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LA PAPA : APUNTES SOBRE SUS ORÍGENES Y SU DOMESTICACIÓN

Author(s): Duccio BONAVIA


Source: Journal de la Société des américanistes, Vol. 79 (1993), pp. 173-187
Published by: Société des Américanistes
Stable URL: http://www.jstor.org/stable/24605665
Accessed: 14-07-2016 14:19 UTC

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LA PAPA : APUNTES SOBRE SUS ORÍGENES

Y SU DOMESTICACIÓN1

Duccio BONAVIA *

Se presenta una síntesis del estado actual de los conocimientos sobre los orígenes y la
domesticación de la papa. Se hace un análisis crítico de los hallazgos arqueológicos, tratando
de establecer cual es la evidencia segura con la que se cuenta para reconstruir la historia de
esta planta.

Palabras claves : Costa del Perú, Huaynuma, domesticación vegetal, cultígenos, papa.

La pomme de terre : son origine et sa domestication

Ce travail présente une synthèse de l'état des connaissances sur les origines de la
domestication des pommes de terre. Les données archéologiques disponibles font l'objet
d'une analyse critique afin d'établir les certitudes que l'on a concernant l'histoire de cette
plante.

Mots clés : Pérou littoral, Huaynuma, domestication végétale, cultigènes, pomme de terre.

The potato : its origins and domestication

A synthesis of the actual state of our knowledge regarding origins and domestication of
the potato is presented, including a critical analysis of archaeological findings, and an
attempt at establishing which evidence we can utilize with confidence in order to reconstruct
the history of this plant.

Key words : Coastal Peru, Huaynuma, vegetal domestication, cultigens, potato.

Uno de los aportes americanos más importantes al mundo, aún no


suficientemente aquilatado, ha sido sin duda el de un conjunto de plantas
cultivadas. Entre ellas, que duda cabe, la papa ha jugado un rol fundamental. Pero
no hay que olvidar que cuando llegaron los europeos habían pasado ya miles de
años desde que se iniciaron los procesos de selección y cambios que condujeron a
la papa domesticada a partir de la silvestre.

* Laboratorio de Prehistoria, Departamento de Biologia, Universidad Peruana Cayetano Heredia,


Apartado 5045, Lima 100, Perú.
J.S.A., LXXIX, 1993 : p. 173 à 187.

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Hawkes, al describir los cultivos en función climática y fitogeográfica, creó una


serie de grupos y en el tercero, incluye a la papa dentro de las especies resistentes
a los climas temperados, fríos temperados y fríos altoandinos. Este grupo es
ecológicamente único y sin paralelo en otras partes del mundo. Contiene cinco
especies o grupos de especies. Sus formas silvestres ancestrales, en su mayor parte,
pueden aún encontrarse, aunque mantienen una existencia bastante pobre, en
ecotonos entre la floresta del alto páramo y la estepa de puna o colonizan las áreas
rocosas, con suelos delgados, donde no pueden sobrevivir las yerbas perennes. Este
grupo comprende las plantas de zonas frías temperadas, o sea la papa (Solanum
tuberosum), la oca (Oxalis tuberosa), el ulluco (Ullucus tuberosus), el añu
(Tropaeolum tuberosum) y la maca (Lepidium meyenii) (Hawkes, 1989 : 482-484).
Hoy se conocen alrededor de 200 especies de papas silvestres, de alguna manera
relacionadas a las cultivadas, en un área que se extiende desde el Suroeste de
los Estados Unidos de Norteamérica, a México, Centro América, a lo largo de
los Andes, hasta Argentina, Chile, los llanos de Paraguay, Uruguay y el Sur de
Brasil. Es importante señalar que todas estas especies silvestres poseen tubérculos,
excepto la serie Etuberosa de Chile (Carlos Ochoa, Comunicación personal, 1992)
y pueden generar híbridos por lo menos con una de las variedades cultivadas
(Hawkes, 1989: 495). Estas especies crecieron inicialmentes en las regiones
occidentales andinas, en alturas que oscilan entre los 500 y los 4,500 m.s.n.m.
(Hjerting, 1987 : 5), aunque Murra (1975 : 46) señala que Juzepczuk encontró
papas silvestres a más de 5,000 m.s.n.m. La afirmación de Dodds (1965 : 124) que
la papa silvestre no puede darse por debajo de los 1,800 m.s.n.m., es
definitivamente equivocada, pues es sabido que las hay en las lomas costeras
peruanas. La mayor cantidad de especies diferentes se dan en México, Perú, Bolivia
y Argentina y la gran mayoría tienen tubérculos pequeños, amargos, situados al
final del estolón.
La mayoría de la papas silvestres pueden cruzarse sin mucha dificultad. Así se
crearon nuevas variedades y algunas con tubérculos más grandes que sus plantas
emparentadas. Este proceso de selección ha continuado por milenios (Hjerting,
1987 : 5).
Las papas cultivadas forman series poliploides de alrededor de 7 especies, con
un rango que va entre las diploides, las triploides, las tetraploides y las pentaploides
(Hawkes, 1989 : 495) y según Zhukovsky (1971) pueden crecer hasta los 4800
m.s.n.m.

