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El Alquimista Como Geómetra - Octubre 1998 - June Schaa, F.R.C PDF
El Alquimista Como Geómetra - Octubre 1998 - June Schaa, F.R.C PDF
¿El alquimista como geómetra? El emblema 21 de los 50 que recopiló el Dr. Michael
Maier1, apologista Rosacruz, contiene en su simbolismo compuesto secretos profundos
de la tradición occidental. Después de todo, este era el modus operandi del estudio
metafísico en el siglo XVII. Pero, ¿cómo podemos, quienes nos encontramos en el
umbral del siglo XXI, comprender lo que es en realidad un alquimista como geómetra?
Tal vez una revisión general de ciertos puntos sobresalientes, empezando con los
albores de la Alquimia, será suficiente para estimular nuestra imaginación. Como dijo
Platón: “Cuando aprendemos, en realidad estamos recordando”.
Por ejemplo, los días más cortos del año (el día en que murió Osiris y el nuevo Sol inició
su curso), o el día especial del calendario anual cuando Osiris surgía en espiral o, para
mayor claridad, la verdadera edad de los ciclos de la luna y así sucesivamente. Esta
recopilación de conocimiento sacerdotal incluía los días en que se habían de celebrar
los festivales más importantes del año. Lo que es aún más importante, este
conocimiento era decisivo para los egipcios. De esa manera sabían cuando ocurrirían
las inundaciones, cuando retrocederían las aguas de las inundaciones, cuando había
que plantar la cosecha, etc.
Por otra parte, el Dr. James Breasted, egiptólogo y erudito, tal vez haya revelado parte
del misterio. Después que Breasted descubrió que los jeroglíficos en la estela de
Shabaka estaban al revés, cayó en cuenta que la información proporcionada estaba
basada en un texto muy antiguo, que data más o menos 2,500 años antes del siglo VIII
de la Era Común.3 Así fue como la ciencia de la egiptología puso a la disposición de los
eruditos el Drama Memfita secreto, que es tan importante para las tradiciones verbales
de occidente.
En armonía con esta inesperada confirmación, se hizo más aparente que el dios egipcio
Ptah había pasado por una transición en su naturaleza. Ya no era sólo el dios patrono
de los artesanos de Egipto. En la tradición oral de tiempos inmemoriales había sido un
dios creador universal. Ptah fue el que creó toda la existencia. Él fue el arquitecto
supremo del universo, se originó a sí mismo, fue una causa en sí mismo. En la tradición
occidental, el concepto reemplazó paulatinamente a la imagen, para convertirse en un
concepto ontológico, que es igual a las especulaciones metafísicas más elevadas de
nuestros tiempos. Sin embargo, la imagen sigue siendo una metáfora, un puente
dinámico por el que la mente puede viajar al pasado distante.
Aquí está el primer postulado de que la palabra hablada, las vocales que se expresan se
materializan o le dan forma al pensamiento. Un poder todo poderoso, según decían, se
alojaba en las palabras de la boca de Ptah. Su mera respiración era el poder, la esencia
de todas las cosas. Ptah era andrógino. 4 Su naturaleza bisexual estaba concebida como
polaridades duales en la Mente Universal. En esto se asemejaba al Nous, la “substancia”
binaria creativa del Cósmico. En otras palabras, Ptah representaba la fuerza de la
creación.
Sin embargo, el papel que jugó Ptah como Arquitecto Supremo y dios de los artesanos
no se esfumó en un pensamiento abstracto. Los pitagóricos griegos ocultaron y
revelaron al mismo tiempo los antiguos misterios en una geometría simbólica,
mostrando que todos los fenómenos naturales dependían de una sola ley inmutable,
representada en la Piedra Filosofal (la Piedra de los Filósofos de Platón) y en su forma
simbólica que es la de un cubo.
Además, esta ley que está expresada en la Cábala con el número 4, le proporcionó a los
hebreos todos los misterios de su divino Tetragramatón.
Esta enseñanza divina está reflejada en los escritos del gran autor masónico Albert
Pike. En su libro Morals and Dogma 5 (Moral y Dogma), Pike escribe: “Encontrar las
bases inamovibles de la verdadera Fe religiosa, de la Verdad Filosófica y de la
transmutación Metálica, este es el secreto total de Hermes, la Piedra Filosofal. Esta
piedra es una y es múltiple; el Análisis la descompone y la Síntesis la compone. En el
análisis es un polvo, el polvo de proyección de los alquimistas; antes análisis y en
síntesis, es una piedra”.
A través de su transcripción de la obra del rosacruz francés Eliphas Levi, Albert Pike
nos informa que “Todos los maestros de la alquimia que han escrito acerca de la Gran
Obra han empleado expresiones simbólicas y figurativas. Se han visto limitados a
hacerlo y a rechazar todo lo que hay de profano en una obra que sería peligrosa para
ellos, como la entenderían bien los Adeptos al revelarles todo el mundo de analogías
que gobierna el soberano y único dogma de Hermes. Entonces, en su lenguaje, el oro y
la plata son el Rey y la Reina o el Sol y la Luna... Mercurio, el hombre-mujer...” Lo dicho
va de acuerdo con el Romance de la Rosa, el secreto de la Gran Obra, la Piedra Filosofal,
la moción perpetua o el círculo cuadrado.
