Está en la página 1de 13
Paidés Estética 1 LBenevlo Laud yl aguitecto Skreet, Bear «Her Une sori poli del cine alm RM Bike Cana bre Clann R Bantam Tey doe primer er del msguina Abaity A. con Laperpesiescarinee Dl opacio ius al imagen consraide Armes Eldnecomoare thnk Elpensamient iu it eatin Reraciniena y Baroco x Gre Tasarmania de colar Vieni aoe Taguamitic del cecil ftur dela pinta MBean Hite de bcos Schlemmer ‘Berto obese pintura, ear, ble Cras y davon Riy Visi y doo Ee Lege Fancines dee ptr MIM Roncayolo cued Pr Eancaed Fare piv Hime ings dere rte Franca Ivaded igsive I, Elobjo figurative temo ena Bison Skea “eo del cine, La redecin dele relied fice Yang y F. Mare Eljnete eal (er Ble Reiter) F.DalCo Dilcidacons, Medenidad yarguiera LNtiegenncn heroes sre colors RAmicim Cteaiones bre l educacbn artista J Paale Tere del cobr iV. Kandinsky Bikcpinaden came V. Kandi i iin plano Biguemdica. Visualizar la informa Rudolf Arnheim EL PENSAMIENTO VISUAL PAIDOS ‘aoe “Suess «Misco ‘Aunque los filésofos griegos concibieron Ia dicotomia de percepcién y ra- zonamiento, no puede decirse que aplicaran esta nocién con la tigider que la doctrina adquitié en los siglos recientes del pensamiento occidental. Los ariepos aprendieron a desconfiar de los sentidos, pero nunca olvidaron que la ‘vision directa es la fuente primera y tiltima de la sabiduria. Refinaron las tée- nicas de razonamiento, pero también creyeron que, en palabras de Aristételes, «el alma jamés piensa sin una imagen». 26 2, LA INTELIGENCIA DE LA PERCEPCION VISUAL (1) La percepcién conto cognicién Puede que el titulo de este capftulo parezea contener una contradiceién evidente, gCémo puede haber inteligencia en la percepcién? ¢No es Ia inte- ligencia algo que conciezne al pensamiento? ¢¥ no comienza el pensamiento donde termina le obra de Jos sentidos? Precisamente estos supuestos se cues- tionarén en lo que sigue, Por mi parte sostengo que el conjunto de las ope- raciones cognoscitivas llamadas pensamiento no son un ptivilegio de los pro- cesos mentales situndos por encima y més allé de la percepcién, sino ingre- dientes esenciales de la percepcién misma. Me refiero a operaciones tales como la exploracién activa, la seleccién, a captacidn de lo esencial, In simplifica cién, la abstraccién, cl anélisis y la sintesis, el completamiento, la correccién, Ja compatacién, la solucién de problemas, como también le combinacién, la separacin y Ia puesta en contesto, Estas operaciones no son Ja prerrogativa de ninguna de las funciones mentales; son el modo en el cual tanto la mente del hombre como la del animal tratan el material cognitivo en cualquier ni- vel. No existe difetencia bésica en este respecto entre fo que sucede cuando tuna persona contempla directamente el mundo y cuando se sienta con los ojos certados y «piensa». Por «cognitivor quiero significar todas las operaciones mentales implica- das en la recepcidn, slmacensje y procesamiento de la informacién: percep: cién sensorial, memoria, pensamiento, aprendizaje. Esta utilizacién del tér- mino entra en conflicto con aquella a la que muchos psicélogos estén habi- tuados y que excluye de la cognicién la actividad de los érganos de los sen- tidos. Reflja la distineién que estoy tratando de eliminar; por tanto, debo extender Ia significacién de los trminos «cognosctivo» y «cognicién», de modo que abarquen la percepcidn. De maneta semejante, no veo cémo eliminar Ja palabra «pensaty de lo que acaece en la percepcién. No parece existir nin- ‘gin proceso del pensar que, al menos en principio, no opere en 1a percepcién, La percepcién visual es pensamiento visual. Existen buenas razones para la escisién entre visién y pensamiento. En a beneficio de un metédico modelo te6rico, es natural que se distinga clata- mente entre la informacién que un hombre 0 un animal recibe a través de sus ojos y el tratamiento a que se somete esa informacién. E] mundo atroja su reflejo sobre la mente, y este reflejo sirve de material en bruto que debe ser examinado, probado, reorganizado y almacenado. Se tiene la tentacién de decir que el organism otorga una capacidad pasiva de recepcién junto con tun poder activo separado de elaboracién. Tal perspectiva parece recibir el apoyo de los hechos elementales. Al exa minar el ojo extirpado de un hombre o un animal, se puede ver en la retina tuna imagen pequeiia, pero completa y fiel, del mundo hacia el que el ojo se vuelve, Esta imagen resulta no ser el equivalente fisico de lo que la percep cidn aporte a la cognicin, Se sabe que la imagen mental del mundo exterior difiere grandemente de la proyeccién sobre la retina, Por tanto, parece natu, ral atribuir estas diferencias a las elaboraciones que tienen lugar después de que el sentido de la vista ha cumplido con su tarea. Sin embargo, aun en la experiencia visual elemental existe una diferen cia entre la recepcién pasiva y la percepcién activa. Al abrir los ojos, me encuentto rodeado por un mundo dado: el cielo con sus nubes, las aguas méviles del lago, las dunas modeladas por el viento, la ventana, mi estudio, mi esctitorio, mi cuerpo. Todo esto se asemeja a Ja proyeccién retiniana en un aspecto, esto es, en cuanto me es dado. Existe de por si sin que yo haya hecho nada notable para producitlo. Pero, ges esta advertencia del mundo todo lo que hay en Ja percepeién? ¢Es incluso su esencia? De ningéin modo Ese mundo dado es sélo el escenario en el que tiene lugar el aspecto mis caracteristico de la percepcién. A través de ese mundo vaga la mirada, dirigi- da por la atencién, centrando el foco de visién mis aguda ora sobre este lugar, ora sobre aquel otto, siguiendo el vuelo de una gaviote distante, exe minando un 4tbol para explorar su forma. Por percepcién visual se entiende cen tealidad esta ejecucién eminentemente activa, Puede referitse a una parte pequefia del mundo visual o al entero marco visual del espacio, en el que se sitan todos los objetos prontamente visualizables. El mundo que emerge de esta exploraci6n perceptual no es inmediatamente dado. Algunos de sus as: pectos se etigen veloces, ottos lentos, y todos ellos estin sometidos a cons: tante confirmaci6n, reapteciacién, cambio, completamiento, correccién y pro: fundizaci6n de entendimiento. Percepcién circunserita Difere el enfoque aqui presentado de lo que la mayor parte de Ia gente da por sentado? Pocos negarian, o aun se sentirfan sorprendidos al saber, que Jas operaciones cognitivas enumeradas hace un momento se aplican al mate- 28 rial perceptual. Y, sin embargo, puede que insistieran en que el pensar, que procesa el resultado de la percepcién, en si mismo no es perceptual. Puede que dijeran que el pensar consiste en operaciones intelectuales centradas en material cognitivo, Este material se vuelve no perceptual desde el momento en que el pensar transformé los percepts en bruto en conceptos. Se supone que la abstraccién de estos conceptos de algtin modo los despojs completa mente, los libera de sus caracteristicas visuales y, asf, [os vuelve adecuados para las operaciones intelectuales. Se concede que percepcién y pensamiento, aunque se los estudie por separado con el propésito de lograr una més fécil comprensi6n teérica, interacttan en la préctica: los pensamientos influyen en Jo que vemos, y viceversa. Pero ges realmente evidente que tal interacci puede tener Jugar entre dos medios supuestamente tan diversos entre s{? Une referencia a un problema que expondremos pronto con mayor deta lle puede ilustrar esto. La visién que una persona tiene del tamafio de un objeto, corrientemente no corresponde al tamafio relative de la proyeccién, de ese objeto sobre la retina; asi pues, por ejemplo, un automévil distante ccuya proyeccién éptica sobre la retina es més pequefia que la de un buzén que estd junto al observador, parece tener el tamaiio notmal de los automé- viles. Esto puede explicatse diciendo, como lo hizo