Como bien escribiera Hjerting (1987 : 5), las papas que cultivamos y comemos
son el resultado de miles de años de selección y cruces de especies de papas
silvestres. Sin embargo, es prácticamente imposible saber donde comenzó este
proceso, aunque se puede sugerir que fue en el área altiplánica, ya que allí se da
la mayor cantidad de variedades de especies primitivas cultivadas y sus variedades.
Un hecho que refuerza esta hipótesis, es que las variedades más resistentes al hielo,
o sea las amargas luki o ruki, son triploides estériles que no se reproducen por sí
solas y necesitan la acción humana (Murra, 1975 : 47). La sugerencia de Pozorski
y Pozorski (1987 : 113) que estos tubérculos pudieran haber sido domesticados en
la costa, carece de sustento y va, además, contra todas las evidencias existentes. Al
mismo tiempo sabemos muy poco sobre el proceso de domesticación de raíces y

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tubérculos, aunque se puede suponer, como dice Hawkes, que éstos siguieron
probablemente el patrón generalizado de las plantas de semillas. Para una mayor
discusión sobre el tema, recomendamos los trabajos de Hawkes de 1969 y 1989.
En este sentido Jensen y Kautz (1974 : 46-47), siguiendo a Lynch (1971),
piensan que todas aquellas plantas que el hombre domesticó, son las que han
jugado un rol muy importante durante los tiempos precerámicos tempranos y,
junto con las plantas de semilla, el grupo más importante son las plantas de rizoma
y tubérculo. Creen estros autores, además, que las plantas de raíz en general y las
papas en particular, pueden ser manejadas por pueblos no sedentarios. En efecto
Sauer en 1958 (pp. 2) escribió que « Los tubérculos que tienen que ser extraídos de
la tierra, producen una cosecha incompleta ; lo que se pierde, se convierte en una
nueva planta en el terreno disturbado que podrá ser cosechado el próximo año.
Estos terrenos removidos tienden a convertirse en permanentes y productivos ».
Por otro lado Hjerting (1987 : 5) ha sugerido que la posibilidad de una larga
falta de frutos silvestres, pudo forzar a los habitantes del Altiplano andino a
arrancar de raíz los tubérculos. Aquellas especies con tubérculos más grandes y
quizá menos amargos, comenzaron a crecer en la vecindad de las casas, sin ser aún
cultivadas. Así, a lo largo de centurias, se fueron seleccionando las especies con
tubérculos más grandes. Las actividades humanas permitieron a las diferentes
especies de difundirse lentamente y entrar en contacto entre ellas.
No hay que olvidar, además, que los tubérculos pueden ser almacenados de
diferentes maneras, sin la elaboración cultural que necesitan los granos y las
semillas (Jensen y Kautz, 1974 : 47). Hay una serie de otros factores importantes,
que sin duda han jugado un rol en el proceso de domesticación de estas plantas.
Pues las plantas de raíz se distinguen por tener un apreciable contenido de
almidones, aunque son deficientes en aceites y proteínas, pero éstas pueden ser
complementadas con proteínas y aceites animales y unas proteínas vegetales
incompletas que se encuentran en algunas semillas (Lynch, 1967 : 64). Además, en
el caso de las papas, éstas pueden comerse, aunque no estén completamente
maduras, a los 60 días de haber sido plantadas y proporcionan, por unidad de
tiempo y de espacio, más calorías y más proteínas que cualquier otra planta. Su
rendimiento es prodigioso, pues producen cinco veces más por unidad de tierra,
que el maíz, el trigo o la soja (Kahn, 1987 : 83). Sabemos también que la papa ha
sido cultivada con gran suceso en pequeñas parcelas de tierra pobre, en una gran
variedad de zonas climáticas, a alturas que van desde el nivel del mar hasta casi los
5,000 m.s.n.m. en los Andes y muy a menudo, por agricultores que han usado los
medios más primitivos (Crosby, 1972 : 171).
El problema de los orígenes de la papa domesticada ha preocupado a muchos
especialistas, entre los que cabe recordar a Salaman (1949), Juzepczuk y Bukasov
(1929), y Hawkes (1967,1978). Como escribiera este último recientemente, el origen
de la papa domesticada debe haberse producido en la parte occidental de
Sudamérica. La controversia que tenemos, es si existe una sola área de origen en
los Andes Centrales o hay un segundo centro independiente en Chile (Hawkes,
1989 : 494-495).
Evidentemente el centro de las especies y la mayor diversidad de variedades de
la papa cultivada se encuentran en un área que se extiende desde el Perú Central

