) mantiene el ano cerrado. Este esfínter es controlado
de forma subconsciente por el sistema nervioso autónomo. Sin embargo, parte del
esfínter puede relajarse o contraerse a voluntad.

ANATOMIA DEL PÁNCREAS

El páncreas (pan-, todo; y –kreas, carne), una


glándula retroperitoneal que mide alrededor
de 12 – 15 cm de longitud y 2,5 de ancho, se
halla por detrás de curvatura mayor del Obtenido de: Derrickson, Tortora.
estómago. Tiene una cabeza, un cuerpo y Principios de Anatomía y Fisiología
13ed. Editorial Medica Panamericana,
una cola, y esta habitualmente conectado S.A DE C, V., (2013). p, 990.
con el duodeno por medio de dos
conductos. La cabeza es porción dilatada del órgano cercana a la curvatura y la cola de
forma ahusada.

Los jugos pancreáticos de secretan en las células exocrinas dentro de conductillos que
se unen íntimamente para formar dos largos conductos, el conducto pancreático y el
conducto accesorio, que vuelcan las secreciones en el intestino delgado. El conducto
pancreático (conducto de Wirsung) es el más largo de los dos. En la mayoría de las
personas, se une con el conducto colédoco (o hepatocistico) y entran en el duodeno
como un conducto común llamado ampolla hepatopancreática (ampolla de Vater). La
ampolla se abre en una elevación de la mucosa duodenal conocida como papila
duodenal mayor, a unos 10 cm, por debajo del esfínter pilórico del estómago.

El paso de los jugos pancreáticos y biliar por la ampolla hepatopancreática hacia el


intestino delgado está regulado por una masa de músculo liso, el esfínter de la ampolla
hepatopancreática (esfínter de Oddi). El otro conducto del páncreas, el conducto
accesorio de Santorini), sale del páncreas y desemboca en el duodeno a unos 2,5 cm por
encima de la ampolla hepatopancreática.

HISTOLOGIA DEL PANCREAS

El páncreas está constituido por pequeñas agrupaciones de células epiteliales


glandulares. Alrededor del 99% de los racimos, llamados ácinos, constituyen la porción
exocrina del órgano. Las células acinosas secretan una mezcla de líquido y enzimas
digestivas llamada jugo pancreático. El 1% restante de los acinos, los islotes
pancreáticos (islotes de Langerhans), forman la porción endocrina del páncreas. Estas
células secretan hormonas glucagón, insulina, somatostatina y el polipéptido
pancreático.

COMPOSICION Y FUNCIONES DEL JUGO PANCREÁTICO

Cada día, el páncreas produce entre 1200 y 1500 Ml de jugo pancreático, un líquido
transparente e incoloro formado en su mayor parte por agua, algunas sales, bicarbonato
de sodio y varias enzimas. El bicarbonato de sodio le da el jugo pancreático el pH
alcalino (7,1 – 8,2) que amortigua el jugo gástrico acido del quimo, frena la acción de la
pepsina del estómago y crea el pH adecuado para la acción de las enzimas digestivas en
el intestino delgado. Las enzimas del jugo pancreático son la amilasa pancreática, que
digiere el almidón; varias enzimas que digieren proteínas, como la tripsina; la principal
enzima digestiva de los triglicéridos en los adultos llamada lipasa pancreática, y
enzimas que digieren los ácidos nucleicos: la ribonucleasa y la desoxirribonucleasa. Las
enzimas que atacan las proteínas son producidas como precursores inactivos, asi como
la pepsina se produce en el estómago como pepsinógeno. Como están inactivas, no
digieren las células del propio páncreas. La tripsina se secreta en su forma inactiva
(tripsinógeno). Las células acinosas pancreáticas también secretan la proteína
denominada inhibidor de la tripsina, que se combina con cualquier tripsina que se haya
formado accidentalmente en el páncreas o en el jugo pancreático y bloquea su actividad.
Cuando el tripsinógeno llega a la luz del intestino delgado, se encuentra con una enzima
del ribete encepillo activadora, la enterocinasa, que desdobla parte de la molécula de
tripsinogeno para formar tripsina. A su vez, la tripsina actúa sobre los precursores
inactivos (quimotripsinógenos, procarboxipeptidasa y proelastasa) para producir quimo
tripsina, carboxipeptidasa y elastasa, respectivamente.
HÍGADO Y VESÍCULA BILIAR

El hígado es la glándula más voluminosa del cuerpo y pesa


alrededor de 1,4 kg en el adulto promedio. De todos los
órganos, le sigue solo a la piel en tamaño. El hígado está
por debajo del diafragma y ocupa la mayor parte del
hipocondrio derecho y parte del epigastrio, en la cavidad
abdominopelviana.