Helmholtz en el sigho xrx, que la imagen errada es corregida por un juicio inconsciente basado en hechos conocidos por el observador. Toda la diferencia estriba en que tal teorla intente sugerir que el percepto obtenido a partir de Ia proyeccién retiniana es tan deformado como Ia proyeccién misma y que este engafioso material perceptual en bruto se interpreta de modo més adecuado a los hechos por medio de inferencias obtenidas a partir del conocimiento del observador; 0, por el contratio, que la misma situacién perceptual dada contenga aspectos que Je asignan a la imagen del automévil un tamafio relativo diferente del que tiene en Ia proyeccién retiniana. En este tiltimo caso el hecho cognoscitivo se lleva a cabo dentto de la percepcién misma; en el primero se emprende des- pués de que la percepcidn ha emitido un mensaje bastante deficiente La diferencia que aguf se plantea no es fécilmente clatificable en pala- bras porque «percepciéno significa cosas diferentes para diferentes personas. Para algunos el té:imino tiene una significacién muy estrecha y describe sélo lo que los sentidos reciben en el momento en que el medio exterior los es- timula, Esta definicién es excesivamente estrecha para las finalidades de este libro, pues excluye las imagenes presentes cuando una persona con los ojos cerrados 0 desatenta, piensa en lo que es o podsia ser, Otros ampltan el tér sino para incluir en él toda clase de conocimiento obtenible sobre algin ob. jeto del mundo exterior. Por ejemplo, la cacofénica frase «percepcién de per- sonas» [person perception] puede entenderse en el sentido que abarque to- des los procesos complejos por los cuales una persona llega a conocer a otra, vale decir, no sélo lo que ve, oye, huele, eteétera, sino también lo que logra 29 avoriguar sobre loy prineiplos, los hibltos, las posesionos y Tas acclones de Ia persona por medio de las inferencias que le permiten las pruebas circunstan- ciales, Puede que algunos de estos modos de obtener conocimiento no se consideren operaciones que tienen lugar en el reino de lo perceptual, pero se los incorpora a él de contrabando. Una persona que utilice el séemino en su més amplia acepcién puede afirmar que, por supuesto, incluye el pen- samiento en la percepcidn, pero de ese modo oscurece el entero problema del pensamiento visual para sf y para los demés. Como un detalle mis de mi estrategia general, diré que en el siguieme andlisis de los procesos cognoscitives no hay diferencia, en principio, si tie- nen lugar consciente o inconscientemente, voluntaria 0 autométicamente, me- diante os centios cerebrales superiores o mediante meros reflejos. Pueden ser acciones desencadenadas por una criatura particular o inherentes a la estructa- rade un érgano y, como tales, un acto de evolucién bioldgica més que un indi- viduo en particular. Me interesan agut las capacidades que no son el pro- ducto tardio de la refinada mente humana, sino un rasgo constante del ganismo en su intento de obtener informacién sobre el mundo exterior € terior, presente en los bajos comienzos de Ja vida animal y de ninguna ma- neta dependiente de Ia conciencia o de 1a presencia de cerebro siquiera. Hablor de «inteligencian respecto de las respuestas biolégicas clementa- les es, no cabe duda, arriesgado, especialmente cuando no se oftece ninguna defincién precisa de la inteligencia. Aun asi, es posible admitir, por ejem- plo, la afirmacién que la utilizacién de informacién sobre el medio procura ‘una conducta mas inteligente que la insensibilidad total. En éste, el més sim- ple de los sentidos, e! tropismo innato por el cual un insecto busca o evita la Juz, tiene algo en comin con la persona que observa vigilante los aconteci- rmientos del mundo que lo rodean. El estado vigilante de una mente humans activa es la dima manifestacién de la lucha por I supervivencia que hizo a los organismos primitives sensibles @ los cambios del medio. Exploraci6n de lo remoto Por tanto, puede decirse que 1a respuesta sensorial como tal es inteligen- te. Rasgos més particulares distinguen la inteligencia de los varios sentidos. Uno de ellos es Ia capacidad de obtener informacién sobre lo que acaece cierta distancia. El ofdo, la vista y el olfato se cuentan entre los sentidos sen- sibles a distancia, Jean Piaget ha dicho que el entero desarrollo de la actividad mental, desde la percepcién yl hhibito hasta la repzesentacién y la memoria, como también las més elevadas ‘operaciones del razonamiento y el pensamiento formal, es una funcién de la 30 distancia gradualmente creciente de los intercambios, esto es, del equilibrio ‘enite 18 asimilacién de realidades cada vez mis remotas para el logro de una accién pertinente y una acomodacién de esta accidn a ests tealidades, No resulta rebuscado relacionar Ja habilidad para percibir a través de las distancias con lo que lamamos la amplitud de visién de una persona inte- ligente. Los sentidos que captan a le distancia no s6lo procuran un amplio mar- gen alo que se conoce, también alejan al percipiente del impacto directo del acontecimiento explorado. Poder ir mis allé del efecto inmediato de lo que ‘actia sobre el percipiente y de sus propias acciones lo capacita para examinar el comportamiento de les cosas existentes con mayor objetividad. Le permite interesarse por lo que es, més bien que por lo que se le hace o lo que él esté haciendo. La visién, en particular, como sefialé Hans Jonas, es el prototipo y quiads el origen de la teoria, en el sentido de mirada desapegada, contem. placién. Los sentidos varfan La conducta inteligente en una zona sensorial particular depende de cuén inteligibles sean los datos en ese medio. Es necesario pero no suficiente que los datos ofrezcan una rica variedad de cuslidades. Puede decirse que todos los sentidos lo hacen, pero si estas cualidades no pueden organizarse en sis- temas definidos de forma, procuran escasa ventaja a la inteligencia. Aunque los sentidos del olfato y el gusto, por ejemplo, son ricos en matices, toda esta abundancia —al menos para Ia mente humana— sélo produce un orden muy primitive. Por tanto, puede uno regalarse con olores y gustos, pero dificil mente puede pensarse en ellos. En el caso de la vista y el ofdo, las formas, los colores, los movimientos y los sonidos son susceptibles de organizarse con suma precisin y complejidad en el espacio y el tiempo. Estos dos sentidos son, por tanto, los medios par excellence para el ejercicio de la inteligencia. a vista recibe Ia ayuda del tacto y el sentido muscular, pero el solo tacto no puede competir con fa visién, sobre todo porque no es un sentido que capte a distancia. Como que depende del contacto inmediato, debe explorar las for- mas milimetro a milfmetzo y paso @ paso; tiene que construir laboriosamen- te alguna nocién de ese espacio total de tres dimensiones que el ojo com- prende de una sola vez; y debe renunciar para siempre a esos mUltiples cam- bios de tamario y aspecto y 2 esas conexiones de sobreposiciones y perspec tivas que tanto entiquecen el mundo de Ia visin y que s6lo son accesibles porgue las imagenes visuales captan objetos distentes por medio de le pro- yyeccién éptica 3 wywyVY En el universo de los sonidos audibles, se le puede dar a cada tono un luger y funcidn definidos con respecto a vatias dimensiones del sistema total, La misica, por tanto, es uno de los resultados més potentes de la inteligen- cia humana. Pero aunque en la misica se da un pensamiento del més alto ni vel, se trata de pensamiento sobre —y dentro de— el universo musical. Slo indirectamente puede teferitse al mundo fisico de la existencia humana, y no sin la casi obligada ayuda de los otros sentidos, La causa de esto consiste en que Ia informacién audible sobre ef mundo ¢s sumamente limitada, De un pjaro apenas nos da més que su canto. Se limita a los ruidos emitidos por las cosas. Entre ellos se cuentan