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LA HERMENÉUTICA FILOSÓFICA Y SUS IMPLICACIONES EN LA

GENERACIÓN DE CONOCIMIENTO EN LA CIENCIA


ADMINISTRATIVA

Por Carlos Rosales Alvarez

INTRODUCCIÓN

El propósito de este trabajo es presentar a través de un resumen


analítico y un análisis crítico de referencias bibliográficas sugeridas, la
caracterización y el modo de conocer, así como el conocimiento generado
desde una perspectiva Hermenéutica Filosófica y sus implicaciones en la
generación de conocimiento en la Ciencia Administrativa.

Las referencias bibliográficas sugeridas y/o revisadas fueron: Hernández-


Pacheco, J. (1996): Cap. VI: Hans-Georg Gadamer Interpretación, Verdad e
Historia; Cap. VII: Paul Ricoeur: El conflicto de las interpretaciones en
“Corrientes Actuales de Filosofía”. Editorial Tecnos. Madrid, España;

RESUMEN ANALÍTICO

Hernández-Pacheco, J. (1996): Cap. VI: Hans-Georg Gadamer


Interpretación, Verdad e Historia en “Corrientes Actuales de Filosofía”.
Editorial Tecnos. Madrid, España.

Explica el autor que Hans Georg Gadamer en su obra Verdad y


método ha realizado un esfuerzo por abordar el problema de la comprensión,
del entender, del enterarse y en definitiva el de la actividad social y humana
que designan otros similares verbos y sustantivos que definitivamente es un
problema que no se hayan podido inventar los filósofos, intentando mostrar
cómo la ciencia metodológicamente positiva no basta para dar cuenta de los

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problemas gnoseológicos que afectan específicamente a las así llamadas
ciencias del espíritu.

Gadamer dirige su teoría a dar una explicación del hecho, mil veces
constatado, según el cual la lectura de un texto o mensaje no produce
inmediatamente su comprensión. Trata de explicar por qué se hace
necesaria además la “interpretación” de lo que en toda comunicación se
transmite. El entender no es algo inmediato, sino resultado de un esfuerzo
hermenéutico. El que un texto transmitido se convierta en objeto de la
interpretación quiere decir que plantea una pregunta al intérprete. La
interpretación consiste en esta medida en una referencia esencial constante
a la pregunta que se le ha planteado. Comprender un texto quiere decir
comprender esta pregunta. Un texto sólo es comprendido en su sentido
cuando se ha ganado el horizonte del preguntar, que como tal contiene
necesariamente también otras respuestas posibles. En esta medida el
sentido de una frase es relativo a la pregunta para la que es respuesta, y
esto significa que va necesariamente más allá de lo que se dice en ella.

La hermenéutica es el arte de la interpretación de textos, el esfuerzo


intelectual que intenta fijar su sentido. Es el intento de encontrar una
respuesta a la pregunta de cómo es posible la compresión allí donde el
objeto de ésta no está inmediatamente dado y existe así una tendencia a esa
discontinuidad sujeto-objeto cuyo nombre habitual es el de malentendido.

Según Hernández Pacheco, la hermenéutica surge como una


extrapolación al ámbito de la teoría antropológica del conocimiento, de una
metodología auxiliar de la histografía que tiene como objeto fijar el sentido de
los textos y asegurar así la correcta transmisión de contenidos inteligibles a
lo largo del tiempo. Pero esta extrapolación no es ilegítima. Precisamente se
trata de ver cómo este problema propio de la historiografía es un caso

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paradigmático de toda comprensión. La transmisión histórica de sentido, que
tiene el nombre tópico de tradición, se convierte en prototipo de toda
comunicación, precisamente en su carácter problemático, no inmediato y
dado a la distorsión. Estudiar las condiciones de su posibilidad es para
Gadamer el punto de partida para una hermenéutica general de la
comunicación humana y de su posible comprensión.

Una de las principales tesis de Gadamer es “que la comprensión de la


tradición incluye siempre la tarea de una histórica automediación del
presente con esa tradición”. No podemos entendernos a nosotros mismos si
no es en la comprensión de la historia en la que estamos inmersos, y
viceversa.

El punto central de la metodología hermenéutica, es el llamado


“círculo hermenéutico”. Este surge cuando en la comprensión de un texto es
necesario anticipar el sentido de su totalidad, de la cual cada uno de los
momentos textuales es visto como parte. Estas partes se entienden en la
medida en que “encajan” en el modelo de sentido anticipado. Entender la
totalidad es condición de posibilidad para la comprensión de las partes
individuales como momento del contexto total, el cual a su vez es resultado
de la totalidad de momentos textuales individuales.

En todo proceso hermenéutico funciona lo que Gadamer denomina el


prejuicio de la perfección, según el cual el sentido de la totalidad se anticipa
sobre la base de que todo texto ha de tener un sentido, todo acontecimiento
ha de ser racional. El acople hermenéutico entre el sentido de la totalidad y la
individualidad múltiple de los significantes, no es de facto perfecta. Por ello
no se trata de un círculo cerrado, sino de uno abierto, en el que la totalidad
se anticipa y tiene que corregir constantemente su sentido, porque ella no

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tiene en sí la garantía de sí misma, es decir, de ser en efecto todo lo que hay
que entender.

