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La firma digital es el tipo de firma electrónica más avanzado y seguro, que te permite cumplir
con los requisitos legales y normativos más exigentes al ofrecerte los más altos niveles de
seguridad sobre la identidad de cada firmante y la autenticidad de los documentos que firman.
Las firmas digitales utilizan un ID digital basado en certificado que emite una autoridad de
certificación (CA) acreditada o un proveedor de servicios de confianza (TSP). De este modo,
cuando firmas un documento de forma digital, tu identidad acaba vinculada a ti de forma
exclusiva, la firma se asocia al documento mediante cifrado y todo puede verificarse con la
tecnología subyacente que conocemos como “infraestructura de clave pública” (PKI).
Firmas digitales y electrónicas. ¿Cuál es la diferencia?| ¿Sin experiencia con las firmas
electrónicas? Empieza por aquí
¿Qué es lo que hace que tus firmas digitales sean tan seguras?
La firma digital se ha concebido para evitar falsificaciones. Se crea con los mayores niveles de
seguridad, que, además, la protegen y la amparan, desde el momento en que se emite el
certificado hasta el momento en que se archivan los documentos firmados, y mucho más.
Estas son las principales razones por las que tus firmas digitales son tan seguras.
Tu ID digital es de confianza
Todo se cifra
Tu firma digital y el documento que firmas se cifran juntos y se vinculan a un sello de garantía.
Es solo tuya
Cada vez que firmas un documento, utilizas tu propio certificado digital y PIN exclusivos para
validar tus credenciales y demostrar que, efectivamente, eres quien dices ser.
Es fácil de validar
Una CA o un TSP pueden volver a validar tanto el documento firmado como tu firma digital
hasta diez años después del momento de la firma.
Nosotros inventamos la primera firma digital en PDF
En 1999, introdujimos las primeras firmas digitales en Adobe Acrobat y Adobe Acrobat Reader.
Luego, trabajamos con expertos y proveedores de certificados de todo el sector para
convertirlas en un estándar abierto. El estándar internacional conocido como “PAdES” (firmas
electrónicas avanzadas de PDF), adoptado por el ETSI, ejerce ahora de base para miles de
millones de transacciones con firmas cada año.
Más información
Hoy en día, Adobe se encuentra a la cabeza como el primer proveedor global en ofrecer firmas
digitales abiertas y basadas en estándares para dispositivos móviles y la web. Junto con
expertos del sector del consorcio de firmas en la nube Cloud Signature Consortium, Adobe está
estableciendo nuevos estándares globales y ofreciendo soluciones realistas para que puedas
trabajar con ID digitales extremadamente seguros que sean fáciles de usar e implementar y
que cumplan con las normativas a nivel internacional.
Más información
1. Selecciona la herramienta Fill & Sign del panel de Adobe Sign y abre el documento que
tienes que firmar.
6. Selecciona Clic para firmar e introduce tu PIN, así como cualquier tipo de verificación
adicional si se requiere, como un código de acceso único.
7. Adobe Sign os envía automáticamente una copia del documento firmado a ti y al
remitente.
Contrato de adhesión
El contrato de adhesión es aquél cuyo clausulado se redacta por una de las partes sin
intervención de la otra, cuya libertad contractual queda limitada a manifestar o no la
aceptación de sus estipulaciones, de adherirse o no al contrato.
ÍNDICE
> ¿Debo firmar un contrato previamente redactado?
> ¿Existe una parte fuerte y una parte débil en los contratos?
> ¿Quién me protege frente a los abusos del oferente?
Partiendo del contrato como aquel negocio jurídico donde las declaraciones de voluntad
libremente emitidas por las partes buscan la producción de un efecto jurídico,
normalmente patrimonial, reconocido por el Derecho; su principal finalidad es la
constitución de un vínculo obligacional derivado de la propia voluntad de las partes y,
de hecho, se dice que el contrato es fuente de obligaciones, porque lo pactado entre las
partes por medio de contrato obliga a éstas a su exacto cumplimiento como si de Ley se
tratase, "los contratos tienen fuerza de ley entre las partes", afirma el artículo 1091 CC,
pudiendo por ello el perjudicado exigir su cumplimiento ante los Tribunales.
