Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
En cuanto a las fuentes, existía una preponderancia de las fuentes orales sobre las
escritas.4 En los orígenes de la historiografía era casi obligado el uso de fuentes
orales, pues a diferencia de los historiadores actuales, que se basan sobre todo en
la investigación de textos, los griegos antiguos no disponían la mayor parte de las
veces de suficiente material archivístico o bibliográfico. Sin embargo, cuando ya
sí era posible trabajar con los fondos de las bibliotecas, los historiadores
siguieron prefiriendo la tradición oral; e incluso criticaron a los que solo
trabajaban con fuentes escritas como, por ejemplo, Timeo. Además, hay que tener en
cuenta que los griegos no solían conocer lenguas bárbaras, por tanto, Heródoto no
podía entender por sí mismo las crónicas orientales, aunque tampoco mostró interés
en conocerlas. La elección de la tradición oral conllevaba la necesidad de las
primeras reflexiones en cuanto al método histórico, como es la crítica de las
fuentes, su relación y graduación según el valor de los testimonios recogidos. De
ahí por ejemplo su empeño en mostrar todas las versiones reconocidas, aunque
considere algunas erróneas. Asimismo, la tradición oral obligaba a establecer una
cronología que ordenase los hechos aislados tras su recopilación. Las fuentes
escritas quedaron relegadas a los arqueólogos o antiquaria, es decir, para el
estudio de los tiempos remotos.
Índice
1 Temática
1.1 Historia contemporánea
1.2 El estudio de las causas de las guerras
1.3 Historia económica y social
1.4 Localización
1.4.1 Crónicas locales
1.5 Teorías cíclicas
2 Estilo y fuentes
3 Situación del historiador
4 Historia
4.1 Orígenes
4.1.1 Heródoto
4.1.2 Otros historiadores menores
4.2 Tucídides
4.3 Historiadores del siglo IV a. C.
4.3.1 Jenofonte y la Helénicas de Oxirrinco
4.3.2 Teopompo
4.3.3 Otros historiadores
4.4 Periodo helenístico
4.4.1 Timeo
4.4.2 Polibio
4.4.3 Posidonio
4.5 Historiografía en la época imperial
4.5.1 Historia de Roma
4.5.2 Decadencia
5 Limitaciones
5.1 Sesgos personales
6 Véase también
7 Notas
8 Bibliografía
8.1 General
8.2 Monografías
8.3 Fuentes primarias
9 Enlaces externos
Temática
La historiografía griega no se interesa exclusivamente por hechos aislados, sino
por el decurso de los acontecimientos en su totalidad.
Schrader, Los orígenes de la oratoria y la historiografía en la Grecia clásica, p.
88.
En la historiografía griega en general se superan los límites de la historia local
e incluso Heródoto abarcó casi todo el mundo conocido por los griegos. El tema
central fue la guerra, aunque también hubo historia constitucional, trágica,
biografías e incluso etnografía. La elección de tema se fundamentaba en el valor de
los acontecimientos ocurridos y en la información disponible. Por ejemplo para
Heródoto un hecho histórico tenía tal valor si no debía dejarse que fuera olvidado.
Tucídides por su parte eligió la guerra del Peloponeso como tema central de su obra
por el motivo obvio de considerarlo el punto álgido de la historia que vivió. Sin
embargo, dentro de ese gran tema tuvo que elegir constantemente entre temas menores
con absoluta arbitrariedad. Como señala Roussel en Los Historiadores Griegos, la
arbitrariedad obligó a Tucídides en ocasiones a recargar a personajes con detalles
significativos, falseándolos en parte.5
Historia contemporánea
La historiografía griega es mayoritariamente contemporánea, es decir, sobre la
misma época en la que vivían los historiadores. Esto se explica porque había mayor
información sobre temas cercanos en el tiempo, sobre todo había más testigos
orales, prefiriéndose esas fuentes sobre las escritas. Tucídides, en su afán por el
rigor histórico, consideraba la experiencia personal como imprescindible al igual
que Polibio.6 Los propios historiadores consideraban más fiables las obras que
trataban sobre lo contemporáneo. Además, la historia antigua griega parecía muy
exigua al lado de la egipcia por ejemplo. En cualquier caso, lo que el propio
historiador vivía lo consideraba como un momento único y clave en la historia, ya
sea la guerra del Peloponeso o la expansión romana. Lo entendían como el cambio de
una época a otra y como tal había que reflejarlo.