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hasta Bolivia. Es por eso que Vavilov (1951) planteó que allí estaba el centro de
origen. Ahora bien, el estudio de las especies silvestres más cercanamente similares
a las cultivadas, señala que las series Tuberosa pueden ser las candidatas para este
proceso. Particularmente Solanum leptophyes de Bolivia. Tay (1979) ha hecho un
estudio de las diferencias entre los diploides cultivados, que lo llevó a la conclusión
que la especie más primitiva es Solanum stenotomum, que tiene un área de extensión
meridional en el Norte de Bolivia. Esta área coincide con la distribución de
Solanum leptophyes. Se puede pensar, tentativamente, que la papa cultivada fue
primeramente domesticada como una especie diploide (Solanum stenotomum) en las
tierras altas del Norte de Bolivia, a partir de la especie silvestre Solanum leptophyes.
Así se difundiría hacia el Norte, llegando al Perú y después de la formación tetra
ploide Solanum tuberosum ssp. andigenum, es muy probable que absorbió diversi
dades généticas de otras especies silvestres, por medio de hibridación e introgresión
(para una mayor información sobre este punto vide Hawkes, 1989 : 495).
Hay que indicar que Ochoa (1990 : 338-339) no está de acuerdo con esta
posición. El cree que Solanum stenotomum es altamente polimorfa y ello sugiere que
su origen pudo haber sido polifilético de modo que, posiblemente, la planta —
incluyendo el cultígeno — pudo haberse originado en más de un lugar y más de una
vez a partir de especies de papas silvestres, como Solanum bukasovii, Solanum
soukupii y Solanum brevicaule.
Sin embargo, recientemente Grun (1990) ha indicado como origen de la papa
cultivada lo que él llama el Complejo Solanum brevicaule, que después de una selec
ción, daría origen al Solanum stenotomun que al mezclarse con especies desconocidas,
llevaría al Solanum tuberosum ssp. andigenum. Este a su vez, por medio de múltiples
introgresiones, produciría el Complejo ssp. andigenum que al mezclarse con especies
desconocidas, daría como resultado final Solanum tuberosum ssp. tuberosum.
Hawkes (1989 : 496) en este sentido toma una posición muy clara y categórica.
El escribió : « Sin embargo los resultados arquelógicos le añaden peso a la
evidencia botánica, en el sentido que parece probable que el origen de la
domesticación de la papa se dio en los altos Andes del Norte de Bolivia en algún
momento antes de los 10,000 años antes del presente».
Sin embargo varios autores se inclinan por la domesticación doble. Así
Zhukovsky (1962) señaló claramente dos centros independientes, uno en el cinturón
tropical andino, entre los 10° de Lat. Norte y los 25° de Lat. Sur, entre los 2,500
y los 4,800 m.s.n.m. y el otro en la latitud templada del Centro de Chile, entre los
35° y los 45° de Lat. Sur y entre una altura que oscila desde el nivel del mar hasta
los 250 m.s.n.m. Ugent et al. (1987) han retomado recientemente esta posición y
plantean que en cada caso se ha logrado la papa cultivada a partir de especies
silvestres (Op. Cit. : 26). Es muy posible, como lo indicó Dodds (1969 : 15), que
la forma silvestre ancestral haya desaparecido ya hace mucho tiempo, justamente
por haber sido adaptada al cultivo.
Al momento de la Conquista, sabemos que la papa domesticada se extendía
desde Venezuela, a lo largo de la cadena andina, hasta el Noroeste argentino y por
la faja costera de Chile Central y Meridional. No cabe duda que la introducción
de la papa en Centro América y México, se efectuó en tiempos posteriores a la
Conquista (Hawkes, 1989 : 495).

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ORÍGENES Y DOMESTICACIÓN DE LA PAPA 177

En lo que se refiere al análisis del problema de la papa desde el punto de vista


arqueológico, es muy importante indicar que hay una grave dificultad : la de
su conservación. Mientras otras plantas tienen frutos que por su estructura o por
sus semillas son muy resistentes y ello permite su conservación en los yacim
ientos arqueológicos, este no es el caso de los tubérculos. Ellos generalmente
se destruyen hasta en las condiciones de la costa peruana, que se distingue por
sus excepcionales cualidades de conservación de los restos botánicos depositados en
los contextos arqueológicos. En las serranías el problema se acentúa, salvo en el
caso de la cuevas secas, en las que se ha excavado muy poco. Es así, que si se
revisan los informes arqueológicos o los trabajos de etnobotánica, se podrá
comprobar que prácticamente no hay referencias a la papa. Lo que sí hay es una
abundante información de esta solanácea en las representaciones, que nos han
dejado en la cerámica los artesanos prehispánicos. Pero en este caso se trata de
culturas tardías que poco o nada nos pueden servir para los problemas que nos
interesan, o sea orígenes y domesticación de esta planta. Los frutos que se han
representado en la alfarería, corresponden a copias directas o han sido inspirados
en especímenes que habían sufrido ya un largo proceso de selección humana.
Probablemente la cultura en la que hay más representaciones de papa es Moche y,
curiosamente, ésta es ausente en Nasca. No viene al caso detenernos aquí sobre este
aspecto, y si alguien tiene interés puede recurrir a los trabajos de Salaman (1949)
o Vargas (1962).
Veamos ahora cuales son los datos con los que contamos para la Epoca
Precerámica. Como se verá, es muy importante hacer un análisis crítico de esta
información, pues no siempre estamos en presencia de evidencias aceptables. Esto
es, a nuestro juicio, de fundamental importancia, pues en muchas publicaciones se
ha citado información que no tiene validez científica. Sobre esto hemos escrito un
artículo, en el que las personas interesadas podrán encontrar mayores detalles
(Bonavia, 1984). Aquí nos limitaremos a hacer un resumen actualizado 2.
Ramos de Cox (1971 : 94) sostiene que en la Fase Conchitas del sitio PV48-II
de Tablada de Lurín (fechada en 4,500 años a.C.) se encontraron « ...productos
similares a...papas. ». Luego Patterson y Lanning (1964 : 114) al referirse a
Ventanilla, al Norte de Lima, en una época cuya edad oscila entre los 2,000 y los
1,200 años a.C., mencionan la existencia de «papas», aunque posteriormente se
demostró que se trataba de una planta silvestre que no es papa (Nawpa Pacha, 4,
1966:115).
Lanning ([1965] 1970 : 138) trata concretamente sobre el yacimiento Punta
Grande (fechado en 2,500 años a.C.) y dice que allí hubo « ...papa (que podría
haberse recogido silvestre en lo que aún quedaba de las lomas)... », aunque líneas
atrás había afirmado que se trataba de « ...raíces...probablemente cultivadas. ». En
un trabajo posterior, el mismo Lanning (1966 : 190) se refiere a este hallazgo y es
más cauto cuando escribe : « Las raíces todavía no han sido examinadas por un
botánico, pero pude reconocer abundantes papas... ». Efectivamente, cuando el
mismo autor escribe su manual ya clásico (Lanning, 1967 : 60), y trata el
Precerámico final de la Costa Central, dice « ...posiblemente papas... ».
Hay un dato más, relativo a la Costa Central, y que debe ser discutido. Hawkes
(1989 : 495-496) se refiere a la identificación de unos restos que hiciera