La vesícula biliar es un saco piriforme, localizado Obtenido de: Derrickson, Tortora.


Principios de Anatomía y Fisiología 13ed.
en una depresión de la cara inferior del hígado.
Editorial Medica Panamericana, S.A DE C,
Tiene una longitud de 7-10 cm y cuelga del borde V., (2013). p, 991.
antero inferior del hígado.

ANATOMIA DEL HIGADO Y DE LA VESICULA BILIAR

El hígado está cubierto casi por completo por el peritoneo visceral y revestido en su
totalidad por una capa de tejido conectivo denso irregular que yace en la profundidad
del peritoneo. El hígado se divide en dos lóbulos principales (un lóbulo derecho grande
y un lóbulo izquierdo más pequeño) por el ligamento falciforme, una hoja del peritoneo.
Aunque algunos anatomistas consideran que el lóbulo derecho abarca el lóbulo
cuadrado y un lóbulo caudado posterior, sobre la base de la morfología interna (en
especial la distribución de los vasos sanguíneos), los lóbulos cuadrado y caudado
pertenecen al lóbulo izquierdo. El ligamento falciforme se extiende desde la superficie
inferior del diafragma entre los dos lóbulos principales hasta la superficie superior del
hígado y contribuye a sostenerlo en la cavidad abdominal. En el borde libre del
ligamento falciforme está el ligamento redondo, un vestigio de la vena umbilical del
feto; este cordón fibroso se extiende desde el hígado hasta el ombligo. Los ligamentos
coronarios izquierdo y derecho son estrechas extensiones del peritoneo parietal, que van
del hígado al diafragma. En la vesícula biliar, se distingue un fondo con proyecciones
hacia abajo, desde el borde inferior del hígado; el cuerpo, la porción central, y el cuello,
la porción estrecha. El cuerpo y el cuello se proyectan hacia arriba.

HISTOLOGIA DEL HIGADO Y DE LA VESICULA BILIAR


Desde el punto de vista histológico, el hígado está formado por varios componentes:

1. Hepatocitos (heepatos-, hígado; y –kytos, cavidad). Los hepatocitos son las


principales células funcionales del hígado y cumplen una amplia variedad de funciones
metabólicas, secretoras y endocrinas. Son células epiteliales especializadas que
presentan entre 5 y 12 lados, y constituyen casi el 80% del volumen del hígado. Los
hepatocitos forman conjuntos tridimensionales complejos llamados láminas hepáticas.
Las láminas hepáticas son placas unicelulares de hepatocitos, con el borde engrosado a
cada lado por espacios vasculares recubiertos de endotelio, las sinusoides hepáticas. Las
láminas hepáticas son estructuras irregulares muy ramificadas. Las depresiones
existentes en la membrana celular, entre los hepatocitos vecinos, proporcionan espacios
para los canalículos en los que los hepatocitos secretan bilis. La bilis, un líquido
amarillento, amarronado o de color verde oliva, sirve tanto como un producto de
excreción como una secreción digestiva.

2. Canalículos biliares. Son pequeños conductos entre los hepatocitos que recogen la
bilis producida por estos. Desde los canalículos biliares, la bilis pasa hacia los
conductillos biliares y luego hacia los conductos biliares, que emergen y eventualmente
forman los conductos hepáticos derecho e izquierdo; ambos se unen y abandonan el
hígado como el conducto hepático común. El conducto hepático común se une con el
conducto cístico de la vesícula biliar para formar el conducto colédoco.