Localización
Location greek ancient.png
El mundo griego a mediados del siglo VI a. C.
En general, la historiografía griega tiene un sesgo regional, tratando la mayor
parte de las obras de la historia griega sin importar demasiado la del resto de
lugares. Hay excepciones como Heródoto que con sus excursos realiza una
introducción a la historia de Egipto o de Persia, por los cuales fue muy criticado
y llegó incluso a ser tildado de «amigo de los bárbaros».14 Por otro lado, la poca
profundidad del trabajo de Heródoto en Oriente espoleó a que ellos hicieran su
propia historia, como hizo Manetón en Egipto. Otros autores también se ocuparon de
Oriente, pero siguiendo a Alejandro Magno, como Jenofonte o posteriormente Flavio
Arriano.
Grecia dejó de ser el tema primordial a mediados del periodo helenístico, con el
creciente poderío romano. El primero en intuir la posible importancia de Roma fue
Timeo de Tauromenio, pero fue Polibio quien trató primero el tema con mayor
profundidad. A partir del siglo I a. C. y hasta la decadencia final de la
historiografía griega, la historia sobre Roma fue la temática dominante y, según
algunos autores, fue esa falta de renovación una de las causas de ese deterioro.15
Crónicas locales
Tanto autores antiguos (Dionisio de Halicarnaso) como modernos (Wilamowitz)
defendieron que los cronistas locales precedieron a los primeros historiadores,
como sucedió en la historiografía romana. En cualquier caso, a partir del siglo V
a. C. se encuentran crónicas de ciudades y santuarios. Sin apenas rigor histórico,
se conciben, en general, como forma de exacerbar el orgullo local, proyectando en
ocasiones el presente sobre el pasado, distorsionándolo.16 Existiendo hasta la
decadencia final, los más conocidos fueron los atidógrafos, en el siglo IV a. C.
Teorías cíclicas
Algunas obras presentan ideas cíclicas o de sucesión de imperios, como Heródoto al
expresar que los imperios se introducen siempre en una dinámica de expansión
insaciable. Pese a que en ocasiones se ha considerado que los historiadores griegos
tenían concepciones cíclicas del tiempo histórico,17 especialmente Polibio,
Tucídides y Heródoto, Momigliano lo niega rotundamente.18 Para ese autor, que
Tucídides expresara que su historia servía como modelo para el futuro no implica
ninguna idea de eterno retorno. Acepta que Polibio es más ambiguo, pero tampoco
presenta ninguna teoría cíclica en su obra.19
Era más común una visión orgánica de la historia, una periodización mediante
sucesión de ciclos ejemplificada en una sucesión vital: infancia, madurez y vejez.
Esta era la visión que daba, por ejemplo, Lucio Anneo Floro. Otras visiones
cíclicas son las de las edades (plata, bronce, heroica y de hierro) de Hecateo de
Mileto, basadas en la progresiva degradación, salvo el paréntesis heroico, y
finalmente un esquema de progreso cultural y tecnológico que abarcaba desde la
barbarie a la civilización. Estos esquemas nacieron antes que la propia
historiografía y fueron luego adaptados y perfeccionados a gran escala por los
historiadores.19 El primer autor griego en plasmar este marco fue el poeta Hesíodo
en Trabajos y días.20
Estilo y fuentes
Schrader determina tres elementos típicos principales. En primer lugar, la
existencia de un proemio autobiográfico donde se destaca la importancia del hecho a
tratar. Este proemio aparece ya en Hecateo de Mileto. En segundo lugar, se
establece la metodología histórica, cuando el autor explica sus fuentes y qué pasos
seguirá para contar su historia. En tercer lugar, la articulación de la obra en
partes narrativas y discursivas. Estos discursos son en general invención de los
autores, aunque ateniéndose al sentido original.21 Por último, hay otros elementos
típicos menos comunes y más variables, tales como las escenas tipificadas en la
narración de batallas o los excursos típicos de Heródoto.22
Sobre las fuentes, en general, hubo un predominio de las orales sobre las escritas,
lo cual determinó en parte la preeminencia de la historia contemporánea, por la
dificultad de recoger información oral, que no consistiera en mitos, sobre tiempos
remotos. Además, historiadores como Tucídides o Jenofonte se basaron en su memoria
al describir hechos en los que participaron.4 Por su parte, el uso de fuentes
escritas aumentó en función del incremento del material disponible.