los sonidos del Ienguaje, pero éstos adquie- ren su significacién sélo por referencia a otros datos sensoriales. Asi pues, la risica de por si consiste escasamente en pensar sobre el mundo. La gren virtud de la visién consiste no s6lo en que se trata de un medio altamente sofisticado, sino en que su universo ofrece una informacién inagotablemente! rica sobre los objetos y los acontecimientos del mundo exterior. Por tanto, la visién cs el medio primordial del pensamiento. Las facilidades que procura el sentido de Ia vista no s6lo le son accesibles ‘la mente; son indispensables para su funcionamiento. Si la percepcién no fuera sino una pasiva tecepeién de informacién, serfa de esperar que le mente no se alterara por quedar un tiempo sin el aporte de tal alimento y que, en verdad, podria beneficiarse con tal reposo, No obstante, los experimentos lle vados @ cabo sobre la suptesién de estimulo sensorial demostraron que no es asi. Cuando los sentidos visual, auditivo, téctil y cinestésico se reducen @ ‘una estimulacién poco estructurada —s6lo una luz difusa para los ojos y un zumbido constante pare los ofdos—, el entero funcionamiento mental de la persona se altera, La adaptabilidad social, la serenidad y la capacidad de penser quedan profundemente perjudicados. Durante les monétonas horas de la experiencia, el sujeto, que se descubre incapaz de pensar, reemplaza la estimulacién exterior de los sentidos por las reminiscencias y Ia evocacién de imgenes, que pronto se vuelven insistentes ¢ incontrolables, indepen dlientes de la voluntad de la persona, como si fueran algo venido del exterior. Estas imdgencs pueden convertirse en verdaderas alucinaciones (asi, se com- probé que en los hospitales mentales los pacientes alucinan con més fre Cuencia en Jos ambientes vacios que oftecen escasa estimulacién). Tan reales son estas visiones, que después del experimento algunos sujetos admiten que a partir de ese momento estén més dispuestos a creer en las apariciones sobrenaturales. Estos desesperados intentos de la mente por reemplezar la estimulacién ausente indican que, lejos de ser una mera faclidad para Ja re cepcién, la actividad de los sentidos es una condicién indispensable pars el Tuncionamiento de la mente en general. La continua respuesta al medio cons- tituye la base para el funcionamiento del sistema nervioso, 32 La visién es selectiva Para interpretar el funcionamiento de los sentidos de manera adecuada, es necesatio tenet en cuenta que no surgieron como instrumentos de In cog. nicién por Ia cognicién misma, sino que evolucionaron como auxiliates biolé- tices para Ja supervivencia. Desde su origen apuntaron a 630s rasgos del medio que sefialaban la diferencia ente la facilitacién y el impedimento de la vida, y se concentraron en ellos, Esto significa que la percepciéa tiene fines y es selectiva. Indiqué ya que la visién se expetimenta como una ocups- cién sumamente activa, Para citar una formulacién que ofteci en otro lugar: Al mitar un objeto, tratamos de aleanzarlo. Con un dedo invisible, reco- rremos cl espacio que nos rodea, n0s dirigimos a los lugares distantes donde fe encuentran las cosas, las tocamos, las asimos, examinamos sus superticies, Seguimos sus bordes, exploramos su textura. Esta es una tates eminente- mente active. Impresionados por esta experiencia, los primeros pensadores describieron el proceso fisico de la visidn de acuerdo con ella. Por ejemplo, Platén, cn el Timeo, afirma que el fuego sutil que caienta el cuerpo humano fluye a tavés de les ojos en una suave y densa corriente de luz. De este modo se tiende un puente tangible entre el observador y Ia cosa observada, ¥y por ese puente los impulsos de la luz que emanan del objeto legan a los jos y, desde allt, al alma. Esta concepci6n derivaba de la experiencia esponténea, Pero al hacerse evidente que el registro éptico en el ojo es en gran medida un proceso pasivo, por extensién se supuso que lo mismo eta aplicable al entero proceso pico: fisico de la visign, Este cambio de perspectiva fue lento y vacilante. Altededor del 300 .C,, el fil6sofo romano Boecio escribié: «porque la vista es comin pata todos los mortales, pero si resulta de imfgenes que Hegan al ojo 0 de rayos envisdos al objeco de visién le es dudoso al sabio, aunque el vulgo ignore la existencia de esta duda>. Y mil afios més tarde, Leonardo da Vinci escribié una refutacién contra .. e808 mateméticos que afirman que el ojo no tiene poder spiritual algu- ro que lo extienda a distancia de si mismo, pues, si ast fuera, no serfa sin una gran disminucién en el uso del poder de la visién, y que aunque ef ojo tuvieta el tamatio del cuerpo de la Tierra, se consumisla necesariamente al contemplar las estrellas; por este rx2én sostienen que el ojo recibe, pero 20 envia nada de st. E Las pruebas de lo contratio cbundaban: «los campesinos ven diatiamente cémo a serpiente lameda lamia atrae hacia sf con su fija mirada, como el imén al hierto, al ruisefor, que con pla 33 ‘hidero canto xe aptesutw al encuentra de Ie mueite,.. we dlce que yl arafia Incuban sus huevos eon Ia mirada Para no mencionar a las doncellas, quienes, «segin se dice, tienen en sus ojos ef poder de atraer hacia s{ el amor de los hombres» La selectividad activa constituye un rasgo basico de la visién, como lo ces también de todo otro interés inteligente; y In preferencia mis elemental que se advierte es Ia que despiertan los cambios del medio. El organismo, cuyas necesidades se ajusta la visién, naturalmente se interesa mas por los cambios que por la inmovilidad, Cuando algo aparece 0 desaparece, se tras- Jada de un lugar a otro, cambia de forma, tamafio, color o brillo, la persona fo el animal que observa puede hallar alterada su propia condicién: un ene- migo que se acerca, una oportunidad que se escapa, una exigencia con la que debe cumplirse, una sefial que hay que obedecer. Fl érgano visual més primitivo, la fibra nerviosa sensible a la luz de una almeja o una lapa, limi- tard su informacién a los cambios de brillantez y, por tanto, permitird que cl animal se setize a su concha tan pronto como una sombra_interrumpa Ia Juz solar, La contemplacién de las partes inméviles del medio se aproxima més a un lujo, ttil a lo sumo para locelizar el sitio de posibles futuros cambios ‘0 examinar el contexto en el que tienen lugar los acontecimientos, El cambio estd ausente en las cosas inméviles, pero también en Jas que repiten Ia misma accidn una y otra vez © perseveran en ella constantemente. Los psicélogos que estudian Ia satisfaccién y la adapts sefialan que los animales, aun los muy primitivos, dejan de reaccionar cuando un mismo esti rmulo los alcanza una y otra ver. Los factores constantes de un escenatio visual, por ejemplo, el color particular de In luz solar siempre presente, se desvanecerén de la conciencia, de igual forma que lo hardin un ruido o un ‘olor constante, Cuando sc obliga a una persona a mirar fjamente una figura dada, aprovecharé cualquier oportunidad de cambio variéndola: puede que reorganice el agrupamiento de sus partes 0 que una figura reversible se mude de una perspective a otta, Un color que se mira fijamente tiende a empa- scerse, y si se observa de continuo una configuracién sin que entren en juego los pequefios movimientos de_ajuste siempre presentes, al cabo de tun breve tiempo la configuracién desaparecers. Estas reacciones ante Ia monotonfa abarcan desde Ia defensa consciente hasta la fatiga puramente fisiol6gica de los impulsos generada en el cerebro por una situscién estitica. Constituyen una forma elemental de desprecio inteligente por la atencién indiscriminada. Advertir y atender es todo lo que importa. El sburrimiento se rechaza, ‘Aunque esta atencién selectiva resulta stil desde el punto de vista pric tico, también tiene sus desventajas. Hace dificil cobrar conciencia de los factores constantes que operan en la