Uno de los tópicos de toda la tradición hermenéutica es su


preocupación por el lenguaje. Se trata de ver cómo puede la tradición
convertirse en experiencia, es decir, cómo se transmite históricamente esta
tradición. La hermenéutica considera que la forma según la cual se produce
esa mediación entre el pasado y el presente que posibilita la asimilación de
los contenidos tradicionales, es precisamente el lenguaje. Hermenéutica es
así un diálogo con el pasado. La fusión de horizontes que ocurre en esa
mediación, es una conversación, en la que se expresa algo que no pertenece
ni al autor original ni al intérprete, sino que s común a ambos. Por eso la
tradición es esencialmente lingüística.

Para Gadamer, el lenguaje es un medio en el que el yo y el mundo se


funden, o mejor, se representan en su original copertenencia, ya sea en
diálogos o en forma escrita. Esta mediación del lenguaje es una muestra de
la finitud de la comprensión humana.

Hernández-Pacheco, J. (1996): Cap. VII: Paul Ricoeur: El conflicto de las


interpretaciones en “Corrientes Actuales de Filosofía”. Editorial Tecnos.
Madrid, España.

La preocupación primera de Ricoeur se dirige a la comprensión de los


fenómenos humanos. Lo que él llama reflexión no es otra cosa que ese
esfuerzo por comprendernos a nosotros mismos en medio de nuestras
circunstancias, muy especialmente en medio de las circunstancias históricas
de nuestra cultura.

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El objetivo de Ricoeur es llegar a identificar el ser del yo, que
desborda los límites de un yo entendido simplemente como sujeto
cognoscente, pues engloba también la libertad y posibilidades que van más
allá del conocimiento objetivo y de la experiencia sensible. Considera que la
auténtica reflexión puede hallarse en las objetivaciones del yo: en sus actos,
objetos y obras. Pero estas objetivaciones deben ser interpretadas, lo que
exige una hermenéutica que ponga al descubierto que el cogito, lejos de ser
una certeza evidente es lo más problemático, y no puede reducirse a ser el
mero sujeto del conocimiento, sino que es un existente real que no puede
aprehenderse directamente a sí mismo.

Con ello, Ricoeur entra en conflicto no sólo con Descartes y con la


filosofía que identifica reflexión con intuición, sino que también entra en
conflicto con la fenomenología husserliana que quiere hallar el fundamento
de los actos noéticos. Inspirándose en Heidegger, reconoce Ricoeur que el
ser-en-el-mundo es anterior a la reflexión y precede a la constitución de un
yo enfrentado como sujeto a un mundo objetual. El sujeto que pregunta
pertenece a la realidad sobre la que se interroga, pero se marca una
distancia entre el yo y los actos en los que se objetiva. Solamente la
hermenéutica basada en el análisis de los signos y los símbolos permite la
comprensión ontológica, y permite entender la reflexión como una actividad
de interpretación de los signos en los que el yo se objetiva. Una vez se ha
descartado entender la reflexión como intuición o como comprensión directa,
sólo queda la posibilidad de ver que está mediatizada por los signos. De esta
manera, la misma noción de la identidad del yo aparece dependiente de la
interpretación de los signos, de los símbolos, del lenguaje; porque la función
simbólica es condición de posibilidad del yo.

La producción de símbolos, y al mismo tiempo la hermenéutica, son


bifacéticas. El símbolo puede servir para disimular o para revelar. La función

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disimuladora requiere una hermenéutica desmistificadora y mantiene la
sospecha respecto de toda expresión simbólica, percibida siempre como la
máscara de un deseo, una intención o una significación no confesada. La
función reveladora o de manifestación requiere, por su parte una
hermenéutica del desvelamiento progresivo que intenta traducir un sentido
profundo, no inconfesable, pero inefable. Esta hermenéutica se alimenta del
sentido de lo sagrado, un sentido para cuya expresión faltan conceptos y
términos adecuados. Ricoeur practica ambas hermenéuticas.

Ricoeur presenta el círculo hermenéutico como una manifestación del


círculo de la creencia: creer para comprender, comprender para creer.

ANÁLISIS CRÍTICO

Las lecturas realizadas sobre los planteamientos de Gadamer y


Ricoeur nos permiten aclarar que el término hermenéutica, ha sido
considerado como arte y ciencia de interpretar textos, no solo los escritos,
sino también los hablados, los gesticulados y de otro tipo, es decir la
posibilidad de referir un signo a su designado para adquirir la comprensión,
también ha sido identificado con la exégesis, o con la reflexión metodológica
sobre la interpretación y es una disciplina muy importante para el estudio de
contenidos que requieren resultados interpretativos múltiples, tales como en
la Ciencia Jurídica y la Ciencia Histórica.

En la práctica metodológica, la Hermenéutica, se identifica con el


Análisis de Contenido en donde las interrogantes interpretativas están
siempre dirigidas hacia la obtención de la comprensión

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El conocimiento se construye en la hermenéutica a partir de la
capacidad interpretativa del ser humano, no existe la verdad, sino que el
hermeneuta dice su verdad. La hermenéutica es deconstructiva porque sólo
deconstruyendo la vida se reconstruirá de otra manera. Va del todo a las
partes y de las partes al todo, a través del entendimiento, la explicación y la
aplicación.

En la Ciencia Administrativa, el estudio del lenguaje ha cobrado


vigencia a través del conocimiento de la Programación Neurolinguística, la
cual es una evidencia de que a través del lenguaje utilizado por las personas
se puede determinar su conducta y programar conductas deseadas.

Interpretar los discursos de los líderes organizacionales, es una


puesta en práctica de la Hermenéutica en nuestros tiempos que demuestra
que mediante el lenguaje se puede predecir su línea de acción.

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