La elección de las fuentes, cuando había más de una con contenidos contradictorios,
se hacía según la más probable.23 Esa elección no tiene por qué significar una
creencia de que esa versión es la cierta y así lo señalaba Heródoto,24 quien en
ocasiones se limitaba a dar varias versiones sin preocuparse en la validez de cada
una.
Heródoto
Heródoto nació entre los años 490 y 480 a. C., en una familia de notables de
Halicarnaso. Implicado en una conjura, debió exiliarse marchando primero a la isla
de Samos y posteriormente a recorrer el mundo conocido, y quedó reflejado ese
peregrinaje en su obra. El lugar de su muerte, acaecida en 425 a. C., no es seguro,
aunque en la Suda se fija en Turios.
Hay una serie de características que convierten a Heródoto en algo nuevo, diferente
a todo lo anterior: se trata de un autor personal claramente definido y no cuenta
ninguna historia narrada por musas, sino el resultado de una investigación. Además
su obra narra los sucesos del hombre; los dioses dejan de tener cabida en la
historiografía, al menos de forma directa o personal.41 Para Schrader, la obra de
Heródoto está integrada por una Historia de Lidia, una Historia de Persia y una
Historia de las Guerras Médicas. Su Historia, dividida en nueve libros en la
biblioteca de Alejandría, se articulaba según un criterio ternario. Asimismo, cada
pasaje se articula en tres partes: una introducción, una digresión y la narración
del episodio de que se trate pudiendo haber digresiones adicionales en algunas
partes.42 La propia investigación de Heródoto tenía un criterio ternario.43
Tucídides
Tucídides de Atenas.
Tucídides nació en torno al 460-455 a. C. en Atenas, en una familia noble con
concesiones de minas. Es posible que al iniciarse la guerra contra Esparta,
Tucídides prestara servicio en su ciudad. En el año 424 a. C. fue elegido estratego
y ante una derrota militar fue considerado el culpable, y tuvo que exiliarse. Su
muerte acaeció probablemente en el 398 a. C. Esa fecha está en consonancia con la
afirmación de Marcelino (Vita, 34) de que Tucídides murió en la cincuentena.50
Algunos investigadores modernos niegan su condición de exiliado, viéndolo como una
muestra de la intromisión posterior de Jenofonte en la obra de Tucídides.51
En cuanto a las fuentes, al igual que Heródoto usa principalmente fuentes orales,
aunque también hace uso de inscripciones para conocer cifras exactas, que en caso
de que no conociera no se inventaba. Él mismo asegura hacer una selección crítica
de los informes orales, aprovechándose además de haber vivido muchos de los
acontecimientos como testigo directo.56
Sus diferencias con Tucídides son notables; por ejemplo, recupera las influencias
divinas en las Helénicas.59 El estilo de Jenofonte es decadente y pesimista, con
mucha influencia retórica y poca metodología histórica. Aunque se le considera un
historiador menor, su estudio es fundamental por la conservación de todas sus
obras, siendo la base de muchas teorías historiográficas sobre esa época.60
Teopompo
Artículo principal: Teopompo
Nacido en Quíos en 380 a. C., se lo considera el mejor historiador de este siglo.66
Aunque se ha perdido toda su obra, quedan muchos fragmentos copiados por otros
autores. De su obra más temprana, las Helénicas, apenas quedan fragmentos. Es una
continuación de la obra de Tucídides, considerada de poca importancia y propia de
la maduración como autor de Teopompo.67 Desde sus inicios, se aprecia la influencia
de Heródoto, Isócrates y Antístenes.68
Su obra más importante son las Filípicas, conocida por los numerosos fragmentos en
obras de otros autores. Teopompo fue el primer historiador que apreció el
agotamiento de las tesis de Tucídides y el cambio de escenario por el acceso al
poder de Filipo de Macedonia, desapareciendo la principal lucha entre Esparta y
Atenas. En sus Filípicas combina la crítica moral a Filipo por su comportamiento,
que le llevó a su asesinato, con alabanzas a sus acciones políticas como defensor
del panhelenismo. Asimismo muestra su odio por la democracia y las instituciones
atenienses, considerándolas culpables de la degeneración de las sociedades.69
Otros historiadores
Gracias a Estrabón, aquí según un grabado del siglo XVI, se conoce a varios autores
como Éforo o Posidonio.