vida, Esta debilidad se manifiesta cuando 34 4) peneador o of clontifics tiene que considerne agentes que estén mds alld de los que exhiben un cambio observable. Ein el dominio fisico, como tam bidn en el psicdlogo o el social, los aspectos constantes de una situacida son Jos que mis ficilmente se descuidan y los que se comprenden con mayor dificultad. Las caracteristicas de la percepcién no sélo contribuyen a la sabi- duria, también Ja restringen. Los ojos se mueven dentro de sus étbitas y su exploracién selectiva se amplifica mediante los movimientos de la cabeza y, en verdad, de todo el cuerpo del observador. Incluso los procesos de registro que se producen den- tro del globo ocular son altamente selectivos. Por ejemplo, desde los pri- metos afios del siglo pasado hubo buenas razones para suponer que la retina, al dar informaciones de color al cerebro, no registra cada uno de los infi- nitos tintes mediante una especie particular de mensaje, sino que se limita ‘a unos pocos colores fundamentales o games de color, a partir de los cuales se detivan todos los demas. Esta suposicién, confirmada hoy experimental y anatémicamente, significa para nosotros que la foroquimica del ojo procede mediante una expecie de abstraccién similar por la cual, a nivel de la percep- cién consciente, vemos los colores como variaciones y combinaciones de unos pocos colores primatios. A través de esta ingeniosa simplificacién, la visién Teva a cabo, con unos cuantos tipos de transmisores, una tarea que, de otro modo, requeritla un nimero de ellos tan elevado, que su manejo resultaria imposible. Podtfa decirse que, incluso fisiolégicamente, la visién le impone al material que registra un orden conceptual, Puede que lo que se sabe del color resulte también vélido en el caso de la forma, Esté comenzando a parecer como si la vertiginosa rapidez con que los animales y los scres humanos reaccionan ante el movimiento, por pequefio gue sea y alejado del centro de atencién que esté, fuera posibilitada por un atajo que distingue el movimiento de la inmovilidad incluso a nivel de la retina, Estébamos acostumbrados a creer que los recéptores de la retina no tenfan conocimiento alguno de tal distincién. Todo lo que supuestamente podian hacer era registrar vestigios de color ¢ intensidad uminosa, de modo que el cetebto era el que debia inferir Ia presencia de movimiento mediante tuna computacién de los cambios que ocurrfan en miltiples puntos minisculos. Se sabe ahora que la retina del ojo de Ja rana pose por lo menos cuatro tipos de receptores, cada uno de los cuales responde @ una clase especial de cestimulo y no es afectado por todos los demés, Entre ellos se cuentan los cdetectores de insectos», que reaccionan inmediata y exclusivamente ante pequefias criaturas méviles que ofrecen, naturalmentc, un especial interés pra las ranas. Otros responden s6lo al movimiento de —o encuentro con— bordes 0 al comienzo o fin de una iluminacién, Para que se cumplan estas reacciones, grandes grupos de receptores deben cooperar como un equipo, pues sélo de ese manera pueden captarse las formas o los movimientos de 35 ‘estimulos de accién simulténea, Esto significa que incluso a nivel de la retina to hay registro mecinico de elementos. El articulo que da cuenta d& una investigacién de Lettvin, Maturana, McCulloch y Pitts, Wat the Frog's Eye Tells the Frog’s Brain, concluye Si la distincin tiene todavia hoy algin significado, las operaciones saben mucho mis a percepcidn que a sensaciOn. Es decir, que el lenguaje que més se adecua @ su desripcién es el de las abstracciones complejas de Ix imagen visual, Sin embargo, es cierto que éste, como todo. porcelamiento, acelera el procesamiento del matetial, pero también limita las operaciones de lo que permanece asequible después del parcelamiento. Cuando una rana desfallect tye hambre en presencia de moscas muertas e inméviles que le servisian perfec- tamente de alimento, nos recuerda Ia cegueta de un hombre cuya «mente condicionada» le impide responder ante oportunidades imprevistas, Esas son las exigencias de la economfa Esta inherente sclectividad es titil no sélo porque evita el desperdicio del esfuerzo, sino ademés porque, al restringi la eleccidn, hace que Ins teacciones resulten’ mis veloces y segutas. Por tanto, en criaturas relativamente sim- ples, que tienen necesidades estables y habitan en medios igualmente est bles, las funciones vitales de subsistencia, procreacién y defensa tienden a limitarse @ reacciones notmalizadas que se adaptan a sefiles fijas. Los estu- ddiosos de la conducta animal, en especial Konrad Lorena y N. Tinbergen, han escrito sorprendentes ejemplos de comportamientos tan altamente selective. Puesto que los animales no pueden decirnos qué ven, no podemos estar seguros hasta qué punto la seleccién tiene lugar en su percepcién misma o, inds bien, en sus respuesias ante lo que perciben. De cualquier manera, no fe puede reaceionar ante un estimulo, a no set que éste sen distinguido por Ja percepcién, Lo mds probable es que est distincién no sea una cuestidn de categorias especificamente dispuestas de los receptores de Ia retina, como los {que permiten que la rana reaccione ante los insectos en movimiento, sino tina reaccién sclectiva del sistema nervioso ante rasgos particulares del campo Visual transmitides por los ojos, Las respuestas a estas sefiales, 0 «desen- cadenantesn, corresponden a las especies de manera innata. El pico amarillo de cicrta especie de gaviota ha desarrollado una mancha roja en el extreme dde la mandibula inferior. Es esta mancha roja lo que hace que el polluelo recién incubado pique el pico de sus padres. Cuando 1a mancha esta ausente, {1 polluelo no pica; cuando el polluelo no pica, los padres no ofrecen ali- mento, Las sefiaes de esta clase deben cumplir dos requisitos esenciales: eben ser claramente definibles por la pureza de su color y la simplicidad 36 de su forma y tienen que distinguitse lo bastante de todo lo que sea comtin- mente visible en el medio circundante La percepcicn de estos animales debe adecuatse a sus respuestas mente selectivas. Es probable que sus Soe aiicalss ean ortega oo «que horogéneos, en el sentido de que ciertos rasgos perceptuales se destacan por causa de las necesidades con que se relacionan. El animal no podela responder ante ellos si no fueran perceptualmente distinguibles. Este es un ejemplo temprano de abstraccidn, en el sentido de que el animal se adecua a un tipo o categoria de sefiales esenciales —pot ejemplo, todos los casos en que una mancha roja se desarrolla en el lugar justo—, peto es la especie la que realiza la abstraccién y no el individuo. La absteaccién es innata, La fijacién ocular resuelve problemas En la medida en que tales mecanismos son incotpotados por la heren se aplicantigidamente a la especie como totalidad, Ar Ses ances més clevados, el individuo controla cads vez con mayor frecuencia la elec- cidn de los estfmulos y las reacciones ante ellos. Los movimientos del ojo que contribuyen a seleecionar los objetivos de la visién se sitan entre el auto- matismo y la respuesta volantaria. Deben ditigit los ojos de manera tal, que la zona del campo visual por examinar quede dentro del estrecho margen en el que la vision es més aguda. La agudeza disminuye tan de prisa que una desviacién de diez grados del eje de fijacién, donde Ia agudeza es méxima, queda reducida ya a una quinta parte. Dado que la sensibilided de la retina es tan restringida, el ojo puede, y debe, singularizar algtin punto particular que se vuelve aislado, dominante y central. Esto significa la consideracién de una cose por ver y la distincién del objetivo primordial de sus inmedia. ciones. Un objeto puede ser motivo de atencién porque se destaca del resto del mundo visual y/o porque responde a las necesidades del propio obser- vador. En los primeros niveles orgénicos, el estimulo