Está en la página 1de 4

Documento

Título: Impuesto al valor agregado sobre los servicios prestados a la sociedad por sus directores.
Autor: Levene, César
Publicado en:
Cita Online: AR/DOC/6064/2003
Analizamos en este artículo, el tema de la exención otorgada a los directores de las sociedades anónimas en
el punto 18, inc. h) del art. 7º de la ley del impuesto al valor agregado, y su aplicación a las tareas
técnico-administrativas de carácter permanente.

El primer párrafo de la norma en análisis dice:

"Artículo 7º: Estarán exentas...

18) Las prestaciones inherentes a los cargos de director, síndicos y miembros de consejos de vigilancia de
sociedades anónimas y cargos equivalentes de administradores y miembros de consejos de administración de
otras sociedades, asociaciones y fundaciones y de las cooperativas."
Si bien la norma se aplica a todas las sociedades y a otros cargos, sólo haremos referencia a los directores de
las sociedades anónimas, ya que han sido motivo de jurisprudencia contradictoria de dos salas del Tribunal
Fiscal de la Nación.

Sólo se encuentran exentos en el impuesto al valor agregado los servicios que obedecen a "las prestaciones
inherentes a los cargos de director...". El problema nace cuando el Fisco considera ajenas a su cargo a las
prestaciones de carácter técnico-administrativo prestadas a la sociedad por sus directores.
Los dos casos que analizaremos se originan aparentemente en una inspección a una misma sociedad de la
cual los dos demandados eran directores a ellos se les imputó la omisión de facturar e ingresar el impuesto al
valor agregado.

Al auditar a la sociedad, se le cuestionaron por excesivas las deducciones realizadas contra sus ganancias en
concepto de pago: de honorarios a directores por su desempeño como tales (admitida hasta un tope del 25% de
las utilidades contables en el inc. j) del art. 87 de la ley de impuesto a las ganancias). Las deducciones fueron
aceptadas por el Fisco, con el fundamento de que los honorarios correspondían a tareas técnico-administrativas;
y que, por ello, no estaban sujetas a la limitación legal.

Por otro lado y como consecuencia del procedimiento realizado sobre la sociedad, el Fisco cuestionó a los
directores mismos el carácter de tales honorarios. Y sostuvo que éstos no entraban en la exención al impuesto al
valor agregado.

A - Los Fallos

El Fisco planteó en ambas causas el mismo argumento; sosteniendo que las prestaciones
técnico-administrativas de carácter permanente no son de las inherentes al cargo de director; y que, por lo tanto,
no están exentas en el IVA.

A.1.a. "Garat, Howard Luis s/ recurso de Apelación", TFN, sala A, 1º de septiembre de 1999.

Los argumentos por los cuales se confirma la resolución determinativa apelada son los siguientes:

(i) Que conforme la doctrina de la Corte, tratándose de exenciones, corresponde la estricta interpretación de
las normas.

(ii) Se admite la supletoriedad de las normas del derecho privado, establecida por el art. 1º de la ley 11.683
(t.o. 1998). "Cuando las concepciones propias del régimen impositivo no resulten decisivas para determinar la
voluntad legislativa, podrá recurrirse a los principios del derecho común, con carácter supletorio posterior. Ello
así, y especialmente cuando no existan en el derecho tributario normas especiales sobre el sentido a atribuir a
determinadas expresiones, no es dable apartarse del alcance que otorga a las mismas el derecho privado"
(considerando VII).

(iii) Como consecuencia de lo establecido en el punto anterior se hace referencia a la legislación comercial
donde se distinguiría entre:

(1) Los honorarios de directores de sociedades anónimas mencionados en el art. 234, inc. 2º de la ley
19.550: que, previstos o no en los estatutos como un porcentaje de las utilidades, son necesariamente votados

© Thomson Reuters Información Legal 1


Documento

por la Asamblea de Accionistas. No constituyendo otra cosa que la asignación de una porción de los resultados
acumulados a los directores, como premio por el éxito de la gestión en el ejercicio.

(2) Los sueldos mensuales o periódicos u otras retribuciones que pueden percibir de la sociedad por el
desempeño de funciones técnicas y administrativas o su función gerencial. Esta clase surgiría del segundo
párrafo del art. 261 de ley de sociedades.

(iv) Que, "se colige que las funciones técnico-administrativas, que por otra parte pueden ser ejercidas por
cualquier otra persona distinta a los directores de la sociedad, no encuadran en la acepción 'prestaciones
inherentes al cargo de director'" (el resaltado es nuestro).

(v) Que la relación entablada entre la sociedad y el director ha sido llevada a cabo entre dos personas
distintas; por lo que la misma se encuentra alcanzada por el impuesto al valor agregado, ya que se trata de actos
jurídicos que se han realizado sin relación de dependencia y con contraprestaciones a título oneroso; debiéndose
prescindir del encuadre jurídico que les resulte aplicable, conforme al art. 3º, inc. 3), apartado 21, punto f) de la
ley del impuesto (t.o. 1997).

