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Ficha Bibliográfica

Didáctica e Innovación en la Enseñanza de la Historia - 2019

Estudiante: Rodrigo Cabezas Astorga

Autor(a) Mario Carretero Rodríguez

Título del libro y capítulo o del artículo y revista DOCUMENTOS DE IDENTIDAD


La Construcción de la Memoria Histórica en un
Mundo Global

Año, editorial, ciudad, páginas 2007, Paidós, Buenos Aires, p. 19-73

Breve reseña biográfica del autor o autora El argentino Mario Carretero Rodríguez (1953) es
Licenciado Filosofía y Letras de la Facultad de
Filosofía y Letras y realizó su formación doctoral
en España y postdoctoral en Estados Unidos.
Actualmente es Investigador de la FLACSO
(Argentina) y Catedrático de la Universidad
Autónoma de Madrid. Especialista en la
comprensión y enseñanza de las Ciencias
Sociales, sobre las que ha investigado y
publicado extensamente en los últimos veinte
años, tanto en lengua española como en inglés.
Algunas de sus obras han sido también
traducidas al portugués en Brasil.

Identificación de la temática central del escrito El propósito de la enseñanza de la Historia en el


sistema escolar y el rol de ello en la construcción
de la memoria histórica y la identidad nacional.

Tesis central La enseñanza de la Historia en la escuela se


encuentra ante una contradicción: debe atender
a sus objetivos instructivos, de carácter racional
e ilustrado y, al mismo tiempo, a los de carácter
de construcción de la identidad, de raíces
afectivas y románticas.

Conceptos claves del texto Propósitos de la enseñanza de la Historia,


identidad nacional, nacionalismo, romanticismo.

Tesis secundarias del escrito La enseñanza de la historia en la escuela


trasciende, con mucho, la transmisión de un
contenido curricular, dado que sus contenidos se
entregan durante la infancia y la adolescencia,
cuando se arraiga la semilla identitaria.

La Historia de una sociedad tiene tres


dimensiones en tensión: académica, escolar y
cotidiana.

La globalización está erosionando el sentido


tradicional de nación, por lo que se hace urgente
una discusión sobre el sentido y el futuro de las
identidades nacionales en un mundo cada vez
más global (esta tesis, sin embargo, en los
capítulos leídos solo se enuncia, sin profundizar
en ella).

Argumentos y citas que sustentan las tesis “Una de las tesis fundamentales de este libro es
planteadas que la enseñanza de la historia que surge a fines
del siglo XIX con fines identitarios, ligados al
espíritu romántico y vinculados a la construcción
de las naciones, posteriormente hacia mediados
del siglo XX se estructura sobre la contradicción
entre dichos fines y otros más cercanos a una
comprensión disciplinar de la Historia.” (p.20)

“…cada sociedad posee una cultura dominante


que es compartida, sostenida e interiorizada por
la mayoría de sus componentes. Y la historia
escolar cumpliría su rol en el sistema cultural al
realizar preguntas que sólo podrían ser
respondidas de una sola manera, delimitando al
mismo tiempo el auditorio y el repertorio.”
(p.21)

Metáfora de la madrastra y blancanieves “La


estrategia apunta a anularla, a eliminarla de ese
espacio, a mandar matarla, con la pretendida –
maliciosa sin atenuantes– intención de
desplazarla del Reino de la Realidad y enviarla al
corazón mismo de las tinieblas. ¿A dónde? Allá.
Afuera. Al desierto. Al país donde las cosas no
tienen nombre […] arrebatarle el rostro, la
palabra, la lengua, la identidad y, además –
cerrando todos los términos de la exclusión–,
para imposibilitar la completa sepultura,
despojando a la muchacha de su última
propiedad, su “tierra” en el descanso final.
Negar, perseguir, matar, destruir las pruebas
físicas y simbólicas, desintegrar radicalmente.
Eso mismo han hecho las distintas versiones de
las historias escolares de cada Estado nación –
aunque la violencia se amortigüe bajo las suaves,
plastificadas y alegremente ilustradas tapas de
los libros escolares– con las concepciones
alternativas que correspondían a las
Blancanieves locales, regionales y de sus vecinos,
presencias que surgen en lo cercano y entran
“inesperadamente” en la contienda,
atravesadas, tal vez, por lo que Freud denominó
“narcisismo de las pequeñas diferencias”” (P.22)

“…Bruner […] señalaba la necesidad de darle un


papel central al estudio de las narraciones como
configuraciones esenciales en la construcción de
la identidad personal y cultural. […] Esas ideas
por las que estará dispuesto incluso a ir hasta la
muerte, al menos teóricamente. Pero nos
encontramos con que muchos de los hilos con
los que están tejidos dichos pensamientos
tienen su origen más allá de la escuela. Es decir,
en la función misma que la sociedad le atribuye
a dicha institución y en el sentido que, a su vez,
esta última les otorga. Por eso, resultaba
inevitable analizar con detalle las actuales
guerras culturales vinculadas a la enseñanza de
la historia…” (p.28)