exige la reaccidn. Cuando una luz intensa penetra el campo visual, el nifio se vuelve hacia ella como si lo dirigiera un poder controlador exterior, del mismo modo que una planta va hacia la loz o un gato hacia el menor movimiento de su Ambito Este es el proto de respuesta copii incondconalmente dads a he it de nels estimulo es el que rige Ia respuesta antes que In inicia- eCémo se lleva a cabo esta fijacién ocular? Un act le fijaci sieciba Sigs IM giana Ge wk ads ee uaa ee estado en que Ja tensién queda reducida, El estimulo penetra en el campo visual desde su periferia y, por tanto, al propio centro del campo opone un centro nuevo y exttaio, Este conflicto entre el mundo exterior que se en- 7 tromete y el orden de{ mundo interior, crea una tensién que se elimina cuando un movimiento del globo ocular hace que Jos dos centros coincidan, adaptando asi el orden interior al exterior. El detalle pertinente del orden exterior se coloca ahora centralmente en el interior. TTenemos aqui un ejemplo elemental de un nuevo y diferente aspecto de la conducta cognitiva, a saber, Ja resolucién de problemas. ‘Toda resolucién de problemas requiere una reestructuracién de una situacién problemética dada. En Ia fijacién ocular, Ja reestructuracién necesaria es de las més sin ples; no es sino un cambio del centro de orientacién, que no requiere nit ‘guna reorgenizacién de la configuracién perceptusl misma Pronto daré ejemplos de resolucién de problemas mediante reestructura- ciones mucho més complejas. Pero incluso este ejemplo sencillo demuestra pot qué no debe suponerse que la solucién de problemas sea el nivel cog- noscitivo en el que tiene lugar el encuentro entre percepcién y pensamiento. Tal distincién, basada en un criterio preciso, le serfa agradable al tedrico. Es- taria uno tentado de decir que la percepcidn es Ia exploracién directa de lo que est presente en el exterior, El pensamiento, por el contrario, comienza con la tarea, diferente en principio, de modificar un orden dado con el pro- pésito de hacer que se ajuste a las exigencias de Ia solucién de un problema dado, Kéhler define de este modo Ia conducta inteligente, pero no parece inclinado @ reconocet ejemplos de ella en los mecanismos elementales de la petcepeién, Afirma que no hablamos de conducta inteligente cuando los seres humanos o los animales logran su objetivo mediante una ruta directa derivada naturalmente de su propia organizacién perceptual. Pero tendemos a hablar de «inteligencia» cuando, por haber bloquendo las citcunstancias el camino obvio, el ser humano o el animal hace un rodeo para salir al encuen- tro de la situacién, El mecanismo de la fijacién, por supuesto, surge natu- ralmente de la organizacién del ser humano o e! animal. Y, sin embargo, el traslado del centro de visién al centro de interés me parece que incluye, a un nivel elemental, la misma especie de reestructuracién que revela en los ejem- plos de Kahler que puede Ilegarse a la meta deseada por un desvio. En am- ‘bos casos, [as conexiones estructurales de Ja pauta perceptual dada cambiaron de modo tal que se logs Ia solucién del problems. El simple ejemplo de Ia fijacién ocular sirve tambign para ilustrar otto aspecto de més general pertinencia. Muestra que la atencién del observador intenta hallar su objetivo en un campo perceptual que tiene su orden propio. El estimulo de le luz que penetra en el campo de visién del nifio, otorga a ese campo una estructura definida y objetive. El campo tiene un centro respecto al cual el foco de la atencién del nifio se encuentta excSntricamente orientedo. Esta discrepancia produce Ja tensién ante 1a cual el nifio reacciona fijando Ia mirada sobre Ia estructura de la situacién exterior. Este juego reciproco entre Ja estructura del campo dado y las exigencias de las necesidades e intereses del 38 observador, es caractetistico de la psicologia de la atencién. Al escribir sobre {a atencién, William James sugiere lo contrario cuando afitma que, sin interés selectivo, la experiencia seria un completo caos. Pero las situaciones verdade amente cadticas 0 de alguna otra forma carentes de estructura no son tipicas y, cuando prevalecen, hacen casi imposible que el interés selectivo se propon- 2 una meta, Cuando el campo es homogéneo, como en la oscuridad total, 0 cuando nada puede verse salvo una pauta repetitiva, de una superficie cuadri- culada por ejemplo, Ia mirada vaga sin rumbo, tratando de imponer alguna forma a Jo que no la tiene. Este tipo de situacién no ¢s caracteristica de los procesos cognitivos. He mostrado que en la cognicidn existe la necesidad y la oportunidad de seleccionar una meta incluso a nivel de la retina. Dado que la visién aguda se limita a un area estrecha, en el marco total del campo dado debe selec- cionarse un objetivo. Esta limitacién, lejos de representar una desventaja, protege a la mente de anegarse en més informacidn de la que puede, 0 nece- sita, manejar en un tiempo dado, Faciita la préctica inteligente de concen trarse en agin tema interesante y prescindir de lo que queda fuets del foco de atencién. Desaroto 0 Colecciones EI discernimiento en la profundidad fovscen Genel cx Stace La selectividad se aplica también en Ja dimensién de profundidad. Uni- camente una estrecha banda permanece enfocada en cualquier momento. Si Ja perspectiva de primer plano es neta, el fondo resulta borroso, y viceverse. Las lentes cristalinas de los ojos contsibuyen a esta selectividad, y la cogni- cién visual se beneficia de ella de la misma manera en que una fotografia 0 tuna pintura puede guiar Ie atencién del observador, situando en nitido foco ciertas parcelas limitadas de profundidad. La acomodacién de las lentes del ojo constituye un aspecto elémental de la atencién selectiva, Otorga rigor vi sual 4 Ia concentracién de un observador sobre fo que sucede a una distancia particular. La dimensién de profundided, ademés, contribuye a factores cognos- citivos de naturaleza totalmente diversa. Hace variable el tamafio de los ob- jetos, y, por tanto, adaptable a las necesidades del observador. Esto sucede porque el objeto de Ia percepcién no penetra corporalmente en el ojo, aun- {gue esto es Jo que se crefa en etapas tempranas de la teoria de la visién. De- Iméctito, por ejemplo, sostenfa que en In percepcién, una especie de calco de la superficie exterior del objeto penetraba en el ojo a través de la apertara de la pupila; esto, a su vez, planteaba el problema de cémo un objeto de grandes dimensiones podta encogerse lo bastante como para llevar 1 cabo acto semejante. Sabemos shora que lo que el ojo recibe no es una 39 parte del objeto mismo, sino un eguivalente de él, El tamafio de Ja imagen proyectada depende de la distancia a que se encuentra el objeto fisico del ojo. Por tanto, mediante le eleccién de Ia distancia apropiada, el observador puede hacer la imagen tan grande o pequefia como su propésito lo requiera Para que resulte cOmodamente visible, la porcién pertinente del campo vie sual debe ser Jo bastante grande como para que sus detalles scan suficente ‘mente discernibles, y lo bastante pequefia como pata que encaje en el campo. ‘Ademés, el tamaio del drea critica determina también qué proporcién de lo {que Ja circunda estard contenida en el campo visual al mismo tiempo. Cuanto menor es el area, tanto mayor seré la proporcién del medio citcundante que aparecerd, esto es, tanto mas se mostrard el objeto en su contexto. Inverse mente, con el acrecentamiento del tamafio del objeto su contexto se trasladaré fuera del alcance de la vista. La elecci6n apropiada depende de la naturaleza de Ja tarea cognoscitiva. ¢Cuntos detalles son pertinentes? ¢Qué distancia’se requiere para lograr que se destaquen los rasgos estructurales més amplios que, de otto modo, quedatian ocultos por la abundancia de detalles? ¢Qué parte del contexto es pertinente para la comprensiéa del