A.1.b. La conclusión a la que llega el Tribunal acerca del análisis de las normas de la ley de sociedades, no
parece lógica. Ninguna de las normas societarias referidas hace una diferencia entre cuál es un actividad
inherente al cargo y cuál no.

En efecto, el art. 261 diferencia entre distintos tipos de contraprestaciones que puede, en la práctica, recibir
el director. Ello, en su única finalidad de proteger el derecho al dividendo del accionista. No surge del fallo un
adecuado análisis de la norma societaria.

Verón, al examinar el 4º párrafo del art. 261 sostiene que: "El ejercicio de comisiones especiales es de
carácter temporario o eventual, mientras que el de las funciones técnico-administrativas es de carácter
permanente o continuado, pero en ambos casos excede las funciones propias del director como órgano
societario" ("Sociedades comerciales", tomo 4, pág. 139, Astrea, Buenos Aires, 1999).

Contrariamente a lo propuesto por el autor, la sala D de la Cámara Nacional Comercial sostuvo, que:

"El órgano de administración de la sociedad es el directorio, el cual -sin embargo y según la ley 19.550, art.
270- puede delegar en gerentes generales o especiales, directores o no, las funciones ejecutivas de la
administración, es decir: la gestión de los negocios ordinarios, en términos de la ley de sociedades, art. 269,
literalmente referida al comité ejecutivo pero que Otaegui ("Administración Societaria", pag. 317, Abaco,
Buenos Aires, 1979) extiende a los gerentes.

A partir de esas dos normas de los arts. 255 y 270, no es dudoso que el directorio tiene indelegables
funciones de dirección y de control de la administración, y delegables funciones de ejecución de las decisiones
administrativas -las cuales puede encomendar a gerentes, directores o no-. En ese esquema legal, procede
distinguir entre el director "de asiento" y el "director gerente", quien además de conservar las indelegables
funciones de dirección y control, asume concretamente, por específica delegación del directorio, las funciones
ejecutivas de la administración (o alguna de ellas).

En principio, el directorio tiene las tres funciones de dirección, control y ejecución, aunque esta última es
delegable en algún o algunos directores, o en un tercero no director.

Es sabido que dada la complejidad de los negocios concretos, la función ejecutiva suele delegarse en
gerentes, directores o no, de modo de asignar esas tareas a terceras personas con conocimientos especiales en la
materia de que se trate, o a algún director que posea mejores o mayores conocimientos que sus cointegrantes del
órgano directorial." ("Dristel SA c/ Nougues Hnos. S.A. y otros s/ sumario", CNCom, sala D, 20 de noviembre
del 2000, Causa Nº 7162/94).

Conforme a este análisis, lo que realiza el director gerente es simplemente ejercer actividades a él delegadas,
que son obligaciones originarias del directorio. Es decir, que serán prestadas por el director en relación de
dependencia o no; en vez de estar siendo prestadas por un gerente no director (en relación de dependencia).

En el ámbito del impuesto al valor agregado, vemos que el legislador no ha querido gravar a estos servicios
por ser del tipo instrumental, al igual que los prestados en relación de dependencia. Ello conforme a que el valor
agregado en esta etapa de la producción -por esta actividad instrumental- será gravado en manos de la sociedad
(verdadero sujeto activo del impuesto). El IVA recaerá sobre los bienes vendidos o servicios prestados por la

© Thomson Reuters Información Legal 2


Documento

misma (1).

Entonces, si traemos al ámbito del impuesto al valor agregado el análisis de las funciones del directorio
realizado por la jurisprudencia citada nos encontraremos con que no tendrá ninguna validez la discriminación
que el Fisco pretende crear, entre las tareas realizadas por el director "de asiento" y las del "director gerente".
Ello conforme a dos principales razones:

La primera surge del propio análisis del fallo de la cámara comercial; en cuanto a que ambas prestaciones
son originalmente obligaciones o facultades del directorio, unas delegables y otras no. La segunda, porque no se
estaría violando el espíritu de la norma ya que esa prestación técnico-administrativa de no ser prestada por el
"director gerente", podría perfectamente no ser realizada por un tercero ajeno a la sociedad como en el caso de
un gerente no director; y por lo tanto, un servicio gravado.

A.1.c. Tampoco puede aceptarse como criterio el propuesto en el punto (iv). Si se sigue este razonamiento,
toda actividad que pueda ser delegada por el directorio conforme lo autoriza expresamente la ley de sociedades
en los arts. 269 y 270 no serían inherentes al cargo, ya que estarían prestadas por terceros.

Cabe recordar que cuando el directorio delega una facultad no se exime de su responsabilidad civil por los
actos de sus delegados. Como por ejemplo, la actuación de un director actuando en calidad de gerente.

A.1.d. Finalmente, la sala A concluye que el caso de prestaciones técnico-administrativas prestadas por un
director es similar a una locación de servicios con un tercero; y que en esta relación prevalece el carácter de
locatario sobre el de director.

Este argumento se contradice con la facultad otorgada por la ley de sociedades de delegar las funciones
ejecutivas por parte del directorio a un gerente o, como dijo la jurisprudencia citada, a un director gerente.

