septiembre, día por la Despenalización del Aborto en América Latina y el Caribe, nos pronunciamos a favor de los cambios socio- culturales, legales y en materia de políticas públicas que garanticen la autonomía sexual y reproductiva de nuestras niñas, adolescentes y mujeres.
A 20 años de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela,
el movimiento de mujeres y feminista convoca a la sociedad venezolana a debatir a profundidad la necesidad de asumir un conjunto de acciones y medidas que permitan garantizar el ejercicio pleno de los Derechos Sexuales y los Derechos Reproductivos, contemplados de manera general en el artículo 76, como un logro de la Revolución Feminista, que hacen más justa y democrática la vida social en la medida que amplían el concepto de igualdad y libertad de la esfera pública a la privada.
Motivado a la guerra no convencional de la cual somos víctimas en
estos momentos como nación, nuestras niñas, adolescentes y mujeres se ven afectadas por las limitaciones existentes en la ejecución de políticas públicas que garanticen el acceso universal y gratuito a métodos anticonceptivos, mermando su calidad de vida y cercenando el goce y disfrute de los derechos sexuales y reproductivos. Esto último acarrea consecuencias directas en nuestro pueblo mujer, por cuanto la gestación no deseada, producto de circunstancias adversas personales o impuestas por la situación de bloqueo económico, las expone sobre todo a las que no tienen posibilidades económicas a “experimentar” de manera clandestina al margen del sistema nacional de salud, interrupciones de embarazos que en algunos casos significan la muerte segura, así como, la proliferación de un “mercado negro” de medicamentos e insumos médicos totalmente dolarizado sin ningún tipo de control y supervisión por parte del Estado Venezolano y sus instituciones.
Es por ello que el debate sobre la interrupción voluntaria del embarazo,
despenalización del aborto o aborto por causales, debe pasar por un análisis de clase social, ya que son nuestras niñas, adolescentes y mujeres que hacen vida especialmente de los sectores populares, quienes al tener que dar continuidad a un embarazo no deseado, son discriminadas, limitadas en su derechos humanos fundamentales y mermada la calidad de sus proyectos de vida.
En la Revolución Bolivariana son innegables las garantías que han
obtenido las mujeres y el avance en sus derechos humanos, pero sigue siendo una materia pendiente, lo que otras revoluciones como la rusa y la cubana, han resuelto de manera inequívoca: el derecho de las mujeres a la interrupción de los embarazos no deseados.
Conscientes que ya son más de 20 años de construcción del proceso
histórico venezolano, nosotras las mujeres revolucionarias, hemos contribuido de manera firme e inobjetable a estos cambios para transitar al socialismo, dispuestas a defenderlo con nuestras vidas; es por ello que se hace urgente, atender la Recomendación 31–d de 2014, del Comité para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) que insta a “modificar la legislación para despenalizar el aborto en casos de violación, incesto, riesgo para la salud de la madre y malformación fetal grave, eliminar las medidas punitivas para las mujeres que se someten a aborto y asegurar la disponibilidad de servicios de aborto”; en consecuencia, el Estado venezolano debe tomar las medidas administrativas, legislativas y judiciales tendientes a despenalizar la interrupción voluntaria de embarazos que sean consecuencia de violación sexual, incesto, malformación congénita del feto o incompatibilidad con la vida, y riesgo físico y psíquico de las mujeres.
En función de ello, hoy requerimos especial atención de nuestras
instituciones a las cuales les hacemos el siguiente exhorto:
1.- A la Asamblea Nacional Constituyente:
- Que se incluya en el debate del capítulo constitucional referido a los derechos de las mujeres, los derechos sexuales y reproductivos reconocidos internacionalmente desde la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, así como incluir la interrupción del embarazo por causales en el marco jurídico nacional.
2.- Al Tribunal Supremo de Justicia:
En su Sala Constitucional: - Admitir el recurso de nulidad del articulado del código penal que penaliza a la mujer gestante y al personal de salud por la interrupción del embarazo.
3.- Al Poder Ejecutivo Nacional:
- Garantizar la incorporación de métodos anticonceptivos en la lista de medicamentos priorizados por el Estado Venezolano, para procurar su distribución masiva y gratuita. - En la formación del personal de salud en todos los niveles incluir el estudio de los derechos sexuales y reproductivos desde los enfoques de género, derechos humanos y feminista, como medidas para la despatriarcalización de los servicios de salud hacia niñas, adolescentes y mujeres. - Emitir una Resolución de Obligatorio cumplimiento que garantice la aplicación efectiva de los Protocolos de atención: Cuidados prenatales y atención obstétrica de emergencia (2014), que incorpora entre sus elementos más destacados el Protocolo Post-aborto, que garantiza “la atención integral pos aborto, y al tratamiento de la condición por parte del personal de salud centrado en las necesidades de la paciente con enfoque de derechos humanos y calidad de atención”. - Democratizar el acceso al Misoprostol y la Mifepristona en el Sistema Nacional de Salud Pública, especialmente Centros de Diagnóstico Integral y Consultorios Populares. - Incorporar en todos los niveles del Sistema Educativo Venezolano la materia de Educación Integral para la Sexualidad como área prioritaria. - Garantizar el cumplimiento de las presentes solicitudes y su aplicación con enfoque de género, feminista y de Derechos Humanos.
4.- A la Defensoría del Pueblo
- Inspeccionar el cumplimiento de las presentes solicitudes a fin de garantizar la protección y ejercicio pleno de los Derechos Sexuales y los Derechos Reproductivos de las Mujeres. - Acompañar las iniciativas legislativas del movimiento de mujeres y feminista que garanticen la progresividad de los Derechos Humanos, especialmente en materia de Derechos Sexuales y Reproductivos.
Finalmente, como militantes feministas, defensoras de los derechos
humanos, de una vida digna, abogamos por la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo, porque se trata de un problema de salud pública, y su penalización es un anacronismo atrasado producto de posiciones ideológicas conservadoras, patriarcales y coloniales que resultan incompatibles con el carácter feminista de la Revolución Bolivariana.
¡NI UNA MENOS POR ABORTOS CLANDESTINOS!
¡NI UNA MENOS POR EMBARAZOS FORZADOS!
«Una sociedad que silencia la responsabilidad de los varones y sólo
culpabiliza a las mujeres, irrespeta sus cuerpos y su historia, es una sociedad excluyente, machista y abortiva» Ivonne Gebara (Religiosa católica, filósofa y teóloga feminista Brasileña)