asunto que se exa- mina? También en este caso a correcta seleccidn al nivel perceptual elemen- tal es parte importante y reflejo de la estrategia cognoscitive mas amplia. He Ilar el marco apropiado de un problema equivale casi a hallar su solucién Esta estrategia del pensamiento puede verse perturbada desde sus cimientos ‘mismos cuando se escoge incorrectamente el marco visual de la situacién que debe contemplarse. En la préctica esto significa, por ejemplo, que la ayuda visual que offece una ilustracién 0 una imagen televisada puede resultar sravemente dafiada simplemente porque el tamaiio y el marco de los objetos exhibidos sean inadecuados. Dado que el razonamiento sobre un objeto co- ‘mienza con el modo en el cual el objeto se percibe, un percepto inadecuado puede alterar todo el subsiguiente curso de los pensamientos Las formas son conceptos En Ia percepcién de la forma reside el inicio de la formacién de concep- tos. Mientras la imagen dptica proyectada sobre Ia retina constituye un re- gistto mecénicamente completo de su contraparte fisice, el percepto visual cotrespondiente no lo es, La percepcién de la forma es Ia captacién de los rasgos estructurales que se encuentran en el material estimulante, 0 que se imponen a dl, S6lo rara vex coincide este material exactamente con las formas que adguiere en le percepcién. Le luna Ilena es en verdad redonda, de acuer- do con lo que lo mejor de nuestra capacidad visual nos permite juzgat. Pero la mayor parte de las cosss que vemos redondas no incorporan Ja redondez literalmente, sino que son meras aproximaciones. No obstante, no sdlo el 40 sa con Ja redondez, sino que realmente ve redondez en simplicidad de estos conceptos visuales es relativa, pues una conti guracién estimulante compleja contemplada por una visin refinada puede producir una forma bastante intrincada, que es In més simple posible dadas jas circunstancias. Lo que interesa cs que sélo se puede decir que un objeto centemplado por alguien es realmente percibido en la medida en que se o adecuc a alguna forma organizada. Ademés, hay generalmente un cierto guado de tuido visual que acompaiia y modifica la forma percibida mediante detalles y matices més o menos vagos, pero esto contribuye poco a la com- prensién visual No es mi intencién sugeris que Ia mente y, por ende, el cerebro contenga un juego de formas preestablecidas transmitido hereditariamente en espera del material estimulante. Se sabe que existen respuestas innatas a ciertas for- is, colores 0 movimientos, por ejemplo los llamados desencadenantes visua- Jes, que regulan gran parte del comportamiento animal instintivo. Pero estos mecanismos, més que explicar la percepcién de la forma, la presuponen. Antes de que se pueda teaccionar ante la mancha roja en la mandtbula de la ga- vista, ¢3 necesario captarla. Lo mismo vale para los «arquetipos» de Jung, supuestamente ajustados a ciertas formas geométricas. Es cierto que los des- cobtimientos mencionados arriba sobre el sentido de la vista de fa rana im- plican que incluso a nivel de la retina existe cierta organizacién en unidades ifs amplias, Si el menor excitante de Ia estimulacién no es un punto sino un objeto, como un insecto que se arrastra o un borde mévil, todo un an- plio panel de receptores debe cooperar en la identificacién del estimulo y mo- vilizar todes las fibras nerviosas singulares que resulten pestinentes. Un pun- to no puede ofrecer informacién sobre un objeto extenso. En otras p: mucho at 1s imp las respuestas a Ja forma no implican necesariamente que se la perciba de mera consciente; y aun en los vertebrados superiores es probable que me- canismos semejantes sean demasiado rigidos como para que lleguen a cons- tituir algo més que una especie de abreviacién taquigréfica del registro sen- social. Para dar cuenta de Ia complejidad y flexibilidad de la percepcién de Ja forma, parece preferible suponer que las operaciones decisivas se cumplen madiante procesos de campo desarrollados en el cerebro, que, al recibirlo, or- genizan el material estimulante de acuerdo con la configuracién més simple compatible con él. Las pautas de forma percibidas de este modo tienen dos ptopiedades que las capacitan para desempear el papel de conceptos visusles: poseen gene- tolidad y son fécilmente identificables. Hablando con igor, ningtin percepto at se refiere nunca a una forma nica e individual, sino mis bien a Ia clase de pauta en la que el percepte consiste. Puede que haya un solo objeto que se adecue a esa pauta o puede haberlos innumerables. Incluso la imagen de una persona determinada es una perspectiva de una pauta particular de caracte: risticas que corresponden a esa clase de persone. Por tanto, no existe dife rencia en principio entre concepto y pereepto, lo que coincide perfectamente con la funcién biolégica de le percepcidn, Para que resulte stil, la percep. cidn debe insteuir sobre les clases de las cosas, de otro modo los organismos no podrian sacar provecho de Ja experiencia ina pauta perceptual es de organizacién simple y difiere claramente de su medio, tiene, por lo mismo, grandes posibilidades de ser fécilmente reco- nocida. También en este caso los desencadenantes bioldgicos pueden servir de ilustracidn. Tienden a ser colores, formas 0 movimientos simples y diferep- ciados, que se desarrollan en la evclucién como signos sobre cuya neta iden tidad pueden edificarse las respuestas instintivas de los animales. La identifi cacién, pues, presupone una pauta identifiable. No se puede reconocer algo como conocido, esperado u objeto de reaccién a no ser que se lo discrimine por su cardcter netamente definido. Estoy desctibiendo Ia percepcién de Ja forma como la captaciéin de ras- gos estructurales genéricos. Este enfoque deriva de Ia psicologia de la Ges talt, Existen otras teorias, en especial la concepcién tadicional segin Ia cual cl sentido de la vista registea mecinicamente Jos elementos de Ia estimula- cidn, que se agrupan luego adecuadamente para constituit formes sobre la base de Ia experiencia pasada del percipiente. No es necesario volver a expli- car aqui por qué esta teorfa es inadecuada, pero una de sus consecuencias re- sulta pertinente, Si la teorfa estuviera en Jo cierto, Ja percepeida de la forma seria muy inferior desde el punto de vista cognoscitivo. Se limitaria al acopio ‘automético del material que se fuera presentando. Por otra parte, si el enfo ‘que que estoy proponiendo es correcto, la percepcién de la forma opera al clevado nivel cognosctivo de la formacién de conceptos. La percepcién eva tiempo Gran parte del debate reciente sobre la percepcidn de Ia forma le harfa ‘uno creer que lo que més tafe a su explicacién es si tiene lugar esponts- neamente, sin preparacién, o si es posibilitada por un proceso de aprendizaje gradual, En realidad, el problema no radica en esto en absoluto, pues tiene poca importancia para la naturaleza del proceso cognitivo que aqui describi- ‘mos si ocurte de prisa 0 lentamente. La mayor patte de los acontecimientos corginicos atraviesa una fase de aprendizaje y maduracién biolégica. Lo que importa es de qué especie de aprendizaje se trata. gSe trata de una incapaci- a dad inicial debida a una falta de experiencia similar con 1a cual pueda com- pararse el presente estimulo? ¢O se trata del arte de captar Ia estructura de una configuracién visual cuyo perfec jamiento lleva tiempo? La adquisi- tin perceptual en el tiltimo sentido fue el tema de los estudios levados a cabo por algunos ‘psicdlogos alemanes sobre lo que lamaron Aktualgenese. Uno de sus métodos consistié en reconstruir el huidizo y a menudo excesiva- mente veloz proccso, mostrando una configuracién de manera insuficiente, por ejemplo, durante una fraccién de segundo, de modo que los observado- fes slo pradualmente Hegaban a una completa captacién a través de expo- ticiones repetidas. En tales condiciones, la