A.2. "Trod, Luis Moisés s/ recurso de Apelación", TFN, sala D, 10 de marzo de 1999.

Los argumentos por los cuales se revoca la resolución determinativa apelada son los siguientes:

(i) Que la sociedad no cuenta con gerentes, y que la totalidad del management lo realizan los tres directores
exclusivamente.

(ii) Que las tareas que el director desarrolla tienen relación directa con su incumbencia profesional y con el
objeto social de la empresa.

(iii) Que siendo así, los honorarios percibidos por el apelante se encuentran exentos del impuesto al valor
agregado, conforme a lo establecido en el punto 18, inc. h) del art. 7º de la ley. Porque la norma expresamente
excluye del ámbito de imposición, definido en el art. 3º, a los honorarios de directores sin ningún tipo de
condicionamiento.

A.2.a. Esta sala del Tribunal no recurrió a la legislación comercial para ver si existía en sus normas la
definición de actividades inherentes al cargo, y en su caso, cuáles eran. Su razonamiento fue simple y coherente.

Razonó: el legislador hizo alusión a prestaciones inherentes, esto quiere decir que existen prestaciones no
inherentes. Para determinar cuáles no son inherentes, analizó a las dos partes; por un lado al director y su
incumbencia profesional; y por el otro, ver si ésta se identifica con el objeto social de la empresa. En el caso,
resultó ser inherente ya que el director era ingeniero químico, y la empresa se dedicaba a la producción y
elaboración de productos derivados de la refinación de maíz.

Además, en el argumento (i) se hace alusión implícitamente a la existencia de "directores gerentes" de


conformidad con la jurisprudencia comercial citada; ya que, en el caso, los directores estaban prestando el
servicio técnico-administrativo en ese carácter.

B - Ley 25.239

Con posterioridad a la jurisprudencia comentada, la ley 25.239 agregó un segundo párrafo a la exención en
análisis (2), dice lo siguiente:

"La exención dispuesta en el párrafo anterior será procedente siempre que se acredite la efectiva prestación
de servicios y exista una razonable relación entre el honorario y la tarea desempeñada, en la medida que la
misma responda a los objetivos de la entidad y sea compatible con las prácticas y usos del mercado." (el

© Thomson Reuters Información Legal 3


Documento

resaltado es nuestro).

Se establecen cuatro requisitos para que proceda la exención:

1) Que se acredite la efectiva prestación del servicio.

2) Que exista una razonable relación entre el honorario y la tarea desempeñada.

3) Que la tarea responda a los objetivos de la entidad.

4) Que sea compatible con las prácticas y usos del mercado.

El primer requisito ataca al fraude y, por ello, resulta redundante con respecto a lo ya establecido en carácter
general por la ley 11.683. El segundo, pretende poner un límite al quantum de la prestación, este requisito no
tiene un claro objetivo. El tercero, que comentamos en la conclusión, resulta de utilidad a los fines de dilucidar
el ámbito de aplicación de esta norma. Por último, se intenta nuevamente poner un límite al quantum de la
contraprestación, tal como dice Kaplan en el trabajo citado, mediante la comparación del caso, con los usos del
mercado para el tipo de prestación de que se trate.

Conclusión

De la simple lectura del nuevo párrafo introducido por la ley 25.239, puede deducirse que el legislador no
tuvo como principal objetivo el de dilucidar qué tipo de tarea es inherente al cargo de los sujetos incluidos en la
exención.

No obstante ello, la frase "en la medida que la misma responda a los objetivos de la entidad" parece hacer
alusión al mismo requisito tenido en cuenta por la sala D del Tribunal Fiscal en la causa "Trod, Luis Moisés...".
En efecto, objetivos de la entidad y objeto social, sin duda se refieren a lo mismo.

Por otro lado, podemos interpretar que si el legislador ha tratado en dos ocasiones el tema, y en ninguna de
las dos ha querido hacer distinciones entre qué tareas son inherentes, más que con la limitación de las que se
confundan con los objetivos de la sociedad; no debe el juez hacer distinciones que vayan más allá de las hechas
por el legislador.

Los intentos por parte del Fisco de restringir el ámbito de aplicación de la norma y la jurisprudencia que
acogió este criterio, han sido descalificados por el legislador a través del párrafo introducido por la ley 25.239.

Por consiguiente, somos de la opinión que los servicios prestados por los directores y demás sujetos
incluidos en la exención -en concepto de tareas técnico-administrativas de carácter permanente- son inherentes
al cargo, en los términos del punto 18, inc. h) del art. 7º de la ley del impuesto al valor agregado.

(1) Conf. Humberto Diez, "Impuesto al Valor Agregado", Errepar, p. 29.

(2) Para un análisis de la reforma y en especial sobre el párrafo en cuestión, puede verse el trabajo de
Kaplan, "La reforma del impuesto al valor agregado para el inicio del tercer milenio", Errepar, DTE, Nº 239, p.
911.

© Thomson Reuters Información Legal 4

También podría gustarte