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La educación virtual atendiendo los retos de la sociedad del conocimiento

Norma Piedad Arango Coca


Con el advenimiento de las tecnologías de la información y las comunicaciones
(TIC), que surgieron como apoyo al proceso educativo presencial y permiten que,
en la actual sociedad del conocimiento, se avance de la educación presencial y
de la educación a distancia a la educación en modalidad virtual, el acceso al
conocimiento se dinamiza por la existencia de internet y las redes de
comunicaciones; el sistema de relaciones, en esta modalidad, se establece en
torno a las mediaciones, a los procesos de interacción y al contexto en el que se
desenvuelven los problemas, los actores y el conocimiento (Giraldo, 2006).
Este cambio con respecto a la Educación tradicional, tiene como principal reto
llevar al estudiante del aprendizaje lineal al aprendizaje mediado por la
tecnología, de la instrucción a la construcción y el descubrimiento, y una de las
características más importantes, de la educación centrada en el docente a una
educación centrada en el estudiante (Gallego, 2004).
Ha sido notoria la evolución de las instituciones que ofrecen esta modalidad
educativa, así como los procesos que han llevado a cabo para atender los retos
que supone atender las necesidades de los estudiantes en esta modalidad, como
lo son: a) la implementación de dichas tecnologías, con acceso a plataformas de
aprendizaje que permiten la comunicación sincrónica y asincrónica con el
estudiante; b) el diseño de los contenidos con actividades acordes al proceso
enseñanza aprendizaje y c) el desarrollo de materiales de formación con el
debido respaldo teórico, entre otras, lo que les ha permitido conformar un modelo
que es reflejo de su propia naturaleza como entidad educativa.
Por lo tanto, la puesta en marcha de la educación en modalidad virtual y el
engranaje necesario con el modelo pedagógico institucional, se ha dado con
éxito en muchas de las instituciones tanto a nivel local como regional, nacional e
internacional. Esto ha hecho que reflexionen acerca de la importancia de generar
cambios organizacionales que permitan incursionar en los avances tecnológicos
que supone la entrada en vigencia de las TIC en la educación, proceso que ha
tenido un desarrollo acelerado en los últimos años.
Así las cosas, con las TIC como soporte educativo, personas de cualquier
parte del mundo y en cualquier momento, pueden acceder a los contenidos
educativos de la educación, siempre y cuando cuenten con las herramientas
tecnológicas necesarias y adecuadas. Atendiendo estas consideraciones,
alrededor del mundo surgieron iniciativas de desarrollo de programas que
permitieron acercar al conocimiento a miles de personas.
Se entiende entonces que, en la educación virtual, el principal reto del docente
debe ser aprender a utilizar todos los medios tecnológicos de los que dispone
para el proceso enseñanza aprendizaje, pues de esto depende que pueda
valerse de ellos como herramientas facilitadoras y motivadoras de la enseñanza.
En el proceso, debe tener presente la importancia de promover la adecuada
comunicación y hacer tanto de la sincronía, como de la asincronía, la mejor
experiencia para el estudiante.
En un ambiente de formación mediado por la tecnología, dichos contenidos
académicos deben permitir al estudiante apropiar conocimientos mediante la
interacción didáctica que proporcionan los diferentes medios, desarrollados de
acuerdo con sus motivaciones, necesidades e intereses, al cual puede acceder
independiente del sitio en el que se encuentre y que debe estar disponible para
él 24 horas al día, siete días a la semana.
En este sentido, el estudiante debe ser el protagonista, ya que se convierte
en el responsable de su proceso educativo, para el cual utiliza todos los recursos
tecnológicos con los que cuenta, de tal forma que, le permitan la apropiación
adecuada del conocimiento y el trabajo tanto colaborativo como individual. Por
su lado, el profesor es un facilitador de vasta experiencia en ambientes virtuales
y en el campo de conocimiento correspondiente, responsable del proceso
educativo, que respeta y aprecia a los estudiantes en su diversidad y, por tanto,
en sus ritmos de aprendizaje.
El uso extendido por parte de los jóvenes de teléfonos móviles (según
datos del año 2010 del Instituto de la Juventud, el 93% de los jóvenes
españoles dispone de un teléfono móvil) reproductores, Tablet, consolas
y todo tipo de dispositivos móviles dibuja un panorama en el que es
posible crear y acceder a nuevas formas de conocimiento (SCOPEO,
2011, p.39).
Por lo tanto, la incorporación de las TIC en el proceso educativo, no se basa