3. Sinusoides hepáticos. Son capilares sanguíneos muy permeables, que se encuentran


entre las filas de hepatocitos que reciben sangre oxigenada de las ramas de la arteria
hepática y sangre desoxigenada rica en nutrientes de las ramas de la vena porta hepática.
Recuerde que la vena porta hepática transporta sangre venosa desde los órganos
gastrointestinales y el bazo hacia el hígado. Las sinusoides hepáticas convergen y
conducen la sangre hacia la vena central. Desde aquí, la sangre fluye hacia las venas
hepáticas, que drenan en la vena cava inferior). Al contrario de lo que ocurre con la
sangre, que fluye hacia la vena central, la bilis fluye en dirección opuesta. En las
sinusoides hepáticos también hay fagocitos fijados llamados células reticuloendoteliales
estrelladas, que destruyen los eritrocitos y leucocitos viejos, bacterias y cualquier otra
materia extraña en el drenaje de sangre venosa desde el tracto gastrointestinal. Juntos,
un conducto biliar, una rama de la arteria hepática y una rama de la vena hepática
reciben el nombre de triado portal. Los hepatocitos, el sistema de conductos biliares y
las sinusoides hepáticos pueden organizarse en unidades anatómicas y funcionales de
tres formas diferentes:

1. Lóbulo hepático. Durante anos, los anatomistas describieron el lóbulo hepático


como la unidad funcional del hígado. Según este modelo, cada lóbulo hepático tiene la
forma de un hexágono (estructura de seis lados). En el centro está la vena central y
desde allí salen, en disposición irradiada, filas de hepatocitos y sinusoides hepáticos. En
tres ángulos del hexágono hay un triado portal. Este modelo se basa en la descripción
del hígado de cerdos adultos. En el hígado humano, resulta difícil encontrar lóbulos
hepáticos tan bien definidos rodeados por capas espesas de tejido conectivo.

2. Lóbulo portal. Este modelo hace hincapié en la función exocrina del hígado, es
decir, la secreción de bilis. En este sentido, el conducto biliar del triado portal es
considerado el centro del lóbulo portal, que presenta forma triangular y está definido por
tres líneas imaginarias que conectan tres venas centrales, cerca del triado portal.

3. Ácinos hepáticos. En la actualidad, se considera que la unidad estructural y funcional


del hígado es el ácino hepático. Cada uno es una masa casi ovalada que incluye
porciones de dos lóbulos hepáticos vecinos. El eje corto del acino hepático está definido
por ramas de la triada portal (ramas de la arteria hepática, de la vena hepática y de los
conductos biliares) que transcurren a lo largo del borde de los lóbulos hepáticos. El eje
largo del acino está definido por dos líneas imaginarias curvas, que conectan dos venas
centrales cerca del eje corto (Figura 24.16d, derecha). Los hepatocitos en el acino
hepático se disponen en tres zonas alrededor del eje corto, sin límites agudos entre ellos.
Las células de la zona 1 están cerca de las ramas de la triada portal y son las primeras en
recibir oxígeno, nutrientes y toxinas de la sangre que llega. Estas células también son las
primeras en captar glucosa y almacenarla como glucógeno, luego de una comida, y
degradan el glucógeno a glucosa durante el ayuno. Son también las primeras en mostrar
cambios morfológicos, luego de una obstrucción de los conductos biliares o exposición
a sustancias toxicas. Las células de la zona 1 son las ultimas en morir si hay alteraciones
en la circulación, y las primeras en regenerarse. Las células de la zona 3 son las que
están más lejos de las ramas de la triada portal y son las ultimas en mostrar los efectos
de la obstrucción biliar o la exposición a toxinas; las primeras en mostrar los efectos de
la alteración en la circulación y las ultimas en regenerarse. Las células de la zona 3 son
también las primeras en mostrar evidencia de acumulación de grasa. Las de la zona 2
tienen características estructurales y funcionales intermedias entre las células de la zona
1 y las de la zona 3. El acino hepático es la unidad funcional y estructural más pequeña
del hígado. Resulta atractivo debido al hecho de que proporciona una descripción e
interpretación lógicas de (1) los patrones de almacenamiento y liberación de glucógeno
y (2) los efectos tóxicos, degeneración y regeneración relativos a la proximidad de las
zonas acinares a las ramas de la triada portal. La mucosa de la vesícula biliar presenta
un epitelio cilíndrico simple, organizado en pliegues parecidos a los del estómago. La
pared de la vesícula biliar carece de submucosa. En el medio, la capa muscular de la
pared consiste en fibras musculares lisas. La contracción de estas fibras expulsa el
contenido de la vesícula biliar hacia el conducto cístico. La vesícula biliar está cubierta,
por fuera, por el peritoneo visceral. Las funciones de la vesícula biliar son el
almacenamiento y la concentración de la bilis producida por el hígado hasta 10 veces
antes de que pase al intestino delgado, cuando sea requerida por este. En el proceso de
concentración, el agua y algunos iones se absorben en la mucosa vesicular.