La peculiaridad del contrato de adhesión reside en el hecho de que no son ambas partes
las que redactan el clausulado, sino que éste es predispuesto e impuesto por una de ellas
a la otra, que no puede más que aceptarlo o rechazarlo. En cualquier caso, la
expresión "redactan" debe entenderse en un sentido amplio, comprensivo tanto de la
posibilidad de previa negociación de los pactos que contendrá, como de la eventual
modificación de su redactado antes de la firma. Es decir, su especialidad no depende de
que el contrato haya sido redactado por una de las partes, sino en que la autonomía de
la voluntad de la contraparte queda reducida a su mínima expresión, ya sea simple
aceptación, ya limitada a pequeñas modificaciones del articulado, debiendo en lo demás
adherirse plenamente a lo previamente redactado. No debe tampoco confundirse
el "contrato de adhesión" con el denominado "contrato normativo", que es el que
pretende establecer una reglamentación general y uniforme a la que deben ajustarse las
partes al establecer los pactos que regularán sus relaciones, siendo su ejemplo más
notable el de los convenios colectivos a que deben sujetarse las contratos de trabajo que
se otorguen bajo su ámbito concreto de aplicación.
En cualquier caso, esta regulación comparte idéntico espíritu que el contemplado por la
inicial normativa de 1984, fruto del mandato constitucional contenido en el artículo 51
de la Constitución Española de 27 de diciembre de 1978 (que establece "que los poderes
públicos garantizarán la defensa de los consumidores y usuarios, protegiendo, mediante
procedimientos eficaces, la seguridad, la salud y los legítimos intereses económicos de los
mismos. Asimismo promoverán su información y educación, fomentarán sus
organizaciones y las oirán en las cuestiones que puedan afectarles"), puede citarse su
Exposición de Motivos cuando establece que "con el fin de dar cumplimiento al citado
mandato constitucional, la presente ley, para cuya redacción se han contemplado los
principios y directrices vigentes en esta materia en la Comunidad Económica Europea,
aspira a dotar a los consumidores y usuarios de un instrumento legal de protección y
defensa".
Ahora bien, el ámbito de protección dispensado por la Ley (hoy el Texto Refundido)
encuentra una doble delimitación, subjetiva y objetiva. Subjetiva porque, en principio,
sólo alcanza a los casos en que el oferente o predisponente sea un profesional o
empresario, entendido como toda persona física o jurídica que actúa con un propósito
relacionado con su actividad comercial, empresarial, oficio o profesión, sea pública o
privada (artículo 4 de la LGDCU), y el adherente reúna la condición de consumidor o
usuario, es decir, persona física que actúa con un propósito ajeno a su actividad
comercial, empresarial, oficio o profesión, o persona jurídica que actúa sin ánimo de
lucro en un ámbito ajeno a una actividad empresarial o profesional (artículo 3 LGDCU)
o, como establecía más descriptivamente la Ley de 1984, "las personas físicas o jurídicas
que adquieren, utilizan o disfrutan, como destinatarios finales, bienes muebles, inmuebles,
productos, servicios, actividades o funciones, cualquiera que sea naturaleza pública o
privada, individual o colectiva, de quienes los producen, facilitan, suministran o expiden".
En este sentido, en la propia Exposición de Motivos de la posterior Ley de Condiciones
Generales de la Contratación, se advierte que "en la línea de incremento de los mínimos
establecidos en la Directiva, la Ley mantiene el concepto amplio de consumidor hasta
ahora existente, abarcando tanto a la persona física como a la jurídica que sea
destinataria final de los bienes y servicios, si bien debe entenderse incluida también- según
el criterio de la Directiva- a toda aquella persona que actúe con un propósito ajeno a su
actividad profesional aunque no fuera destinataria final de los bienes o servicios objeto de
contrato".
Recuerda que…
Todas estas definiciones, contienen elementos en común que pueden ser agrupados en
tres pilares:
De acuerdo con lo anterior, el gobierno digital representa una oportunidad para
incrementar el bienestar de los ciudadanos fortaleciendo la confianza pública a partir
de un Estado que cada vez es más cercano e inteligente, a través del uso de
tecnologías de la información y las comunicaciones.
Apropiación y divulgación: A pesar de que cada vez más ciudadanos a lo largo del
mundo se encuentran conectados a canales digitales, eso no garantiza que estén
informados y preparados para las nuevas formas de operar del gobierno, en esa
medida también es necesario desarrollar estrategias que permitan comunicar a la
ciudadanía y prepararla para aprovechar mejor los beneficios del Gobierno Digital.
De igual manera, al tratarse de un proceso de cambio es recomendable trabajar en
la gestión de cambio con los funcionarios públicos que estén vinculados a cada
transformación.
Medición de avance e impacto: La medición no solo del avance sino del impacto del
gobierno digital es fundamental y es recomendable que esta medición inicie desde el
diseño de las iniciativas o proyectos que se definan para que se pueda medir la línea
base y posteriormente la evolución, de esta manera no solo se genera una sana
competencia para las entidades públicas que participan, sino que además se pueden
tomar decisiones sobre la estrategia al evaluar avances e impacto.
Colombia: http://estrategia.gobiernoenlinea.gov.co/623/w3-propertyvalue-
7651.html
Uk: https://www.gov.uk/performance