El arte hermético es al mismo tiempo una religión, una filosofía y una ciencia natural.
Como religión, se trata de la de los antiguos Magos y de los Iniciados de todas las
épocas; como filosofía, podemos encontrar sus principios en la escuela de Alejandría y
las teorías de Pitágoras; como ciencia, tenemos que buscar el proceso de Paracelso,
Nicolás Flamel, Raymond Lully y del médico alquimista medieval, y apologista rosacruz
Michael Maier. Regresando a nuestro ejemplo, consideren el Emblema 21 del libro de
Maier Atalanta Fugiens, que aparece al principio del presente artículo.
No obstante, una pista oculta de este misterio puede encontrarse en una ilustración y
un pasaje del libro titulado El Amanecer de la Astronomía, de Sir Norman Lockyer. En
una de las ilustraciones del libro de Lockyer, aparece el faraón egipcio poniendo la
primera piedra de su Templo, estirando y alineando la cuerda con la diosa Estrella
Shesheta, mientras que su mirada la dirige al Ak. 7 El simbolismo del Ak, en el aspecto
esotérico, se emplea para representar el curso medio de una estrella, permitiendo que
las cuatro esquinas del Templo se fijen con precisión por medio de los cuatro apoyos
del cielo.
Luego entonces, la ciencia de la astronomía apunta, sin que sea su intención pero de
manera sugestiva, hacia un gran secreto masónico, ya que como Pike dice de manera
misteriosa en la página 771 de Moral y Dogma: “El cuadrado, volteado hacia sí mismo, y
los movimientos circulares de cuatro ángeles iguales dando vueltas alrededor de un
punto, es la cuadratura del círculo”.
Tengo la esperanza de que en este artículo encuentren algunas ideas provocadoras que
los estimularán a llevar a cabo una mayor investigación por su cuenta, para que puedan
hacer su propia interpretación del enigmático Emblema 21 de Maier. Sin embargo,
Maier nos da las siguientes instrucciones por medio de la traducción de De Jong: “Haga
un círculo con un hombre y una mujer, de éste haga un cuadrado, después un triángulo,
haga un círculo y obtendrá la Piedra Filosofal”, 8 o como lo tradujo Manley P. Hall de
manera muy breve: “La medida del hombre según la Geometría Rosacruz”. 9
Aunque el venerable Albert Pike nos advierte que “La Piedra Filosofal, según dicen los
Maestros, no se debe exponer a la atmósfera ni a la mirada del Profano; sino
mantenerse oculta y conservada con todo cuidado en el lugar más secreto del
laboratorio y el poseedor debe llevar siempre consigo la llave del lugar donde se
guarda... ¡Qué escuche aquel que tenga oídos para escuchar!” 10 Sin embargo, en 1985,
en la página 8 de Anatomy of the Psyche (Anatomía de la psiquis), el Dr. Edinger
parafrasea esta sabiduría de los antiguos al escribir: “Un secreto que se puede contar
no es un secreto. En cierto sentido, el secreto de la psiquis está seguro porque no se
puede comunicar a quienes aún no lo han experimentado por sí mismos”.
En conclusión, los mystae modernos (iniciados del templo) son sabios si desean
contemplar más la geometría de la alquimia, recordando que Platón se refiere a ésta
como la Piedra de los Filósofos en su frase: “Hombre, conócete a ti mismo”, mientras
que los alquimistas masónicos se refieren a ésta como a su Piedra Filosofal. Por otro
lado, la Antigua y Mística Orden Rosae Crucis sabe que hay otro emblema para
representar a la Piedra Dorada de los Filósofos. ¡Ese es el cubo sin desdoblar de la
dimensión dorada que se encuentra justo en el centro de la Gran Rosa Hermética!
Notas:
2 Quotations, etc., Citas, etc., de los estudios de AMORC después del Noveno Grado.
(Grado Once Núms. 40 y 55).
5 Pike, Albert Morals and dogma, Ancient and Accepted Rite [Moral y Dogma, Ritos
Antiguos y Aceptados] (Southern Jurisdiction, 1871) pp. 777, 733, 774, 769, 771.
Lecturas recomendadas:
Huntley, H.E. The Divine Proportion, A Study in Mathematical Beauty [La Proporción
Divina, estudio de la belleza matemática] (Dover Publications, New York, 1970).*
Godwin, Joscelyn, Atalanta Fugiens, An Edition of the Emblems, Fugues and Epigrams
(Atalanta Fugiens, Una edición de los emblemas, fugas y epigramas] (Phanes Press,
Grand Rapids, Michigan, 1989). *