Entre el resto de historiadores destaca Éforo que, aunque su obra esté perdida, fue
citado y plagiado por Diodoro y Estrabón entre otros. Escribió una Historia en
treinta libros, una historia general del mundo griego, desde el siglo XI a. C.
hasta el 340 a. C., que mereció el elogio de Polibio como primera historia
universal.70 Su obra estuvo muy influida por los conceptos retóricos de Isócrates,
del que fue discípulo. Esto se refleja en sus discursos, completamente
inventados.70 Además su obra tiene un prejuicio patriótico que le llevaba a acusar
a Heródoto de «filobarbarismo» por contar la historia de regiones ajenas a
Grecia.71
Además, en este siglo destacan los atidógrafos, que contaban la historia del Ática.
Al perder Atenas su poderío, renació un interés por los tiempos pasados que se
reflejó en autores como Clidemo que escribió Atthis en cuatro libros o Androción
que publicó otra obra con el mismo nombre. Su característica principal era un
patriotismo muy tradicionalista. Por último, quedan los historiadores que siguieron
a Alejandro Magno, y transmitieron su periplo. Ese séquito de historiadores archivó
todo lo que sucedía en unas Efemérides dirigidas por Eumenes de Cardia y Diodoto de
Eritrea. Varios historiadores contaron la biografía de Alejandro: Calístenes de
Olinto, que fue condenado a muerte acusado de conjura; Ptolomeo tras su coronación
en Egipto; y Aristóbulo. Estos dos últimos autores fueron considerados en la
antigüedad como la fuente más fiable.74
Por último, hay que mencionar la influencia de una filosofía en auge sobre la
historiografía. La historia se considera un medio más para mostrar la filosofía.
Así por ejemplo lo hace Platón, dividiendo la historia en una era anterior al
diluvio y una etapa poscataclismo. De este modo puede «inventar» toda una historia
del mundo anterior, del que no quedarían pruebas físicas, mostrándolo como su
modelo político. Sobre el mundo poscataclismo también hace una historia Platón,
aprovechándola para sus motivaciones filosóficas, presentando un cuadro pesimista y
decadente.75
Periodo helenístico
Artículo principal: Historiografía helenística
Desde el comienzo de este periodo, la historiografía perdió su carácter político,
orientándose hacia la superficialidad y la ficción novelesca. El número de
historiadores es muy alto, pero destacan por su metodología y trascendencia
Polibio, Posidonio y Timeo. Además del suyo es el periodo de la «historiografía
trágica», representada por ejemplo por Filarco. Este tipo de historiografía es el
más representativo del momento, al realzarse más el valor literario que la
historiografía en sí.76 Estos historiadores fueron duramente criticados por
Polibio, pues pensaba que los recursos trágicos obstruían la búsqueda de precisión
y veracidad. Por otro lado también destaca por la magnitud de su obra Diodoro
Sículo, que realiza una antología de la historiografía anterior en la Bibliotheca
Historica, formada por 40 libros y que trata desde el remoto universo mítico hasta
las campañas de César en la Galia. Al ser un resumen, su obra es, según Grant,
superficial y poco original, aunque destaca por su rechazo a la introducción de
discursos en la trama.77
Timeo
Artículo principal: Timeo de Tauromenio
Era natural de Sicilia pero tuvo que exiliarse a Atenas, y permaneció allí al menos
unos cincuenta años, donde se dio a conocer por sus duras críticas, siendo apodado
«Timeo el denigrador». Murió en Sicilia en 260 a. C. Es considerado el historiador
más destacable de los comienzos del periodo helenístico. Escribió una Historia
Siciliana de treinta y ocho libros y, al final de su vida, una historia de Pirro.