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Martin-Farias (1976), ensayando nuevas técnicas para el estudio de antiguas


plantas de raíz. La muestra corresponde a los trabajos que realizara Michael
Moseley en el área Ancón-Chillón. En el trabajo de Hawkes no se da mayor
información, sólo se dice que entre otras plantas había « papas » que tienen una
antigüedad de 4,500 años antes del presente. No hemos tenido la posibilidad de
revisar el trabajo completo de Martin-Farias, que es una tesis de doctorado, pero
sí sus conclusiones, y en ellas se señala el yacimiento del que provienen las
muestras. Este sería La Pampa. Pensamos que es un error y que se trata de Pampa,
situado en la Bahía de Ventanilla, al Norte de la desembocadura del río Chillón.
En efecto, este sitio ha sido estudiado por Moseley, el cual ha informado sobre sus
hallazgos (Moseley, 1975 : 22-23) y si bien hay una lista de plantas, entre ellas no
figura la papa. La datación del sitio coincide aproximadamente con la que señala
Hawkes (Op. Cit.) Sin embargo, hay que tener mucho cuidado, pues en las
conclusiones de Martin-Farias, las que sí hemos podido leer, se dice textualmente :
« Solanum tuberosum pudo también estar presente en el sitio La Pampa (ca. 4,450
antes del presente), a pesar que esto no ha sido probado sin que haya lugar a
duda ». (N.B. El subrayado es nuestro). Creeemos que no es necesaria ninguna
aclaración.
Hasta donde nosotros sabemos, Moseley no ha publicado más información
sobre el asunto y sería importante que lo hiciera, en cuanto Martin-Farias (Op.
Cit.) cree, con seguridad, que se trata de plantas cultivadas.
Hay un dato reciente que se refiere también a la Costa Central, concretamente
al sitio El Paraíso en el valle del Chillón y correspondiente al Precerámico final, es
decir entre 2,500 y 1,800 años a.C. Se dice que hay evidencia de utilización de
plantas silvestres, entre las cuales hay «...miembros no identificados de Solanum
spp. ...» y luego se añade que entre las plantas que han podido ser identificadas a
base de análisis de coprolitos hay Solanum (Quilter et al., 1991 : 280). Esta infor
mación es aún muy vaga y tenemos que esperar que se publiquen mayores detalles.
Para terminar con la parte costera, Ugent et al. (1982, 1983) han informado
sobre el hallazgo de 20 tubérculos de papa procedentes de cuatro yacimientos del
valle de Casma, en el departemento de Ancash. Ellos son enfáticos en afirmar que
estos restos han sido « ...positivamente identificados como papa cultivada (Solanum
tuberosum L. sensu lato)... » en función del análisis de la superficie de los restos y
de los granos de almidón (Ugent et al., 1982 : 183). Los tres yacimientos en cuestión
corresponden a diversas épocas , que cubren un lapso que oscila entre los 1,200 y
los 2,000 años a.C.
Los restos que a nosotros nos interesan mayormente, son los que corresponden
al sitio de Huaynuma (situado en la bahía homónima 12 km. al Norte de la bahía
de Casma), que es precerámico y que tiene una antigüedad de 2,000 años a.C.
(Ugent et al., 1982 : 184-187). Allí se encontró 6 especímenes que, al decir de los
autores, corresponden a« ...papa blanca...» (Op. Cit. : 187) y que estaban en
excelente estado de conservación. Los autores han comparado sus restos con otros
de tubérculos arqueológicos de diferentes yacimientos tardíos de la costa peruana
y, en términos generales, llegan a la conclusión que los especímenes de Casma son
más pequeños y ofrecen detalles sobre sus granos de almidón (Op. Cit. : 191 ; vide
también Pozorski y Pozorski, 1987 : 16).