percepcidn tiende a iniciarse con ‘una totalided difusa e indiferenciada, que progresivamente va modificindose y claborindose. Para mostrar qué poco se asemejan estos procesos a un re- gistro mecinico de estimulos, traduciré Ja conclusién de uno de estos investi- gadores, Gottfried Hausmann: La situacién experimental transmiti6 a los observadores Ia clara convic- ci6n de que to que lamamos popularmente cognicién perceptual no puede describirse como una simple, inmediata y pura captaciéa especular. Por el conttario, se otigina en un proceso de sucesivs actos de formacién eom- plejos, mutuamente enttelazados, sclectivos, abstrayentes e incluso creadores. BEI curso seguido por tal proceso puede ser orginicamente consecvente 0 intrincado, ambiguo 0 tortuoso, Algunas veces la fantasia deja atrés los datos dades, pero cuando el proceso se desarrolla orgénicamente, avanza a través de una secuencia de fases y cualidedes que devivan las unas de las otras, x0, al mismo tiempo, especiicas y organizedas dentro de sf, hacia la meta cexigida por la tatea De modo semejante, en la primera declaracién de la psicologia de la Ges- talt, Von Ehrenfels insiste en el eesfuerzo» que exige lograr In configuracién cde una Gestalt. Los psicélogos de la Gestalt, aunque sefialan que Ia capacidad de ver formas no es el mero resultado de una repetida exposicién a los es- timulos, no tienen razén alguna para afirmar que una Gestalt se muestra con espontaneidad automitica Lo que ¢s cierto de Ia forms, vale también para el color. Mencioné antes aque, fisioligicamente, las muchas longitudes de onda que corresponden a los diferentes tintes son captadas por unos pocos tipos de receptor, cada uno de Gstos sensible a un color o gama de colores a partit de los cuales, por com- binacién, se obtienen los matices particulares. En el terreno psicolégico, Ja visién del color se basa en unos pocos rasgos puros y elementales, de ningtn modo necesaria o simplemente relacionados con los tipos de receptor fisiol6- tgicos. Ast como las formas percibidas son elaboraciones mAs © menos comple- jas de formas simples, igualmente las pautas de color se perciben como elabo- raciones de las elementales y puras cualidedes de amarillo, rojo, azul. De vez 43 en cuando, estos rasgos se encuentran en estado puro, pero la mayor parte de las veces se presentan como mezclas que se comprenden perceptualmente como combinaciones de {os colores primarios subyacentes, Algunas de estas combinaciones son lo bastante precisas de por si como para que funcionen como conceptos visuales con derecho propio, por ejemplo, el anaranjado, el verde, el ptxpura, En el sistema de colores, tal como se aplica, por ejem- plo, en una pintura, estos conceptos secundarios siven como vinculos de transicién entre Jos colotes primarios, que son los fundamentales del sistema. Es un sistema jerdrquico, similar al de fa Iégica tradicional, en el que una tmultitud de conceptos més particulates detiva de unos pocos bisicos, ereando de ese modo un orden que define la naturaleza de cada uno de los elementos a trayés del lugar que ocupa emel conjunto. Lo que es racional para un grupo, serd irae cional para otzo, esto es, no puede captarse, comprenderse, compatarse 0 te- cordarse, En este respecto existen diferencias entze las diversas especies de animales, entre hombre y animal y entre las distintas clases de gentes. La rata no parece percibir la diferencia entre un citculo y un cusdrado. Pata algunas personas el pentigono es una figura visual perfectamente captable, mientras que para otras es algo redondeado de angulatidad incietta. Los ni, jos tienen difcultad en la identificacign de i lores que, para cl adul- "met ede dl Bon Dentto de ciertos limites, cbadfestramiento refi na las categorfas que le son accesibles a un individuo Cémo leen las méquinas la forma Quizé 1a naturalezu particular de la percepcién de la forma puede clatifi- carse si la teferimos a las recientes investigaciones sobre el reconocimiento de pautas por las méquinas. La tarea consiste en desarvollar instrumentos que puedan leer formas tales como letras © mimeros, no simplemente en una versién normalizada, sino en una amplia gama de variaciones coto las que procuran diversas personas al escribir los mismos nimcros o letras impresas procedentes de diferentes fuentes. Debe captarse lo que tiene de invariable un 3 0 una B, sean cuales fueren las formas particulates que asuman, La mé- quina comienza haciendo exactamente lo que hace el ojo: fragmenta la peuta estimulante continua en un mosaico de partes discontinuas, cada una de las cuales es registrada por una célula fotoeléctrica separada, Este es un acto de la llamada codificacién digital, que transforma el estimulo en un conjunto de unidades diseretas, cada una de las cuales informa de Ja presencia o la au 44 sencia de un rasgo perceptual particular, El mosaico no preserva ni indica pauta alguna, salvo que los fragmentos no estin esparcidos al azar, sino que mentienen su ubjcaciin particular relativa a los fragmentos_vecinos. ‘A partic de un mosaico de este tipo se puede intentar obtener Ia forma, fusionando grupos de impulsos positives adyacentes en masas continuas 0 formando lineas continuas a partis de cadenas de impulsos ininterrumpidas. Colocando juntos todos los elementos similares y separindolos de los que differen de ellos, lz méquina obtiene una paute somera, que puede luego mejorar por medio de la eliminacién de pequefias irregularidades, dejando de lado particulas aisladas, enderczando lineas casi rectas, etcétera. Esta es la clase de ciega concertacién de piezas que no va mds allé del descubsimiento de semejanaas y desemejanzas entre clementos adyacentes, y en la que la forma resultante Tega como una sorpresa: més bien como si un nifio uniera con una linea puntos numerados para descubsir luego que juntos corfiguran la si Tueta de un conejo. De acuerdo con este procedimiento, la forma se deriva del andlisis de la pauta. Pero a la maquina puede también darsele ciertas formas de figuras completas o parciales y peditsele que averigie cudl de ells se adecua a la pauta. Esta clase de codificacién acttn por analogia, es decir, compara forma con forma, En este caso el concepto preestablecido se identifica rfgidamente con un ejemplar pacticular, por ejemplo, el concepto de la letra A se iden- tifica con un patrén de la letra A de tamafio, forma y proporcién definidos. Este método tiene buenos resultados cuando la tatea se limita a Ja lectura de un conjunto de formas no:malizado, por cjemplo, némeros procedentes de una tinica fuente impresora, en un tamafio solamente. El sistema petmiti- 14 un cietto grado de amplitud de ctiterio, pues puede hacerse que la mé- quina mida la magnitud del rea que una pauta dada ticne cn comén con un patrén dado, De esta manera puede tenerse en ‘cuenta una cietta desviaciéa de la norma, Puede lograrse que el concepto perceptual de a méquina resulte més inteligente cuando no se limita a una forma particular, sino que cubre la entere gama de vatiaciones comprendida en ciertas dimensiones, El cambio de tamafio es una de estas dimensiones; el cambio de proporcién, esto es, lo razén entze la horizontal y la vertical, ¢s otra, Cuando se tiene en cuenta la rotacién en el espacio, puede reconocerse un diamante como un cuadrado gi- rado 45°. Una transformacién més radical es Ja alteracién que cambia los fngolos o le que da cuenta de la inclinacién, el estiramiento y el retorcimien- to. Tal flexibilidad hace posible que 1a méquina afsle las propiedades «topo- logicas» —como el entrecruzamiento, el contacto o el rodeo— que la defor- macién deja intactas TTeniendo en cuenta la vatiabilidad que se da en tales dimensiones, la méquina puede concentrarse en la tarea de identifcer rasgos estructurales 5 que no se someten a un ejemplo individual, sino que son comunes a un am- plio conjunto de