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-Antonio Ramon Ramon-

Apretar los brazos


con un cuchillo en la mente
en el recuerdo
y en el puño

Enterrarlo por la espalda


del cobarde general
en nombre de toda la gente muerta
por pensar un ideal
que pusiera en jaque
las riquezas quietas de la época.

Atreverse
a ser la justicia social
del pueblo
frente a la comodidad del poder

Dirán ellos
aquel sujeto
falló

Y lo ocuparán
con la excusa
de no tenerle miedo
a la herida que abrieron
en el pecho de la clase trabajadora

Pero Antonio Ramon Ramon


le demostró
al cobarde Silva Renard
que el pueblo recuerda
y cuando se atreve
les demuestran
que las muertes
ejecutadas por militares del Estado
bajo premisa e intereses
de las clases con poder

es mucho más
que malas ceremonias
con discursos flácidos
de la política reconciliatoria de turno.

Antonio Ramon
hizo más política
que cualquier idea
que la democracia
-vendida al interés del poder-
haya prometido
a modo de equilibrio

Lástima
que hoy en día
en esta sociedad de acuerdos

sobran argumentos
que justifiquen a los nuevos Silva Renards
y faltan Antonios Ramones
que estén dispuestos a encarar
la injusticia
con el puñal encendido de memoria.

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