CIRCULACION HEPATICA

El hígado recibe sangre de dos fuentes. De la arteria hepática obtiene sangre oxigenada,
y por la vena porta recibe sangre desoxigenada que contiene nutrientes recién
absorbidos, fármacos y posiblemente microorganismos y toxinas del tubo digestivo.
Ramas de la arteria hepática y de la vena porta transportan sangre hacia los sinusoides
hepáticos, donde el oxígeno, la mayoría de los nutrientes y algunas sustancias toxicas
son captados por los hepatocitos. Los productos elaborados por los hepatocitos y los
nutrientes requeridos por otras células se liberan de nuevo hacia la sangre, que drena
hacia la vena central y luego fluye hacia la vena hepática. Como la sangre proveniente
del tubo digestivo pasa a través del hígado como parte de la circulación portal, este
órgano suele ser lugar de metástasis de canceres primarios del tubo digestivo.

FASES DE LA DIGESTION

Las actividades digestivas se cumplen en tres fases superpuestas: la fase cefálica, la fase
gástrica y la fase intestinal.

FASE CEFÁLICA

Durante la fase cefálica de la digestión, el olor, la vista, el pensamiento o el sabor inicial


de la comida activan centros neuronales de la corteza cerebral, el hipotálamo y el tronco
encefálico. El tronco encefálico activa los nervios facial (VII) glosofaríngeo (IX) y vago
(X). Los nervios facial y glosofaríngeo estimulan la secreción de saliva por las
glándulas salivales, mientras que el nervio vago estimula las glándulas gástricas a
producir jugo gástrico. El propósito de la fase cefálica de la digestión es preparar la
boca y el estómago para recibir los alimentos que van a ser ingeridos.

FASE GÁSTRICA

Una vez que los alimentos llegan al estómago, comienza la fase gástrica de la digestión.
Mecanismos neurales y hormonales regulan esta fase para promover la secreción y la
motilidad gástricas.

 Regulación neural. Todos los alimentos distienden el estómago y estimulan los


receptores de estiramiento de su pared. Los quimiorreceptores del estómago son
sensibles al pH del quimo gástrico. Cuando las paredes gástricas están
distendidas o el pH aumenta porque ingresan proteínas en el estómago y
neutralizan parte del ácido, los receptores de estiramiento y los
quimiorreceptores se activan, y se pone en marcha un proceso de
retroalimentación negativa neural (Figura 24.25). Desde los receptores de
estiramiento y los quimiorreceptores, los impulsos nerviosos se propagan hacia
el plexo submucoso, donde activan las neuronas parasimpáticas y entéricas. Los
impulsos nerviosos resultantes provocan ondas de peristalsis y continúan
estimulando el flujo de jugo gástrico por las glándulas del estómago. Las ondas
peristálticas mezclan los alimentos con el jugo gástrico; cuando las ondas se
vuelven lo suficientemente intensas, una pequeña cantidad de quimo se vuelca
del estómago al duodeno. El pH del quimo gástrico disminuye (se vuelve más
ácido) y la distensión de las paredes gástricas se reduce porque el quimo pasó al
intestino delgado, y cesa la secreción de jugo gástrico.