“…los resultados encontrados en estas


investigaciones […] contienen sin duda, en
nuestra opinión, una muestra de la génesis de los
sentimientos y las representaciones
nacionalistas, y revelan cómo un dispositivo
social y cultural hegemónico –la escuela–
contribuye a fabricar muy tempranamente las
bases cognitivas y afectivas de las “comunidades
imaginadas”” (p.30)

“…la historia parece ser muy eficaz para


hacernos sentir miembros del grupo con el que
compartimos “algo”, que por regla general, está
formulado en un relato primigenio; además, ese
mismo relato nos separa de aquellos que no
pertenecen al grupo.” (p.35)

“…existen tres representaciones del pasado,


situadas de modo muy diferente en la
experiencia social, del individuo y de las
instituciones. […] Podemos decir que estas tres
representaciones son, en realidad, tres historias,
tres registros que presentan versiones muy
distintas en sus contenidos, y que pueden,
incluso, llegar a la contradicción y al conflicto
entre sí” (p.36 y 37)
“Estas diferencias entre los tres registros se
revelan mucho más cuando incorporamos al
análisis la dimensión social en la que se ejecuta
cada uno de ellos. En este sentido, reconocemos,
además de los aspectos formales, diversas
prácticas que se inscriben en la cotidianidad y el
sentido común; precisamente, lo que Bourdieu
(1979) definió como "habitus", o sea, procesos
de interiorización de lo social en los sujetos por
medio de sistemas de costumbres no
conscientes, algo así como una memoria
imperceptible que trabaja el cuerpo sin descanso
(Candau, 1998).” (p.37)

“Si las naciones son, en cierto sentido, ficciones


historiográficas, la escolarización y la enseñanza
de la historia adquieren un carácter estratégico
y estructural tal que lleva a las teorías más
críticas de siglo XX a considerarlas aparatos de
reproducción ideológica del Estado” (p.42)

“La enseñanza de la historia en la escuela suele


producir una comprensión singularmente
deformada o sesgada de los contenidos
académicos, como con detalle iremos
exponiendo a lo largo de este libro, pero que de
modo general podemos calificar como
anecdótica, personalista, sostenedora de mitos y
glorificadora del Estado nación. Además, dicha
comprensión, en sus elementos básicos, se
mantiene durante toda la escolaridad y llega a
constituir el núcleo de la representación adulta
de la historia” (p.54)

“En efecto, como veremos, en la enseñanza de la


historia, la mencionada contradicción entre los
objetivos disciplinares (ilustrados) y los socio-
identitarios (románticos) hace que en muchos
casos no se respeten ni se "desarrollen" las
habilidades y las capacidades que la propia
didáctica asigna a la mente del niño. Por
ejemplo, se enseña a los alumnos la historia
patria antes de que los esquemas temporales
complejos, que permiten diferenciar el pasado
próximo del lejano, estén preparados para esto”
(p.55)

Precisamente porque la construcción de


imágenes del pasado es tan importante en la
formación de los imaginarios imperantes en una
sociedad, es que la historia está presente, o bien
de modo explícito o bien brillando por su
ausencia. Sin embargo, existen diferencias
significativas entre aquellos casos en los cuales
la historia legitima el presente como una fuerza
positiva y consciente, y aquellos en los que lo
hace como una suerte de testaferro, porque
toda vuelta al ayer conlleva la amenaza de no
poder regresar” (p.58)

“En definitiva, el problema de la historia en la


escuela parece poner en juego no sólo
metodologías y contenidos didácticos, sino
también una serie de cuestiones que dan cuenta
del valor que cada sociedad le da al
conocimiento del pasado en su pacto presente.
La interrelación significativa entre el pasado y la
actualidad, incluida la tendencia irrenunciable
de algunas culturas a buscar en los días remotos
las causas de los males presentes, no es en
absoluto moneda corriente en la mayoría de las
sociedades postindustriales” (p.63)

Aportes del texto en la definición de los Este texto de Carretero es un interesante aporte
propósitos de la enseñanza y el desarrollo del a la comprensión en los propósitos de la
pensamiento histórico en el aula enseñanza de la Historia en la escuela, en cuanto
nos devela la contradicción entre sus objetivos
(instructivos, racionales e ilustrados) y, el rol de
construcción de la identidad que le otorga la
sociedad, a través del Estado. Es así que
trasciende, el contenido curricular que se les
entrega a niños, niñas y adolescentes están
imbuidos del enfoque que cultiva en ellos el
acervo identitario.

Así mismo distingue entre tres representaciones


del pasado presentes en la sociedad (académica,
escolar y social) y que, si bien conversan, son
muy diferentes y están en permanente tensión y
que generan distorsiones en lo que Bourdieu
definió como "habitus", es decir la
interiorización de los sujetos, a través de sus
prácticas cotidianas, respecto de lo social, en
particular, en este caso sobre qué es lo histórico
o “la Historia”.

En ese sentido, la enseñanza de la Historia


plantearía, en un contexto de globalización y de
nuevas construcciones sociales nacionales, un
desafío muy relevante para la didáctica de la
historia.
Conclusiones y análisis crítico de la lectura

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