Su principal característica es el uso mayoritario de las fuentes escritas, lo que
le valió duras críticas de Polibio, que se convirtió en su mayor crítico.78 Tuvo
otros críticos como Polemón, que escribió un Contra Timeo en el siglo II a. C.
La obra de Timeo está perdida. Pese a sus críticas se conoce en su mayor parte por
Polibio. Así, en la Historia Siciliana, primero había una introducción de cinco
libros y antes de la parte narrativa un libro dedicado a la naturaleza de la
historia. El resto del libro trataba de la historia siciliana propiamente dicha,
con alusiones a la Magna Grecia. Según Momigliano, las líneas principales de la
historia eran la lucha contra las tiranías y el conflicto entre griegos y
cartagineses.
Por otro lado, Timeo introduce un tema inédito en su obra: la historia de Roma. Se
cree que, brevemente en la Historia Siciliana y de forma más amplia en su
monografía sobre Pirro, estudió los orígenes de la incipiente civilización romana.
Timeo fue el primer historiador en comprender el ascenso de una nueva potencia.79
También es destacable por ser el primero en establecer una cronología con el
cómputo de las Olimpiadas.80
Polibio
Artículo principal: Polibio
Fue el primer historiador griego en tratar el fenómeno romano, influido por Timeo,
con profundidad. Nació en el año 200 a. C. en Megalópolis. Poco después de la
conquista romana fue deportado a Roma junto a otros notables de su ciudad. Durante
su estancia allí hizo amistad con los Escipión, y pudo seguir a Publio Cornelio
Escipión Emiliano en sus conquistas. En cuanto a su labor historiográfica, escribió
unas Historias en cuarenta libros de las que solo se conservan casi completos los
cinco primeros, quedando del resto únicamente fragmentos. Su obra trata de la
historia del progreso romano y abarca desde la primera guerra púnica hasta el año
146 a. C., tras la destrucción de Corinto y Cartago.81
Posidonio
Artículo principal: Posidonio
Vivió entre el siglo II y el siglo I a. C. y se dedicó a múltiples materias como la
geografía y la filosofía. De su labor histórica no se conserva nada, pero fue
utilizado por muchos autores posteriores como Estrabón, Tito Livio, Diodoro o
Apiano. Continuó la obra de Polibio narrando un periodo comprendido entre el 135 o
el 145 a. C. y los comienzos de la dictadura de Sila. Destaca en él su crítica a la
esclavitud, en la que llega a celebrar que los ciudadanos de Quíos sean convertidos
en esclavos por haberla introducido previamente en el mundo helénico.
Para algunos investigadores, Posidonio cometió el mismo error que Polibio al tratar
a los romanos con poca profundidad, obviando las diferencias culturales entre
romanos y griegos.89 Tampoco hizo demasiadas críticas a la política imperialista
romana, pero sí es más duro que Polibio, criticando por ejemplo el expolio
comercial.90
Historia de Roma
Artículo principal: Historia de Roma
A partir del siglo I a. C. Roma se convierte en el imperio más potente del mundo
conocido gracias a una agresiva política de expansión. La historiografía del
momento no es ajena al poderío romano y la mayor parte de los historiadores griegos
viajan a Roma para contar la historia del nuevo imperio. Además, en una clara
diferenciación con los autores helenísticos, los historiadores de este periodo se
introducen más en el modo de vida romano, conociendo el latín por ejemplo, aunque
en un principio todavía no se considera una realidad ajena al mundo griego. En todo
caso, Dionisio de Halicarnaso, al conocer el idioma, pudo consultar con mayor
facilidad las fuentes originarias, realizando una Historia antigua de Roma,
compuesta por veintidós libros, de los que se conservan diez. Su obra carecía de
espíritu crítico y abusaba de la retórica, pero en cualquier caso era aún ajena a
cualquier forma de pseudohistoria.91
El único autor destacable ajeno al tema de la historia de Roma fue Flavio Arriano.
