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NI UNA MENOS POR ABORTOS CLANDESTINOS

En el marco de las actividades del 28 de


septiembre, día por la Despenalización del
Aborto en América Latina y el Caribe, nos
pronunciamos a favor de los cambios socio-
culturales, legales y en materia de políticas
públicas que garanticen la autonomía sexual y
reproductiva de nuestras niñas, adolescentes y
mujeres.

A 20 años de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela,


el movimiento de mujeres y feminista convoca a la sociedad venezolana a
debatir a profundidad la necesidad de asumir un conjunto de acciones y
medidas que permitan garantizar el ejercicio pleno de los Derechos Sexuales
y los Derechos Reproductivos, contemplados de manera general en el
artículo 76, como un logro de la Revolución Feminista, que hacen más justa y
democrática la vida social en la medida que amplían el concepto de igualdad
y libertad de la esfera pública a la privada.

Motivado a la guerra no convencional de la cual somos víctimas en


estos momentos como nación, nuestras niñas, adolescentes y mujeres se ven
afectadas por las limitaciones existentes en la ejecución de políticas públicas
que garanticen el acceso universal y gratuito a métodos anticonceptivos,
mermando su calidad de vida y cercenando el goce y disfrute de los
derechos sexuales y reproductivos. Esto último acarrea consecuencias
directas en nuestro pueblo mujer, por cuanto la gestación no deseada,
producto de circunstancias adversas personales o impuestas por la situación
de bloqueo económico, las expone sobre todo a las que no tienen
posibilidades económicas a “experimentar” de manera clandestina al margen
del sistema nacional de salud, interrupciones de embarazos que en algunos
casos significan la muerte segura, así como, la proliferación de un “mercado
negro” de medicamentos e insumos médicos totalmente dolarizado sin
ningún tipo de control y supervisión por parte del Estado Venezolano y sus
instituciones.

Es por ello que el debate sobre la interrupción voluntaria del embarazo,


despenalización del aborto o aborto por causales, debe pasar por un análisis
de clase social, ya que son nuestras niñas, adolescentes y mujeres que hacen
vida especialmente de los sectores populares, quienes al tener que dar
continuidad a un embarazo no deseado, son discriminadas, limitadas en su
derechos humanos fundamentales y mermada la calidad de sus proyectos
de vida.

En la Revolución Bolivariana son innegables las garantías que han


obtenido las mujeres y el avance en sus derechos humanos, pero sigue
siendo una materia pendiente, lo que otras revoluciones como la rusa y la
cubana, han resuelto de manera inequívoca: el derecho de las mujeres a la
interrupción de los embarazos no deseados.

Conscientes que ya son más de 20 años de construcción del proceso


histórico venezolano, nosotras las mujeres revolucionarias, hemos
contribuido de manera firme e inobjetable a estos cambios para transitar al
socialismo, dispuestas a defenderlo con nuestras vidas; es por ello que se
hace urgente, atender la Recomendación 31–d de 2014, del Comité para la
Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW)
que insta a “modificar la legislación para despenalizar el aborto en casos de
violación, incesto, riesgo para la salud de la madre y malformación fetal
grave, eliminar las medidas punitivas para las mujeres que se someten a
aborto y asegurar la disponibilidad de servicios de aborto”; en consecuencia,
el Estado venezolano debe tomar las medidas administrativas, legislativas y
judiciales tendientes a despenalizar la interrupción voluntaria de embarazos
que sean consecuencia de violación sexual, incesto, malformación congénita
del feto o incompatibilidad con la vida, y riesgo físico y psíquico de las
mujeres.

En función de ello, hoy requerimos especial atención de nuestras


instituciones a las cuales les hacemos el siguiente exhorto:

1.- A la Asamblea Nacional Constituyente:


- Que se incluya en el debate del capítulo constitucional referido a los
derechos de las mujeres, los derechos sexuales y reproductivos reconocidos
internacionalmente desde la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing,
así como incluir la interrupción del embarazo por causales en el marco
jurídico nacional.

2.- Al Tribunal Supremo de Justicia:


En su Sala Constitucional:
- Admitir el recurso de nulidad del articulado del código penal que penaliza a
la mujer gestante y al personal de salud por la interrupción del embarazo.

3.- Al Poder Ejecutivo Nacional:


- Garantizar la incorporación de métodos anticonceptivos en la lista de
medicamentos priorizados por el Estado Venezolano, para procurar su
distribución masiva y gratuita.
- En la formación del personal de salud en todos los niveles incluir el estudio
de los derechos sexuales y reproductivos desde los enfoques de género,
derechos humanos y feminista, como medidas para la despatriarcalización de
los servicios de salud hacia niñas, adolescentes y mujeres.
- Emitir una Resolución de Obligatorio cumplimiento que garantice la
aplicación efectiva de los Protocolos de atención: Cuidados prenatales y
atención obstétrica de emergencia (2014), que incorpora entre sus elementos
más destacados el Protocolo Post-aborto, que garantiza “la atención integral
pos aborto, y al tratamiento de la condición por parte del personal de
salud centrado en las necesidades de la paciente con enfoque de derechos
humanos y calidad de atención”.
- Democratizar el acceso al Misoprostol y la Mifepristona en el Sistema
Nacional de Salud Pública, especialmente Centros de Diagnóstico Integral y
Consultorios Populares.
- Incorporar en todos los niveles del Sistema Educativo Venezolano la
materia de Educación Integral para la Sexualidad como área prioritaria.
- Garantizar el cumplimiento de las presentes solicitudes y su aplicación con
enfoque de género, feminista y de Derechos Humanos.

4.- A la Defensoría del Pueblo


- Inspeccionar el cumplimiento de las presentes solicitudes a fin de garantizar
la protección y ejercicio pleno de los Derechos Sexuales y los Derechos
Reproductivos de las Mujeres.
- Acompañar las iniciativas legislativas del movimiento de mujeres y feminista
que garanticen la progresividad de los Derechos Humanos, especialmente en
materia de Derechos Sexuales y Reproductivos.

Finalmente, como militantes feministas, defensoras de los derechos


humanos, de una vida digna, abogamos por la despenalización de la
interrupción voluntaria del embarazo, porque se trata de un problema de
salud pública, y su penalización es un anacronismo atrasado producto de
posiciones ideológicas conservadoras, patriarcales y coloniales que resultan
incompatibles con el carácter feminista de la Revolución Bolivariana.

¡NI UNA MENOS POR ABORTOS CLANDESTINOS!


¡NI UNA MENOS POR EMBARAZOS FORZADOS!

«Una sociedad que silencia la responsabilidad de los varones y sólo


culpabiliza a las mujeres, irrespeta sus cuerpos y su historia, es una sociedad
excluyente, machista y abortiva»
Ivonne Gebara (Religiosa católica, filósofa y teóloga feminista Brasileña)

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