 Regulación hormonal. La secreción gástrica durante esta fase también es


regulada por la hormona gastrina. La gastrina se libera en las células G de las
glándulas gástricas, en respuesta a diversos estímulos: la distensión del
estómago por el quimo, proteínas parcialmente digeridas en el quimo, el
aumento del pH del quimo causado por la presencia de alimentos en el
estómago, la cafeína en el quimo gástrico y la acetilcolina liberada por las
neuronas parasimpáticas. Una vez liberada, la gastrina ingresa en el torrente
sanguíneo, recorre el cuerpo, y finalmente llega a sus órganos diana en el
aparato digestivo. La gastrina estimula las glándulas del estómago a secretar
grandes cantidades de jugo gástrico. También refuerza las contracciones del
esfínter esofágico inferior para evitar el reflujo del quimo ácido dentro del
esófago, aumenta la motilidad del estómago y relaja el esfínter pilórico, lo que
promueve el vaciamiento gástrico. La secreción de gastrina se inhibe cuando el
pH del jugo gástrico alcanza niveles inferiores a 2 y se estimula cuando el pH
aumenta. Este mecanismo de retroalimentación negativa ayuda a mantener un
pH bajo, óptimo para el funcionamiento de la pepsina, la destrucción de los
microorganismos y la desnaturalización de las proteínas en el estómago.

FASE INTESTINAL

La fase intestinal de la digestión comienza cuando los alimentos llegan al intestino


delgado. En contraste con los reflejos iniciados durante las fases cefálica y gástrica, que
estimulan la actividad secretoria y la motilidad del estómago, los que se producen
durante la fase intestinal tienen efectos inhibitorios que retardan la salida del quimo
desde el estómago. Esto hace que el duodeno no se sobrecargue con más quimo que el
que puede contener. Además, las respuestas que se manifiestan durante la fase intestinal
promueven la digestión continua de los alimentos que llegaron al intestino delgado.
Estas actividades de la fase de digestión intestinal están reguladas por mecanismos
neurales y hormonales.

• Regulación neural. La distensión del duodeno por la presencia de quimo provoca el


reflejo enterogástrico. Los receptores de estiramiento de la pared duodenal envían
impulsos nerviosos al bulbo raquídeo, donde inhiben la estimulación parasimpática y
estimulan los nervios simpáticos del estómago. Como resultado, la motilidad gástrica se
inhibe, y hay un incremento de la contracción del esfínter pilórico, que disminuye el
vaciamiento gástrico.

• Regulación hormonal. La fase intestinal de la digestión es mediada por dos


hormonas que secreta el intestino delgado: la colecistocinina y la secretina. La
colecistocinina (CCK) se secreta en las células CCK de las criptas de Lieberkühn del
intestino delgado, en respuesta al quimo que contiene aminoácidos de las proteínas y
ácidos grasos de los triglicéridos parcialmente digeridos. La CCK estimula la secreción
de jugo pancreático rico en enzimas digestivas. También estimula la contracción de la
pared de la vesícula biliar, lo que libera la bilis almacenada en su interior hacia el
conducto cístico y a través del conducto biliar común. La CCK produce, además, la
relajación del esfínter de la ampolla hepatopancreática (esfínter de Oddi), la que permite
que el jugo pancreático y la bilis se liberen hacia el duodeno. Asimismo, la CCK
disminuye el vaciamiento gástrico y favorece la contracción del esfínter pilórico,
produce saciedad por su acción sobre el hipotálamo, promueve el crecimiento y el
mantenimiento del páncreas y aumenta el efecto de la secretina. Cuando el quimo ácido
entra en el duodeno estimula la liberación de secretina por las células S de las criptas de
Lieberkühn del intestino delgado. Por su parte, la secretina estimula la liberación de
jugo pancreático, que es rico en iones bicarbonato (HCO3–) y amortigua el quimo
ácido, que ingresa en el duodeno. Además de esta función principal, la secretina inhibe
la secreción de jugo gástrico, promueve el crecimiento y mantenimiento del páncreas y
aumenta el efecto de la CCK. En general, la secretina amortigua el ácido del quimo que
alcanza el duodeno y disminuye la producción de ácido en el estómago.
BIBLIOGRAFÍA
Derrickson, Tortora. Principios de Anatomía y Fisiología 13ed. Editorial Medica
Panamericana, S.A DE C, V., (2013)

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