exclusivamente en la inclusión de espacios que provean acceso digital al
conocimiento; las TIC hay que vincularlas de forma coherente para crear los
entornos virtuales de aprendizaje, desde la organización de los diversos
componentes genéricos, los cuales incluyen la tecnología, los participantes, los
contenidos, el diseño pedagógico y los referentes institucionales; y de los
componentes específicos, que son los elementos propios de la disciplina que se
enseña y del modelo y la política institucional. Su propósito debe ser, el
garantizar la creación de condiciones adecuadas para desarrollar la capacidad
de aprender.
Se puede entonces afirmar, que la adecuada interacción de los componentes,
determina en alto grado la probabilidad de éxito del proceso enseñanza
aprendizaje que se soporta en interacciones sincrónicas y asincrónicas, las
cuales permiten potenciar el auto aprendizaje y trabajar de manera colaborativa,
en la que el protagonista es el estudiante y el profesor asume el rol de
dinamizador del proceso y de las estrategias necesarias para lograr el
aprendizaje.
La educación virtual, surge como una necesidad de los tiempos
modernos, donde el estudiante debe capacitarse en forma permanente,
para lo cual requiere aprender a regular su propio ritmo de aprendizaje
conciliando su tiempo de trabajo, de estudio, de socialización, de diversión
y recreación, así como seleccionando por sí mismo las temáticas e
información de su interés, de acuerdo con su propia necesidad, utilizando
los diferentes medios de auto instrucción y comunicación que ofrece el
mundo moderno (Henao y Zapata, 2002, p. 7).
Y lo más importante, esta metodología permite difundir conocimiento aplicado
a nivel local, regional, nacional e internacional, a los que no ha logrado llegar con
el modelo de educación presencial, tal como lo afirma un informe de El
Observatorio de la Universidad Colombiana, 2018, en el que asevera que la
instituciones que frenen su avance en este sentido, están perdiendo la
oportunidad de captar mercado a nivel global y, sobre todo, de llevar educación
a una parte importante de la población que no tiene la oportunidad de acceder a
programas presenciales.
Con este panorama, tal como lo afirma Restrepo, 2006, p. 83, “la institución
de educación superior que ignore esta modalidad, que no reflexione sobre sus
posibilidades y se demore en actuar consecuentemente, tiene poco futuro”.
Por todo lo anterior, la educación en modalidad virtual considera responder a
importantes retos, tal como lo plantean Flores y Bravo, 2012, tanto en temas de
informática educativa aplicada a la investigación y desarrollo de virtualidad en
aspectos como la administración y servicios académicos y, por supuesto
también, la docencia (presencial y remota); así como la inversión y el soporte
técnico que acompaña la implementación.
Estos retos deben llevar a las instituciones a concientizarse que más que la
sofisticación que proporcionan las TIC, el éxito del aprendizaje siempre va a estar
en la manera de concebir el aprendizaje y en el modelo de aprendizaje que se
utilice. Este modelo necesariamente debe considerar que se requiere más
trabajo en el diseño de contenidos, en esta modalidad, del que se realiza en la
educación presencial (MEN, 2010), ya que la potencialidad de las TIC, está dada
por la capacidad de generar procesos de interacción, de mediación y por lo tanto,
de comunicación, para transformar las prácticas de enseñanza, con el propósito
que logren impactar positivamente el proceso de aprendizaje (Grupo de
investigación en ambientes virtuales, 2006, p. 17).
Tal como lo expresa Vásquez, (2007), para atender a estos retos se deben
considerar como parte de la naturaleza del medio, por lo tanto, es necesario
resolverlos tanto a nivel de gestión, del modelo pedagógico, del tratamiento del
contenido, de los modelos de comunicación y con el uso de las herramientas
tecnológicas adecuadas. En este sentido, es necesario conformar equipos
interdisciplinarios que puedan abordar los aspectos pedagógicos, técnicos y
didácticos a partir de metodologías integradoras que aborden todos los
elementos curriculares (Flores y Bravo, 2012, p. 5); en las que tienen un papel
preponderante tanto los perfiles del estudiante como del tutor, sin dejar de lado,
los demás actores que integran este sistema y que también son parte
fundamental del mismo.

Referencias
El Observatorio de la Universidad Colombiana. (2018). Universidad virtual e-
learning en la educación superior colombiana. Recuperado de
http://www.universidad.edu.co/universidad-virtual-e-learning-en-la-
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Flores, K. y Bravo, M. (2012). Metodología PACIE en los Ambientes Virtuales de
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