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ORÍGENES Y DOMESTICACIÓN DE LA PAPA 179

Este es el único informe que, aunque preliminar, ofrece información arqueo


lógica y botánica con cierto detalle y credibilidad.
Refiriéndose a la sierra ayacuchana, MacNeish et al. (1975 : 30) escriben que
« ...hay evidencia de cultivo de papa... » en lo que ellos definen Período 6
(correspondiente, en términos de tiempo, entre 4,200 y 2,500 años a.C.), lo que
involucraría la Fase Chihua y Cachi de MacNeish et al. (1970). Aunque un
colaborador de MacNeish, García Cook (1974 : 21), menciona la posible exis
tencia de papa concretamente en la Fase Chihua (entre los 4,500 y los 3,100
años a.C.). Esta aseveración es confirmada posteriormente por MacNeish et al.
(1983). Es así que se menciona « ...a possible potato eye... » identificado en un
coprolito que estuvo en la Zona X de la Cueva de Pikimachay, correspondiente a
una ocupación Chihua temprana (5,000-4,000 años a.C.) (MacNeish et al., Op.
Cit. : 158) y luego en la Zona VII de la misma cueva que es asignada a una
ocupación Chihua tardía (3,5000-3,300 años a.C.) se menciona la existencia de
« ...solanum fruits. Whether any of the latter were domesticated potatoes could not
be determined, but possible potato eyes were in two of the feces... » (MacNeish et
al., Op. Cit. : 160).
Para el área de la parte alta del valle de Chilca, Engel (1970a : 431) informó que
en « las cuevas » de Tres Ventanas se encontró « Solanum sp. » en el nivel fechado
en 10,000 años, aunque especificó que se trata de plantas « probablemente » silvestres
(Op. Cit. : 432). Luego en otro escrito del mismo año, señala que en la Cueva I y II de
Tres Ventanas, en todos los niveles, hubo restos de tubérculos y uno fue identificado
por Douglas Yen como Solanum sp., aunque no se puede probar que se trate de
plantas cultivadas. No se dice de que nivel viene este tubérculo identificado. Se
especifica que los tubérculos estaban « fosilizados » (Engel, 1970b : 56).
Cuando Engel vuelve sobre el asunto (1970c : 129) dice textualmente :
« ...hemos encontrado papas...en capas arqueológicas de 10,000 años... » en « ...las
cuevas de Tres Ventanas. » y en el Cuadro A que acompaña el artículo, indica la
papa en lo que él denomina « Horizonte pre-agrícola », que tendría une antigüedad
que oscila entre los 10,000 y los 5,600 años antes del presente. Posteriormente el
autor vuelve sobre el asunto (Engel, 1973 : 274) y señala que papas « ...están
presentes en algunos yacimientos muy tempranos del Holoceno (e.g. en los niveles
de 10,000 años antes del presente de las cuevas de Chilca)... » e indica nuevamente
que, según Yen, se trata de una papa silvestre.
Douglas Yen, en estos escritos, no sólo no aclara la situación, sino que aumenta
la duda, aunque no trata in extenso el tema. Es así que (basándose siempre en
Engel, 1970b) en el texto dice : « Restos...de Solanum fueron encontrados en los
niveles arqueológicos fechados por carbono en 10,000 y 8,000 años antes del
presente. Algunos de estos tubéculos se ven en la Figura 5 » (Yen 1974 : 25). Sin
embargo, en la mencionada Figura (Op. Cit. : 26) se muestra un solo ejemplar y
en la leyenda se afirma que se trata de un tubérculo que ha sido « ...identificado
como probablemente correspondiente al género...Solanum... » (N.B. : el subrayado
es nuestro). Además en ningún lugar se pronuncia sobre el posible estado
doméstico o silvestre de la muestra. Es evidente que Yen no tuvo responsabilidad
directa en el asunto, y confió en la información que le envió Engel y que él supuso
era correcta (in litteris, 28 de noviembre de 1985).

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180 SOCIÉTÉ DES AMÉRICANISTES

