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CALCULO INFINITESIMAL

(Historia y origen)

El cálculo infinitesimal, llamado por brevedad "cálculo", tiene su origen en la


antigua geometría griega. Demócrito calculó el volumen de pirámides y conos
considerándolos formados por un número infinito de secciones de grosor
infinitesimal (infinitamente pequeño). Eudoxo y Arquímedes utilizaron el
"método de agotamiento" o exhaución para encontrar el área de un círculo con la
exactitud finita requerida mediante el uso de polígonos regulares inscritos de
cada vez mayor número de lados. En el periodo tardío de Grecia, el neoplatónico
Pappus de Alejandría hizo contribuciones sobresalientes en este ámbito. Sin
embargo, las dificultades para trabajar con números irracionales y las paradojas
de Zenón de Elea impidieron formular una teoría sistemática del cálculo en el
periodo antiguo.
En el siglo XVII, Cavalieri y Torricelli ampliaron el uso de los infinitesimales,
Descartes y Fermat utilizaron el álgebra para encontrar el área y las tangentes
(integración y Derivación en términos modernos). Fermat y Barrow tenían la
certeza de que ambos cálculos estaban relacionados, aunque fueron Newton
(hacia 1660), en Inglaterra y Leibniz en Alemania (hacia 1670) quienes
demostraron que los problemas del área y la tangente son inversos, lo que se
conoce como teorema fundamental del cálculo.
El descubrimiento de Newton, a partir de su teoría de la gravitación universal,
fue anterior al de Leibniz, pero el retraso en su publicación aún provoca
controversias sobre quién de los dos fue el primero. Newton utilizó el cálculo en
mecánica en el marco de su tratado "Principios matemáticos de filosofía natural",
obra científica por excelencia, llamando a su método de "fluxiones". Leibniz
utilizó el cálculo en el problema de la tangente a una curva en un punto, como
límite de aproximaciones sucesivas, dando un carácter más filosófico a su
discurso. Sin embargo, terminó por adoptarse la notación de Leibniz por su
versatilidad. En el siglo XVIII aumentó considerablemente el número de
aplicaciones del cálculo, pero el uso impreciso de las cantidades infinitas e
infinitesimales, así como la intuición geométrica, causaban todavía confusión y
duda sobre sus fundamentos. De hecho, la noción de límite, central en el estudio
del cálculo, era aun vaga e imprecisa en ese entonces. Uno de sus críticos más
notables fue el filósofo George Berkeley.
En el siglo XIX el trabajo de los analistas matemáticos sustituyeron esas
vaguedades por fundamentos sólidos basados en cantidades finitas: Bolzano y
Cauchy definieron con precisión los conceptos de límite en términos de
épsilon_delta y de derivada, Cauchy y Riemann hicieron lo propio con las
integrales, y Dedekind y Weierstrass con los números reales. Fue el periodo de la
fundamentación del cálculo. Por ejemplo, se supo que las funciones
diferenciables son continuas y que las funciones continuas son integrables,
aunque los recíprocos son falsos. En el siglo XX, el análisis no convencional,
legitimó el uso de los infinitesimales, al mismo tiempo que la aparición de las
Computadoras ha incrementado las aplicaciones y velocidad del cálculo.
Actualmente, el cálculo infinitesimal tiene un doble aspecto: por un lado, se ha
consolidado su carácter disciplinario en la formación de la sociedad culta del
conocimiento, destacando en este ámbito textos propios de la disciplina como el
de Louis Leithold, el de Earl W. Swokowski o el de James Stewart entre muchos
otros; por otro su desarrollo como disciplina científica que ha desembocado en
ámbitos tan especializados como el cálculo fraccional, la teoría de funciones
analíticas de variable compleja o el análisis matemático. El éxito del cálculo ha
sido extendido con el tiempo a las ecuaciones diferenciales, al cálculo de
vectores, al cálculo de variaciones, al análisis complejo y a las topología
algebraica y topología diferencial entre muchas otras ramas.
El desarrollo y uso del cálculo ha tenido efectos muy importantes en casi todas
las áreas de la vida moderna: es fundamento para el cálculo numérico aplicado
en casi todos los campos técnicos y/o científicos cuya principal característica es
la continuidad de sus elementos, en especial en la física. Prácticamente todos los
desarrollos técnicos modernos como la construcción, aviación, transporte,
meteorología, etc. hacen uso del cálculo. Muchas fórmulas algebraicas se usan
hoy en día en balística, calefacción, refrigeración, etc.
Como complemento del cálculo, en relación a sistemas teóricos o físicos cuyos
elementos carecen de continuidad, se ha desarrollado una rama especial
conocida como Matemática discreta. El cálculo infinitesimal o
simplemente cálculo constituye una parte muy importante de la matemática moderna. En
la misma manera que la geometría estudia el espacio y el álgebra estudia las estructuras
abstractas; el cálculo es el estudio del cambio y la continuidad (más concretamente, de los
cambios continuos; en oposición a los discretos).
El cálculo infinitesimal se divide en dos áreas: cálculo diferencial y cálculo integral.
Mientras que el cálculo diferencial estudia cómo computar la función que describe el
cambio de otra función de variables continuas (operación de orden superior llamada
"derivada"), el cálculo integral estudia la operación inversa (antiderivadas e integrales) y
las series infinitas. En su formulación contemporánea, ambos campos se fundamentan en
el concepto de límite para poder calcular cambios infinitesimalmente pequeños; y se
relacionan por medio del teorema fundamental del cálculo.
Desde su aparición en el siglo XVII, el cálculo infinitesimal se ha vuelto imprescindible
para la ciencia y la ingeniería (ver sección de Aplicaciones) y constituye gran parte de la
educación universitaria moderna. Marcó un hito en la Revolución científica; al grado de
que algunos historiadores fechan el inicio de la Ilustración con la publicación de las obras
de Newton.

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