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Fuente: Pixabay
Blocher, Chen y Lin Irwin, en su libro Cost a Strategic Emphasis Management, nos
dicen que los costos de calidad son aquellos asociados con la prevención,
identificación, reparación y rectificación de la calidad deficiente y con el costo de
oportunidad de la pérdida de tiempo de producción y ventas, como resultado de una
calidad pobre o deficiente.
Los costos indirectos, en cambio, son difíciles de identificar, medir y controlar, pero
pueden cuantificarse de manera aproximada ya que están relacionados a los costos
directos por fallas externas.
Fuente: Elaboración propia
La medición de los costos de calidad puede emplearse como una herramienta útil
para justificar el desarrollo del programa de mejora.
EL COSTO DE LA NO CALIDAD
Fuente: Pixabay
Existen muchos autores que definen la calidad pero, sin duda alguna, a mi parecer,
los que mas aciertan al definirla son Robert M. Pirsig y David A. Garvin al referirse
a esta como algo difícil de definir pero fácil de reconocer.
Para Robert M. Pirsig “La calidad no es ni mente ni materia, aunque una tercera
entidad independiente de las dos…No se puede definir, usted sabe lo que es”.
David A. Garvin sugiere algo similar al decir que “La calidad es una simple y no
analizable propiedad que aprendemos a reconocer sólo a través de la experiencia”.
Esto hace que lograr tener Conformidad con las especificaciones sea una labor muy
difícil, lo cual hace necesario emplear muchos mecanismos de control que
incrementan los costos. Esto, sin duda, no es atractivo para las empresas, ya que
estos mecanismos de control consumen capital en recursos (materiales y humanos),
tiempo, etc., elevando los costos de calidad, lo cual afecta la productividad global
de la empresa.
Blocher, Chen y Lin Irwin, en su libro Cost a Strategic Emphasis Management, nos
dicen que los costos de calidad son aquellos asociados con la prevención,
identificación, reparación y rectificación de la calidad deficiente y con el costo de
oportunidad de la pérdida de tiempo de producción y ventas, como resultado de una
calidad pobre o deficiente.
Conocer los costos de calidad permite tomar decisiones objetivas para alcanzar la
mejora continua a través de la modificación o revisión de los procesos, por lo que
las organizaciones hacen infinidades de esfuerzos para reducir estos costos tan
necesarios optimizando los procesos, pero ¿Qué sucede cuando sacrificamos la
calidad como una medida para reducir los costos? Esto es algo en lo que muy pocas
veces pensamos.
Es muy común definir la falta de calidad como todo aquello que no satisfaga el
cliente. Esta definición me parece muy incompleta y superficial ya que no permite
contemplar la total seriedad de este asunto. Esta definición tal vez podría tener
sentido cuando hablamos de un par de zapatos apretados o con la suela descocida,
un artículo rechazado porque no me gusta su color, su textura, sabor, etc., que son
los ejemplos mas comúnmente usados por los docentes en las universidades, pero
la falta de calidad puede ir mucho mas allá de una simple satisfacción al cliente, ya
que muchas veces el cliente ni siquiera logra manifestar su insatisfacción porque la
falta de calidad le ha costado la vida. Por eso, es importante también hablar
del costo de la NO Calidad.
En este sentido, debemos dejar muy claro que no ejercer controles de calidad
adecuados, o pasarlos por alto, puede significar la diferencia entre la vida y la
muerte, y no tan solo pérdida de capital.
Por eso, es menester que la calidad se vista como una filosofía de vida y no tan solo
como actividades que consumen recursos, porque el costo de la NO calidad podría
ser mas elevado que el costo de la calidad misma.