Del análisis de los datos expuestos se puede concluir que sólo los hallazgos de
Casma y los del valle del Chillón tienen validez científica, aunque los segundos son
aún muy vagos y necesitan ser confirmados con mayor detalle. La información de
Ayacucho es muy imprecisa, pues en los informes preliminares del Proyecto
Ayacucho (MacNeish, 1969 ; MacNeish et al., 1970) la papa no se menciona para
nada, luego uno de los encargados del proyecto (García Cook, 1974) afirma que
«posiblemente» haya habido papa en los estratos correspondientes a la Fase
Chihua y MacNeish et al. (1975) hablan de « evidencia de cultivo de papa », sin
señalar concretamente cual es esta evidencia. Y, finalmente, en el informe final del
proyecto (MacNeish et al., 1983) sólo se presentan vaguedades. Es nuestra opinión
que hasta que no se publique el informe botánico completo de este proyecto, la
pretendida « evidencia » no puede ser tomada en cuenta.
En el caso del valle de Chilca el problema es grave. Primero Engel habla de una
cueva, Tres Ventanas, y exclusivamente señala el hallazgo en el estrato fechado en
10,000 años. Luego se menciona dos cuevas de Tres Ventanas, la I y la II, y se
especifica que los restos de tubérculos estaban presentes en « todos los niveles ».
Cuando se trata nuevamente el asunto, se menciona sólo Tres Ventanas, sin
especificar el número de la cueva, pero señalando que los restos de papas estaban
presentes sólo en el nivel correspondiente a 10,000 años, para — finalmente en un
último escrito — mencionar otra vez « algunos yacimientos », en plural. Se ha
visto, además, que se ha identificado sólo un espécimen como probable Solanum sp.
Pero, además de todas estas inconsistencias que son evidentes, hay también
graves problemas de tipo técnico arqueológico que invalidan los trabajos de Tres
Ventanas, y cuyos detalles no viene al caso mencionar aquí. El análisis completo
de ello se hizo en un trabajo anterior (Bonavia, 1984). Y nuestra posición ha sido
corroborada por Claude Chauchat (1972 y Comunicación personal, 1983) que tuvo
la oportunidad de revisar personalmente los materiales y ver los métodos de trabajo
del equipo de Frédéric Engel. Cohen (1978 : 226 y 241) al referirse a Tres Ventanas
es también categórico en afirmar, después de haber revisado los datos de Engel, que
allí « ...los estratos son casi seguramente mezclados... ».
En el artículo de Ugent et al. (1983) hay una información que es muy
importante, ya que avala lo que venimos sosteniendo. Allí los autores explican que
les fueron entregados cinco tubérculos, provenientes de la Quebrada de Chilca,
para que fueran analizados por Ugent. Aquí surge nuevamente un problema y una
evidente contradicción, de los que Ugent parece no haberse dado cuenta, a pesar
de nuestra advertencia (Bonavia, 1984), pues inclusive en un trabajo muy posterior
(Ugent et al., 1987 : 25) sigue aceptando esta evidencia como válida.
Veamos los hechos. En primer lugar no se sabe de cual de los yacimientos de
Chilca provienen las muestras ; por todo lo expuesto anteriormente, podemos
suponer que de alguna de las cuevas de Tres Ventanas. Ugent et al. (Op. Cit. : 42)
dicen textualmente : « Estos tubérculos, algunos de ellos de los más antiguos... »
(N.B. : el subrayado es nuestro). Esto significa tres cosas ; que no todos son
antiguos, que no se sabe cual es el antiguo pues suponemos que en caso contrario
los autores lo hubieran señalado y, finalmente, si hay otros que no son antiguos
significaría que efectivamente fueron hallados en varios niveles de la cueva, lo que
iría en contra de aquellas aseveraciones de Engel (que son la mayoría), que señalan

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ORÍGENES Y DOMESTICACIÓN DE LA PAPA 181

que éstos provienen sólo del estrato fechado en 10,000 años. Hay además otra
grave incoherencia. Engel es muy claro cuando dice que sólo un tubérculo ha sido
identificado como papa y Yen ilustra uno solo en su libro, como hemos visto.
Resulta, sin embargo, que a Ugent le han entregado cinco especímenes de papas
(iOp. Cit. : 42 y figura 4G). Y aquí podemos añadir un dato más, que no
conocíamos cuando escribimos nuestro trabajo de 1984. Ahora sabemos que una
muestra procedente de « la puna del valle de Chilca », que suponemos se trata de
Tres Ventanas, ha sido entregada también a Martin-Farias (1976), en Inglaterra,
para un análisis. Como ya hemos indicado, nosotros no hemos logrado obtener este
trabajo, pero sí sus conclusiones. De éstas se puede colegir varias cosas. En primer
lugar que se trató de una sola muestra, pues figura su número : es el 411. Luego,
que es casi seguro que se trata de Tres Ventanas, en cuanto se señala como fecha
« 8,000 antes del presente », lo que puede ser un lapsus en cuanto la fecha sería
« antes de Cristo ». Pero, y esto es lo más importante, la autora considera como
seguro el hecho que se trata de Solanum tuberosum y que corresponde a una planta
cultivada. Hawkes (1989 : 496) confirma esta posición. Esto, evidentemente, está en
contradicción con la otra información que nos diera Engel. Cualquier comentario
está demás. A base de lo publicado, es prácticamente imposible aclarar la situación
caótica que se ha creado con estos hallazgos.
Resulta que estos tubérculos estudiados por Ugent (Op. Cit. : 42) « ...varían de
12 à 25 mm. de ancho. El más grande, es un fragmento de tubérculo entero, y se
considera más grande que cualquier otro que se haya visto hasta ahora y
procedente de la región de Casma. Además, los granos de almidón de estos
tubérculos que varían de ampliamente elípticos a ovalados (figura 31), en realidad
no bien conservados, son sin embargo más similares a los granos de papa cultivada
de ahora, que los del almidón de las especies silvestres, teniendo las últimas (vea
figuras 3G y 3H) granos de puntas largas y siendo frecuentemente mucho más
pequeños. Esto nos induce a suponer, que la especie Solanum tuberosum está bajo
cultivo por lo menos desde hace 10,000 años ».
En primer lugar tenemos los datos referentes al tamaño del tubérculo entero,
que es más grande siendo más antiguo que los tubérculos encontrados en Casma,
que son mucho más recientes. Si bien la excepción puede darse, tratándose en el
caso de Chilca de especímenes silvestres, como sostiene Engel, y de especímenes
cultivados en el caso de Casma, como lo dicen Pozorski y Pozorski, y mediando
entre las dos muestras (si la fecha de Chilca fuera correcta) aproximadamente 7,000
años de diferencia, en verdad el fenómeno debería darse al revés.
En el caso del almidón también llama la atención la mayor similitud con los
almidones procedentes de especimenes actuales que con los de las especies
silvestres, cuando — repetimos — Engel ha sostenido que se trata de especímenes
silvestres y no hay ninguna evidencia de cultivo en Tres Ventanas, en los niveles que
éste ha calificado de « más antiguos ». No podemos compartir la opinón de Ugent
et al. (Op. Cit.) en el sentido que ello indicaría que en Chilca la papa estuvo bajo
cultivo desde hace 10,000 años. No vemos cual sería la prueba para sustentar este
aserto. Nosotros nos inclinamos a pensar que ello más bien nos está señalando, que
los estratos estuvieron mezclados y que los tubérculos excavados provenían de los