instancias posibles. Tales rasgos estructusales pueden refe ritse a caracteristicas gencrales, por ejemplo In simetria o In asimetria de una configuracién, que distinguitén letras como la A, In Ho la W, de Ia B, la Go la R, 0 en Ja figura de una persona o un animal, Ia cara frontal del perfil Cuando la tarea no exige més que una identificacién por un medio cual- guiera, una méquina © un organismo, ciegos para el verdadero cardcter del abjeto, pueden llevatla a cabo, Podemos identificar a una persona simple: ‘mente por el anillo que usa o por su nombre, Las rates patecen identificar algunas pautas al descubrir sencillamente cierto rincén en un lugar particu: Jar, Una méquina de cotejo puede deslizar una hendidura a través de una for ma negea e idemtificatia de ese modo a través de una secuencia de lonjas de di- ferente longitud, sin advertit de manera alguna que la pauta figura Ja silueta en perfil de una cabeza humana. Una persona con lesién cerebral afectada de agnosia puede identificar un recténgulo contando ef mimero de sus Angulos. ‘Sin embargo, en la mayor parte de las tareas es necesatio comprender Ia es- tructura visual general del objeto que debe manejarse, y la captacién del ca- ricter visual del objeto es esencial para los fines del cientifico o el artista. En principio, el reconocimicnto de la pauta puede aplicarse a las formas més complejas y extravagantes, pero, cuanto més simple es la pauta, més sencilla resulta la tares, Los ideogramas chinos constituyen una empresa més ardua que el alfabero latino. En la préctiea, no obstante, las figuras que de- ben Ieerse tienden a ser simples. Las cifras y las letras, por ejemplo, evolu. cionaron histéricamente como resultado de la basqueda de conjuntos de for- sas lo bastante simples como para ser trazadas, percibidas y recordadas fécil rente, pero tan clatamente diversas entze s{ como sea posible, La naturaleza adapta esta necesidad de formas simples de dos maneras. Surgen en Ia evo. lucisn como sefales destinadas a organismos provistos del sentido de Ia vista Del todo independientemente de Ja vista, Ia tendencia a la reduccién de la tensidn esi el mando fisico producind las formas més simples de que puede disponerse en las circunstancias vigentes y, de ese modo, incidentalmente, se asiste a la visién, Aun asi, la mayor parte de las formas y las combinaciones de formas que la naturaleza presenta ante la vista son mucho més complica das que las letras, los ntimeros u otros signos inventados por la visién humana para si misma. Cémo se completa lo incompleto Una de las complicaciones que surgen en condiciones naturales es la su perposiciSn, por la cual un objeto impide que otto que se encuentra por de 46 trds se vea completamente, En muchos casos semejantes, Ia visién, en lugar de contentarse con la seccién visible, completa el objeto, Una caja, oculta par cialmente por una maceta, se ve como un cubo completo cubierto par mente, Esto significa que la organizacién visual no se limita al material di rectamente dado, sino que incorpora extensiones invisibles como partes ge- nuinas de lo visible. De modo similar, los objetos se perciben a menudo tri- dimensionalmente completos aunque sélo esté presente una parte frontal de su superficie. Lo que aqui sucede no es que el observador complete el frag- mento gue ve realmente por un conocimiento no visual. No, una olla cin drica se ve como algo completo y perfectamente redondeado; un cilindro in- completo tiene un aspecto totalmente distinto. También en este caso las partes invisibles del objeto complementan las visibles pera producir una forma com- pleta, La distincidn entre forma completa y forma incompleta, como también dl efecto de redondeo pertinente, tienen lugar en la percepcién misma, Figura 1 El hecho cognoscitive comprendido en un proceso semejante consiste en el rechazo del cardcter cabal de una forma que se hace presente y en su reinterpretacién, en cambio, como parte de una totalidad més amplia y estruc- turalmente més adecuada, No es dificil evocar ejemplos de procedimientos * semejantes en a solucién de problemas cientificos y en el razonamiento cotidiano, En el fendmeno de la transparencia se da un ejemplo particularmente sorptendente de sagaz reestructuracién mediante Ja totalizacién que se da en a la percepcién. Supéngase una pauta que consiste en tres formas, una toja, tuna azul y, entre ambas, una piirpura (Fig. 1). Si las formas son tales que se obtiene una pauta general més simple cuando se ven dos formas que se superponen mutuamente —un évalo y ua cuadtado— que cuando se ven tres adyacentes, se presenta el siguiente problema en Ia situacién perceptual La distribucién de los colores sugiere un orden basado en tres unidades sepa radas y contiguas, E] carécier de las formas sugiere dos unidades super puestas. 2Cémo puede. solucionarse satisfactoriamente este conflcto intrin- seco? Si el color de la unidad central puede acomodarse de manera razonable, esto es, como mezcla aproximada de los otros das colores, Ja sensacién unitaria de pérpura se escindird en sus dos colotes componentes, el tojo y el azul Se vera como dos colores, cl uno detrés del otto: un efecto de ttansparencia Mediante la sefiaacién y la utilzacién de la relacién particular entre los tres colores, a saber, P= A + R, la mente reestructura ef color central unitario de modo tal que se ve una superposicién de dos colores donde, de otra modo, se veria un solo color, Esta ingeniosa solucién adapta el orden de los colores al orden de les formas. En este caso, la solucién perceptual del. problema tiende a presentarse con suma inmediatez, y no puede haber duda de que el reordenamiento inteligente de una orgenizacién insatisfactoria del estimulo se produce en el propio acto de percepcién y no en alguna elaboracién secur daria del producto perceptual. En condiciones naturales, la visién tiene que enfrentarse con més de uno © dos objetos a Ia vez, Lo mis frecuente es que el campo visual esté atestado Y no se someta a una organizeci6n integeada del conjunto, En una situacién vital t{pica, una persona se concentra en algunas 2onas o detalles escogidos © en algunos rasgos generales, mientras que la estructura del resto resulta esbozada y bottosa. De este modo, la percepcién de Ia forma opera parcialmente, Donde puede observarse o6mo la visién utiliza al méximo su poder de otganizacién es en las obras de arte, por ejemplo en a pintura. Cuando un artista escoge un lugar dado para ejecutar alguno de sus paisajes, no sélo selecciona y reordena lo que encuentra en la naturaleza, sino que debe reor- ganizar todo e} material visible para que se adecue a un orden que él descu- bre, inventa y putifica, Y asi como la invencién y elaboracién de tal imagen constituye un prolongado y a menudo fatigoso proceso, del mismo modo la percepcién de una obra de arte no se logea stbitamente. Lo mas frecuente que el observador comience desde alguna seccién, trate de otientarse res- pecto del esqueleto principal de la obra, busque los acentos, intente un marco de referencia a modo de exploracién para ver si se adecua al contenido total, etcétera. Cuando Ie exploracién tiene éxito, se advierte que 1a obra reposa cémodamente en una estructura afin, que ifumina la signifcacién de Ja obra para el observador. 48 Mis claramente que ninguno de los otros usos del ojo, la lucha con una ‘obra de arte visual revela cudn activa es la tarea de construccién de formas que se conoce con nombres simples como «ver» 0 «mitar». La experiencia de buscar, bastante desvalidamente, una imagen dada, y hallar luego la cla- ve de Io que pazecia al principio s6lo una acumulacién de formas, es cottiente fen le buena apreciacién de la obra de arce. Tal experiencia es el més puro © intenso ejemplo de esa exploracién activa de la forma y el orden visual que tiene lugar cada ver que alguien mira alg. 49

También podría gustarte