Procedente de la asiática Bitinia, escribió una historia oriental en el siglo II,
la Anábasis de Alejandro. Con siete libros tiene influencias de Heródoto, Tucídides
y, en menor medida, de Jenofonte. Pese a su original elección de tema, Arriano
también muestra signos de la decadencia del género, su obra es pobre desde el punto
de vista científico y cae con frecuencia en el encomio.93
Decadencia
Hubo otros autores menos destacables que son únicamente muestras de la progresiva
degeneración del género y de la derivación a la pseudohistoria y a la literatura.
Algunos de estos fueron Herodiano, que escribió una historia de Roma muy
específica, tras la muerte de Marco Aurelio; Publio Herenio Dexipo, que se centró
más en los prólogos que en la obra en sí misma; Eunapio de Sardes autor de Vida de
filósofos y sofistas y una Crónica continuadora de Dexipo.
El último historiador griego reconocido fue Zósimo, que vivió durante el reinado de
Anastasio I. Escribió una Historia Nueva contemporánea en seis libros, centrada en
las sucesiones imperiales. Atribuyó la decadencia romana al rechazo de los dioses
paganos y es comparable en cuanto a su metodología a Polibio.94
Limitaciones
La principal problemática de la historiografía griega es la pérdida de la mayor
parte de las obras. De la mayoría de los historiadores solo se conservan fragmentos
en otros autores, en ocasiones sin señalar claramente su origen. Se ha perdido la
obra de autores como Hecateo de Mileto, Ctesias, Éforo, Teopompo y un largo
etcétera.95 Otro tipo de limitaciones son las estrictamente historiográficas,
referentes al uso de los historiadores griegos como fuente para los autores
modernos. Grant señala diversos problemas, entre ellos: preferencia por la calidad
literaria sobre la historiográfica, justificación personal de lo hecho en el
pasado, influencias familiares y políticas, presencia de anacronismos, chovinismo o
el gusto moralizante.96 El mismo autor concluye en cualquier caso que no hay que
rechazar su uso como fuente, sino simplemente ser cautelosos con la información que
suministran, sin dejar por ello de poder ser, asimismo, apreciables desde el punto
de vista artístico.97
Sobre las limitaciones de los autores griegos, el filósofo francés Châtelet señala
además su deficiente cronología y el rechazo de los hechos objetivos cuando estos
no permiten restaurar un orden claro.98 Señala, por ejemplo, que en Heródoto hay
más preocupación por mostrar la magnitud de lo que se cuenta que de determinar los
sucesos de una época determinada.99 El francés atribuye asimismo las diferencias
científicas entre la historiografía actual y la griega a la diferente concepción
del pasado y la temporalidad, pues los griegos no consideraban al hombre como
sujeto de la historia, sino que tenían la idea de un «devenir cósmico»
prefijado.100
Sesgos personales
La obra de los historiadores griegos no fue ajena a sus vidas. Así, en la obra de
la mayoría se pueden apreciar justificaciones de errores cometidos, lagunas en ese
sentido o incluso invenciones. Esta tendencia será la tónica general en las
autobiografías.101 Asimismo, son constantes las difamaciones personales de enemigos
del autor. De este modo Tucídides atacó a Cleón, quien contribuyó a su exilio,102 o
Jenofonte a Menón.103 Del mismo modo hay que entender el ataque de Polibio a Timeo,
a fin de consolidarse como el principal historiador de Grecia y Roma.104 Por el
lado contrario, también existían sesgos personales favorables, como Polibio con los
Escipión. Estas deformaciones históricas fueron ya visibles en la antigüedad, y el
mismo Cicerón llamó la atención sobre ellas.105