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182 SOCIÉTÉ DES AMÉRICANISTES

niveles superiores, de modo que son mucho más recientes de lo que Engel ha
creído.
Todo esto nos lleva a una simple conclusion : que las únicas muestras de papa,
procedentes de estratos precerámicos, que se conocen hasta la fecha y a las que se
les puede dar validez científica, son las de Casma.
Hay un punto importante que no podemos dejar de mencionar y sobre el tienen
que pronunciarse los especialistas. Nos referimos a la determinación de la especie
a la que pertenecen los hallazgos de Casma. Ugent et al. (1987 : 17) sostienen que
todos los restos arqueológicos peruanos de papa, se parecen a los especímenes
modernos de Solanum tuberosum. Sin embargo Hawkes (1989 : 496) no condivide
esta opinión y es mucho más cauto. En este sentido escribió : « Los tubérculos son
bastante más pequeños, pero no hay suficiente evidencia para indicar si ellos
proceden de Solanum stenotomun o Solanum tuberosum ». Pero Carlos Ochoa
(Comunicación personal, 1992) excluye categóricamente que pueda tratarse de
Solanum stenotomum, pues ésta no crece en la costa.
Para las épocas posteriores al Precerámico hay mayor cantidad de restos,
aunque e insistimos sobre ello, éstos no son abundantes. Su revisión escapa del
objeto de este análisis, pero una buena información de conjunto se puede encontrar
en el libro de Towle (1961), al que habría que añadir alguna información de
trabajos más recientes, aunque ésta no es mucha.
Si bien es cierto que el tema central de este artículo son los Andes Centrales,
consideramos indispensable traer a colación una investigación que se ha llevado a
cabo en Chile, a partir de fines de la década del 70 y que recién se ha publicado
en la década del 80. Ella tiene importantes datos sobre la papa, que apoyan la
posibilidad de la existencia de dos focos independientes de domesticación de esta
planta.
Como lo explican Ugent et al. (1987 : 17 y 19) los tipos tardíos de papas de
Chile han sido clasificados todos cornos variedades de Solanum tuberosum, y se ha
creído que era indígena de Chile (desde los tiempos de Bukasov [1930] hasta los
trabajos de Vavilov [1951]). Sin embargo, a principios del siglo XIX, Humboldt y
otros señalaron que estas variedades tenían características de Solanum maglia. El
problema se plantea en cuanto Hawkes y Hjerting (1969) sostienen que estas papas
pueden haber evolucionado de tubérculos traídos de Perú o Bolivia, por medio de
la migración de poblaciones. No hay, sin embargo, datos arqueológicos ni
históricos y los datos biológicos parecen entrar en conflicto con esta interpretación.
Hay que señalar que Ugent et al. (1987) siguen la taxonomía propuesta por
Correll (1962), y según este autor, de más de 150 especies cultivadas y silvestres de
Solanum, sección Tuberarium, (hoy sección Pelota ; Ochoa, 1990 : 26) que se
conocen en el area de los Andes sudamericanos, hay 9 especies que son indígenas
de Chile. Sin embargo 7 de ellas están relacionadas muy lejanamente con la
verdadera papa, en cuanto no producen tubérculos. Las únicas especies de esta
sección que producen tubérculos son Solanum maglia y Solanum tuberosum. No
entraremos en detalles sobre distribución geográfica y altura sobre el nivel del mar
de cada una de estas especies, pero ellas están especificadas en el trabajo de Ugent
et al. (1987 : 19).
En este caso los autores se refieren a nueve fragmentos de cáscara y a un

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ORÍGENES Y DOMESTICACIÓN DE LA PAPA 183

tubérculo pequeño deshidratado, hallados en el sitio de Monte Verde, en el


departamento de Llanquihue, a 25 km del Océano Pacífico y a 55 m.s.n.m., en
Chile Sur-central (Ugent et al., 1987 : 17 y 21 ; Ramírez, 1989 : 100). La
importancia de estos restos radica en dos hechos. En primer lugar, porque se trata
de papa silvestre Solarium maglia y, en segundo lugar, porque su antigüedad es de
11,000 años a.C. y se convierten en los restos de papa más antiguos que se conocen
en el mundo (Ugent et al., Op. Cit. : 17 ; Ramírez, Op. cit. : 100 ; Tom Dillehay,
in litteris, 26 de junio de 1992).
Desde un principio Carlos Ramírez se dio cuenta que se trataba de un Solanum
silvestre, posteriormente se pudo comprobar que se estaba en presencia de la
especie Solanum maglia, al comparar los granos de almidón de los restos de Monte
Verde con los del moderno diploide Solanum maglia, que resultaron ser muy
similares (Ugent et al., 1987 : 23 y 25).
Solanum maglia (Solanaceae), cuyo nombre común es papa silvestre, crece aún
hoy en Chile, y tiene tubérculos que son insípidos pero comestibles. La especie
crece en la actualidad en lugares muy húmedos, comportándose casi como una
halofita. Esto concuerda con la hipótesis de abundancia de pantanos en el paisaje
temprano de Monte Verde, tal como ha podido ser reconstruido por Dillehay
(Ramírez, 1989 : 100 y Tabla 7.2, pp. 164; Dillehay, 1989).
Sabemos que Solanum maglia fue usada por los araucanos y fue descrita en
1841 (Ugent et al. 1987 :19). Ramírez (1989 : Tabla 7.4, pp. 167) cree que los restos
que han sido encontrados en Monte Verde, fueron utilizados con el mismo fin por
los primeros habitantes de este lugar.
Dillehay (1989 : 21) considera que « ...la temprana explotación de tubérculos
(especialmente incluyendo papa silvestre ; Ugent et al. 1987), plantas de semillas y
varios recursos de zonas distantes costeras y de altura, representan una antigua
tradición que se integró con la explotación de múltiples zonas ecológicas ».
Este hallazgo resulta sumamente importante, no sólo por su antigüedad, sino
porque plantea evidentemente la posibilidad de la existencia de dos áreas
independientes de domesticación de la papa. Hecho que no nos llama la atención,
ya que este fenómeno ha sido comprobado para muchas otras plantas. De todos
modos son los botánicos los que tienen la última palabra.
La fecha tan temprana, tampoco debe llamarnos la atención, pues la
arqueología ha podido demostrar que hay muchas plantas en nuestro continente y
en Asia que han sido domesticadas dentro de rangos de antigüedad muy parecidos.
No olvidemos que el Phaseolus vulgaris hallado en la Cueva del Guitarrero, en el
Callejón de Huaylas, tiene una fecha de 8,500 años a.C. (Smith, 1980a : 81-82;
1980b : 110-115). Y considerando que en el caso de la domesticación de las plantas
nos encontramos frente a un proceso y no a un evento, y un proceso muy lento
además, podemos suponer que con el avance de las investigaciones muchas de estas
fechas podrán ser llevadas mucho más atrás. Por lo menos ello está en la lógica de
los conocimientos actuales.
Para terminar, queremos insistir sobre un hecho de fundamental importancia,
que sin duda se está convirtiendo poco a poco en una regla de procedimiento para
el análisis de los yacimientos arqueológicos, pero no con la velocidad necesaria,
sobre todo en el Perú. Nos referimos al trabajo interdisciplinario. Sólo con la

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184 SOCIÉTÉ DES AMÉRICANISTES

colaboración continua y muy estrecha de los especialistas, de las más diversas


disciplinas, se podrá lograr resultados importantes y se podrá resolver problemas,
como los que hemos tratado aquí. Y la etnobotánica es, sin duda alguna, una de
las especialidades más importantes en un medio como el peruano, no sólo porque
ofrece condiciones muy particulares de conservación a lo largo de la costa y en las
cuevas secas de las serranías, sino porque el Área Andina Central ha sido una de
la pocas áreas de domesticación de plantas que hay en el mundo, y entre éstas una
de las más importantes.
Para resolver, o por lo menos acercarnos a la solución del problema de la papa,
siguiendo el consejo de Ochoa y Hawkes, hombres que han dedicado una vida a
su estudio y que conocen como pocos las interrogantes que giran alrededor de esta
planta, una de las más importantes en la historia de la humanidad, los arqueólogos
deberán dirigir sus investigaciones y sus búsquedas a los bordes estacionalmente
áridos de la cuenca amazónica, particularmente en Venezuela y Guayana, el
Noroeste de Brasil y los bordes meridionales más secos de la cuenca amazónica.
Finalmente, los valles estacionalmente áridos de media a baja altura de los Andes
orientales, los valles aislados de la cadena árida costera y las vertientes húmedas
occidentales de la Cordillera Central (Hawkes, 1989 : 499 ; Ochoa, 1990 :
XXVII) *.

* Manuscrit reçu en juillet 1992, accepté pour publication en avril 1993.

NOTAS

1. Este trabajo fue leido en ocasión de la Réunion de la Asociación Latinoamericana de la Papa, que
tuvo lugar en Lima en diciembre de 1991. El autor agradece al profesor Carlos Ochoa que ha tenido la
gentileza de leer el manuscrito y ha hecho valiosas sugerencias.
2. Todos los yacimientos mencionados en este artículo se encuentran sobre el litoral central y
nor-central del Perú a excepción de los sitios andinos de Pikimachay, Tres Ventanas y Guitarrero. Monte
Verde está situado en el centro-sur de Chile.

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